3. PROLOGO
La base de esta Obra consiste en unir las ideas
socialistas ya tan divididas, bajo un solo fundamen-to
:
PROTEGER A LA' HUMANIDAD DETENIENDO
LA BARBARIE
Como todo evoluciona en el Mundo, todo debe
adaptarse en conformidad a las circunstancias pre-sentes,
y en vista de tantos fracasos del Socialismo
de todos los tiempos, desde Jesucristo, Bebel, Marx,
Engels, etc., que han introducido en sus obras mo-dificaciones
fundamentales, y al mismo tiempo tras-cendentales,
que para comprobarlo bastará con-frontar
algunos textos de las a-ntiguas ediciones;
n pesar de todo ésto ha seguido fracasando en Italia-
Francia, Alemania, Espaíía, etc., siguiendo el mis-mo
camino en Chile. Entonces, ;,por qué no funda-mentamos
una ideología sociológica razonable y hu-manitaria
que se encuadre dentro de un Socialismo
Universal ?
Tú, querido lector, que eres conciente ;por quí:
no nos acompañas? Cualquier observación en este
sentido será recibida con aprecio y atendida con
verdadero reconocimiento por cl Autor, por lo tanto
ruego acompañarme hasta el fin.
Dicc Wener Sambart: "El Socialisino no ha veni-do
a este mundo para convertirse en una ortodoxia
o en una secta, sino para fluir como u11 raudal de
vida1'. Entre tanto los socialistas trabajan que tra-bajan
y su esfuerzo no le es fructífero.
EL AUTOR
4. SOCIALISMO - EElTORMPSTA
Empezaremos por proponer a las Hoiiorables
ksüniblcas sean aprubados por. iinanimiclad y respe-tados
bajo jurametito de hoilor estos 8 ljuiltos Iun-damentales,
ellos son :
1.0 -- Reconocer y resl~etar Tia Coiistiti~cií~ii
Política del Estado.
2.0 - Libertad de Credos.
3.0 - Protecc.ión al Hogar Coiistituído y g_z-rantía
a la propiedxcl privada.
4.0 - Combatir las Guerras.
5.0 - Acatar y Respetar los aciierclos dcl
Partido.
6.0 - Acatar y Respetar la Jerarquía.
7.0 - Proteger y Defender al Capital; y
8.0 - Unión del Capital con el T~abajo.
Estos 8 puntos llevan por fin: evitar las luclias
de clases, las guerras futuras y crear al mismo tiem-po
el bienestar de todos, social y económicamente,
bajo una forma mejor de vida.
Analicemos estos ocho puntos, uno por uno,
para darnos cuenta cab,al de su func7ament.o.
5. El articulo 1.0 reconoce La Constitución Poli-tica
del Estado, porque sin ella, es lógico, no se po-dría
gobernar.
El artículo 2.0 faculta La Libertad de Credos;.
Es muy natural si nosotros mismos predicamos la li-bertad
de pensamiento bajo un Gobierno Democrá-tico
legalmente constituído, que nos garantice ah-soluta
.libertad, ridículo sería y un contra sentido
pretender quitar al hombre el ineludible derecho de
pensar libremente, cuyo derecho propio nos dió la
madre natura en forma netamente inviolable.
Bien sabido es que en este campo, el que más
sabe, no sabe nada. Todavía no ha nacido el funda-mentalista
que nos haga conocer en forma inque-brantable
cuál de las Religiones debiéramos acatar.
Veámos lo que dice el Gran Filósofo y Materia-lista
Augusto Bebel: "No hay espíritu alguno, ni hu-mano
ni sobrenatural; no existe más que materia y
todo lo demés es fantástico. El hombre como todo
el sistema del Universo, es producto de la evolución
de la materia. La existencia personal termina con la
muerte, en consecuencia el desfino del hombre es
puramente terrenal: desenvolver sus energías y vi-vir
su corta existencia lo más bella y agradable posi-ble.
La creencia en Dios y la esperanza en la otra
vida son a juicio de los conscientes no sueños ino-centes,
sino altamente perjudiciales.
El Materialismo moderno desciende directa-inente
del pauteismcj hegeliano. Hegel, consideraba
el mundo, no como una creacióii de un Dios perso-nal,
sino como la evolución eterna y necesaria de
una idea eterna imaginada por él.
Beurbach, entendió con razón que era supérflua
la idea fantástica de Hegel y se quedó unicamente
con la evolución eterna de la materia. De esta ma-
6. iiera, natural y sencillísima, nació del idealismo He-gdiano
el materialismo.
Engelgert Icaser, agrega : Supuesta la exactitud
del materialismo, el principio Marxista es tina con-secuencia
necesaria. Es natural que si solo existe la
materia y no liay espíritu alguho, mal ha podido
ésle desarrollar su influencia en la historia de la
Iiunianidad. Todo es necesariamente evolución de la
materia. Marx es un excelente lógico. ¿pero, cómo
se ha formado el Mundo? Se ha f~rmadop or evolu-ción
y continuará evolucionando eternamente.
Algunos nos dirán: pero el mundo no ha podido
foriilurse así mismp. ,Ipego es necesaria la existen-cia
de un Ser que lo haya sacado de la liada. "El
Mundo no ha sido hecho ni creado, se formó por
evolución, volvemos a repetir;' la creación ó forma-ción
son conceptos que-solo existen en el entendi-miento
del hombre: pero a los cuales no correspon-de
conteiiido alguno en la naturaleza. Todo en ella
se forma en virtud de -causas sometidas a leyes que
todo lo domina y en todo impera la transformación
constante de la materia y de la fuerza. Jamás en la
naturaleza observaremos una acción con las que el
hombre realiza, ni creación alguna de la nada, sino
la transformación eterna, la evolución de lo preexis-tente.
Desde el. momento que se piensa en un crea-dor
del mundo, se plantea por sí misma esta otra
pregunta: ¿y quien es el creador de este creador?
Dietzgen agrega: La humanidad es la única co-sa
Santa que queda. Las cosas santas y profanas
deben desaparecer, para que subsista la única cosa
santa eterna y verdadera que es la humanidad.
Hasta el presente.no se ha podido conseguir
inás que ideas fantásticas, fomentando la creencia
de un Dios invisible y-un reino habilitado por noso-tros
exclusivamente. El eva-ngelio del presente pro-
7. mete redimir defiriitivamente nuestro valle de lágri-mas
de un modo real, positivo y tangible. Dios esto
es, el bien, la belleza, la santidad, debe hacerse hon~..
bre, y descender desde el Cielo a !a tierra, pero no
de un modo maravilloso y religioso como en otro
tiempo, pues ya estamos en el Siglo XX, sino por
vías naturales y terrenales. Nosotros pedimos un
redentor; reclámámos que nuestro evangelio, la pa-labra
de Dios se haga carne; pero no debe tomar
cuerpo en un e010 individuc, ni en una persona de-terminada,
porque nosotros todos queremos, el
pueblo en masa quiere ser hijo de Dios, de lo con-trario
no es Dios el que ha hecho al hombre, sino
que son los hombres que se hacen Dioses.
A todo ésto, el gran filósofo Dr. Engelbert
Kaser, contesta: ;Puede imaginarse lenguaje más
disparatado y blasfemo! Como estas cuatro i~ala-bras
del gran filósofo no vienen acompañadas de un
fundamento contundente y preciso ni de una teoria
absoluta y concluyente, solo por el hecho de haber-las
lanzado él, debemos coi~siderarlasn, i más ni me-nos,
como una blasfemia al materialismo.
El folleto de Stampfer demuestra hasta la evi-ciencia
con ciianta ignorancia escriben estos repre-sentantes
de la Ciencia sobre los problemas funda-mentales
de la humanidad. Es falso de todo punto,
que toda la ciencia sea irreligiosa. Ni una sola de las
conclusiones comprobadas por la ciencia está en
oposición con las creencias positivas. Es igualmen-te
inexacto que todos los representantes de la cien-cia
sean irreligiosos o enemigos de la religión. Sin
embargo y sin esfuerzo alguno podría citarse una.
lista interminable de hombres ilustres que fueron
fervientes católicos o por lo menos creyentes cris-tiniios
desde Reple y Newtoi1,hasta Laplace, Volta,
Gauss, Pasteur, etc., eto.
8. I-Iallc, agrega; cs pucs poco práctico el co~iibstii-tlircct~
meiitc a la Tglc~ia, los qiie se empellaii eii
roi~ihstirln sañudameiite, cii lugar cle combatir la
ni"~aiii7acióiid e las clases sociales mal constituiclas,
-..slstnil iiiiitilmeiitc siis eiiergías, clirigiéiidose con-
Ir? itli eririliiyo fa~ltA?tico.
Intrariablemente se produce el mismo pensa-miento
que debe dejarse a los obreros católicos que
~~ractiqiiesnu religión.
Las religiones se consideran de carácter esclii-sivamente
económico, y por lo tanto el SOCIALIS-MO
REFORMJS-TA no tiene absolutamente ningún
interés en que los compañeros adopten la religión
que deseen, y sería una de nuestras más grandes
torpezas si obligáramos a nuestros queridos coni-pañeros
a adopjr una determinada secta. Seamos
razonables y dejemos libertad franca y absoluta dc
credos. Dejemos que los centenares de miles de ca-tólicos
que hoy siguen todavía las banderas del cen-tro
conserven su fé y sus creencias en Dios. Taii
pronto como hayamos logrado convencerles de qiie
sus intereses son coinunes con los nuestros, de qur3
su causa es la causa de todos los católicos, protes-tantes
o judíos, etc., cambiará radicalmente la si-tuación
y nos amaremos realmente como biienos
hermanos.
El coiiteiiido y fundamento del Art. 3, cstiinci
C(UC 110 tiene discusión, y creo con razón que nadic
cn el mundo lo rechazará, por cuanto todo ser. a,uii
irracional, quiere a sus hijos, los ama, los defiende
y muere por ellos; con mayor razón nosotros que
somos seres racionales. Necesitamos un hogar don-de
poderlos cobijar, y que éste sea respetado y ve-
9. iierado por todos. Es lógico yuc debeiraos exigir
que se nos respete la propiedad donde nos cobija-mos,
pues, si no estamos tranquilos en nuestro:;
propios hogares en donde únicamente podemos re-cibir
con amor una pequeña caricia de los í~uestroa,
eii donde el calor de nuestros corazones nos hace:
aliviar en algo las duras tareas cotidianas de t r a -
bajo, mejor sería, en caso coiltrarh, que i-eiluilrif~.
ramos a la vida.
Al respecto, dice Marx: "Se r~hsa r eprocliado
a los comunistas el querer abolir la ~ropiedad per-soilalmeilte
adquirida por el trabajo, propiedad que
se considera como la base de toda libertad, de toda
actividad, de toda independencia individual. La pro-piedad
personal, fruto del trabajo y del r:iérito, 110
tenemos que abolirla; el progreso de la ;iiclustria,
de los Bancos y de las Cajas de Crédito, son las
que se encargarán cle hacer!oU.
Cuandi! Marx las rer.oiloce, i~nsotrosc iue soinoa
Sc;cialistas Refo~mistas,c on mayor razón.
Pasando al Art. 4.0: "Coinbatir a las Guerrasu.
Es natural que debemos admitir el j2rincipio Cris-tiano:
"Amaos los unos a los otros", y liar esto,
GUERRA A LA GUERRA.
Ya se vislumbra la lucha a muerte entre la so-ciedad
moderna y la antigua. Son tan poderos3s los
medios con que se cuenta, que el mundo no iia pre-senciado
ni verá jamás una destrucción semeja 11 te.
Nosotros no somos partidarios de las revoluciones,
puesto que combatimos las guerras; pero sostene-inos
cjue las reoolucioiies proceden cle arriba, de las
clases poderosas, que 110 se allanan a satisfacer !os
justos deseos del pueblo; esto no excluye natural-mente
la posibilidad de llegar a una explosión san.-
10. grienta de una magnitud nunca vista, cuando el
descontento popular haya llegado a su más alto
grado de exasperación.
Nadie en la humanidad puede considerarse co-mo
representante de un iiuevo principio histórico
del mundo, sino el proletariado de todos los pite-
Elos civilizados, siendo los más altos representan-tes
de la evoluciói? y frente al derecho de la evolu-ción
y clel progreso, todos los adversarios carecen
de absoluta razón, en consecuencia pueden ser ani-quilados
sin escrúpulos.
Ello explica, que si obstáramos por la teoría qiic
a la violencia debe responderse con la violencia,
nuestra ruina no se haría esperar, por cuanto está
en nuestra contra el 80 oto de la población, dispo-niendo
ellos del ejército, de la policía y de todo ele-inento
bélico, haciéndonos acreedores de un ho-menda
crimen e insensato proceder.
Las revoluciones no se hacen, germinan, se
forman y crecen orgánicamente; son el producto
de las circui~stancias en que se desar.rolla el pro-greso
histórico. (Bebe1 156).
La sociedad podr5 transformarse sin derramar
ni una gota de sangre, si no pone resistencia algu-na.
El Socialismo Reformista no considera la re-volución
como un alzamiento del pueblo contra el
Gobierno, sino como una transformación del eslri-do
sociaI. La esencia de la revolución consiste en el
fin, no en los medios que las circunstancias de la
lucha impongan.
Bernstein opina que, dando de mano a las aspi-raciones
.supremas, debíaii dedicarse con más ardor
a trabajar por conseguir reformas y mejoras pr&c-ticas
y l~ositivas. Heine entendía que la demooracii~
11. socialista podía llegar a conquistar el poder por me-dio
de la evolución tranquila y sin espasmos ni sa-cudidas
violentas. A pesar que esta idea no fué
r~ceptada ni aprobada en ninguna de las Asambleas
Inlernacioilales, yo sostengo la misma teoría y me
he propuesto proponer la evolución contemplada en
el Art. 8.0. (Ruego estudiarla concienzudamente a
fondo). "Abolid la exl)lotmióii del hombre por el
Iiornlrrc y Iiabráis aholiclo la explotaal611 [le mr~? 113-
eiibii por otra". (Marx).
El Art. 5.0 reza textualmente. "Acatar y rcs-petar
los acuerdos del Partido". Naturalmente .que
debe ser así, porque de lo contrario nos convertiría-mos
en totalitarios, cosa que debemos impedir y
combatir. Salvo que llegara un duro momento en
que las leyes sociales se degeneren y que la Consti-tución
Política del Estado se derrumbare.
El Art. 6.0 ordena respetar la Jerarquía. Con-sidero
que es indispensable guardar respeto y obe-diencia
a sus superiores; donde no hay orden no
hay nada. Para que toda industria, sociedad, fabri-ca
o gobierno de cualquiera ideología o color politi-co
pueda triunfar y prospkrar, es de imprescindible
necesidad obedecer y respetar.
El Art. 7.0. "Proteger y defender al Capital".
¿Por qué? Porque es el brazo derecho del proleta-
I iado. Porque no debemos pepitir que se desarro-lle
un conflicto entre éste y aquél; ni debemos acep-tar
que el Supremo Gobierno tenga la obligación de
12. darnos trabajo y capitales o mantenernos gratuita-meiite.
Lo contrario sor, principios que cstán bajo
1% acción rle los charlataiies y demagogos que arras-tran
iii1 grave peligro de fomentar las revolucione;
sociales y gubernativas. Porque el CAPITAL ES
LA BASE BIJNDAMENTAL DEL PROGRESO.
DENTRO DE LA MAQUIIVA DEL DESARROLLCj
DE LA PRODUCCION.
Enrique C. Carey, expresa: "Capital es el iiis-triimento
por e1 cual el liombre consigue el cloiilinio
de la i1aturale7a y e1 de iiuestras propias energía :
físicas y mentales".
Debemos irrevocablelliente convencernos cpc
si11 capital, nada, pero nada, podemos hacer.
Adanl Smith establece en su libro 2 o Cap 1 .o'
que "aquella parte cleI ca~iclal del hombre yiie clebc
proporcionarle un réclito, se denomina Capital".
Ricarclo, clefine: "Capital es aquella parte de 1,)
riqueza de un país coasaqrada a la piocluceióil clc
alimentos, trajes, herramientas, materias primas y
maquinarias ilecesaí.ias para el trabaio".
En resumen, los factores de la producción
son: TIERRA, TRABAJO Y CAPITAL.
Téngase presente que salario es solo aq~iella
parte del producto que se destina a la remuneracióil
del trabajo, teniénd-ose po+ entendido que el salülaio
clel pescador es la pesca* el del cazado-, es la cam.
Adam Smith establece que las pingííes gailaii-cias
del conlercio minorista suelen consideia~sec o-mo
salarios, porque coilstituyeii la recoinpeiisn clt.
su trabajo y no de su capital.
Siempre he sostenido y sostengo, que para uii
mejor vivir se necesitan solo tres cosas a saber
UNION, TRABAJO y ECONOMIA; pero 11:~c~lu iei~
sostiene que para un mejor vivir, se necesita clue
haya demanda de brazos, que coi1 esto veiiclrá forio-
13. samente el aumento de salarios; claro está, no lo
discuto, vendrá el aumento de sueldo y salarios;
pero no el mejor vivir, por cuanto si viene el aumen-to
de salarios, detrás viene sin duda alguna, cl alza
de los artículos de primera necesidad, y con éstoj
mayor carestía de la vida, cayendo indiscutiblemeii-te
en el mismo CIRCULO VICIOSO.
Fray Luis de Granada, decía: "Préciate de ilo
deber nada a nadie y así tendrás el sueíío quieto, la
conciencia reposada, la vida pacífica y mente des-cansada".
Para que puedas salir con ésto, el medio
es que pongas freno a tus apetitos y deseos, y no
hagas todo lo que desees, ni gastes más de lo que
tienes, y de esta manera, midiendo el gasto, i~oco n
la voluntad, sino con la posibilidad, nunca tendrás
por qué deber. Todas nuestras deudas nacen de
nuestros apetitos y la moderacióil de éstos, valen
más que muchas rentas.
Se ha demostrado principalmente que no basta
con que la clase obrera se apodere de la máquina
del Estado o de las fábricas particulares para hacer-las
servir a sus propios fines, como pasó en Italia
el año 20, en la guerra civil en Francia, en Espa-ña,
etc.
Además. la situación política ha cambiado com-pletamente
én su base, y la evolución histórica ha
hecho desaparecer a la mayoría de nuestros ideales.
Marx y Engels, se explican en esta forma:
"La Burguesía ha sometido el campo a la ciu-dad.
Ha creado urbes inmensas, ha aumentado pro-digiosamente
la población de las ciudades a expen-sas
de las de los campos, y así ha substraído un?
gran parte de la población rural al centralismo. Del
mismo modo que ha subordjnado el campo a la ciil-dad,
las naciones bárbaras o semibárbaras a las na-ciones
civilizadas, ba subordinado los países agrico-
14. las a los países iiidustriaies, el Oriente al Occidente.
La burguesía suprime cada vez más el fraccionad
miento de los medios de groducción de la propiedad
y de la población. Ha aglomerado la población, cen-tralizando
los medios de producción y concentrando
la propiedad en uii pequeño número de manos. La
consecuencia fatal de estos cambios ha sido la cen-tralización
política. Las provineias independientes o
ligadas entre sí por lazos federales, pero teniendo
intereses, leyes, gobiernos y tarifas aduaneras dife-rentes,
han sido reunirlas en iina sola nación bajo
uii solo gobieriio, una sola ley, un solo interés na-cional
de clases, una sola tarifa aduanera.
La Burgixcsía, después de su advenimiento,
apeiias hace iin siglo, ha creado fuerzas productivas
inAs variaclas y rnás colosales que todas las gencra-ciones
pasadas tomadas en conjunto.
1,a subyunación de las fuerzas iiaturales, las
máquinas, la aplicación de la química a la industria
y a la agricultura, la navegarió11 a vai,oi, los ferro-carrile~,
los telé~rafos, la roturación de continentes
enteros. la, caiia,lización de los ríos, las poblaciones
surgiendo de la tierra como por encanto, la electri-ciclacl
jndustrial, la aviación, los submarinos, etc.,
etc. ¿,Qu6 siglo anterior había sospechado que se-meiai~
tes fuerzas productivas durmieran cii el seno
del trabajo social? He aquí pues lo que nosoti-os he-mos
visto y vemos: los medios de producción y de
cambio, sobre cuya, base se ha formado la biírgue-sia,
y aue fu-eron ercados en las entrañas de la so-ci'edad
feudal.
TJas armas dc que se sirvió la burguesía para,
derribar al feudalismo se puede volver ahora coii-tra
ella y en forma dest~nuctiva. La burguesía no ha
forjado solamente las armas que deben darle muer-te;
ha producido también los hombres que maneja-
15. vAii esas armas, lo:; obreros inoderilos, los F'KOIdli:-
TARIADOS.
Eii la ])i~por~ibeinl que se desenvuelve la biir-giiesía,
es decir el capital, se desarrolla el proletd-riado.
la clase de los obreros modernos que no vi-ven
sino a condición cle encontrar trabajo y que iici
ciicueiltr.ail si su trabajo iio acrecienta el Cal~ital
Estos obreros, dice Eilgels, obligados a vencleu;;~:
tliñi.iarncilte, so11 coino una inerca~le~íac,o mo cual-qiiier
otro artículo clc coiliercio, siifreil por coilsc-cucilria
todas las viscisitucles de la ;oinpetciicia,, to-da
s las f luctuacioces clel comercio.
La iiltrocliicción de la máquina y la división del
trabajo, des1)ojaacio a la labor del obrero de todo
carácter iiidividual, le ha hecho peicler todo atrac-livo.
El producto resulta un simple apéndice de la
~iiáquina: no se exige, cle éll sino la operación mBs
sirnl~le, más monótona. inás rápida. Por consecueii-cia,
lo que cuesta hoy día el obrero se deduce yoco
inás o inenos a los medios de sosteilimiento de quc
tiene necesidad para vivir para perpetuarse.
Según eso, el precio del trabajo, como el de to
cla mercancía, es igual a su costo de producción.
Por consiguiente, cuanto más seilcillo resulta el
trabajo, más bajan los salarios. Además, la celeri-dad
de trabajo se acrecienta con el desenvolvimien-to
del maquiiiismo y de la djvisión del trabaio, sea
por la prolongación de la jornada, sea nor la ace-ler-
ñcióii del movimieilto de las máaiiinas, v ijar
tanto, del reiidimieilto exigido eil un tiempo dado
La jiidustr.ia mt)dmiia ha transformado el pr-queño
taller del maestro a,rtesailo en la gran fáhri-ca
del hurgues capitalista. Masas de obreros smoii-t,
oiiados en las fábricas están orgailizados militar-ineiite;
so11 como simp!es soldados de la industria
colocaclos bajo la vigilancia cle uiia jerarqi1í:t oc ofi-
16. ciales y suboficiales. No son solameiite ~.vcla~odsc
la clase burgaesa, del Estado bwgués, si nó diaria-i~
iente :i todas horas, esdavos de la máquina, del
cantramaestre y, sobre lodo, del mismo dueño de
la fábrica,
La lucha del proletariado contra 12 burguesía
rica, debe lletar en forma aplastante, si no se toman
medidas concretas; el proletariado de cada país
liuede acabar, de un momento a otro, con su propia
burguesía.
Hay que tener presente que el Capital iio es*
obligado a proporcionar ni adelantar salarios. El
salario es aquella parte del producto del trabnjc
obtenido por el operario, como lo establece coi1
mucho acierto Henry Gerge, como sostiene tqnbién,
que en un Estado cualquiera de civilización, cuan-tas
más personas existan pueden estar mejor suiW-.
tidas que cuando eran menos; no es la mezquindad
de la naturaleza, sino la injusticia social la que
produce la miseria y la escasez, que en igualdad de
circunstancias; cuanto mayor sea la población, au-mentará
más las comodidades que una equitativa
repartición de riquezas puede proporcionar a cada
individuo, que en un estado de igualdad perfecta, el
natural aumento de población en vez de hacer más
pobre cada uno, lo hará más rico. Por lo tanto, hay
que exigir a los grandes magnates del Capital inac-tivos,
que hagan trabajar sus capitales, ya sea en
la tierra, en la industria, o en la minería, basado
naturalmente en las condiciones que señala más
adelante este texto, si se quieren tildar o llamar
señores democráticos, porque no puede darse este
título a aquellos que acaparan para sí: TODOS PA-RA
UNO y tendríamos, de seguro, UN MEJOR
VIVIR.
17. Estudiando el origen de la crisis del trabajo, y
del mm&esfa'rs. ocial, se Hega a la conclusión de que
1a4L'ragedia humana tiene origen en la propiedad de
la'tierra,: en cuanto se refiere al problema econó-riiico;
porque teniendo unos hombres que pagar ren-ta
a otros gor el permiso de laborar la tierra, que
debiera ser de todos, se vulnera la ley natural y se
hace posible que los que no producen cobren y los
que producen' paguen. Para , solucionar este pro-blema
se propone un remedio de lógica: consistente
en que la Administración Pública se apodere de la
renta del suelo que por ser de origen social corres-ponde
a la colectividad y no a los individuos. ¡Muy
bien! .Pero, y jnuestra sagrada libertad, dóndc
yueda9'%s también lógico que con este sistema Ile.
gatiirn~sa l Comunismo, y nosotros debemos abo'
gaeljor la libertad social y nó.por la esclavitiid.
Recuerdo: Que el Apóstol Américo Enrique C.
G&my, dice : "Capitál es el instrumento por el cua,l
el' hombre consigue el dominio de la naturaleza y e!
de' nueStras propias energías físicas y mentales".
Más o menos lo que yo he sostenido siempre:
Capital es todo aqiiello que se emplea para el dei-arrollo
de la producción.
Pasaremos a tratar el Art. 8.0 (base fundame~i-
Csta obra)', en la que se establece la UNION
DEL TRABAJO CON EL CAPITAL, acontecimien-to,
prol9ablkmente r,unca visto, pero que. como esta-tnos
observando diariamente, tanto en la química co-mo
~1l1o ~oeial*,u niendo la grasa con el agua, In-g1ttkrraLy
Estados Unidos con Rusia, ;por qué nos-otros
no podemos unir el Trabajo Con el Capital?.
jAd$lante!, que con un poco de sacrificio y buena
volunta(l, todo S: puede hacer en este mundo.
' ' Como'ya se fia dicho, una y mil veces, que el
Capital es la base fundamental del progreso, y co-
18. mo éste sin el brazo del obrero nada adelantaría,
ni éste sin aquél; y si entre ellos se relacionan, S!:
ayudan y por lo tanto, no son antagónicos ;qué es-peramos
para iinirlos, hacer aumentar la produc-ción,
el progreso, acelerando así el mejor vivir tan
deseado? No veo ni diviso el escollo que nos se-para,
ni la inm'ensa valla que parece que hubiere.
Lo que sólo veo es una mala comprension por am-bas
partes, cosa que se puede subsanar en un'mo-mento
de buena voluntad.
A pesar de las grandes obras sociológicas, idea-listas
y teológicas de nuestros antepasados, - conio
ser: Angels, Bebel, Marx, etc., que jamás traza-ron
un programa definitivo, para un mejor porvs-ilir
para el proletariado y la tranquilidad de ln
burguesía, sin venirles a la memoria la espantbsa
lucha de clases que indiscutiblemente vendrá, to-do
es un conglomerado de teorías vanas que com-prendiéndolas
son evidentemente y materialmente
impracticables.
;Socia.lishs Atiténticos y Proletariados de to-do
el Mundo: untos con la burguesía capitalista,
que esta unión esrá In salvación de la hiunaniilii(l1
Empezaré por proponer un sistema bastante
lógico que, llevándolo a la práctica, estoy Seguro
os dará espléndido resultado. Helo aquí:
Es indispenasble que todos los gremio&' que'
trabajan en tal o cual industria o empresa, desd'e
el gerente, administrador hasta el Último gañán"
deben estar interesados en una forma equitativa y
justa. Basándonos en este principio, trasladémosno!;
n la Industria "X":
Esta industria tiene un capital de un millón
de pesos ($ 1.d00.000). Al terminar un año de tra-bajo,
sus libros o su balance arrojó una utilidad 1í-
19. quida de doscieiitos mil pesos ($ 200.000.-) esta
utilidad debe ser repartida en esta forma:
Intereses del capital al 3 por ciento, $ 30.000.
Amortizacióii a1 2 por cleiito, ...... $ 20.000.
Fondo de Reserva al 2 por ciento, . $ 20.000.
Para estas dos partidas últimas se abrirán
dos cuentas en el Libro Mayor.
Nos quedarían para repartir $ 130.000, que
haríamos en esta forma:
Para los capitalistas o dueños, 45 o10 ...,... $ 58.500
A los empleados y trabajadores, 45 ojo $ 58.500
Al Partido Socialista, 10 ojo .................... $ 13.0-00
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $ 200.000
Se comprende que tanto el 45 OJO de las utili-dades,
como el 3 o!o del interés de! capital, debe ser
repartido a prorrata entre éstos, o sea, entre los
accionistas o capitalistas.
Nos quedaría por establecer la fórmula del
reparto entre los empleados y trabajadores, de los
$ 58.500, que les pertenece como utilidad. Mi con-ciencia
me dicta y considero a la vez, que debe ha-cerse
por partesl en conformidad a las horas tra-bajadas
y en relación a su sueldo. Es lógico que el
que lia trabajado más horas, más utilidades le ha
dado a la Empresa, y 11or lo tanto debe tocar más.
Con este principio,. todos darian el máximo de uti-lidad,
y sobre todo, si el trabajo intelectual tuviera
los mismos beneficios que el físico. Basado en esta
ideología enteramente convincente, vamos a repar-tirlo
:
20. Supoijieildo que la Industria ya iiombrada, se
compone entre empleados, trabajadores, mozos, etc.,
de 16; y han trabajado en conjunto durante el año
20.000 horas efectivas, que habiéndoles tocado dc
utilidad $ 58.500, de reparto les pertenecería- a ra
zÓn de $ 2.92,5 por hora trabajada, o sea:
Al señor gerente o administrador ha trabajado
1.000 Iioras: $ 2.925.
Al señor subgereiite o subadministi-ador, 1.000
horas, $ 2.925.
Al Sr. 1 cr. técnico, 1.500 horas, $ 4.377.50.
Al Sr. 2.0 tecnico, 2.000 lioras, $ 5.850.
Al Sr. mecánico, 1.300 horas, $ 3.802.50.
Al señor empleaclo A. 1.300 lioras, $ 3.802.50.
Al señor empleado B. 1.000 horas, $ 2.925.
Al señor empleaclo C. 1.000 horas, $ 2.025.
A1 seííor empleado D. 1.000 horas, $ 2.925.
Al señor empleado E. 1.400 horas. $ 4.095.
Al sefior empleado F. 1.400 horas, $ 4.095.
Al carpitero, einpleado G. 1.400 horas, $ 4.095.
Albañil H. 1.200 lioras, $ 3.510.
Peón 1. 1.000 horas, $ 2.925.
Carretero, J. 1.500 horas, P: 4.337.50.
Contador, Q. 1.000 horas, $ 2.9'15.
TOTAL REPARTIDO : $ 58.500.-
Bajo este mismo principio y sistema. sc podi'A
trabajar la tierra y la minería. Bastará repaitir n
los acionistas o dueños el 3 por ciento de su capi-tal,
según el avalúo municipal o gobernativo de la
la tierra que se trabaja, como así de ia mina que se
explota, siguiendo el mismo ritmo, condiciones y
cláusulas en la industria.
21. Es notoilio que e11 estas condicioiles de traba,jo,
los capitales extrai~jeros e11 el país, no emigra-rían,
al coiltrario, aumentaría más el iliimero de
capitales que verían con agrado invertir sus ecoiiG-mías
en riuestra casa, para bien de ilosotros mismo2
y prosperidad cle la nación.
, Además, vendría indiscutiblemente la sociali-zación
de la máquina de la producción sobre iina
base justa, coriduciendo ésta a la ernancipacián pro-letaria,
tanto ideológica como material, trayéildo-
110s indudableinente un MUNDO MEJOR. Por esta
razón, y para bien de la humanidad, debemos acep-tar,
defender y nó combatir bajo ningún coacepto,
cl sistema ECONOMICO CAPITALISTA.
22. i Estimados SOCIALISTAS REFORMISTAX !
No echéis en saco roto este principio que, laiizaclo
a la práctica os -dará un resultado espléndido, si se
quiere, grandioso ; vendrá una unión tan formida -
ble en todo el mundo, que hará suprimir la explota-ción,
las reiicillas, la envidia y con ésto se suprimi-rán
los límites entre paises y naciones; y suprimi-dos
&tos, se eliminarán las banderas, y suprimidas
Cstas, indiscutiblemente, se eliminará también nues-tra
eterna y fatídica GUERRA.
Tened presente, que las guerras no se termina-rán
ni se silprimirán con firmas estampadas en per-gaminos
con letras de oro, pues estos tratados in-ternacionales
sólo son válidos cuando discute e1
fiierte con el débil, siendo siempre el primero el
ganador; pero, cuando los litigantes son dos fuer-tes,
la cosa cambia por completo, y los famosos per-gaminos
escritos y firmados con letra de oro, to-man
simplemente el caracter de PAPELES. Tene-mos
ya como ejemplo, VERSALLES, GINEBRA,
LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES, etc., etc.
"Abolid la explotación del hombre por el honi-bre,
y habréis abolido la explotación de.una, nacióri
por otra", dice Marx.
La vida así dejará de ser un sacrificio humano,
y no será la muerte lo más dulce, como se han ex-presados
Fournier, Bacliunin, Jáurez, Bebe1 y otros;
al contrario, habremos llegado al punto máximo clel
pensamiento humano, dejando la verdadera Ley de
Cristo: "AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS".