El documento habla sobre las enseñanzas de Jesús contra algunas normas de los fariseos. Jesús enseña que lo más importante es distinguir entre el bien y el mal, y que las personas son más importantes que cualquier ley o reglamento. También explica cómo los fariseos se enfocaban demasiado en seguir las leyes al pie de la letra en lugar de lo que es verdaderamente significativo.
2. Hoy Jesús habla contra algunas normas de los fariseos
y nos enseña a distinguir el bien y el mal. Los fariseos
cargaban a los demás con preceptos inútiles y no
aceptaban lo que es verdaderamente importante.
La persona
es más
importante
que toda
ley o
reglamento
3. Los fariseos eran “personas buenas” o eran
tenidos por buenos; pero se fijaban demasiado en
las leyes, hasta sentirse esclavizados por ellas.
No hemos sido
creados para ser
esclavos, sino
libres. Por lo tanto
las leyes deben
estar al servicio del
hombre y la mujer,
de modo que
ayuden a la
convivencia.
4. Una ley injusta debe ser cambiada. Por eso Jesús
hablaba de lo absurdo de algunas leyes o normas y nos
enseña cuál es lo más importante, que es lo interno.
5. Nos hemos acostumbrado
a identificar las palabras:
fariseo e hipócrita. Los
fariseos eran un grupo
grande de personas que
buscaban cumplir la ley;
pero se fijaban sobre todo
en cumplir los preceptos
externos al pie de la letra,
mientras que muchos
odiaban a varias
personas.
En esto eran hipócritas: por fuera parecían una
cosa, pero por dentro eran diferentes.
6.
7. La palabra
“hipócrita” De ahí
proviene de pasó a
la máscara significar
que solía el mismo
llevar el actor.
actor en el
teatro.
19. Jesús nos enseñó a ser sinceros: que seamos
por fuera lo que experimentamos por dentro.
Los actos externos de culto, palabras y
ceremonias, están bien si no están vacíos.
El gran defecto de muchos de los
fariseos era el poner el acento en los
ritos, leyes y normas, sin poner el
acento en quien da las leyes, que es
Dios. Las leyes deben cumplirse para
dar gloria a Dios.
20. Así que para ellos el lavarse las
manos indicaba un acto de soberbia
y desprecio para muchas personas.
Por eso no podía estar Jesús de
acuerdo con esa conducta. Además
aquellos fariseos pensaban que con
limpiar bien los platos y las ollas, y
sobre todo las manos, ya eran puros
ellos. Jesús tampoco podía estar de
acuerdo con esto, ya que para Jesús
lo principal en nosotros es el
corazón, lo interior de la persona.