Innovación en la Búsqueda Activa de Empleo (24 junio)
Economía colaborativa, un modelo más justo
1. 31/01/2014
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San Sebastián
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NOTICIAS PROPIAS
Juan José Goñi, fundador de APTES (Asociación de Promoción de la Tecnología Social)
destacó que «la innovación social es una
nueva ordenación de los parámetros económicos y sociales vigentes, para aportar soluciones a los diferentes retos que afronta la
sociedad». Remarcó la necesidad de apoyarse en un «uso ético de la tecnología y el conocimiento, priorizando la revalorización
de las personas, su dignidad y calidad de vida, buscando la sostenibilidad en los recursos económicos y ecológicos» y planteó «soluciones creativas y de valor social en el
corto, medio y largo plazo», frente a «la economía especulativa imperante».
A su juicio se debe cambiar el concepto de
la economía del valor, de lo tangible, «por el
capital social». Para ello llamó a emplear la
racionalidad y advirtió en su ponencia que
«no hay cooperación sin proximidad». De
ahí, que el 80% de las alianzas fracasan «por
esa falta de confianza». En su opinión, poner
un sistema de diseño social tiene que tener
diez principios o valores: «diseño educativo,
libertad de elegir, sostenible, tecnológico,
transformador, participativo, transparente,
autonomizante, evolutivo y ético en valor».
Imagen de la jornada en la que diferentes ponentes expusieron lo que es y hacia dónde avanza la economía en colaboración.
Luis JAUREGIALTZO | ARGAZKI PRESS
ECONOMÍA EN COLABORACIÓN,
UN MODELO MÁS JUSTO,
ECOLÓGICO E IGUALITARIO
El Colegio de Economistas y
Economistas sin Fronteras organizaron una jornada de presentación de la economía en
colaboración con ejemplos
concretos de lo que ya se está
haciendo: la iniciativa Esnetik
o la moneda social Ekhi.
E
conomía en colaboración
se define, según explicó
Carmen Valor de la Universidad Pontificia de Comillas,
como «un nuevo modelo de
intercambio económico que
se basa en tres principios
fundamentales: interacción
entre productor y consumidor, que mantienen un diálogo continuo; conexión entre
pares, es decir iguales, gracias a las tecnologías, especialmente digitales, y colaboración
efectiva».
Una jornada en Bilbo, organizada por el
Colegio de Economistas y por Economistas
sin Fronteras analizó esta nueva realidad
que se va extendiendo. Desde los conceptos
y actuaciones más teóricas se pasó a elementos prácticos que se están dando ya cerca de nosotros como es el caso de Esnetik, de
Orozko, la moneda social Ekhi que en un par
REPORTAJE
•••
Juanjo Basterra
de semanas o tres verá la luz en el Casco Viejo de Bilbo y la iniciativa de «Goteo Euskadi», plataforma de crowdfunding de finanzas colaborativas.
El periodista y escritor uruguayo Eduardo
Galeano sostiene que «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo». Esa
puede ser una explicación de la economía
en colaboración que, según Economistas sin
Fronteras, la revista Forbes estima que en
2013 crecerá a una tasa del 25%, «alcanzando
los 3,5 billones de dólares solo en Estados
Unidos» y añade que «la revista Time en
2011 la señaló como una de las diez ideas
que cambiarían el mundo».
En Bilbo quedó claro que la base de esta
economía en colaboración es tan antigua como la existencia del hombre: el trueque. De
ahí que Laura Ruiz, de Economistas sin
Fronteras, explicara que su planteamiento
es afianzar «una economía más justa», en
donde los objetivos sociales, ambientales y
la democratización a los bienes son premisas fundamentales.
Carmen Valor reconoció, a modo de introducción, que las dimensiones de este modelo se extienden «tanto a la producción, por
ejemplo el crowdsourcing; la financiación
(iniciativas de crowdfunding) y al consumo». Dijo que no es un modelo cerrado y
que ya se está avanzando en países en utilidades como «bibliotecas de herramientas,
de juguetes, etc», a las que hay que unir
otras como «coches compartidos, banco del
tiempo, moneda social, etc». Mientras que
saber a dónde va
Patxi Gaztelumendi dio valor al proyecto Esnetik y destacó su factor de proximidad, lo
mismo que en la experiencia del comedor
escolar de Larrabetzu, «que ha permitido
crear empleo y mejorar la economía cercana
con productos de calidad, que benefician a
nuestros hijos, y a quienes los producen,
nuestros baserritarras y ganaderos».
De Esnetik explicó el trabajo en colaboración entre los pastores, los productores y los
comercializadores. Y, sobre todo, insistió
que Esnetik, que tiene su sede en Orozko,
pone en la etiqueta cuál es el destino final
del valor de cada queso o producto –un 50%
para el pastor, un 33% para la elaboración y
un 17% para la comercialización–. A su juicio
son pasos que se están dando «hacia la soberanía alimentaria» donde la proximidad y
los productos de calidad son la base. «En Esnetik recuperan sabores y el modo de actuar
de baserritarras de toda la vida», dijo.
EKHI, UNA
MONEDA SOCIAL
PARA EL CASCO
VIEJO DE BILBO
Otro proyecto que se expuso en
esta jornada sobre “Economía en
Colaboración” fue la moneda
social Ekhi. Miguel Angel González
explicó que en dos o tres semanas
saldrá al público. Cuenta con 250
usuarios adscritos y 25 pequeñas
empresas del Casco Viejo de Bilbo.
Recordó que es «una moneda
ecológica, socialmente justa,
feminista y promoverá la lengua y
la cultura local» y, «desde luego
permitirá democratizar la manera
de intercambiar el dinero».
Será de papel. Se podrá convertir
en euros, pero si se hace, se perderá
un 5% del valor. La misma también
irá caducando, para evitar ese
concepto de la economía «en
crecimiento continuo hasta el
infinito».
Junto a esta iniciativa, Rosa
Fernández, de Colaborabora,
mostró también otro proyecto a
nivel del Estado español, pero que
impulsa en suelo vasco «Goteo
Euskadi», es de «crowdfunding» y
también Ekhi acudió a esta
ventanilla. J.B.