2. La Semana de la Vida Animal nos invita a
reflexionar sobre el rol de la sociedad respecto a
los animales. El 4 de octubre también se celebra
el Día Mundial de los Animales y es un motivo
más para sensibilizar a las personas y propiciar
una convivencia armónica con la naturaleza.
3. Un hombre que entregó su vida en defensa de los
animales fue San Francisco de Asís. Él nos enseñó a
amarlos y dijo que son seres que merecen todo nuestro
respeto y protección. Por ello, este santo fue declarado
patrón de los ecologistas y de los animales por el papa
Pablo VI. No fue un ecologista en el sentido moderno
pero realizó una sorprendente labor en favor de los
animales.
Es un momento propicio para meditar y reafirmar
nuestra posición en defensa de los animales. La
oportunidad también sirve para realizar un balance
sobre el tema y preguntarnos cómo es nuestra
convivencia con los animales. El resultado,
lamentablemente, es desfavorable para el hombre,
pues comete una serie de excesos contra la vida animal.
4. La educación nos permite respetar y dar amor a los
animales, que forman parte del mundo en que vivimos.
El respeto a estos seres esta íntimamente vinculado con
el respeto hacia uno mismo. Es decir: el trato que
damos a los hombres debe ser el mismo que debemos
otorgar a los animales. Todos los animales nacen iguales
ante la vida y tienen derechos –a la existencia,
atención, cuidados, protección y respeto–; por ello, no
se debe permitir su exterminio o explotación.
5. Pocos conocen la legislación internacional que defiende
los derechos de los animales, la que se plasma en la
Declaración Universal de los Derechos de los Animales.
En el preámbulo de este documento se indica que el
hombre ha cometido crímenes contra la naturaleza y los
animales y se convierte en el principal agente que
destruye la vida animal. Para ello se vale de cualquier
medio y pretexto.
6. La crueldad aplicada contra los animales llega a ser
espantosa y dolorosa. Ejemplo bastan y sobra, y
podemos verlo con los toros, gallos, osos, delfines,
elefantes, lobos de mar y pingüinos. Esa crueldad y
violencia nos coloca en una escala inferior.
Cuando el hombre estudia a los animales encuentra
sabias enseñanzas. Aspectos de la conducta animal
estudiados por Darwin, Oparin, Aristóteles, Charles
Dickens o Herbert Spencer ayudaron a entender la
organización humana. La forma en que se organizan, su
instinto de conservación y los diversos mecanismos de
defensa que aplican también han sido aprendidos y
utilizados por el hombre.
7. A pesar de ello, es necesario
cuestionarnos sobre una serie de
actitudes humanas. ¿Conocemos los
derechos de los animales? ¿Los
respetamos? ¿Hemos mejorado
nuestra relación con respecto a
ellos? Varias de estas preguntas
quedarían sin respuesta porque, a
pesar de que existe una importante
cantidad de entidades defensoras de
los animales, el daño causado es
enorme.