SlideShare uma empresa Scribd logo
1 de 30
Baixar para ler offline
1Autor: Rafael Castellano
ABRAHAM MASLOW
Teoría motivacional de un
Psicólogo humanista
2Autor: Rafael Castellano
El autor analiza la obra de Maslow mediante la convergencia de distintas
perspectivas: el ambiente y época en que fue desarrollada; los autores con
quienes se enfrentó y aquellos con quienes compartió afinidades; y los
marcos filosóficos y antropológicos que respaldan sus posturas teóricas.
Discute luego los aportes principales de Maslow y los presupuestos que los
sostienen, ofreciendo una crítica de sus enunciados.
Finalmente, analiza las implicancias que tienen las posiciones de Maslow
cuando se utilizan para expresar o nutrir una teoría motivacional.
ABSTRACT
3Autor: Rafael Castellano
ABRAHAM MASLOW
Existen pocos autores tan citados y, al
mismo tiempo, tan insuficientemente
analizados como Abraham Maslow. Su
extendida fama está directamente
asociada con la masiva aplicación de su
teoría de la motivación en el campo de la
educación y en el mundo de las
organizaciones, (ilustrada por medio del
dispositivo de la “jerarquía de
necesidades”). Sin embargo –
sorprendentemente- no es mucha la gente
(entre quienes aplican o utilizan de algún
modo ese dispositivo o constructo) que
comprende los fundamentos y supuestos
filosóficos y antropológicos que están
detrás de su teoría motivacional.
El objetivo de este artículo es ahondar
brevemente en esos fundamentos,
refrescar y profundizar la lógica de la
“jerarquía de necesidades” y ofrecer una
crítica actual de las propuestas de este
autor.
1) FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y
ANTROPOLÓGICOS
A) AMBIENTE Y EPOCA QUE
ENMARCAN LA OBRA DE
MASLOW
Hacia fines de la década de 1940 Maslow
había decidido que su principal área de
interés – dentro del campo de la
psicología- sería investigar sobre la
motivación de la conducta humana y, en
este terreno, predominaban por entonces
el psicoanálisis freudiano y el
conductismo de Skinner.
Los psicólogos humanistas (Gordon
Allport, Erich Fromm, Rollo May, Carl
Rogers y el propio Maslow) se presentaron
como una alternativa diferente (más
optimista acerca de la naturaleza humana)
que las encarnadas por Freud y por el
conductismo. Para conocer mejor a
Maslow, creo que es importante comenzar
por recordar de qué perspectivas intentó
diferenciarse. A Maslow le interesaba
investigar la naturaleza y la dinámica de la
energía que motoriza la conducta humana.
Freud - desde el psicoanálisis- y Skinner –
desde el conductismo- ya habían
propuesto sendos marcos teóricos y
experimentales para explicar esa cuestión.
Maslow intrentó diferenciarse de esas dos
tradiciones. Para llegar a Maslow
repasaremos brevemente, entonces, lo que
Freud y el conductismo sostenían.
Sigmund Freud
Freud concibió la personalidad como una
totalidad dinámica organizada de acuerdo
con tres grandes sistemas o instancias
que, en mutua interacción permitían
explicar la vida psíquica. Ello, Yo y
Superyó, influyéndose y condicionándose,
estructuran el psiquismo. El Ello (nombre
impersonal que Freud toma de Groddeck)
es la parte más primitiva de nuestro
psiquismo y se refiere a las funciones y
fenómenos psíquicos originados por
nuestras necesidades orgánicas. Dice
Freud:
“Ha de sernos muy provechoso (…) seguir
la invitación de Groddeck, el cual afirma
siempre que aquello que llamamos
nuestro Yo se conduce en la vida
pasivamente y que en vez de vivir somos
vividos por poderes ignotos e invencibles
(…) Propongo dar el nombre de Yo al ente
que emana del sistema psíquico y es
primero preconsciente, y el de Ello –según
lo hace Groddeck- a lo psíquico restante –
inconsciente- en lo que dicho Yo se
continúa.” (1)
El Ello es la fuente de impulsos que se nos
imponen y de los que no experimentamos
la vivencia de ser sus autores. Solo
sentimos la demanda de movernos hacia
aquello que calmará la urgencia interior
produciendo el placer de la satisfacción.
Este mundo interior de impulsos ciegos
que no implican otra meta inmediata que
el placer, es el mundo del Ello: un conjunto
de impulsos y tendencias instintivas (*)
_____
(*) En psicología se entiende por “instinto”
una tendencia innata de orden sensible,
ciega y específica a la posesión o al
rechazo de objetos que, percibidos por los
órganos de los sentidos, aparecen como
convenientes o no en función de la
resolución afectiva de agrado o desagrado
que despiertan en el individuo. En
psicoanálisis, en cambio, instinto es la
fuerza o energía que origina los impulsos
a la satisfacción causados por las
necesidades biológicas del organismo.
Freud no usó, en rigor, la palabra “instinto”
sino la palabra alemana “triebb” que
expresa la idea de fuerza, tendencia,
pulsión. Así, en cuanto el instinto es un
impulso, debe ser entendido como
representante psíquico de una excitación
4Autor: Rafael Castellano
somática.
Este mundo interior de impulsos ciegos,
que no implican otra meta inmediata que
el placer, es el mundo del Ello: un conjunto
de impulsos y tendencias “instintivos”. La
actividad del Ello está sometida a una ley:
el principio del placer (la descarga de la
tensión psíquica) Los procesos del Ello
son inconscientes y solo tenemos
conciencia de ellos indirectamente en
cuanto se forman representaciones
mentales. En síntesis: los impulsos del Ello
se satisfacen o bien mediante la acción, o
bien por medio de la representación
mental de objetos capaces de procurarle
placer. De lo contrario, insatisfechos,
quedan sujetos a la “represión”. Así, capaz
de obtener placer gracias a unas
representaciones mentales, el Ello no
necesita de la realidad ni tiene contacto
con ella. El Ello es incapaz –así- de
aprender. Su falta de contacto con la
realidad lo priva de experiencias de
aprendizaje. El Ello, además, no conoce la
moralidad: su único criterio de
discernimiento es el placer o displacer.
Dice Freud:
“El núcleo de nuestra esencia está
formado por el oscuro Ello (…) En él actúan
los instintos orgánicos formados, a su vez,
por la fusión (…) de dos fuerzas
primordiales: Eros y Tanatos (destrucción)
Más la satisfacción instintual inmediata e
inescrupulosa, tal como la exige el Ello
llevaría a peligrosos conflictos con el
mundo exterior y a la destrucción del
individuo”. (2)
El Yo, por su parte, nos aparece como el
“agente” responsable de la experiencia
cognoscitiva del querer. Se nos muestra
abierto, en comunicación con dos mundos
diferentes: nuestro mundo interior y el
mundo exterior de la realidad. Esta
comunicación se logra porque el Yo
percibe, es capaz de captar
cognoscitivamente tanto nuestros propios
fenómenos internos como los objetos
reales del mundo. Mediante la percepción
el Yo forma las representaciones mentales
de los objetos con los que entra en
contacto y guarda tales representaciones
mentales, las que puede evocar por medio
de la memoria. Cuando hablamos de
representaciones mentales que
“aparecen” ante el Yo, hablamos de
“fenómenos psíquicos conscientes” pero
también de “fenómenos psíquicos
latentes” a la conciencia que reciben el
calificativo de pre-conscientes. A
diferencia del Ello el Yo tiene, entonces,
contenidos conscientes.
El hecho de que no solo perciba sino que
también recuerde, implica –contrastando
con el Ello- que el Yo vive en el tiempo.
Distingue entre pasado y presente y
proyecta el futuro. La percepción de la
realidad y el recuerdo sugieren que el Yo
aprende, evoluciona, madura. El Ello es
eternamente infantil. El Yo es además
agente ejecutor ya que no solo forma
representaciones mentales de los objetos
que pueden servir al Ello para sus
procesos primarios de realización de
deseos, sino que también puede
procurarse los objetos mismos.
El Yo está sujeto a la realidad al punto que
esta se le impone condicionando y
rigiendo se actividad de manera semejante
a como el placer condiciona y rige la
actividad del Ello. Y así como la actividad
del Ello es eficaz en cuanto obedece a la
orientación impuesta por el principio del
placer, así es eficaz la actividad del Yo en
cuanto este se sujeta a la orientación que
le impone la realidad misma. Por esta
razón decimos que el Yo está sujeto al
principio de la realidad. La realidad lo
condiciona y lo rige.
En síntesis, Freud dice respecto al Yo:
El Yo gobierna la motilidad voluntaria. Su
tarea consiste en la autoconservación, y la
realiza en doble sentido. Frente al mundo
exterior se percata de los estímulos,
acumula (en la memoria) experiencias
sobre los mismos, elude (por la fuga) los
que son demasiado intensos, enfrenta (por
adaptación) los estímulos moderados y,
por fin, aprende a modificar el mundo
exterior, adecuándolo a su propia
conveniencia (actividad). Hacia el interior,
frente al Ello, conquista el dominio sobre
las exigencias de los instintos, decide si
han de tener acceso a la satisfacción,
aplazándola hasta oportunidades y
circunstancias más favorables del mundo
exterior, o bien suprimiendo totalmente las
excitaciones instintivas. (3)
Sigmund Freud
5Autor: Rafael Castellano
Por otro lado, la realidad proporciona al Yo
la dimensión ética-cultural, con sus
maneras de ver, de interpretar, de juzgar,
de valorar y sobre todo de aprobar o
desaprobar, de premiar o castigar. Se crea
así una nueva instancia que llamamos
Superyó que tiene una doble función. El
Superyó como autoridad ética incorporada
manda lo que hay que hacer ofreciendo
ideales que realizar (el Yo Ideal), y
establece censuras y prohibiciones
(castigando al Yo con remordimientos y
sentimientos de culpa por sus
desobediencias). Dice Freud:
Esta nueva instancia psíquica continúa las
funciones que anteriormente
desempeñaron las personas
correspondientes del mundo exterior:
observa al Yo, le imparte órdenes, lo
corrige y lo amenaza con castigos, tal
como lo hicieron los padres, cuya plaza ha
venido a ocupar. A esta instancia la
llamamos Superyó, y en sus funciones
judicativas la sentimos como conciencia.
(4)
En resumen: para Freud la fuente de donde
proviene la energía psíquica es el Ello (en
forma de energía que apetece placer
sexual, o en forma de libido libremente
móvil), pero el Yo controla al Ello
manteniendo el contacto con la realidad
exterior en bien de la persona. Sin
embargo el proceso dinámico-económico
de distribución, control y gasto de energía
no es simple. El Yo gasta energía en sus
propios procesos psicológicos cuyo
objetivo es, en primer lugar, satisfacer las
necesidades biológicas (los impulsos del
Ello), actuando al servicio de las elecciones
o “catexias objetales” del Ello. El Yo
orienta la libido y la transforma en libido
objetal. La catexia objetal del Ello
concuerda y se refuerza con la libido
objetal que el Yo dirige hacia el objeto
satisfactorio. Por medio de un progresivo
aprendizaje el Yo va cargando sus
representaciones mentales de de tales
objetos satisfactorios apareciendo, así,
catexias del Yo, lo que genera un superávit
de energía que se orienta a descubrir
nuevos objetos hacia los cuales orientar
su libido que (aún cuando sigue
condicionada por el principio del placer)
puede ser desexualizada. Igual sigue
siendo una fuerza impulsora caracterizada
por su movilidad y capacidad de
desplazamiento. El modo en que el Yo
invierte su libido se relaciona con un
proceso clave, denominado
“identificación”.
Dice Freud: La identificación es la forma
primitiva de enlace a un objeto. Siguiendo
una dirección regresiva, se convierte en
sustitución de un enlace libidinoso a un
objeto en introyección del objeto en el Yo.
(5)
Burrhus Frederic Skinner (6)
Skinner propuso un análisis funcional de
la conducta que relaciona variables
independientes ambientales con variables
dependientes conductuales. Sugiere que
una vez conocidas las relaciones
funcionales se puede predecir una
conducta si se tienen claras las variables
controladoras (variables de las cuales la
conducta es función), y se puede controlar
una conducta si se manipulan esas
variables controladoras.
B.F. Skinner
Los estados hipotéticos internos
(motivación, deseos, sentimientos) no son
variables causales.
Las variables independientes pueden ser
temporalmente remotas (las contingencias
a las cuales estuvo expuesto el organismo
en su historia de aprendizaje). La conducta
está determinada; posee regularidades. Es
posible establecer leyes para predecirla y
controlarla.
Skinner se oponía a la idea de libre
albedrío (que concibe la conducta como
actos de un agente libre y no determinado
causalmente). La idea de que el individuo
está más allá de factores controladores le
parecía peligrosa y afirmaba que la era
necesario identificar los factores
controladores para ejercitar el máximo
control sobre la propia vida.
Lo que controla la conducta no son ni
sentimientos ni estados observados
introspectivamente sino procesos y
estructuras mentales dentro del
organismo. Sin embargo se opone a
quienes al explicar la conducta se
detienen en los “eventos privados”. La
6Autor: Rafael Castellano
cadena causal –sostiene- solo se
completa al llegar a las causas iniciadoras
en el ambiente. No existen causas
puramente mentales ni autonomía
humana. La regularidad de las conductas
tiene que ver con lo que llama
“reforzamiento” (consecuencias
ambientales cuyos efectos se detectan
más tarde). La conducta es función de sus
consecuencias ambientales pasadas. Los
genes no determinan directamente la
conducta. Lo que se hereda es la
susceptibilidad hacia ciertas
contingencias ontogenéticas. Toda
conducta es condicionada por factores
genéticos y ambientales.
Distingue entre “mente” (ficción
explicativa) y “eventos privados”
(imaginación, diálogo interno, atención,
emociones, percepción). Señala que los
términos psicológicos son válidos como
conductas verbales a estudiar, pero no
como factores explicativos.
Su objeto de estudio no es la mente o la
experiencia consciente, sino la conducta.
Entiende a la psicología como parte de la
biología, por lo que su objeto de estudio es
la conducta de los organismos. Optar por
la mente –dice- no contribuye a la
predicción y el control de la conducta.
Pero, siendo la conducta algo funcional y
contextuado, no puede restringirse al
organismo: debe abarcar sus relaciones
funcionales y no su morfología.
Considera importante tratar el tema de la
“privacidad” (fenomenología) abordándolo
desde la conducta en lugar de partir de la
experiencia inmediata. La conducta es, en
síntesis, un patrón modificado por la
exposición a contingencias de
reforzamiento durante la vida. Es el
resultado de esa historia de aprendizaje.
Pero esto no tiene que ver con un
almacenamiento de información de las
contingencias. Las contingencias de
reforzamiento cambian a la persona;
cambian el organismo pero no en un
sentido psíquico o cognitivo, sino
mediante cambios fisiológicos que dan
lugar a nuevas conductas. Las conductas
pueden ser “respondientes” (reflejos y
conductas aprendidas por ciertos
condicionamientos o estímulos) u
“operantes” (conductas llamadas
voluntarias que operan seleccionando
consecuencias en el ambiente). La
“operante” explica el propósito, significado
o intención cuando identifica sus variables
controladoras. Propósito, significado,
intención, no son propiedades de la
conducta en sí misma sino formas de
referirse a variables controladoras
(potencialmente manipulables). Skinner no
niega la conciencia pero la limita a dos
significados: a) capacidad de responder
ante ciertos estímulos; b) capacidad de
conducta auto- descriptiva.
Pues bien: estos dos enfoques (el de Freud
y el de Skinner) dominaban la escena por
entonces.
Dos psicólogos, desencantados con la
visión de Freud tendiente a explicar la
conducta humana en términos
“deshumanizantes” (en el sentido de que
obedecía a “energías”, “sistemas
psíquicos”, etc.), e insatisfechos con la
insistencia del psicoanálisis en pensar la
conducta partiendo de casos patológicos y
sin prestar demasiada atención a las
personas “sanas”, comienzan a abrir un
camino por el que luego transitará
Maslow: el de la reflexión psicológica a
partir de los principios de la filosofía
existencial. Esas dos personas fueron el
psiquiatra Ludwig Binswanger y el
psicoanalista -y también psiquiatra-
Medard Boss.
Binswanger sugirió que Freud estaba
perdiendo la realidad fenoménica de la
experiencia humana, refiriéndose al hecho
de que para la fenomenología existe una
unidad mente/cuerpo, y que en la
experiencia fenoménica la persona es y
permanece como una unidad.
Tanto Binswanger como Boss fueron muy
influenciados por la filosofía de Heidegger.
Ambos estudiaron la existencia del “ser”
en un tiempo presente, en un espacio
determinado y en la perspectiva de un
carácter ideográfico centrado en la
individualidad. La visión desarrollada por
estos autores concibe a un ser humano
que progresa activamente en la vida
asumiendo la responsabilidad de realizar
sus posibilidades, aprendiendo a
trascender realizando sus
potencialidades.
7Autor: Rafael Castellano
La psicología humanista de Maslow
también está fuertemente enraizada en el
existencialismo, que concibe al hombre
como un “ser- en- el- mundo”, consciente
de su propia existencia. Los
existencialistas rechazan la noción de que
las personas estén sobre-determinadas
por factores hereditarios o influencias
ambientales y creen que cada quien tiene
la libertad de elegir, y es responsable por
su propia existencia.
Los principios del existencialismo que
mayor influencia ejercieron sobre las
teorías de Maslow, son tres:
Libertad
Para el existencialismo el individuo es
completamente libre de elegir y es, por
tanto, completamente responsable de su
existencia. “La vida es lo que hacemos de
ella”. Tal libertad de elección no implica
necesariamente que el individuo actuará
en función de su mejor interés. La libertad
no asegura que todas las elecciones serán
sabias. Esta premisa existencial atrae a los
teóricos humanistas (Maslow incluído)
porque colocan al ser humano como eje
determinante de su propia conducta y
experiencia. El humano es un “agente
consciente” que experimenta, decide y
escoge sus acciones. La psicología
humanista toma este modelo como punto
de partida propio: un ser responsable, libre
y realizando elecciones entre diversas
posibilidades abiertas.
Devenir
Quizás, el concepto existencialista más
relevante (desde el punto de vista del
análisis de la teoría motivacional de
Maslow), es el de “devenir”. Para el
existencialismo una persona no es algo
estático: siempre está en el proceso de
devenir algo diferente. En consecuencia
depende de ella –en tanto agente libre-
realizar (en todo cuanto sea posible) sus
potencialidades. Solo “actualizando” esos
potenciales puede el individuo vivir una
vida auténtica. Para el humanismo, una
existencia auténtica requiere más que la
satisfacción de las necesidades biológicas
y los impulsos sexuales y/o agresivos. Las
personas que resisten el “devenir” se
niegan a sí mismas las posibilidades de
una vida humana. Para Maslow esto es
una tragedia porque contemplaba el
proceso de devenir (o –en sus propia
palabras- de auto –actualización o auto-
realización) como inherente a la naturaleza
humana. Esto no significa que los
psicólogos humanistas no reconozcan las
dificultades propias del intento por
desplegar una vida plena de sentido y
realización, sobre todo en un escenario de
profundos cambios culturales en el que los
valores y las creencias tradicionales han
dejado de actuar como guías para la vida.
Experiencia Humana
El humanismo enfatiza el modo en que la
consciencia, los sentimientos y emociones
subjetivas, y las experiencias personales,
se relacionan con la propia existencia en
un “mundo- de- otros”. Se trata de una
perspectiva “fenomenológica” para la cual
la cual la experiencia subjetiva (tal como
se presenta aquí y ahora) es el fenómeno
primario para el estudio de la naturaleza
humana. Las explicaciones teóricas son
secundarias respecto de la experiencia en
sí misma y respecto del sentido que esta
tiene para los propios individuos. En este
sentido, Maslow escribió: “El elemento
básico del campo del conocimiento es la
experiencia íntima y directa. (…) No existe
ningún substituto de la experiencia”. Esto
llevó a Maslow a apreciar la individualidad.
Este enfoque (en lo que se refiere al
estudio de la personalidad) se denomina
“ideográfico”: el foco principal está puesto
en las singularidades de cada persona.
Como resultado, Maslow sostuvo que toda
conducta está gobernada por una
tendencia hacia la auto-actualización,
tendencia que es idiosincrática
(característica) del individuo. Esta
tendencia lleva a los individuos a través de
una progresión jerárquica orientada a
alcanzar la auto-actualización. De un modo
similar a Freud denomina a cada una de
estas etapas “necesidades”, pero el
sentido o el énfasis es muy distinto:
Maslow no se refiere a procesos
inconscientes, y su teoría no hace
alusiones a conflictos internos que
operarían como la fuente de la motivación.
A diferencia de Freud enfatiza el
componente idiosincrático, individual, de
la naturaleza humana, y una progresión
sistemática a través de una pirámide de
necesidades jerárquicamente organizada.
(7)
B) MARCO ANTROPOLÓGICO Y
FILOSÓFICO DE LA OBRA DE
MASLOW.
8Autor: Rafael Castellano
Maslow, como ya señalé, se encuadró
dentro de las posturas teóricas del
existencialismo. Escribió:
Nos hallamos en un período de transición
de una imagen del ser humano a otra, de
una filosofía de vida a otra (…) Como
afirmación general puede llamarse visión
humanista (…) Se trata de un rechazo del
enfoque no humano, impersonal y
orientado hacia el objeto (…) ¿Que está
sucediendo en la psicología? El punto de
vista mecanicista de la ciencia, la imagen
conductista de los seres humanos, trata al
individuo como un objeto pasivo (…) El
nuevo existencialismo contrasta la imagen
de los seres humanos como objetos
pasivos, dominados por las fuerzas
económicas marxistas o por las fuerzas
inconscientes freudianas con la imagen
del ser humano como alguien en
movimiento. Hoy día se habla mucho de
elección, experiencia personal, decisión y
responsabilidad. Hay muchos escritos
sobre la forma en que es posible (…) tomar
nuestro propio destino en nuestras manos.
En los escritos de Skinner nunca
encontrarán estas palabras. Por el
contrario, él constantemente habla de
refuerzo. En la novela de Skinner “Walden
Dos” se trata a toda la población
condicionándola, conformándola y
moldeándola por un profeta benévolo (…)
Por el contrario, el enfoque existencialista
pone de relieve la capacidad de cada
persona para escoger y para resistir (…)
Actualmente se habla mucho del Yo y de
la identidad personal. Lo que se halla
implicado en estos debates es algo que
podemos llamar “cualidad del ser
humano”, pero entre los pensadores
mecanicistas no existe el concepto de
naturaleza humana. El existencialismo es
el “agente” (…) el que decide. (8)
En relación a este punto afirmaba lo
siguiente:
“Elegir, reconocer y asumir lo propio, lo
idiosincrático, es lo mismo que elegir la
realización de los potenciales instintoides.
En la búsqueda personal de identidad
descubrimos la manera en que somos
distintos de las demás personas, pero –al
mismo tiempo- descubrimos lo que es
común a todos. No se trata de una teoría
conductista o de los instintos: las
conductas que están genéticamente
determinadas son “reflejas” y no tienen
mucha importancia para el psicólogo,
como si la tienen los impulsos, las
necesidades en sentido estricto (…) Me
importa destacar lo instintoide (aunque
esta palabra me haya generado muchos
problemas) porque me irrita el punto de
vista que acentúa en exceso lo sociológico
y ambiental en la psicología, como es el
caso de Erich Fromm. (…) Aunque la meta
consiste en volverse plenamente humano,
en convertirse en todo lo que la persona
puede llegar a ser, la persona tiene que
hacer elecciones y seleccionar entre una
gran reserva de potenciales. Para una
persona muy limitada o poco inteligente, la
plena realización (el máximo de lo que
puede lograr) puede consistir en algo muy
simple. (…) Al elegir, uno también hace
sacrificios porque posterga ciertos
potenciales. (9)
La psicología humanista supone que
existe una esencia humana definida. La
forma concreta que adopta es la “teoría de
los instintos”, pero también tiene que ver
con la “teoría de la capacidad y de las
necesidades”, es decir, con el hecho de
“capacidades que quieren expresarse y
realizarse” (en este punto Maslow subraya
una diferencia con la idea de Sartre de una
relatividad total, sosteniendo –por el
contrario- que la naturaleza humana no es
infinitamente maleable y que posee
parámetros definidos). (9). Cada uno de
nosotros, desde su óptica, tiene una
naturaleza superior que es parte de
nuestra esencia, lo que significa que –bajo
condiciones favorables- las personas
manifestarán rasgos como afecto,
altruismo, amistad, generosidad, bondad.
Estas son las características propias de lo
que llamó “autorrealización”. Esta
naturaleza superior se manifiesta gracias a
buenas condiciones del entorno, en las
personas “plenamente evolucionadas”.
Esto no significa que Maslow rechace las
diversas teorías que señalan que en los
humanos radica tanto el potencial para lo
bueno como para lo malo, pero pone el
acento en la tendencia a lo bueno en
entornos favorables. Así, afirmó: “Una
buena sociedad es aquella que posibilita
la autorrealización de sus miembros”. (10)
“El humano, cuando está plenamente
implicado en lo que hace, tiende a
considerar que sus mayores
gratificaciones son las meta-
gratificaciones, los “valores del ser”:
contribuir a la justicia, la excelencia, la
belleza, la verdad. (11)
9Autor: Rafael Castellano
Abraham Maslow
Pues bien, nos habíamos planteado
identificar cuáles son los elementos que
distinguen los planteos teóricos de
Maslow respecto de los de aquellos de
quienes pretendió diferenciarse (el
psicoanálisis freudiano y el conductismo
de Skinner). Repasemos entonces las
principales divergencias.
Para Freud, la fuente de donde proviene la
energía psíquica es el Ello, donde actúan
instintos orgánicos cuyo único criterio de
discernimiento es el placer o displacer. No
hay allí moralidad, temporalidad,
maduración ni teleología alguna. La
constitución del Ello es irracional e
inconsciente. En el Yo sí aparecen
fenómenos psíquicos conscientes,
temporalidad, aprendizaje y principios
morales (Superyó), pero no es allí donde
radican las motivaciones y la energía. Su
función –antes bien- es controlar, reprimir
y orientar las demandas que surgen del
Ello. El Yo es en mayor medida sede de
remordimientos, culpas y angustias que de
motivaciones. Las representaciones
mentales que el Yo produce para descubrir
e investir objetos satisfactorios -en
términos de las exigencias del Ello-,
implican un desgaste de energía, pero el
origen de tal desgaste se inicia en el Ello.
El Yo, cuando logra generar un superávit
de energía, se orienta a descubrir nuevos
objetos en los que invertir su propia libido,
mediante el proceso de identificación.
Para Skinner, la conducta no está
determinada por causas mentales, ni
exclusivamente genéticas, ni se puede
hablar de autonomía humana. Las causas
iniciadoras de la conducta son externas,
están en el ambiente, y los patrones de
conducta se van estableciendo mediante
procesos de reforzamiento. En ellos no hay
propósito, significado ni intención, sino
solo manipulación de variables
controladoras. La conciencia no va más
allá de la capacidad para responder ante
ciertos estímulos, o para la auto-
descripción.
Maslow, por el contrario, coloca al ser
humano como eje de su propia conducta y
experiencia, como “agente consciente”
que experimenta y decide sus acciones.
Pero este decidir va más allá de la
satisfacción de necesidades biológicas y
pulsiones. La naturaleza humana tiende a
“devenir”, a realizar –en cuanto sea
posible- sus potencialidades. Toda
conducta está gobernada por una
tendencia a la actualización. Y cada
persona es singular por lo que los
procesos de auto-actualización también lo
son.
En una difundida entrevista en la
Universidad de Brandeis con el Dr. Frick
(12), Maslow expresa que el hombre realiza
sus potenciales de manera muy similar a
como una bellota se transforma en un
árbol. Esta sentencia le sugiere a Frick una
suerte de “programación” que le preocupa.
Maslow no rechaza esta connotación pero,
al ratificarla y reelaborarla, expresa una
postura nítidamente existencialista. Dice:
Tenemos un sentido interior de una fuerza
irresistible y prácticamente nada puede
impedir que un gato se convierta en un
gato, pero actuar sobre esa naturaleza es
lo que constituye la insistencia existencial
en la que el hombre se hace a sí mismo.
Diría que las potencialidades de la
naturaleza humana tienen una raíz
biológica y son instintoides, pero que es
en la cultura y en la propia vida, y con
voluntad y con auto-responsabilidad que
el hombre se hace a sí mismo. Es decir, sin
no se hace nada con las potencialidades
uno es un vegetal, de modo que el trabajo
esforzado es el camino (...) (Pero) no hay
que pecar de antibiologismo.
Frick le señala una posible contradicción:
descubrir la propia naturaleza o crearla,
elegirla. Maslow contesta:
Falta una palabra que exprese
conjuntamente las ideas de descubrir (los
propios talentos, tendencias, gustos,
propensión constitucional temperamental)
y revelar, crear (mediante el esfuerzo y la
propia determinación de uno mismo); pero
con acento en lo “receptivo”. La creación
no es arbitraria. No puedo transformarme
en mujer, salvo de una manera muy
ineficaz e insatisfactoria.
Así, crear parece ser –para Maslow-
descubrir que es uno (tendencias,
propensiones, intenciones) y, luego,
trabajar para que todo eso se actualice, se
concrete.
Sin embargo, dice:
(Pero) la mayoría de las personas no solo
10Autor: Rafael Castellano
no conocen y no aprecian su tendencia a
volverse más plenamente humanas, sino
que están dominadas por las necesidades
del momento. No saben de antemano que
luego de haber llegado esa gratificación
buscarán otra necesidad superior. Para
ellos el valor absoluto es la necesidad, en
la jerarquía, por la que están dominados
durante un período particular.
2) LA JERARQUÍA DE NECESIDADES (13)
A) BREVE PRESENTACIÓN DEL
DESARROLLO DE MASLOW
Trabajando con monos, Maslow descubrió
- muy al principio en su carrera- que
ciertas necesidades prevalecen sobre
otras. Por ejemplo, si alguien está
hambriento o sediento tenderá a calmar la
sed antes que comer. Alguien puede
pasarse sin comer unos cuantos días, pero
solo podrá estar un par de días sin agua.
La sed es una necesidad “más fuerte” que
el hambre. De la misma forma, si alguien
está muy sediento, pero lo han sometido a
condiciones que no le permiten respirar,
privilegiará la necesidad de respirar. El
sexo, naturalmente, es menos importante
que cualquiera de estas necesidades.
Maslow recogió esta idea y creó su ahora
famosa jerarquía de necesidades. Además
de considerar las evidentes agua, aire,
comida y sexo, identificó cinco grandes
bloques: las necesidades fisiológicas,
necesidades de seguridad y
reaseguramiento, la necesidad de amor y
pertenencia, necesidad de estima y la
necesidad de actualizar el sí mismo (self);
en ese orden.
1. Las necesidades fisiológicas.
Incluyen las necesidades que tenemos de
oxígeno, agua, proteínas, sal, azúcar, calcio
y otros minerales y vitaminas. También se
incorpora aquí la necesidad de mantener
el equilibrio del PH (volverse demasiado
ácido o básico nos mataría) y de la
temperatura (36.7 ºC o cercano a él). Otras
necesidades consideradas en este punto
son las dirigidas a mantenernos activos, a
dormir, a descansar, a eliminar
desperdicios (CO2, sudor, orina y heces), a
evitar el dolor y a tener sexo.
Maslow creía, apoyándose en sus
investigaciones, que éstas eran de hecho
necesidades individuales y que, por
ejemplo, una falta de vitamina C
conduciría a una persona a buscar
específicamente aquellas cosas que en el
pasado proveían de vitamina C, por
ejemplo el jugo de naranja.
2. Las necesidades de seguridad y
reaseguramiento. Cuando las
necesidades fisiológicas se mantienen
compensadas, entra en juego este
segundo grupo relacionado con la
preocupación por cuestiones relativas a la
provisión de seguridad, protección y
estabilidad. Incluso puede desarrollarse
una necesidad de estructura, de ciertos
límites, de orden.
Desde una perspectiva negativa, el sujeto
puede empezar a preocuparse no por
necesidades como el hambre y la sed, sino
por sus miedos y ansiedades. En el adulto
medio no marginalizado, este grupo de
necesidades se representa en las
urgencias por hallar una casa en un lugar
seguro, la estabilidad laboral, un buen plan
de jubilación un buen seguro de vida, etc.
3. Las necesidades de amor y de
pertenencia. Cuando las necesidades
fisiológicas y de seguridad se equilibran
entran en escena las necesidades de
amistad, de pareja, de hijos, de relaciones
afectivas en general, incluyendo la
sensación general de comunidad. Desde el
ángulo negativo, nos volvemos
exageradamente susceptibles a la soledad
y a las ansiedades sociales. En nuestra
vida cotidiana, exhibimos estas
necesidades en nuestros deseos de unión
(matrimonio), de tener familias, de ser
parte de una comunidad, de ser miembros
de una iglesia, de una hermandad, de ser
parte de una barra de amigos o pertenecer
a un club. También se manifiesta en lo que
buscamos al elegir una carrera.
4. Las necesidades de estima.
Resuelto lo anterior empezamos a
preocuparnos por la autoestima. Maslow
describió dos versiones de necesidades de
estima, una baja y otra alta. La baja es la
del respeto de los demás, la necesidad de
estatus, fama, gloria, reconocimiento,
atención, reputación, apreciación, dignidad
e incluso dominio. La alta comprende las
necesidades de respeto por uno mismo,
incluyendo sentimientos tales como
confianza, competencia, logros, maestría,
11Autor: Rafael Castellano
independencia y libertad. Señalaba que
esta es la forma “alta” porque, a diferencia
del respeto de los demás, una vez que
desarrollamos cierto respeto por nosotros
mismos, suele ser más estable y es más
difícil perderlo.
La versión negativa de estas necesidades
es una baja autoestima y complejos de
inferioridad. Maslow creía que Adler había
descubierto algo importante cuando
propuso que este asunto estaba en la raíz
de muchos de nuestros problemas
psicológicos.
Maslow llama a estos cuatro niveles
anteriormente mencionados necesidades
de déficit o Necesidades-D. Si no tenemos
lo suficiente de algo (tenemos un déficit),
sentimos la necesidad. Pero si logramos lo
que necesitamos, no sentimos tal déficit.
En otras palabras, no tenemos esa
motivación.
El autor también habla de estos niveles en
términos de homeostasis, principio a
través del cual opera nuestro termostato
de forma equilibrada: cuando hace mucho
frío, enciende la calefacción; cuando hace
mucho calor, apaga el calentador. De la
misma manera, en nuestro cuerpo, cuando
falta alguna sustancia, desarrolla un ansia
por ella; cuando logra conseguir suficiente
de ella, entonces se detiene el ansia. Lo
que Maslow hace es simplemente
extender el principio de la homeostasis a
las necesidades, tales como la seguridad,
pertenencia y estima. Considera a todas
estas necesidades como esencialmente
vitales. Incluso el amor y la estima son
necesarios para el mantenimiento de la
salud. Afirma que todas estas necesidades
están construidas genéticamente en todos
nosotros, como los instintos. De hecho, les
llama necesidades instintoides (casi
instintivas).
En términos de desarrollo general, nos
movemos a través de estos niveles como
si fueran estadios. Apenas nacidos,
nuestro foco (o casi nuestro completo
complejo de necesidades) está en lo
fisiológico. Inmediatamente, empezamos a
reconocer que necesitamos estar seguros.
Poco tiempo después, buscamos atención
y afecto. Un poco más tarde, buscamos la
autoestima.
Bajo condiciones de estrés o cuando
nuestra supervivencia está amenazada,
podemos “regresar” a un nivel de
necesidad anterior.
También todo esto puede ocurrir en una
sociedad de cierto bienestar: cuando la
sociedad sufre abruptas disrupciones las
personas empiezan a reclamar que un
nuevo líder tome las riendas y se haga
cargo.
Maslow sugiere que podríamos
preguntarles a las personas sobre su
“filosofía de futuro”, cuál sería su ideal de
vida o del mundo y- así - conseguir
suficiente información sobre cuáles de sus
necesidades están cubiertas y cuáles no.
Quien tiene problemas significativos a lo
largo de su desarrollo (por ejemplo,
periodos más o menos largos de
inseguridad o desamparo en la infancia, o
la pérdida de un miembro familiar por
muerte o divorcio, o rechazo significativo y
abuso) podría “fijar” este grupo de
necesidades para el resto de su vida.
12Autor: Rafael Castellano
Esta es la comprensión de Maslow sobre
la neurosis. Por ejemplo: quien atravesó
situaciones de privaciones en su infancia,
aunque tenga ahora todo lo que necesita,
se seguirá sintiendo necesitado-
obsesivamente- por tener dinero y ahorrar
constantemente. O, si sus padres se
divorciaron cuando aún era muy pequeño;
aunque ahora tenga una familia integra se
sentirá constantemente celoso o creerá
que lo van abandonar en cualquier
oportunidad porque no es lo
suficientemente “bueno” para ella.
5. Auto-actualización
El último nivel es diferente. Maslow ha
utilizado una gran variedad de términos
para referirse al mismo: motivación de
crecimiento (opuesto al déficit
motivacional), necesidades de ser (o B-
needs, opuesto al D-needs), y auto-
actualización.
Se trata de necesidades que no
comprenden balance u homeostasis. Una
vez logradas, continúan haciéndonos
sentir su presencia. De hecho, tienden a
ser aún más insaciables a medida que las
alimentamos. Comprenden aquellos
continuos deseos de llenar potenciales, de
“ser todo lo que se pueda ser”. Es una
cuestión de ser más completo; de estar
“auto-actualizado”.
Dada la dificultad evidente de cubrir
satisfactoriamente todas las necesidades
previas de la jerarquía, no es sorprendente
que solo exista un puñado de personas
que sean verdadera y predominantemente
auto-actualizadas. En algún momento,
Maslow sugirió que se trata de apenas un
2%.
La pregunta es: ¿qué es lo que Maslow
quiere decir exactamente con auto-
actualización? Para responder, tendremos
que analizar a aquellas personas que
Maslow considera auto-actualizadas.
Empezó escogiendo a un grupo de
personas (algunas figuras históricas y
otras que él conocía y que le parecía que
cumplían con los criterios de ser auto-
actualizadas). Se incluyeron en este
angosto grupo personajes como Abraham
Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma
Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt,
William James, y otros. Luego se centró en
sus biografías, escritos, actos,(y palabras
de aquellos a los que conoció
personalmente) y así sucesivamente. De
estas fuentes, desarrolló entonces una
lista de cualidades similares a todo el
grupo, opuesta a la gran masa compuesta
por el resto. Estas personas estaban –
sugirió- centradas en la realidad, lo que
significa que podían diferenciar lo falso o
ficticio de lo real y genuino. También eran
personas centradas en el problema, o lo
que es lo mismo, personas que
enfrentaban los problemas de la realidad
en virtud de sus soluciones, no como
problemas personales inabordables o ante
los que se sometían. Y además, tenían una
percepción diferente de los significados y
los fines. Creían que los fines no
necesariamente justifican los medios; que
los medios pueden ser fines en sí mismos
y que los medios eran con frecuencia más
importantes que los fines.
Los auto-actualizadores poseían también
una manera peculiar de relacionarse con
los demás. En primer lugar, tenían una
necesidad de privacidad, y se sentían
cómodos estando solos. Eran
relativamente independientes de la cultura
y el entorno, apoyándose más en sus
propias experiencias y juicios. Así mismo,
eran resistentes a la enculturación, esto es,
que no eran susceptibles a la presión
social; eran de hecho, inconformistas en el
mejor sentido.
Poseían, por otra parte, lo que Maslow
llamaba valores democráticos, o sea, que
eran abiertos a la variedad étnica e
individual, e incluso la defendían. Tenían la
cualidad llamada en alemán
Gemeinschaftsgefühl (interés social,
compasión, humanidad). Y disfrutaban de
las relaciones personales íntimas con
pocos amigos cercanos y miembros
familiares, más que de un montón de
relaciones superficiales con mucha gente.
Tenían un sentido del humor no hostil,
prefiriendo las bromas a costa de sí
mismos o de la condición humana, pero
nunca dirigida a otros. Poseían además
una cualidad llamada aceptación de sí
mismo y de los demás, lo cual implica que
preferían aceptar a las personas como
eran, más que querer cambiarlas. La
misma actitud la tenían consigo mismos:
si tenían alguna cualidad que no fuese
dañina, la dejaban estar, incluso aunque
fuese una rareza personal. En consonancia
13Autor: Rafael Castellano
con esto surge la espontaneidad y
simplicidad: ellos preferían ser ellos
mismos antes que pretenciosos o
artificiales. De hecho, ante sus
inconformidades, tendían a ser
convencionales en la superficie,
precisamente lo contrario que los
inconformistas menos auto-actualizados
que tienden a ser más dramáticos.
Además, estas personas tenían una cierta
frescura en la apreciación; una habilidad
para ver cosas, incluso ordinarias, como
preciosas. Por consiguiente eran creativos,
inventivos y originales. Y, finalmente,
tenían una tendencia a vivir con mayor
intensidad las experiencias que el resto de
las personas. Una experiencia cumbre,
como le gustaba llamarla, es aquella que
nos hace sentir como fuera de nosotros;
como pertenecientes a un Universo;
pequeños o grandes en virtud de nuestra
pertenencia a la naturaleza. Sostenía que
estas experiencias tienden a dejar una
huella sobre las personas que las viven,
transformándolas. Mucha gente busca
estas experiencias de forma activa.
También son llamadas experiencias
místicas y constituyen parte importante de
muchas religiones y tradiciones filosóficas.
No obstante, Maslow no creía que los
auto-actualizados sean personas
perfectas. También descubrió una serie de
imperfecciones a lo largo de su análisis: en
primer lugar, con bastante frecuencia
sentían ansiedad y culpa; pero una
ansiedad y culpa realistas, no neuróticas o
fuera de contexto. Algunos de ellos eran
“idos” (ausentes mentalmente). Y por
último, algunos otros sufrían de
momentos de pérdida de humor, frialdad y
rudeza.
B) PRESUPUESTOS DE LA TEORIA
DE LA JERARQUÍA DE
NECESIDADES (14)
 Libertad
El ser humano es
fundamentalmente libre y
responsable por su conducta. Esa
libertad se manifiesta en el modo
en que cada quien decide como
satisfacer sus necesidades, y –
más específicamente- en cómo
cada persona tiende hacia la auto-
actualización, decidiendo cuáles
son sus potencialidades y cómo
desarrollarlas. Una persona es
tanto más libre cuanto menos
dominada se encuentra por las
necesidades fisiológicas. A
medida que una persona asciende
a través de la jerarquía, va
progresivamente esculpiendo su
propia individualidad; va creando
la “clase de persona que será” a
partir de una serie de
posibilidades. Las personas se
autorrealizan “a su modo”.
 Racionalidad
Maslow resaltaba la capacidad de
los humanos de recordar
conscientemente experiencias
pasadas y considerar
posibilidades futuras y
experiencias presentes, y –así-
decidir respecto de cursos de
acción. Cualquier ser humano
realiza este tipo de actividades
cotidianamente, por lo que –cree
Maslow- la racionalidad es central
en la conducta humana. Maslow
no ignora que la irracionalidad se
manifiesta en conflictos entre
necesidades, compulsiones,
inconsistencias en la conducta y
en los procesos inconscientes,
pero sostiene que el
comportamiento está mayormente
gobernado por fuerzas racionales.
Su convicción lo lleva a afirmar
que el reporte consciente que una
persona ofrece sobre su propia
experiencia subjetiva, es un
elemento válido para el estudio
científico (los psicólogos –en
general- rechazan los métodos
introspectivos, salvo en casos muy
específicos). Para Maslow los
seres humanos toman decisiones
racionales para actualizar su
potencial.
 Constitucionalismo
Si las personas son libres para
auto-esculpirse y determinar
creativamente sus propios
destinos, entonces ni lo
constitucional ni lo ambiental
tienen un rol significativo en lo que
14Autor: Rafael Castellano
se refiere al moldeado de la
conducta. Pero, de los dos, Maslow
se inclina a otorgar mayor peso a
lo constitucional, desde el
momento en que en la base de su
concepto de “jerarquía” están las
necesidades fisiológicas
(originalmente constitutivas).
Otros rastros de
constitucionalismo pueden
hallarse en el concepto de
autorrealización. Maslow
considera el impulso hacia la
actualización del propio potencial
como un “aspecto inherente de lo
que una persona es”, en lugar de
cómo aquello que una persona
“aprende”. Ese impulso es innato.
El rol de la sociedad y la cultura se
limita a ser –meramente- el de
“facilitador” o “inhibidor”. El
ambiente social no puede formar
ni alterar la cualidad y la
naturaleza esencial de la auto-
actualización (determinada
fundamentalmente por lo
biológico). Lo máximo que una
sociedad y una cultura pueden
hacer es alentar la auto-
actualización mediante la
gratificación de las necesidades
más básicas, y proveyendo
oportunidades y formas de
expresión. Pero, es importante
resaltar que debido a su fuerte
compromiso con la presunción de
libertad, la inclinación de Maslow
hacia el constitucionalismo es
apenas más enfática que la que
muestra hacia el ambientalismo.
 Maleabilidad
La libertad y el crecimiento
(entendido como la constante
persecución de la auto-
actualización, ubicada en la
cumbre de la pirámide) interactúan
-en la teoría humanista-
provocando cambios en la
personalidad de los individuos a
través del tiempo. En la medida en
que una persona asciende en la
jerarquía de necesidades, se
convierte progresivamente en
alguien más libre para escoger la
dirección de su crecimiento
personal. Los cambios en la
personalidad deben - así- ser
concebidos como movimientos
hacia la auto-actualización de los
propios potenciales. Aún cuando
algunos de estos potenciales son
innatos, el grado y la forma de su
actualización dependen
centralmente de elecciones
personales.
 Subjetividad
La perspectiva fenomenológica del
aquí y ahora, a la que suscribe
Maslow lo enrola en los
presupuestos propios de la
subjetividad. Las personas no
pueden ser entendidas si no es en
referencia a su mundo interior
privado; la experiencia subjetiva es
más importante que las conductas
observables. Así, si bien la
jerarquía de necesidades es
común para todos los humanos,
las necesidades se manifiestan de
un modo específico en cada
individuo y se expresan de modos
únicos. Cada persona está
constantemente persiguiendo la
actualización de un “self”, que
únicamente ese individuo puede
apreciar y experimentar
subjetivamente.
 Proactividad
El ser humano, tal como lo concibe
Maslow no se comporta en
función de respuestas a estímulos
externos. Las personas tienden a
satisfacer sus estados interiores;
son esas necesidades las que
generan los comportamientos. No
puede, por ejemplo, existir un
estímulo externo asociado a la
auto-actualización (por su propia
naturaleza se trata de un concepto
proactivo). La gente, cree Maslow,
está orientada hacia el futuro,
consciente de sus potencialidades
y siempre luchando por realizarlas
en su ser. El único modo en que
una persona puede auto-
actualizarse es a través de
acciones generadas internamente.
15Autor: Rafael Castellano
 Teleología
¿De dónde proviene el “estímulo interno”
que origina la mencionada proactividad, la
búsqueda incesante de una realización
que opera “de adentro hacia afuera”?
La idea de “realización” es una noción
compleja que no se limita al pleno
desarrollo de ciertas potencialidades
personales entendidas en términos de
dones, talentos o capacidades. Parte de
una manera de concebir la “salud” que se
establece en disputa con Freud. El
concepto clásico de Freud de salud (15) se
traduce normalmente en la fórmula:
capacidad de trabajar y capacidad de
amar. La capacidad de establecer vínculos
gratificantes con otras personas (amar) y
con las cosas (el trabajo) daría por
resultado una vida gratificante, saludable y
plena.
El hombre dentro de esta concepción es
un ser incompleto que se completa al
amar y ser amado, así como al cumplir con
deberes que le requiere la vida en
sociedad.
Maslow modifica esta concepción de
salud al ampliarla y definirla desde el
contexto a la vez que interiormente.
Agrega a las dimensiones objetales de
Freud el plano ético. Dice
Estoy rechazando deliberadamente
nuestra distinción facilona entre
enfermedad y salud, por lo menos en
cuanto a los signos aparentes se refiere.
¿Significa enfermedad tener síntomas? Yo
sostengo, con respecto a esto, que la
enfermedad puede consistir muy bien en
no tener síntomas cuando deberían
tenerse. ¿Salud significa estar libre de
síntomas? Yo lo niego. ¿Qué Nazis
estaban sanos en Auschwitz o Dachau?
Aquellos que sentían angustiada su
conciencia o los que la poseían lozana,
clara y feliz? ¿Es posible que una persona
profundamente humana no sintiera, en
tales circunstancias, conflicto, sufrimiento,
depresión, cólera, etc.?
Como dice G. Aquino (a quien estoy
siguiendo en este punto) la salud,
entonces, más que un equilibrio, una
homeostasis, es una dinámica lanzada
desde la estructura interna hacia el futuro.
De allí que la relación entre
autoconocimiento, ética, vocación y
proyecto de vida sean los pilares o los
frentes de lucha contra la frustración, la
neurosis, la enfermedad (…) En el hombre
está, entonces, la necesidad de
autodesarrollo en plano ontológico y, por lo
tanto, el principio de salud como
necesidad.
Este concepto de hombre trasciende la
visión de un ser encerrado en la
alternancia entre el principio de placer y el
instinto de autodestrucción. Es una
concepción de la criatura humana como
permanente vocación y anhelo de sí
misma. Para Maslow la vocación difiere y
trasciende al modelo psicoanalítico de
sublimación, identificaciones y
reparaciones. Si las necesidades de
autodesarrollo y de autorrealización dan la
intensidad, la vocación dará la orientación.
Dice Maslow:
Por lo que se refiere al estado motivacional,
las personas sanas han satisfecho
suficientemente sus necesidades básicas
de seguridad, entrega, amor, respeto y
autoestima, de tal modo que ahora se
sienten motivadas por tendencias
conducentes a la autorrealización, definida
como realización creciente de las
potencialidades, capacidades y talentos;
como cumplimiento de la misión o llamada,
destino, vocación; como aceptación más
plena de la naturaleza intrínseca propia y
como tendencia hacia la unidad,
integración o sinergia dentro de los límites
de la misma persona.
Esta concepción teleológica implica
concebir la vocación como mandato (…) El
desarrollo de esta vocación, de este
llamado interno, es –entonces- un proceso
individual de responsabilidad hacia sí
mismo (…) No es un estado dado sino un
logro. (16)
16Autor: Rafael Castellano
3) CONSIDERACIONES CRÍTICAS.
En su interés por tomar distancia de las
teorías sobre la personalidad humana de
matriz freudiana (el hombre como sede de
un conflicto entre las pulsiones orgánicas
inconscientes y las restricciones de la
realidad y la cultura) y de las teorías
disposicionales (encarnadas en los
diversos enfoques que enumeran rasgos
inmutables de personalidad), Maslow
desarrolla una visión del fenómeno
humano respecto de la cual podrían
enunciarse algunas observaciones críticas.
Trascendentalismo antropocéntrico
Hay en los escritos de Maslow una deriva
trascendentalista y antropocéntrica de
orden metafísico. Afirma que existe una
esencia humana definida de naturaleza
superior, tal que, bajo condiciones
favorables, las personas manifestarán
rasgos como afecto, altruismo, amistad,
generosidad, bondad.
Esta “esencia” o “naturaleza” pareciera ser
el fundamento de la ética. Una persona
“profundamente humana” no puede no
sentir, en circunstancias como las
imperantes en la Alemania nazi, conflicto,
sufrimiento, depresión, cólera, etc. Las
personas “sanas” -afirma Maslow- sienten
la necesidad interior de diferenciarse de un
contexto enfermo y “enfermante”. Este
punto es interesante porque si los valores
no son propiamente culturales (y partiendo
de la idea de que alguien sano necesita –
para protegerse- diferenciarse de su propia
cultura) cabe preguntarse cual es el origen
de tales valores. ¿Tienen relación con
algún ente sobrenatural? ¿Son fruto de
una “buena conciencia” universal
sedimentada a través de siglos de
experiencia humana? Uno podría
interrogarse (a la luz de la trama de la
historia universal, en la cual fueron más
comunes los períodos de guerras,
devastación, sometimiento e intolerancia
que los de paz y armonía) ¿cómo puede
explicarse que esa esencia humana –
enunciada por Maslow- no haya
prevalecido y no hayan florecido mejores
sociedades?
¿Qué impacto puede tener esta postura
trascendentalista al ser aplicada a una
teoría motivacional? Por lo pronto habría
que aceptar que los contravalores que se
oponen a las “buenas tendencias”
enunciadas por Maslow (contravalores
como el odio, la avaricia, el egoísmo, la
enemistad o la maldad) nunca actuarían
como telón de fondo emocional de las
acciones humanas, y que, por
consiguiente, siempre que alguien realiza –
conscientemente- algo perjudicial para
terceros, ese agente estaría actuando
contra su esencia y por razones de fuerza
mayor impuestas por el ambiente. Sin
embargo, la experiencia corriente resulta
contra-intuitiva respecto de esta postura de
Maslow.
Esta postura trascendentalista tiene otras
implicancias. El ser trascendente que
imagina Maslow no tiene otro guión más
importante para encauzar su vida que sus
propios valores éticos, su vocación y la
plena realización de sus capacidades.
Pareciera no haber en este esquema
pautas culturales que puedan desviar al
ser humano de ese derrotero, salvo la
lucha por satisfacer las necesidades
correspondientes a las escalas más bajas
de la jerarquía. Aquí, surgen dos
problemas importantes. El primero tiene
que ver con la subestimación de lo que se
denomina “adscripción social de motivos”
(asunto del que hablaremos enseguida). El
segundo se vincula con una vaga idea de
destino, que sería una mezcla de
potencialidades, vocación, valores,
voluntad y circunstancias. Veamos lo que
dice el propio Maslow:
Quien traiciona su talento, quien ha nacido
pintor y en su lugar vende medias, el
hombre inteligente que vive una vida
estúpida, el que contempla la verdad y
mantiene cerrada la boca, el cobarde que
rinde sus fuerzas, todos ellos perciben en el
fondo que se han hecho una injusticia a sí
mismos y se desprecian por ese motivo.
(17)
Este párrafo - expresado con toda
crudeza- es diáfano, pero sus
consecuencias resultan preocupantes, o –
cuando menos- intrigantes para un lector
situado a principios del siglo XXI. Antes
de emitir cualquier opinión convendría
apelar a una parte de la entrevista que
Frick le realizó a Maslow en Brandeis. (18)
Frick: Doctor Maslow, usted ha
caracterizado a las personas
17Autor: Rafael Castellano
autorrealizadoras como modelos, como
individuos que eligen bien (…) En otras
palabras, usted parece pensar que (…)
proporcionan realmente una respuesta a la
pregunta ¿cuál es la vida buena? También
ha sugerido que las elecciones libres y los
valores de los individuos que se
autorrealizan señalan que es lo bueno para
la mayoría de los otros seres humanos.
Ahora bien, si esto es cierto (…) ¿Cuáles
serían las consecuencias particulares de
este hallazgo? ¿Qué significa? Debo
confesar que me asusta un poco.
Maslow: ¿Qué significa la autorrealización
en un débil mental? O bien, ¿qué significa
la autorrealización, y es acaso posible, para
alguien atrapado en una situación en la
que debe sacrificar sus propios potenciales
individuales? Usted sabe a qué me refiero;
el hombre con cuatro hijos, un empleo
espantoso y una hipoteca. Quizás el sepa
que quiere hacer, pero no puede hacerlo
por los demás. (…) Siempre hemos partido
del supuesto de que si se deja a los
individuos librados a sus propios recursos,
ellos “crecerán”; si se deja que todo
dependa de la elección individual (…) esta
libertad será bien utilizada (…) Ahora nos
estamos enterando de cuándo funciona y
cuándo no, y en qué circunstancias (…) Las
metas de la autenticidad, de lo que
podríamos llamar idealismo (verdad,
honestidad, justicia y excelencia pura) (…)
es un proyecto para toda una vida (por el)
que uno lucha y trabaja por lograrlo, y que
no se logra en una única y enorme
“experiencia cumbre” (…) La
metamotivación no puede sobrevenir en
forma automática luego de la gratificación
de las necesidades básicas(…) Uno
encuentra gente que está en la (…) hermosa
situación gratificadora de necesidades y,
sin embargo, tiene una suerte de patología
de los valores.
Frick: En otras palabras, incluso con todas
estas gratificaciones básicas, ¿usted quiere
decir que no pasan a ninguna etapa de
autorrealización?
Maslow: Algunos sí y otros no. Algunos no
lo hacen. Simplemente se deprimen en ese
momento, y muchas otras cosas que he
descripto como “metapatología”,
incluyendo toda clase de trastornos de los
valores: no solo cinismo y nihilismo y un
tipo destructivo de anarquismo (…) sino
también anomia y desesperanza y
pesimismo que llevan a la apatía; y
también perfeccionismo, es decir, “o las
cosas son perfectas o no me involucraré”,
que desde luego no encaja en el mundo
real.
Fritz: Digamos que tomamos dos personas,
una de las cuales está básicamente
gratificada en sus necesidades y se siente
segura, cómoda y funcionando dentro de
ese marco. La otra persona está gratificada
y, sin embargo, una de ellas avanza hacia
algo mejor, mas autorrealizador, y la otra
permanece estancada en un sentido de
enclavamiento. ¿Qué determina esa
diferencia?
Maslow: En líneas generales una es “pro-
vida” y la otra es “pro-muerte”. Hay
muchos otros términos: el ganador y el
perdedor, el que se esfuerza y el que no lo
hace, el triunfador y el fracasado, el
luchador débil o el activo y el pasivo. Por el
momento uso “pro-vida” o “vida-positivo”
(…)
Frick: Pero esta orientación positiva con
respecto a la vida no necesariamente
sobreviene en forma automática, como una
función de la gratificación de necesidades
básicas, ¿no es así?
Maslow: Creo que en gran parte se trata de
algo constitucional (…) Las personas que
tienen una actitud positiva frente a la vida
son individuos con intensos apetitos. Mi
expresión es “voces de los impulsos”. Me
refiero a la fuerza de la necesidad (..) la
fuerza o debilidad de todo el asunto.(…)
Podemos hablar de personas
autorrealizadoras en distintos niveles (…)
Personas que están básicamente
gratificadas en sus necesidades, libres de
neurosis y utilizando bien algunas
capacidades, a pesar de lo cual son
“meramente sanas”, en comparación con
las que trascienden.
Me voy a permitir hacer la siguiente
relectura: las metas trascendentes
enraizadas en el fundamento ético de la
naturaleza humana y orientadas a la
búsqueda de la “excelencia pura”
(asociada al despliegue de la propia
vocación y las propias potencialidades)
pueden encontrar una barrera en las
circunstancias (un mal trabajo, una pesada
hipoteca, etc.) pero, aún así, las personas
“pro-vida”, aquellas que tienen una actitud
18Autor: Rafael Castellano
positiva, trascienden, se autorrealizan,
llegan a ser lo que potencialmente son.
Esa actitud es de orden constitucional.
Podría decirse que ese rasgo “pro-vida”se
refiere a algo exclusivamente biológico.
Sin embargo parece ir más allá, parece
invocar una “voluntad”, una “disciplina”.
Invocar la idea de “voluntad” significa
apelar a sujetos libres e intencionales
(algo perfectamente compatible con la
postura filosófica y antropológica de
Maslow). ¿Cómo entender esto? Si las
circunstancias pueden llegar a convertirse
en una barrera para la autorrealización,
entonces, dadas esas circunstancias, no
somos libres. Pero, por otro lado, hay algo
en nosotros mismos que nos hace
intrínsecamente libres: nuestra conciencia
de las restricciones y nuestra voluntad de
superarlas. ¿De dónde proviene eso
intrínseco? Quien no ejerce esa conciencia
y esa voluntad, parece sugerir Maslow,
tiene un déficit constitutivo.
¿Dónde queda en este escenario el poder
de la cultura para construir conciencias
alienadas y cooptar voluntades? Pues
bien: diluido tras el peso de una noción
trascendente de lo propiamente humano.
¿Adónde nos lleva esta visión en términos
de una teoría motivacional?
Dice Maslow: “(…) las conductas que están
genéticamente determinadas son muy
triviales, no triviales sino reflejas y, por eso,
no tienen mucha importancia para el
psicólogo (…) Me refiero a los impulsos, a
las necesidades en sentido estricto. (18) En
otras palabras, los cuatro primeros
estamentos de la jerarquía de necesidades
(las necesidades de déficit o “necesidades-
d”) se asocian con conductas reflejas y
homeostáticas. Pero algunas personas (las
auto-actualizadoras) pueden ir más allá por
mérito de la voluntad, el esfuerzo y la auto-
responsabilidad). Pueden hacerlo por
mérito de una predisposición constitutiva
pero también -señala nuestro autor-en
virtud de una adecuada educación. Cuando
Frick le pregunta si este énfasis en lo
educativo no representa una variante de
“ingeniería de la conducta”, Maslow le
responde que piensa que si existiera
alguna “escuela ideal”, la consideraría muy
“útil”, pero que piensa en ella con un
criterio “taoísta”.
------------------------
El Tao es algo que no puede ser alcanzado
por ninguna forma de pensamiento
humano y que significa “camino” o
“sendero” que conduce a la meta. Decía
Lao-Tsé que “el Tao es el espacio vacío
para que se manifieste el todo. Es la fuente
primaria, “cósmica”, de la que proviene la
creación. Es insondable. (…) Al encontrar el
camino que conduce de la confusión del
mundo hacia lo eterno, estamos en el
camino del Tao”. (19) El objetivo del Tao es
enseñar al hombre a integrarse a la
naturaleza, enseñarle a fluir, a integrarse a
sí mismo en concordancia y armonía.
Enseña a compenetrarse con esa
naturaleza y armonía de tal modo que
llegue a experimentar en su propio cuerpo
sus ritmos vitales, ganando así serenidad
mental y energía física. El hombre taoísta
no se deja arrastrar por las dualidades (lo
bueno, lo malo) porque vive consciente de
su unidad y busca el equilibrio alejándose
de los artificios de la vida social, pero
inmerso activamente en el día a día.
En otras palabras, no hay en las cuatro
primeras escalas completas de la Jerarquía
de Necesidades, “motivaciones” sino
“móviles de la conducta” que son
“reflejos”. No hay, allí, “agente de la
conducta” identificable. El estímulo para
actuar es orgánico, homeostático. La
motivación, entendida como “propósito”,
“proyecto” solo se da en la búsqueda de la
autorrealización y, con relación a esa solo
se destacan dos posibilidades
disparadoras o facilitadoras: 1) un rasgo
constitutivo que nos define como personas
pro-vida o pro-muerte (rasgo biológico
pero también trascendental); 2) una
educación que nos enseñe a implicarnos
equilibradamente con lo cotidiano,
integrando lo bueno y lo malo, lo favorable
y lo desfavorable, armónicamente, y
también a comprometernos en recorrer un
sendero de descubrimiento y creación de
nuestro destino (ser lo que potencialmente
podemos ser).
Si los móviles responden a conductas
reflejas, solo hay “motivación” entendida, o
bien como “carácter” (rasgo constitutivo) o
bien como “búsqueda” (persecución
entrenada de un destino y un modo de
vivir).
19Autor: Rafael Castellano
Biologismo ambiguo
Haciendo una crítica a las posturas
existencialistas radicalizadas, dice
Maslow:
(He utilizado) la analogía “el hombre
realiza sus potenciales de manera muy
similar a como una bellota se convierte en
un roble”, para señalar que las
potencialidades son de tipo genético,
instintivo o de base biológica. (…)
Pero a continuación reafirma su mirada
existencialista:
Diría que las potencialidades de la
naturaleza humana tienen una raíz
biológica (…) pero es en la cultura y en la
propia vida, y con voluntad y con
autorresponsabilidad que el hombre se
hace a sí mismo. Es decir, si no hace nada
con las potencialidades, uno es un vegetal
(…) Creo que la manera más sencilla de
decirlo es con los términos existencialistas:
“El hombre es su propio proyecto”. Pero lo
exageran, porque se vuelven antibiológicos.
(20)
La primera observación que surge
espontánea e inmediatamente es la que
plantea J. Richey (21): Si las personas son
libres para esculpirse y determinar
creativamente sus propios destinos,
entonces ni lo “constitucional” ni lo
“ambiental” juegan un rol significativo en
la conducta humana. Entre ambas, Maslow
se inclina levemente por lo constitucional,
sin embargo parece utilizar ese concepto
más para reconocer la raíz biológica
común de lo humano que para explicar las
diferencias individuales de personalidad.
Ve el impulso hacia la auto-actualización
como algo innato y entiende que el rol de
la sociedad y la cultura es meramente el
de facilitador o inhibidor. De hecho solo le
otorga un peso más o menos significativo
al “entorno temprano” en que se desarrolla
la personalidad, cuando se ha tratado de
algo devastador y destructivo, generador
de disturbios emocionales en etapas
posteriores.
No creo que sea demasiado justo criticar a
Maslow en lo que concierne a su visión
sobre la herencia biológica y en lo que
respecta a su difusa visión sobre la
influencia recíproca entre biología y
ambiente. En primer lugar, porque los
significativos avances de la biología y de la
neurofisiología actuales no estaban
disponibles en su época. En segundo lugar
porque, aunque muy superficialmente, no
dejó de señalar esa repercusión mutua
entre ambiente y biología. Sin embargo es
interesante entender las implicancias de
ciertos puntos oscuros de su teoría, vistos
desde las perspectivas actuales.
Maslow no extrae ni extrema las
derivaciones de su postura
“constitucionalista”. Por ejemplo, en el
ámbito de lo que el señala como
“naturaleza” fundamentalmente
bondadosa (y relacionada con intuiciones
morales) de los seres humanos, su
afirmación parece alinearse conciertos
postulados de la “biología evolutiva”, de
matriz darwinista, encarnada por ejemplo
por el biólogo Frans de Waal y el psicólogo
Steven Pinker, y también por algunos
“psicólogos del desarrollo” como Jerome
Kagan.
Las posturas de estos autores parte del
imperativo darwinista: reconocer la
continuidad con los animales. Nuestro
cerebro, así como todo el resto de nuestro
equipamiento biológico, es un producto de
la evolución. Esa base innata, biológica,
está en el origen de nuestro
funcionamiento psicológico. Pues bien:
¿Qué podemos aprender mediante la
observación de la conducta de monos,
como los capuchinos, cuyo ADN es
impresionantemente similar al de los
humanos?
Podemos aprender, por ejemplo, como
señala De Waal (22), que somos agresivos
pero podemos posponer la hostilidad
cuando se revela la necesidad o la
conveniencia de cooperar. Sin embargo
cuando las recompensas son asimétricas,
se tiende a retacear la cooperación y a
20Autor: Rafael Castellano
conductas de objeción. La noción de
injusticia, inequidad, parece estar
enraizada en nuestra naturaleza. Pero no
se trata aquí de una idea de “justicia”,
despojada o sublime (del tipo: es justo que
todos puedan acceder a las mismas
posibilidades o bienes que yo ya tengo),
sino de un sentimiento más egoísta (no es
justo que yo no tenga o reciba lo que otros
ya tienen o reciben).
Otro punto (que puede extraerse de la
psicología evolutiva) es la idea de Pinker
(23) de que existe una capacidad innata
para actuar como ser moral, en base a
valores que tienen una base biológica (“un
reflejo consciente de la acción de nuestros
lóbulos pre-frontales que nos permiten
actuar según reglas sociales que
llamamos responsabilidad, reproche,
recompensa y castigo”). ¿Cómo interpretar
esta definición de “ser moral”? Una idea
complementaria, de Kagan, puede iluminar
esta aseveración. Dice Kagan:
La evolución de las especies nos ha dotado
con la facultad de distinguir precozmente el
“bien” del “mal” y de sentir cierto malestar
al realizar actos que sabemos o
presentimos que están prohibidos, e
incluso que son inmorales. Este atributo
inscripto en nuestra biología, es una
cualidad particular de nuestra especie, así
como la araña sabe tejer una tela o la abeja
construir un panal. Así, pues, desde muy
temprano manifestamos una capacidad
para no actuar mal. Pero esa tendencia
biológica a actuar de manera moral, si bien
es universal, lo es a nivel general; no dicta
en nada tal o cual moral particular,
específica de una cultura. (24)
La vergüenza y la culpa, según Kagan, son
para los seres humanos tan intrínsecas
como el miedo, y determinan nuestro
funcionamiento con la misma influencia y
con igual precocidad. Sostiene que hay
que abandonar la idea según la cual el
“principio del placer” está en el origen de
nuestra moral y, con ella, de nuestra
conducta en sociedad. Es difícil realizar
una lectura unívoca de estas afirmaciones
porque el fundamento biológico innato,
que nos define como “seres morales”
(seres que orientan sus acciones por
valores asociados al “bien”) pareciera
haberse desarrollado –como facultad- en el
transcurso de la evolución, pero al modo de
un mecanismo adaptativo a reglas y
prohibiciones sociales. Así queda
planteada una noción de “innatismo” muy
evasiva, donde el equipamiento biológico
provendría de constantes adaptaciones
derivadas de exigencias sociales remotas.
(*)
_____
(*) Aún cuando el fundamento biológico,
que nos constituiría como seres morales,
me parece difuso, lo es en grado menor a
las afirmaciones de H. Maturana de que
somos seres amorosos, las que se apoyan
en la explicación de que los humanos
conservamos un modo de vida en la
aceptación alrededor de la mujer, que
expandió su sexualidad al pasar de ciclos
anuales a una sexualidad permanente en
torno a la ternura y la sensualidad, lo que
expande la intimidad y el placer de la
coexistencia como fuente de bienestar.
Este modo de vivir dio origen a la familia
ancestral y permite, por ejemplo, compartir
alimentos y colaborar en la crianza de los
niños.
¿Es esta la idea de “constitucional” que
abraza Maslow?
La pregunta no es ociosa (ya veremos las
implicancias de contestarla en uno u otro
sentido) porque lo innato puede
entenderse desde otra perspectiva. Por
ejemplo, al modo en que lo entiende la
psicóloga del desarrollo Mary Rothbart.
(25)
Rothbar, quien realizó trabajos en
cooperación con Michael Posner, tomó de
este una idea relacionada con el “estudio
de la atención”. Posner descubrió la
existencia de tres redes neuronales que
serían los componentes más importantes
de la atención. El primero es el sistema de
orientación en el mundo que nos rodea; el
segundo mantiene el estado de alerta y el
tercero permite el ajuste a los conflictos
frente a otras respuestas posibles (lo que
él llama la “atención ejecutiva”). El
desarrollo de esas redes se produce sobre
todo entre los cuatro y los seis años.
Las investigaciones de Mary Rothbart
contribuyeron a definir el “temperamento”.
Descubrió que la evolución de este
depende de “factores de inestabilidad” o
de “estabilidad”, en otras palabras de
21Autor: Rafael Castellano
elementos que contribuyen a mantener
estables algunos aspectos del
temperamento o a modificarlos. Esos
factores son cinco: 1) Las condiciones
biológicas del niño; 2) La red social; 3) La
consolidación de determinados
comportamientos o el aprendizaje social;
4) Los prejuicios sociales acerca del
género, la edad, la apariencia física, etc., 5)
La ecología, incluido el ambiente físico y
los factores económicos.
Sus investigaciones la llevaron a
“encontrar” una suerte de huella original
del individuo a la que llama
“temperamento”, y que define como
diferencias individuales constitucionales de
reactividad y autorregulación (aquí la
palabra “constitucional” hace referencia a
la idea de fundamento biológico
influenciado por la herencia, la maduración
y la experiencia). Esta definición está lejos
de ser un concepto rígido donde el
temperamento sería una suerte de
carácter hereditario e inmutable que
determinaría de forma definitiva la
conducta futura de un individuo. Más bien
se trata de un esbozo de partida. Rothbart
demostró que los niños tienen, desde el
comienzo, características
comportamentales propias, algunas de las
cuales son relativamente estables y que se
relacionan con las tres redes neuronales o
sistemas descriptos por Posner, y que
permiten la autorregulación (capacidad de
seguir reglas, comprender instrucciones,
organizar o formular un pensamiento). El
temperamento está ligado a factores
biológicos y es algo diferente a otras
dimensiones de la personalidad que son
más del orden de las interacciones entre
individuos y que pertenecen a un nivel
cognitivo.
Si aceptamos que lo “constitucional” está
asociado al temperamento, tal como lo
propone Rothbart, estaríamos adoptando
una visión de lo “innato” que va más allá
de las condiciones biológicas del niño
(producto de la evolución y de los procesos
adaptativos remotos de la especie) y que
incluye una ponderación fuerte de las
cuestiones ambientales que intervienen en
etapas muy tempranas de cada vida
particular, co-produciendo ese algo innato
que Rothbart denomina, justamente,
“temperamento”.
¿Será esta la idea que Maslow adopta
acerca de “lo constitucional”? Es difícil
decirlo. Sin embargo tenemos una pista
que el propio Maslow nos ofrece cuando
dice: “…me irrita el punto de vista que
acentúa en exceso lo sociológico y
ambiental …”(cita que ya hemos
adelantado en la página ocho).
Esto parecería indicar que Maslow está
más cerca de los biólogos evolutivos que
de posturas como las de Rothbart. Esta
impresión parece fortalecerse cuando uno
recuerda la siguiente afirmación de
Darwin:
“Como la selección natural trabaja solo
para y por el bien, todas las dotaciones de
cada ser tenderán a progresar hacia la
perfección”. (26)
En la afirmación de Maslow que sostiene
que la más alta motivación es la que se
relaciona con la necesidad de auto-
actualización o realización de los
potenciales de cada quien, resuena
inequívocamente esa afirmación de
Darwin.
Si pensamos a Maslow –entonces- como
alguien fuertemente influído por el
biologismo evolucionista, es difícil
entender (si es que realmente esa es su
idea) que esa auto-actualización sea
posible en el marco temporal de una vida
concreta: la selección evolutiva es un
proceso lento y trans-generacional. Tal
como escribió el biólogo Humberto
Maturana:
“La ontogénesis de cualquier sistema
estructuralmente determinado comienza-
en su origen- con una estructura celular
inicial. Como consecuencia, lo que
constituye el linaje de un sistema vivo es la
conservación de su estructura inicial
particular, estructura que especifica una
configuración particular de derivas
ontogenéticas. Esa configuración de
posibles derivas ontogenéticas es lo que
llamo “fenotipo ontogenético del linaje”.
Una sola de esas posibles derivas tendrá
lugar, y será resultado de sus dinámicas
internas ante las contingencias de las
particulares perturbaciones que debe
enfrentar. (…) Alguien podría afirmar que el
curso ontogenético de un sistema vivo es
seleccionado por el medio. Sin embargo la
selección no ocurre dentro del plazo de la
22Autor: Rafael Castellano
historia de vida de un sistema vivo (….)” (27)
Creo que estas hipotéticas inconsistencias
en el biologismo de Maslow están muy
relacionadas con su temerario propósito
de conciliar el biologismo evolutivo con el
existencialismo sartreano y con la
influencia (nunca negada y
contradictoriamente combatida y
admirada al mismo tiempo) de los
postulados de Freud. Ese intento coloca-
además- a su teoría motivacional en clara
contradicción con los postulados de la
biología evolutiva. Para especialistas de
esta corriente, la motivación se vincula
más con la autoconservación y con
algunas emociones primordiales (el miedo,
la culpa, la vergüenza) que con respuestas
de carácter homeostático a necesidades
no satisfechas. La jerarquía de
necesidades de Maslow (las cuatro
categorías más básicas) sigue siendo
tributaria del principio de placer freudiano.
Son, en definitiva, numerosos y diversos
los problemas que surgen del biologismo
ambiguo de Maslow y de sus esfuerzos por
acoplarlo con el existencialismo y el
psicoanálisis. Para no extenderme mucho
más me concentraré en dos temas
adicionales a lo ya mencionado.
¿Qué implicancias tiene hablar de
“voluntad” (como lo hace Maslow) cuando
se adopta una postura biologista?
Alguien que ha estudiado la “fisiología de
la voluntad” es Marc Jeannerod (28), quien
ha investigado las acciones
autogeneradas (es decir, las que no son
reflejas) descubriendo que antes de un
movimiento hay secuencias de
activaciones cerebrales observables que
describen etapas anatómicas sucesivas
puestas en juego para la construcción de
una representación. Ahora bien: ¿Qué
motiva la acción? Jeannerod valora –frente
a esta pregunta- el trabajo de Antonio
Damassio quien sostiene que hay
“marcadores somáticos” que sirven de
índice en la toma de una decisión. Así, la
mejor decisión es la que genera más
afectos positivos (emoción y humor) y
menos afectos negativos. Jeannerod
vincula esta idea con las de Joshua Green
y Jonathan Cohen quienes conciben la
motivación como la decisión que provoca
al sujeto el menor mal y le produce el
mayor placer. Esta definición lleva a otra:
las personas más inteligentes y las más
morales son –justamente- aquellas que,
ignorando los marcadores somáticos,
toman decisiones basadas en la lógica y
en la racionalidad. Sin embargo ocurre
que, puestas ante decisiones que
involucran problemas morales, las
personas dudan respecto de que es lo
racional, sobre todo cuando el nivel de
implicación personal es muy grande.
La conciencia de la acción es un
fenómeno tardío, lo que plantea un
problema respecto de la cuestión del libre
albedrío. La tesis fisiológica muestra que
existe un determinismo cerebral de la
acción voluntaria. La mayoría de las
acciones son ejecutadas de manera
inconsciente o automática. La conciencia
de la acción aparece, entonces, después
de la acción misma. Es exactamente lo
contrario de lo que sucede cuando uno
aprende. Existe una toma de conciencia
cuando el modo automático no funciona
más, o no funciona bien; en cambio, hay
un pasaje a modo automático cuando una
secuencia de acción es sobre-aprendida.
El papel de la conciencia es establecer una
coherencia “después de la jugada”, entre
una acción, su objetivo, sus motivaciones,
o incluso establecer una consonancia
cognitiva entre el antes y el después de la
acción.
Como ya vimos, Maslow también realiza
una distinción entre “actividades reflejas”
y “acciones auto-generadas”. En el mundo
de “lo reflejo” ubica todas las actividades
vinculadas a lo que suele denominarse
“drive reduction” (generadas por la
tendencia homeostática a reducir los
desequilibrios que surgen de un déficit de
satisfacción en las “necesidades D”) y en
el universo de las acciones autogeneradas
se alistarían las acciones conscientes,
23Autor: Rafael Castellano
donde tiene lugar una “voluntad” operante.
Para Maslow, como ya señalamos, esa
voluntad sería una facultad que opera
sobre un trasfondo de determinismos
biológicos productores de automatismos,
y que –aún así- se erige y se sostiene a
partir de “marcadores somáticos” que nos
inducen a tomar decisiones y modificar
conductas, con lo que se busca –
justamente- quebrar esos automatismos.
La voluntad, así entendida, no es
teleológica, no persigue ningún proyecto
ni pretende alcanzar ciertas perfecciones.
Despunta, en cambio, a partir de la
insatisfacción o incomodidad (gatilladas
por marcadores somáticos) frente a los
resultados de nuestras respuestas
automatizadas.
Para Maslow, en cambio, la voluntad es
una facultad de naturaleza consciente (no
hay que olvidar que Maslow asocia, de
algún modo, las ideas de voluntad y
responsabilidad, y está última no es
posible sin la capacidad consciente de
auto-atribución) y orientada a desarrollar
una suerte de plenitud.
Para neuro-fisiólogos como Jeannerod, la
conciencia es un fenómeno posterior a la
acción. Dice Jeannerod:
La conciencia de la acción es un fenómeno
tardío. Esto plantea la cuestión del libre
albedrío. La tesis fisiológica muestra que
existe un determinismo cerebral de la
acción voluntaria (…) La mayoría de las
acciones son ejecutadas de manera
inconsciente o automática. La conciencia
de la acción aparece, entonces, después de
la acción misma.
Las implicancias de volcarse hacia una u
otra postura son vastas. Si la voluntad es
solo una respuesta adaptativa, consciente
y ex post (a lo Jeannerod), cuyo
mecanismo para decidir y disparar
acciones se vincula con marcadores
somáticos y señales de desajuste
(cognitivo y/o emocional), estamos ante
algo similar a las redes neuronales que
describe Michael Posner y sobre las cuales
Rothbart estudió la “atención” y construyó
su visión del temperamento.
Si, en cambio, la voluntad es una facultad
consciente que disciplina al organismo y
lo orienta hacia el desarrollo de todas sus
posibilidades potenciales, estamos ante
un “agente” existencialista. Esta parece ser
la postura de Maslow.
Una de las posibles críticas que podrían
hacerse es que no se puede ser
“constitucionalista” y homeostático para el
amplio mundo de las “necesidades d”, y
“existencialista” y teleológico para hablar
de una facultad como, en este caso, la
voluntad. Sin embargo, no es algo que
podamos despachar tan fácilmente. No
habría que cerrar sin más la posibilidad de
preguntarnos: ¿por qué no se puede?
El último punto que deseo abordar
respecto de lo que hemos llamado
“biologismo ambiguo” de Maslow son los
alcances e implicancias de su idea de
conciencia, y atado a ella, de su idea de
potenciales.
¿Cuál es el origen y la naturaleza de los
“potenciales personales” en los que
Maslow basa lo más importante de su
teoría motivacional orientada hacia la
“auto-actualización? La verdad es que no
lo sabemos con precisión (es en este
punto donde la brecha entre los avances
científicos recientes y los que estaban
disponibles en la época en la que Maslow
desarrolló su obra, tiene mayor impacto).
Por eso, empecemos al revés. ¿Qué dicen
la neurobiología y la neurofisiología sobre
la estructura del cerebro, la conciencia, la
memoria, etc.?
David Hubel (29), por ejemplo, realizó
importantes investigaciones sobre la vista
cuyos emergentes son interesantes como
introducción a estas cuestiones.
Por ejemplo, cuando miramos un libro no
hay –hablando con propiedad- un libro en
nuestra retina, sino un conjunto de pixeles
(cercano al millón). Luego, al cabo de un
proceso de “construcción”, se nos aparece
el libro con sus signos, sus gráficos, etc.
“Ver” es, entonces, la respuesta final de un
proceso de “interpretación”.
¿Cómo funciona este complejo sistema?
Hubel invirtió años en inventariar las
funciones cerebrales localizando, entre
otras, las zonas responsables del
reconocimiento visual del color, de la
profundidad y del movimiento. Se
preguntó, entonces, si la corteza visual
primaria ya se encuentra “cableada” antes
24Autor: Rafael Castellano
del nacimiento o si el cableado se elabora
en los primeros meses de vida gracias a
los estímulos visuales que recibe el bebé.
Desarrolló un experimento, hoy famoso,
provocando una ceguera parcial en
animales recién nacidos (tapando uno de
sus parpados). Percibió que el ojo privado
de visión se vuelve ciego, pero no el otro.
Cuando se le devuelve la visión al animal
esta ceguera se revierte, aunque no por
completo, y solo a condición de privar esta
vez de visión al otro ojo. De esta manera,
el ojo que se había enceguecido primero
puede compensar las lagunas sufridas en
su desarrollo. Al entrar a “competir”,
ambos ojos se disputan las conexiones
neuronales. El ojo dotado de visión
impedirá al ojo cerrado que se desarrolle
normalmente puesto que las conexiones
neuronales reservadas a este último se
desactivarán.
Este descubrimiento trastocó los
preconceptos de la época sobre el
aprendizaje porque descubrió que ciertas
partes del cerebro están pre-cableadas y
que este cableado puede debilitarse por la
falta de estímulos. David Hubel demostró
que existe un período crítico de
elaboración del funcionamiento de la
visión: según el tipo de estimulaciones
recibidas por los ojos durante el período
crítico (semanas o meses que siguen al
nacimiento) es posible obtener cambios
importantes en las conexiones neuronales,
cambios que se vuelven imposibles de
realizar en el adulto. La consecuencia más
importante de sus descubrimientos, para
la psicología, (sostiene el propio Hubel) es
demostrar la falsedad del concepto de
“tabla rasa”. Es innegable que, después del
nacimiento, nuestro medio contribuye al
desarrollo de muchas conexiones
neuronales. Sin embargo, ya existen
numerosas correlaciones al momento del
nacimiento.
En un sentido parecido se despliegan las
investigaciones de Gerald Edelman (30)
(neurobiólogo, premio Nobel). Edelman
estudió como se estructura el cerebro en
el curso de su desarrollo; que grupos
neuronales se privilegian y cuáles no.
En el feto, durante el transcurso del
crecimiento del futuro sistema nervioso,
las células neurales (que forman las
neuronas) se desplazan siguiendo un
trazado que las lleva al lugar donde se
constituyen las estructuras del cerebro (la
corteza). ¿Cómo son señalizadas estas
vías? ¿Qué señal indica a una célula
neural, que puede detener su migración y
comenzar a crecer para formar una
neurona? Edelman sostiene que esta guía
es provista por las moléculas de
adherencia de las células nerviosas. Poco
a poco, además del plano funcional que
sigue al plano anatómico, asistimos en el
cerebro a la instalación de “grupos
neuronales”, de redes interactivas entre
estos grupos. Luego, a configuraciones de
mapas (redes del cortex y el tálamo en
interacción). Edelman intenta explicar la
selección, el arreglo y las funciones de los
grupos neuronales, en tres niveles
sucesivos:
- La formación de un repertorio
primario (anatómico) por un
proceso de selección neuronal
ligado al desplazamiento,
actividad y/o muerte de las
células, y a las conexiones que las
neuronas pueden establecer entre
ellas (neuronas vecinas se
conectan abundantemente y
cooperan).
- Luego, la formación de un
repertorio secundario (que toma
como base al repertorio
primario/anatómico) donde se
producen algunas modificaciones
funcionales en la organización del
cerebro, que ocurren por el
fortalecimiento de ciertas
conexiones (sinapsis) de grupos
neuronales y que se originan en
las experiencias del organismo.
- Finalmente, estos circuitos
funcionales terminan por formar
cartografías cerebrales globales.
Esos mapeados utilizan grupos
neuronales enteros de manera
variable y realizan nuestros
procesos psicológicos más
sofisticados (fenómenos
perceptivos, cognitivos y
conscientes).
Partiendo de estos mapeados globales
que se forman en nuestro cerebro: ¿cómo
se produce el fenómeno que llamamos
“conciencia”? Edelman sostiene que
25Autor: Rafael Castellano
deben darse tres condiciones:
a) Una “percepción activa” del mundo
exterior (que pueda utilizarse en el
interior de los mapeados). Esta
“percepción activa” descansa
tanto sobre la percepción pasiva
de las informaciones sensoriales
provistas por los sentidos, como
sobre “acciones motrices” que
permiten obtener nuevas
informaciones sensoriales y
ajustar el comportamiento a la
información en una suerte de
“bucle dinámico”. Además de la
entrada continua de nuevas
informaciones en el interior de los
mapas corticales, hay un
intercambio recíproco de señales,
de un mapa al otro, que se
mezclan con las nuevas entradas y
permanecen disponibles. Edelman
los denomina “bucles de
categorización o clasificación de
las percepciones”. Estas
categorizaciones perceptivas nada
tienen que ver con las categorías
kantianas: son determinadas (“en
tiempo real”) por valores internos
al organismo ligados a las
exigencias biológicas (necesidad
de energía, de agua, de descanso,
etc.) implicadas en la
supervivencia.
b) La posibilidad de una memoria a
corto y largo plazo. Quien dice
“percepción” y categorización
(para poner un poco de orden en lo
que ofrece el mundo) dice
necesidad de una memoria (en
especial, para que pueda llevarse a
cabo algún aprendizaje). La
memoria, para el cerebro, refleja la
posibilidad de elaborar, a partir de
las categorías perceptivas,
mapeados globales susceptibles
de ser reactivados en su momento.
De hecho, la memoria consiste en
consolidar y reforzar las
categorizaciones perceptivas que
el cerebro realizó con anterioridad.
Comporta también (en función de
las categorías y la situación)
modificaciones sinápticas
suplementarias. Recordar es
realizar un proceso de re-
categorización continuo y
dinámico. Nuestra memoria
descansa sobre la reactivación de
un mapeado global particular del
cerebro, en una situación
particular: el cerebro está de nuevo
en un estado similar o próximo al
que tenía cuando hicimos la
experiencia de la que nos
acordamos. Eso explica que la
memoria dependa de los
contextos en los cuales
recordamos.
c) Con la posibilidad de realizar
categorizaciones perceptivas cada
vez más finas, y de recordarlas en
momentos útiles, el cerebro
desarrolla una condición
suplementaria para el nacimiento
de la conciencia (que ajusta un
poco más el comportamiento de
los organismos a su entorno): se
trata de la capacidad de formar
“conceptos”. Aún antes de la
aparición de un lenguaje, el
cerebro establece relaciones
elaboradas, cada vez más
“abstractas”, entre los actos del
organismo y las cosas. Se vuelve
capaz de reconocer relaciones
entre acontecimientos variados,
activando los mapeados
apropiados e integrando, a la vez,
nuevas señales. Formar conceptos
consiste en realizar
categorizaciones cada vez más
extensas, con mayor variedad de
matices, a medida que
evolucionan las relaciones
anatómicas y funcionales entre
grupos neuronales. Esto se debe a
la posibilidad de memorizar a largo
plazo. El “zócalo” de relaciones
que se va formando es la base
para la aparición de un primer tipo
de conciencia. Con mayor
frecuencia estas categorizaciones
elaboradas no reciben entradas
26Autor: Rafael Castellano
directas (señales venidas del
exterior): se basan en las señales
que provienen del interior, desde
los mapas funcionales específicos.
El cerebro realiza pues, por una
parte, los mapas de los
acontecimientos exteriores y de
las acciones –los mapeados
globales cambiantes- y, por otra,
mapas de sus propias actividades,
de las categorías generales de los
diversos tipos de mapeados
globales. Conserva así las huellas
de sus actividades pasadas y,
llegado el caso, recurre a
“conceptos generales”: la
reactivación de mapeados
globales por medio de estructuras
que rigen las relaciones entre
mapas en un nivel más general.
Aparece, así, una primera forma de
conciencia.
Las corrientes que venimos ilustrando
suelen ser agrupadas bajo el nombre de
“conexionismo”. Quizás, las ideas de
James McClelland (31) (psicólogo
cognitivo) nos puedan ayudar a resumir
algunos principios básicos del
conexionismo.
Nuestro cerebro se compone de neuronas
organizadas en redes. La información se
procesa en redes, más que en sistemas
independientes. Una red designa el
conjunto de unidades simples –llamadas
básicas- conectadas entre sí. Pueden
activarse más o menos, en función de las
señales que reciben de las otras unidades
de la red; y recíprocamente ellas mismas
enviarán señales a otras unidades. Las
conexiones entre unidades pueden ser
“excitatorias “ -aumentan la activación de
la unidad que recibe la conexión- o
“inhibitorias” – la disminuyen-. Para
explicar la mente, la fuerza de esas
conexiones entre unidades básicas es
esencial. Los conexionistas consideran
que las unidades que se activan al mismo
tiempo refuerzan su relación, y luego
tienen más tendencia a influirse y
activarse juntas. Finalmente, para conocer
la activación general de salida de cada
unidad, se agregan las “señales de
entrada” excitatorias e inhibitorias. A partir
de la información que se le provee al
principio, la respuesta de una red depende,
entonces, de la activación general del
conjunto de sus unidades. La red
presentará una configuración de
activación, un “aspecto” general: es
diferente para cada información de
entrada y da respuestas adaptadas a cada
situación.
Pues bien, la pregunta que habíamos
dejado planteada era: ¿Cuál es el origen y
la naturaleza de los “potenciales
personales” en los que Maslow basa la
parte más importante de su teoría
motivacional orientada hacia la auto-
realización?
Lo que, de alguna manera, nos dicen
autores como Hubel, Edelman y
McClelland es que tales potenciales se
desarrollan por un proceso de selección
donde neuronas, posteriormente grupos
de neuronas interconectadas y, finalmente,
cartografías cerebrales, emergen a partir
de un sustrato anatómico (células
neurales) pero se constituten y entraman a
partir de las experiencias del organismo
frente al medio (sobre todo aquellas que
tienen lugar durante el temprano “período
crítico”). Los potenciales surgen de esta
trama la que, si bien los determina en buen
grado, es una trama dinámica y puede ir
cambiando a partir de las experiencias.
Si bien Maslow no especifíca cual es el
origen de los “potenciales” podríamos
intuir que no se refiere exactamente al
entramado recién descripto porque
sostiene, por ejemplo, que el hombre
puede realizar sus potenciales a partir de
la voluntad y la responsabilidad (lo que
implica también a la conciencia). Los
autores recién citados sostienen que la
conciencia y la voluntad son producto de
la misma trama neuronal. Maslow –por su
parte- entiende que conciencia y voluntad
pueden orientar y desplegar el máximo
potencial de esa trama (como si se tratara
27Autor: Rafael Castellano
de cosas ajenas a ella). Esta es, a mi juicio,
otra muestra de lo difuso del biologismo
de Maslow.
Minimización de lo cultural
En este punto de vista seré breve. Como
señalamos en la página ocho, Maslow
afirmó:
“Me irrita el punto de vista que acentúa en
exceso lo sociológico y ambiental en la
psicología”.
Esta postura también está en la base de
una serie de problemas de su teoría
motivacional. La más importante de las
debilidades que surgen de ella es ignorar
por completo la “adscripción social de
motivos”.
Por empezar, y más allá de que Maslow se
haya sentido irritado por quienes otorgan
un peso importante a lo social, son
(además de los profesionales de
disciplinas humanistas) las distintas
corrientes “constitucionalistas” (la
biología, la neurofisiología, la psicología
del desarrollo, y hasta la propia rama que
estudia la genética del comportamiento)
quienes han rescatado el rol de lo social.
Un ejemplo de lo que estoy señalando es
Robert Plomin (32), uno de los expertos
más reconocidos internacionalmente en el
estudio de las influencias recíprocas entre
genes y ambiente, quien ha explorado la
relación entre genética y personalidad.
Como resultado de sus investigaciones
sobre las moléculas de ADN en más de
10.000 casos de gemelos monocigóticos,
Plomin no toma partido ni por lo innato ni
por lo adquirido. Nuestros genes hacen
eco en nuestro ambiente: no le hablan al
vacío.
La genética del comportamiento evalúa la
influencia de los genes, pero se interesa
también por las influencias ambientales.
Sobre esa base estudia los parecidos y
diferencias de personas familiares,
poniendo especial atención sobre las
interacciones entre los genes y el
ambiente. El resultado general es simple
de enunciar: existe un índice de
contribución de los genes sobre diferentes
rasgos, pero esto no implica un
determinismo genético total o despótico.
El entorno, afirma Plomin, tiene poca
influencia en las similitudes, pero
contribuye intensamente en las
diferencias observadas. Por “entorno” los
genetistas se refieren a algo más que
nuestro entorno próximo: más allá de la
acción parental incluyen todas las
influencias que no son genéticas: desde lo
que sucede en el útero materno, hasta
enfermedades y regímenes alimentarios.
Estas influencias ambientales, específicas
de cada persona, son “no compartidas” y
producen diferencias en niños de una
misma familia. Estos eventos no son
fácilmente determinables, pero incluyen
cosas tales como la experiencia de un
divorcio, la actitud de los padres, las
relaciones de amistad, etc. Es decir, los
distintos acontecimientos y experiencias
de cada vida particular.
Dicen Alan Blum y Peter McHugo (33) que
cuando se minimiza o ignora lo social, los
motivos tienden a ser concebidos como
características internas y privadas de las
personas, que las coercionan a realizar
ciertas conductas. En tal visión
característica, se los considera –
simultáneamente- cómo: 1) variables o
antecedentes causales de un evento; 2)
estados característicos de las personas
implicadas en el evento.
Eso les parece inadecuado porque parte
de la idea de que los motivos son
emergentes privados e interiores que
residen en la gente, antes que cursos de
acción públicos y observables.
Si los sociólogos tratan de entender y
formular descripciones de la acción social,
y si el estatus analítico de la acción social
reside en su carácter de conducta
normativamente orientada por el mismo
ambiente que ella constituye, entonces un
motivo puede funcionar como una “regla
del observador” para decidir el carácter
normativamente orientado de la conducta.
Visto así, un motivo representa una
elección (sociológica) sobre de que
manera reformular ítems de conducta
concretos como instancias de acción
social. Sirve como elección teórica para
explicar el carácter de un evento en tanto
instancia de la acción. Un motivo no es,
entonces, una “cosa en el mundo” sino un
modo de concebir la acción social. En un
sentido sociológico más preciso, son los
observadores quienes introducen un
Teoría motivacional de un psicólogo humanista Abraham Maslow
Teoría motivacional de un psicólogo humanista Abraham Maslow
Teoría motivacional de un psicólogo humanista Abraham Maslow

Mais conteúdo relacionado

Mais procurados

Principios pedagógicos de ovide decroly
Principios pedagógicos de ovide decrolyPrincipios pedagógicos de ovide decroly
Principios pedagógicos de ovide decrolyMecapakade
 
Aprendizaje y cerebro
Aprendizaje y cerebroAprendizaje y cerebro
Aprendizaje y cerebrocecilia_24
 
La educación especial en méxico
La educación especial en méxico  La educación especial en méxico
La educación especial en méxico Francisco López
 
La intervención educativa en niños autistas
La intervención educativa en niños autistasLa intervención educativa en niños autistas
La intervención educativa en niños autistasdavidpastorcalle
 
Cuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación Especial
Cuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación EspecialCuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación Especial
Cuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación Especialdanil_danil
 
Servicios de orientacion y psicologia
Servicios de orientacion y psicologiaServicios de orientacion y psicologia
Servicios de orientacion y psicologiaGeidys Valdez Liriano
 
Proyecto de intervencion psicopedagogica
Proyecto de intervencion psicopedagogicaProyecto de intervencion psicopedagogica
Proyecto de intervencion psicopedagogicaSantiago Torres
 
Modelos pedagogicos en la primera infancia
Modelos pedagogicos en la primera infanciaModelos pedagogicos en la primera infancia
Modelos pedagogicos en la primera infanciaCaro Rios
 
Tratamiento psicopedagógico. Marina Muller
Tratamiento psicopedagógico. Marina MullerTratamiento psicopedagógico. Marina Muller
Tratamiento psicopedagógico. Marina MullerMarité Sarthe
 
Desarrollo emocional primitivo - Donald Winnicott
Desarrollo emocional primitivo - Donald WinnicottDesarrollo emocional primitivo - Donald Winnicott
Desarrollo emocional primitivo - Donald WinnicottAlessandra A. Manrique
 
El aprendizaje para jean piaget
El aprendizaje para jean piagetEl aprendizaje para jean piaget
El aprendizaje para jean piagetValerialecointe
 
Enfoques contemporáneos de la psicología educativa
Enfoques contemporáneos de la psicología educativaEnfoques contemporáneos de la psicología educativa
Enfoques contemporáneos de la psicología educativaapavasvivas
 
Dimensiones de la psicologia educativa
Dimensiones de la psicologia educativaDimensiones de la psicologia educativa
Dimensiones de la psicologia educativapauferrao
 
Buen trato parentalidad organización cerebral resiliencia
Buen trato parentalidad organización cerebral resilienciaBuen trato parentalidad organización cerebral resiliencia
Buen trato parentalidad organización cerebral resilienciaJessy Clemente
 
Modelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirecta
Modelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirectaModelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirecta
Modelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirectaCaribbean international University
 

Mais procurados (20)

técnicas e instrumentos de evaluación
técnicas e instrumentos de evaluación técnicas e instrumentos de evaluación
técnicas e instrumentos de evaluación
 
Principios pedagógicos de ovide decroly
Principios pedagógicos de ovide decrolyPrincipios pedagógicos de ovide decroly
Principios pedagógicos de ovide decroly
 
Aprendizaje y cerebro
Aprendizaje y cerebroAprendizaje y cerebro
Aprendizaje y cerebro
 
Cuadro comparativo-piaget-vygotsky
Cuadro comparativo-piaget-vygotskyCuadro comparativo-piaget-vygotsky
Cuadro comparativo-piaget-vygotsky
 
La educación especial en méxico
La educación especial en méxico  La educación especial en méxico
La educación especial en méxico
 
La intervención educativa en niños autistas
La intervención educativa en niños autistasLa intervención educativa en niños autistas
La intervención educativa en niños autistas
 
Educación inclusiva: De la teoría a la práctica
Educación inclusiva: De la teoría a la prácticaEducación inclusiva: De la teoría a la práctica
Educación inclusiva: De la teoría a la práctica
 
Cuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación Especial
Cuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación EspecialCuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación Especial
Cuadro funciones del equipo interdisciplinario de Educación Especial
 
Psicologia del aprendizaje
Psicologia del aprendizajePsicologia del aprendizaje
Psicologia del aprendizaje
 
Servicios de orientacion y psicologia
Servicios de orientacion y psicologiaServicios de orientacion y psicologia
Servicios de orientacion y psicologia
 
Proyecto de intervencion psicopedagogica
Proyecto de intervencion psicopedagogicaProyecto de intervencion psicopedagogica
Proyecto de intervencion psicopedagogica
 
Modelos pedagogicos en la primera infancia
Modelos pedagogicos en la primera infanciaModelos pedagogicos en la primera infancia
Modelos pedagogicos en la primera infancia
 
Tratamiento psicopedagógico. Marina Muller
Tratamiento psicopedagógico. Marina MullerTratamiento psicopedagógico. Marina Muller
Tratamiento psicopedagógico. Marina Muller
 
Desarrollo emocional primitivo - Donald Winnicott
Desarrollo emocional primitivo - Donald WinnicottDesarrollo emocional primitivo - Donald Winnicott
Desarrollo emocional primitivo - Donald Winnicott
 
El aprendizaje para jean piaget
El aprendizaje para jean piagetEl aprendizaje para jean piaget
El aprendizaje para jean piaget
 
Enfoques contemporáneos de la psicología educativa
Enfoques contemporáneos de la psicología educativaEnfoques contemporáneos de la psicología educativa
Enfoques contemporáneos de la psicología educativa
 
Fracaso Escolar
Fracaso EscolarFracaso Escolar
Fracaso Escolar
 
Dimensiones de la psicologia educativa
Dimensiones de la psicologia educativaDimensiones de la psicologia educativa
Dimensiones de la psicologia educativa
 
Buen trato parentalidad organización cerebral resiliencia
Buen trato parentalidad organización cerebral resilienciaBuen trato parentalidad organización cerebral resiliencia
Buen trato parentalidad organización cerebral resiliencia
 
Modelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirecta
Modelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirectaModelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirecta
Modelos de servicios actuando por programas y modelo de intervención indirecta
 

Destaque

Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...
Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...
Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...Ronalds Ochoa
 
Ucm psicologia sesión_10
Ucm psicologia sesión_10Ucm psicologia sesión_10
Ucm psicologia sesión_10Sergio Mena
 
Teoría de Abraham Maslow
Teoría de Abraham MaslowTeoría de Abraham Maslow
Teoría de Abraham MaslowDalsy Huber
 
Teleologia..
Teleologia..Teleologia..
Teleologia..asdi
 
Primeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismo
Primeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismoPrimeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismo
Primeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismoGerardo Viau Mollinedo
 
Corriente humanista
Corriente humanistaCorriente humanista
Corriente humanistatsuda
 
Corriente humanista
Corriente humanistaCorriente humanista
Corriente humanistaYesenia Amol
 
Teoría humanista del aprendizaje
Teoría humanista del aprendizajeTeoría humanista del aprendizaje
Teoría humanista del aprendizajeRomán Rivera
 
Manual De Juegos Y Dinamicas De Grupo
Manual De Juegos Y Dinamicas De GrupoManual De Juegos Y Dinamicas De Grupo
Manual De Juegos Y Dinamicas De GrupoMarcia Muñoz Soto
 

Destaque (16)

Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...
Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...
Proyecto de aula: problematica de la psicologia humanista para el buen vivir ...
 
Ucm psicologia sesión_10
Ucm psicologia sesión_10Ucm psicologia sesión_10
Ucm psicologia sesión_10
 
Autoestima 20 mayo copia
Autoestima 20 mayo   copiaAutoestima 20 mayo   copia
Autoestima 20 mayo copia
 
Teoría de Abraham Maslow
Teoría de Abraham MaslowTeoría de Abraham Maslow
Teoría de Abraham Maslow
 
Teleologia..
Teleologia..Teleologia..
Teleologia..
 
Etica Unidad II
Etica Unidad IIEtica Unidad II
Etica Unidad II
 
Psicologia.
Psicologia.Psicologia.
Psicologia.
 
PARADIGMA HUMANISTA
PARADIGMA HUMANISTA PARADIGMA HUMANISTA
PARADIGMA HUMANISTA
 
Primeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismo
Primeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismoPrimeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismo
Primeras Escuelas psicológicas: Funcionalismo y estructutralismo
 
Corriente humanista
Corriente humanistaCorriente humanista
Corriente humanista
 
Corriente humanista
Corriente humanistaCorriente humanista
Corriente humanista
 
Teorías Motivacionales
Teorías MotivacionalesTeorías Motivacionales
Teorías Motivacionales
 
Psicología Humanista
Psicología HumanistaPsicología Humanista
Psicología Humanista
 
Teoría humanista del aprendizaje
Teoría humanista del aprendizajeTeoría humanista del aprendizaje
Teoría humanista del aprendizaje
 
Teoria humanista
Teoria humanistaTeoria humanista
Teoria humanista
 
Manual De Juegos Y Dinamicas De Grupo
Manual De Juegos Y Dinamicas De GrupoManual De Juegos Y Dinamicas De Grupo
Manual De Juegos Y Dinamicas De Grupo
 

Semelhante a Teoría motivacional de un psicólogo humanista Abraham Maslow

Compendio de psicología freudiana
Compendio de psicología freudianaCompendio de psicología freudiana
Compendio de psicología freudianaMónica Sánchez
 
Psicoanalisis[1]
Psicoanalisis[1]Psicoanalisis[1]
Psicoanalisis[1]conny90
 
De que hablamos cuando hablamos de motivacion
De que hablamos cuando hablamos de motivacionDe que hablamos cuando hablamos de motivacion
De que hablamos cuando hablamos de motivacionSociotec
 
Psicoanálisis
Psicoanálisis Psicoanálisis
Psicoanálisis Sol Casais
 
Freud, sigmund compendio del psicoanalisis
Freud, sigmund   compendio del psicoanalisisFreud, sigmund   compendio del psicoanalisis
Freud, sigmund compendio del psicoanalisisdanmaxter
 
Sigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacanSigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacanucsh
 
Sigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacanSigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacanucsh
 
Ensayo aparato psiquico
Ensayo aparato psiquicoEnsayo aparato psiquico
Ensayo aparato psiquicoNUVIA GUERRERO
 
Psicoanalisis power
Psicoanalisis powerPsicoanalisis power
Psicoanalisis powerCoto Agar
 
Teoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad finalTeoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad finalacastillounah
 
Teoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad finalTeoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad finalacastillounah
 

Semelhante a Teoría motivacional de un psicólogo humanista Abraham Maslow (20)

Psicologia Personalidad Itsf
Psicologia Personalidad ItsfPsicologia Personalidad Itsf
Psicologia Personalidad Itsf
 
Compendio de psicología freudiana
Compendio de psicología freudianaCompendio de psicología freudiana
Compendio de psicología freudiana
 
Psicoanalisis[1]
Psicoanalisis[1]Psicoanalisis[1]
Psicoanalisis[1]
 
Presentación freud
Presentación freudPresentación freud
Presentación freud
 
FREUDPresentación freud
FREUDPresentación freudFREUDPresentación freud
FREUDPresentación freud
 
De que hablamos cuando hablamos de motivacion
De que hablamos cuando hablamos de motivacionDe que hablamos cuando hablamos de motivacion
De que hablamos cuando hablamos de motivacion
 
Psicoanálisis
Psicoanálisis Psicoanálisis
Psicoanálisis
 
Ello yo superyo
Ello yo superyoEllo yo superyo
Ello yo superyo
 
Freud, sigmund compendio del psicoanalisis
Freud, sigmund   compendio del psicoanalisisFreud, sigmund   compendio del psicoanalisis
Freud, sigmund compendio del psicoanalisis
 
Sigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacanSigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacan
 
Sigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacanSigmund freud y jacques lacan
Sigmund freud y jacques lacan
 
Psicoanalisis
PsicoanalisisPsicoanalisis
Psicoanalisis
 
Ensayo aparato psiquico
Ensayo aparato psiquicoEnsayo aparato psiquico
Ensayo aparato psiquico
 
Psicología
PsicologíaPsicología
Psicología
 
5. Segund..
5. Segund..5. Segund..
5. Segund..
 
Psicoanalisis power
Psicoanalisis powerPsicoanalisis power
Psicoanalisis power
 
Teoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad finalTeoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad final
 
Teoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad finalTeoriasdelapersonalidad final
Teoriasdelapersonalidad final
 
Psicoanalisis
PsicoanalisisPsicoanalisis
Psicoanalisis
 
Psicoanalisis
PsicoanalisisPsicoanalisis
Psicoanalisis
 

Mais de Sociotec

Sincronización equipos de Trabajo
Sincronización equipos de TrabajoSincronización equipos de Trabajo
Sincronización equipos de TrabajoSociotec
 
Shakespeare y el liderazgo
Shakespeare y el liderazgoShakespeare y el liderazgo
Shakespeare y el liderazgoSociotec
 
Shakespeare liderazgos fallidos
Shakespeare liderazgos fallidosShakespeare liderazgos fallidos
Shakespeare liderazgos fallidosSociotec
 
Liderazgos nocivos
Liderazgos nocivosLiderazgos nocivos
Liderazgos nocivosSociotec
 
Brochure marble tree group 2014
Brochure marble tree group 2014Brochure marble tree group 2014
Brochure marble tree group 2014Sociotec
 
Neurociencia y desempeño_2.0
Neurociencia y desempeño_2.0Neurociencia y desempeño_2.0
Neurociencia y desempeño_2.0Sociotec
 
Test basico de liderazgo final
Test basico de liderazgo  finalTest basico de liderazgo  final
Test basico de liderazgo finalSociotec
 
Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...
Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...
Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...Sociotec
 
La trastienda de los equipos de trabajo
La trastienda de los equipos de trabajoLa trastienda de los equipos de trabajo
La trastienda de los equipos de trabajoSociotec
 
El sentido de la experiencia cotidiana como motor vital
El sentido de la experiencia cotidiana como motor vitalEl sentido de la experiencia cotidiana como motor vital
El sentido de la experiencia cotidiana como motor vitalSociotec
 
Estilos negociadores
Estilos negociadoresEstilos negociadores
Estilos negociadoresSociotec
 
Mia un modelo integrado de assessment
Mia un modelo integrado de assessmentMia un modelo integrado de assessment
Mia un modelo integrado de assessmentSociotec
 

Mais de Sociotec (12)

Sincronización equipos de Trabajo
Sincronización equipos de TrabajoSincronización equipos de Trabajo
Sincronización equipos de Trabajo
 
Shakespeare y el liderazgo
Shakespeare y el liderazgoShakespeare y el liderazgo
Shakespeare y el liderazgo
 
Shakespeare liderazgos fallidos
Shakespeare liderazgos fallidosShakespeare liderazgos fallidos
Shakespeare liderazgos fallidos
 
Liderazgos nocivos
Liderazgos nocivosLiderazgos nocivos
Liderazgos nocivos
 
Brochure marble tree group 2014
Brochure marble tree group 2014Brochure marble tree group 2014
Brochure marble tree group 2014
 
Neurociencia y desempeño_2.0
Neurociencia y desempeño_2.0Neurociencia y desempeño_2.0
Neurociencia y desempeño_2.0
 
Test basico de liderazgo final
Test basico de liderazgo  finalTest basico de liderazgo  final
Test basico de liderazgo final
 
Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...
Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...
Presentación sociotec (Assessment, Trabajo en equipo, Liderazgo, alineamiento...
 
La trastienda de los equipos de trabajo
La trastienda de los equipos de trabajoLa trastienda de los equipos de trabajo
La trastienda de los equipos de trabajo
 
El sentido de la experiencia cotidiana como motor vital
El sentido de la experiencia cotidiana como motor vitalEl sentido de la experiencia cotidiana como motor vital
El sentido de la experiencia cotidiana como motor vital
 
Estilos negociadores
Estilos negociadoresEstilos negociadores
Estilos negociadores
 
Mia un modelo integrado de assessment
Mia un modelo integrado de assessmentMia un modelo integrado de assessment
Mia un modelo integrado de assessment
 

Último

calidad de vida en el trabajo.......pptx
calidad de vida en el trabajo.......pptxcalidad de vida en el trabajo.......pptx
calidad de vida en el trabajo.......pptxManuelaLenSaldaa
 
Estas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxito
Estas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxitoEstas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxito
Estas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxitoAlejandro Romero
 
El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.
El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.
El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.virginiavuelvas23
 
"A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v...
"A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v..."A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v...
"A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v...Alejandro Romero
 
Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)
Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)
Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)Pr. David Xolo
 
PLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdf
PLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdfPLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdf
PLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdfcamilaherrera5536
 
Creación para una empresa instancias bns
Creación para una empresa instancias bnsCreación para una empresa instancias bns
Creación para una empresa instancias bnsirenedioniciodejesus
 

Último (7)

calidad de vida en el trabajo.......pptx
calidad de vida en el trabajo.......pptxcalidad de vida en el trabajo.......pptx
calidad de vida en el trabajo.......pptx
 
Estas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxito
Estas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxitoEstas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxito
Estas son las verdaderas joyas de BME Growth: Casos de éxito
 
El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.
El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.
El Sistema Presupuestario. María Vuelvas.
 
"A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v...
"A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v..."A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v...
"A medida que los niveles de liquidez aumenten, en el medio plazo, podremos v...
 
Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)
Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)
Programa de organización de Escuela Sabática (Opción 1)
 
PLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdf
PLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdfPLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdf
PLAN DE CAPACITACIÓN EN GESTIÓN HUMANA.pdf
 
Creación para una empresa instancias bns
Creación para una empresa instancias bnsCreación para una empresa instancias bns
Creación para una empresa instancias bns
 

Teoría motivacional de un psicólogo humanista Abraham Maslow

  • 1. 1Autor: Rafael Castellano ABRAHAM MASLOW Teoría motivacional de un Psicólogo humanista
  • 2. 2Autor: Rafael Castellano El autor analiza la obra de Maslow mediante la convergencia de distintas perspectivas: el ambiente y época en que fue desarrollada; los autores con quienes se enfrentó y aquellos con quienes compartió afinidades; y los marcos filosóficos y antropológicos que respaldan sus posturas teóricas. Discute luego los aportes principales de Maslow y los presupuestos que los sostienen, ofreciendo una crítica de sus enunciados. Finalmente, analiza las implicancias que tienen las posiciones de Maslow cuando se utilizan para expresar o nutrir una teoría motivacional. ABSTRACT
  • 3. 3Autor: Rafael Castellano ABRAHAM MASLOW Existen pocos autores tan citados y, al mismo tiempo, tan insuficientemente analizados como Abraham Maslow. Su extendida fama está directamente asociada con la masiva aplicación de su teoría de la motivación en el campo de la educación y en el mundo de las organizaciones, (ilustrada por medio del dispositivo de la “jerarquía de necesidades”). Sin embargo – sorprendentemente- no es mucha la gente (entre quienes aplican o utilizan de algún modo ese dispositivo o constructo) que comprende los fundamentos y supuestos filosóficos y antropológicos que están detrás de su teoría motivacional. El objetivo de este artículo es ahondar brevemente en esos fundamentos, refrescar y profundizar la lógica de la “jerarquía de necesidades” y ofrecer una crítica actual de las propuestas de este autor. 1) FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y ANTROPOLÓGICOS A) AMBIENTE Y EPOCA QUE ENMARCAN LA OBRA DE MASLOW Hacia fines de la década de 1940 Maslow había decidido que su principal área de interés – dentro del campo de la psicología- sería investigar sobre la motivación de la conducta humana y, en este terreno, predominaban por entonces el psicoanálisis freudiano y el conductismo de Skinner. Los psicólogos humanistas (Gordon Allport, Erich Fromm, Rollo May, Carl Rogers y el propio Maslow) se presentaron como una alternativa diferente (más optimista acerca de la naturaleza humana) que las encarnadas por Freud y por el conductismo. Para conocer mejor a Maslow, creo que es importante comenzar por recordar de qué perspectivas intentó diferenciarse. A Maslow le interesaba investigar la naturaleza y la dinámica de la energía que motoriza la conducta humana. Freud - desde el psicoanálisis- y Skinner – desde el conductismo- ya habían propuesto sendos marcos teóricos y experimentales para explicar esa cuestión. Maslow intrentó diferenciarse de esas dos tradiciones. Para llegar a Maslow repasaremos brevemente, entonces, lo que Freud y el conductismo sostenían. Sigmund Freud Freud concibió la personalidad como una totalidad dinámica organizada de acuerdo con tres grandes sistemas o instancias que, en mutua interacción permitían explicar la vida psíquica. Ello, Yo y Superyó, influyéndose y condicionándose, estructuran el psiquismo. El Ello (nombre impersonal que Freud toma de Groddeck) es la parte más primitiva de nuestro psiquismo y se refiere a las funciones y fenómenos psíquicos originados por nuestras necesidades orgánicas. Dice Freud: “Ha de sernos muy provechoso (…) seguir la invitación de Groddeck, el cual afirma siempre que aquello que llamamos nuestro Yo se conduce en la vida pasivamente y que en vez de vivir somos vividos por poderes ignotos e invencibles (…) Propongo dar el nombre de Yo al ente que emana del sistema psíquico y es primero preconsciente, y el de Ello –según lo hace Groddeck- a lo psíquico restante – inconsciente- en lo que dicho Yo se continúa.” (1) El Ello es la fuente de impulsos que se nos imponen y de los que no experimentamos la vivencia de ser sus autores. Solo sentimos la demanda de movernos hacia aquello que calmará la urgencia interior produciendo el placer de la satisfacción. Este mundo interior de impulsos ciegos que no implican otra meta inmediata que el placer, es el mundo del Ello: un conjunto de impulsos y tendencias instintivas (*) _____ (*) En psicología se entiende por “instinto” una tendencia innata de orden sensible, ciega y específica a la posesión o al rechazo de objetos que, percibidos por los órganos de los sentidos, aparecen como convenientes o no en función de la resolución afectiva de agrado o desagrado que despiertan en el individuo. En psicoanálisis, en cambio, instinto es la fuerza o energía que origina los impulsos a la satisfacción causados por las necesidades biológicas del organismo. Freud no usó, en rigor, la palabra “instinto” sino la palabra alemana “triebb” que expresa la idea de fuerza, tendencia, pulsión. Así, en cuanto el instinto es un impulso, debe ser entendido como representante psíquico de una excitación
  • 4. 4Autor: Rafael Castellano somática. Este mundo interior de impulsos ciegos, que no implican otra meta inmediata que el placer, es el mundo del Ello: un conjunto de impulsos y tendencias “instintivos”. La actividad del Ello está sometida a una ley: el principio del placer (la descarga de la tensión psíquica) Los procesos del Ello son inconscientes y solo tenemos conciencia de ellos indirectamente en cuanto se forman representaciones mentales. En síntesis: los impulsos del Ello se satisfacen o bien mediante la acción, o bien por medio de la representación mental de objetos capaces de procurarle placer. De lo contrario, insatisfechos, quedan sujetos a la “represión”. Así, capaz de obtener placer gracias a unas representaciones mentales, el Ello no necesita de la realidad ni tiene contacto con ella. El Ello es incapaz –así- de aprender. Su falta de contacto con la realidad lo priva de experiencias de aprendizaje. El Ello, además, no conoce la moralidad: su único criterio de discernimiento es el placer o displacer. Dice Freud: “El núcleo de nuestra esencia está formado por el oscuro Ello (…) En él actúan los instintos orgánicos formados, a su vez, por la fusión (…) de dos fuerzas primordiales: Eros y Tanatos (destrucción) Más la satisfacción instintual inmediata e inescrupulosa, tal como la exige el Ello llevaría a peligrosos conflictos con el mundo exterior y a la destrucción del individuo”. (2) El Yo, por su parte, nos aparece como el “agente” responsable de la experiencia cognoscitiva del querer. Se nos muestra abierto, en comunicación con dos mundos diferentes: nuestro mundo interior y el mundo exterior de la realidad. Esta comunicación se logra porque el Yo percibe, es capaz de captar cognoscitivamente tanto nuestros propios fenómenos internos como los objetos reales del mundo. Mediante la percepción el Yo forma las representaciones mentales de los objetos con los que entra en contacto y guarda tales representaciones mentales, las que puede evocar por medio de la memoria. Cuando hablamos de representaciones mentales que “aparecen” ante el Yo, hablamos de “fenómenos psíquicos conscientes” pero también de “fenómenos psíquicos latentes” a la conciencia que reciben el calificativo de pre-conscientes. A diferencia del Ello el Yo tiene, entonces, contenidos conscientes. El hecho de que no solo perciba sino que también recuerde, implica –contrastando con el Ello- que el Yo vive en el tiempo. Distingue entre pasado y presente y proyecta el futuro. La percepción de la realidad y el recuerdo sugieren que el Yo aprende, evoluciona, madura. El Ello es eternamente infantil. El Yo es además agente ejecutor ya que no solo forma representaciones mentales de los objetos que pueden servir al Ello para sus procesos primarios de realización de deseos, sino que también puede procurarse los objetos mismos. El Yo está sujeto a la realidad al punto que esta se le impone condicionando y rigiendo se actividad de manera semejante a como el placer condiciona y rige la actividad del Ello. Y así como la actividad del Ello es eficaz en cuanto obedece a la orientación impuesta por el principio del placer, así es eficaz la actividad del Yo en cuanto este se sujeta a la orientación que le impone la realidad misma. Por esta razón decimos que el Yo está sujeto al principio de la realidad. La realidad lo condiciona y lo rige. En síntesis, Freud dice respecto al Yo: El Yo gobierna la motilidad voluntaria. Su tarea consiste en la autoconservación, y la realiza en doble sentido. Frente al mundo exterior se percata de los estímulos, acumula (en la memoria) experiencias sobre los mismos, elude (por la fuga) los que son demasiado intensos, enfrenta (por adaptación) los estímulos moderados y, por fin, aprende a modificar el mundo exterior, adecuándolo a su propia conveniencia (actividad). Hacia el interior, frente al Ello, conquista el dominio sobre las exigencias de los instintos, decide si han de tener acceso a la satisfacción, aplazándola hasta oportunidades y circunstancias más favorables del mundo exterior, o bien suprimiendo totalmente las excitaciones instintivas. (3) Sigmund Freud
  • 5. 5Autor: Rafael Castellano Por otro lado, la realidad proporciona al Yo la dimensión ética-cultural, con sus maneras de ver, de interpretar, de juzgar, de valorar y sobre todo de aprobar o desaprobar, de premiar o castigar. Se crea así una nueva instancia que llamamos Superyó que tiene una doble función. El Superyó como autoridad ética incorporada manda lo que hay que hacer ofreciendo ideales que realizar (el Yo Ideal), y establece censuras y prohibiciones (castigando al Yo con remordimientos y sentimientos de culpa por sus desobediencias). Dice Freud: Esta nueva instancia psíquica continúa las funciones que anteriormente desempeñaron las personas correspondientes del mundo exterior: observa al Yo, le imparte órdenes, lo corrige y lo amenaza con castigos, tal como lo hicieron los padres, cuya plaza ha venido a ocupar. A esta instancia la llamamos Superyó, y en sus funciones judicativas la sentimos como conciencia. (4) En resumen: para Freud la fuente de donde proviene la energía psíquica es el Ello (en forma de energía que apetece placer sexual, o en forma de libido libremente móvil), pero el Yo controla al Ello manteniendo el contacto con la realidad exterior en bien de la persona. Sin embargo el proceso dinámico-económico de distribución, control y gasto de energía no es simple. El Yo gasta energía en sus propios procesos psicológicos cuyo objetivo es, en primer lugar, satisfacer las necesidades biológicas (los impulsos del Ello), actuando al servicio de las elecciones o “catexias objetales” del Ello. El Yo orienta la libido y la transforma en libido objetal. La catexia objetal del Ello concuerda y se refuerza con la libido objetal que el Yo dirige hacia el objeto satisfactorio. Por medio de un progresivo aprendizaje el Yo va cargando sus representaciones mentales de de tales objetos satisfactorios apareciendo, así, catexias del Yo, lo que genera un superávit de energía que se orienta a descubrir nuevos objetos hacia los cuales orientar su libido que (aún cuando sigue condicionada por el principio del placer) puede ser desexualizada. Igual sigue siendo una fuerza impulsora caracterizada por su movilidad y capacidad de desplazamiento. El modo en que el Yo invierte su libido se relaciona con un proceso clave, denominado “identificación”. Dice Freud: La identificación es la forma primitiva de enlace a un objeto. Siguiendo una dirección regresiva, se convierte en sustitución de un enlace libidinoso a un objeto en introyección del objeto en el Yo. (5) Burrhus Frederic Skinner (6) Skinner propuso un análisis funcional de la conducta que relaciona variables independientes ambientales con variables dependientes conductuales. Sugiere que una vez conocidas las relaciones funcionales se puede predecir una conducta si se tienen claras las variables controladoras (variables de las cuales la conducta es función), y se puede controlar una conducta si se manipulan esas variables controladoras. B.F. Skinner Los estados hipotéticos internos (motivación, deseos, sentimientos) no son variables causales. Las variables independientes pueden ser temporalmente remotas (las contingencias a las cuales estuvo expuesto el organismo en su historia de aprendizaje). La conducta está determinada; posee regularidades. Es posible establecer leyes para predecirla y controlarla. Skinner se oponía a la idea de libre albedrío (que concibe la conducta como actos de un agente libre y no determinado causalmente). La idea de que el individuo está más allá de factores controladores le parecía peligrosa y afirmaba que la era necesario identificar los factores controladores para ejercitar el máximo control sobre la propia vida. Lo que controla la conducta no son ni sentimientos ni estados observados introspectivamente sino procesos y estructuras mentales dentro del organismo. Sin embargo se opone a quienes al explicar la conducta se detienen en los “eventos privados”. La
  • 6. 6Autor: Rafael Castellano cadena causal –sostiene- solo se completa al llegar a las causas iniciadoras en el ambiente. No existen causas puramente mentales ni autonomía humana. La regularidad de las conductas tiene que ver con lo que llama “reforzamiento” (consecuencias ambientales cuyos efectos se detectan más tarde). La conducta es función de sus consecuencias ambientales pasadas. Los genes no determinan directamente la conducta. Lo que se hereda es la susceptibilidad hacia ciertas contingencias ontogenéticas. Toda conducta es condicionada por factores genéticos y ambientales. Distingue entre “mente” (ficción explicativa) y “eventos privados” (imaginación, diálogo interno, atención, emociones, percepción). Señala que los términos psicológicos son válidos como conductas verbales a estudiar, pero no como factores explicativos. Su objeto de estudio no es la mente o la experiencia consciente, sino la conducta. Entiende a la psicología como parte de la biología, por lo que su objeto de estudio es la conducta de los organismos. Optar por la mente –dice- no contribuye a la predicción y el control de la conducta. Pero, siendo la conducta algo funcional y contextuado, no puede restringirse al organismo: debe abarcar sus relaciones funcionales y no su morfología. Considera importante tratar el tema de la “privacidad” (fenomenología) abordándolo desde la conducta en lugar de partir de la experiencia inmediata. La conducta es, en síntesis, un patrón modificado por la exposición a contingencias de reforzamiento durante la vida. Es el resultado de esa historia de aprendizaje. Pero esto no tiene que ver con un almacenamiento de información de las contingencias. Las contingencias de reforzamiento cambian a la persona; cambian el organismo pero no en un sentido psíquico o cognitivo, sino mediante cambios fisiológicos que dan lugar a nuevas conductas. Las conductas pueden ser “respondientes” (reflejos y conductas aprendidas por ciertos condicionamientos o estímulos) u “operantes” (conductas llamadas voluntarias que operan seleccionando consecuencias en el ambiente). La “operante” explica el propósito, significado o intención cuando identifica sus variables controladoras. Propósito, significado, intención, no son propiedades de la conducta en sí misma sino formas de referirse a variables controladoras (potencialmente manipulables). Skinner no niega la conciencia pero la limita a dos significados: a) capacidad de responder ante ciertos estímulos; b) capacidad de conducta auto- descriptiva. Pues bien: estos dos enfoques (el de Freud y el de Skinner) dominaban la escena por entonces. Dos psicólogos, desencantados con la visión de Freud tendiente a explicar la conducta humana en términos “deshumanizantes” (en el sentido de que obedecía a “energías”, “sistemas psíquicos”, etc.), e insatisfechos con la insistencia del psicoanálisis en pensar la conducta partiendo de casos patológicos y sin prestar demasiada atención a las personas “sanas”, comienzan a abrir un camino por el que luego transitará Maslow: el de la reflexión psicológica a partir de los principios de la filosofía existencial. Esas dos personas fueron el psiquiatra Ludwig Binswanger y el psicoanalista -y también psiquiatra- Medard Boss. Binswanger sugirió que Freud estaba perdiendo la realidad fenoménica de la experiencia humana, refiriéndose al hecho de que para la fenomenología existe una unidad mente/cuerpo, y que en la experiencia fenoménica la persona es y permanece como una unidad. Tanto Binswanger como Boss fueron muy influenciados por la filosofía de Heidegger. Ambos estudiaron la existencia del “ser” en un tiempo presente, en un espacio determinado y en la perspectiva de un carácter ideográfico centrado en la individualidad. La visión desarrollada por estos autores concibe a un ser humano que progresa activamente en la vida asumiendo la responsabilidad de realizar sus posibilidades, aprendiendo a trascender realizando sus potencialidades.
  • 7. 7Autor: Rafael Castellano La psicología humanista de Maslow también está fuertemente enraizada en el existencialismo, que concibe al hombre como un “ser- en- el- mundo”, consciente de su propia existencia. Los existencialistas rechazan la noción de que las personas estén sobre-determinadas por factores hereditarios o influencias ambientales y creen que cada quien tiene la libertad de elegir, y es responsable por su propia existencia. Los principios del existencialismo que mayor influencia ejercieron sobre las teorías de Maslow, son tres: Libertad Para el existencialismo el individuo es completamente libre de elegir y es, por tanto, completamente responsable de su existencia. “La vida es lo que hacemos de ella”. Tal libertad de elección no implica necesariamente que el individuo actuará en función de su mejor interés. La libertad no asegura que todas las elecciones serán sabias. Esta premisa existencial atrae a los teóricos humanistas (Maslow incluído) porque colocan al ser humano como eje determinante de su propia conducta y experiencia. El humano es un “agente consciente” que experimenta, decide y escoge sus acciones. La psicología humanista toma este modelo como punto de partida propio: un ser responsable, libre y realizando elecciones entre diversas posibilidades abiertas. Devenir Quizás, el concepto existencialista más relevante (desde el punto de vista del análisis de la teoría motivacional de Maslow), es el de “devenir”. Para el existencialismo una persona no es algo estático: siempre está en el proceso de devenir algo diferente. En consecuencia depende de ella –en tanto agente libre- realizar (en todo cuanto sea posible) sus potencialidades. Solo “actualizando” esos potenciales puede el individuo vivir una vida auténtica. Para el humanismo, una existencia auténtica requiere más que la satisfacción de las necesidades biológicas y los impulsos sexuales y/o agresivos. Las personas que resisten el “devenir” se niegan a sí mismas las posibilidades de una vida humana. Para Maslow esto es una tragedia porque contemplaba el proceso de devenir (o –en sus propia palabras- de auto –actualización o auto- realización) como inherente a la naturaleza humana. Esto no significa que los psicólogos humanistas no reconozcan las dificultades propias del intento por desplegar una vida plena de sentido y realización, sobre todo en un escenario de profundos cambios culturales en el que los valores y las creencias tradicionales han dejado de actuar como guías para la vida. Experiencia Humana El humanismo enfatiza el modo en que la consciencia, los sentimientos y emociones subjetivas, y las experiencias personales, se relacionan con la propia existencia en un “mundo- de- otros”. Se trata de una perspectiva “fenomenológica” para la cual la cual la experiencia subjetiva (tal como se presenta aquí y ahora) es el fenómeno primario para el estudio de la naturaleza humana. Las explicaciones teóricas son secundarias respecto de la experiencia en sí misma y respecto del sentido que esta tiene para los propios individuos. En este sentido, Maslow escribió: “El elemento básico del campo del conocimiento es la experiencia íntima y directa. (…) No existe ningún substituto de la experiencia”. Esto llevó a Maslow a apreciar la individualidad. Este enfoque (en lo que se refiere al estudio de la personalidad) se denomina “ideográfico”: el foco principal está puesto en las singularidades de cada persona. Como resultado, Maslow sostuvo que toda conducta está gobernada por una tendencia hacia la auto-actualización, tendencia que es idiosincrática (característica) del individuo. Esta tendencia lleva a los individuos a través de una progresión jerárquica orientada a alcanzar la auto-actualización. De un modo similar a Freud denomina a cada una de estas etapas “necesidades”, pero el sentido o el énfasis es muy distinto: Maslow no se refiere a procesos inconscientes, y su teoría no hace alusiones a conflictos internos que operarían como la fuente de la motivación. A diferencia de Freud enfatiza el componente idiosincrático, individual, de la naturaleza humana, y una progresión sistemática a través de una pirámide de necesidades jerárquicamente organizada. (7) B) MARCO ANTROPOLÓGICO Y FILOSÓFICO DE LA OBRA DE MASLOW.
  • 8. 8Autor: Rafael Castellano Maslow, como ya señalé, se encuadró dentro de las posturas teóricas del existencialismo. Escribió: Nos hallamos en un período de transición de una imagen del ser humano a otra, de una filosofía de vida a otra (…) Como afirmación general puede llamarse visión humanista (…) Se trata de un rechazo del enfoque no humano, impersonal y orientado hacia el objeto (…) ¿Que está sucediendo en la psicología? El punto de vista mecanicista de la ciencia, la imagen conductista de los seres humanos, trata al individuo como un objeto pasivo (…) El nuevo existencialismo contrasta la imagen de los seres humanos como objetos pasivos, dominados por las fuerzas económicas marxistas o por las fuerzas inconscientes freudianas con la imagen del ser humano como alguien en movimiento. Hoy día se habla mucho de elección, experiencia personal, decisión y responsabilidad. Hay muchos escritos sobre la forma en que es posible (…) tomar nuestro propio destino en nuestras manos. En los escritos de Skinner nunca encontrarán estas palabras. Por el contrario, él constantemente habla de refuerzo. En la novela de Skinner “Walden Dos” se trata a toda la población condicionándola, conformándola y moldeándola por un profeta benévolo (…) Por el contrario, el enfoque existencialista pone de relieve la capacidad de cada persona para escoger y para resistir (…) Actualmente se habla mucho del Yo y de la identidad personal. Lo que se halla implicado en estos debates es algo que podemos llamar “cualidad del ser humano”, pero entre los pensadores mecanicistas no existe el concepto de naturaleza humana. El existencialismo es el “agente” (…) el que decide. (8) En relación a este punto afirmaba lo siguiente: “Elegir, reconocer y asumir lo propio, lo idiosincrático, es lo mismo que elegir la realización de los potenciales instintoides. En la búsqueda personal de identidad descubrimos la manera en que somos distintos de las demás personas, pero –al mismo tiempo- descubrimos lo que es común a todos. No se trata de una teoría conductista o de los instintos: las conductas que están genéticamente determinadas son “reflejas” y no tienen mucha importancia para el psicólogo, como si la tienen los impulsos, las necesidades en sentido estricto (…) Me importa destacar lo instintoide (aunque esta palabra me haya generado muchos problemas) porque me irrita el punto de vista que acentúa en exceso lo sociológico y ambiental en la psicología, como es el caso de Erich Fromm. (…) Aunque la meta consiste en volverse plenamente humano, en convertirse en todo lo que la persona puede llegar a ser, la persona tiene que hacer elecciones y seleccionar entre una gran reserva de potenciales. Para una persona muy limitada o poco inteligente, la plena realización (el máximo de lo que puede lograr) puede consistir en algo muy simple. (…) Al elegir, uno también hace sacrificios porque posterga ciertos potenciales. (9) La psicología humanista supone que existe una esencia humana definida. La forma concreta que adopta es la “teoría de los instintos”, pero también tiene que ver con la “teoría de la capacidad y de las necesidades”, es decir, con el hecho de “capacidades que quieren expresarse y realizarse” (en este punto Maslow subraya una diferencia con la idea de Sartre de una relatividad total, sosteniendo –por el contrario- que la naturaleza humana no es infinitamente maleable y que posee parámetros definidos). (9). Cada uno de nosotros, desde su óptica, tiene una naturaleza superior que es parte de nuestra esencia, lo que significa que –bajo condiciones favorables- las personas manifestarán rasgos como afecto, altruismo, amistad, generosidad, bondad. Estas son las características propias de lo que llamó “autorrealización”. Esta naturaleza superior se manifiesta gracias a buenas condiciones del entorno, en las personas “plenamente evolucionadas”. Esto no significa que Maslow rechace las diversas teorías que señalan que en los humanos radica tanto el potencial para lo bueno como para lo malo, pero pone el acento en la tendencia a lo bueno en entornos favorables. Así, afirmó: “Una buena sociedad es aquella que posibilita la autorrealización de sus miembros”. (10) “El humano, cuando está plenamente implicado en lo que hace, tiende a considerar que sus mayores gratificaciones son las meta- gratificaciones, los “valores del ser”: contribuir a la justicia, la excelencia, la belleza, la verdad. (11)
  • 9. 9Autor: Rafael Castellano Abraham Maslow Pues bien, nos habíamos planteado identificar cuáles son los elementos que distinguen los planteos teóricos de Maslow respecto de los de aquellos de quienes pretendió diferenciarse (el psicoanálisis freudiano y el conductismo de Skinner). Repasemos entonces las principales divergencias. Para Freud, la fuente de donde proviene la energía psíquica es el Ello, donde actúan instintos orgánicos cuyo único criterio de discernimiento es el placer o displacer. No hay allí moralidad, temporalidad, maduración ni teleología alguna. La constitución del Ello es irracional e inconsciente. En el Yo sí aparecen fenómenos psíquicos conscientes, temporalidad, aprendizaje y principios morales (Superyó), pero no es allí donde radican las motivaciones y la energía. Su función –antes bien- es controlar, reprimir y orientar las demandas que surgen del Ello. El Yo es en mayor medida sede de remordimientos, culpas y angustias que de motivaciones. Las representaciones mentales que el Yo produce para descubrir e investir objetos satisfactorios -en términos de las exigencias del Ello-, implican un desgaste de energía, pero el origen de tal desgaste se inicia en el Ello. El Yo, cuando logra generar un superávit de energía, se orienta a descubrir nuevos objetos en los que invertir su propia libido, mediante el proceso de identificación. Para Skinner, la conducta no está determinada por causas mentales, ni exclusivamente genéticas, ni se puede hablar de autonomía humana. Las causas iniciadoras de la conducta son externas, están en el ambiente, y los patrones de conducta se van estableciendo mediante procesos de reforzamiento. En ellos no hay propósito, significado ni intención, sino solo manipulación de variables controladoras. La conciencia no va más allá de la capacidad para responder ante ciertos estímulos, o para la auto- descripción. Maslow, por el contrario, coloca al ser humano como eje de su propia conducta y experiencia, como “agente consciente” que experimenta y decide sus acciones. Pero este decidir va más allá de la satisfacción de necesidades biológicas y pulsiones. La naturaleza humana tiende a “devenir”, a realizar –en cuanto sea posible- sus potencialidades. Toda conducta está gobernada por una tendencia a la actualización. Y cada persona es singular por lo que los procesos de auto-actualización también lo son. En una difundida entrevista en la Universidad de Brandeis con el Dr. Frick (12), Maslow expresa que el hombre realiza sus potenciales de manera muy similar a como una bellota se transforma en un árbol. Esta sentencia le sugiere a Frick una suerte de “programación” que le preocupa. Maslow no rechaza esta connotación pero, al ratificarla y reelaborarla, expresa una postura nítidamente existencialista. Dice: Tenemos un sentido interior de una fuerza irresistible y prácticamente nada puede impedir que un gato se convierta en un gato, pero actuar sobre esa naturaleza es lo que constituye la insistencia existencial en la que el hombre se hace a sí mismo. Diría que las potencialidades de la naturaleza humana tienen una raíz biológica y son instintoides, pero que es en la cultura y en la propia vida, y con voluntad y con auto-responsabilidad que el hombre se hace a sí mismo. Es decir, sin no se hace nada con las potencialidades uno es un vegetal, de modo que el trabajo esforzado es el camino (...) (Pero) no hay que pecar de antibiologismo. Frick le señala una posible contradicción: descubrir la propia naturaleza o crearla, elegirla. Maslow contesta: Falta una palabra que exprese conjuntamente las ideas de descubrir (los propios talentos, tendencias, gustos, propensión constitucional temperamental) y revelar, crear (mediante el esfuerzo y la propia determinación de uno mismo); pero con acento en lo “receptivo”. La creación no es arbitraria. No puedo transformarme en mujer, salvo de una manera muy ineficaz e insatisfactoria. Así, crear parece ser –para Maslow- descubrir que es uno (tendencias, propensiones, intenciones) y, luego, trabajar para que todo eso se actualice, se concrete. Sin embargo, dice: (Pero) la mayoría de las personas no solo
  • 10. 10Autor: Rafael Castellano no conocen y no aprecian su tendencia a volverse más plenamente humanas, sino que están dominadas por las necesidades del momento. No saben de antemano que luego de haber llegado esa gratificación buscarán otra necesidad superior. Para ellos el valor absoluto es la necesidad, en la jerarquía, por la que están dominados durante un período particular. 2) LA JERARQUÍA DE NECESIDADES (13) A) BREVE PRESENTACIÓN DEL DESARROLLO DE MASLOW Trabajando con monos, Maslow descubrió - muy al principio en su carrera- que ciertas necesidades prevalecen sobre otras. Por ejemplo, si alguien está hambriento o sediento tenderá a calmar la sed antes que comer. Alguien puede pasarse sin comer unos cuantos días, pero solo podrá estar un par de días sin agua. La sed es una necesidad “más fuerte” que el hambre. De la misma forma, si alguien está muy sediento, pero lo han sometido a condiciones que no le permiten respirar, privilegiará la necesidad de respirar. El sexo, naturalmente, es menos importante que cualquiera de estas necesidades. Maslow recogió esta idea y creó su ahora famosa jerarquía de necesidades. Además de considerar las evidentes agua, aire, comida y sexo, identificó cinco grandes bloques: las necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad y reaseguramiento, la necesidad de amor y pertenencia, necesidad de estima y la necesidad de actualizar el sí mismo (self); en ese orden. 1. Las necesidades fisiológicas. Incluyen las necesidades que tenemos de oxígeno, agua, proteínas, sal, azúcar, calcio y otros minerales y vitaminas. También se incorpora aquí la necesidad de mantener el equilibrio del PH (volverse demasiado ácido o básico nos mataría) y de la temperatura (36.7 ºC o cercano a él). Otras necesidades consideradas en este punto son las dirigidas a mantenernos activos, a dormir, a descansar, a eliminar desperdicios (CO2, sudor, orina y heces), a evitar el dolor y a tener sexo. Maslow creía, apoyándose en sus investigaciones, que éstas eran de hecho necesidades individuales y que, por ejemplo, una falta de vitamina C conduciría a una persona a buscar específicamente aquellas cosas que en el pasado proveían de vitamina C, por ejemplo el jugo de naranja. 2. Las necesidades de seguridad y reaseguramiento. Cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas, entra en juego este segundo grupo relacionado con la preocupación por cuestiones relativas a la provisión de seguridad, protección y estabilidad. Incluso puede desarrollarse una necesidad de estructura, de ciertos límites, de orden. Desde una perspectiva negativa, el sujeto puede empezar a preocuparse no por necesidades como el hambre y la sed, sino por sus miedos y ansiedades. En el adulto medio no marginalizado, este grupo de necesidades se representa en las urgencias por hallar una casa en un lugar seguro, la estabilidad laboral, un buen plan de jubilación un buen seguro de vida, etc. 3. Las necesidades de amor y de pertenencia. Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad se equilibran entran en escena las necesidades de amistad, de pareja, de hijos, de relaciones afectivas en general, incluyendo la sensación general de comunidad. Desde el ángulo negativo, nos volvemos exageradamente susceptibles a la soledad y a las ansiedades sociales. En nuestra vida cotidiana, exhibimos estas necesidades en nuestros deseos de unión (matrimonio), de tener familias, de ser parte de una comunidad, de ser miembros de una iglesia, de una hermandad, de ser parte de una barra de amigos o pertenecer a un club. También se manifiesta en lo que buscamos al elegir una carrera. 4. Las necesidades de estima. Resuelto lo anterior empezamos a preocuparnos por la autoestima. Maslow describió dos versiones de necesidades de estima, una baja y otra alta. La baja es la del respeto de los demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento, atención, reputación, apreciación, dignidad e incluso dominio. La alta comprende las necesidades de respeto por uno mismo, incluyendo sentimientos tales como confianza, competencia, logros, maestría,
  • 11. 11Autor: Rafael Castellano independencia y libertad. Señalaba que esta es la forma “alta” porque, a diferencia del respeto de los demás, una vez que desarrollamos cierto respeto por nosotros mismos, suele ser más estable y es más difícil perderlo. La versión negativa de estas necesidades es una baja autoestima y complejos de inferioridad. Maslow creía que Adler había descubierto algo importante cuando propuso que este asunto estaba en la raíz de muchos de nuestros problemas psicológicos. Maslow llama a estos cuatro niveles anteriormente mencionados necesidades de déficit o Necesidades-D. Si no tenemos lo suficiente de algo (tenemos un déficit), sentimos la necesidad. Pero si logramos lo que necesitamos, no sentimos tal déficit. En otras palabras, no tenemos esa motivación. El autor también habla de estos niveles en términos de homeostasis, principio a través del cual opera nuestro termostato de forma equilibrada: cuando hace mucho frío, enciende la calefacción; cuando hace mucho calor, apaga el calentador. De la misma manera, en nuestro cuerpo, cuando falta alguna sustancia, desarrolla un ansia por ella; cuando logra conseguir suficiente de ella, entonces se detiene el ansia. Lo que Maslow hace es simplemente extender el principio de la homeostasis a las necesidades, tales como la seguridad, pertenencia y estima. Considera a todas estas necesidades como esencialmente vitales. Incluso el amor y la estima son necesarios para el mantenimiento de la salud. Afirma que todas estas necesidades están construidas genéticamente en todos nosotros, como los instintos. De hecho, les llama necesidades instintoides (casi instintivas). En términos de desarrollo general, nos movemos a través de estos niveles como si fueran estadios. Apenas nacidos, nuestro foco (o casi nuestro completo complejo de necesidades) está en lo fisiológico. Inmediatamente, empezamos a reconocer que necesitamos estar seguros. Poco tiempo después, buscamos atención y afecto. Un poco más tarde, buscamos la autoestima. Bajo condiciones de estrés o cuando nuestra supervivencia está amenazada, podemos “regresar” a un nivel de necesidad anterior. También todo esto puede ocurrir en una sociedad de cierto bienestar: cuando la sociedad sufre abruptas disrupciones las personas empiezan a reclamar que un nuevo líder tome las riendas y se haga cargo. Maslow sugiere que podríamos preguntarles a las personas sobre su “filosofía de futuro”, cuál sería su ideal de vida o del mundo y- así - conseguir suficiente información sobre cuáles de sus necesidades están cubiertas y cuáles no. Quien tiene problemas significativos a lo largo de su desarrollo (por ejemplo, periodos más o menos largos de inseguridad o desamparo en la infancia, o la pérdida de un miembro familiar por muerte o divorcio, o rechazo significativo y abuso) podría “fijar” este grupo de necesidades para el resto de su vida.
  • 12. 12Autor: Rafael Castellano Esta es la comprensión de Maslow sobre la neurosis. Por ejemplo: quien atravesó situaciones de privaciones en su infancia, aunque tenga ahora todo lo que necesita, se seguirá sintiendo necesitado- obsesivamente- por tener dinero y ahorrar constantemente. O, si sus padres se divorciaron cuando aún era muy pequeño; aunque ahora tenga una familia integra se sentirá constantemente celoso o creerá que lo van abandonar en cualquier oportunidad porque no es lo suficientemente “bueno” para ella. 5. Auto-actualización El último nivel es diferente. Maslow ha utilizado una gran variedad de términos para referirse al mismo: motivación de crecimiento (opuesto al déficit motivacional), necesidades de ser (o B- needs, opuesto al D-needs), y auto- actualización. Se trata de necesidades que no comprenden balance u homeostasis. Una vez logradas, continúan haciéndonos sentir su presencia. De hecho, tienden a ser aún más insaciables a medida que las alimentamos. Comprenden aquellos continuos deseos de llenar potenciales, de “ser todo lo que se pueda ser”. Es una cuestión de ser más completo; de estar “auto-actualizado”. Dada la dificultad evidente de cubrir satisfactoriamente todas las necesidades previas de la jerarquía, no es sorprendente que solo exista un puñado de personas que sean verdadera y predominantemente auto-actualizadas. En algún momento, Maslow sugirió que se trata de apenas un 2%. La pregunta es: ¿qué es lo que Maslow quiere decir exactamente con auto- actualización? Para responder, tendremos que analizar a aquellas personas que Maslow considera auto-actualizadas. Empezó escogiendo a un grupo de personas (algunas figuras históricas y otras que él conocía y que le parecía que cumplían con los criterios de ser auto- actualizadas). Se incluyeron en este angosto grupo personajes como Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, y otros. Luego se centró en sus biografías, escritos, actos,(y palabras de aquellos a los que conoció personalmente) y así sucesivamente. De estas fuentes, desarrolló entonces una lista de cualidades similares a todo el grupo, opuesta a la gran masa compuesta por el resto. Estas personas estaban – sugirió- centradas en la realidad, lo que significa que podían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino. También eran personas centradas en el problema, o lo que es lo mismo, personas que enfrentaban los problemas de la realidad en virtud de sus soluciones, no como problemas personales inabordables o ante los que se sometían. Y además, tenían una percepción diferente de los significados y los fines. Creían que los fines no necesariamente justifican los medios; que los medios pueden ser fines en sí mismos y que los medios eran con frecuencia más importantes que los fines. Los auto-actualizadores poseían también una manera peculiar de relacionarse con los demás. En primer lugar, tenían una necesidad de privacidad, y se sentían cómodos estando solos. Eran relativamente independientes de la cultura y el entorno, apoyándose más en sus propias experiencias y juicios. Así mismo, eran resistentes a la enculturación, esto es, que no eran susceptibles a la presión social; eran de hecho, inconformistas en el mejor sentido. Poseían, por otra parte, lo que Maslow llamaba valores democráticos, o sea, que eran abiertos a la variedad étnica e individual, e incluso la defendían. Tenían la cualidad llamada en alemán Gemeinschaftsgefühl (interés social, compasión, humanidad). Y disfrutaban de las relaciones personales íntimas con pocos amigos cercanos y miembros familiares, más que de un montón de relaciones superficiales con mucha gente. Tenían un sentido del humor no hostil, prefiriendo las bromas a costa de sí mismos o de la condición humana, pero nunca dirigida a otros. Poseían además una cualidad llamada aceptación de sí mismo y de los demás, lo cual implica que preferían aceptar a las personas como eran, más que querer cambiarlas. La misma actitud la tenían consigo mismos: si tenían alguna cualidad que no fuese dañina, la dejaban estar, incluso aunque fuese una rareza personal. En consonancia
  • 13. 13Autor: Rafael Castellano con esto surge la espontaneidad y simplicidad: ellos preferían ser ellos mismos antes que pretenciosos o artificiales. De hecho, ante sus inconformidades, tendían a ser convencionales en la superficie, precisamente lo contrario que los inconformistas menos auto-actualizados que tienden a ser más dramáticos. Además, estas personas tenían una cierta frescura en la apreciación; una habilidad para ver cosas, incluso ordinarias, como preciosas. Por consiguiente eran creativos, inventivos y originales. Y, finalmente, tenían una tendencia a vivir con mayor intensidad las experiencias que el resto de las personas. Una experiencia cumbre, como le gustaba llamarla, es aquella que nos hace sentir como fuera de nosotros; como pertenecientes a un Universo; pequeños o grandes en virtud de nuestra pertenencia a la naturaleza. Sostenía que estas experiencias tienden a dejar una huella sobre las personas que las viven, transformándolas. Mucha gente busca estas experiencias de forma activa. También son llamadas experiencias místicas y constituyen parte importante de muchas religiones y tradiciones filosóficas. No obstante, Maslow no creía que los auto-actualizados sean personas perfectas. También descubrió una serie de imperfecciones a lo largo de su análisis: en primer lugar, con bastante frecuencia sentían ansiedad y culpa; pero una ansiedad y culpa realistas, no neuróticas o fuera de contexto. Algunos de ellos eran “idos” (ausentes mentalmente). Y por último, algunos otros sufrían de momentos de pérdida de humor, frialdad y rudeza. B) PRESUPUESTOS DE LA TEORIA DE LA JERARQUÍA DE NECESIDADES (14)  Libertad El ser humano es fundamentalmente libre y responsable por su conducta. Esa libertad se manifiesta en el modo en que cada quien decide como satisfacer sus necesidades, y – más específicamente- en cómo cada persona tiende hacia la auto- actualización, decidiendo cuáles son sus potencialidades y cómo desarrollarlas. Una persona es tanto más libre cuanto menos dominada se encuentra por las necesidades fisiológicas. A medida que una persona asciende a través de la jerarquía, va progresivamente esculpiendo su propia individualidad; va creando la “clase de persona que será” a partir de una serie de posibilidades. Las personas se autorrealizan “a su modo”.  Racionalidad Maslow resaltaba la capacidad de los humanos de recordar conscientemente experiencias pasadas y considerar posibilidades futuras y experiencias presentes, y –así- decidir respecto de cursos de acción. Cualquier ser humano realiza este tipo de actividades cotidianamente, por lo que –cree Maslow- la racionalidad es central en la conducta humana. Maslow no ignora que la irracionalidad se manifiesta en conflictos entre necesidades, compulsiones, inconsistencias en la conducta y en los procesos inconscientes, pero sostiene que el comportamiento está mayormente gobernado por fuerzas racionales. Su convicción lo lleva a afirmar que el reporte consciente que una persona ofrece sobre su propia experiencia subjetiva, es un elemento válido para el estudio científico (los psicólogos –en general- rechazan los métodos introspectivos, salvo en casos muy específicos). Para Maslow los seres humanos toman decisiones racionales para actualizar su potencial.  Constitucionalismo Si las personas son libres para auto-esculpirse y determinar creativamente sus propios destinos, entonces ni lo constitucional ni lo ambiental tienen un rol significativo en lo que
  • 14. 14Autor: Rafael Castellano se refiere al moldeado de la conducta. Pero, de los dos, Maslow se inclina a otorgar mayor peso a lo constitucional, desde el momento en que en la base de su concepto de “jerarquía” están las necesidades fisiológicas (originalmente constitutivas). Otros rastros de constitucionalismo pueden hallarse en el concepto de autorrealización. Maslow considera el impulso hacia la actualización del propio potencial como un “aspecto inherente de lo que una persona es”, en lugar de cómo aquello que una persona “aprende”. Ese impulso es innato. El rol de la sociedad y la cultura se limita a ser –meramente- el de “facilitador” o “inhibidor”. El ambiente social no puede formar ni alterar la cualidad y la naturaleza esencial de la auto- actualización (determinada fundamentalmente por lo biológico). Lo máximo que una sociedad y una cultura pueden hacer es alentar la auto- actualización mediante la gratificación de las necesidades más básicas, y proveyendo oportunidades y formas de expresión. Pero, es importante resaltar que debido a su fuerte compromiso con la presunción de libertad, la inclinación de Maslow hacia el constitucionalismo es apenas más enfática que la que muestra hacia el ambientalismo.  Maleabilidad La libertad y el crecimiento (entendido como la constante persecución de la auto- actualización, ubicada en la cumbre de la pirámide) interactúan -en la teoría humanista- provocando cambios en la personalidad de los individuos a través del tiempo. En la medida en que una persona asciende en la jerarquía de necesidades, se convierte progresivamente en alguien más libre para escoger la dirección de su crecimiento personal. Los cambios en la personalidad deben - así- ser concebidos como movimientos hacia la auto-actualización de los propios potenciales. Aún cuando algunos de estos potenciales son innatos, el grado y la forma de su actualización dependen centralmente de elecciones personales.  Subjetividad La perspectiva fenomenológica del aquí y ahora, a la que suscribe Maslow lo enrola en los presupuestos propios de la subjetividad. Las personas no pueden ser entendidas si no es en referencia a su mundo interior privado; la experiencia subjetiva es más importante que las conductas observables. Así, si bien la jerarquía de necesidades es común para todos los humanos, las necesidades se manifiestan de un modo específico en cada individuo y se expresan de modos únicos. Cada persona está constantemente persiguiendo la actualización de un “self”, que únicamente ese individuo puede apreciar y experimentar subjetivamente.  Proactividad El ser humano, tal como lo concibe Maslow no se comporta en función de respuestas a estímulos externos. Las personas tienden a satisfacer sus estados interiores; son esas necesidades las que generan los comportamientos. No puede, por ejemplo, existir un estímulo externo asociado a la auto-actualización (por su propia naturaleza se trata de un concepto proactivo). La gente, cree Maslow, está orientada hacia el futuro, consciente de sus potencialidades y siempre luchando por realizarlas en su ser. El único modo en que una persona puede auto- actualizarse es a través de acciones generadas internamente.
  • 15. 15Autor: Rafael Castellano  Teleología ¿De dónde proviene el “estímulo interno” que origina la mencionada proactividad, la búsqueda incesante de una realización que opera “de adentro hacia afuera”? La idea de “realización” es una noción compleja que no se limita al pleno desarrollo de ciertas potencialidades personales entendidas en términos de dones, talentos o capacidades. Parte de una manera de concebir la “salud” que se establece en disputa con Freud. El concepto clásico de Freud de salud (15) se traduce normalmente en la fórmula: capacidad de trabajar y capacidad de amar. La capacidad de establecer vínculos gratificantes con otras personas (amar) y con las cosas (el trabajo) daría por resultado una vida gratificante, saludable y plena. El hombre dentro de esta concepción es un ser incompleto que se completa al amar y ser amado, así como al cumplir con deberes que le requiere la vida en sociedad. Maslow modifica esta concepción de salud al ampliarla y definirla desde el contexto a la vez que interiormente. Agrega a las dimensiones objetales de Freud el plano ético. Dice Estoy rechazando deliberadamente nuestra distinción facilona entre enfermedad y salud, por lo menos en cuanto a los signos aparentes se refiere. ¿Significa enfermedad tener síntomas? Yo sostengo, con respecto a esto, que la enfermedad puede consistir muy bien en no tener síntomas cuando deberían tenerse. ¿Salud significa estar libre de síntomas? Yo lo niego. ¿Qué Nazis estaban sanos en Auschwitz o Dachau? Aquellos que sentían angustiada su conciencia o los que la poseían lozana, clara y feliz? ¿Es posible que una persona profundamente humana no sintiera, en tales circunstancias, conflicto, sufrimiento, depresión, cólera, etc.? Como dice G. Aquino (a quien estoy siguiendo en este punto) la salud, entonces, más que un equilibrio, una homeostasis, es una dinámica lanzada desde la estructura interna hacia el futuro. De allí que la relación entre autoconocimiento, ética, vocación y proyecto de vida sean los pilares o los frentes de lucha contra la frustración, la neurosis, la enfermedad (…) En el hombre está, entonces, la necesidad de autodesarrollo en plano ontológico y, por lo tanto, el principio de salud como necesidad. Este concepto de hombre trasciende la visión de un ser encerrado en la alternancia entre el principio de placer y el instinto de autodestrucción. Es una concepción de la criatura humana como permanente vocación y anhelo de sí misma. Para Maslow la vocación difiere y trasciende al modelo psicoanalítico de sublimación, identificaciones y reparaciones. Si las necesidades de autodesarrollo y de autorrealización dan la intensidad, la vocación dará la orientación. Dice Maslow: Por lo que se refiere al estado motivacional, las personas sanas han satisfecho suficientemente sus necesidades básicas de seguridad, entrega, amor, respeto y autoestima, de tal modo que ahora se sienten motivadas por tendencias conducentes a la autorrealización, definida como realización creciente de las potencialidades, capacidades y talentos; como cumplimiento de la misión o llamada, destino, vocación; como aceptación más plena de la naturaleza intrínseca propia y como tendencia hacia la unidad, integración o sinergia dentro de los límites de la misma persona. Esta concepción teleológica implica concebir la vocación como mandato (…) El desarrollo de esta vocación, de este llamado interno, es –entonces- un proceso individual de responsabilidad hacia sí mismo (…) No es un estado dado sino un logro. (16)
  • 16. 16Autor: Rafael Castellano 3) CONSIDERACIONES CRÍTICAS. En su interés por tomar distancia de las teorías sobre la personalidad humana de matriz freudiana (el hombre como sede de un conflicto entre las pulsiones orgánicas inconscientes y las restricciones de la realidad y la cultura) y de las teorías disposicionales (encarnadas en los diversos enfoques que enumeran rasgos inmutables de personalidad), Maslow desarrolla una visión del fenómeno humano respecto de la cual podrían enunciarse algunas observaciones críticas. Trascendentalismo antropocéntrico Hay en los escritos de Maslow una deriva trascendentalista y antropocéntrica de orden metafísico. Afirma que existe una esencia humana definida de naturaleza superior, tal que, bajo condiciones favorables, las personas manifestarán rasgos como afecto, altruismo, amistad, generosidad, bondad. Esta “esencia” o “naturaleza” pareciera ser el fundamento de la ética. Una persona “profundamente humana” no puede no sentir, en circunstancias como las imperantes en la Alemania nazi, conflicto, sufrimiento, depresión, cólera, etc. Las personas “sanas” -afirma Maslow- sienten la necesidad interior de diferenciarse de un contexto enfermo y “enfermante”. Este punto es interesante porque si los valores no son propiamente culturales (y partiendo de la idea de que alguien sano necesita – para protegerse- diferenciarse de su propia cultura) cabe preguntarse cual es el origen de tales valores. ¿Tienen relación con algún ente sobrenatural? ¿Son fruto de una “buena conciencia” universal sedimentada a través de siglos de experiencia humana? Uno podría interrogarse (a la luz de la trama de la historia universal, en la cual fueron más comunes los períodos de guerras, devastación, sometimiento e intolerancia que los de paz y armonía) ¿cómo puede explicarse que esa esencia humana – enunciada por Maslow- no haya prevalecido y no hayan florecido mejores sociedades? ¿Qué impacto puede tener esta postura trascendentalista al ser aplicada a una teoría motivacional? Por lo pronto habría que aceptar que los contravalores que se oponen a las “buenas tendencias” enunciadas por Maslow (contravalores como el odio, la avaricia, el egoísmo, la enemistad o la maldad) nunca actuarían como telón de fondo emocional de las acciones humanas, y que, por consiguiente, siempre que alguien realiza – conscientemente- algo perjudicial para terceros, ese agente estaría actuando contra su esencia y por razones de fuerza mayor impuestas por el ambiente. Sin embargo, la experiencia corriente resulta contra-intuitiva respecto de esta postura de Maslow. Esta postura trascendentalista tiene otras implicancias. El ser trascendente que imagina Maslow no tiene otro guión más importante para encauzar su vida que sus propios valores éticos, su vocación y la plena realización de sus capacidades. Pareciera no haber en este esquema pautas culturales que puedan desviar al ser humano de ese derrotero, salvo la lucha por satisfacer las necesidades correspondientes a las escalas más bajas de la jerarquía. Aquí, surgen dos problemas importantes. El primero tiene que ver con la subestimación de lo que se denomina “adscripción social de motivos” (asunto del que hablaremos enseguida). El segundo se vincula con una vaga idea de destino, que sería una mezcla de potencialidades, vocación, valores, voluntad y circunstancias. Veamos lo que dice el propio Maslow: Quien traiciona su talento, quien ha nacido pintor y en su lugar vende medias, el hombre inteligente que vive una vida estúpida, el que contempla la verdad y mantiene cerrada la boca, el cobarde que rinde sus fuerzas, todos ellos perciben en el fondo que se han hecho una injusticia a sí mismos y se desprecian por ese motivo. (17) Este párrafo - expresado con toda crudeza- es diáfano, pero sus consecuencias resultan preocupantes, o – cuando menos- intrigantes para un lector situado a principios del siglo XXI. Antes de emitir cualquier opinión convendría apelar a una parte de la entrevista que Frick le realizó a Maslow en Brandeis. (18) Frick: Doctor Maslow, usted ha caracterizado a las personas
  • 17. 17Autor: Rafael Castellano autorrealizadoras como modelos, como individuos que eligen bien (…) En otras palabras, usted parece pensar que (…) proporcionan realmente una respuesta a la pregunta ¿cuál es la vida buena? También ha sugerido que las elecciones libres y los valores de los individuos que se autorrealizan señalan que es lo bueno para la mayoría de los otros seres humanos. Ahora bien, si esto es cierto (…) ¿Cuáles serían las consecuencias particulares de este hallazgo? ¿Qué significa? Debo confesar que me asusta un poco. Maslow: ¿Qué significa la autorrealización en un débil mental? O bien, ¿qué significa la autorrealización, y es acaso posible, para alguien atrapado en una situación en la que debe sacrificar sus propios potenciales individuales? Usted sabe a qué me refiero; el hombre con cuatro hijos, un empleo espantoso y una hipoteca. Quizás el sepa que quiere hacer, pero no puede hacerlo por los demás. (…) Siempre hemos partido del supuesto de que si se deja a los individuos librados a sus propios recursos, ellos “crecerán”; si se deja que todo dependa de la elección individual (…) esta libertad será bien utilizada (…) Ahora nos estamos enterando de cuándo funciona y cuándo no, y en qué circunstancias (…) Las metas de la autenticidad, de lo que podríamos llamar idealismo (verdad, honestidad, justicia y excelencia pura) (…) es un proyecto para toda una vida (por el) que uno lucha y trabaja por lograrlo, y que no se logra en una única y enorme “experiencia cumbre” (…) La metamotivación no puede sobrevenir en forma automática luego de la gratificación de las necesidades básicas(…) Uno encuentra gente que está en la (…) hermosa situación gratificadora de necesidades y, sin embargo, tiene una suerte de patología de los valores. Frick: En otras palabras, incluso con todas estas gratificaciones básicas, ¿usted quiere decir que no pasan a ninguna etapa de autorrealización? Maslow: Algunos sí y otros no. Algunos no lo hacen. Simplemente se deprimen en ese momento, y muchas otras cosas que he descripto como “metapatología”, incluyendo toda clase de trastornos de los valores: no solo cinismo y nihilismo y un tipo destructivo de anarquismo (…) sino también anomia y desesperanza y pesimismo que llevan a la apatía; y también perfeccionismo, es decir, “o las cosas son perfectas o no me involucraré”, que desde luego no encaja en el mundo real. Fritz: Digamos que tomamos dos personas, una de las cuales está básicamente gratificada en sus necesidades y se siente segura, cómoda y funcionando dentro de ese marco. La otra persona está gratificada y, sin embargo, una de ellas avanza hacia algo mejor, mas autorrealizador, y la otra permanece estancada en un sentido de enclavamiento. ¿Qué determina esa diferencia? Maslow: En líneas generales una es “pro- vida” y la otra es “pro-muerte”. Hay muchos otros términos: el ganador y el perdedor, el que se esfuerza y el que no lo hace, el triunfador y el fracasado, el luchador débil o el activo y el pasivo. Por el momento uso “pro-vida” o “vida-positivo” (…) Frick: Pero esta orientación positiva con respecto a la vida no necesariamente sobreviene en forma automática, como una función de la gratificación de necesidades básicas, ¿no es así? Maslow: Creo que en gran parte se trata de algo constitucional (…) Las personas que tienen una actitud positiva frente a la vida son individuos con intensos apetitos. Mi expresión es “voces de los impulsos”. Me refiero a la fuerza de la necesidad (..) la fuerza o debilidad de todo el asunto.(…) Podemos hablar de personas autorrealizadoras en distintos niveles (…) Personas que están básicamente gratificadas en sus necesidades, libres de neurosis y utilizando bien algunas capacidades, a pesar de lo cual son “meramente sanas”, en comparación con las que trascienden. Me voy a permitir hacer la siguiente relectura: las metas trascendentes enraizadas en el fundamento ético de la naturaleza humana y orientadas a la búsqueda de la “excelencia pura” (asociada al despliegue de la propia vocación y las propias potencialidades) pueden encontrar una barrera en las circunstancias (un mal trabajo, una pesada hipoteca, etc.) pero, aún así, las personas “pro-vida”, aquellas que tienen una actitud
  • 18. 18Autor: Rafael Castellano positiva, trascienden, se autorrealizan, llegan a ser lo que potencialmente son. Esa actitud es de orden constitucional. Podría decirse que ese rasgo “pro-vida”se refiere a algo exclusivamente biológico. Sin embargo parece ir más allá, parece invocar una “voluntad”, una “disciplina”. Invocar la idea de “voluntad” significa apelar a sujetos libres e intencionales (algo perfectamente compatible con la postura filosófica y antropológica de Maslow). ¿Cómo entender esto? Si las circunstancias pueden llegar a convertirse en una barrera para la autorrealización, entonces, dadas esas circunstancias, no somos libres. Pero, por otro lado, hay algo en nosotros mismos que nos hace intrínsecamente libres: nuestra conciencia de las restricciones y nuestra voluntad de superarlas. ¿De dónde proviene eso intrínseco? Quien no ejerce esa conciencia y esa voluntad, parece sugerir Maslow, tiene un déficit constitutivo. ¿Dónde queda en este escenario el poder de la cultura para construir conciencias alienadas y cooptar voluntades? Pues bien: diluido tras el peso de una noción trascendente de lo propiamente humano. ¿Adónde nos lleva esta visión en términos de una teoría motivacional? Dice Maslow: “(…) las conductas que están genéticamente determinadas son muy triviales, no triviales sino reflejas y, por eso, no tienen mucha importancia para el psicólogo (…) Me refiero a los impulsos, a las necesidades en sentido estricto. (18) En otras palabras, los cuatro primeros estamentos de la jerarquía de necesidades (las necesidades de déficit o “necesidades- d”) se asocian con conductas reflejas y homeostáticas. Pero algunas personas (las auto-actualizadoras) pueden ir más allá por mérito de la voluntad, el esfuerzo y la auto- responsabilidad). Pueden hacerlo por mérito de una predisposición constitutiva pero también -señala nuestro autor-en virtud de una adecuada educación. Cuando Frick le pregunta si este énfasis en lo educativo no representa una variante de “ingeniería de la conducta”, Maslow le responde que piensa que si existiera alguna “escuela ideal”, la consideraría muy “útil”, pero que piensa en ella con un criterio “taoísta”. ------------------------ El Tao es algo que no puede ser alcanzado por ninguna forma de pensamiento humano y que significa “camino” o “sendero” que conduce a la meta. Decía Lao-Tsé que “el Tao es el espacio vacío para que se manifieste el todo. Es la fuente primaria, “cósmica”, de la que proviene la creación. Es insondable. (…) Al encontrar el camino que conduce de la confusión del mundo hacia lo eterno, estamos en el camino del Tao”. (19) El objetivo del Tao es enseñar al hombre a integrarse a la naturaleza, enseñarle a fluir, a integrarse a sí mismo en concordancia y armonía. Enseña a compenetrarse con esa naturaleza y armonía de tal modo que llegue a experimentar en su propio cuerpo sus ritmos vitales, ganando así serenidad mental y energía física. El hombre taoísta no se deja arrastrar por las dualidades (lo bueno, lo malo) porque vive consciente de su unidad y busca el equilibrio alejándose de los artificios de la vida social, pero inmerso activamente en el día a día. En otras palabras, no hay en las cuatro primeras escalas completas de la Jerarquía de Necesidades, “motivaciones” sino “móviles de la conducta” que son “reflejos”. No hay, allí, “agente de la conducta” identificable. El estímulo para actuar es orgánico, homeostático. La motivación, entendida como “propósito”, “proyecto” solo se da en la búsqueda de la autorrealización y, con relación a esa solo se destacan dos posibilidades disparadoras o facilitadoras: 1) un rasgo constitutivo que nos define como personas pro-vida o pro-muerte (rasgo biológico pero también trascendental); 2) una educación que nos enseñe a implicarnos equilibradamente con lo cotidiano, integrando lo bueno y lo malo, lo favorable y lo desfavorable, armónicamente, y también a comprometernos en recorrer un sendero de descubrimiento y creación de nuestro destino (ser lo que potencialmente podemos ser). Si los móviles responden a conductas reflejas, solo hay “motivación” entendida, o bien como “carácter” (rasgo constitutivo) o bien como “búsqueda” (persecución entrenada de un destino y un modo de vivir).
  • 19. 19Autor: Rafael Castellano Biologismo ambiguo Haciendo una crítica a las posturas existencialistas radicalizadas, dice Maslow: (He utilizado) la analogía “el hombre realiza sus potenciales de manera muy similar a como una bellota se convierte en un roble”, para señalar que las potencialidades son de tipo genético, instintivo o de base biológica. (…) Pero a continuación reafirma su mirada existencialista: Diría que las potencialidades de la naturaleza humana tienen una raíz biológica (…) pero es en la cultura y en la propia vida, y con voluntad y con autorresponsabilidad que el hombre se hace a sí mismo. Es decir, si no hace nada con las potencialidades, uno es un vegetal (…) Creo que la manera más sencilla de decirlo es con los términos existencialistas: “El hombre es su propio proyecto”. Pero lo exageran, porque se vuelven antibiológicos. (20) La primera observación que surge espontánea e inmediatamente es la que plantea J. Richey (21): Si las personas son libres para esculpirse y determinar creativamente sus propios destinos, entonces ni lo “constitucional” ni lo “ambiental” juegan un rol significativo en la conducta humana. Entre ambas, Maslow se inclina levemente por lo constitucional, sin embargo parece utilizar ese concepto más para reconocer la raíz biológica común de lo humano que para explicar las diferencias individuales de personalidad. Ve el impulso hacia la auto-actualización como algo innato y entiende que el rol de la sociedad y la cultura es meramente el de facilitador o inhibidor. De hecho solo le otorga un peso más o menos significativo al “entorno temprano” en que se desarrolla la personalidad, cuando se ha tratado de algo devastador y destructivo, generador de disturbios emocionales en etapas posteriores. No creo que sea demasiado justo criticar a Maslow en lo que concierne a su visión sobre la herencia biológica y en lo que respecta a su difusa visión sobre la influencia recíproca entre biología y ambiente. En primer lugar, porque los significativos avances de la biología y de la neurofisiología actuales no estaban disponibles en su época. En segundo lugar porque, aunque muy superficialmente, no dejó de señalar esa repercusión mutua entre ambiente y biología. Sin embargo es interesante entender las implicancias de ciertos puntos oscuros de su teoría, vistos desde las perspectivas actuales. Maslow no extrae ni extrema las derivaciones de su postura “constitucionalista”. Por ejemplo, en el ámbito de lo que el señala como “naturaleza” fundamentalmente bondadosa (y relacionada con intuiciones morales) de los seres humanos, su afirmación parece alinearse conciertos postulados de la “biología evolutiva”, de matriz darwinista, encarnada por ejemplo por el biólogo Frans de Waal y el psicólogo Steven Pinker, y también por algunos “psicólogos del desarrollo” como Jerome Kagan. Las posturas de estos autores parte del imperativo darwinista: reconocer la continuidad con los animales. Nuestro cerebro, así como todo el resto de nuestro equipamiento biológico, es un producto de la evolución. Esa base innata, biológica, está en el origen de nuestro funcionamiento psicológico. Pues bien: ¿Qué podemos aprender mediante la observación de la conducta de monos, como los capuchinos, cuyo ADN es impresionantemente similar al de los humanos? Podemos aprender, por ejemplo, como señala De Waal (22), que somos agresivos pero podemos posponer la hostilidad cuando se revela la necesidad o la conveniencia de cooperar. Sin embargo cuando las recompensas son asimétricas, se tiende a retacear la cooperación y a
  • 20. 20Autor: Rafael Castellano conductas de objeción. La noción de injusticia, inequidad, parece estar enraizada en nuestra naturaleza. Pero no se trata aquí de una idea de “justicia”, despojada o sublime (del tipo: es justo que todos puedan acceder a las mismas posibilidades o bienes que yo ya tengo), sino de un sentimiento más egoísta (no es justo que yo no tenga o reciba lo que otros ya tienen o reciben). Otro punto (que puede extraerse de la psicología evolutiva) es la idea de Pinker (23) de que existe una capacidad innata para actuar como ser moral, en base a valores que tienen una base biológica (“un reflejo consciente de la acción de nuestros lóbulos pre-frontales que nos permiten actuar según reglas sociales que llamamos responsabilidad, reproche, recompensa y castigo”). ¿Cómo interpretar esta definición de “ser moral”? Una idea complementaria, de Kagan, puede iluminar esta aseveración. Dice Kagan: La evolución de las especies nos ha dotado con la facultad de distinguir precozmente el “bien” del “mal” y de sentir cierto malestar al realizar actos que sabemos o presentimos que están prohibidos, e incluso que son inmorales. Este atributo inscripto en nuestra biología, es una cualidad particular de nuestra especie, así como la araña sabe tejer una tela o la abeja construir un panal. Así, pues, desde muy temprano manifestamos una capacidad para no actuar mal. Pero esa tendencia biológica a actuar de manera moral, si bien es universal, lo es a nivel general; no dicta en nada tal o cual moral particular, específica de una cultura. (24) La vergüenza y la culpa, según Kagan, son para los seres humanos tan intrínsecas como el miedo, y determinan nuestro funcionamiento con la misma influencia y con igual precocidad. Sostiene que hay que abandonar la idea según la cual el “principio del placer” está en el origen de nuestra moral y, con ella, de nuestra conducta en sociedad. Es difícil realizar una lectura unívoca de estas afirmaciones porque el fundamento biológico innato, que nos define como “seres morales” (seres que orientan sus acciones por valores asociados al “bien”) pareciera haberse desarrollado –como facultad- en el transcurso de la evolución, pero al modo de un mecanismo adaptativo a reglas y prohibiciones sociales. Así queda planteada una noción de “innatismo” muy evasiva, donde el equipamiento biológico provendría de constantes adaptaciones derivadas de exigencias sociales remotas. (*) _____ (*) Aún cuando el fundamento biológico, que nos constituiría como seres morales, me parece difuso, lo es en grado menor a las afirmaciones de H. Maturana de que somos seres amorosos, las que se apoyan en la explicación de que los humanos conservamos un modo de vida en la aceptación alrededor de la mujer, que expandió su sexualidad al pasar de ciclos anuales a una sexualidad permanente en torno a la ternura y la sensualidad, lo que expande la intimidad y el placer de la coexistencia como fuente de bienestar. Este modo de vivir dio origen a la familia ancestral y permite, por ejemplo, compartir alimentos y colaborar en la crianza de los niños. ¿Es esta la idea de “constitucional” que abraza Maslow? La pregunta no es ociosa (ya veremos las implicancias de contestarla en uno u otro sentido) porque lo innato puede entenderse desde otra perspectiva. Por ejemplo, al modo en que lo entiende la psicóloga del desarrollo Mary Rothbart. (25) Rothbar, quien realizó trabajos en cooperación con Michael Posner, tomó de este una idea relacionada con el “estudio de la atención”. Posner descubrió la existencia de tres redes neuronales que serían los componentes más importantes de la atención. El primero es el sistema de orientación en el mundo que nos rodea; el segundo mantiene el estado de alerta y el tercero permite el ajuste a los conflictos frente a otras respuestas posibles (lo que él llama la “atención ejecutiva”). El desarrollo de esas redes se produce sobre todo entre los cuatro y los seis años. Las investigaciones de Mary Rothbart contribuyeron a definir el “temperamento”. Descubrió que la evolución de este depende de “factores de inestabilidad” o de “estabilidad”, en otras palabras de
  • 21. 21Autor: Rafael Castellano elementos que contribuyen a mantener estables algunos aspectos del temperamento o a modificarlos. Esos factores son cinco: 1) Las condiciones biológicas del niño; 2) La red social; 3) La consolidación de determinados comportamientos o el aprendizaje social; 4) Los prejuicios sociales acerca del género, la edad, la apariencia física, etc., 5) La ecología, incluido el ambiente físico y los factores económicos. Sus investigaciones la llevaron a “encontrar” una suerte de huella original del individuo a la que llama “temperamento”, y que define como diferencias individuales constitucionales de reactividad y autorregulación (aquí la palabra “constitucional” hace referencia a la idea de fundamento biológico influenciado por la herencia, la maduración y la experiencia). Esta definición está lejos de ser un concepto rígido donde el temperamento sería una suerte de carácter hereditario e inmutable que determinaría de forma definitiva la conducta futura de un individuo. Más bien se trata de un esbozo de partida. Rothbart demostró que los niños tienen, desde el comienzo, características comportamentales propias, algunas de las cuales son relativamente estables y que se relacionan con las tres redes neuronales o sistemas descriptos por Posner, y que permiten la autorregulación (capacidad de seguir reglas, comprender instrucciones, organizar o formular un pensamiento). El temperamento está ligado a factores biológicos y es algo diferente a otras dimensiones de la personalidad que son más del orden de las interacciones entre individuos y que pertenecen a un nivel cognitivo. Si aceptamos que lo “constitucional” está asociado al temperamento, tal como lo propone Rothbart, estaríamos adoptando una visión de lo “innato” que va más allá de las condiciones biológicas del niño (producto de la evolución y de los procesos adaptativos remotos de la especie) y que incluye una ponderación fuerte de las cuestiones ambientales que intervienen en etapas muy tempranas de cada vida particular, co-produciendo ese algo innato que Rothbart denomina, justamente, “temperamento”. ¿Será esta la idea que Maslow adopta acerca de “lo constitucional”? Es difícil decirlo. Sin embargo tenemos una pista que el propio Maslow nos ofrece cuando dice: “…me irrita el punto de vista que acentúa en exceso lo sociológico y ambiental …”(cita que ya hemos adelantado en la página ocho). Esto parecería indicar que Maslow está más cerca de los biólogos evolutivos que de posturas como las de Rothbart. Esta impresión parece fortalecerse cuando uno recuerda la siguiente afirmación de Darwin: “Como la selección natural trabaja solo para y por el bien, todas las dotaciones de cada ser tenderán a progresar hacia la perfección”. (26) En la afirmación de Maslow que sostiene que la más alta motivación es la que se relaciona con la necesidad de auto- actualización o realización de los potenciales de cada quien, resuena inequívocamente esa afirmación de Darwin. Si pensamos a Maslow –entonces- como alguien fuertemente influído por el biologismo evolucionista, es difícil entender (si es que realmente esa es su idea) que esa auto-actualización sea posible en el marco temporal de una vida concreta: la selección evolutiva es un proceso lento y trans-generacional. Tal como escribió el biólogo Humberto Maturana: “La ontogénesis de cualquier sistema estructuralmente determinado comienza- en su origen- con una estructura celular inicial. Como consecuencia, lo que constituye el linaje de un sistema vivo es la conservación de su estructura inicial particular, estructura que especifica una configuración particular de derivas ontogenéticas. Esa configuración de posibles derivas ontogenéticas es lo que llamo “fenotipo ontogenético del linaje”. Una sola de esas posibles derivas tendrá lugar, y será resultado de sus dinámicas internas ante las contingencias de las particulares perturbaciones que debe enfrentar. (…) Alguien podría afirmar que el curso ontogenético de un sistema vivo es seleccionado por el medio. Sin embargo la selección no ocurre dentro del plazo de la
  • 22. 22Autor: Rafael Castellano historia de vida de un sistema vivo (….)” (27) Creo que estas hipotéticas inconsistencias en el biologismo de Maslow están muy relacionadas con su temerario propósito de conciliar el biologismo evolutivo con el existencialismo sartreano y con la influencia (nunca negada y contradictoriamente combatida y admirada al mismo tiempo) de los postulados de Freud. Ese intento coloca- además- a su teoría motivacional en clara contradicción con los postulados de la biología evolutiva. Para especialistas de esta corriente, la motivación se vincula más con la autoconservación y con algunas emociones primordiales (el miedo, la culpa, la vergüenza) que con respuestas de carácter homeostático a necesidades no satisfechas. La jerarquía de necesidades de Maslow (las cuatro categorías más básicas) sigue siendo tributaria del principio de placer freudiano. Son, en definitiva, numerosos y diversos los problemas que surgen del biologismo ambiguo de Maslow y de sus esfuerzos por acoplarlo con el existencialismo y el psicoanálisis. Para no extenderme mucho más me concentraré en dos temas adicionales a lo ya mencionado. ¿Qué implicancias tiene hablar de “voluntad” (como lo hace Maslow) cuando se adopta una postura biologista? Alguien que ha estudiado la “fisiología de la voluntad” es Marc Jeannerod (28), quien ha investigado las acciones autogeneradas (es decir, las que no son reflejas) descubriendo que antes de un movimiento hay secuencias de activaciones cerebrales observables que describen etapas anatómicas sucesivas puestas en juego para la construcción de una representación. Ahora bien: ¿Qué motiva la acción? Jeannerod valora –frente a esta pregunta- el trabajo de Antonio Damassio quien sostiene que hay “marcadores somáticos” que sirven de índice en la toma de una decisión. Así, la mejor decisión es la que genera más afectos positivos (emoción y humor) y menos afectos negativos. Jeannerod vincula esta idea con las de Joshua Green y Jonathan Cohen quienes conciben la motivación como la decisión que provoca al sujeto el menor mal y le produce el mayor placer. Esta definición lleva a otra: las personas más inteligentes y las más morales son –justamente- aquellas que, ignorando los marcadores somáticos, toman decisiones basadas en la lógica y en la racionalidad. Sin embargo ocurre que, puestas ante decisiones que involucran problemas morales, las personas dudan respecto de que es lo racional, sobre todo cuando el nivel de implicación personal es muy grande. La conciencia de la acción es un fenómeno tardío, lo que plantea un problema respecto de la cuestión del libre albedrío. La tesis fisiológica muestra que existe un determinismo cerebral de la acción voluntaria. La mayoría de las acciones son ejecutadas de manera inconsciente o automática. La conciencia de la acción aparece, entonces, después de la acción misma. Es exactamente lo contrario de lo que sucede cuando uno aprende. Existe una toma de conciencia cuando el modo automático no funciona más, o no funciona bien; en cambio, hay un pasaje a modo automático cuando una secuencia de acción es sobre-aprendida. El papel de la conciencia es establecer una coherencia “después de la jugada”, entre una acción, su objetivo, sus motivaciones, o incluso establecer una consonancia cognitiva entre el antes y el después de la acción. Como ya vimos, Maslow también realiza una distinción entre “actividades reflejas” y “acciones auto-generadas”. En el mundo de “lo reflejo” ubica todas las actividades vinculadas a lo que suele denominarse “drive reduction” (generadas por la tendencia homeostática a reducir los desequilibrios que surgen de un déficit de satisfacción en las “necesidades D”) y en el universo de las acciones autogeneradas se alistarían las acciones conscientes,
  • 23. 23Autor: Rafael Castellano donde tiene lugar una “voluntad” operante. Para Maslow, como ya señalamos, esa voluntad sería una facultad que opera sobre un trasfondo de determinismos biológicos productores de automatismos, y que –aún así- se erige y se sostiene a partir de “marcadores somáticos” que nos inducen a tomar decisiones y modificar conductas, con lo que se busca – justamente- quebrar esos automatismos. La voluntad, así entendida, no es teleológica, no persigue ningún proyecto ni pretende alcanzar ciertas perfecciones. Despunta, en cambio, a partir de la insatisfacción o incomodidad (gatilladas por marcadores somáticos) frente a los resultados de nuestras respuestas automatizadas. Para Maslow, en cambio, la voluntad es una facultad de naturaleza consciente (no hay que olvidar que Maslow asocia, de algún modo, las ideas de voluntad y responsabilidad, y está última no es posible sin la capacidad consciente de auto-atribución) y orientada a desarrollar una suerte de plenitud. Para neuro-fisiólogos como Jeannerod, la conciencia es un fenómeno posterior a la acción. Dice Jeannerod: La conciencia de la acción es un fenómeno tardío. Esto plantea la cuestión del libre albedrío. La tesis fisiológica muestra que existe un determinismo cerebral de la acción voluntaria (…) La mayoría de las acciones son ejecutadas de manera inconsciente o automática. La conciencia de la acción aparece, entonces, después de la acción misma. Las implicancias de volcarse hacia una u otra postura son vastas. Si la voluntad es solo una respuesta adaptativa, consciente y ex post (a lo Jeannerod), cuyo mecanismo para decidir y disparar acciones se vincula con marcadores somáticos y señales de desajuste (cognitivo y/o emocional), estamos ante algo similar a las redes neuronales que describe Michael Posner y sobre las cuales Rothbart estudió la “atención” y construyó su visión del temperamento. Si, en cambio, la voluntad es una facultad consciente que disciplina al organismo y lo orienta hacia el desarrollo de todas sus posibilidades potenciales, estamos ante un “agente” existencialista. Esta parece ser la postura de Maslow. Una de las posibles críticas que podrían hacerse es que no se puede ser “constitucionalista” y homeostático para el amplio mundo de las “necesidades d”, y “existencialista” y teleológico para hablar de una facultad como, en este caso, la voluntad. Sin embargo, no es algo que podamos despachar tan fácilmente. No habría que cerrar sin más la posibilidad de preguntarnos: ¿por qué no se puede? El último punto que deseo abordar respecto de lo que hemos llamado “biologismo ambiguo” de Maslow son los alcances e implicancias de su idea de conciencia, y atado a ella, de su idea de potenciales. ¿Cuál es el origen y la naturaleza de los “potenciales personales” en los que Maslow basa lo más importante de su teoría motivacional orientada hacia la “auto-actualización? La verdad es que no lo sabemos con precisión (es en este punto donde la brecha entre los avances científicos recientes y los que estaban disponibles en la época en la que Maslow desarrolló su obra, tiene mayor impacto). Por eso, empecemos al revés. ¿Qué dicen la neurobiología y la neurofisiología sobre la estructura del cerebro, la conciencia, la memoria, etc.? David Hubel (29), por ejemplo, realizó importantes investigaciones sobre la vista cuyos emergentes son interesantes como introducción a estas cuestiones. Por ejemplo, cuando miramos un libro no hay –hablando con propiedad- un libro en nuestra retina, sino un conjunto de pixeles (cercano al millón). Luego, al cabo de un proceso de “construcción”, se nos aparece el libro con sus signos, sus gráficos, etc. “Ver” es, entonces, la respuesta final de un proceso de “interpretación”. ¿Cómo funciona este complejo sistema? Hubel invirtió años en inventariar las funciones cerebrales localizando, entre otras, las zonas responsables del reconocimiento visual del color, de la profundidad y del movimiento. Se preguntó, entonces, si la corteza visual primaria ya se encuentra “cableada” antes
  • 24. 24Autor: Rafael Castellano del nacimiento o si el cableado se elabora en los primeros meses de vida gracias a los estímulos visuales que recibe el bebé. Desarrolló un experimento, hoy famoso, provocando una ceguera parcial en animales recién nacidos (tapando uno de sus parpados). Percibió que el ojo privado de visión se vuelve ciego, pero no el otro. Cuando se le devuelve la visión al animal esta ceguera se revierte, aunque no por completo, y solo a condición de privar esta vez de visión al otro ojo. De esta manera, el ojo que se había enceguecido primero puede compensar las lagunas sufridas en su desarrollo. Al entrar a “competir”, ambos ojos se disputan las conexiones neuronales. El ojo dotado de visión impedirá al ojo cerrado que se desarrolle normalmente puesto que las conexiones neuronales reservadas a este último se desactivarán. Este descubrimiento trastocó los preconceptos de la época sobre el aprendizaje porque descubrió que ciertas partes del cerebro están pre-cableadas y que este cableado puede debilitarse por la falta de estímulos. David Hubel demostró que existe un período crítico de elaboración del funcionamiento de la visión: según el tipo de estimulaciones recibidas por los ojos durante el período crítico (semanas o meses que siguen al nacimiento) es posible obtener cambios importantes en las conexiones neuronales, cambios que se vuelven imposibles de realizar en el adulto. La consecuencia más importante de sus descubrimientos, para la psicología, (sostiene el propio Hubel) es demostrar la falsedad del concepto de “tabla rasa”. Es innegable que, después del nacimiento, nuestro medio contribuye al desarrollo de muchas conexiones neuronales. Sin embargo, ya existen numerosas correlaciones al momento del nacimiento. En un sentido parecido se despliegan las investigaciones de Gerald Edelman (30) (neurobiólogo, premio Nobel). Edelman estudió como se estructura el cerebro en el curso de su desarrollo; que grupos neuronales se privilegian y cuáles no. En el feto, durante el transcurso del crecimiento del futuro sistema nervioso, las células neurales (que forman las neuronas) se desplazan siguiendo un trazado que las lleva al lugar donde se constituyen las estructuras del cerebro (la corteza). ¿Cómo son señalizadas estas vías? ¿Qué señal indica a una célula neural, que puede detener su migración y comenzar a crecer para formar una neurona? Edelman sostiene que esta guía es provista por las moléculas de adherencia de las células nerviosas. Poco a poco, además del plano funcional que sigue al plano anatómico, asistimos en el cerebro a la instalación de “grupos neuronales”, de redes interactivas entre estos grupos. Luego, a configuraciones de mapas (redes del cortex y el tálamo en interacción). Edelman intenta explicar la selección, el arreglo y las funciones de los grupos neuronales, en tres niveles sucesivos: - La formación de un repertorio primario (anatómico) por un proceso de selección neuronal ligado al desplazamiento, actividad y/o muerte de las células, y a las conexiones que las neuronas pueden establecer entre ellas (neuronas vecinas se conectan abundantemente y cooperan). - Luego, la formación de un repertorio secundario (que toma como base al repertorio primario/anatómico) donde se producen algunas modificaciones funcionales en la organización del cerebro, que ocurren por el fortalecimiento de ciertas conexiones (sinapsis) de grupos neuronales y que se originan en las experiencias del organismo. - Finalmente, estos circuitos funcionales terminan por formar cartografías cerebrales globales. Esos mapeados utilizan grupos neuronales enteros de manera variable y realizan nuestros procesos psicológicos más sofisticados (fenómenos perceptivos, cognitivos y conscientes). Partiendo de estos mapeados globales que se forman en nuestro cerebro: ¿cómo se produce el fenómeno que llamamos “conciencia”? Edelman sostiene que
  • 25. 25Autor: Rafael Castellano deben darse tres condiciones: a) Una “percepción activa” del mundo exterior (que pueda utilizarse en el interior de los mapeados). Esta “percepción activa” descansa tanto sobre la percepción pasiva de las informaciones sensoriales provistas por los sentidos, como sobre “acciones motrices” que permiten obtener nuevas informaciones sensoriales y ajustar el comportamiento a la información en una suerte de “bucle dinámico”. Además de la entrada continua de nuevas informaciones en el interior de los mapas corticales, hay un intercambio recíproco de señales, de un mapa al otro, que se mezclan con las nuevas entradas y permanecen disponibles. Edelman los denomina “bucles de categorización o clasificación de las percepciones”. Estas categorizaciones perceptivas nada tienen que ver con las categorías kantianas: son determinadas (“en tiempo real”) por valores internos al organismo ligados a las exigencias biológicas (necesidad de energía, de agua, de descanso, etc.) implicadas en la supervivencia. b) La posibilidad de una memoria a corto y largo plazo. Quien dice “percepción” y categorización (para poner un poco de orden en lo que ofrece el mundo) dice necesidad de una memoria (en especial, para que pueda llevarse a cabo algún aprendizaje). La memoria, para el cerebro, refleja la posibilidad de elaborar, a partir de las categorías perceptivas, mapeados globales susceptibles de ser reactivados en su momento. De hecho, la memoria consiste en consolidar y reforzar las categorizaciones perceptivas que el cerebro realizó con anterioridad. Comporta también (en función de las categorías y la situación) modificaciones sinápticas suplementarias. Recordar es realizar un proceso de re- categorización continuo y dinámico. Nuestra memoria descansa sobre la reactivación de un mapeado global particular del cerebro, en una situación particular: el cerebro está de nuevo en un estado similar o próximo al que tenía cuando hicimos la experiencia de la que nos acordamos. Eso explica que la memoria dependa de los contextos en los cuales recordamos. c) Con la posibilidad de realizar categorizaciones perceptivas cada vez más finas, y de recordarlas en momentos útiles, el cerebro desarrolla una condición suplementaria para el nacimiento de la conciencia (que ajusta un poco más el comportamiento de los organismos a su entorno): se trata de la capacidad de formar “conceptos”. Aún antes de la aparición de un lenguaje, el cerebro establece relaciones elaboradas, cada vez más “abstractas”, entre los actos del organismo y las cosas. Se vuelve capaz de reconocer relaciones entre acontecimientos variados, activando los mapeados apropiados e integrando, a la vez, nuevas señales. Formar conceptos consiste en realizar categorizaciones cada vez más extensas, con mayor variedad de matices, a medida que evolucionan las relaciones anatómicas y funcionales entre grupos neuronales. Esto se debe a la posibilidad de memorizar a largo plazo. El “zócalo” de relaciones que se va formando es la base para la aparición de un primer tipo de conciencia. Con mayor frecuencia estas categorizaciones elaboradas no reciben entradas
  • 26. 26Autor: Rafael Castellano directas (señales venidas del exterior): se basan en las señales que provienen del interior, desde los mapas funcionales específicos. El cerebro realiza pues, por una parte, los mapas de los acontecimientos exteriores y de las acciones –los mapeados globales cambiantes- y, por otra, mapas de sus propias actividades, de las categorías generales de los diversos tipos de mapeados globales. Conserva así las huellas de sus actividades pasadas y, llegado el caso, recurre a “conceptos generales”: la reactivación de mapeados globales por medio de estructuras que rigen las relaciones entre mapas en un nivel más general. Aparece, así, una primera forma de conciencia. Las corrientes que venimos ilustrando suelen ser agrupadas bajo el nombre de “conexionismo”. Quizás, las ideas de James McClelland (31) (psicólogo cognitivo) nos puedan ayudar a resumir algunos principios básicos del conexionismo. Nuestro cerebro se compone de neuronas organizadas en redes. La información se procesa en redes, más que en sistemas independientes. Una red designa el conjunto de unidades simples –llamadas básicas- conectadas entre sí. Pueden activarse más o menos, en función de las señales que reciben de las otras unidades de la red; y recíprocamente ellas mismas enviarán señales a otras unidades. Las conexiones entre unidades pueden ser “excitatorias “ -aumentan la activación de la unidad que recibe la conexión- o “inhibitorias” – la disminuyen-. Para explicar la mente, la fuerza de esas conexiones entre unidades básicas es esencial. Los conexionistas consideran que las unidades que se activan al mismo tiempo refuerzan su relación, y luego tienen más tendencia a influirse y activarse juntas. Finalmente, para conocer la activación general de salida de cada unidad, se agregan las “señales de entrada” excitatorias e inhibitorias. A partir de la información que se le provee al principio, la respuesta de una red depende, entonces, de la activación general del conjunto de sus unidades. La red presentará una configuración de activación, un “aspecto” general: es diferente para cada información de entrada y da respuestas adaptadas a cada situación. Pues bien, la pregunta que habíamos dejado planteada era: ¿Cuál es el origen y la naturaleza de los “potenciales personales” en los que Maslow basa la parte más importante de su teoría motivacional orientada hacia la auto- realización? Lo que, de alguna manera, nos dicen autores como Hubel, Edelman y McClelland es que tales potenciales se desarrollan por un proceso de selección donde neuronas, posteriormente grupos de neuronas interconectadas y, finalmente, cartografías cerebrales, emergen a partir de un sustrato anatómico (células neurales) pero se constituten y entraman a partir de las experiencias del organismo frente al medio (sobre todo aquellas que tienen lugar durante el temprano “período crítico”). Los potenciales surgen de esta trama la que, si bien los determina en buen grado, es una trama dinámica y puede ir cambiando a partir de las experiencias. Si bien Maslow no especifíca cual es el origen de los “potenciales” podríamos intuir que no se refiere exactamente al entramado recién descripto porque sostiene, por ejemplo, que el hombre puede realizar sus potenciales a partir de la voluntad y la responsabilidad (lo que implica también a la conciencia). Los autores recién citados sostienen que la conciencia y la voluntad son producto de la misma trama neuronal. Maslow –por su parte- entiende que conciencia y voluntad pueden orientar y desplegar el máximo potencial de esa trama (como si se tratara
  • 27. 27Autor: Rafael Castellano de cosas ajenas a ella). Esta es, a mi juicio, otra muestra de lo difuso del biologismo de Maslow. Minimización de lo cultural En este punto de vista seré breve. Como señalamos en la página ocho, Maslow afirmó: “Me irrita el punto de vista que acentúa en exceso lo sociológico y ambiental en la psicología”. Esta postura también está en la base de una serie de problemas de su teoría motivacional. La más importante de las debilidades que surgen de ella es ignorar por completo la “adscripción social de motivos”. Por empezar, y más allá de que Maslow se haya sentido irritado por quienes otorgan un peso importante a lo social, son (además de los profesionales de disciplinas humanistas) las distintas corrientes “constitucionalistas” (la biología, la neurofisiología, la psicología del desarrollo, y hasta la propia rama que estudia la genética del comportamiento) quienes han rescatado el rol de lo social. Un ejemplo de lo que estoy señalando es Robert Plomin (32), uno de los expertos más reconocidos internacionalmente en el estudio de las influencias recíprocas entre genes y ambiente, quien ha explorado la relación entre genética y personalidad. Como resultado de sus investigaciones sobre las moléculas de ADN en más de 10.000 casos de gemelos monocigóticos, Plomin no toma partido ni por lo innato ni por lo adquirido. Nuestros genes hacen eco en nuestro ambiente: no le hablan al vacío. La genética del comportamiento evalúa la influencia de los genes, pero se interesa también por las influencias ambientales. Sobre esa base estudia los parecidos y diferencias de personas familiares, poniendo especial atención sobre las interacciones entre los genes y el ambiente. El resultado general es simple de enunciar: existe un índice de contribución de los genes sobre diferentes rasgos, pero esto no implica un determinismo genético total o despótico. El entorno, afirma Plomin, tiene poca influencia en las similitudes, pero contribuye intensamente en las diferencias observadas. Por “entorno” los genetistas se refieren a algo más que nuestro entorno próximo: más allá de la acción parental incluyen todas las influencias que no son genéticas: desde lo que sucede en el útero materno, hasta enfermedades y regímenes alimentarios. Estas influencias ambientales, específicas de cada persona, son “no compartidas” y producen diferencias en niños de una misma familia. Estos eventos no son fácilmente determinables, pero incluyen cosas tales como la experiencia de un divorcio, la actitud de los padres, las relaciones de amistad, etc. Es decir, los distintos acontecimientos y experiencias de cada vida particular. Dicen Alan Blum y Peter McHugo (33) que cuando se minimiza o ignora lo social, los motivos tienden a ser concebidos como características internas y privadas de las personas, que las coercionan a realizar ciertas conductas. En tal visión característica, se los considera – simultáneamente- cómo: 1) variables o antecedentes causales de un evento; 2) estados característicos de las personas implicadas en el evento. Eso les parece inadecuado porque parte de la idea de que los motivos son emergentes privados e interiores que residen en la gente, antes que cursos de acción públicos y observables. Si los sociólogos tratan de entender y formular descripciones de la acción social, y si el estatus analítico de la acción social reside en su carácter de conducta normativamente orientada por el mismo ambiente que ella constituye, entonces un motivo puede funcionar como una “regla del observador” para decidir el carácter normativamente orientado de la conducta. Visto así, un motivo representa una elección (sociológica) sobre de que manera reformular ítems de conducta concretos como instancias de acción social. Sirve como elección teórica para explicar el carácter de un evento en tanto instancia de la acción. Un motivo no es, entonces, una “cosa en el mundo” sino un modo de concebir la acción social. En un sentido sociológico más preciso, son los observadores quienes introducen un