2. JESÚS PAN VIVO
BAJADO DEL CIELO
En cada EUCARISTIA tenemos
la oportunidad de comer la
CARNE y beber la SANGRE que
Jesús ofreció el Viernes Santo
3. Gracias a la Eucaristía, el creyente
se encuentra unido a Cristo,
mediante una compenetración
recíproca.
La misma vida divina, que va del
Padre al Hijo pasa al creyente que
comulga.
Esta comunicación de vida
participada acontece en un
contexto de misión.
4. Se trata de una vida que debe
comunicarse a los demás,
siguiendo el mismo impulso
dinámico del Hijo, el enviado
del Padre, que vino al mundo
para dar vida.
5. Jesús, muriendo, hizo de su
Cuerpo nuestro Alimento
Si no lo creemos,
no tiene sentido comulgar
6. Al recibir la EUCARISTÍA,
no somos nosotros los que
asimilamos a Jesús, sino que
es Él quien nos transforma a
nosotros
7. Estamos en Él, y Él en nosotros,
con una PRESENCIA real y
absoluta.
Por esa razón, al recibirlo en
gracia, nos fortalece, aumenta
nuestra fe y nos permite
conocerlo y amarlo mas.