2. Cada pueblo se reconoce en un conjunto de creencias, de valores y
de símbolos diversos que constituyen su identidad, “las tradiciones y
formas de expresión de cada pueblo constituyen su manera más
lograda de estar presente en el mundo”. Esta identidad, en constante
evolución, es a un tiempo social y política: social, porque permite
identificarse con quienes comparten la misma cultura; y política,
porque puede ser un factor de liberación. Además de su función
social y política, la identidad cultural es un hecho psicoeducativo cuya
importancia es decisiva ya que determina en gran medida, la
personalidad y las actitudes de los miembros que constituyen un
conjunto social.
3. La iniciación en el patrimonio cultural se efectúa a través de la
enseñanza de la historia , la geografía, la literatura, las lenguas,
las disciplinas artísticas y estéticas y también las asignaturas
científicas y tecnológicas. Por lo que se refiere a la historia, ya se
trate de historia política, cultural o de historia de la ciencia y la
tecnología, es preferible que la enseñanza de esta materia
destaque la evolución del pensamiento y la creatividad del
hombre. Es importante que los cursos de la historia no se limiten
a la exposición exclusiva de las vicisitudes del poder y de los
enfrentamientos incesantes que se han producido en el curso de
los siglos.
Conviene que esta iniciación se complete con la organización de
viajes o visitas a establecimientos, lugares y monumentos
culturales y con la observación y el estudio de fenómenos y
paisajes naturales.
4. Además de la enseñanza teórica, la iniciación en el
patrimonio cultural debe comprender un aspecto práctico
y participativo. Se podría, en particular, alentar a los
estudiantes a que emprendan determinadas actividades,
como la recolección y la conservación de objetos,
imágenes, sonidos, etc., representativos de la cultura del
país, de sus diferentes regiones o localidades. Se podría
alentar su participación en la organización de exposiciones,
en las actividades científicas de etnólogos, antropólogos,
historiadores, pedagogos que trabajen en las localidades
donde residan etc. Con la colaboración de las instituciones
culturales y la población local, la escuela podría contribuir
también a la creación de centros locales dedicados a
diversas actividades culturales ( Museos de Historia de la
Comunidad, Música, Danza, Artesanía, etc.)
5. La finalidad de todas estas
actividades es ante todo de
orden pedagógico. No se trata
de sobrecargar la escuela
confiándole responsabilidades
culturales que otras entidades
podrían asumir con la
competencia necesaria, sino
brindar a los estudiantes la
oportunidad de que perciban y
conozcan mejor su identidad
cultural.