3. A la vera de la playa de Aguilar, en el concejo de Muros del
Nalón, se alza el monte del Castiellu.
Según la tradición en ese monte hay una cueva en la que
vive una Xana encantada. La encantaron sus padres por
cometer una falta muy grave. Sólo podía romper el
encantamiento si un caballero valiente la bajaba en brazos
desde su cueva a la playa, sin detenerse en el camino y sin
dejarla caer al suelo. El caballero que esto hiciera
conseguiría muchas riquezas y la Xana le regalaría un
tesoro guardado en una piel de buey pinto.
4. La Xana solía distraerse jugando en la playa con unos
bolos de oro, devanando el hilo que salía por el ojo de una
fuente cercana y tendía su pequeña colada en la falda del
monte.
Entonces la cogió en brazos y echó a andar con ella en
dirección a la playa. Según se iba alejando de la cueva la
Xana se iba desencantando y a medida que se
desencantaba aumentaba de peso.
5. El caballero corría viendo el milagro entre sus brazos, pero
cuando ya llegaba a la playa se desencadenó una gran
tormenta con rayos y truenos. El buen hombre se asustó y
dejó caer a la Xana, ya casi convertida en una matrona.
Como la maldición no se rompió la pobre hada se volvió
llorando a su cueva y desde entonces ya nadie más la vio
en la playa de Aguilar, jugando con sus bolos de oro.
6. El caballero corría viendo el milagro entre sus brazos, pero
cuando ya llegaba a la playa se desencadenó una gran
tormenta con rayos y truenos. El buen hombre se asustó y
dejó caer a la Xana, ya casi convertida en una matrona.
Como la maldición no se rompió la pobre hada se volvió
llorando a su cueva y desde entonces ya nadie más la vio
en la playa de Aguilar, jugando con sus bolos de oro.