5. "¿Dejo de cantar y me enfermo. Mis sueños no saben adónde ir y me atormentan. Al final, ¿de qué me sirve renegar de lo mío?"
6.
7. La izquierda marxista fue especialmente inclinado a enfatizar la postura clasista, con lo que se alienaron el apoyo de organizaciones indígenas que sostenían que sus intereses específicos -la identidad étnica, el reconocimiento de derechos históricos- se diluían o quedaban subordinados a las preocupaciones más generales de las organizaciones populares.
8. En toda América Latina, el tema de la raza es un tabú, un fenómeno que genera ansiedad e inseguridad. Por un lado, se viven cotidianamente situaciones que demuestran la existencia de relaciones interétnicas desiguales y de discriminación racial, no por simuladas menos reales. Pero, por otra, las autoridades oficiales sostienen la ficción de que no se practica ningún tipo de racismo, al menos formalmente. Se rechaza como escandaloso todo privilegio fundado en el color pero, por lo general, no hay lugar para indios o negros en las altas esferas de la política y la economía. A veces los conflictos más agudos se dan en el seno de las familias criollas, sobre todo cuando un hijo o una hija tienen relaciones íntimas con personas no blancas
9. La "buena presencia" -un eufemismo para referirse a la condición de ser blanco o aparentar serlo- es un requisito muy extendido para obtener un empleo; los avisos de los periódicos lo destacan abiertamente.
10. Las paradojas son constantes: el mismo individuo puede ser considerado indio o negro desde un punto de vista social o mestizo desde otro. No es una situación ajena a otros lugares del mundo: Franz Fanon, el famoso autor antillano de Los condenados de la tierra (1961), descubrió que era "negro", con todo lo que eso implicaba en complejas connotaciones sociales, cuando emigró a Francia: la "negritud", escribió, no existe como tal sino que es algo que uno descubre en la mirada del otro. En América Latina, la raza de un individuo puede cambiar a lo largo de su vida: personas que nacen como indios o negros pueden recorrer toda la gama de colores hasta llegar a ser blancos culturales.
11. Aunque el derecho de la ciudadanía formal fue concedido a casi toda la población, los indígenas siguieron siendo tratados como menores de edad y legalmente incompetentes al negárseles el derecho de voto por ser analfabetos. La expansión delos latifundios produjo la definitiva identificación de los indios con los campesinos sin tierras, la pobreza y la servidumbre. En el siglo XX, la palabra "indio" fue incluso eliminada del vocabulario oficial para ser reemplazarla por eufemismos como el de campesino. Así, los indios dejaron de existir formalmente para convertirse en campesinos de lengua indígena
12. En el 2005 fue el 35 aniversario de la publicación de la obra Relaciones interétnicas en Riobamba del Ecuatoriano Hugo Burgos Guevara, que contiene los resultados de una de las primeras investigaciones de antropológicas implicada en zonas rurales, realizadas en Ecuador, bajo el auspicio del Instituto Indigenista Interamericano concede en México. La patética condición del indio, denunciada con fuerza en la literatura de los primeros años del siglo XX, principalmente en la obra de Jorge lcaza (1906-1978),con los estudios de Burgos tomaba nuevos semblantes y nuevos dramas al mirar al indio no como un ser genérico, sino como un ser situado, de carne y hueso, de rostro duro y expresión tímida y sumisa, sujeto a mecanismos concretos y cotidianos de subordinación y dominio perpetuando su condición de inferioridad.
13. Trabajos académicos como el de Burgos, sin duda representaron una renovación y complegización de las lecturas hechas hasta el momento sobre el indio, las relaciones intertónicas, y las políticas indigenistas, que para los años 60 y 70 del pasado siglo, participaban de la efervescencia política desplegada en torno a la discusión sobre la modernización e inversión estatal, la política petrolera, la política social y la reforma agraria. Burgos: el colonialismo interno y las regiones de refugio. Hugo Cristóbal Burgos Guevara, quiteño nacido en 1939, es actor dinámico de los retos de su época.