2. MARIDAJE
Según la Real Academia Española, maridaje se define como
la «unión, analogía o conformidad con que algunas cosas se
enlazan o corresponden entre sí»
El maridaje entre el vino y la comida es el proceso de casar
metafóricamente a un alimento con un vino con la
intención de realzar el placer de comerlos.
3. MARIDAJE
A algunas personas elegir un vino para una comida no les
parece importante, para otras, es todo un ritual. Este ritual
se conoce como el maridaje de vino. Hasta ahora, para
llevar a cabo este maridaje se seguía una regla de oro,
sencilla y efectiva: "La carne con vino tinto y el pescado
con vino blanco".
4. En los últimos tiempos, sumilleres, cocineros y comensales
han ido más allá. Para el maridaje ya no solo importa el tipo
de vino y plato que se va a comer. Ahora también es
importante el tipo de uva y el periodo de crianza con el que
se realizó el vino o la forma en la que se ha cocinado el
plato a degustar.
5. En el maridaje no hay verdades absolutas no
hay una ciencia estricta, el resultado final,
exitoso o no, depende en gran medida de sus
gustos personales, su paladar y su educación.
6. MARIDAJE SEGÚN EL TIPO DE
PLATO
Podemos pensar el maridaje mediante:
*La pieza principal de la comida: Pasta seca, pasta rellena, carne roja, carne
blanca, pescado, etc.
*Forma y punto de cocción: A las brasas, al horno, a la plancha, al vapor,
jugoso, cocido, etc.
*Salsa: Si hubiese, la intensidad de la misma condiciona el maridaje.
*Guarnición.
7. *Carnes
Esta es una cuestión en la que no hay duda. Carnes y vino tinto es la apuesta
segura. Pero al igual que hay multitud de tipos de carne o métodos para
cocinarla, también hay multitud de tipos de vino tinto.
Para carnes sin apenas guarnición, como puede ser un chuletón o un solomillo,
el acompañante ideal debería un vino crianza o un vino reserva: potentes,
robustos y con cuerpo. Para carnes al horno ligeramente especiadas debería
elegir vinos con un paso por barrica prolongado, con destacadas notas
aromáticas especiadas. Si ese plato de carne ha macerado o acompaña una salsa
al vino, no olvide servir el mismo vino con el que ha realizado dicha salsa.
8. *Pollo
El pollo es una carne neutra y permite diferentes maridajes. Para platos cocinados
mediante o acompañados por un sofrito se puede utilizar un vino no demasiado
robusto, un tempranillo semi crianza ligero pero carnoso y con un toque frutal sería
ideal.
Si el pollo está acompañado por una guarnición sencilla o por una salsa ligera
necesitaríamos un vino con más cuerpo, un reserva de Cabernet Sauvignon o incluso
Merlot.
Si el plato de pollo es un asado, nos olvidaríamos del vino tinto y nos decantaríamos
por un blanco. Un Chardonnay sin paso por barrica, que aporta frescura y una buena
acidez.
9. *Pescado
Un plato de pescado a la plancha con una guarnición de champiñones se puede
servir con un vino tinto, aunque por lo general, tanto el marisco como el
pescado piden un vino blanco. Pulpo, sepia, mejillones o mariscos maridan muy
bien con blancos de uva albariño o verdejo. Los guisos de pescado en cazuela
piden uvas como la Macabeo o parellada.
Los blancos de Sauvignon blanc o Chardonnay con paso por barrica los
reservaremos para platos más contundentes, como merluza rellena o en salsa, o
pescados con mucho sabor y carácter como el rodaballo o la lubina.
10. *Pasta
La elección de un vino para una pasta se basa básicamente en la salsa que
acompañe el plato. Para salsas boloñesas utilizaremos un vino tinto joven o un
roble de corta crianza. Para salsas con fondos de tomate y verduras, o fondos
de queso como la mozarela, el maridaje lo realizaremos con vinos rosados.
Para platos de pasta con salsas marineras, con algún trozo de mejillón o sepia
por ejemplo, utilizaremos vinos blancos, con uva verdejo Sauvignon blanc.