Calvin trata de vender un vaso de limonada a un precio muy alto, argumentando que existe una gran demanda. Sin embargo, el niño no ve evidencia de dicha demanda. Calvin insiste en que necesita cobrar ese precio para mantener sus altos salarios como principal accionista, presidente y empleado de la compañía. Cuando el niño se niega a comprar la limonada, Calvin admite que necesita un subsidio del Estado para seguir operando.