Los elefantes negros y blancos se odiaban y decidieron matarse entre sí, lo que llevó a una larga batalla que acabó con todos los elefantes. Los nietos de los pocos elefantes pacíficos que se escondieron emergieron después como elefantes grises, restaurando la paz, aunque ahora los elefantes con orejas pequeñas y grandes se miran de forma sospechosa.