Causas internas y externas de la independencia de (1)
Crisis económica en Nueva España y surgimiento del movimiento independentista
1.
2. Hacia 1780 Nueva España había gozado
de una gran prosperidad económica.
Sin embargo, desde los primeros años
del siglo XIX, España y sus colonias se
encontraban en una crisis financiera
muy grave.
Entre las causas de esta se encontraba:
Las reformas borbónicas no
terminaban por consolidarse, pero
también los excesivos gastos por
conceptos de guerra que la corona
realizaba.
3. Para aliviar esta situación
la Corona exigió donativos
obligatorios al clero y
después, préstamos y
confiscaciones de los
fondos de las Cajas de
Comunidad de Indias y las
Cajas de la Iglesia. Estas
medidas provocaron el
descontento de
hacendados, mineros,
criollos ricos, pero también
el descontento de los
grupos sociales más
vulnerables.
4. La conciencia adquirida por
la sociedad criolla la llevó a
defender sus logros
políticos, económicos y
culturales.
En relación con la política,
se creían con derecho a
ejercer los puestos públicos
virreinales y municipales,
pues se consideraban que
conocían a fondo las
necesidades de la
administración pública del
territorio.
5. En lo económico, por el
impulso que habían
dado al comercio, la
agricultura, la ganadería
y la minería, varios
ricos hacendados y
comerciantes
novohispanos se habían
convertido en los
principales proveedores
de capital tanto para
España como para
Nueva España.
6. Sin embargo, muchos de
estos logros eran
amenazados por la nueva
política adoptada por la
monarquía. Varias de las
Reformas Borbónicas
golpearon fuertemente los
intereses de los americanos,
quienes se vieron
suplantados y rebajados por
los españoles europeos.
A la larga, esta situación
promovió la detonación del
movimiento independista
de principios del siglo XIX.
7. La imposición de José
Bonaparte en el trono español,
fue mal recibida en Nueva
España, algunos criollos
consideraban ilegítima la
autoridad que establecía que
los gobiernos derivan del poder
del consentimiento de los
gobernados, y cuando un
gobierno se opone a tales fines
otorga al pueblo el derecho de
cambiarlo o abolirlo. Estas
ideas influyeron en el
pensamiento de muchos
criollos, que consideraban que
hacía falta un cambio en la
relación de la colonia con la
metrópoli
8. Muchos novohispanos se
cuestionaron qué postura
debían asumir. Algunos
pensaban que era necesario
crear un gobierno provisional
que siguiera el modelo de las
juntas que se organizaban en
España, sobre todo en Sevilla y
Cádiz.
En ese momento no se pensaba
en la independencia, sólo en el
gobierno autónomo capaz de
decidir sobre los asuntos de la
Colonia.
9. Los autonomistas propusieron dos
opciones que, en ausencia del poder
real se reconociera el ayuntamiento
de la ciudad de México como
autoridad legítima y convocar un
congreso de novohispanos que
tomara la decisión de quien debiera
gobernara a Nueva España.
La fuerza que adquirieron los
autonomistas ocasionó que los
comerciantes del Consulado de
México, dirigidos por Gabriel de
Yermo, dieran un golpe de Estado,
aprobado por la audiencia y el clero
secular, que destituyó al virrey y
nombró en su lugar al mariscal Pedro
Garibay
10. Pedro Garibaray temiendo algún
alzamiento, ordenó la disolución
de los cuerpos del ejército donde
se concentraban oficiales de
origen criollo, mandándolos a
sus lugares de origen.
Sin embargo esta decisión
provocó que las ideas criollas
que proponían la autonomía y se
quejaban contra el gobierno
impuesto se difundiera por toda
Nueva España, de esta forma
empezaron a surgir
conspiraciones que buscaban
organizar juntas o congresos que
gobernaran de forma autónoma
ciertas regiones
11. Aun cuando el gobierno
virreinal trató de acabar con
la organización de los grupos
que buscaban la autonomía
de la colonia, la semilla
ideológica estaba sembrada,
y ya en varias ciudades, como
Querétaro, Guanajuato y
Morelia, se habían
conformado asociaciones
donde se discutía la
necesidad de un movimiento
libertador
12. Querétaro fue una de las
ciudades donde prosperaron las
ideas de libertad. En casa de los
corregidores de esa ciudad
Miguel Domínguez y Josefa
Ortiz, se organizaron círculos
literarios a los que asistía el cura
Miguel Hidalgo y los militares
Ignacio Allende y Juan Aldama,
entre otros.
En realidad esas reuniones se
celebraron para iniciar la
insurrección en diciembre de
1810. Ese plan tuvo que
adelantarse tres meses, ya que el
comandante de esta ciudad
informó al Virrey sobre los
rumores de que los corregidores
estaban involucrados en la
conspiración
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