Los primeros gestores de archivos fueron creados para sistemas operativos con interfaces de texto y permitían un número limitado de operaciones sobre recursos como unidades y directorios. Con las interfaces gráficas, los gestores de archivos adquirieron funcionalidades como asociar tipos de archivos a programas y representar recursos con iconos. Todavía se desarrollan gestores de archivos de texto debido a su portabilidad y simplicidad para administrar sistemas Unix.