1. Autor. Roberto Enoc Bermúdez Rojas.
IMPORTANCIA DEL PROCESO DE GESTIÓN
EN LAS ORGANIZACIONES CULTURALES
RESUMEN:
El presente trabajo es fruto de una investigación realizada en el marco de la
elaboración de la tesis doctoral denominada: Acercamiento interpretativo de la
gestión en las organizaciones culturales de San Fernando de Apure. La
investigación tiene como objeto: Comprender la visión que acerca del proceso de
gestión en las organizaciones culturales de San Fernando de Apure tienen sus
actores. En este sentido, la elaboración del Artículo: Importancia del proceso de
gestión en las organizaciones culturales, se encuentra totalmente vinculado con la
propuesta doctoral ya que trata de abordar una de las dimensiones planteadas
como la definición de organizaciones culturales a fin de establecer líneas y criterios
que permitan conocer aspectos relacionados con sus principales actores así como
el servicio que prestan a las comunidades. Para ello se aplicó la metodología de
investigación documental, con la realización de una revisión bibliográfica existente.
Por lo cual se concluye en la importancia o justificación del artículo el cual abre
nuevas vías para la comprensión del rol que juegan las organizaciones culturales a
través de los procesos de gestión en el umbral del siglo XXI.
Palabras claves: Organizaciones culturales, servicio, comunidad, arte
Abstract
The present work is a fruit of an investigation realized in the frame of the production
of the doctoral thesis called: interpretive Approximation of the management in San
Fernando's cultural organizations of Purifies. The investigation has as object: To
understand the vision that brings over of the process of management in San
Fernando's cultural organizations of Purifies they have his actors. In this respect, the
production of the Article: Importance of the process of management in the cultural
organizations, is totally linked by the doctoral offer since it tries to approach one of
the dimensions raised as the definition of cultural organizations in order to establish
lines and criteria that allow to know aspects related to his principal actors as well as
the service that they give to the communities. For it there was applied the
methodology of documentary investigation, with the accomplishment of a
bibliographical existing review. For which he concludes in the importance or
justification of the article which opens new routes for the comprehension of the role
that the cultural organizations play across the processes of management on the
verge of the 21st century.
Key words: Cultural organizations, service, community, art

2. Autor. Roberto Enoc Bermúdez Rojas.
Introducción
Desde tiempos muy remotos los seres humanos empezaron a formar
organizaciones sociales para lograr metas y objetivos que como individuos
era difícil lograr. Fácilmente se podría intuir, basado en los aprendizajes que
de forma permanente y continua el hombre fue desarrollando, y que a través
del devenir histórico se ha venido configurando como procesos de gestión y
que en la actualidad se constituye en elemento esencial para garantizar los
esfuerzos individuales dentro de una organización para alcanzar los objetivos
y metas trazadas. Bajo tal premisa, el siglo XX se caracterizó por una serie
de teorías las cuales se han convertido en camino crucial para gerentes,
administradores en la gestión de organizaciones culturales.
Por definición, la gestión cultural no constituye un método científico. La
propia naturaleza de la actividad cultural presupone la aceptación de ciertas
variables indeterminadas y difíciles de cuantificar. Así mismo, la intangibilidad
de los bienes culturales influye directamente en su proceso de producción y,
en gran medida, sobre el propio proceso de distribución. Es cierto que cada
día es mayor la presencia de una producción cultural de naturaleza industrial,
es decir, de producción y distribución estandarizada y masiva. Aun así, las
circunstancias que rodean el éxito o el fracaso de un objetivo cultural se
muestran plagados de elementos imponderables de difícil previsión.
Todo ello supone enormes cambios estratégicos en el conjunto de los
sectores que intervienen en el campo de la gestión de organizaciones
culturales. No es de extrañar que la política cultural en diversos contextos se
haya centrado esencialmente en la promoción de las capacidades creativas
individuales o colectivas y, en cualquier caso, de un conjunto de ideas
susceptibles de convertirse en programas de actuación, asociados a una
visión ideológica del progreso y el desarrollo social. A todo ello, debemos

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añadir hoy su papel como sector económico, así como la configuración de un
mercado de bienes y servicios capaz de desarrollar niveles de autosuficiencia
relevantes.
Ante el panorama producto de la situación planteada, surge entre
otras interrogantes: ¿Cuál es el papel que debe desempeñar la
administración pública en cuanto a gestión cultural?.
Es importante destacar que la administración pública ha sido el motor
de las políticas culturales. Le corresponde serlo en un estado democrático de
derecho que asuma la búsqueda del bienestar colectivo como principal
finalidad. Uno de los mayores referentes desde mediados del siglo pasado
es posible ubicarlo en la experiencia del Estado Francés, el cual se ha
constituido para muchos gobiernos del mundo contemporáneo en un nuevo
paradigma al disponer de una organización centrada alrededor del Estado y
que concentra una gran parte de los medios humanos y de la experiencia en
el seno de la administración central. Négrier (2003).
Las políticas culturales son la consecuencia del conjunto de
estrategias públicas destinadas a facilitar el desarrollo de la creatividad, el
acceso libre y mayoritario de los ciudadanos a los bienes y servicios
culturales y la aparición y consolidación de una estructura compleja de
agentes culturales de todo tipo y naturaleza, capaces de desarrollar el
conjunto del sector cultural. Hoy día en materia de gerencia, las
administraciones han trabajado con estas tres variables, de entre las cuales
la tercera ha adquirido mayor importancia.
Bajo las circunstancias antes descrita, la intención de este artículo es
establecer ciertas líneas que permitan iniciar la discusión sobre definición y
comportamiento de las organizaciones culturales, que involucren a sus

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principales actores (cultores, creadores, gerentes y usuarios de los servicios
prestados), basados en una gama de opciones para su dirección y mayor
aprovechamiento en referencia al alcance del trabajo cultural en la
comunidad. Para ello, debería contarse con modelos, estrategias que estén
basados en los elementos de planeación estratégica cuyos principales
insumos son, entre otros: la definición de qué, la concreción de las
aspiraciones de los actores involucrados, bien sea como gerente,
representantes de las comunidades, líderes y colaboradores. También
implica la evaluación de la organización, identificando los aspectos del
entorno y su nivel interno para ver como se ven afectados los resultados.
Así mismo, es importante definir el cómo, para establecer las
estrategias, políticas y las diferentes acciones a seguir para obtener los
resultados deseados. De manera que el éxito de las organizaciones
culturales estará determinado por los procesos que permiten su identificación
y aplicación de indicadores de gestión, entendidos como reguladores de
gestión para la gerencia y constituyen uno de los grandes aportes a la teoría
de control, dado que permiten una visión de la situación que se desea
controlar. En este sentido, el diseño de indicadores gerenciales estará
basado en la necesidad de medir la eficiencia, la eficacia y efectividad de la
organización.
Finalmente, para comprender los elementos que conforman la
organización cultural tanto con sus recursos técnicos como la conformación
del recurso humano, es importante considerar las siguientes fases:
- Procesos de evaluación
- Definición de políticas y actividades
- Conocimiento del nivel de desempeño

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- Elaboración de diagrama de dependencia de procesos
- Identificación de los responsables
- Identificación de procesos críticos
- Análisis de procesos (qué se debe cambiar y mantener del
proceso actual)
- Estructuración de proyectos
- Diseño y/o rediseño de indicadores de los procesos
- Elaboración de normas de procedimiento
- Definición de ajustes finales
Elementos que conforman una Organización Cultural: Sus recursos
técnicos y la conformación de equipos humanos.
La creación de entidades o instancias institucionales implican abordar
de manera responsable un conjunto de elementos que subyacen y que están
dados por la complejidad de sus relaciones en referencia a la agrupación de
los actores que la conforman: sus agentes, líderes, cultores y creadores
quienes pueden verse afectados por múltiples y complejos factores
ideológico, políticos y económicos, constituyéndose en un verdadero reto
para el funcionamiento operativo de las organizaciones culturales.
Bajo esta concepción, aun cuando el término cultural es muy amplio,
es necesario delimitar en primera instancia una definición de organizaciones
culturales como aquellas que en su actividad o servicio prestado involucran a
las artes, como la música, la danza, las artes plásticas, artes escénicas, entre
otras, todas ellas enmarcadas en manifestaciones de creación y difusión.
Según Bermúdez (2010), la organización cultural, se define como un espacio
donde se sobrepasan los límites convencionales de uso del espacio físico, de

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lenguajes, de experimentación y nuevas tendencias. Es decir, se trata de un
espacio de encuentro, de intercambio entre público, artistas y creadores, un
ámbito de debate, reflexión y pensamiento crítico, donde los diferentes
grupos sociales forman colectivamente ciudadanía.
En este orden de ideas, se puede afirmar que una organización es el
producto de la coordinación del trabajo de los involucrados; es la búsqueda y
conservación del esfuerzo de todos, así como el permanente análisis de los
procesos culturales, las necesidades y aspiraciones de la comunidad y de su
entorno que definirán el objeto de la organización. Según Noe (2009), el
proceso de gestión en las organizaciones culturales se podrá configurar en la
medida que se pueda contar con la articulación de tres importantes
momentos:
1. Conformación y consolidación de los Equipos de Trabajo: selección,
capacitación y desarrollo
2. Estructura organizativa: división y agrupación del trabajo, definición de
las funciones que realizan los distintos departamentos que la
conforman y la asignación de las actividades y responsabilidades.
3. Dotación de los recursos: humanos, técnicos, económicos, lugar de
trabajo, capital, información, medios de trabajo (equipo, herramientas)
entre otros.
También es importante considerar que independientemente de la
naturaleza y el tamaño de la organización, se debe definir el proceso
administrativo en sus distintos niveles para asumir con mayor certeza los
desafíos externos e internos, de acuerdo al siguiente orden:

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- Nivel organizacional o estratégico. En este nivel es donde se
toman las decisiones y donde se establecen las estrategias
para alcanzar los objetivos de la organización.
- Nivel intermedio o táctico, corresponde a la vigilancia del
proceso de articulación interna entre el nivel estratégico y el
nivel operativo. Es acá donde se seleccionan los recursos
necesarios para llegar a la comunidad con las alternativas para
la consolidación, fortalecimiento y conservación de los
productos o servicios culturales. Es el nivel que permite
adecuar las políticas y decisiones establecidas por el nivel
estratégico en acciones y resultados operativos.
- Nivel operativo. Se define también como Nivel Técnico, y
corresponde al área de trabajo elemental, relacionado
directamente con la actividad de la organización cultural.
Dadas las características de los bienes y servicios culturales,
las personas que trabajan en estos niveles son para la mayoría
de los procesos culturales las que tienen relación directa con
los protagonistas de los procesos para la producción de bienes,
servicios o productos culturales, los cuales interactúan
directamente con los creadores y líderes para la consolidación
del trabajo organizacional.
En el marco de las consideraciones anteriores, en momentos cuando
se viven vertiginosos cambios, es de suma importancia la comprensión de
todo un conjunto de esfuerzos para que las organizaciones culturales sean
cada vez más flexibles, ágiles y con un alto sentido de capacidad de
adaptación. Así mismo, se deben desarrollar bases tecnológicas para

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responder adecuadamente a las necesidades y aspiraciones que demandan
las comunidades y el medio ambiente.
Una organización cultural flexible implica un minucioso análisis del
mundo cultural que le rodea, los retos y desafíos. Implica así mismo,
examinar permanentemente las variables sociales, tecnológicas, económicas
y políticas en general y hacer cotidiano el análisis de todos los factores
externos que de una u otra forma afecten la organización cultural, ya sea
brindándole oportunidades o minimizando las posibles amenazas tendientes
a la desestabilización.
La organización cultural de manera interna en su misión debe
proponerse la revisión de la capacidad de respuesta a los continuos desafíos
que enfrentan los procesos culturales locales o mundiales; es decir, poder
mirarse a si misma, y ante todo, poder compararse entre lo que representa
en el presente y lo que pretenderá llegar a ser en su entorno.
Financiamiento en las organizaciones culturales
Otro aspecto no menos importante para la efectividad de las
organizaciones culturales está dado por su fuente de financiamiento. En tal
sentido, a las organizaciones culturales se les presenta un gran desafío al
diseñar programas que permitan el financiamiento y la transformación de las
relaciones entre benefactores y beneficiarios de los procesos culturales,
aprovechando la necesidad que cada vez demandan las empresas de
grandes capitales de comunicarse con el universo de consumidores de forma
diferenciada.
Por mucho tiempo, a través de la historia, y con unas características
muy cercanas a los procesos de creación, se vincula con una fuente de
financiación conocida como el mecenazgo, inicialmente relacionado al

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ejercicio del poder. Esta relación se desdobla en la era moderna hacia otras
alternativas de financiamiento que, para mejorar, reconocen la necesidad que
tienen las organizaciones culturales del mercadeo de sus productos, bienes y
servicios culturales, reconociendo para la actividad cultural la importancia
central de la creatividad.
Es importante tomar en cuenta la realidad del mercado en un mundo
global, el cual es considerado como resultado de la propia obra: ingresos
directos a través de ventas, concibiéndose el valor que adquiere el producto
cultural individualizado cuando llega a manos del consumidor o usuario. Un
ejemplo clásico lo encontramos en la realización de un espectáculo, el cual
corresponde a una expectativa de recursos generada por la venta de boletos
de entrada. De esa misma forma, los lectores de alguna obra, al adquirirla,
estarían contribuyendo a la amortización de sus costos. En el caso de las
artes plásticas, el hecho de vender o no las obras expuestas determinarían el
retorno comercial de la exposición.
En América Latina, se evidencia cada vez más como las cosas
funcionan a la inversa de lo antes expuesto, ya que se trata de un reducido
mercado de consumidores culturales, definido por la UNESCO y citado por
Misman F. (2007), como: “La producción y la distribución de bienes y
servicios culturales en larga escala y de acuerdo con una estrategia basada
más en consideraciones económicas que en preocupaciones de desarrollo
cultural”. Según expresa el autor, es importante considerar además, la
industria editorial, fonográfica, cinematográfica que cuentan a su vez con un
gran circuito de medios a los cuales impactan con sus productos.
Las organizaciones culturales en el ámbito de grandes industrias
culturales no viven las penurias del financiamiento de aquellas
organizaciones culturales dedicadas al fortalecimiento de procesos como la

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creación artística desde escenarios comunitarios. En este sentido, las
mencionadas organizaciones culturales buscan establecer las matrices, los
arquetipos o modelos de la creación artística, y como resultado a ese
proceso de gestación creadora, investiga lenguajes, juega con el mundo
expresivo en lo innovador, discutiendo lo establecido al subvertir y chocar.
Algunos estudiosos en materia de organizaciones culturales, han
propuesto aspectos importantes al considerar como estrategia el uso de
solicitud de financiamiento de proyectos culturales. Modalidad que por cierto
ha cobrado fuerza con la creación del Ministerio Popular para la Cultura de la
República Bolivariana de Venezuela. Para ello, se proponen los siguientes
criterios:
1. Presentación de proyectos o programas para el financiamiento con
definición y claridad de los objetivos propuestos por alcanzar
2. El proyecto presentado debe ir acompañado de indicadores de gestión
donde se evidencie el compromiso de la organización cultural frente a
lo propuesta u oferta cultural
3. Diseño de un sistema de evaluación y control que permita total
claridad y transparencia en el manejo de los recursos de la
organización.
4. Disponer de un sistema de agilidad administrativa que facilite la
información a tiempo del estado del proyecto presentado por la
organización cultural.
Conformación de Equipos de Trabajo en las Organizaciones Culturales
Otro aspecto de singular importancia lo constituye el principal activo
de las organizaciones culturales representado por las personas vinculadas a
la organización cultural a la cual están adscritas, que en la mayoría de los

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casos son arte y parte. Es decir, son personas con alto compromiso y donde
se demanda programas de formación en las comunidades. En el marco de
estas consideraciones, el proceso administrativo tiene gran soporte en la
organización: los equipos de trabajo, definido por Hall (2006), como: “el
conjunto de personas organizadas formalmente para lograr una
comunicación efectiva alrededor de la tarea, transmitiendo información,
canalizando problemas, proponiendo mejoras y soluciones que conducen a
consolidar la calidad en el servicio”.
De acuerdo a lo expresado por Hall, se concibe que los agentes y
actores en una organización sean quienes le dan vida y estilo propio, quienes
deben garantizar el logro de las variables organizacionales, así como la
satisfacción de las necesidades y aspiraciones culturales de la comunidad o
de un grupo social determinado. En este sentido, la administración de esos
equipos de personas depende de un trabajo interdisciplinario, ya que
implican conceptos de psicología ocupacional y organizacional, de sociología
organizacional, de ingeniería industrial, de derecho laboral, de salud
ocupacional, de ingeniería de seguridad, de medicina del trabajo, de
ingeniería de sistemas, entre otros. No obstante, no hay normas o principios
universales para su gerencia o administración.
Todo proceso de gestión referente a la gerencia de personas o talento
humano, dependerá de la situación organizacional, del ambiente, de la
tecnología, de las políticas, de la visión y misión, de la filosofía administrativa
y, sobre todo, de la calidad y cantidad de personas dispuestas,
comprometidas y consustanciadas con el trabajo cultural. Esta importante
área de la gerencia en la administración de personal, implica la planificación
de acciones que permitan desarrollar y consolidar el equipo de personas
como:

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1. La investigación en el medio profesional, líderes, creadores, cultores y
cualquier otro actor o gestor cultural.
2. Establecer en el plan, las acciones posibles para la consecución.
3. Descripción de los cargos y perfiles ocupacionales para preselección
del equipo de trabajo.
En el proceso de gerencia de administración del personal se contemplan las
siguientes actividades, tales como:
- Vinculación y socialización
- Contratación o nombramiento
- Preinducción, inducción, entrenamiento y capacitación
- Identificación de políticas de salarios, la remuneración directa e
indirecta y los beneficios sociales.
Si bien, los mencionados procesos son importantes, también es
conveniente recordar que los ambientes de trabajo revisten una gran
relevancia y comprenden todos aquellos elementos relacionados con la
atención en trabajos como:
1. Salud ocupacional: higiene y seguridad, medicina del trabajo, ergonomía,
recreación
2. Desarrollo de las personas que conforman el equipo de trabajo: planes de
capacitación, cuadro de reemplazos, planes de carreras, análisis del
desempeño y programas de retiro ocupacional
3. Elaboración de banco de datos y sistema de información de posibles
candidatos para la ejecución de proyectos o para la conformación de los
equipos que en algún momento habrá de requerir la organización.

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Conclusión
Si hablamos de una resultante de lo que ha significado en los últimos
años la gestión en organizaciones culturales venezolanas es posible
encontrarse con una serie de enredos conceptuales, impregnados de cierta
conflictividad en la conducción de los denominados espacios culturales que
llevan a reflexionar y preguntarse ¿Qué le espera a los gestores culturales
venezolanos?, ¿Cuáles serían los grandes desafíos a enfrentar en el umbral
de la segunda década del siglo XXI frente a lo que se vislumbra en el
porvenir en la gestión de organizaciones culturales?
Al establecer una retrospectiva en el área de gestión cultural es
evidente que a nivel de formación, es insipiente. Apenas en el año 2006, la
Universidad Experimental Simón Rodríguez (UNESR) inicia una
Especialización en Gerencia Cultural (Aprobado en reunión # 398 de fecha
11 de octubre de 2006. Autorizado por CNU y publicado en Gaceta Oficial #
39.442 de fecha 09 de junio de 2010). El objetivo de este programa prevé la
formación de expertos con las competencias necesarias para dirigir y/o
participar en el diseño, desarrollo, consolidación y evaluación de iniciativas
culturales de acción social, en los diversos marcos públicos, privados e
independientes de su desempeño en el país, desde una perspectiva integral,
dinámica y responsable tanto del ejercicio de sus funciones como del entorno
específico en el cual se inscribe".
Al asumir un criterio de carácter universal adoptado por la UNESCO
(1982), plantea: “La administración cultural, la gerencia y la cooperación, la
integración sociocultural, la promoción artística, la facilitación (animación
sociocultural), el manejo del patrimonio y el turismo cultural, las relaciones
interculturales, las industrias culturales y las artesanías, la distribución de

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bienes y servicios culturales, la formación de formadores, la información y los
media (...) en distintos tipos de organización: nacionales, regionales, locales,
instituciones públicas y empresas privadas, asociaciones civiles y
comunidades locales". En el marco de estas ideas, nos encontramos que la
realidad plantea ciertas debilidades a pesar del esfuerzo legal e institucional
que el Estado venezolano ha realizado en los últimos años, como es el caso
específico del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, de reciente data.
Ante tal panorama con sus desaciertos y desatinos en cuanto a
gestión de las organizaciones culturales, frente a la urgencia de adecentar el
sector cultura es importante ir a un proceso de reflexión y conceptualización
de experiencias y prácticas que permitan concretar el imprescindible aporte
de la cultura a los objetivos del Milenio. Lo que significa que trabajos escritos
o publicaciones al ser difundidos se conviertan en materiales de trabajo que
le den sustento teórico a la reflexión para que los distintos actores
contribuyan al desarrollo social.
A partir de la definición que diera la UNESCO en 1982 “La cultura
puede considerarse como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y
materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un
grupo social”. A partir de esta definición se observa que no sólo las artes y
las letras quedan incluidas en la referida definición. Acá se incorpora como
concepto los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los
sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. Partiendo de tales
premisas es inminente la construcción de análisis y propuestas desde
diferentes disciplinas relacionadas con la cultura, así como recopilar
experiencias exitosas que faciliten la sensibilización sobre la necesidad de la
perspectiva cultural en las políticas de desarrollo.

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Por último, es preciso pensar la gestión cultural, su imbricación y
reacomodo en las organizaciones culturales y los nuevos replanteos de las
políticas culturales devienen en las coordenadas para la reflexión que invita
el presente artículo el cual centra su atención en el quehacer de la gestión
cultural a partir de los nuevos contextos desde donde se articulan las
estrategias para el fomento del desarrollo cultural.
Es recurrente no olvidar que las ciudades al sufrir procesos de cambio
de su fisonomía, las mismas se desdibujan sus prácticas culturales
diseminadas en las estructuras físicas y compartidas en espacios públicos de
socialización, para dar paso a nuevos repertorios simbólicos en franco
diálogo con una identidad que reclama su conservación. En este escenario
se precisa la ubicación de la gestión cultural en las organizaciones culturales,
no como campo de saber académico, sino como praxis sociocultural.
Las iniciativas en el campo de la gestión cultural deben tener en
consideración los nuevos contextos en que se enmarcan las prácticas de las
organizaciones culturales; diseñar nuevas estrategias de desarrollo y
propiciar la reformulación de las políticas culturales, se convierten en un
verdadero desafío.
Bibliografía
Bermúdez R. (2010). Estrategias gerenciales para el desarrollo de las Artes
Escénicas en la Escuela Básica Integral para las Artes Niños
Cantores de los Llanos. Universidad Experimental de los Llanos
“Ezequiel Zamora”. Estado Apure.
HALL (2006). “Organizaciones estructura y procesos”. De. Prentice/Hall
Internacional. Buenos Aires. 2006
Misman F. (2007) “La Cultura ante el Mercado”. Revista FUENTES, UNESCO
no. 101

16. Autor. Roberto Enoc Bermúdez Rojas.
Négrier (2003) Las Políticas Culturales en Francia y España. Una
aproximación nacional y local comparada. 4a Edic. Barcelona
España
Noe Raymond (2009). Employee Training & Development. Edition McGraw-
Hill/Irwin. Language: English
UNESCO (1982): Declaración de México sobre Políticas Culturales. México