2. 1. El teatro convencional de principios de siglo.
1.1. Jacinto Benavente.
1.2. El teatro poético.
1.3. El teatro costumbrista de tono cómico.
2. La regeneración dramática del 98.
2.1. Unamuno.
2.2. Valle-Inclán y el esperpento: “Luces de Bohemia”.
3. El teatro del 27.
3.1. El teatro en los años treinta.
3.2. El teatro de Federico García Lorca.
1. El teatro convencional de principios de siglo.
El teatro que triunfaba en España a finales del XIX estaba dominado por la rutina: atrae a
un público de clase media alta que busca la distracción en obras intrascendentes, que hagan reír o
llorar pero no pongan en duda los valores sociales y morales de la burguesía de la Restauración 1.
Paradigma de este teatro decadente son los dramas neorrománticos de Echegaray, enfáticos y
engolados, hechos para lucimiento de actores de voz altisonante y exagerados ademanes y para
satisfacción de un público que continúa con los cánones románticos. Benito Pérez Galdós será el
primero que reaccione contra este teatro con sus dramas realistas, muchos de ellos adaptaciones de
sus novelas: Realidad, Electra o El abuelo.
La necesidad de renovación se plasma en distintas corrientes, todas de teatro de entretenimiento,
cuyos temas y fórmulas dramáticas se actualizan aunque de una forma poco arriesgada:
1.1 Jacinto Benavente.
- El drama burgués de carácter realista de Jacinto Benavente. Suscitó expectación entre los
círculos más comprometidos por su crítica a la sociedad española, lo cual era muy opuesto a
las pasiones desorbitadas y el retoricismo del teatro de Echegaray, sin embargo, pronto
adaptó su teatro a los gustos del público burgués, protagonista de sus obras, recurriendo a
unos tintes superficialmente satíricos, que no herían la sensibilidad de los espectadores. Su
obra más conocida los intereses creados es una farsa que utiliza personajes propios de la
Comedia dell´arte (Arlequín, Polichinela…) recreando al mismo público burgués con sus
hipocresías y falsedades. Su drama rural, La Malquerida, influye de manera importante en
La casa de Bernarda Alba
1.2. El teatro poético.
- El teatro poético de inspiración neorromántica y lenguaje modernista de Francisco
Villaespesa y Eduardo Marquina, y también de Antonio y Manuel Machado. Se trata de un
teatro neorromántico de exaltación nacionalista que idealiza el pasado, recreando el mundo
medieval y los Siglos de Oro.
1.3.El teatro costumbrista de tono cómico.
- El teatro costumbrista de tono cómico de los hermanos Quintero, Carlos Arniches y Pedro
Muñoz Seca. De ambiente castizo, son pretexto para la diversión y el entretenimiento.
2. La regeneración dramática del 98.
Los escritores de la Generación del 98 rechazan el teatro de Echegaray y el teatro realista de
autores como Galdós. Se decantan, por tanto, por un teatro minoritario en el que priman las
ideas y las experiencias formales y no se hacen concesiones a los gustos del público por lo que
apenas sí se estrenó alguna obra. En este sentido, Unamuno crea un teatro ideológico en el que
1
3. todo está al servicio de las ideas, del cual podemos destacar Fedra. Por otro lado, Azorín ensaya
un teatro experimental con tintes surrealista: Spain, Brandy, mucho Brandy. En este apartado
tenemos también a Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)
Valle-Inclán: el esperpento.
A partir de 1920, Valle-Inclán aborda la etapa más original de su teatro, en consonancia con las
modernas corrientes de la escena europea, abandonando la estética realista para dar una visión
irracional y deshumanizada de la sociedad. Mediante la técnica del esperpento, la realidad se
deforma y se descoyunta, los personajes se deshumanizan y se convierten en simples
caricaturas de sí mismos, los más altos conceptos de la sociedad tradicional –el honor, la
religión, la milicia,la política- se ridiculizan y se pervierten personificados en seres absurdos o
en tipos marginales en los que los gestos trágicos resultan cómicos. En Luces de bohemia los
propios personajes definen la nueva estética del esperpento: Los héroes clásicos reflejados en
los espejos cóncavos dan el esperpento. Y Max Estrella, su protagonista, es un poeta, un héroe
ciego de vida bohemia y mente lúcida, que, acompañado de su alter ego ridículo don Latino de
Hispalis, baja a los infiernos de la noche madrileña. Allí recorre un itinerario de espacios
vulgares y miserables, poblados por seres bufos, payasos vacíos de sentimientos, insolidarios,
incapaces de conmoverse ante la desgracia, el dolor y la muerte, inmersos en una España negra,
que es una deformación grotesco de la civilización europea.
3. El teatro del 27.
El teatro en los años treinta.
En estos años el teatro comercial sigue con las mismas pautas de los años anteriores. La
compañias comerciales estrenan obras que atraen a un público poco exigente: dramas de
Benavente, teatro poético, sainetes, zarzuelas … Mientras, el teatro de Unamuno, Azorín o
Valle-Inclán, de tendencia intelectual es un fracaso de público al no ser del gusto burgués.
El teatro de humor de Jardiel Poncela y Miguel Mihura, así como el teatro poético de Casona
constituyen los intentos de renovación teatral de estos años.
El breve periodo de la República (1931-1936) supuso un intento de popularizar el teatro,
llevándolo a los más apartados rincones de España, por medio de dos empresas iniciadas en
1932: las Misiones pedagógicas, que además de otras actividades culturales, incluían un grupo
de “teatro ambulante” dirigido por Alejandro Casona; y la Barraca, compañía también
itinerante formada por actores universitarios y promovida por García Lorca.
Federico García Lorca.
Su obra dramática recoge la tradición del teatro poético de Marquina o los dramas rurales de
Benavente, pero renovándola sabiamente con las novedades del teatro experimental. Como
rasgos generales presentes en la mayoría de sus obras, podemos señalar:
- Un tratamiento poético de la realidad.
- Una mezcla de lenguaje popular y de imágenes irracionales de inspiración surrealista.
- Los protagonistas, generalmente mujeres, viven dramáticamente el conflicto entre sus
deseos de liberación y una sociedad autoritaria y represiva.
- Los temas giran en torno al amor, el deseo sexual, que desemboca en la frustración o la
muerte.
Su producción teatral comprende tres grupos de obras:
El drama histórico y las farsas.
Su primera obra importante es el drama histórico es Mariana Pineda, cuya protagonista es la
heroína granadina de este nombre, ejecutada en tiempo de Fernando VII por bordar una bandera
liberal.
Las farsas para guiñol son un teatro de marionetas en el que triunfa el amor y la libertad sexual
frente a la codicia, que lleva a don Cristóbal a casarse con la protagonista tras comprársela a su
madre: Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita y Retablillo de don Cristóbal.
Las farsas para personas recrean el tópico literario del matrimonio entre el viejo y la niña: La
4. zapatera prodigiosa.
Las comedias “imposibles”.
Son comedias vanguardistas en las que se reflejan las influencias surrealista: Así que pasen cinco
años, y El público, en el que se mezclan la frustración del amor homosexual y la búsqueda de un
teatro diferente.
Las tragedias.
Son cuatro tragedias, en las que se equilibran el lenguaje poético y la acción dramática, los asuntos
se toman de la realidad y tienen una gran aceptación de público.
Tienen como protagonistas a mujeres que defienden su pasión amorosa o sus deseos sexuales,
frente a los prejuicios sociales y las estructuras de autoridad a los que están sometidas. Finalmente
el amor o la pasión de estas heroínas rebeldes les conduce ala frustración o a la muerte.
Entre las tragedias rurales, Bodas de sangre, se inspira en un suceso real ocurrido en la provincia
de Almería. Se trata de un drama de violentas pasiones en que, tras la ceremonia de la boda, la novia
huye con su antiguo pretendiente, siendo perseguidos por el novio, y en la reyerta consiguiente
mueren a navajazos los dos hombres.
Yerma, también de ambiente rural, es la “tragedia de la mujer estéril”, que no ve satisfecho su deseo
de tener un hijo. Cuando la protagonista, tras más de cinco años de matrimonio, llenos de
inquietudes y de sueños, se entera de que su marido no siente deseo de tener hijos, lo mata,
arrebatada por el odio y la frustración.
Doña Rosita la soltera o le lenguaje de la flores, es la historia de una solterona que espera toda su
vida con la ilusión estéril de alcanzar el amor y la felicidad, mientras el tiempo pasa y su vida se
marchita con la misma fugacidad que las rosas que cultiva su tío.
La casa de Bernarda Alba, es la última obra dramática de Lorca. Con ella, el teatro lorquiano se
depura de efusiones líricas y la acción se desnuda en una tragedia de raíces clásicas: el encierro de
ocho años impuesto por Bernarda Alba como luto por la muerte del marido, siembra el desasosiego
y el deseo de liberación personal de sus hijas frente a su autoridad ciega y férrea. Las pasiones
crecen alimentadas por la reclusión y el silencio, en una casa de paredes blancas, poblada de
mujeres insatisfechas, para desembocar en el suicidio de Adela, la más joven y rebelde, y la
consiguiente vuelta a la reclusión y al silencio. .