1. BAYNER JULIÁN RAMÍREZ CALDERON
TABLA DE CONTENIDO
1. LA FORMA DE VIVIR DE FRAY LUÍS DE LEÓN
1.1. Fray Luís de León y el papel que juega en la Recolección
1.2. Se encomienda la redacción de la Forma de Vivir
1.3. Datos sobre la Forma de Vivir
1.4. La Forma de Vivir y el agustinismo
2. PRIMERAS FUNDACIONES DE LOS RECOLETOS
2.1. Pastrana
2.2. Convento de Talavera
2.3. Primera comunidad recoleta
2.4. La vida de los primeros frailes
2.5. Primer noviciado de la Recolección y primeros cargos
2.6. Convento de Portillo (Valladolid)
2.7. Fundación de Nava del Rey (Valladolid)
3. PROBLEMAS ENTRE LOS CALZADOS Y LOS RECOLETOS
3.1. Padre Gabriel Goldáraz
3.2. Reacciones frente a la imposición del provincial Goldáraz de calzar a los recoletos
3.3. Respuesta de Felipe II ante la petición de Juan de Vera
3.4. Provincial Pedro Manrique
3.5. Fundación de una casa en Madrid
3.6. Comienza una nueva etapa de dificultades
3.7. Se crea la nueva provincia
4. LA RECOLECCIÓN COLOMBIANA
4.1. El padre Mateo Delgado
4.2. Los ermitaños
4.3. Vicente Mallol
4.4. Sistema de vida
2. 1. LA FORMA DE VIVIR DE FRAY LUIS DE LEÓN
1.1. Fray Luís de León y el papel que juega en la Recolección:
Fray Luis de León gran lírico español y perteneciente a la Orden de san Agustín es quien
pone las normas de vivir a la perfección y las presenta al capítulo intermedio de 1589
celebrado en el convento de nuestra Señora del Pino. Fray Luis de León aparece vinculado
a la recolección y sus actuaciones a favor de ella en los años 1588 y 1591. En septiembre de
1589 se funda una casa recoleta en Salamanca encomendada su fundación a fray Luis de
León por el consejo provincial; asiste a la instalación de los recoletos en Portillo y autoriza
la fundación de Nava del Rey en 1591. Más adelante en 1630 Juan Quijano (1572-1635)
confidente y fámulo del padre Jerónimo de Guevara escribirá que fue fray Luis de León “el
que más animó” la fundación de las casas recoletas1. Fray Pedro Fabo nos habla de la
vinculación de fray Luís de León en la descalcez: “El año 1588 dio por resultado la
Descalcez llevada a efecto por la Provincia de Castilla (la cual a su vez procedía de otra
Reforma), siendo uno de sus más virtuosos y doctos hijos Fray Luís de León, quien trazó a
la nueva entidad religiosa Constituciones que regulaban su vida austera, sin que jamás se
destruyese entre los Calzados y Descalzos la unidad”2
1.2. Se encomienda la redacción de la Forma de Vivir:
El capítulo que se realizó en Toledo en el año 1588 encomendó al consejo provincial la
redacción de las normas que deberían regir la vida de los conventos. El consejo nombre a
fray Luis de León y a Jerónimo de Guevara; éste muere en pascua del año 1589, antes de
que dichas normas fueran ultimadas. Fray Andrés de san Nicolás atribuye la redacción de la
Forma de Vivir a fray Luis de León minimizando la participación de Guevara3
1.3. Datos sobre la Forma de Vivir4:
- Consta de 14 capítulos y fue aprobado por el capítulo intermedio de la provincia el
día 17 de septiembre de 1589
- Ratificada en 1597 por Clemente VIII
- Su orientación espiritual es clarísima. Traduce el deseo de mayor perfección de que
hablaba la definición quinta del capítulo de Toledo, es una intensificación de la vida
comunitaria y contemplativa y una acentuación de los rasgos ascéticos de la vida
religiosa.
1
Cf. MARTÍNEZ, Ángel. Historia de los agustinos recoletos. Augustinus, España 1995, p. 183
2
FABO, Pedro. Restauración de la Provincia de la Candelaria. Imprenta de la Cruzada, Bogotá 1911, p. 10
3
Cf. MARTÍNEZ, Ángel. Op cit, p. 181
4
Cf. Ibíd. p. 184
3. - La oración, el recogimiento y el amor a la vida común perfecta resplandece en todo
el documento.
- El número de los frailes en cada convento, no debe pasar de veinte “porque el amor
se conserva mejor entre pocos”
- En la Forma de Vivir, el ascetismo y el recelo por el apostolado no proceden de san
Agustín, en tanto que él abrió las puertas de sus monasterios al apostolado y no
insistió en ascetismo solamente. La Forma de Vivir muestra más bien el presunto
eremitismo del santo, con los ideales ascéticos del siglo XV.
1.4. La Forma de Vivir y el agustinismo5:
En la Forma de Vivir se tiende a crear un género de vida fuertemente contemplativo en el
que la soledad, el silencio y la oración prevalecen sobre el apostolado pero no llega nunca a
excluirlo. Frente a este género de vida hay que tener en cuenta que los promotores de la
recolección tenían sus ojos puestos en san Agustín y en sus comunidades; pero la
información que tenían de ellas era muy deficiente, por tanto se explica la soledad, la
oración, el silencio, ya que creían que san Agustín después del bautismo había fundado
comunidades de corte más o menos eremítico. No se debe olvidar también que éstas eran
las prácticas más afirmadas por el movimiento reformista de la época, empapado como
estaba de la espiritualidad de las observancias franciscanas.
Sin embargo en la Forma de Vivir hay ideas profundamente agustinianas como son: la
primacía de la caridad en sus dos vertientes, la tendencia a la interioridad y la perfecta vida
común y la pobreza de cada religioso.
2. PRIMERAS FUNDACIONES DE LOS RECOLETOS
2.1. Pastrana:
“La fundación de Pastrana (Guadalajara), iniciada precipitadamente y sin las debidas
licencias en abril de 1589, no prosperó. La admisión del donado Francisco de Jesús, que el
día 22 de abril de 1590 se convertirá en el primer profeso de la recolección, facilitó las
maquinaciones de algunos eclesiásticos de la localidad. No tuvieron más que denunciar la
fundación al cardenal de Toledo, quien inmediatamente mando clausurarla”.6
2.2. Convento de Talavera7:
En octubre de 1589 se hace la entrega del convento de Talavera de la Reina a los recoletos.
Este convento ubicado en la ciudad de Toledo (España) fue fundado por san Alonso de
Orozco en 1566. Era un convento pobre y desacomodado. Los religiosos que querían
5
Cf. Ibíd. p. 184
6
Ibíd. p. 189
7
Cf. Ibíd. p. 190
4. acogerse a la nueva disciplina, quisieron vivir en este convento; el día 19 de octubre pueden
habitarlo.
2.3. Primera comunidad recoleta:
El comisionado del padre provincial, Cristóbal Orellana disuelve la antigua comunidad e
instala la primera comunidad recoleta el 19 de octubre de 1589 en el convento de Talavera.
En este nuevo convento habitaron 8 frailes encabezados por el padre Francisco Briones y el
padre José de Parada. El primero dirige la comunidad por dos años y muere en 1600 con
fama de santo; el segundo aprende el oficio de cirujano, sobresaliendo por su caridad para
con los enfermos.
2.4. La vida de los primeros frailes:
La vida de los primeros frailes que habitaron el convento, de Talavera “era pobre, austera y
totalmente referida a Dios, en cuyas alabanzas consumía gran parte de la jornada”.8
2.5. Primer noviciado de la Recolección y primeros cargos:
“En Talavera funcionó el primer noviciado de la recolección. Ya en abril de 1590 profesó
Francisco de Santa Cruz. En los años siguientes les siguieron algunos de los religiosos que
más ilustraron durante sus primeros decenios: Antonio de san Ángel (1593) fundador de
Granada; Juan de san Jerónimo (1594), primer provincial y alma de la primera misión a
Filipinas; Jerónimo de la Resurrección (1596), primer vicario general; el escocés Tomás
Bort (1599), que, con el nombre de Tomás de santa María (+1616), dedicó los últimos años
de su vida a la conversión de sus paisanos”. 9
2.6. Convento de Portillo (Valladolid)10:
Este convento surgió en una ermita encargada a las comendadoras del Espíritu Santo, éstas
se trasladan en 1330 llevando consigo la imagen de la Virgen de la Fuensanta, patrona de
este convento. Al ser abandonada la ermita se convierte en un establo, y la recuperan los
recoletos jurídicamente el 29 de junio de 1590. Se recupera la imagen de su patrona en
1593 y recibe del agustino Luís de Ávila (1611). La acomodación del convento fue bastante
lenta, debido a que había que hacerle bastantes arreglos para hacerla habitable.
En 1598 gracias al apoyo económico de Alonso de Pimentel (1493-1614), hijo del quinto
conde de Benavente, este señor ayuda a la reedificación del convento, hasta que en 1601 se
puede hospedar el primer capítulo de la Recolección.
2.7. Fundación de Nava del Rey (Valladolid):
8
Ibíd. p. 190
9
Ibíd. p. 192
10
Cf. Ibíd.
5. Esta fundación se da en junio de 1591, al igual que con la fundación de Portillo, nace en
una ermita apartada y abandonada. Estaba bajo la protección de la Virgen y tenía la
obligación de atender a las necesidades espirituales de la población. Los ocho frailes que
habitaban el convento eran sustentados por la población. Debido a las condiciones de salud
del lugar los frailes se ven obligados a trasladarse en 1596 a la ermita del santo Cristo del
Humilladero.
3. PROBLEMAS ENTRE LOS CALZADOS Y LOS RECOLETOS
3.1. Padre Gabriel Goldáraz:
La elección de provincial del padre Gabriel Goldáraz en 1592 turbo las buenas relaciones y
la mutua colaboración entre los calzados y los recoletos. Tenía una forma de ser enérgica y
era amigo de llevar sus convicciones hasta las últimas consecuencias. Al padre Goldáraz le
bastó una visita a los conventos de los recoletos, para argumentar que llevaban una forma
de vida muy áspera y exagerada. E iba en contra de la descalcez por dos razones
principales:
- La descalcez no convenía porque ponía en peligro la salud de los frailes.
- La descalcez era de mucho estorbo para que viniesen a la Recolección los sujetos
más lúcidos.
En consecuencia con estas dos razones mandó que todos los recoletos se calzaran
nuevamente y vivieran común y ejercitadamente. Para los recoletos aunque vivían su vida
con mucho rigor y con escasa alimentación, el calzarse era renegar de su nuevo género de
vida.
3.2. Reacciones frente a la imposición del provincial Goldáraz de calzar a los recoletos:
Los priores de Portillo y Nava ceden a la imposición del provincial. Pero el prior de
Talavera Juan de Vera argumenta ante el rey Felipe II y le expone las razones en contra del
mandato del provincial. Juan de Vera argumenta que la descalcez puede ser dispensada en
el caso de los enfermos. Que quienes no quieran abrazar este género de vida tan austero y
aprobado bien pueden irse a los demás conventos. La renuncia a la descalcez era terrible
puesto que esto era lo que los identificaba como miembros de la reforma, perderían el
afecto del pueblo y por tanto la facilidad de proveerse de lo necesario. La razón por la que
los religiosos se estuvieran enfermando no era la descalcez, sino la situación mala de
salubridad en los conventos, sobre todo el de Talavera. El pueblo de Portillo ante este
mandato alza su voz de protesta, ya que había dado la casa con la condición de que fuera
manejada por los recoletos.
6. 3.3. Respuesta de Felipe II ante la petición de Juan de Vera:
El rey Felipe acepta la petición del prior de Talavera y ordena al provincial que no cambie
nada, pues la Recolección surge en Castilla por su determinación real.
3.4. Provincial Pedro Manrique:
El elegido como provincial el padre Pedro Manrique en mayo de 1595, fue servidor del rey
Felipe II y futuro obispo de Zaragoza y Tortosa. Las relaciones de Pedro con los recoletos
fluctuaron en la benevolencia y el recelo. Al comienzo lleva a cabo la proyectada fundación
en Madrid, autoriza la reimpresión de la forma de vivir, abre un colegio de filosofía en
Nava del Rey para estudiantes recoletos. Despues predomina la segunda actitud abriendo
así un enfrentamiento abierto entre calzados y recoletos que los lleva a la formación de una
nueva provincia recoleta.
3.5. Fundación de una casa en Madrid:
La princesa Eufrasia de Guzmán (+1604) princesa de Asculi, había donado un terreno a la
orilla del actual paseo de los Recoletos. Con el problema que se da entre calzados y
recoletos el padre Goldáraz suspende los trámites. Con la llegada después del provincial
Pedro Manrique se reanudan los trámites y el día 25 de febrero de 1596 se tome posesión
jurídica del terreno y los edificios existentes y se instala la primera comunidad recoleta
compuesta por: el prior Juan de Vera, Martín de Agüero, Juan de san Nicolás, Juan de los
Inocentes y Justo del Espíritu Santo. La Iglesia es inaugurada el 27 de agosto de 1620. Más
adelante se convierte en el principal convento de la Recolección. Fue sede del vicario
general (1621-1835) y del provincial de castilla (1621-1795), además de noviciado
(1596-1835).
3.6. Comienza una nueva etapa de dificultades:
Comienza en 1597 una nueva etapa de dificultades, pues la provincia veía con ojos no tan
buenos la expansión de la recolección. Esto se ve manifestado en su negativa ante nuevas
fundaciones y el obstaculizar la admisión de novicios. “Los calzados miraban con aires de
superioridad a los recoletos, a quienes despreciaban incluso en público. Y los recoletos no
estuvieron exentos de ambiciones y egoísmos”.11
La situación se pone cada vez más crítica, y a mediados de 1597 el rey Felipe II presta
oídos a los calzados y prohíbe nuevas fundaciones. Los recoletos se sienten cada vez más
independientes y van adquiriendo su propia identidad.
El 26 de septiembre de 1599 el nuncio habla sobre la discordia y la forma tan severa en que
se tratan los calzados y los descalzos, y se declara dispuesto a moderarlo.
11
Ibíd. p. 199
7. Se solicita la creación de una provincia descalza autónoma, pero solamente se concede un
definidor que los represente y defienda sus intereses ante el definitorio provincial. Por tanto
los recoletos podrán reunirse en una especie de capítulo en el que elegirán el definidor. Este
definidor tendrá facultades incluso mayores que las del mismo provincial, teniendo
autoridad para abrir casas en cualquier región, corregir cuando sea necesario, recibir
calzados que quieran incorporarse a la reforma, visitar los conventos recoletos y corregirles
cuando lo vea conveniente.
3.7. Se crea la nueva provincia:
El papa Clemente VIII acoge los deseos de los recoletos y el 11 de febrero de 1602 por
medio del breve Apostolici muneris, desligaba los conventos del provincial de Castilla y
erige con ellos la provincia de San Agustín de frailes recoletos de España. Para entonces
contaba la Recolección con poco más de 70 frailes y cinco conventos.
4. LA RECOLECCIÓN COLOMBIANA
4.1. El padre Mateo Delgado:
La Recolección llega a América junto con los misioneros. En el año 1595 llega el padre
Mateo Delgado (1526-1631) viajaba a Perú con treinta compañeros se tuvo que detener en
Cartagena por cuestiones de salud. Tenía setenta años y era de ánimo esforzado y ansioso
por la austeridad. Realizó el noviciado en Sevilla (1585-1586). En Colombia lo destinan al
convento de Villa de Leiva. El padre Mateo no solo se debía dedicar a la vida conventual
sino a la evangelización de los otros pueblos. Es encargado de la vereda de Tijo, y entra en
contacto con unos ermitaños que poblaban aquellas tierras.
4.2. Los ermitaños:
El padre Mateo les aconseja a aquellos ermitaños pedir el apoyo de las autoridades de su
orden. Con este apoyo no les sería difícil implantar un género de vida propio de las
recolecciones. En mayo de 1604 los ermitaños aceptan este consejo, y el arzobispo de
Bogotá aprueba la transformación del yermo en casa religiosa. “La Recolección, concebida
en la mente del P. Mateo Delgado de los Ángeles, salió a luz asistida por un Capítulo
provincial y siendo su padrino el mismo Padre Provincial, Fr. Vicente Mallol”12
4.3. Vicente Mallol:
Al padre Vicente Mallol que era el entonces provincial y a quien el 29 de junio de 1604 el
definitorio le encomienda la redacción de las ordenanzas para los religiosos de este
12
FABO, Pedro. Historia de la provincia de la Candelaria. Imprenta del asilo de huérfanos del Sagrado
Corazón, Madrid 1914. p. 101
8. convento. El doce de agosto el delegado del padre Vicente Mallol, padre Francisco Cerezo
“ya pudo tomar posesión canónica de la casa, imponer el hábito recoleto a los tres primeros
aspirantes –Mateo Delgado, Antonio Correa y Juan Rodríguez- y nombrar vicario prior al
padre Delgado”.13 Desde entonces ya hasta ahora el Desierto de la Candelaria ha servido de
preparación espiritual para sus religiosos.
4.4. Sistema de vida:
El sistema de vida de estos frailes queda enmarcado por el reglamento del padre Vicente
Mallol: “Para el gobierno de esta casa de más observancia, el P. Provincial, designado por
los capitulares, formó unas ordenanzas; pero duraron poco porque después, se aceptaron los
Estatutos escritos por fray Luís de León (1591) por encargo del Definitorio Provincial de
Castilla, en los cuales evidentemente se ponían los cimientos de la separación de calzados y
descalzos”14. “En doce puntos, desprovistos de toda disquisición teológica, moldea un
proyecto de vida sumamente austero y silencioso, totalmente orientado hacia la oración y la
ascesis”.15 Los doce puntos son los siguientes:
1. Primeramente, establecemos y ordenamos que en el convento de Nuestra Señora de
la Candelaria perpetuamente se digan los maitines a media noche, y esto sin ninguna
dispensación para todo el convento. Y que, juntamente con las horas del oficio
mayor, se hayan de decir las del oficio menor de Nuestra Señora todos los días y
fiestas, aunque sean dobles solemnes y de primera clase. Y en cuanto al decirse en
tono o rezado, se deja a la disposición del prior.
2. Ordenamos y mandamos que, en los días de fiesta, atento que en el dicho convento
no se ha de cantar la misa mayor y vísperas y las horas que al prelado le parecieren,
se digan en tono igual con mucha pausa, distinción y devoción.
3. Ordenamos y mandamos que, a más de la contemplación ordinaria ordenada por
nuestras Constituciones, en el dicho convento se hayan de tener dos horas de
oración mental: la una, a prima noche, y la otra por la mañana. La de prima noche se
ha de tener después de dicha antífona, y la de la mañana se ha de tener de cinco a
seis antes de comenzar las horas.
4. Ordenamos y mandamos que, a más de las comuniones de nuestras Constituciones,
en el dicho convento comulguen nuestros hermanos todos los domingos del año,
fiestas de Nuestra Señora y de los apóstoles y de los santos de nuestra Orden que no
están expresados en la Constitución. Y estos días se pondrán en una tabla en el coro.
Y todos los días vigilia de comunión, se guardará ayuno en el dicho convento. y el
día de comunión, después de la misa, se tañerá inmediatamente a contemplación, y
se tendrá una hora de oración mental por todos, después de la cual se irán a comer.
5. Ordenamos y mandamos que, en el dicho convento, se guarde la pobreza apostólica
de tal manera que no pueda tener ni poseer en título y propiedad bienes raíces como
son: estancias y posesiones, censos o juros. Y el mantenimiento y vestido se haya de
buscar y busque de limosna. Y todas las limosnas que por misas o por otro cualquier
13
MARTÍNEZ, Ángel. Op Cit. p. 406
14
MUCIENTES, David. Centurias colombo-agustinas. talleres salesianos, Bogotá. p. 48
15
MARTÍNEZ, Ángel Op cit. p. 406
9. título entraren, se pongan en el depósito, en un arca con dos llaves. Las limosnas se
sacarán para la fábrica del convento e iglesia por el prior y depositarios y se
entregarán al despensero.
6. Por cuanto ala renunciación voluntaria de bienes que los religiosos hacen es justo se
manifieste en lo exterior, ordenamos y mandamos que los religiosos de nuestro
convento de La Candelaria no puedan tener ni tengan en sus celdas más que una
cama de tablas con una estera o pellejos encima, y un poco de paja, y una almohada
de jerga, una mesa, una silla, y las puertas sin cerradura, y los libros de devoción
que se le señalaren a cada uno, y asimismo las imágenes y no otra cosa de adorno. Y
lo demás tocante a ropa y vestiario se tenga en común.
7. Ordenamos y mandamos que los religiosos del dicho convento no puedan vestir ni
vistan otros hábitos ni vestidos que los siguientes: en lo interior, túnicas de lana, ora
sean de estameña y jerguilla. Y los paños o zaragüelles, de lo mismo. Calzas o
medias blancas, hasta el tobillo, sin peales si no fuere en caso de enfermedad y con
consulta y parecer del médico.
El calzado, alpargates hechos sandalias que descubran los dedos. Y, en cuanto al ir
descalzos, se deja a la devoción de cada uno, con tal que primero pida licencia al
prelado para hacerlo. Los hábitos, dentro de casa de jerga blanca. La saya, de poco
ruedo, y que lo más largo pueda llegar hasta el tobillo. El escapulario, del mismo largor
y de palmo y medio de ancho. Y la capilla ajustada; y que el largor del pecho de la
capilla, no tenga más que medio palmo, y a las espaldas otro medio palmo sobre la
correa. Y, para salir fuera de casa, los hábitos negros de jerga del mismo ruedo y largo
que lo blancos, y la capilla de la misma manera que las blancas. Y las mangas de los
negros, de palmo y medio de ancho, y las de los hábitos blancos de medio palmo. Los
mantos negros, de jerga, ajustados al cuerpo con un corchete de palo, y de largo hasta
media pantorrilla. Las correas del hábito negro, hebilla de hueso, y de ancho tres dedos.
Los hermanos donados llevarán el mismo hábito interior y exterior, sólo que dentro y
fuera de casa han de llevar la saya negra y correa y sin capilla; y escapulario negro del
mismo ancho y largo que los demás; y el manto negro y sombrero para salir de casa.
En el caminar, ora sea a limosna ora a cualquier obediencia, ordenamos y mandamos
que nadie pueda llevar silla ni freno con cabezadas de cuero, sino enjalma y cabestro
con freno de hierro y estribos de palo.
8. Por cuanto la Regla de nuestro Padre San Agustín nos manda “domar nuestra carne
con ayunos y abstinencias en el comer y beber cuanto nuestra salud lo permitiere”
(3,1), ordenamos y mandamos que, en nuestro convento de La Candelaria, los
religiosos de él, a más de los ayunos de nuestra sagrada Constitución, hayan de
guardar los siguientes: desde Santa Cruz de septiembre hasta la Navidad; desde la
Septuagésima hasta pascua de resurrección.
Y en cuanto a los ayunos a pan y agua, mandamos que, a más de los ordenados por
Constitución, nadie los pueda ayunar que no sea con licencia del prelado los haya de
pedir y obtener del propio confesor.
10. Y en cuanto al comer carne, ordenamos y mandamos que en el dicho convento, no se
coma carne más que los domingos, lunes, martes y jueves. Y todos los demás, se coma
de ayuno aunque no lo sea.
9. Ordenamos y mandamos, para mayor mortificación y merecimiento de las
penitencias que se hicieren, que en el dicho convento, a mas de la disciplina general,
se tenga asimismo disciplina conventual los lunes y miércoles; y los hermanos,
todas las vigilias de comunión. La hora dejamos a arbitrio del prelado.
10. Para que con mayor quietud se puedan los dichos religiosos emplear en el servicio
de Dios y no divertirse de sus ejercicios, ordenamos y mandamos que ningún
religiosos de los de la observancia pueda estar más que un día en el dicho colegio,
sin que haya de hacer noche en él si no fuere urgente necesidad que le impida pasar
al colegio o a la doctrina. Y, si aconteciere que algún religioso pida por su devoción
ir por algunos días al dicho convento, sea con expresa licencia del Provincial; y ésta
de pocos días y raras veces, asimismo, ordenamos que, dentro de la clausura y
dormitorios de los religiosos, no se admitan huéspedes seculares si no es en caso
que alguna persona muy devota de la Orden y del dicho convento, con la cual podía
el prelado dispensar, y con algún religioso de otra Orden.
11. Porque no todos pueden todas las cosas, y en particular las que piden y requieren tan
particulares auxilios de Dios –como son el seguir la perfección de la vida apostólica
con el rigor y aspereza que aquí va expresado-, y muchos se mueven y pueden
mover con ardientes deseos de emprender esta vida –los cuales después no la
pueden llevar adelante, y es causa de mayor inquietud en los tales-, ordenamos y
mandamos que ningún religioso de la observancia se pueda pasar al dicho convento
que no sea examinada su virtud y vida por el Provincial y definidores, y con el
parecer de todos. Y, habido este parecer, el Provincial le podrá dar licencia, y no en
otra manera. Y lo mismo se entienda con los que pidieren el hábito en el dicho
convento, a más de las diligencias de Constitución.
12. Para que los religiosos vivan con más cuidado en el servicio de Dios, y faltando en
él sean luego corregidos en enmendados, ordenamos y mandamos que, a más del
capítulo de culpis que se tiene cada viernes según nuestra Constitución, los lunes,
antes de sentarse a la mesa, digan todos los religiosos Reverende pater, y el que
tuviere alguna culpa la confiese allí en presencia de todos. Y, no la confesando, si la
viere el prelado, le reprenda y castigue conforme a su calidad.
Todas estas cosas y otras que adelante con el tiempo parecerán necesarias, ha de
procurar en cuanto en si fuere el prelado del dicho nuestro convento guardar y hacer
que se guarden. Al cual encargamos que, en la ejecución de ellas, se muestre tan celoso
del servicio de Dios nuestro Señor cuan prudente, mirando siempre el tiempo y el lugar
de las personas a quien se manda. Porque, no siendo todos para todo, procure
acomodarse con cada uno hecho forma, regla y nivel de su rebaño, como dice san
Pablo.
Y esto es lo que por ahora me ha parecido, hasta que los padres del Definitorio lo
remiren y añadan o quiten lo que más les pareciere. Dios nos dé su santa gracia para que
en todo le sirvamos. Amén.