1. Un Sendero Azul de Esperanzas<br />Capítulo XIII<br />Sereb se encontraba caminando hacia su nuevo destino; El castillo de Vega, este se encontraba situado en lo que alguna vez fue el lugar de reunión de los más valientes magos legendarios, Solkur, la ciudad de los divinos.<br />El camino era demasiado tranquilo, no había rastros de ningún ser viviente, era como un desierto en el alba, a la lejanía solamente se podía distinguir en esporádicas ocasiones algunos arboles, los cuales ya estaban terminando su ciclo de vida, este camino ara tal y como Altair le informo a Sereb todo lo que encontraría durante su paso para la llegada al maestro Vega.<br />Mientras caminaba, Sereb recordaba cosas de su pasado, eventos que vivió con su maestra y con su amigo Alas del cielo, en esos momentos ella no tenia idea de que algo como esto le sucedería, no pensaba en el pasado ni en el futuro, vivía cada día solo como el presente, sin que le importara otra cosa. La caminata comenzaba a tornarse agotadora, en ese momento Sereb decidió sentarse a tomar un pequeño descanso, y para poder ingerir un poco de alimento, el cual suministro durante su estancia en la cabaña de la maestra. Al sentarse a comer un trozo de pan seguía pensando en su pasado, pero con una mirada ya no melancólica, sino una mirada de soledad. “Maestra, maestra, Alas del cielo lo hizo de nuevo” “Alas del cielo que te eh dicho sobre hacer llorar a Sereb?” ”Pero maestra, solo quiero que sea fuerte”. –“Fuerte eh”- diciendo Sereb mientras veía al cielo. “oye Sereb, por que siempre lloras?””Como dices?””Si así es, siempre que te encuentras en una situación que no te agrada, lloras, y la verdad no lo entiendo” “Solo lo hago cada vez que siento que no podre estar con ustedes” expresándose así la pequeña Sereb, “pero Sereb como serás tonta, cuando quieres a alguien, nunca habrá motivos para que te dejen sola” “eso es cierto?” mirando fijamente a Alas del Cielo mientras se secaba las lagrimas, en ese momento el pequeño mago se acerco a su amiga, dándole un abrazo, y a la vez diciéndole “ Así es, por que siempre los llevas contigo a esos seres especiales para ti, dentro de tu corazón, y no dejara de ser así, hasta que se detenga, así que no mas lagrimas de acuerdo Sereb?” y la pequeña Sereb con gran decisión asintió esa petición.<br />(Risa) -¿Quién lo diría?- -No eh sido capaz de cumplirte eso Alas del Cielo, no mas lagrimas, en este momento estarías tan decepcionada de mi, y así es como pretendo encontrarte? Con estos ojos?- guardando sus cosas en su pequeño bolso, Sereb se levanto para continuar su viaje, y acomodándoselo en la cintura, pensó –Retomare mi promesa y llegare a ti y a Deneib con una sonrisa-<br />Sereb continuo caminando , ya de anochecer, sin embargo en su camino había una gran barrera de raíces, la cual no era capaz de separar o de rodear, ésta cubría hasta donde sus ojos podían mirar, por lo que decidió cortarlas para así llegar al otro lado y continuar el viaje, diciendo en voz alta -Kusanagi-, y al recitar esto, una espada de hoja color negro salió de la tierra, al verla Sereb notó algo raro en la espada, ya que recordaba que su espada era parecida a un gran trozo de roca afilada, mientras que esta tenia completamente un aspecto diferente, con un mango de ónix que se entrelazaba con el brazo de Sereb, y la hoja con dos términos, como si fueran dos espadas en una sola, dispuestas una encima de la otra; al verla Sereb no comprendió el cambio de su arma que utilizaba durante los entrenamientos, sin embargo después de un poco tiempo de admirarla, recordó el para que de su llamada, siendo así, extendió su mano blandiendo a Kusanagi y con esto cortando las gruesas raíces que se hallaban a su paso.<br />Un corte tras otro, hasta que de repente, algo llamo su atención, frente a ella se hallaban una tierras cubiertas por rosas azules, siendo iluminadas por la luz de la luna, en un cielo despejado, siendo el mas bello, paisaje que ella nunca había visto en toda su vida, Sereb continuo caminando mientras admiraba este gran y hermoso milagro, pero al caminar noto algo mas, arboles, pero no eran cualquier tipo de arboles, en ellos sus cada una de sus hojas tenían teñidos un color amarillo como el mismo oro, al ver todo esto Sereb olvido la guerra, las muertes, dándole un momento de paz, tranquilidad y felicidad, sin embargo esa felicidad no duraría mucho ya que los campos empezaron a incendiarse, con un fuego gris, arrasando cada rosa azul que se encontraba en su paso, al verlo Sereb, su mirada de tranquilidad cambio a una mirada de odio, sabia lo que significaba, ya que anteriormente había visto ese mismo fuego.<br />-Bozlak-<br />Las aterradoras criaturas en forma de humanoides dragones comenzaban a surgir del fuego, gritando con desesperación e ira al ver a Sereb, mostrando sus grandes dientes y alargadas garras, los Bozlak rodeaban completamente a Sereb y detrás de ellos el fuego arrasando con cada rastro de vida. Al ver la situación, Sereb recordó que su magia de tierra no les causaba ningún daño, pero esta ocasión eso no le basto, y con gran rabia por lo que estaba sucediendo, sujeto fuertemente su espada y miro fijamente a uno de ellos, y saliendo así de su boca, -Malditos Bozlak-, al terminar de decir esto y con gran ira se arrojo encima del mas cercano con un corte hacia la cabeza, el soldado dragón detuvo su espada con sus manos, sin embargo al ver Sereb que sus manos estaban ocupadas, grito, -Reunión de estalagmitas- y con ello surgiendo varias agujas alrededor del dragón, pero esta ves, funciono, los grandes acúmulos de tierra perforaron al dragón arrancándole la vida, al ver esto los demás Bozlak no dudaron ni un segundo y se arrojaron hacia Sereb.<br />Sereb desviaba sus ataques con la ayuda de su espada, era una batalla de sangre bajo la luz de la luna. –Encierro de Atlas- Sereb danzaba por los aires mientas conjuraba su hechizo sobre uno de los dragones, sin embargo al decir esto, no surgió la misma mano de siempre, si no una garra y sujetando tan fuerte al dragón que posteriormente la garra termino por cerrarse completamente, aun restaban mas de una decena de dragones, Sereb continuaba luchando, uno tras otro, en ese momento un Bozlak extendió sus manos al cielo, después de esto gran magia se acumulo en sus garras y se lanzo hacia Sereb mientras ella se encontraba peleando con otro dragón, el Bozlak la sujeto de la cabeza y seguido de un gruñido comenzó a surgir fuego verde alrededor de Sereb, El grito de Sereb fue tan duro pero aun así, no había nadie mas que pudiera escuchar esto, Sereb estaba siendo quemada por dentro, mientras el Bozlak la sujetaba cada vez con mayor fuerza, hasta que obligo a Sereb a tirar a Kusanagi, arrodillada en el piso y con gritos de agonía Sereb estaba a punto de ser decapitada por el Bozlak que tenia enfrente de ella. Solo el paso del aire siendo cortado por una espada pudo escucharse.<br />Una cabeza había caído sobre algunas de las rosas que aun quedaban, el Bozlak que estaba a punto de matar a Sereb había sido decapitado, rápidamente la figura responsable de esto, hizo un solo movimiento y saco una especie de cañón su bolsillo trasero, dirigiéndolo hacia la cabeza del Bozlak que sujetaba a Sereb con su hechizo, y disparando magia completamente comprimida, perforando la cabeza del dragón y terminando con su vida.<br />Sereb arrodillada en el piso recobro el sentido rápidamente y sujeto de nuevo su espada y pasando por un costado a solo una milésima de distancia del sujeto que la salvo, atravesando al Bozlak que se hallaba apunto de atacar a este personaje, El sujeto vio con mirada de asombro lo que Sereb hizo y al ver la espada que ella poseía, expresó -Ame no Murakumo no Tsurugi-, mientras Sereb desenterraba de la espada del dragón, el la vio a los ojos, y solo noto unos ojos llenos de dolor e ira, nuevamente cargando su cañón con magia, localizo a los cinco Bozlak mas lejanos y con movimientos demasiados rápidos, tan rápidos que parecía que era invisible, se poso frente a cada uno de ellos y disparando respectivamente su magia, dos de ellos en el estomago, uno le dio en la pierna, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera y al momento de tenerlo frente a el de rodillas lo sujeto con una mano en la garganta y le rompió el cuello, a otro le disparo en la cabeza y al ultimo se coloco un poco mas alejado de el y exclamo –Salamandra- y al terminar de decir esto hizo arder en fuego al soldado dragón.<br />Mientas, Sereb aventó su espada al aire y a ambos lados de ella dos dragones atacando, con la mano izquierda señalo a uno y exclamo- Encierro de Atlas- y con la otra mano-Reunión de estalagmitas- terminando con cada dragón, al que tenia en frente se le aventó y al momento de tumbarlo lo golpeo fuertemente en la cabeza un golpe tras otro , mientras hacia esto la espada cayo a lado de ella enterrándose en el piso, Sereb la saco y se la enterró al dragón en el pecho, sacándola rápidamente y cortando a la mitad al siguiente.<br />Solo un Bozlak quedaba de pie y en el momento que estaba a punto de adentrarse en el fuego gris para su retirada, Sereb clavo a Kusanagi en el suelo, y se coloco una mano en la llave que permitía invocar a Njord, brillando la llave al hacer esto, después Sereb con sus dos manos se dirigió al dragón y grito fuertemente:<br />-Corte de la Rosa Azul-<br />