1. Quito, 19 de mayo 2015
Señor
Alfredo Pinoargote
Director Contacto Directo – ECUAVISA
En la República del Ecuador, lo que usted denominó “partidocracia” era la
inestabilidad política y la ingobernabilidad provocada por una Función Legislativa
en permanente oposición a la Función Ejecutiva. Este escenario de
confrontación constante hacía imposible el gobierno del país en beneficio de los
ciudadanos. Hasta antes de la llegada de la Revolución Ciudadana, tan solo el
6% de los ecuatorianos confiaba en el Congreso Nacional, en la que era la cifra
más baja entre todos los países de América latina. Tan solo el 14% de la
población ecuatoriana se manifestaba satisfecha con la manera en cómo
funcionaba la democracia en el país. El ciudadano ecuatoriano se mostraba
asqueado de la política.
Hoy la situación ha cambiado de manera radical: más del 50% de los ciudadanos
confía en el trabajo que realiza la Asamblea Nacional y un 55% se manifiesta
conforme con el funcionamiento del sistema democrático, lo que es un
incremento notable en contraste con el período anterior a la Revolución
Ciudadana. Estos datos pertenecen a Latinobarómetro, una corporación privada
e independiente que recopila información sobre la cultura política en los países
de América latina. Esta es la información que no le gusta ni le conviene a los
opositores y a quienes desde el periodismo ejercen su rol de tales, pues
contradice su equivocada idea de que en Ecuador se vive en un régimen
“totalitario”.
¿Qué entiende usted por Estado “totalitario”? Según usted, el hecho de que en
un país el gobierno (Funciones Legislativa y Ejecutiva) esté representada
mayoritariamente por un partido político. Si se extrema su hipótesis, se tendría
2. que concluir que las democracias parlamentarias de los Estados europeos son
Estados “totalitarios” porque en esos Estados el partido mayoritario es el que
decide quién de sus miembros es la cabeza del Ejecutivo. El caso más reciente
son las elecciones en el Reino Unido. El partido conservador obtuvo la mayoría
parlamentaria y un miembro de entre sus filas (David Cameron) fue reelegido
para ocupar la máxima autoridad ejecutiva (en total, estará durante diez años en
el cargo de Primer Ministro). ¿Es el Reino Unido un régimen totalitario? Pues de
acuerdo con lo que entiende usted por “totalitario”, tendría forzosamente que
serlo. Absurdo.
Lo que sucede en realidad es que en el Estado ecuatoriano se ha llegado a un
escenario de gobernabilidad inédito porque el pueblo así lo ha decidido. En las
elecciones del 2013, fue el pueblo soberano el que decidió la reelección con
abrumadora mayoría del Presidente Rafael Correa y el que otorgó una victoria
legislativa sin precedentes a los candidatos de Alianza País. Esa decisión
popular implicó que un partido político tenga la posibilidad de coordinar las
acciones entre la Función Ejecutiva (en su rol de co-legisladora) y la Función
Legislativa. ¿Es esta coordinación un ejemplo de “totalitarismo”? No, no lo es.
Es un escenario tan democrático como el que existe en las democracias de
países europeos con un sistema parlamentario, como Alemania, Italia y el propio
Reino Unido. La principal diferencia es que en esos países la coordinación es un
resultado del diseño de las instituciones, mientras que en Ecuador es el resultado
de la voluntad popular.
De hecho, el que durante el gobierno de la Revolución Ciudadana exista un
escenario de fluida colaboración entre las funciones Legislativa y Ejecutiva ha
servido para romper con la inestabilidad política y la ingobernabilidad crónica que
caracterizó durante tantos años al Ecuador y que provocó en los ecuatorianos el
desprecio y la pérdida de confianza hacia la clase política. Una confianza que
hoy se ha restablecido, porque el ciudadano de a pie, a diferencia de los
opositores sometidos al imperio del odio y de la descalificación constante, sabe
que por primera vez desde hace muchos años hay un gobierno que se preocupa
3. por el bienestar de los ciudadanos y una Asamblea Nacional que trabaja en
beneficio de los intereses populares y no de los oscuros intereses de los partidos
que conformaban la llamada “partidocracia”.
Cuando en la entrevista en Ecuavisa mencioné que en Ecuador el partido Alianza
País es el que gobierna es porque así lo ha decidido el mandante, que es el
pueblo ecuatoriano. Es el pueblo ecuatoriano el que ha decidido que quien esté
al frente de la Función Ejecutiva sea Rafael Correa y es el pueblo ecuatoriano el
que ha dado la mayoría a Alianza País en la Asamblea Nacional. Eso es
democracia, no “totalitarismo”. Es a los justos intereses del pueblo ecuatoriano,
puestos de manifiesto en nuestro programa de gobierno (por el que se ha votado
y del que se nos ha confiado su cumplimiento) a los que debemos someter
nuestros actos, pues es el cumplimiento del mandato popular el que nos convoca
a la acción política. Mucho mejor si esta puede ser coordinada entre las distintas
funciones del Estado, cobijadas bajo un mismo programa político, el de Alianza
País. Un escenario de coordinación entre funciones del Estado es siempre
mucho mejor que un escenario de confrontación permanente y de atasco
legislativo. Ese era el escenario en tiempos de la “partidocracia” a la que en su
momento tanto criticó usted, quien tal vez en aquel entonces mostrara razones
para su crítica; hoy, lamentablemente, en su crítica al supuesto “totalitarismo”
que se vive en el Ecuador, se encuentra totalmente ausente de ellas.
Atentamente,
Ab. Marcela Aguiñaga
Asamblea Nacional