El documento habla sobre la necesidad de cultivar una espiritualidad de amistad con Cristo despojándose de apegos mundanos que impiden que la semilla de la Palabra dé fruto. Sugiera que la atención y el corazón deben pertenecer por completo a Jesús. Propone que para cultivar la amistad con Cristo es importante escuchar su Palabra, dialogar con Él en la oración, vivir los sacramentos y buscar dirección espiritual.