El autor cuenta que tuvo problemas con sus padres en un negocio familiar, y que su madre le dijo que le debían una buena educación y por eso tenían derecho a robarle. Esto llevó al autor a concluir que su deuda por la educación recibida estaba saldada. Más tarde, se dio cuenta de que sus padres no los querían a él ni a sus hermanos, y que habían hecho de sus vidas un infierno. Después de años de terapia, decidió alejarse de sus padres para siempre, y no se ha arrepentido de
1. La Deuda
La Deuda
En algunas ocasiones mis interlocutores y lectores me han
argumentado si no creo que a mis padres al menos les debo una buena
educación escolar, para contestarles les relato la historia que a
continuación presento.
Tras revisar las cuentas de un negocio que realice con mis padres
no quede muy conforme, sobre todo porque me presentaron unas
facturas que eran apócrifas, mismas que además presencie cuando mi
hermano las compro, al verlo pensé que las querían para evadir
impuestos, pero cuando me las presentaron como buenas proteste. Mi
padre fingió que no saber de que hablaba, y claro que me encolerice y
lo grite a voz encuello en su oficina.
Al enterarse mi madre me llamo por teléfono y me dijo que no era
posible que yo pensara que me estaban robando, le conté lo escrito en
el párrafo anterior y le dije que no tenía el menor asomo de duda.
-“Tenemos todo el derecho de robarte porque te dimos educación”-fue
exactamente lo que dijo
Así que ante tal razonamiento concluí que mi deuda por la
educación que me habían dado estaba saldada.
`Cuando escuchaban este punto, después de haber escuchado del
alcoholismo y locura de mi madre, la inacción de mi padre a este
respecto, el maltrato físico y psicológico a mis hermanos, la agresión a
los sirvientes y algunas locuras mas, de plano dejaban a un lado una de
sus frases –“debes aguantarlos porque son tus padres…”
2. La Deuda
Estas platicas me hicieron darme cuenta que como ellos habían
vivido en el seno de una familia normal (con disfuncionalidades, pleitos,
enojos, etc., pero con amor) les parecía que la existencia de una familia
como la nuestra no era posible, algo incomprensible para mi, ya que no
se me ocurría pensar que hubiera familias con amor simplemente
porque la mía no era así.
Me recuerda a una historia de una corresponsal de guerra en El
Salvador, un chiquillo apenas podía con un fusil y caminaba como parte
de la guerrilla, la corresponsal le pregunto que pensaba hacer cuando
terminara la guerra.
-“¿Qué las guerras se acaban?”- pensaba que la guerra era algo
inherente a la vida misma (que en parte tiene razón), que no había un
lugar en el mundo donde hubiera paz…,esta postura pueril le sentaba a
esa pobre criatura, pero a mis interlocutores y lectores no…, no podían
aceptar que mis padres no nos quisieran, en realidad no han querido a
nadir, ni entre ellos mismos, hicieron un infierno de sus vidas y no
toleran que haya alguien feliz, ¿Cómo tolerar que ellos no lo fueran y
alguien más si?. Tarde algunos años en aceptar esto, la ayuda de dos
terapeutas que me sugirieron que hiciera mi vida lejos de ellos y que no
me les acercara mas porque me destruirían por fin fue digerida por mi
mente y tras saldar la cuenta por mi educación no volví a verlos, de
esto ya han pasado veinticinco años. En ningún momento me he
arrepentido de haberme alejado de sus vidas, como su situación
económica es más que privilegiada no les ha faltado nada en absoluto,
esto ha cooperado para que mi espíritu este tranquilo por mi decisión.
Realice algunas caricaturas donde de catártica manera expuse
situaciones que fueron el pan de cada día en nuestro hogar, le di
3. La Deuda
difusión y se sacudieron como Jimmy Hendrix y Janis Joplin con sus
respectivas sobredosis, los puntos caricaturizados los conocían por
habérselos dicho de muchas formas en su momento, no les intereso,
sobre todo a mi padre, que prometía que la internaría (a mi madre) en
alguna institución, pero que nunca cumplió. Aunque esta situación era
conocida en su círculo social las caricaturas difundidas les afectaron
notoriamente, la fotocopiadora, el correo y el fax fueron los avances
tecnológicos de esa época que favorecieron el número de ejemplares
leídos… y comentados. İY que aparece Internet!, y nuevamente se
sacuden… ya con un pie en la tumba, pero todavía se sacuden…como
dijera Voltaire –“contra el Despotismo el sarcasmo…”
Si acaso desean ver estas caricaturas se encuentran en mis
enlaces con scribd.com en Facebook con el nombre de “producciones
Garcia Mafufa”.