La guerra hispanoamericana de 1898 se originó tras el hundimiento del buque estadounidense Maine en Cuba y la posterior declaración de guerra de España a Estados Unidos. Aunque Estados Unidos estaba perdiendo en la batalla terrestre, su marina destruyó las flotas españolas en Filipinas y Santiago de Cuba, obligando a España a rendirse. Como resultado, España cedió Puerto Rico, Guam y Filipinas a Estados Unidos a través del Tratado de París, mientras que Cuba obtuvo su independencia.