2. Surgió un error de sus
labios, el tiempo cayo
como el agua derramada
de sus botas un día de
tormenta. Dos escalones
mas arriba descanso su
cuerpo sin movimiento y
observó el techo.
3. La incomodidad le daba fuerza para soportar
sus opciones.
Por el patio se asomaban los lloros de la
primavera y los tendederos entre avivadas
manos se iban desnudando.
Como su boca, vacio.
Había ahuecado la
ambigüedad de sus
gestos, expulsándola
con la lengua y
salpicando el suelo.
No había nadie mas
allí abajo.