3. El hombre se ve envuelto en un sinnúmero de señales
comunicativas: Semáforos, uniformes, carteles
publicitarios, banderas, sirenas, señales horarias,
planos... Por ello, necesitamos familiarizarnos con los
contenidos que transmiten los signos que nos rodean en
nuestra vida social. Un conductor deberá conocer las
señales del código de la circulación; un soldado, los
distintivos y ordenanzas militares; un piloto, todo tipo de
señales propias de la navegación aérea... En realidad,
cualquier persona se ve inmersa en muy pocos minutos
en un mundo de señales que le comunican algo: el
despertador, la flecha del ascensor, el saludo de un
vecino, tres tenedores en la fachada de un restaurante...
Así pues, el hombre está percibiendo mensajes
continuamente a través de señales que descifra. De esta
manera participa en el proceso comunicativo.
4. Para que la comunicación pueda establecerse se necesita una serie
de factores:
Un emisor (individual o colectivo) que emita un mensaje.
Un receptor (individual o colectivo) que sea el destinatario del mensaje.
El mensaje o secuencia oral o escrita que el emisor transmite al receptor.
El canal o conducto a través del cual el mensaje llega desde el emisor al
receptor.
El código o conjunto de signos y reglas para elaborar los mensajes.
El código tiene que ser conocido tanto por el emisor como por el receptor.
El referente, que corresponde a todos los datos de la realidad externa en
relación con los cuales el mensaje adquiere mayor precisión.
5.
6. Lengua y habla
La lengua: Es un conjunto de elementos lingüísticos
interrelacionados por oposición, dado que cada uno de
ellos ocupa un lugar propio en la cadena comunicativa
que no puede ser ocupado por otro al mismo tiempo, y
por combinación, porque se unen unos a otros
realizando cada uno una función propia y específica. La
lengua es una realidad social que está al servicio de una
comunidad hablante.
El habla: Es la realización concreta e individual de la
lengua. Cada hablante combina libremente los elementos
que la lengua le ofrece de manera que el habla es algo
libre y producto de un determinado tiempo y momento
del hablante. Es, pues, el uso o materialización de las
posibilidades que ofrece el sistema de la lengua.
7. Ambos aspectos del fenómeno lingüístico:
Lengua y habla, se enriquecen
mutuamente: el hablante realiza cambios
a lo largo del tiempo que se van fijando en
el sistema y a veces llega a modificarlo.