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Diccionario tesauronumism
Diccionario tesauronumism
Diccionario
de Numismática
Diccionario tesauronumism
Diccionario
de Numismática

Carmen Alfaro Asins
Carmen Marcos Alonso
Paloma Otero Morán
Paula Grañeda Miñón
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Índice




                                                                                                                             Pg.

Prólogo ................................................................................................................. 13
Introducción ........................................................................................................ 17

Diccionario .......................................................................................................... 25

Tesauro ................................................................................................................. 187
Estructura general
         Esquema .................................................................................................. 189
         Desarrollo ................................................................................................ 191
Cuerpo del tesauro ................................................................................................ 219

Catalogación de materiales numismáticos .................................................... 281
Normas generales de catalogación ....................................................................... 283
Modelos de catalogación ...................................................................................... 293

Figuras ................................................................................................................ 323
Índice de figuras .................................................................................................. 325
Figuras .................................................................................................................. 333

Bibliografía básica ...........................................................................................              405
Índice ...................................................................................................................   407
Bibliografía citada en el Diccionario ..................................................................                     409
Bibliografía general temática ...............................................................................                416
Prólogo
Diccionario tesauronumism
Prólogo




   Este libro que hoy ve por fin la luz tiene una larga historia. Fue de los primeros
en iniciarse cuando en 1993 se emprendió la Normalización Documental de Museos
y, con ella, la realización de un conjunto de vocabularios técnicos que sirvieran de    15
pauta para adaptar los sistemas de documentación y registro de los museos a las
nuevas tecnologías y a las posibilidades que ofrecían los sistemas informáticos. El
proyecto fue encargado al Departamento de Numismática y Medallística del Museo
Arqueológico Nacional y acogido con entusiasmo por Carmen Alfaro y Mercedes
Rueda, Jefe y Conservadora del Departamento, conscientes de la oportunidad que
suponía para elaborar un vocabulario terminológico en castellano en el campo de
la Numismática.

  Desde aquellas fechas el proyecto ha recorrido un arduo camino, siempre con
el objetivo de ofrecer al futuro usuario, no necesariamente habituado al manejo de
objetos y documentación numismáticos, una obra precisa, pero ante todo prácti-
ca y útil. Y en el camino hemos perdido, por desgracia, a Mercedes, en 1995, y a
Carmen, en 2005. Desde 1994 han trabajado en el libro Carmen Marcos y Paloma
Otero y, a partir de su incorporación al Departamento en 2006, Paula Grañeda. En la
última fase hemos contado, además, con la ayuda técnica de Rosa Mª Blanco García,
que ha introducido los términos en el programa informático Jerartés, y de Gemma
Obón Tolosa, que ha realizado la mayoría de las fotografías; a ambas queremos
mostrar nuestro más cordial agradecimiento por su amable participación.

                                                                     Carmen Marcos
                                                                       Paloma Otero
                                                                      Paula Grañeda
Diccionario tesauronumism
Introducción
Diccionario tesauronumism
Introducción




   Esta obra pertenece a la serie de Diccionarios Domus, programa de publicaciones
del Ministerio de Cultura sobre terminología propia del Patrimonio Cultural. Esto im-
pone al libro unas características muy concretas en su organización de términos y es-      19
tructura, pues no está planteado como un diccionario de tipo histórico, sino como una
herramienta técnica de trabajo dirigida a la normalización documental en el ámbito de
los museos, punto este que es esencial señalar, pues en él residen sus características y
también algunas de sus limitaciones. El fin principal de este diccionario es ofrecer un
vocabulario básico y suficiente de términos específicos para su uso en la descripción
de objetos numismáticos y facilitar la catalogación homogénea de este tipo de bienes
culturales. En este contexto, una de las operaciones fundamentales es la selección del
término más adecuado para designar cada objeto, algo tanto más difícil en cuanto que,
en el ámbito de la Numismática, nos enfrentamos a una cantidad enorme de denomi-
naciones de valor a lo largo y ancho del mundo y del tiempo, que además pueden
haber recibido diferentes nombres, todos ellos igualmente válidos.

  La amplitud cronológica y cultural que abarca la Numismática, en efecto, nos sitúa
ante un fenómeno ingente: sin entrar en el concepto genérico del uso del dinero, nos
enfrentamos a 2.600 años de producción monetaria, desde el siglo VII a.C. hasta la
actualidad, además de a unos 700 de creación medallística. Es obvio señalar que es im-
posible abarcar todo y que por fuerza ha habido que realizar un proceso de selección;
más aún tratándose de un diccionario técnico, en el que la aparición de términos, su
disposición y su jerarquización siguen reglas muy estrictas. Para ello hemos tomado
como base la colección conservada en el Museo Arqueológico Nacional, que por su
volumen, variedad y calidad proporciona un panorama sumamente representativo de
los objetos que suelen formar parte de las colecciones numismáticas.
El elevado tanto por ciento que las colecciones numismáticas representan en
     la cifra total de los fondos de los museos hace que ocupen un lugar relevante en
     el proceso de normalización documental. Es indudable que entre los bienes que
     conforman el Patrimonio Cultural de cualquier país los objetos numismáticos, y
     especialmente las monedas, representan un papel fundamental tanto por su volu-
     men como por la inmensa información que pueden aportar al conocimiento de su
     Historia. La moneda ha acompañado a la Humanidad a lo largo de veintiséis siglos
     con relativamente pocos cambios formales y manteniendo, siempre, la característica
     que le da un inmenso valor desde el punto de vista de la investigación histórica:
     ser un documento oficial, emitido desde el poder, imagen del Estado, reflejo de la
     cultura que la crea y utiliza, y objeto profundamente imbricado en la vida cotidiana
     de los seres humanos. Esta larga historia y la enorme difusión de su uso hacen que
     constituya uno de los objetos arqueológicos más abundantes en los museos y, tam-
     bién, uno de los recursos más demandados para la investigación y para la difusión
     del Patrimonio.

       Dado que el propósito fundamental del Diccionario es servir al catalogador, la
     selección de términos ha procurado incluir los objetos y denominaciones de va-
     lor más habituales en las colecciones de museos e instituciones españolas, dando
     un mayor peso, por razones obvias, a la producción hispánica en sentido amplio,
     desde la Antigüedad hasta hoy. Sin embargo, se ha pensado siempre en el ámbito
     numismático en un sentido amplio y no estrictamente monetario, razón por la cual
     se han incluido también formas de dinero tradicional, instrumentos de fabricación,
     pesas, etc. No se han recogido, por el contrario, términos relacionados con la his-
     toria económica, excepto en contados casos en los que hay una vinculación directa
20   con la moneda.

        La definición global de Numismática, tal y como aparece en manuales y dicciona-
     rios generales y especializados, incluye en esta disciplina no sólo la moneda, sino
     una serie de objetos no monetales aunque relacionados formal o funcionalmente
     con ella: aquellos que por su apariencia exterior se le asemejan, tales como meda-
     llas, fichas, jetones; aquellos que desempeñan una función dineraria en las socie-
     dades antiguas y modernas, como el papel moneda o las diversas formas de dinero
     tradicional; y aquellos que están relacionados con su fabricación, su uso cotidiano
     o su control oficial: herramientas de fabricación, balanzas, pesas dinerales y comer-
     ciales, etc. Es cierto, sin embargo, que en el Diccionario es la moneda la que ocupa
     un espacio más amplio, acorde con su peso en las colecciones de los museos. Otros
     conjuntos habitualmente custodiados en los Gabinetes Numismáticos, como enta-
     lles, matrices sigilares, sellos y condecoraciones, no han sido incluidos por tener
     una entidad bien diferenciada y merecer un tratamiento específico.

        Por otro lado, es muy importante subrayar el carácter múltiple, o seriado, de las
     monedas y también de las medallas: no nos enfrentamos a objetos únicos, sino a
     una producción en serie desde sus mismos comienzos, primero de modo artesanal
     y, a partir del siglo XVI, industrial, lo cual las convierte en un elemento de primer
     orden en el ámbito de la Arqueología Industrial y del estudio de los procesos de
     producción. Además, este carácter de pieza individual integrada en una serie influye
directamente, como veremos después, en la elaboración de la ficha de catalogación.
Incluso cuando estemos ante una pieza considerada “única”, debemos tener en
cuenta que en realidad se trata del único ejemplar superviviente de una emisión
producida en cantidades más o menos amplias.

  La tradición de siglos de la Numismática como disciplina histórica –que se remon-
ta a la obra de Antonio Agustín Diálogos de medallas, inscripciones y otras antigüe-
dades, publicada en 1587– ha creado una terminología bien definida y un método
de descripción y catalogación muy estructurado. Agustín, y después sus sucesores
de los siglos XVII y XVIII, sentaron las bases de una metodología que, en realidad,
se ha mantenido con relativamente pocos cambios hasta hoy. Esta circunstancia ha
conducido a que el método de catalogación numismática sea, de hecho, un sistema
normalizado de carácter internacional, aplicado a monedas de todas las épocas y en
todos los idiomas; un mismo lenguaje que se usa tanto para inventarios y catálogos
como para libros impresos y sistemas informatizados, y que es necesario conocer y
utilizar para documentar correctamente un objeto numismático.

   La misma circunstancia condujo desde muy pronto a un vivo interés por con-
tar con repertorios terminológicos, glosarios y diccionarios, no sólo de las es-
pecies en circulación, sino de las monedas antiguas –medallas, según la termi-
nología de la época-, su iconografía, inscripciones y referencias históricas. Tan
solo citaremos algunos de los ejemplos más relevantes en lengua española. A
finales del siglo XVIII, Tomás Andrés de Gússeme redacta los seis volúmenes de
su Diccionario numismático general (Madrid, 1773-1777). En 1840, Basilio Se-
bastián Castellanos elabora su Cartilla numismática o repertorio de las palabras
técnicas de la ciencia de las medallas (Madrid, 1840), destinada a sus alumnos,        21
un trabajo conciso y claro que es quizá el más cercano en espíritu y objetivos a
nuestro propio Diccionario.

   Ya en el siglo XX, de la mano de la Comisión Internacional de Numismática, se
produjeron en la década de los treinta los primeros intentos de abordar a nivel
internacional la unificación terminológica y la preparación de un diccionario de
denominaciones de valor de monedas. La tarea resultó inabarcable y el proyecto
acabó siendo abandonado después de varios intentos, pero propició la aparición
de importantes estudios de distinto signo en diferentes países. En 1946 Felipe
Mateu y Llopis publicó un trabajo esencial: su Glosario hispánico de Numismática
(Barcelona, 1946), obra de referencia aún hoy día, en la que recopiló un exhaus-
tivo diccionario de denominaciones de valor en todas las lenguas españolas ex-
cepto el vasco, enlazándolas con la documentación de época existente sobre las
mismas. Una década después, Humberto F. Burzio publica su Diccionario de la
moneda hispanoamericana (Santiago de Chile, 1958), que, como el Glosario de
Mateu, sigue siendo una referencia imprescindible, y que introduce ya aspectos
referentes al dinero premonetal. Finalmente, y aunque no sea una publicación
en lengua española, debemos citar el recientemente publicado Dictionnaire de
Numismatique (París, 2001), dirigido por Michel Amandry y elaborado por los
conservadores de la Bibliothèque nationale de France, una de las obras más útiles
de los últimos años.
Íntimamente ligado a este interés por la terminología ha caminado el desarrollo
     de las bases de datos expresamente dedicadas a la Numismática, un desarrollo que
     se produjo muy pronto, desde los años cincuenta, pues los materiales numismáti-
     cos fueron de los primeros objetos de tipo histórico cuya gestión se adaptó a los
     sistemas informáticos. Desde entonces, en paralelo con el desarrollo técnico,
     instituciones e investigadores han venido desarrollando numerosos bancos de datos
     adaptados a la catalogación de monedas. Las bases de datos creadas especialmente
     para monedas, como todas las destinadas a un único tipo de objeto, suelen ser
     muy complejas y contar con numerosos campos específicos para cada aspecto de
     la catalogación; paralelamente, los museos han venido desarrollando sistemas más
     generalistas, adaptables a colecciones formadas por objetos diversos y en los que
     tienen gran peso las estructuras destinadas a recoger datos propios de la vida de
     la pieza en el museo, tanto en lo que se refiere a su gestión administrativa como
     documental, en su doble vertiente histórica y gráfica. Esto implica, pues, la nece-
     sidad de aunar dos tipos diferentes de información, que en el caso que nos ocupa
     se traduce en la adaptación de una ficha de catalogación numismática correcta a
     un sistema más amplio. En el caso de los Museos Estatales dicha adaptación se
     produce mediante el sistema de gestión documental Domus, por lo que más ade-
     lante presentaremos ejemplos de catalogación según la estructura propia de esta
     aplicación. Hay que insistir, sin embargo, en que una correcta ficha catalográfica
     será igualmente transferible a cualquier otro sistema de gestión de datos: el proceso
     fundamental es recoger la información de una forma lógica y eficiente.


     Algunas observaciones sobre la estructura del Diccionario
22
       Respecto a los criterios que se han seguido a la hora de redactar este diccionario,
     consideramos necesario hacer algunas precisiones.

        Como ya se ha mencionado anteriormente, no se han incluido términos relacionados
     con la historia económica, excepto en aquellos casos en los que su vinculación directa
     con la moneda ha aconsejado introducir una breve definición. Sí se recogen entradas
     referentes a aspectos que no pertenecen exclusivamente al ámbito de la Numismática,
     como son, por ejemplo, materias y técnicas; en estos casos se define tan sólo aquel
     aspecto tocante a nuestro tema, reenviando para mayor información a obras más espe-
     cíficas, como los diccionarios de esta misma serie dedicados a materias (Stefanos Krous-
     tallis, Diccionario de Materias y Técnicas (I): Materias. Tesauros para la descripción y
     catalogación de bienes culturales, Ministerio de Cultura, Madrid, 2008) y al dibujo y la
     estampa (Javier Blas Benito (coord.), Diccionario del dibujo y la estampa (Vocabulario
     y tesauro sobre las artes del dibujo, grabado, litrografía y serigrafía), Real Academia de
     Bellas Artes de San Fernando y Calcografía Nacional, Madrid, 1996).

        Respecto a las denominaciones de valor, se ha procurado recoger el mayor número
     de unidades posible, asumiendo que incluso tratándose de una selección sería una
     tarea interminable, e inasumible por cualquier publicación, consignar los sistemas com-
     pletos. Por ello se ha decidido incluir sólo aquellos múltiplos y divisores más comunes
     en las colecciones museísticas y más habituales en los hallazgos arqueológicos.
En la Estructura General del Tesauro las denominaciones de valor se encuentran
separadas en dos bloques: el primero incluye todas aquellas unidades que aparecen
de forma individual, mientras que en el segundo se han agrupado diversos sistemas
–sistema de la dracma, del denario, del maravedí, de la peseta...-, formados por su
unidad y los valores relacionados (múltiplos y/o divisores). Esta división no respon-
de a ninguna razón conceptual, sino a las reglas técnicas que rigen la elaboración
de tesauros. Por la misma razón la Estructura del Tesauro está ordenada alfabética-
mente, y no siguiendo criterios cronológicos ni culturales.

  Ha habido que elegir, además, un solo nombre para designar a cada valor, puesto
que de ello depende la eficacia de la recuperación de la información en la gestión
informatizada; ello no presupone, sin embargo, que el resto de términos sean in-
correctos. Así, se ha elegido, por ejemplo, la expresión “ocho reales” como término
preferente frente al tradicional “real de a ocho”, siendo éste un término perfecta-
mente correcto.

   En cuanto a los nombres en otras lenguas, al tratarse de un diccionario en caste-
llano se ha procurado utilizar preferentemente su versión castellana, aunque sin for-
zar la traducción o castellanización y siempre que esta sea de uso habitual. En caso
contrario, se ha respetado la denominación original, que aparecerá en cursiva.

  Como información complementaria, se incluye una bibliografía básica organi-
zada por temas y las grandes series numismáticas, de modo que el usuario pueda
localizar obras indispensables para la catalogación y otras de tipo más general, o
dedicadas a temas específicos. A fin de facilitar la consulta, se ofrece en primer
lugar la bibliografía citada en el Diccionario y, en segundo, como complemento, la       23
bibliografía general agrupada por temas.

  Un diccionario de esta clase no es nada sin un buen corpus de ilustraciones, por
lo que además de algunas figuras relativas a aspectos concretos, como la fabricación
de moneda, el grueso de las láminas corresponde a las denominaciones de valor.
Se ha procurado incluir el mayor número posible de imágenes, buscando siempre
ejemplos significativos desde un punto de vista fundamentalmente didáctico. En
aras de la claridad y de la facilidad de manejo, las figuras se han organizado según
criterios cronológicos y culturales, de modo que esta parte del libro pueda utilizarse
de forma independiente y como un modo de acceder a las entradas del diccionario
a partir de las propias imágenes. Excepto cuando se especifique lo contrario, todos
los valores se reproducen a escala 1:1.

   Esperamos que, pese a todas sus imperfecciones y limitaciones, este Diccionario
cumpla su propósito, que no es otro que ser útil, tanto para aquellos que deban ca-
talogar monedas como para historiadores, estudiantes y todos aquellos interesados
en profundizar en el complejo pero atractivo mundo de la Numismática. Como de-
cía el propio Mateu y Llopis hace sesenta años, sólo nos queda ya encomendarnos
a la benevolencia del lector.
Diccionario
Diccionario tesauronumism
A
Abasí                                              Acuñación (1)                                      27
Moneda* de plata* y moneda de cuenta*              En plural, nombre que se da frecuente-
persas creadas por Abbas I (1587-1629),            mente al conjunto de monedas* emiti-
cuyo peso inicial, de 7,70 g, se fue redu-         das en un período concreto o por una
ciendo a lo largo de los siglos XVII-XIX.          ciudad, monarca o país.
También recibe este nombre una moneda              Ref.: Morales y Salazar (1986: 5); Cooper (1988:
otomana similar, acuñada en Georgia y              1-2); Beltrán (1989: 125)
en el Cáucaso en los siglos XVII y XVIII.
Ref.: Mateu (1946: Voz abassi); Amandry (2001:     Acuñación (2)
Voces abbasi; abazi)                               Procedimiento para fabricar monedas*
                                                   y medallas* mediante la presión de dos
Abridor                                            cuños* sobre un cospel* colocado en-
V. Grabador                                        tre ellos. Inicialmente, la acuñación era
                                                   manual (acuñación a martillo*), método
Acero                                              relegado, desde el siglo XVI, por el em-
Aleación* de hierro* y carbono, en di-             pleo de máquinas.
ferentes proporciones, que, sometida a             Ref.: Morales y Salazar (1986: 5); Cooper (1988:
temple, adquiere elasticidad y dureza.             1-2); Beltrán (1989: 125); Amandry (2001: Voz
En la industria de la acuñación (2)* se            frappe)
utiliza, fundamentalmente, para fabricar
punzones (1)*, matrices* y troqueles*.             Acuñación a martillo
Ref.: DRAE (1992: Voz acero [1]); Amandry (2001:   Procedimiento manual para producir
Voz acier); Kroustallis (2008: Voz acero)          moneda*, utilizado desde la creación
de la moneda metálica, en el siglo VII               (1988: 291); Morrison (1992: 62); Gil Farrés
     a.C., hasta la Edad Moderna, época en                (1993: 48); Alfaro (1996: 46-47)
     la que primero coexistió y después fue
     sustituido por la acuñación mecánica*.               Acuñación con prensa de volante
     El cospel*, calentado para ablandarlo,               Procedimiento mecánico para producir
     se colocaba entre los dos cuños*: el de              moneda* que consiste en presionar un
     anverso* o pila (1)* estaba fijo en un                cospel* entre los cuños* de una prensa
     yunque* y el de reverso*, o troquel*,                de volante*. El sistema utiliza la energía
     sujeto con la mano, era golpeado con                 animal o humana como fuerza motriz.
     un martillo para imprimir los tipos* en              [Fig. 243]
                                                          Ref.: Cooper (1988: 51-60, 126, 131-136); VV.AA.
     el cospel. Esta fue la técnica habitual,             (1988: 291); Morrison (1992: 62); Gil Farrés
     aunque durante la Edad Media tam-                    (1993: 48-49); Alfaro (1996: 46-47)
     bién se utilizó el martilleo en frío, sin
     calentar los cospeles, dada la delgadez              Acuñación industrial
     de los mismos. El carácter manual del                Automatización de la acuñación (2)* me-
     sistema podía ocasionar cantos* agrie-               diante la aplicación de la fuerza del va-
     tados y formas irregulares, debidos a la             por y la electricidad a la acuñación me-
     expansión del metal*, así como defec-                cánica*, a partir del siglo XIX. Con ella
     tos, tales como las monedas con doble                aumentó la velocidad de acuñación.
     golpe de cuño* y las monedas incusas*.               V.a. Prensa automática
     Además, las monedas acuñadas a mar-                  Ref.: Cooper (1988: 123-157, 223-243); Morrison
     tillo* presentaban con frecuencia una                (1992: 62-63); Gil Farrés (1993: 48); Alfaro (1996: 47)
     forma ligeramente cóncava, a causa del
     impacto que recibían. También se de-                 Acuñación mecánica
     sarrollaron algunas técnicas excepcio-               Procedimiento de acuñación (2)* me-
28   nales para producir piezas con aspecto               diante máquinas, en uso desde el siglo
     diferente al habitual, como las monedas              XVI. Las más utilizadas fueron las pren-
     bracteadas*, las esquifadas* y las incu-             sas de volante* y las de rodillos*, aun-
     sas griegas.                                         que hubo otras máquinas de empleo
     [Figs. 241a, 241b, 241c y 242]                       menos extendido. Las máquinas per-
     Ref.: Melville Jones (1986: Voz mints and min-       mitieron acuñar con mayor velocidad y
     ting); Cooper (1988: 7-13, 33-38); Melville Jones    perfección técnica, así como reducir las
     (1990: Voz minting); Gil Farrés (1993: 47); Alfaro
     (1996: 45-46); Amandry (2001: Voz frappe [frappe     posibilidades de falsificación*.
     au marteau])                                         [Fig. 243]
                                                          V.a. Prensa de rodillos; Prensa de volante
                                                          Ref.: Cooper (1988: 39-50, 73-78); Morrison
     Acuñación con prensa de rodillos                     (1992: 62); Gil Farrés (1993: 48); Alfaro (1996:
     Procedimiento mecánico para produ-                   46-47)
     cir moneda* que consiste en pasar una
     plancha de metal* entre dos cilindros                AE
     paralelos (prensa de rodillos*) en los               Del latín aes, abreviatura utilizada inter-
     que están grabados, de manera coinci-                nacionalmente en Numismática* para
     dente, los diseños de las caras* de la               denominar tanto al cobre* como al bron-
     moneda*. Las piezas se obtenían, poste-              ce*, indistinguibles sin un análisis.
     riormente, recortando la plancha ya im-              Ref.: Amandry (2001: Voz AE)
     presa. El sistema utiliza la energía ani-
     mal o hidráulica como fuerza motriz.                 AE 1
     Ref.: Durán (1955); Cooper (1988: 61-72); VV.AA.     Término convencional utilizado en la
mayoría de la bibliografía especializada       y sin pretender alcanzar una total exac-
para designar a determinados valores           titud, podemos definir el AE 2 como la
de vellón* y bronce* del Bajo Imperio          emisión* de entre 4-10 g de peso y 19-
Romano, acuñados a partir de media-            21 mm de módulo*.
dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se          V.a. Follis (1)
adoptó con el fin de sistematizar la            [Fig. 47]
gran variedad de acuñaciones (1)* de la        Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19)
época, ante la práctica imposibilidad de
relacionar las piezas existentes con los       AE 3
nombres contemporáneos de las mo-              Término convencional utilizado en la
nedas*, que, además, tan solo a veces          mayoría de la bibliografía especializada
aparecen citados en las fuentes escritas.      para designar a determinados valores
Existen hipótesis de identificación de          de vellón* y bronce* del Bajo Imperio
algunos valores, como el nummus (2)*,          Romano, acuñados a partir de media-
la maiorina* o el centenionalis*, pero         dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se
sin seguridad y con una alta probabili-        adoptó con el fin de sistematizar la
dad de que las mismas denominaciones           gran variedad de acuñaciones (1)* de la
se aplicaran a especies distintas a lo lar-    época, ante la práctica imposibilidad de
go del tiempo. Según sus dimensiones,          relacionar las piezas existentes con los
y sin pretender alcanzar una total exac-       nombres contemporáneos de las mo-
titud, podemos definir el AE 1 como la          nedas*, que, además, tan solo a veces
emisión* de unos 10 g de peso y 21 mm          aparecen citados en las fuentes escritas.
de módulo*.                                    Existen hipótesis de identificación de
V.a. Follis (1)                                algunos valores, como el nummus (2)*,
[Fig. 46]                                      la maiorina* o el centenionalis*, pero
Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19)   sin seguridad y con una alta probabili-        29
                                               dad de que las mismas denominaciones
AE 2
                                               se aplicaran a especies distintas a lo lar-
Término convencional utilizado en la
                                               go del tiempo. Según sus dimensiones,
mayoría de la bibliografía especializada
                                               y sin pretender alcanzar una total exac-
para designar a determinados valores
                                               titud, podemos definir el AE 3 como la
de vellón* y bronce* del Bajo Imperio
                                               emisión* de entre 1,50-4 g de peso y
Romano, acuñados a partir de media-
                                               14-18 mm de módulo*.
dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se
                                               V.a. Follis (1)
adoptó con el fin de sistematizar la            [Fig. 48]
gran variedad de acuñaciones (1)* de la        Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19)
época, ante la práctica imposibilidad de
relacionar las piezas existentes con los       AE 4
nombres contemporáneos de las mo-              Término convencional utilizado en la
nedas*, que, además, tan solo a veces          mayoría de la bibliografía especializada
aparecen citados en las fuentes escritas.      para designar a determinados valores
Existen hipótesis de identificación de          de vellón* y bronce* del Bajo Imperio
algunos valores, como el nummus (2)*,          Romano, acuñados a partir de media-
la maiorina* o el centenionalis*, pero         dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se
sin seguridad y con una alta probabili-        adoptó con el fin de sistematizar la
dad de que las mismas denominaciones           gran variedad de acuñaciones (1)* de la
se aplicaran a especies distintas a lo lar-    época, ante la práctica imposibilidad de
go del tiempo. Según sus dimensiones,          relacionar las piezas existentes con los
nombres contemporáneos de las mo-              el triente, la de Minerva y 4 puntos; el
     nedas*, que, además, tan solo a veces          cuadrante, la de Hércules y 3 puntos;
     aparecen citados en las fuentes escritas.      el sextante, la de Mercurio y 2 puntos;
     Existen hipótesis de identificación de          y la uncia, la de Roma y 1 punto. Este
     algunos valores, como el nummus (2)*,          sistema de valores y tipos, pero ya en
     la maiorina* o el centenionalis*, pero         monedas acuñadas, perduró hasta el
     sin seguridad y con una alta probabili-        final de la República, aunque su peso
     dad de que las mismas denominaciones           disminuyó paulatinamente a lo largo
     se aplicaran a especies distintas a lo lar-    del tiempo.
     go del tiempo. Según sus dimensiones,          V.a. Marca de valor
     y sin pretender alcanzar una total exac-       [Fig. 16]
     titud, podemos definir el AE 4 como la          Ref.: Mateu (1946: Voz aes grave); Crawford
     emisión* de menos de 1,50 g de peso y          (1974: 41-42, 716-718); Amandry (2001: Voz aes
                                                    [aes grave])
     14 mm de módulo*.
     V.a. Follis (1)
     [Fig. 49]                                      Aes libral
     Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19)   V. Aes grave

     Aes formatum                                   Aes rude
     Trozos de bronce* o de cobre* (aes) fun-       Bloques informes de cobre* o de bron-
     didos en moldes* a modo de lingotes*           ce* (aes), de tamaño y peso muy varia-
     toscos de diferentes formas (tortas, bo-       do, fabricados por fundición* y utiliza-
     las, barras, varillas), utilizados como di-    dos como dinero (1)* por Roma y los
     nero (1)* por Roma y los pueblos itálicos      pueblos itálicos en el siglo III a.C., an-
     en el siglo III a.C., antes de la introduc-    tes de la introducción de la moneda*.
     ción de la moneda*. El valor de los tro-       El valor de estos bloques dependía de
30
     zos dependía de su peso, cuya unidad           su peso, que no solía superar la unidad
     ponderal* era la libra (2)* (c. 324,72 g).     ponderal*, la libra (2)* (c. 324,72 g). Los
     Ref.: Amandry (2001: Voz aes [aes formatum])   hallazgos arqueológicos en la Italia cen-
                                                    tral y septentrional permiten remontar al
     Aes grave                                      siglo XIII a.C. el uso del bronce al peso.
     Sistema de la moneda* romana de bron-          Ref.: Mateu (1946: Voz aes rude); Melville Jones
     ce* entre principios del siglo III y el 211    (1990: Voz aes); VV.AA. (1991: 221); Amandry
     a.C., fecha de la introducción del sis-        (2001: Voz aes [aes rude])
     tema del denario*. Se trata de piezas
     lenticulares fabricadas mediante fundi-        Aes signatum
     ción*, cuya unidad es un as* del mismo         Sistema del bronce* romano, formado
     peso que la unidad ponderal*, la libra         por lingotes* rectangulares fundidos,
     (2)* (unos 324,72 g), siendo los diviso-       con tipos* en ambas caras*. Se fecha
     res* el semis*, el triente*, el cuadrante*,    entre finales del siglo IV a.C. y la pri-
     el sextante* y la uncia (2)*. Los tipos*       mera mitad del III a.C., probablemente
     fueron variados hasta que en la última         coetáneo a las primeras emisiones* de
     emisión*, hacia el 225 a.C., se estable-       aes grave*. Los lingotes pesan en tor-
     ció una proa de nave para el reverso* y        no a 1,50 kg (aproximadamente, 5 li-
     una divinidad para el anverso*, distinta       bras (2)*) y presentan imágenes varia-
     según el valor: así, el as presentaba la       das: delfín, gallo, elefante, toro, rama,
     cabeza bifronte de Jano y la marca de          ancla, trípode, tridente, caduceo, etc.
     valor* I; el semis, la de Saturno y una S;     A diferencia de otros sistemas basados
también en el peso (3)*, como el aes                Agujas de toque
formatum*, el signatum es un produc-                Agujas o barritas de oro* o plata* de
to oficial del Estado romano, práctica-              diferente ley* que utilizan los ensaya-
mente una moneda*, y es considerado                 dores* para comprobar, por compara-
el antecedente directo del sistema mo-              ción en la piedra de toque*, la pureza
netario posterior.                                  del metal* empleado para la acuñación
Ref.: Mateu (1946: Voz aes signatum); Crawford      (2)*. Suelen agruparse en instrumentos
(1974: 41-42, 716-718); Melville Jones (1990: Voz   en forma de estrella o de llavero y, a
aes); Amandry (2001: Voz aes [aes signatum])
                                                    veces, llevan la marca del ensayador*,
Afgani                                              como signo de propiedad.
Unidad monetaria* de Afganistán, creada             Ref.: Cooper (1988: 34); DRAE (1992: Voz aguja
                                                    de toque); Amandry (2001: Voz touchau)
en 1925. Se divide en cien pul*, mientras
que 20 afganis equivalen a un amani*.
                                                    Akçe
Ref.: Amandry (2001: Voz afghani)
                                                    Pequeña moneda* de plata* acuñada
                                                    desde el siglo XII por diversos poderes
Afinación                                            turcos y turcomanos del Asia anterior.
Procedimiento empleado para purificar                Fue la principal moneda de plata oto-
los metales* antes de su acuñación (2)*.            mana hasta finales del siglo XVII.
En la Edad Media, también recibía este
                                                    Ref.: Amandry (2001: Voz akçe)
nombre el método utilizado para com-
probar y establecer el valor, peso (3)* y
ley* de las monedas*.                               Albertín
                                                    Moneda* de oro*, con valor de dos ter-
Ref.: Amandry (2001: Voz affiner)
                                                    cios de ducado (1)*, acuñada en los Paí-
Aggry (1)                                           ses Bajos por los archiduques Alberto e
                                                                                                       31
V. Cuenta aggry chevron                             Isabel (1598-1621). También se emitió
                                                    el doble albertín*.
Aggry (2)                                           Ref.: Mateu (1946: Voz albertín); Amandry (2001:
V. Cuenta aggry oculada                             Voz albertin)


Agorah (1)                                          Aleación
Actual moneda fraccionaria* de Israel               Producto homogéneo de propiedades
(pl. agorot); 100 agorot equivalen a un             metálicas, compuesto de dos o más
shekel (1)*.                                        elementos por fusión conjunta o por
Ref.: Amandry (2001: Voz agorah)                    aglutinación, donde uno de los cuales,
                                                    al menos, debe ser un metal*. Su fabri-
Agorah (2)                                          cación corresponde al deseo de modifi-
Moneda* de plata*, divisor* básico del              car alguna de las propiedades físicas o
sistema fenicio-púnico, que equivalía a             químicas del metal de origen.
1/20 del shekel (2)*.                               Ref.: Amandry (2001: Voz alliage); Kroustallis
Ref.: Alfaro (1998: 80)                             (2008: Voz aleación)


Agostar                                             Alfonsí
V. Augustal                                         V. Alfonsino

Águila                                              Alfonsí menut
V. Trionfo                                          V. Alfonsino menudo
Alfonsino                                           Aluminio
     Nombre genérico dado a diferentes mo-               Metal* de color y brillo similares a los de
     nedas* de oro*, plata* y vellón* acuña-             la plata*, ligero, resistente, dúctil y ma-
     das durante la Edad Media en las Coro-              leable. La búsqueda de metales de bajo
     nas de Castilla, Aragón y Portugal por              precio ha hecho que se utilice durante el
     reyes llamados Alfonso.                             siglo XX para la fabricación de moneda*.
     [Fig. 106]                                          Ref.: Morales y Salazar (1986: 22); DRAE (1992:
     Ref.: Mateu (1946: Voces alfonsí; alfonsino);       Voz aluminio [1]); Gil Farrés (1993: 56); Kroustallis
     Amandry (2001: Voz alfonsino)                       (2008: Voz aluminio)


     Alfonsino menudo                                    Amani
     Alfonsino* de vellón*, acuñado en Cer-              Moneda* de oro* de Afganistán entre
     deña a lo largo del siglo XIV. También              1888 y 1924, con valor de diez rupias*
     se emitió su mitad.                                 y equivalencia a la libra (3)* inglesa. Se
     Ref.: Mateu (1946: Voz alfonsins menuts de Sa-
                                                         acuñaron piezas de cinco, dos y medio,
     denya); Campo, Estrada-Rius y Clua (2004:94)        uno, y medio amani.
                                                         Ref.: Amandry (2001: Voz amani)
     Algodón
     V. Fibra de algodón                                 Amolé
                                                         Lingote* de sal* gema utilizado como
     Alma                                                dinero (1)* en Etiopía y en las regiones
     Núcleo metálico de una moneda*. En                  vecinas hasta el siglo XX. Los amolé, de
     las monedas forradas*, el alma suele ser            forma rectangular, estaban organizados
     de un metal* inferior (cobre*, bronce*)             en un complejo sistema de valores, con
     al que recubre la pieza (oro*, plata*).             tamaños y pesos que tenían estableci-
32   V.a. Falsificación de época
                                                         das equivalencias con diversas mone-
     Ref.: Amandry (2001: Voz âme)                       das* occidentales. Como la sal es frágil,
                                                         los lingotes se protegían de los golpes
     Alpaca                                              y el desgaste envolviéndolos en telas de
     Aleación* de cobre*, níquel* y cinc*, de            algodón*, hojas de palmera y estuches
     color blanco, utilizada en época con-               de fibra vegetal*.
     temporánea para la fabricación de me-               V.a. Sal
                                                         Ref: Rivallain e Iroko (1986: 57-58); Rivallain
     dallas* por su brillo y dureza, similares           (1994: 37-40); Amandry (2001: Voz amolé); Esto
     a la plata*.                                        es dinero (2001: 68)
     Ref.: DRAE (1992: Voz metal1 blanco); Kroustallis
     (2008: Voz alpaca)                                  Amonedación
                                                         V. Acuñación (1)
     Altin
     Moneda* otomana de oro*, creada en                  Ángel
     1477 como equivalente del florín (1)* y              Nombre dado a diversas monedas* de
     del ducado (2)*. El altin, con sus múlti-           oro* de los siglos XIV a XVII, acuñadas
     plos* y divisores*, se mantuvo con su-              en Flandes, Francia (ange d´or, angelot)
     cesivas reformas hasta el siglo XIX, mo-            e Inglaterra (angel) y caracterizadas por
     mento en el que simplemente pasó a                  presentar en el anverso* al arcángel San
     ser una de las denominaciones de otra               Miguel, generalmente alanceando al
     moneda de oro, el yüzlük*.                          dragón. También se emitieron medios
     Ref.: Amandry (2001: Voz altın)                     ángeles.
Ref.: Mateu (1946: Voces ángel; angelate; ange-     (1986: 7); Medina (1992: 30-32); Gil Farrés (1993:
let; angelos; angelot; angelote); Amandry (2001:    20); Amandry (2001: Voz avers)
Voces ange d’or; angel; angelet; angelot; angelot
au saint Michel)
                                                    Aragonito
Antoniniano                                         Mineral del grupo de los carbonatos,
Moneda* romana imperial, inicialmente               una de las formas naturales del car-
de plata* y después de vellón*, creada              bonato cálcico, generalmente de color
en el 215 por Caracalla (Marco Aurelio              blanco y brillo nacarado, que cristali-
Antonino), del cual toma su nombre.                 za en prismas hexagonales. El nombre
En principio equivale a dos denarios* y             se debe a Abraham Gottlob Werner
pesa 5,07 g, presentando el retrato del             (1749-1817), que lo definió a partir del
emperador con corona radiada (o de la               mineral procedente del yacimiento de
emperatriz sobre un creciente lunar) en             Molina de Aragón (Guadalajara). Es el
el anverso* y tipos* variados en el rever-          material del que están hechos los fae*
so*. Se acuñó hasta el 274, fecha en que            de la isla de Yap (Micronesia).
fue sustituido por el aureliano*. Con el            Ref.: DRAE (1992: Voz aragonito); Kroustallis
                                                    (2008: Voz aragonito)
tiempo, el peso cayó hasta 2,80 g y la
aleación* se empobreció paulatinamen-
                                                    Árbol de fundición
te, disminuyendo su contenido en plata
                                                    Pieza en forma de rama, compuesta por
hasta niveles tan bajos, que muchos de
                                                    monedas* obtenidas mediante fundi-
los ejemplares conservados en la actua-
                                                    ción* en un molde múltiple en árbol*
lidad son prácticamente de bronce*.
                                                    y que no han llegado a ser separadas,
[Figs. 35 y 36]
Ref.: Mateu (1946: Voz antoniniano); Melville
                                                    conservando así los canales de fundi-
Jones (1990: Voz antoninianus); Amandry (2001:      ción por donde ha circulado el metal*.
Voz antoninien)                                     [Fig. 231]                                           33
                                                    Ref.: Cooper (1988: 13-16); Gil Farrés (1993: 43)
Anverso
Cara* o lado principal en las monedas*              Ardit
y medallas*. En general, se considera an-           V. Ardite
verso a la cara que lleva el retrato o el
símbolo del gobernante, el nombre del               Ardite
país emisor* o el tipo* aparentemente               Moneda* de vellón* (en catalán, ardit)
principal. En las monedas acuñadas a                acuñada en diversas localidades de Ca-
martillo*, el anverso puede reconocer-              taluña y en los condados de Rosellón
se como la cara convexa, al ser ésta la             y Cerdaña en los siglos XVI y XVII, así
que queda en la parte inferior durante              como en Navarra en los siglos XVII y
el proceso de acuñación (2)*. En las pu-            XVIII. También recibe este nombre la
blicaciones numismáticas suele utilizarse           moneda de cobre* acuñada en Barce-
la abreviatura Anv. para designar al an-            lona en época de Felipe III, Felipe IV,
verso. En la bibliografía sobre monedas             Luis XIV de Francia y el archiduque
árabes, generalmente desprovistas de re-            Carlos de Austria. En 1755, durante el
presentaciones figuradas, tanto el anver-            reinado de Fernando VI, se acuñó en
so como el reverso* reciben el nombre               Segovia una emisión* especial de ardi-
de áreas*: así, el anverso es la primera            tes destinada a circular exclusivamente
área o IA, siendo normalmente la que                en Cataluña.
presenta la profesión de fe musulmana.              [Fig. 156]
Ref.: Beltrán (1950: 48-49); Morales y Salazar      Ref.: Mateu (1946: Voz ardite); Amandry (2001:
Voz ardit); Campo, Estrada-Rius y Clua (2004:   en el reverso. Tenía múltiplos* (decus-
     142-143, 150, 159-161, 164-165)                 sis*, quincussis*, tressis*, dupondio*) y
                                                     divisores* (semis*, triente*, cuadrante*,
     Área                                            sextante*, uncia (2)*, semuncia*, cuar-
     Nombre que en la bibliografía numis-            tuncia*), algunos de ellos emitidos sólo
     mática se da tradicionalmente a cada            ocasionalmente. En la Península Ibérica,
     una de las caras* de las monedas* ára-          durante el período republicano, un cier-
     bes. El anverso* es la primera área (IA)        to número de cecas* hispanas, especial-
     y el reverso* la segunda (IIA).                 mente en el sur, adoptaron la metrología
     [Fig. 247]                                      romana para las emisiones de bronce,
     Ref.: Gil Farrés (1993: 20)
                                                     acuñando ases y divisores. Con cierta
                                                     frecuencia, se llaman también ases a las
     Argénteo                                        unidades* de bronce de las cecas ibéri-
     Moneda* romana de plata*, creada en             cas y celtibéricas que no siguen el siste-
     294 por Diocleciano con talla* de 96 en         ma romano, aunque en sentido estricto
     libra (2)*, como el denario* de Nerón           no lo sean; en la bibliografía más actual
     (siglo I d.C.). Alguna de estas monedas         se evita el uso del término para estas
     lleva la marca de valor* XCVI. En 310 se        piezas. A partir del reinado de Augusto,
     interrumpió la acuñación* de toda mo-           la metrología romana y el sistema del as
     neda de plata pero, a partir del 324/325,       se utilizan ya en todos los talleres de la
     con Constantino, volvió a emitirse, con         Península.
     tres unidades: el argénteo-silicua, una
                                                     [Figs. 16, 17, 31, 57, 65 y 66]
     réplica del argénteo, el miliarense* y el       Ref.: Mateu (1946: Voz as); Crawford (1974: 6);
     miliarense pesado. El término procede           Melville Jones (1990: Voz as); Amandry (2001:
     del latín argenteus, “de plata”.                Voz as); Esto es dinero (2001: 120)

34   [Fig. 37]
     Ref.: Amandry (2001: Voz argenteus)             Ashrafi
                                                     Nombre de diversas monedas* árabes
     Argentino                                       de oro*, entre ellas las de los sultanes
     Moneda* de oro* acuñada en Argentina            mamelucos del siglo XV (de peso simi-
     entre 1881 y 1896, equivalente a cinco          lar al del ducado (2)* veneciano), las
     pesos (1)*.                                     egipcias de los siglos XVI y XVII y las
     Ref.: Mateu (1946: Voz argentino); Amandry      persas de los siglos XVI al XVIII.
     (2001: Voz argentino)                           Ref.: Amandry (2001: Voz ashrafi)

     As                                              Aspron trachy
     Unidad de la moneda* romana de                  Moneda* bizantina de vellón*, y a veces
     bronce* desde la República, a princi-           de cobre* puro, creada por Alejo I Com-
     pios del siglo III a.C. (aes grave*), has-      meno (1081-1118) y acuñada hasta el siglo
     ta finales del siglo III d.C. Fundida en         XIV. Tiene forma cóncava y vale 1/48 de
     sus orígenes y luego acuñada, durante           hyperper* o 100 nummia*. En las fuentes
     la República presenta habitualmente,            latinas se le da el nombre de staminum
     en el anverso*, la cabeza del dios Jano         o stamenon, diferenciando entre stamina
     y, en el reverso*, una proa de nave y,          nova y stamina vetera con el fin de distin-
     como marca de valor*, el signo I. En            guir las monedas anteriores y posteriores a
     el Imperio, generalmente muestra el             la reforma de Manuel I (1143-1180).
     retrato del emperador con corona de             Rev.: Amandry (2001: Voces aspron trachy; sta-
     laurel en el anverso y tipos* variados          ménon)
Att                                         reverso*. A lo largo de su vida, el peso
Moneda* del antiguo reino de Siam (ac-      teórico del áureo sufrió varias modi-
tual Tailandia) con valor de un sesen-      ficaciones, así como su tipología, que
taicincoavo de baht (2)*. Pertenece al      se diversificó a finales de la República
sistema del pot duang*.                     e incorporó el retrato del emperador
                                            en los anversos de época imperial. Se
Augustal                                    acuñaron múltiplos* de diez, ocho,
Moneda* de oro* acuñada en Sicilia por      seis, cinco, cuatro (cuaternión), dos y
el Emperador Federico II (1198-1250),       un áureo y medio, así como divisores*
inspirada en tipos* monetales romanos.      de medio áureo, también conocidos
En el anverso* presenta un busto lau-       como quinarios de oro*. El nombre,
reado de Federico II a la romana y en el    además, se aplicó como genérico para
reverso* un águila explayada. El mismo      la moneda de oro en textos y docu-
nombre se dio a algunas monedas sici-       mentos medievales.
lianas de oro posteriores.                  [Fig. 34]
[Fig. 142]                                  Ref.: Mateu (1946: Voz aureus); Melville Jones
Ref.: Mateu (1946: Voz augustal); Amandry   (1990: Voz aureus); Amandry (2001: Voz aureus)
(2001: Voz augustale)
                                            Áureo de 20 ases
Aurar                                       Moneda* romana republicana de oro*,
Plural de eyrir*.                           múltiplo* del áureo*, acuñada a finales del
V. Eyrir                                    siglo III a.C. con valor de veinte ases*.

Aureliano                                   Áureo de 40 ases
Moneda* romana de vellón* creada en         Moneda* romana republicana de oro*,
el 274 por Aureliano para reemplazar        múltiplo* del áureo*, acuñada a finales del       35
al antoniniano*, por lo que también se      siglo III a.C. con valor de cuarenta ases*.
la conoce como neo-antoniniano. En
el anverso* lleva el busto radiado del      Áureo de 60 ases
emperador y, a veces, presenta en el        Moneda* romana republicana de oro*,
exergo* la marca* XX.I o su equivalente     múltiplo* del áureo*, acuñada a fina-
griego, KA, que indica que 20 aurelia-      les del siglo III a.C. con valor de se-
nos (XX o K) equivalen a un argénteo*       senta ases*.
(I o A) de plata*.
Ref.: Amandry (2001: Voz aurelianus)        Áureo y medio
                                            Moneda* romana de oro*, equivalente a
Áureo                                       un áureo* y medio.
Unidad de la moneda* romana de oro*,
desde la República hasta la creación        Austral
del sólido (1)*, a principios del siglo     Unidad monetaria* de Argentina entre
IV. Las primeras emisiones* de oro re-      1985 y 1992, con valor de cien centa-
publicanas, a finales del siglo III a.C.,    vos*. A partir de 1992 se convierte en
estaban compuestas por tres valores         moneda fraccionaria*, equivaliendo
que, por sus marcas*, se supone que         10.000 australes a un peso (1)*.
equivalían a sesenta, cuarenta y veinte     Ref.: Amandry (2001: Voz austral)
ases*. Llevaban como tipos* la cabeza
de Marte en el anverso* y un águila so-     Axis
bre fulmen y la leyenda* ROMA en el         V. Posición de cuños
Azada
     Herramienta agrícola, compuesta por un
     mástil al que se sujeta una ancha pala o
     lámina de hierro* con uno de sus lados
     cortantes, de variada tipología según las
     épocas y las zonas. En algunos lugares,
     como China y el continente africano, se
     han usado estas herramientas como di-
     nero (1)*. Así sucede, por ejemplo, con
     ciertos tipos de azadas utilizadas por
     el pueblo mambila en Nigeria y norte
     de Camerún (azada mambila*). La mo-
     neda* china llamada bubi* es también
     un recuerdo de la función dineraria
     que cumplieron en la antigua China las
     azadas, o más concretamente las layas,
     pues reproduce la forma de éstas.
     Ref.: Quiggin (1963: 74, 95-98, 230-231, 235-
     237); Esto es dinero (2001: 81, fig. 61; 165, nº 99)


     Azada mambila
     Azada* utilizada como dinero tradicio-
     nal* por el pueblo mambila, asentado
     en la franja fronteriza entre Nigeria y
     Camerún. De las diversas formas que
36   adoptan estas azadas, muchas de ellas
     sin ningún recuerdo de la herramienta
     real, la más peculiar es aquella que pre-
     senta una lámina o pala de hierro*, de
     unos 60-70 cm de largo y 20-25 cm de
     ancho, con dos grandes escotaduras a
     los lados, usada, entre otros fines, para
     pagar las dotes matrimoniales.
     Ref.: Esto es dinero (2001: 165)


     Azófar
     V. Latón
B
Baht (1)                                   [Fig. 254]
                                           Ref.: Ramos (2003)                               37
Unidad monetaria* de Tailandia des-
de 1908, equivalente a cien satang* o
cuatro salung*, ya dentro de un sistema    Balanza de equilibrio
monetario de tipo europeo. También         Balanza* usada para la comprobación
recibe este nombre la unidad ponderal*     del peso (3)* y módulo* de ciertas mo-
de Siam (actual Tailandia) y de Cambo-     nedas*, cuya denominación aparece
ya, de unos 15,20 g, en la que se basa     mencionada en el propio instrumento.
el sistema del pot duang*.                 Ref.: Ramos (2003)

Ref.: Amandry (2001: Voces baht; bat)
                                           Balboa
                                           Unidad monetaria* de Panamá desde 1903,
Baht (2)                                   dividida en cien centésimos* o centavos*.
V. Pot duang
                                           Ref.: Mateu (1946: Voz balboa); Amandry (2001:
                                           Voz balboa)
Balanza
Utensilio que aplica la ley de la palan-   Ban
ca para establecer el peso (3)* de un      Moneda fraccionaria* (pl. bani; en
objeto. Desde inicios del siglo XVI, el    castellano, banes) de Rumanía (desde
centro más importante de producción        1867) y de Moldavia (a partir de 1993),
de balanzas empleadas en pesajes nu-       centésima parte del leu*.
mismáticos fue la ciudad alemana de        Ref.: Mateu (1946: Voz bani); Amandry (2001:
Colonia.                                   Voces ban; banu)
Bandeja                                           Bat
     Plancha de cartón*, madera*, plástico* u          V. Baht (1)
     otro material con alveolos de distintos
     tamaños para almacenar las monedas*               Batir
     o medallas*.                                      V. Acuñación (2)

     Banliang                                          Bes
     Moneda* china de bronce* del tipo                 Moneda* romana republicana de bron-
     conocido como cash* (redonda con                  ce*, con valor de ocho uncias (2)*. Fue
     agujero central cuadrado), creada ha-             emitida sólo en 126 a.C.
     cia 350 a.C. en el reino de Qin. Con la           Ref.: Mateu (1946: Voz bes); Crawford (1974: 6);
     unificación realizada en 221 a.C. como             Amandry (2001: Voz bes)
     consecuencia de la victoria de Qin
     sobre el resto de los reinos, se con-             Besante
     virtió en la moneda única de China,               Moneda* de oro* emitida en el Oriente
     perdurando, con variaciones en peso               latino en los siglos XII y XIII a imita-
     (inicialmente de unos 8 g) y módulo*,             ción* del dinar (2)* islámico. Algunas
     hasta su sustitución por el wuzhu* en             llevaban leyendas* y tipos* cristianos.
     118 a.C.                                          Además, el nombre se utilizaba en Oc-
     Ref.: Amandry (2001: Voces banliang; chinoises    cidente para designar diversas monedas
     [monnaies])                                       de oro acuñadas en Oriente, tanto cris-
                                                       tianas como musulmanas.
     Banu                                              Ref.: Mateu (1946: Voz besante); Amandry (2001:
     V. Ban                                            Voz besant)

38
     Barbuda                                           Bigatus
     Moneda* de vellón* acuñada por Fer-               V. Denario
     nando I de Portugal (1367-1383), tam-
     bién conocida con el nombre de ce-                Bikuele
     lada. También se acuñaron medias                  Haz compuesto por tres hachas* en mi-
     barbudas*.                                        niatura, realizadas en hierro* y unidas
                                                       entre sí con fibra vegetal*, una de las
     Ref.: Mateu (1946: Voz barbuda); Amandry (2001:
     Voz barbuda)
                                                       formas de dinero tradicional* usadas en
                                                       África. Cada haz formaba una unidad,
                                                       utilizada como medio de intercambio
     Barilla
                                                       por la cultura fang, en la zona de Gui-
     Moneda* española de cobre*, acuña-
                                                       nea Ecuatorial.
     da en Manila en época de Carlos III
                                                       Ref.: Quiggin (1963: 72); Esto es dinero (2001:
     (1759-1788). También se la denomina               85, fig. 67; 164, nº 86)
     barrilla.
     Ref.: Amandry (2001: Voz barilla)                 Bikuele amu
                                                       Conjunto compuesto por varias unida-
     Basilicón                                         des de bikuele*. Estos grupos de haces
     Moneda* bizantina de plata* creada por            fueron utilizados como medio de inter-
     Andrónico II (1282-1328). Valía un do-            cambio por la cultura fang, en la zona
     ceavo de hyperper*.                               de Guinea Ecuatorial.
     Ref.: Amandry (2001: Voz basilikon)               Ref.: Esto es dinero (2001: 85, fig. 67; 164, nº 86)
Billete                                                   nuria, ante la falta de circulante* o en
Papel moneda* emitido generalmente por                    circunstancias de emergencia (gene-
un banco o una autoridad pública como                     ralmente de carácter bélico), canjeable
moneda fiduciaria*, cambiable sin limita-                  por emisiones* de curso legal al termi-
ción de tiempo por moneda* metálica y                     nar dichas situaciones.
respaldado por su equivalente en meta-                    V.a. Moneda de necesidad; Ficha
les* preciosos*, que circula como moneda                  [Fig. 204]
                                                          Ref.: Mateu (1946: 151); Beltrán (1950: 34); Mo-
de curso legal*. Formalmente se trata de
                                                          rales y Salazar (1986: 30); Morrison (1992: 74-
un papel* impreso, con diversos diseños,                  77); Amandry (2001: Voz nécessité)
marcas* y firmas* que garantizan su au-
tenticidad. El término billete se utiliza con             Billete domiciliado
frecuencia, por tanto, como sinónimo del                  Billete* de circulación* restringida cuyo
más genérico papel moneda. El primer                      cambio quedaba limitado a una ciudad
país donde se emitieron billetes fue China,               o región, característica propia de las
en el siglo XI, con antecedentes que se                   emisiones* más antiguas. En ellos cons-
remontan al siglo IX. En Europa, los pri-                 taba el nombre de la sucursal en que
meros billetes de banco se imprimieron                    eran pagaderos, generalmente median-
en Suecia en 1661, generalizándose des-                   te un sello* estampillado.
pués bajo el control de los respectivos go-
                                                          Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20)
biernos nacionales. En España, la primera
emisión* data de 1783, a cargo del Banco                  Billete inutilizado
Nacional de San Carlos, antecedente del
                                                          Billete* retirado de la circulación* y
actual Banco de España. Aunque en ori-
                                                          desmonetizado* mediante diversos sis-
gen es un documento pagadero “al porta-
                                                          temas: taladro circular, corte con tijeras,
dor”, y así aparecía en los propios billetes,
                                                          sello*, etc.
dicha expresión se convirtió con el tiempo                                                                   39
en convencional y desapareció paulatina-                  V.a. Sello
                                                          Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 21)
mente; en España lo hizo en 1979.
[Figs. 202, 203 y 204]
Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20); Morales y Sala-
                                                          Billete no circulado
zar (1986: 9); Beltrán (1989: 125); Tortella (1994: 27)   Billete* que, por determinadas circuns-
                                                          tancias, no ha llegado a ponerse en cir-
Billete con sellos en seco                                culación*, aun después de estar confec-
En los billetes* del siglo XIX es frecuente               cionada la tirada.
encontrar, además de las firmas*, sellos*                  V.a. Sello
en seco como signo de legitimidad. En                     Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 21)
épocas de falsificaciones*, se solían pre-
sentar los billetes en la ventanilla de los               Billete no habilitado
bancos para su autentificación mediante                    Billete* que no lleva la firma* del cajero,
sellos, que podían ser en seco o en tinta.                es decir, no apto para la circulación*.
V.a. Sello                                                V.a. Sello
Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20)                          [Fig. 205]
                                                          Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20-21)
Billete de circulación restringida
V. Billete domiciliado                                    Billete provisional
                                                          Billete de necesidad*, emitido por causa
Billete de necesidad                                      de guerra con un período de validez
Billete* realizado en momentos de pe-                     determinado, como los billetes* de 100
pesetas* fabricados por el Banco de           [Figs. 97, 116 y 123]
     España en Madrid en 1938 y valederos          Ref.: Mateu (1946: Voz blanca); Morales y Salazar
                                                   (1986: 9)
     por dos años.
     Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20)
                                                   Blanca de la banda
                                                   Blanca* de Juan II (1406-1454) y Enri-
     Billete sobrecargado
                                                   que IV de Castilla (1454-1474), conoci-
     Billete* que presenta sellos* adiciona-
                                                   da por este nombre por su tipo* de an-
     les impuestos después de su emisión*,
                                                   verso*: el escudo de la Orden y la divisa
     generalmente estampillados en tinta.
                                                   de la Banda Real de Castilla.
     Con estas estampillas la autoridad legi-
                                                   Ref.: Mateu (1946: Voz blanca de la banda)
     timaba el billete, autorizaba su circula-
     ción*, prorrogaba su vencimiento, etc.
     En épocas de abundancia de falsifica-          Blanca del Agnus Dei
     ciones*, se solían presentar los billetes     Blanca* de Juan I de Castilla (1379-
     en la ventanilla de los bancos para su        1390), creada en 1386 con motivo de la
     autentificación mediante sellos.               guerra contra Inglaterra y conocida por
                                                   este nombre por su tipo* de anverso*:
     V.a. Sello
     Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20)              el cordero de San Juan. En el reverso*
                                                   lleva una Y gótica coronada, inicial del
     Billón                                        nombre del rey.
     V. Vellón                                     [Fig. 96]
                                                   Ref.: Mateu (1946: Voz blancos del Agnus Dei)

     Binio
     V. Dos áureos                                 Blanco (1)
                                                   Nombre que se dio a diversas monedas*
40   Birr                                          de vellón* de Castilla y Navarra durante
     Unidad monetaria* de Etiopía, dividida        la Edad Media.
     en cien céntimos*.                            Ref.: Mateu (1946: Voz blanco)

     Ref.: Amandry (2001: Voz birr)
                                                   Blanco (2)
     Blanca                                        En la Edad Moderna, piezas de vellón* acu-
     Moneda* de vellón* acuñada en Cas-            ñadas por Felipe II (1556-1598) y sus suce-
     tilla y Navarra durante la Edad Media,        sores en el Franco Condado y Borgoña.
     así como su mitad y su cuarto. Aunque         Ref.: Mateu (1946: Voz blanco)
     sus tipos* varían, en Castilla solía llevar
     un castillo y un león. En época de los        Bloque de té
     Reyes Católicos presentaba las iniciales      V. Ladrillo de té
     coronadas de los monarcas (F e Y). En
     Navarra, donde además se emitió un va-        Boeki gin
     lor mayor, la gran blanca*, llevaba gene-     Moneda* japonesa de plata*, dentro del
     ralmente las iniciales coronadas de los       sistema del yen*, acuñada específica-
     respectivos reyes en los anversos*. Con       mente a finales del siglo XIX para com-
     este mismo nombre se conoce también           petir con el peso (1)* mexicano en el
     la moneda de cobre* acuñada en Cas-           comercio por el Pacífico. Suelen llevar
     tilla por Felipe II (1556-1598), con un       la leyenda* en inglés “trade dollar”.
     castillo en el anverso y el monograma*        Ref.: Jacobs y Vermeule (1972: 41-42); Amandry
     de Felipe en el reverso*.                     (2001: Voz yen)
Bolívar                                            Borde
Unidad monetaria* de Venezuela des-                V. Canto
de 1879, equivalente a cien céntimos*.
Ref.: Mateu (1946: Voz bolívar); Amandry (2001:    Bracteada
Voz bolivar)                                       V. Moneda bracteada

Boliviano                                          Braspenning
Unidad monetaria* de Bolivia, entre                Nombre dado al cuarto de gros* en Bra-
1863 y 1963 y, en su forma actual, sus-            bante y en Flandes durante los siglos
tituyendo al peso (1)* boliviano, desde            XV y XVI.
1987. Se divide en cien centavos*.                 V. Cuarto de gros
Ref.: Mateu (1946: Voz boliviano); Amandry         Ref.: Amandry (2001: Voz braspenning)
(2001: Voz boliviano)

                                                   Brazalete
Bolognino                                          Aro que rodea el brazo más arriba de la
Nombre genérico de las monedas* acu-               muñeca y que se usa como adorno per-
ñadas en Bolonia (Italia). Se emitieron            sonal. En algunas ocasiones han consti-
también dobles bolognini*.                         tuido formas de dinero tradicional*: ade-
Ref.: Mateu (1946: Voces bolognino; bolognino      más de formar parte del patrimonio y ser
de oro); Amandry (2001: Voces bolognino; bolog-
nino d’oro)
                                                   una reserva de riqueza, se han emplea-
                                                   do también como medio de intercambio
                                                   y de pago. Esta función la han cumpli-
Boloko
                                                   do, por ejemplo, algunos tipos específi-
Lingote* de cobre* en forma de barra
                                                   cos de brazaletes de bronce* africanos,
doblada en U y rematada con un disco
                                                   como las manillas* y ciertas piezas de
en cada extremo. Estas piezas han sido                                                                 41
                                                   gran tamaño, como las utilizadas en la
utilizadas como dinero tradicional* por
                                                   actual República Democrática del Congo
diversos grupos asentados en la zona
                                                   (globulares –brazalete mbole*- o tubula-
del Lukenie y en la confluencia de los
                                                   res), y los llamados navoí*, fabricados
ríos Kasai y Sankuru, en la región centro-
                                                   en Nueva Guinea (Oceanía) y realizados
occidental de la República Democrática
                                                   con caparazón de tortuga*.
del Congo. No eran producciones locales,
                                                   Ref.: Amandry (2001: Voz bracelet); Esto es dine-
sino que se obtenían de otras poblacio-
                                                   ro (2001: 87-89; 161, nº 57; 167, nº 118-119)
nes metalúrgicas, como los bankutu, a
cambio de productos como la sal*. Aun-
                                                   Brazalete mbole
que la unidad de valor eran las azadas*
                                                   Brazalete* de cobre*, abierto, hueco y
denominadas kundja* (10 kundja gran-
                                                   de forma globular. Este tipo de braza-
des equivalían a un boloko), según una
                                                   letes, fabricados en el área de la actual
relación de precios realizada en 1911 se
                                                   República Democrática del Congo, for-
sabe que el precio de los productos más
                                                   maban un sistema dinerario compues-
caros solía expresarse en boloko. Así, el
                                                   to por cinco ejemplares de diferentes
valor de un esclavo varón era de 2 boloko
                                                   medidas (desde 18 cm hasta 35 cm de
y 3 el de una esclava, mientras que el pre-
                                                   sección), cada uno con su propia de-
cio de una esposa ascendía a 10 boloko.
                                                   nominación. Estos objetos de adorno,
[Fig. 199]                                         tanto masculino como femenino, solían
Ref.: Quiggin (1963: 67-68); Opitz (1991: 25);
Dinero exótico (2001: 72); Esto es dinero (2001:   utilizarse para afrontar los pagos matri-
109, fig. 87; 169, nº 138)                          moniales.
[Fig. 196]                                           por otra plana con bordes redondea-
     Ref.: Van Erve (1997: 22); Esto es dinero (2001:     dos. Este tipo de monedas presenta
     88; 167, nº 118)
                                                          varias inscripciones*, entre las que se
                                                          puede leer el lugar de emisión*. Por su
     Briquet
                                                          forma es también conocida como “mo-
     Moneda* de plata* acuñada en los Países
                                                          neda azada”.
     Bajos en el siglo XV, de la que también
                                                          Ref.: Quiggin (1963: 222); A history of Chinese
     se emitieron piezas de dos y de medio                Currency (1983: 3); Thierry (1986: 2-3; 1993: 59);
     briquet. El nombre hace referencia a los             Williams (1997: 137); Amandry (2001: Voz bê-
     eslabones característicos del collar del             che); Dinero exótico (2001: 41); Esto es dinero
     Toisón de Oro.                                       (2001: 166, nº 107)

     Ref.: Mateu (1946: Voz briquet); Amandry (2001:
     Voz briquet)                                         Bullet money
                                                          V. Pot duang
     Bronce
     Aleación* de cobre* y estaño*, en pro-               Bunduqi
     porciones variables, considerada más                 Nombre de diversas monedas* de oro*
     adecuada para las acuñaciones (1)*                   del mundo islámico, procedente del
     que el cobre puro. A veces también se                apelativo árabe de Venecia, Bunduqiya,
     alea con plomo (1)*, aluminio*, níquel*              a cuyos ducados (2)*, imitados a partir
     o cinc*. En Numismática* se emplea la                del siglo XV, se llamaba así en el Medi-
     abreviatura convencional AE*, del latín              terráneo oriental.
     aes, para denominar tanto al bronce                  V.a. Matbú
     como al cobre, indistinguibles sin un                Ref.: Amandry (2001: Voz bunduqi)
     análisis.
     Ref.: Morales y Salazar (1986: 10); Melville Jones   Buril
42
     (1990: Voz metals of coinage); Amandry (2001:        Instrumento de acero*, de forma alarga-
     Voz bronze); Kroustallis (2008: Voz bronce)          da y prismática y terminado en punta
                                                          por un extremo, utilizado para grabar
     Bronce terciario                                     en hueco las matrices*. Se manejaba
     V. Potín                                             solo o con ayuda de macetas*, peque-
                                                          ños martillos de acero con mango de
     bubi                                                 madera*.
     Moneda* china de bronce* con forma                   Ref.: VV.AA. (1988: 290)
     de laya o azada*. Tiene su origen en el
     primitivo uso como dinero (1)* de estas
     herramientas agrícolas. Posteriormente
     se realizaron imitaciones* de las mismas,
     objetos que terminaron convirtiéndose
     en la moneda oficial de los Estados de
     la China central bajo el dominio de la
     dinastía Zhou (1122-256 a.C.). Las más
     antiguas copian con mayor fidelidad las
     layas reales, pero su forma se fue sim-
     plificando con el tiempo. En la época
     de los Reinos Combatientes (453-222
     a.C.) se suprimió la terminación ahue-
     cada en forma de flecha, sustituyéndola
C
Caballero                                         Cagliarese                                    43
Nombre de diversas monedas*, sobre                Nombre genérico de las monedas* de
todo de oro*, pero también de plata*,             vellón* y de cobre* acuñadas en Caglia-
acuñadas en los Países Bajos entre los            ri (Cerdeña) desde finales del siglo XV
siglos XV y XVIII, con un caballero ar-           hasta principios del XIX. Las primeras
mado como tipo* principal.                        se emitieron durante el reinado de Fer-
Ref.: Amandry (2001: Voz cavalier)                nando II de Aragón (1479-1516). Tam-
                                                  bién se acuñaron piezas de medio, dos,
Caballo                                           tres y seis cagliaresi.
Moneda* de cobre* acuñada en el                   Ref.: Mateu (1946: Voz cagliarese); Amandry
reino de Nápoles desde 1472, bajo                 (2001: Voces cagliarese; Sardaigne)
el reinado de Fernando I de Aragón,
hasta la proclamación de la República             Caja de cambista
napolitana, en 1648. Denominada así               Estuche portátil, generalmente de ma-
por presentar un caballo en el rever-             dera*, que contiene una balanza* y un
so*. Carlos V emitió la pieza de tres             juego de pesas dinerales*, de latón* o
caballos*.                                        bronce*, correspondientes a las princi-
Ref.: Mateu (1946: Voz caballo); Amandry (2001:
                                                  pales monedas* en circulación*. Utiliza-
Voz cavallo)                                      do por cambistas y comerciantes desde
                                                  la Edad Moderna, su uso se populari-
Cacao                                             zó a finales del siglo XVII y principios
V. Semilla de cacao                               del siglo XVIII. La prensa automática* y
                                                  la acuñación industrial* trajeron consi-
go la fabricación de monedas con un                      Canto
     peso exacto y con cantos* que evita-                     Borde exterior y lateral que delimita
     ban el cercén, lo que paulatinamente                     las dos caras* de la moneda* o de la
     fue haciendo innecesaria su utilización                  medalla*. A veces lleva decoraciones o
     a partir de la segunda mitad del siglo                   leyendas*, generalmente para evitar li-
     XIX. Desde inicios del siglo XVI, el                     maduras y cercenes; inicialmente estos
     centro más importante de producción                      motivos se grabaron mediante la cerri-
     de estas cajas fue la ciudad alemana                     lla*, desde 1833 mediante la virola* par-
     de Colonia.                                              tida, integrada en la prensa de volante*,
     [Figs. 240 y 253]                                        y, a partir del siglo XX, mediante la vi-
     Ref.: Gil Farrés (1976: 70; 1993: 68); Ramos             rola cerrada.
     (2003)
                                                              V.a. Moneda cercenada
                                                              Ref.: Beltrán (1950: 52); Morales y Salazar (1986:
     Caja de pesas                                            11); Cooper (1988: 101-106, 170-173, 193-199)
     Estuche portátil, generalmente de made-
     ra*, que contiene un juego de pesas*.                    Canto dentado
     Ref.: Ramos (2003)                                       V. Canto serrado

     Calco                                                    Canto epigráfico
     Unidad de la moneda* de bronce* en                       Canto* que presenta una inscripción*.
     el mundo griego. El término chalkous,                    Ref.: Gil Farrés (1993: 19)
     “cobre*, bronce”, se utilizó primero
     como un nombre genérico para las mo-                     Canto estriado
     nedas de bronce, en la época de su in-                   Canto* decorado con estrías paralelas.
     troducción en el sistema monetario, y
44   acabó siendo adoptado como denomi-                       Canto liso
     nación de valor*. Tiene como múltiplos*                  Canto* sin decoración.
     el dicalco*, el tricalco* y el tetracalco*,              Ref.: Gil Farrés (1993: 18-19)
     y como divisores*, el hemicalco* y el
     leptón (2)*.                                             Canto redondeado
     Ref.: Meurice (1985: 41); Melville Jones (1986:          Canto* levemente convexo a conse-
     Voz chalkos); Carradice y Price (1988: 93); Aman-        cuencia de la forma almendroide de los
     dry (2001: Voz chalque)
                                                              cospeles*. Es característico de las mo-
                                                              nedas* antiguas.
     Calderilla
                                                              Ref.: Gil Farrés (1993: 18-19)
     Nombre popular con el que se designa
     a la moneda* española de poco valor,
                                                              Canto resaltado
     en particular en los siglos XIX y XX.
                                                              Canto* con un resalte, llamado listel*,
     Ref.: Mateu (1946: Voz calderilla); Morales y Sa-        que permite apilar las piezas sin daño
     lazar (1986: 11); VV.AA. (1991: 221); Gil Farrés
     (1993: 55)                                               para los tipos*. Es propio de las mone-
                                                              das* contemporáneas.
     Campo                                                    Ref.: Gil Farrés (1993: 19)
     Superficie del anverso* o del reverso*
     de la moneda* o de la medalla* no ocu-                   Canto serrado
     pada por los tipos* y las leyendas*.                     Canto* en forma de dientes de sierra, a
     [Fig. 245]
                                                              veces también llamado dentado.
     Ref.: Morales y Salazar (1986: 11); VV.AA. (1988: 290)   Ref.: Beltrán (1950: 61-62); Gil Farrés (1993: 19)
Cañón en miniatura                                  bajo otros reyes. Las piezas más antiguas
Diferentes tipos de cañones en mi-                  con este nombre son de plata* y fueron
niatura fueron utilizados como dine-                acuñadas en el siglo XIII en Nápoles.
ro (1)* desde finales del siglo XIX y                También circularon piezas de dos, me-
durante parte del XX en los sultanatos              dio, un tercio y un cuarto de carlino.
de Brunéi, Sabah y Sarawak, en la isla              [Fig. 144]
de Borneo. Están realizados en bron-                Ref.: Mateu (1946: Voz carlín); Amandry (2001:
                                                    Voces carlin; carlino)
ce* y su longitud oscila entre los 15 y
20 cm, aproximadamente. Representan
cañones de tipo europeo y algunos                   Cartón
están decorados con símbolos*, como                 Conjunto de varias hojas superpues-
por ejemplo un corazón, emblema de                  tas de pasta de papel* que, en estado
la Compañía Británica de las Indias                 húmedo, se adhieren unas a otras por
Orientales. Fueron empleados tanto                  comprensión y se secan después por
para el tráfico comercial como para                  evaporación. También puede estar rea-
pagos matrimoniales o multas. Muchos                lizado directamente con pasta de papel
fueron fabricados durante la Segunda                o con hojas encoladas de papel viejo.
Guerra Mundial.                                     En Numismática*, el cartón se emplea
                                                    con fines diversos como, por ejemplo,
Ref.: Einzig (1956: 90-91); Quiggin (1963: 257-
258, 261); Dinero exótico (2001: 55); Esto es di-   para fabricar bandejas* de almacena-
nero (2001: 84, fig. 64; 165, nº 94)                 miento o, en momentos de penuria,
                                                    para emitir moneda de necesidad*.
Caparazón de tortuga                                Ref.: Esto es dinero (2001: 87; 167, nº 118-119);
Cubierta dura que protege el tronco de              Kroustallis (2008: Voz cartón)
estos animales. En Nueva Guinea, con
este material se realizan unos grandes              Casa de moneda                                      45
brazaletes* denominados navoí*, un                  V. Ceca
tipo de dinero tradicional*.
Ref.: Esto es dinero (2001: 87; 167, nº 118-119);   Cash
Kroustallis (2008: Voz caparazón de tortuga)        Nombre genérico, en inglés, de las mo-
                                                    nedas* de forma redonda con agujero
Cara                                                central cuadrado de China y de sus imi-
Cada una de las superficies de una mo-               taciones* de Vietnam, Corea y Japón. El
neda*, medalla* u objeto monetiforme                término francés sapèque tiene el mismo
en general.                                         significado.
                                                    [Figs. 188 y 244]
Cara de fantasma                                    Ref.: Amandry (2001: Voces cash; sapèque)
V. Yibi
                                                    Castellano
Carlín                                              Nombre que reciben las doblas (2)* de
V. Carlino                                          Enrique IV de Castilla (1454-1474), con
                                                    un castillo en el anverso* y un león en
Carlino                                             el reverso*.
Del italiano carlo, nombre dado a nume-             [Fig. 100]
rosas monedas* acuñadas por soberanos               Ref.: Mateu (1946: Voz castellano)
llamados Carlos en diferentes épocas y
lugares, aunque especialmente en Italia,            Caurí
así como a piezas similares emitidas ya             Las conchas*, en particular las de las es-
pecies Cypraea annulus y, sobre todo,             cluso, bronce*, llamados estos últimos
     Cypraea moneta, conocidas con el nom-             yibi* o “cara de fantasma”.
     bre de caurís, se encuentran entre los ob-        Ref.: A History of Chinese Currency (1983: 1);
     jetos que han sido más apreciados para            Thierry (1993: 59-60); Amandry (2001: Voces cau-
     su uso como dinero (1)* y que han go-             ris; nez de fourmi); Esto es dinero (2001: 43-44,
                                                       fig. 29; 159, nº 44)
     zado de mayor difusión en el mundo. La
     principal concentración de estos molus-
     cos se da en el archipiélago de las Mal-          Cavallo
     divas, en el extremo suroeste de la India,        V. Caballo
     pero existen también bancos importan-
     tes en el de las Laquedivas, en el mar            Ceca
     de Arabia, así como en distintos puntos           Lugar de producción, taller o edificio
     de África oriental. Desde estos centros,          donde se fabrica la moneda* y, por ex-
     los caurís fueron exportados durante si-          tensión, la ciudad donde se acuña mo-
     glos a diversos lugares de Asia y África.         neda. El término deriva del árabe sikka,
     En el noroeste de Pakistán su empleo se           “cuño* o derecho de acuñación (2)*
     remonta al primer milenio a.C., y en la           de moneda”, utilizado en documentos
     India, a pesar de ser un país fuertemente         medievales. En la Edad Moderna es
     monetizado, continuaron desempeñan-               sustituido por la expresión “Casa de
     do un importante papel incluso hasta el           moneda”, aunque a partir del siglo XIX
     siglo XVIII. En China, los caurís fueron la       vuelve a ser empleado en los tratados y
     base del sistema dinerario hasta la apa-          estudios de Numismática*.
     rición de la moneda* y convivieron con            Ref.: Mateu (1946: 28); Cooper (1988: 33-38,
     ésta hasta aproximadamente 200 a.C. En            109-121, 211-221); VV.AA. (1988: 290); Gil Farrés
                                                       (1993: 35-37); Alfaro (1996: 44)
     el occidente del continente africano se
46   sabe que los caurís circularon como di-
     nero, al menos, desde finales de la Edad           Cédula
     Media, y que, en los siglos XVII y XVIII,         Nombre de los primeros billetes* de
     fueron usados como uno de los principa-           banco españoles, emitidos por el Banco
     les instrumentos de pago en el comercio           Nacional de San Carlos en 1783 y 1798.
     de esclavos. Algunos ejemplares presen-           Las cédulas fueron realizadas por estam-
     tan el dorso cortado, con el fin de po-            pación en hueco* sólo del anverso*, con
     der ensartarlos y facilitar su contabilidad       un color y dibujo de orla* diferente para
     y transporte, característica que suelen           cada valor; el texto era igual para todos,
     mostrar los más antiguos. En ocasiones,           variando sólo la numeración y las firmas*,
     los caurís pueden aparecer citados con el         manuscritas. Tuvieron un éxito reducido y
     nombre de “porcelanas”.                           fueron objeto frecuente de falsificación*.
                                                       Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 24-26); VV.AA. (1979:
     Ref.: Quiggin (1963: 25-36); Gómez-Tabanera
                                                       7-11); Tortella (1994: 32-38)
     (1973-74: 28-29); Mitchiner (1978: 681); Moreno
     Feliú (1991: 36-52); Dinero exótico (2001: 40);
     Esto es dinero (2001: 43-46, fig. 28)              Ceitil
                                                       Moneda* portuguesa de cobre*, acuñada
     Caurí (imitación)                                 a partir de la conquista de Ceuta, en 1415,
     En la antigua China, la demanda de                para facilitar las transacciones con el norte
     caurís* creció hasta tal punto que se             de África. Su nombre deriva del de la ciu-
     fabricaron imitaciones* de las conchas*           dad, siendo ceutí el término castellano.
     de Cypraea moneta en los más diversos             Ref.: Mateu (1946: Voz ceitil); Amandry (2001:
     materiales: hueso*, jade*, piedra* e, in-         Voz ceitil)
Celada                                            centésima parte de la unidad mone-
V. Barbuda                                        taria*.
                                                  Ref.: Mateu (1946: Voz centésimo); Amandry
Cent                                              (2001: Voz centesimo)
V. Céntimo
                                                  Céntimo
Centavo                                           Moneda fraccionaria* contemporá-
Moneda fraccionaria* contemporánea,               nea de diversos países. Equivale a la
equivalente a la centésima parte de la            centésima parte de las unidades mo-
unidad monetaria* vigente en diversos             netarias*, entre ellas el dólar*, la libra
países, la mayoría americanos. Tiene              (3)*, el franco*, la peseta* y el euro*.
múltiplos* de dos, cinco, diez, veinte,           En España, en el sistema de la pese-
cuarenta y cincuenta centavos. Durante            ta, tuvo múltiplos* de dos, cinco, diez,
ciertos períodos, fue la unidad moneta-           quince, veinte, veinticinco y cincuenta
ria en Argentina, Brasil y Angola.                céntimos. Anteriormente, en el siglo
Ref.: Mateu (1946: Voz centavo); Amandry (2001:   XIX, con las reformas sucesivas del sis-
Voz centavo)                                      tema monetario realizadas en época de
                                                  Isabel II, hubo céntimos de escudo* y
Centén                                            céntimos de real*.
V. Cien escudos                                   Ref.: Mateu (1946: Voz céntimo); Amandry (2001:
                                                  Voces centime; centimo)
Centenionalis
Uno de los nombres que aparecen cita-             Céntimo de escudo
dos en las fuentes escritas (centeniona-          Moneda* española de cobre*, centési-
lis nummus, centenionalis communis)               ma parte del escudo (3)* de Isabel II,
para las monedas* romanas de vellón*              vigente entre 1864 y 1868. Tuvo múl-              47
del Bajo Imperio, sin que se sepa con             tiplos* de dos y medio, cinco, diez,
seguridad a qué piezas de las conoci-             veinte y cuarenta céntimos de escudo,
das en la actualidad corresponden. Para           y divisores* de medio céntimo de es-
centenionalis hay varias propuestas,              cudo* y veinticinco milésimas de es-
entre ellas que sea sinónimo de pe-               cudo*.
cunia maiorina*, que se refiera a las              Ref.: Mateu (1946: Voz céntimo de escudo)
piezas acuñadas en el último período
del reinado de Constantino (a partir de           Céntimo de euro
318), o que responda a distintos valores          Moneda fraccionaria* de la Unión Eu-
de la segunda mitad del siglo IV. Dado            ropea, el Principado de Mónaco, la Re-
que las denominaciones podían perma-              pública de San Marino y el Estado de
necer en uso durante mucho tiempo, es             la Ciudad del Vaticano, en vigor desde
posible que un mismo nombre se apli-              el 1 de enero de 1999, equivalente a la
cara a diferentes monedas en distintos            centésima parte del euro*.
momentos.
Ref.: RIC (VIII: 60; X: 18-19); Carson (1990:     Céntimo de real
239-140); Amandry (2001: Voces centenionalis;
maiorina)
                                                  Moneda* castellana de cobre*, centésima
                                                  parte del real (2)* de Isabel II, vigente en-
Centésimo                                         tre 1848 y 1864. Tuvo múltiplos* de cinco,
Moneda fraccionaria* contemporánea                diez y veinticinco céntimos de real.
de diversos países, equivalente a la              Ref.: Mateu (1946: Voz céntimo de real)
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Diccionario tesauronumism

  • 5. Diccionario de Numismática Carmen Alfaro Asins Carmen Marcos Alonso Paloma Otero Morán Paula Grañeda Miñón
  • 6. [[[QGYIW 1-2-78)6-3 () '90896% )HMXE Œ 7)'6)8%6È% +)2)6%0 8f'2-'% 7YFHMVIGGMzR +IRIVEP HI 4YFPMGEGMSRIW -RJSVQEGMzR ] (SGYQIRXEGMzR Œ (I PSW XIXSW WYW EYXSVIW Œ (I PEW VITVSHYGGMSRIW EYXSVM^EHEW 1MRMWXIVMS HI 'YPXYVE +EPPIVME HIKPM 9J½^M /17/% Œ 0YOEW %VX MR *PERHIVW Z^[ [[[PYOEW[IFFI 1YWIY 2EGMSREP HI %VXI %RXMKE -RWXMXYXS HSW 1YWIYW I HE 'SRWIVZEpnS %VGLMZS *SXSKVj½GS 1YWIS HIP 4VEHS -72 (ITzWMXS PIKEP 1 -QTVMQI 7SPERE I ,MNSW 7%
  • 7. 1-2-78)6-3 () '90896% QJHOHV *RQ]¡OH]6LQGH 1MRMWXVE HI 'YPXYVE 0HUFHGHV ( GHO 3DODFLR 7DVF³Q 7YFWIGVIXEVME HI 'YPXYVE QJHOHV $OEHUW (MVIGXSVE +IRIVEP HI IPPEW %VXIW ] MIRIW 'YPXYVEPIW
  • 8. $XWRUHV RODERUDFL³Q W©FQLFD 'EVQIR %PJEVS %WMRW 6SWE 1E PERGS +EVGuE 'EVQIR 1EVGSW %PSRWS 4EPSQE 3XIVS 1SVjR 'LVH±R GH OD FROHFFL³Q 4EYPE +VEyIHE 1MyzR %PFE 0YGuE 6SQIVS 7EPEQERGE 'LUHFFL³Q )RWRJUDI­DV )ZE 1E %PUYq^EV =jyI^ +IQQE 3FzR 8SPSWE 6I]IW 'EVVEWGS +EVVMHS 6YX HI PEW ,IVEW VIXuR .YPMS 8SVVIW 0j^EVS RRUGLQDFL³Q ÅRKIP 1EVXuRI^ 0IZEW 6EP %PSRWS 7jI^ *VERGMWGS 6SHVuKYI^ 4qVI^ 1EVuE .IWW 4MUYIV +EVGuE %RXSRMS 8VMKS %VREP
  • 9. Índice Pg. Prólogo ................................................................................................................. 13 Introducción ........................................................................................................ 17 Diccionario .......................................................................................................... 25 Tesauro ................................................................................................................. 187 Estructura general Esquema .................................................................................................. 189 Desarrollo ................................................................................................ 191 Cuerpo del tesauro ................................................................................................ 219 Catalogación de materiales numismáticos .................................................... 281 Normas generales de catalogación ....................................................................... 283 Modelos de catalogación ...................................................................................... 293 Figuras ................................................................................................................ 323 Índice de figuras .................................................................................................. 325 Figuras .................................................................................................................. 333 Bibliografía básica ........................................................................................... 405 Índice ................................................................................................................... 407 Bibliografía citada en el Diccionario .................................................................. 409 Bibliografía general temática ............................................................................... 416
  • 12. Prólogo Este libro que hoy ve por fin la luz tiene una larga historia. Fue de los primeros en iniciarse cuando en 1993 se emprendió la Normalización Documental de Museos y, con ella, la realización de un conjunto de vocabularios técnicos que sirvieran de 15 pauta para adaptar los sistemas de documentación y registro de los museos a las nuevas tecnologías y a las posibilidades que ofrecían los sistemas informáticos. El proyecto fue encargado al Departamento de Numismática y Medallística del Museo Arqueológico Nacional y acogido con entusiasmo por Carmen Alfaro y Mercedes Rueda, Jefe y Conservadora del Departamento, conscientes de la oportunidad que suponía para elaborar un vocabulario terminológico en castellano en el campo de la Numismática. Desde aquellas fechas el proyecto ha recorrido un arduo camino, siempre con el objetivo de ofrecer al futuro usuario, no necesariamente habituado al manejo de objetos y documentación numismáticos, una obra precisa, pero ante todo prácti- ca y útil. Y en el camino hemos perdido, por desgracia, a Mercedes, en 1995, y a Carmen, en 2005. Desde 1994 han trabajado en el libro Carmen Marcos y Paloma Otero y, a partir de su incorporación al Departamento en 2006, Paula Grañeda. En la última fase hemos contado, además, con la ayuda técnica de Rosa Mª Blanco García, que ha introducido los términos en el programa informático Jerartés, y de Gemma Obón Tolosa, que ha realizado la mayoría de las fotografías; a ambas queremos mostrar nuestro más cordial agradecimiento por su amable participación. Carmen Marcos Paloma Otero Paula Grañeda
  • 16. Introducción Esta obra pertenece a la serie de Diccionarios Domus, programa de publicaciones del Ministerio de Cultura sobre terminología propia del Patrimonio Cultural. Esto im- pone al libro unas características muy concretas en su organización de términos y es- 19 tructura, pues no está planteado como un diccionario de tipo histórico, sino como una herramienta técnica de trabajo dirigida a la normalización documental en el ámbito de los museos, punto este que es esencial señalar, pues en él residen sus características y también algunas de sus limitaciones. El fin principal de este diccionario es ofrecer un vocabulario básico y suficiente de términos específicos para su uso en la descripción de objetos numismáticos y facilitar la catalogación homogénea de este tipo de bienes culturales. En este contexto, una de las operaciones fundamentales es la selección del término más adecuado para designar cada objeto, algo tanto más difícil en cuanto que, en el ámbito de la Numismática, nos enfrentamos a una cantidad enorme de denomi- naciones de valor a lo largo y ancho del mundo y del tiempo, que además pueden haber recibido diferentes nombres, todos ellos igualmente válidos. La amplitud cronológica y cultural que abarca la Numismática, en efecto, nos sitúa ante un fenómeno ingente: sin entrar en el concepto genérico del uso del dinero, nos enfrentamos a 2.600 años de producción monetaria, desde el siglo VII a.C. hasta la actualidad, además de a unos 700 de creación medallística. Es obvio señalar que es im- posible abarcar todo y que por fuerza ha habido que realizar un proceso de selección; más aún tratándose de un diccionario técnico, en el que la aparición de términos, su disposición y su jerarquización siguen reglas muy estrictas. Para ello hemos tomado como base la colección conservada en el Museo Arqueológico Nacional, que por su volumen, variedad y calidad proporciona un panorama sumamente representativo de los objetos que suelen formar parte de las colecciones numismáticas.
  • 17. El elevado tanto por ciento que las colecciones numismáticas representan en la cifra total de los fondos de los museos hace que ocupen un lugar relevante en el proceso de normalización documental. Es indudable que entre los bienes que conforman el Patrimonio Cultural de cualquier país los objetos numismáticos, y especialmente las monedas, representan un papel fundamental tanto por su volu- men como por la inmensa información que pueden aportar al conocimiento de su Historia. La moneda ha acompañado a la Humanidad a lo largo de veintiséis siglos con relativamente pocos cambios formales y manteniendo, siempre, la característica que le da un inmenso valor desde el punto de vista de la investigación histórica: ser un documento oficial, emitido desde el poder, imagen del Estado, reflejo de la cultura que la crea y utiliza, y objeto profundamente imbricado en la vida cotidiana de los seres humanos. Esta larga historia y la enorme difusión de su uso hacen que constituya uno de los objetos arqueológicos más abundantes en los museos y, tam- bién, uno de los recursos más demandados para la investigación y para la difusión del Patrimonio. Dado que el propósito fundamental del Diccionario es servir al catalogador, la selección de términos ha procurado incluir los objetos y denominaciones de va- lor más habituales en las colecciones de museos e instituciones españolas, dando un mayor peso, por razones obvias, a la producción hispánica en sentido amplio, desde la Antigüedad hasta hoy. Sin embargo, se ha pensado siempre en el ámbito numismático en un sentido amplio y no estrictamente monetario, razón por la cual se han incluido también formas de dinero tradicional, instrumentos de fabricación, pesas, etc. No se han recogido, por el contrario, términos relacionados con la his- toria económica, excepto en contados casos en los que hay una vinculación directa 20 con la moneda. La definición global de Numismática, tal y como aparece en manuales y dicciona- rios generales y especializados, incluye en esta disciplina no sólo la moneda, sino una serie de objetos no monetales aunque relacionados formal o funcionalmente con ella: aquellos que por su apariencia exterior se le asemejan, tales como meda- llas, fichas, jetones; aquellos que desempeñan una función dineraria en las socie- dades antiguas y modernas, como el papel moneda o las diversas formas de dinero tradicional; y aquellos que están relacionados con su fabricación, su uso cotidiano o su control oficial: herramientas de fabricación, balanzas, pesas dinerales y comer- ciales, etc. Es cierto, sin embargo, que en el Diccionario es la moneda la que ocupa un espacio más amplio, acorde con su peso en las colecciones de los museos. Otros conjuntos habitualmente custodiados en los Gabinetes Numismáticos, como enta- lles, matrices sigilares, sellos y condecoraciones, no han sido incluidos por tener una entidad bien diferenciada y merecer un tratamiento específico. Por otro lado, es muy importante subrayar el carácter múltiple, o seriado, de las monedas y también de las medallas: no nos enfrentamos a objetos únicos, sino a una producción en serie desde sus mismos comienzos, primero de modo artesanal y, a partir del siglo XVI, industrial, lo cual las convierte en un elemento de primer orden en el ámbito de la Arqueología Industrial y del estudio de los procesos de producción. Además, este carácter de pieza individual integrada en una serie influye
  • 18. directamente, como veremos después, en la elaboración de la ficha de catalogación. Incluso cuando estemos ante una pieza considerada “única”, debemos tener en cuenta que en realidad se trata del único ejemplar superviviente de una emisión producida en cantidades más o menos amplias. La tradición de siglos de la Numismática como disciplina histórica –que se remon- ta a la obra de Antonio Agustín Diálogos de medallas, inscripciones y otras antigüe- dades, publicada en 1587– ha creado una terminología bien definida y un método de descripción y catalogación muy estructurado. Agustín, y después sus sucesores de los siglos XVII y XVIII, sentaron las bases de una metodología que, en realidad, se ha mantenido con relativamente pocos cambios hasta hoy. Esta circunstancia ha conducido a que el método de catalogación numismática sea, de hecho, un sistema normalizado de carácter internacional, aplicado a monedas de todas las épocas y en todos los idiomas; un mismo lenguaje que se usa tanto para inventarios y catálogos como para libros impresos y sistemas informatizados, y que es necesario conocer y utilizar para documentar correctamente un objeto numismático. La misma circunstancia condujo desde muy pronto a un vivo interés por con- tar con repertorios terminológicos, glosarios y diccionarios, no sólo de las es- pecies en circulación, sino de las monedas antiguas –medallas, según la termi- nología de la época-, su iconografía, inscripciones y referencias históricas. Tan solo citaremos algunos de los ejemplos más relevantes en lengua española. A finales del siglo XVIII, Tomás Andrés de Gússeme redacta los seis volúmenes de su Diccionario numismático general (Madrid, 1773-1777). En 1840, Basilio Se- bastián Castellanos elabora su Cartilla numismática o repertorio de las palabras técnicas de la ciencia de las medallas (Madrid, 1840), destinada a sus alumnos, 21 un trabajo conciso y claro que es quizá el más cercano en espíritu y objetivos a nuestro propio Diccionario. Ya en el siglo XX, de la mano de la Comisión Internacional de Numismática, se produjeron en la década de los treinta los primeros intentos de abordar a nivel internacional la unificación terminológica y la preparación de un diccionario de denominaciones de valor de monedas. La tarea resultó inabarcable y el proyecto acabó siendo abandonado después de varios intentos, pero propició la aparición de importantes estudios de distinto signo en diferentes países. En 1946 Felipe Mateu y Llopis publicó un trabajo esencial: su Glosario hispánico de Numismática (Barcelona, 1946), obra de referencia aún hoy día, en la que recopiló un exhaus- tivo diccionario de denominaciones de valor en todas las lenguas españolas ex- cepto el vasco, enlazándolas con la documentación de época existente sobre las mismas. Una década después, Humberto F. Burzio publica su Diccionario de la moneda hispanoamericana (Santiago de Chile, 1958), que, como el Glosario de Mateu, sigue siendo una referencia imprescindible, y que introduce ya aspectos referentes al dinero premonetal. Finalmente, y aunque no sea una publicación en lengua española, debemos citar el recientemente publicado Dictionnaire de Numismatique (París, 2001), dirigido por Michel Amandry y elaborado por los conservadores de la Bibliothèque nationale de France, una de las obras más útiles de los últimos años.
  • 19. Íntimamente ligado a este interés por la terminología ha caminado el desarrollo de las bases de datos expresamente dedicadas a la Numismática, un desarrollo que se produjo muy pronto, desde los años cincuenta, pues los materiales numismáti- cos fueron de los primeros objetos de tipo histórico cuya gestión se adaptó a los sistemas informáticos. Desde entonces, en paralelo con el desarrollo técnico, instituciones e investigadores han venido desarrollando numerosos bancos de datos adaptados a la catalogación de monedas. Las bases de datos creadas especialmente para monedas, como todas las destinadas a un único tipo de objeto, suelen ser muy complejas y contar con numerosos campos específicos para cada aspecto de la catalogación; paralelamente, los museos han venido desarrollando sistemas más generalistas, adaptables a colecciones formadas por objetos diversos y en los que tienen gran peso las estructuras destinadas a recoger datos propios de la vida de la pieza en el museo, tanto en lo que se refiere a su gestión administrativa como documental, en su doble vertiente histórica y gráfica. Esto implica, pues, la nece- sidad de aunar dos tipos diferentes de información, que en el caso que nos ocupa se traduce en la adaptación de una ficha de catalogación numismática correcta a un sistema más amplio. En el caso de los Museos Estatales dicha adaptación se produce mediante el sistema de gestión documental Domus, por lo que más ade- lante presentaremos ejemplos de catalogación según la estructura propia de esta aplicación. Hay que insistir, sin embargo, en que una correcta ficha catalográfica será igualmente transferible a cualquier otro sistema de gestión de datos: el proceso fundamental es recoger la información de una forma lógica y eficiente. Algunas observaciones sobre la estructura del Diccionario 22 Respecto a los criterios que se han seguido a la hora de redactar este diccionario, consideramos necesario hacer algunas precisiones. Como ya se ha mencionado anteriormente, no se han incluido términos relacionados con la historia económica, excepto en aquellos casos en los que su vinculación directa con la moneda ha aconsejado introducir una breve definición. Sí se recogen entradas referentes a aspectos que no pertenecen exclusivamente al ámbito de la Numismática, como son, por ejemplo, materias y técnicas; en estos casos se define tan sólo aquel aspecto tocante a nuestro tema, reenviando para mayor información a obras más espe- cíficas, como los diccionarios de esta misma serie dedicados a materias (Stefanos Krous- tallis, Diccionario de Materias y Técnicas (I): Materias. Tesauros para la descripción y catalogación de bienes culturales, Ministerio de Cultura, Madrid, 2008) y al dibujo y la estampa (Javier Blas Benito (coord.), Diccionario del dibujo y la estampa (Vocabulario y tesauro sobre las artes del dibujo, grabado, litrografía y serigrafía), Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Calcografía Nacional, Madrid, 1996). Respecto a las denominaciones de valor, se ha procurado recoger el mayor número de unidades posible, asumiendo que incluso tratándose de una selección sería una tarea interminable, e inasumible por cualquier publicación, consignar los sistemas com- pletos. Por ello se ha decidido incluir sólo aquellos múltiplos y divisores más comunes en las colecciones museísticas y más habituales en los hallazgos arqueológicos.
  • 20. En la Estructura General del Tesauro las denominaciones de valor se encuentran separadas en dos bloques: el primero incluye todas aquellas unidades que aparecen de forma individual, mientras que en el segundo se han agrupado diversos sistemas –sistema de la dracma, del denario, del maravedí, de la peseta...-, formados por su unidad y los valores relacionados (múltiplos y/o divisores). Esta división no respon- de a ninguna razón conceptual, sino a las reglas técnicas que rigen la elaboración de tesauros. Por la misma razón la Estructura del Tesauro está ordenada alfabética- mente, y no siguiendo criterios cronológicos ni culturales. Ha habido que elegir, además, un solo nombre para designar a cada valor, puesto que de ello depende la eficacia de la recuperación de la información en la gestión informatizada; ello no presupone, sin embargo, que el resto de términos sean in- correctos. Así, se ha elegido, por ejemplo, la expresión “ocho reales” como término preferente frente al tradicional “real de a ocho”, siendo éste un término perfecta- mente correcto. En cuanto a los nombres en otras lenguas, al tratarse de un diccionario en caste- llano se ha procurado utilizar preferentemente su versión castellana, aunque sin for- zar la traducción o castellanización y siempre que esta sea de uso habitual. En caso contrario, se ha respetado la denominación original, que aparecerá en cursiva. Como información complementaria, se incluye una bibliografía básica organi- zada por temas y las grandes series numismáticas, de modo que el usuario pueda localizar obras indispensables para la catalogación y otras de tipo más general, o dedicadas a temas específicos. A fin de facilitar la consulta, se ofrece en primer lugar la bibliografía citada en el Diccionario y, en segundo, como complemento, la 23 bibliografía general agrupada por temas. Un diccionario de esta clase no es nada sin un buen corpus de ilustraciones, por lo que además de algunas figuras relativas a aspectos concretos, como la fabricación de moneda, el grueso de las láminas corresponde a las denominaciones de valor. Se ha procurado incluir el mayor número posible de imágenes, buscando siempre ejemplos significativos desde un punto de vista fundamentalmente didáctico. En aras de la claridad y de la facilidad de manejo, las figuras se han organizado según criterios cronológicos y culturales, de modo que esta parte del libro pueda utilizarse de forma independiente y como un modo de acceder a las entradas del diccionario a partir de las propias imágenes. Excepto cuando se especifique lo contrario, todos los valores se reproducen a escala 1:1. Esperamos que, pese a todas sus imperfecciones y limitaciones, este Diccionario cumpla su propósito, que no es otro que ser útil, tanto para aquellos que deban ca- talogar monedas como para historiadores, estudiantes y todos aquellos interesados en profundizar en el complejo pero atractivo mundo de la Numismática. Como de- cía el propio Mateu y Llopis hace sesenta años, sólo nos queda ya encomendarnos a la benevolencia del lector.
  • 23. A Abasí Acuñación (1) 27 Moneda* de plata* y moneda de cuenta* En plural, nombre que se da frecuente- persas creadas por Abbas I (1587-1629), mente al conjunto de monedas* emiti- cuyo peso inicial, de 7,70 g, se fue redu- das en un período concreto o por una ciendo a lo largo de los siglos XVII-XIX. ciudad, monarca o país. También recibe este nombre una moneda Ref.: Morales y Salazar (1986: 5); Cooper (1988: otomana similar, acuñada en Georgia y 1-2); Beltrán (1989: 125) en el Cáucaso en los siglos XVII y XVIII. Ref.: Mateu (1946: Voz abassi); Amandry (2001: Acuñación (2) Voces abbasi; abazi) Procedimiento para fabricar monedas* y medallas* mediante la presión de dos Abridor cuños* sobre un cospel* colocado en- V. Grabador tre ellos. Inicialmente, la acuñación era manual (acuñación a martillo*), método Acero relegado, desde el siglo XVI, por el em- Aleación* de hierro* y carbono, en di- pleo de máquinas. ferentes proporciones, que, sometida a Ref.: Morales y Salazar (1986: 5); Cooper (1988: temple, adquiere elasticidad y dureza. 1-2); Beltrán (1989: 125); Amandry (2001: Voz En la industria de la acuñación (2)* se frappe) utiliza, fundamentalmente, para fabricar punzones (1)*, matrices* y troqueles*. Acuñación a martillo Ref.: DRAE (1992: Voz acero [1]); Amandry (2001: Procedimiento manual para producir Voz acier); Kroustallis (2008: Voz acero) moneda*, utilizado desde la creación
  • 24. de la moneda metálica, en el siglo VII (1988: 291); Morrison (1992: 62); Gil Farrés a.C., hasta la Edad Moderna, época en (1993: 48); Alfaro (1996: 46-47) la que primero coexistió y después fue sustituido por la acuñación mecánica*. Acuñación con prensa de volante El cospel*, calentado para ablandarlo, Procedimiento mecánico para producir se colocaba entre los dos cuños*: el de moneda* que consiste en presionar un anverso* o pila (1)* estaba fijo en un cospel* entre los cuños* de una prensa yunque* y el de reverso*, o troquel*, de volante*. El sistema utiliza la energía sujeto con la mano, era golpeado con animal o humana como fuerza motriz. un martillo para imprimir los tipos* en [Fig. 243] Ref.: Cooper (1988: 51-60, 126, 131-136); VV.AA. el cospel. Esta fue la técnica habitual, (1988: 291); Morrison (1992: 62); Gil Farrés aunque durante la Edad Media tam- (1993: 48-49); Alfaro (1996: 46-47) bién se utilizó el martilleo en frío, sin calentar los cospeles, dada la delgadez Acuñación industrial de los mismos. El carácter manual del Automatización de la acuñación (2)* me- sistema podía ocasionar cantos* agrie- diante la aplicación de la fuerza del va- tados y formas irregulares, debidos a la por y la electricidad a la acuñación me- expansión del metal*, así como defec- cánica*, a partir del siglo XIX. Con ella tos, tales como las monedas con doble aumentó la velocidad de acuñación. golpe de cuño* y las monedas incusas*. V.a. Prensa automática Además, las monedas acuñadas a mar- Ref.: Cooper (1988: 123-157, 223-243); Morrison tillo* presentaban con frecuencia una (1992: 62-63); Gil Farrés (1993: 48); Alfaro (1996: 47) forma ligeramente cóncava, a causa del impacto que recibían. También se de- Acuñación mecánica sarrollaron algunas técnicas excepcio- Procedimiento de acuñación (2)* me- 28 nales para producir piezas con aspecto diante máquinas, en uso desde el siglo diferente al habitual, como las monedas XVI. Las más utilizadas fueron las pren- bracteadas*, las esquifadas* y las incu- sas de volante* y las de rodillos*, aun- sas griegas. que hubo otras máquinas de empleo [Figs. 241a, 241b, 241c y 242] menos extendido. Las máquinas per- Ref.: Melville Jones (1986: Voz mints and min- mitieron acuñar con mayor velocidad y ting); Cooper (1988: 7-13, 33-38); Melville Jones perfección técnica, así como reducir las (1990: Voz minting); Gil Farrés (1993: 47); Alfaro (1996: 45-46); Amandry (2001: Voz frappe [frappe posibilidades de falsificación*. au marteau]) [Fig. 243] V.a. Prensa de rodillos; Prensa de volante Ref.: Cooper (1988: 39-50, 73-78); Morrison Acuñación con prensa de rodillos (1992: 62); Gil Farrés (1993: 48); Alfaro (1996: Procedimiento mecánico para produ- 46-47) cir moneda* que consiste en pasar una plancha de metal* entre dos cilindros AE paralelos (prensa de rodillos*) en los Del latín aes, abreviatura utilizada inter- que están grabados, de manera coinci- nacionalmente en Numismática* para dente, los diseños de las caras* de la denominar tanto al cobre* como al bron- moneda*. Las piezas se obtenían, poste- ce*, indistinguibles sin un análisis. riormente, recortando la plancha ya im- Ref.: Amandry (2001: Voz AE) presa. El sistema utiliza la energía ani- mal o hidráulica como fuerza motriz. AE 1 Ref.: Durán (1955); Cooper (1988: 61-72); VV.AA. Término convencional utilizado en la
  • 25. mayoría de la bibliografía especializada y sin pretender alcanzar una total exac- para designar a determinados valores titud, podemos definir el AE 2 como la de vellón* y bronce* del Bajo Imperio emisión* de entre 4-10 g de peso y 19- Romano, acuñados a partir de media- 21 mm de módulo*. dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se V.a. Follis (1) adoptó con el fin de sistematizar la [Fig. 47] gran variedad de acuñaciones (1)* de la Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19) época, ante la práctica imposibilidad de relacionar las piezas existentes con los AE 3 nombres contemporáneos de las mo- Término convencional utilizado en la nedas*, que, además, tan solo a veces mayoría de la bibliografía especializada aparecen citados en las fuentes escritas. para designar a determinados valores Existen hipótesis de identificación de de vellón* y bronce* del Bajo Imperio algunos valores, como el nummus (2)*, Romano, acuñados a partir de media- la maiorina* o el centenionalis*, pero dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se sin seguridad y con una alta probabili- adoptó con el fin de sistematizar la dad de que las mismas denominaciones gran variedad de acuñaciones (1)* de la se aplicaran a especies distintas a lo lar- época, ante la práctica imposibilidad de go del tiempo. Según sus dimensiones, relacionar las piezas existentes con los y sin pretender alcanzar una total exac- nombres contemporáneos de las mo- titud, podemos definir el AE 1 como la nedas*, que, además, tan solo a veces emisión* de unos 10 g de peso y 21 mm aparecen citados en las fuentes escritas. de módulo*. Existen hipótesis de identificación de V.a. Follis (1) algunos valores, como el nummus (2)*, [Fig. 46] la maiorina* o el centenionalis*, pero Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19) sin seguridad y con una alta probabili- 29 dad de que las mismas denominaciones AE 2 se aplicaran a especies distintas a lo lar- Término convencional utilizado en la go del tiempo. Según sus dimensiones, mayoría de la bibliografía especializada y sin pretender alcanzar una total exac- para designar a determinados valores titud, podemos definir el AE 3 como la de vellón* y bronce* del Bajo Imperio emisión* de entre 1,50-4 g de peso y Romano, acuñados a partir de media- 14-18 mm de módulo*. dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se V.a. Follis (1) adoptó con el fin de sistematizar la [Fig. 48] gran variedad de acuñaciones (1)* de la Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19) época, ante la práctica imposibilidad de relacionar las piezas existentes con los AE 4 nombres contemporáneos de las mo- Término convencional utilizado en la nedas*, que, además, tan solo a veces mayoría de la bibliografía especializada aparecen citados en las fuentes escritas. para designar a determinados valores Existen hipótesis de identificación de de vellón* y bronce* del Bajo Imperio algunos valores, como el nummus (2)*, Romano, acuñados a partir de media- la maiorina* o el centenionalis*, pero dos del siglo IV d.C. Esta fórmula se sin seguridad y con una alta probabili- adoptó con el fin de sistematizar la dad de que las mismas denominaciones gran variedad de acuñaciones (1)* de la se aplicaran a especies distintas a lo lar- época, ante la práctica imposibilidad de go del tiempo. Según sus dimensiones, relacionar las piezas existentes con los
  • 26. nombres contemporáneos de las mo- el triente, la de Minerva y 4 puntos; el nedas*, que, además, tan solo a veces cuadrante, la de Hércules y 3 puntos; aparecen citados en las fuentes escritas. el sextante, la de Mercurio y 2 puntos; Existen hipótesis de identificación de y la uncia, la de Roma y 1 punto. Este algunos valores, como el nummus (2)*, sistema de valores y tipos, pero ya en la maiorina* o el centenionalis*, pero monedas acuñadas, perduró hasta el sin seguridad y con una alta probabili- final de la República, aunque su peso dad de que las mismas denominaciones disminuyó paulatinamente a lo largo se aplicaran a especies distintas a lo lar- del tiempo. go del tiempo. Según sus dimensiones, V.a. Marca de valor y sin pretender alcanzar una total exac- [Fig. 16] titud, podemos definir el AE 4 como la Ref.: Mateu (1946: Voz aes grave); Crawford emisión* de menos de 1,50 g de peso y (1974: 41-42, 716-718); Amandry (2001: Voz aes [aes grave]) 14 mm de módulo*. V.a. Follis (1) [Fig. 49] Aes libral Ref.: Carson (1990: 241-243); RIC (X: 17-19) V. Aes grave Aes formatum Aes rude Trozos de bronce* o de cobre* (aes) fun- Bloques informes de cobre* o de bron- didos en moldes* a modo de lingotes* ce* (aes), de tamaño y peso muy varia- toscos de diferentes formas (tortas, bo- do, fabricados por fundición* y utiliza- las, barras, varillas), utilizados como di- dos como dinero (1)* por Roma y los nero (1)* por Roma y los pueblos itálicos pueblos itálicos en el siglo III a.C., an- en el siglo III a.C., antes de la introduc- tes de la introducción de la moneda*. ción de la moneda*. El valor de los tro- El valor de estos bloques dependía de 30 zos dependía de su peso, cuya unidad su peso, que no solía superar la unidad ponderal* era la libra (2)* (c. 324,72 g). ponderal*, la libra (2)* (c. 324,72 g). Los Ref.: Amandry (2001: Voz aes [aes formatum]) hallazgos arqueológicos en la Italia cen- tral y septentrional permiten remontar al Aes grave siglo XIII a.C. el uso del bronce al peso. Sistema de la moneda* romana de bron- Ref.: Mateu (1946: Voz aes rude); Melville Jones ce* entre principios del siglo III y el 211 (1990: Voz aes); VV.AA. (1991: 221); Amandry a.C., fecha de la introducción del sis- (2001: Voz aes [aes rude]) tema del denario*. Se trata de piezas lenticulares fabricadas mediante fundi- Aes signatum ción*, cuya unidad es un as* del mismo Sistema del bronce* romano, formado peso que la unidad ponderal*, la libra por lingotes* rectangulares fundidos, (2)* (unos 324,72 g), siendo los diviso- con tipos* en ambas caras*. Se fecha res* el semis*, el triente*, el cuadrante*, entre finales del siglo IV a.C. y la pri- el sextante* y la uncia (2)*. Los tipos* mera mitad del III a.C., probablemente fueron variados hasta que en la última coetáneo a las primeras emisiones* de emisión*, hacia el 225 a.C., se estable- aes grave*. Los lingotes pesan en tor- ció una proa de nave para el reverso* y no a 1,50 kg (aproximadamente, 5 li- una divinidad para el anverso*, distinta bras (2)*) y presentan imágenes varia- según el valor: así, el as presentaba la das: delfín, gallo, elefante, toro, rama, cabeza bifronte de Jano y la marca de ancla, trípode, tridente, caduceo, etc. valor* I; el semis, la de Saturno y una S; A diferencia de otros sistemas basados
  • 27. también en el peso (3)*, como el aes Agujas de toque formatum*, el signatum es un produc- Agujas o barritas de oro* o plata* de to oficial del Estado romano, práctica- diferente ley* que utilizan los ensaya- mente una moneda*, y es considerado dores* para comprobar, por compara- el antecedente directo del sistema mo- ción en la piedra de toque*, la pureza netario posterior. del metal* empleado para la acuñación Ref.: Mateu (1946: Voz aes signatum); Crawford (2)*. Suelen agruparse en instrumentos (1974: 41-42, 716-718); Melville Jones (1990: Voz en forma de estrella o de llavero y, a aes); Amandry (2001: Voz aes [aes signatum]) veces, llevan la marca del ensayador*, Afgani como signo de propiedad. Unidad monetaria* de Afganistán, creada Ref.: Cooper (1988: 34); DRAE (1992: Voz aguja de toque); Amandry (2001: Voz touchau) en 1925. Se divide en cien pul*, mientras que 20 afganis equivalen a un amani*. Akçe Ref.: Amandry (2001: Voz afghani) Pequeña moneda* de plata* acuñada desde el siglo XII por diversos poderes Afinación turcos y turcomanos del Asia anterior. Procedimiento empleado para purificar Fue la principal moneda de plata oto- los metales* antes de su acuñación (2)*. mana hasta finales del siglo XVII. En la Edad Media, también recibía este Ref.: Amandry (2001: Voz akçe) nombre el método utilizado para com- probar y establecer el valor, peso (3)* y ley* de las monedas*. Albertín Moneda* de oro*, con valor de dos ter- Ref.: Amandry (2001: Voz affiner) cios de ducado (1)*, acuñada en los Paí- Aggry (1) ses Bajos por los archiduques Alberto e 31 V. Cuenta aggry chevron Isabel (1598-1621). También se emitió el doble albertín*. Aggry (2) Ref.: Mateu (1946: Voz albertín); Amandry (2001: V. Cuenta aggry oculada Voz albertin) Agorah (1) Aleación Actual moneda fraccionaria* de Israel Producto homogéneo de propiedades (pl. agorot); 100 agorot equivalen a un metálicas, compuesto de dos o más shekel (1)*. elementos por fusión conjunta o por Ref.: Amandry (2001: Voz agorah) aglutinación, donde uno de los cuales, al menos, debe ser un metal*. Su fabri- Agorah (2) cación corresponde al deseo de modifi- Moneda* de plata*, divisor* básico del car alguna de las propiedades físicas o sistema fenicio-púnico, que equivalía a químicas del metal de origen. 1/20 del shekel (2)*. Ref.: Amandry (2001: Voz alliage); Kroustallis Ref.: Alfaro (1998: 80) (2008: Voz aleación) Agostar Alfonsí V. Augustal V. Alfonsino Águila Alfonsí menut V. Trionfo V. Alfonsino menudo
  • 28. Alfonsino Aluminio Nombre genérico dado a diferentes mo- Metal* de color y brillo similares a los de nedas* de oro*, plata* y vellón* acuña- la plata*, ligero, resistente, dúctil y ma- das durante la Edad Media en las Coro- leable. La búsqueda de metales de bajo nas de Castilla, Aragón y Portugal por precio ha hecho que se utilice durante el reyes llamados Alfonso. siglo XX para la fabricación de moneda*. [Fig. 106] Ref.: Morales y Salazar (1986: 22); DRAE (1992: Ref.: Mateu (1946: Voces alfonsí; alfonsino); Voz aluminio [1]); Gil Farrés (1993: 56); Kroustallis Amandry (2001: Voz alfonsino) (2008: Voz aluminio) Alfonsino menudo Amani Alfonsino* de vellón*, acuñado en Cer- Moneda* de oro* de Afganistán entre deña a lo largo del siglo XIV. También 1888 y 1924, con valor de diez rupias* se emitió su mitad. y equivalencia a la libra (3)* inglesa. Se Ref.: Mateu (1946: Voz alfonsins menuts de Sa- acuñaron piezas de cinco, dos y medio, denya); Campo, Estrada-Rius y Clua (2004:94) uno, y medio amani. Ref.: Amandry (2001: Voz amani) Algodón V. Fibra de algodón Amolé Lingote* de sal* gema utilizado como Alma dinero (1)* en Etiopía y en las regiones Núcleo metálico de una moneda*. En vecinas hasta el siglo XX. Los amolé, de las monedas forradas*, el alma suele ser forma rectangular, estaban organizados de un metal* inferior (cobre*, bronce*) en un complejo sistema de valores, con al que recubre la pieza (oro*, plata*). tamaños y pesos que tenían estableci- 32 V.a. Falsificación de época das equivalencias con diversas mone- Ref.: Amandry (2001: Voz âme) das* occidentales. Como la sal es frágil, los lingotes se protegían de los golpes Alpaca y el desgaste envolviéndolos en telas de Aleación* de cobre*, níquel* y cinc*, de algodón*, hojas de palmera y estuches color blanco, utilizada en época con- de fibra vegetal*. temporánea para la fabricación de me- V.a. Sal Ref: Rivallain e Iroko (1986: 57-58); Rivallain dallas* por su brillo y dureza, similares (1994: 37-40); Amandry (2001: Voz amolé); Esto a la plata*. es dinero (2001: 68) Ref.: DRAE (1992: Voz metal1 blanco); Kroustallis (2008: Voz alpaca) Amonedación V. Acuñación (1) Altin Moneda* otomana de oro*, creada en Ángel 1477 como equivalente del florín (1)* y Nombre dado a diversas monedas* de del ducado (2)*. El altin, con sus múlti- oro* de los siglos XIV a XVII, acuñadas plos* y divisores*, se mantuvo con su- en Flandes, Francia (ange d´or, angelot) cesivas reformas hasta el siglo XIX, mo- e Inglaterra (angel) y caracterizadas por mento en el que simplemente pasó a presentar en el anverso* al arcángel San ser una de las denominaciones de otra Miguel, generalmente alanceando al moneda de oro, el yüzlük*. dragón. También se emitieron medios Ref.: Amandry (2001: Voz altın) ángeles.
  • 29. Ref.: Mateu (1946: Voces ángel; angelate; ange- (1986: 7); Medina (1992: 30-32); Gil Farrés (1993: let; angelos; angelot; angelote); Amandry (2001: 20); Amandry (2001: Voz avers) Voces ange d’or; angel; angelet; angelot; angelot au saint Michel) Aragonito Antoniniano Mineral del grupo de los carbonatos, Moneda* romana imperial, inicialmente una de las formas naturales del car- de plata* y después de vellón*, creada bonato cálcico, generalmente de color en el 215 por Caracalla (Marco Aurelio blanco y brillo nacarado, que cristali- Antonino), del cual toma su nombre. za en prismas hexagonales. El nombre En principio equivale a dos denarios* y se debe a Abraham Gottlob Werner pesa 5,07 g, presentando el retrato del (1749-1817), que lo definió a partir del emperador con corona radiada (o de la mineral procedente del yacimiento de emperatriz sobre un creciente lunar) en Molina de Aragón (Guadalajara). Es el el anverso* y tipos* variados en el rever- material del que están hechos los fae* so*. Se acuñó hasta el 274, fecha en que de la isla de Yap (Micronesia). fue sustituido por el aureliano*. Con el Ref.: DRAE (1992: Voz aragonito); Kroustallis (2008: Voz aragonito) tiempo, el peso cayó hasta 2,80 g y la aleación* se empobreció paulatinamen- Árbol de fundición te, disminuyendo su contenido en plata Pieza en forma de rama, compuesta por hasta niveles tan bajos, que muchos de monedas* obtenidas mediante fundi- los ejemplares conservados en la actua- ción* en un molde múltiple en árbol* lidad son prácticamente de bronce*. y que no han llegado a ser separadas, [Figs. 35 y 36] Ref.: Mateu (1946: Voz antoniniano); Melville conservando así los canales de fundi- Jones (1990: Voz antoninianus); Amandry (2001: ción por donde ha circulado el metal*. Voz antoninien) [Fig. 231] 33 Ref.: Cooper (1988: 13-16); Gil Farrés (1993: 43) Anverso Cara* o lado principal en las monedas* Ardit y medallas*. En general, se considera an- V. Ardite verso a la cara que lleva el retrato o el símbolo del gobernante, el nombre del Ardite país emisor* o el tipo* aparentemente Moneda* de vellón* (en catalán, ardit) principal. En las monedas acuñadas a acuñada en diversas localidades de Ca- martillo*, el anverso puede reconocer- taluña y en los condados de Rosellón se como la cara convexa, al ser ésta la y Cerdaña en los siglos XVI y XVII, así que queda en la parte inferior durante como en Navarra en los siglos XVII y el proceso de acuñación (2)*. En las pu- XVIII. También recibe este nombre la blicaciones numismáticas suele utilizarse moneda de cobre* acuñada en Barce- la abreviatura Anv. para designar al an- lona en época de Felipe III, Felipe IV, verso. En la bibliografía sobre monedas Luis XIV de Francia y el archiduque árabes, generalmente desprovistas de re- Carlos de Austria. En 1755, durante el presentaciones figuradas, tanto el anver- reinado de Fernando VI, se acuñó en so como el reverso* reciben el nombre Segovia una emisión* especial de ardi- de áreas*: así, el anverso es la primera tes destinada a circular exclusivamente área o IA, siendo normalmente la que en Cataluña. presenta la profesión de fe musulmana. [Fig. 156] Ref.: Beltrán (1950: 48-49); Morales y Salazar Ref.: Mateu (1946: Voz ardite); Amandry (2001:
  • 30. Voz ardit); Campo, Estrada-Rius y Clua (2004: en el reverso. Tenía múltiplos* (decus- 142-143, 150, 159-161, 164-165) sis*, quincussis*, tressis*, dupondio*) y divisores* (semis*, triente*, cuadrante*, Área sextante*, uncia (2)*, semuncia*, cuar- Nombre que en la bibliografía numis- tuncia*), algunos de ellos emitidos sólo mática se da tradicionalmente a cada ocasionalmente. En la Península Ibérica, una de las caras* de las monedas* ára- durante el período republicano, un cier- bes. El anverso* es la primera área (IA) to número de cecas* hispanas, especial- y el reverso* la segunda (IIA). mente en el sur, adoptaron la metrología [Fig. 247] romana para las emisiones de bronce, Ref.: Gil Farrés (1993: 20) acuñando ases y divisores. Con cierta frecuencia, se llaman también ases a las Argénteo unidades* de bronce de las cecas ibéri- Moneda* romana de plata*, creada en cas y celtibéricas que no siguen el siste- 294 por Diocleciano con talla* de 96 en ma romano, aunque en sentido estricto libra (2)*, como el denario* de Nerón no lo sean; en la bibliografía más actual (siglo I d.C.). Alguna de estas monedas se evita el uso del término para estas lleva la marca de valor* XCVI. En 310 se piezas. A partir del reinado de Augusto, interrumpió la acuñación* de toda mo- la metrología romana y el sistema del as neda de plata pero, a partir del 324/325, se utilizan ya en todos los talleres de la con Constantino, volvió a emitirse, con Península. tres unidades: el argénteo-silicua, una [Figs. 16, 17, 31, 57, 65 y 66] réplica del argénteo, el miliarense* y el Ref.: Mateu (1946: Voz as); Crawford (1974: 6); miliarense pesado. El término procede Melville Jones (1990: Voz as); Amandry (2001: del latín argenteus, “de plata”. Voz as); Esto es dinero (2001: 120) 34 [Fig. 37] Ref.: Amandry (2001: Voz argenteus) Ashrafi Nombre de diversas monedas* árabes Argentino de oro*, entre ellas las de los sultanes Moneda* de oro* acuñada en Argentina mamelucos del siglo XV (de peso simi- entre 1881 y 1896, equivalente a cinco lar al del ducado (2)* veneciano), las pesos (1)*. egipcias de los siglos XVI y XVII y las Ref.: Mateu (1946: Voz argentino); Amandry persas de los siglos XVI al XVIII. (2001: Voz argentino) Ref.: Amandry (2001: Voz ashrafi) As Aspron trachy Unidad de la moneda* romana de Moneda* bizantina de vellón*, y a veces bronce* desde la República, a princi- de cobre* puro, creada por Alejo I Com- pios del siglo III a.C. (aes grave*), has- meno (1081-1118) y acuñada hasta el siglo ta finales del siglo III d.C. Fundida en XIV. Tiene forma cóncava y vale 1/48 de sus orígenes y luego acuñada, durante hyperper* o 100 nummia*. En las fuentes la República presenta habitualmente, latinas se le da el nombre de staminum en el anverso*, la cabeza del dios Jano o stamenon, diferenciando entre stamina y, en el reverso*, una proa de nave y, nova y stamina vetera con el fin de distin- como marca de valor*, el signo I. En guir las monedas anteriores y posteriores a el Imperio, generalmente muestra el la reforma de Manuel I (1143-1180). retrato del emperador con corona de Rev.: Amandry (2001: Voces aspron trachy; sta- laurel en el anverso y tipos* variados ménon)
  • 31. Att reverso*. A lo largo de su vida, el peso Moneda* del antiguo reino de Siam (ac- teórico del áureo sufrió varias modi- tual Tailandia) con valor de un sesen- ficaciones, así como su tipología, que taicincoavo de baht (2)*. Pertenece al se diversificó a finales de la República sistema del pot duang*. e incorporó el retrato del emperador en los anversos de época imperial. Se Augustal acuñaron múltiplos* de diez, ocho, Moneda* de oro* acuñada en Sicilia por seis, cinco, cuatro (cuaternión), dos y el Emperador Federico II (1198-1250), un áureo y medio, así como divisores* inspirada en tipos* monetales romanos. de medio áureo, también conocidos En el anverso* presenta un busto lau- como quinarios de oro*. El nombre, reado de Federico II a la romana y en el además, se aplicó como genérico para reverso* un águila explayada. El mismo la moneda de oro en textos y docu- nombre se dio a algunas monedas sici- mentos medievales. lianas de oro posteriores. [Fig. 34] [Fig. 142] Ref.: Mateu (1946: Voz aureus); Melville Jones Ref.: Mateu (1946: Voz augustal); Amandry (1990: Voz aureus); Amandry (2001: Voz aureus) (2001: Voz augustale) Áureo de 20 ases Aurar Moneda* romana republicana de oro*, Plural de eyrir*. múltiplo* del áureo*, acuñada a finales del V. Eyrir siglo III a.C. con valor de veinte ases*. Aureliano Áureo de 40 ases Moneda* romana de vellón* creada en Moneda* romana republicana de oro*, el 274 por Aureliano para reemplazar múltiplo* del áureo*, acuñada a finales del 35 al antoniniano*, por lo que también se siglo III a.C. con valor de cuarenta ases*. la conoce como neo-antoniniano. En el anverso* lleva el busto radiado del Áureo de 60 ases emperador y, a veces, presenta en el Moneda* romana republicana de oro*, exergo* la marca* XX.I o su equivalente múltiplo* del áureo*, acuñada a fina- griego, KA, que indica que 20 aurelia- les del siglo III a.C. con valor de se- nos (XX o K) equivalen a un argénteo* senta ases*. (I o A) de plata*. Ref.: Amandry (2001: Voz aurelianus) Áureo y medio Moneda* romana de oro*, equivalente a Áureo un áureo* y medio. Unidad de la moneda* romana de oro*, desde la República hasta la creación Austral del sólido (1)*, a principios del siglo Unidad monetaria* de Argentina entre IV. Las primeras emisiones* de oro re- 1985 y 1992, con valor de cien centa- publicanas, a finales del siglo III a.C., vos*. A partir de 1992 se convierte en estaban compuestas por tres valores moneda fraccionaria*, equivaliendo que, por sus marcas*, se supone que 10.000 australes a un peso (1)*. equivalían a sesenta, cuarenta y veinte Ref.: Amandry (2001: Voz austral) ases*. Llevaban como tipos* la cabeza de Marte en el anverso* y un águila so- Axis bre fulmen y la leyenda* ROMA en el V. Posición de cuños
  • 32. Azada Herramienta agrícola, compuesta por un mástil al que se sujeta una ancha pala o lámina de hierro* con uno de sus lados cortantes, de variada tipología según las épocas y las zonas. En algunos lugares, como China y el continente africano, se han usado estas herramientas como di- nero (1)*. Así sucede, por ejemplo, con ciertos tipos de azadas utilizadas por el pueblo mambila en Nigeria y norte de Camerún (azada mambila*). La mo- neda* china llamada bubi* es también un recuerdo de la función dineraria que cumplieron en la antigua China las azadas, o más concretamente las layas, pues reproduce la forma de éstas. Ref.: Quiggin (1963: 74, 95-98, 230-231, 235- 237); Esto es dinero (2001: 81, fig. 61; 165, nº 99) Azada mambila Azada* utilizada como dinero tradicio- nal* por el pueblo mambila, asentado en la franja fronteriza entre Nigeria y Camerún. De las diversas formas que 36 adoptan estas azadas, muchas de ellas sin ningún recuerdo de la herramienta real, la más peculiar es aquella que pre- senta una lámina o pala de hierro*, de unos 60-70 cm de largo y 20-25 cm de ancho, con dos grandes escotaduras a los lados, usada, entre otros fines, para pagar las dotes matrimoniales. Ref.: Esto es dinero (2001: 165) Azófar V. Latón
  • 33. B Baht (1) [Fig. 254] Ref.: Ramos (2003) 37 Unidad monetaria* de Tailandia des- de 1908, equivalente a cien satang* o cuatro salung*, ya dentro de un sistema Balanza de equilibrio monetario de tipo europeo. También Balanza* usada para la comprobación recibe este nombre la unidad ponderal* del peso (3)* y módulo* de ciertas mo- de Siam (actual Tailandia) y de Cambo- nedas*, cuya denominación aparece ya, de unos 15,20 g, en la que se basa mencionada en el propio instrumento. el sistema del pot duang*. Ref.: Ramos (2003) Ref.: Amandry (2001: Voces baht; bat) Balboa Unidad monetaria* de Panamá desde 1903, Baht (2) dividida en cien centésimos* o centavos*. V. Pot duang Ref.: Mateu (1946: Voz balboa); Amandry (2001: Voz balboa) Balanza Utensilio que aplica la ley de la palan- Ban ca para establecer el peso (3)* de un Moneda fraccionaria* (pl. bani; en objeto. Desde inicios del siglo XVI, el castellano, banes) de Rumanía (desde centro más importante de producción 1867) y de Moldavia (a partir de 1993), de balanzas empleadas en pesajes nu- centésima parte del leu*. mismáticos fue la ciudad alemana de Ref.: Mateu (1946: Voz bani); Amandry (2001: Colonia. Voces ban; banu)
  • 34. Bandeja Bat Plancha de cartón*, madera*, plástico* u V. Baht (1) otro material con alveolos de distintos tamaños para almacenar las monedas* Batir o medallas*. V. Acuñación (2) Banliang Bes Moneda* china de bronce* del tipo Moneda* romana republicana de bron- conocido como cash* (redonda con ce*, con valor de ocho uncias (2)*. Fue agujero central cuadrado), creada ha- emitida sólo en 126 a.C. cia 350 a.C. en el reino de Qin. Con la Ref.: Mateu (1946: Voz bes); Crawford (1974: 6); unificación realizada en 221 a.C. como Amandry (2001: Voz bes) consecuencia de la victoria de Qin sobre el resto de los reinos, se con- Besante virtió en la moneda única de China, Moneda* de oro* emitida en el Oriente perdurando, con variaciones en peso latino en los siglos XII y XIII a imita- (inicialmente de unos 8 g) y módulo*, ción* del dinar (2)* islámico. Algunas hasta su sustitución por el wuzhu* en llevaban leyendas* y tipos* cristianos. 118 a.C. Además, el nombre se utilizaba en Oc- Ref.: Amandry (2001: Voces banliang; chinoises cidente para designar diversas monedas [monnaies]) de oro acuñadas en Oriente, tanto cris- tianas como musulmanas. Banu Ref.: Mateu (1946: Voz besante); Amandry (2001: V. Ban Voz besant) 38 Barbuda Bigatus Moneda* de vellón* acuñada por Fer- V. Denario nando I de Portugal (1367-1383), tam- bién conocida con el nombre de ce- Bikuele lada. También se acuñaron medias Haz compuesto por tres hachas* en mi- barbudas*. niatura, realizadas en hierro* y unidas entre sí con fibra vegetal*, una de las Ref.: Mateu (1946: Voz barbuda); Amandry (2001: Voz barbuda) formas de dinero tradicional* usadas en África. Cada haz formaba una unidad, utilizada como medio de intercambio Barilla por la cultura fang, en la zona de Gui- Moneda* española de cobre*, acuña- nea Ecuatorial. da en Manila en época de Carlos III Ref.: Quiggin (1963: 72); Esto es dinero (2001: (1759-1788). También se la denomina 85, fig. 67; 164, nº 86) barrilla. Ref.: Amandry (2001: Voz barilla) Bikuele amu Conjunto compuesto por varias unida- Basilicón des de bikuele*. Estos grupos de haces Moneda* bizantina de plata* creada por fueron utilizados como medio de inter- Andrónico II (1282-1328). Valía un do- cambio por la cultura fang, en la zona ceavo de hyperper*. de Guinea Ecuatorial. Ref.: Amandry (2001: Voz basilikon) Ref.: Esto es dinero (2001: 85, fig. 67; 164, nº 86)
  • 35. Billete nuria, ante la falta de circulante* o en Papel moneda* emitido generalmente por circunstancias de emergencia (gene- un banco o una autoridad pública como ralmente de carácter bélico), canjeable moneda fiduciaria*, cambiable sin limita- por emisiones* de curso legal al termi- ción de tiempo por moneda* metálica y nar dichas situaciones. respaldado por su equivalente en meta- V.a. Moneda de necesidad; Ficha les* preciosos*, que circula como moneda [Fig. 204] Ref.: Mateu (1946: 151); Beltrán (1950: 34); Mo- de curso legal*. Formalmente se trata de rales y Salazar (1986: 30); Morrison (1992: 74- un papel* impreso, con diversos diseños, 77); Amandry (2001: Voz nécessité) marcas* y firmas* que garantizan su au- tenticidad. El término billete se utiliza con Billete domiciliado frecuencia, por tanto, como sinónimo del Billete* de circulación* restringida cuyo más genérico papel moneda. El primer cambio quedaba limitado a una ciudad país donde se emitieron billetes fue China, o región, característica propia de las en el siglo XI, con antecedentes que se emisiones* más antiguas. En ellos cons- remontan al siglo IX. En Europa, los pri- taba el nombre de la sucursal en que meros billetes de banco se imprimieron eran pagaderos, generalmente median- en Suecia en 1661, generalizándose des- te un sello* estampillado. pués bajo el control de los respectivos go- Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20) biernos nacionales. En España, la primera emisión* data de 1783, a cargo del Banco Billete inutilizado Nacional de San Carlos, antecedente del Billete* retirado de la circulación* y actual Banco de España. Aunque en ori- desmonetizado* mediante diversos sis- gen es un documento pagadero “al porta- temas: taladro circular, corte con tijeras, dor”, y así aparecía en los propios billetes, sello*, etc. dicha expresión se convirtió con el tiempo 39 en convencional y desapareció paulatina- V.a. Sello Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 21) mente; en España lo hizo en 1979. [Figs. 202, 203 y 204] Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20); Morales y Sala- Billete no circulado zar (1986: 9); Beltrán (1989: 125); Tortella (1994: 27) Billete* que, por determinadas circuns- tancias, no ha llegado a ponerse en cir- Billete con sellos en seco culación*, aun después de estar confec- En los billetes* del siglo XIX es frecuente cionada la tirada. encontrar, además de las firmas*, sellos* V.a. Sello en seco como signo de legitimidad. En Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 21) épocas de falsificaciones*, se solían pre- sentar los billetes en la ventanilla de los Billete no habilitado bancos para su autentificación mediante Billete* que no lleva la firma* del cajero, sellos, que podían ser en seco o en tinta. es decir, no apto para la circulación*. V.a. Sello V.a. Sello Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20) [Fig. 205] Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20-21) Billete de circulación restringida V. Billete domiciliado Billete provisional Billete de necesidad*, emitido por causa Billete de necesidad de guerra con un período de validez Billete* realizado en momentos de pe- determinado, como los billetes* de 100
  • 36. pesetas* fabricados por el Banco de [Figs. 97, 116 y 123] España en Madrid en 1938 y valederos Ref.: Mateu (1946: Voz blanca); Morales y Salazar (1986: 9) por dos años. Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20) Blanca de la banda Blanca* de Juan II (1406-1454) y Enri- Billete sobrecargado que IV de Castilla (1454-1474), conoci- Billete* que presenta sellos* adiciona- da por este nombre por su tipo* de an- les impuestos después de su emisión*, verso*: el escudo de la Orden y la divisa generalmente estampillados en tinta. de la Banda Real de Castilla. Con estas estampillas la autoridad legi- Ref.: Mateu (1946: Voz blanca de la banda) timaba el billete, autorizaba su circula- ción*, prorrogaba su vencimiento, etc. En épocas de abundancia de falsifica- Blanca del Agnus Dei ciones*, se solían presentar los billetes Blanca* de Juan I de Castilla (1379- en la ventanilla de los bancos para su 1390), creada en 1386 con motivo de la autentificación mediante sellos. guerra contra Inglaterra y conocida por este nombre por su tipo* de anverso*: V.a. Sello Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 20) el cordero de San Juan. En el reverso* lleva una Y gótica coronada, inicial del Billón nombre del rey. V. Vellón [Fig. 96] Ref.: Mateu (1946: Voz blancos del Agnus Dei) Binio V. Dos áureos Blanco (1) Nombre que se dio a diversas monedas* 40 Birr de vellón* de Castilla y Navarra durante Unidad monetaria* de Etiopía, dividida la Edad Media. en cien céntimos*. Ref.: Mateu (1946: Voz blanco) Ref.: Amandry (2001: Voz birr) Blanco (2) Blanca En la Edad Moderna, piezas de vellón* acu- Moneda* de vellón* acuñada en Cas- ñadas por Felipe II (1556-1598) y sus suce- tilla y Navarra durante la Edad Media, sores en el Franco Condado y Borgoña. así como su mitad y su cuarto. Aunque Ref.: Mateu (1946: Voz blanco) sus tipos* varían, en Castilla solía llevar un castillo y un león. En época de los Bloque de té Reyes Católicos presentaba las iniciales V. Ladrillo de té coronadas de los monarcas (F e Y). En Navarra, donde además se emitió un va- Boeki gin lor mayor, la gran blanca*, llevaba gene- Moneda* japonesa de plata*, dentro del ralmente las iniciales coronadas de los sistema del yen*, acuñada específica- respectivos reyes en los anversos*. Con mente a finales del siglo XIX para com- este mismo nombre se conoce también petir con el peso (1)* mexicano en el la moneda de cobre* acuñada en Cas- comercio por el Pacífico. Suelen llevar tilla por Felipe II (1556-1598), con un la leyenda* en inglés “trade dollar”. castillo en el anverso y el monograma* Ref.: Jacobs y Vermeule (1972: 41-42); Amandry de Felipe en el reverso*. (2001: Voz yen)
  • 37. Bolívar Borde Unidad monetaria* de Venezuela des- V. Canto de 1879, equivalente a cien céntimos*. Ref.: Mateu (1946: Voz bolívar); Amandry (2001: Bracteada Voz bolivar) V. Moneda bracteada Boliviano Braspenning Unidad monetaria* de Bolivia, entre Nombre dado al cuarto de gros* en Bra- 1863 y 1963 y, en su forma actual, sus- bante y en Flandes durante los siglos tituyendo al peso (1)* boliviano, desde XV y XVI. 1987. Se divide en cien centavos*. V. Cuarto de gros Ref.: Mateu (1946: Voz boliviano); Amandry Ref.: Amandry (2001: Voz braspenning) (2001: Voz boliviano) Brazalete Bolognino Aro que rodea el brazo más arriba de la Nombre genérico de las monedas* acu- muñeca y que se usa como adorno per- ñadas en Bolonia (Italia). Se emitieron sonal. En algunas ocasiones han consti- también dobles bolognini*. tuido formas de dinero tradicional*: ade- Ref.: Mateu (1946: Voces bolognino; bolognino más de formar parte del patrimonio y ser de oro); Amandry (2001: Voces bolognino; bolog- nino d’oro) una reserva de riqueza, se han emplea- do también como medio de intercambio y de pago. Esta función la han cumpli- Boloko do, por ejemplo, algunos tipos específi- Lingote* de cobre* en forma de barra cos de brazaletes de bronce* africanos, doblada en U y rematada con un disco como las manillas* y ciertas piezas de en cada extremo. Estas piezas han sido 41 gran tamaño, como las utilizadas en la utilizadas como dinero tradicional* por actual República Democrática del Congo diversos grupos asentados en la zona (globulares –brazalete mbole*- o tubula- del Lukenie y en la confluencia de los res), y los llamados navoí*, fabricados ríos Kasai y Sankuru, en la región centro- en Nueva Guinea (Oceanía) y realizados occidental de la República Democrática con caparazón de tortuga*. del Congo. No eran producciones locales, Ref.: Amandry (2001: Voz bracelet); Esto es dine- sino que se obtenían de otras poblacio- ro (2001: 87-89; 161, nº 57; 167, nº 118-119) nes metalúrgicas, como los bankutu, a cambio de productos como la sal*. Aun- Brazalete mbole que la unidad de valor eran las azadas* Brazalete* de cobre*, abierto, hueco y denominadas kundja* (10 kundja gran- de forma globular. Este tipo de braza- des equivalían a un boloko), según una letes, fabricados en el área de la actual relación de precios realizada en 1911 se República Democrática del Congo, for- sabe que el precio de los productos más maban un sistema dinerario compues- caros solía expresarse en boloko. Así, el to por cinco ejemplares de diferentes valor de un esclavo varón era de 2 boloko medidas (desde 18 cm hasta 35 cm de y 3 el de una esclava, mientras que el pre- sección), cada uno con su propia de- cio de una esposa ascendía a 10 boloko. nominación. Estos objetos de adorno, [Fig. 199] tanto masculino como femenino, solían Ref.: Quiggin (1963: 67-68); Opitz (1991: 25); Dinero exótico (2001: 72); Esto es dinero (2001: utilizarse para afrontar los pagos matri- 109, fig. 87; 169, nº 138) moniales.
  • 38. [Fig. 196] por otra plana con bordes redondea- Ref.: Van Erve (1997: 22); Esto es dinero (2001: dos. Este tipo de monedas presenta 88; 167, nº 118) varias inscripciones*, entre las que se puede leer el lugar de emisión*. Por su Briquet forma es también conocida como “mo- Moneda* de plata* acuñada en los Países neda azada”. Bajos en el siglo XV, de la que también Ref.: Quiggin (1963: 222); A history of Chinese se emitieron piezas de dos y de medio Currency (1983: 3); Thierry (1986: 2-3; 1993: 59); briquet. El nombre hace referencia a los Williams (1997: 137); Amandry (2001: Voz bê- eslabones característicos del collar del che); Dinero exótico (2001: 41); Esto es dinero Toisón de Oro. (2001: 166, nº 107) Ref.: Mateu (1946: Voz briquet); Amandry (2001: Voz briquet) Bullet money V. Pot duang Bronce Aleación* de cobre* y estaño*, en pro- Bunduqi porciones variables, considerada más Nombre de diversas monedas* de oro* adecuada para las acuñaciones (1)* del mundo islámico, procedente del que el cobre puro. A veces también se apelativo árabe de Venecia, Bunduqiya, alea con plomo (1)*, aluminio*, níquel* a cuyos ducados (2)*, imitados a partir o cinc*. En Numismática* se emplea la del siglo XV, se llamaba así en el Medi- abreviatura convencional AE*, del latín terráneo oriental. aes, para denominar tanto al bronce V.a. Matbú como al cobre, indistinguibles sin un Ref.: Amandry (2001: Voz bunduqi) análisis. Ref.: Morales y Salazar (1986: 10); Melville Jones Buril 42 (1990: Voz metals of coinage); Amandry (2001: Instrumento de acero*, de forma alarga- Voz bronze); Kroustallis (2008: Voz bronce) da y prismática y terminado en punta por un extremo, utilizado para grabar Bronce terciario en hueco las matrices*. Se manejaba V. Potín solo o con ayuda de macetas*, peque- ños martillos de acero con mango de bubi madera*. Moneda* china de bronce* con forma Ref.: VV.AA. (1988: 290) de laya o azada*. Tiene su origen en el primitivo uso como dinero (1)* de estas herramientas agrícolas. Posteriormente se realizaron imitaciones* de las mismas, objetos que terminaron convirtiéndose en la moneda oficial de los Estados de la China central bajo el dominio de la dinastía Zhou (1122-256 a.C.). Las más antiguas copian con mayor fidelidad las layas reales, pero su forma se fue sim- plificando con el tiempo. En la época de los Reinos Combatientes (453-222 a.C.) se suprimió la terminación ahue- cada en forma de flecha, sustituyéndola
  • 39. C Caballero Cagliarese 43 Nombre de diversas monedas*, sobre Nombre genérico de las monedas* de todo de oro*, pero también de plata*, vellón* y de cobre* acuñadas en Caglia- acuñadas en los Países Bajos entre los ri (Cerdeña) desde finales del siglo XV siglos XV y XVIII, con un caballero ar- hasta principios del XIX. Las primeras mado como tipo* principal. se emitieron durante el reinado de Fer- Ref.: Amandry (2001: Voz cavalier) nando II de Aragón (1479-1516). Tam- bién se acuñaron piezas de medio, dos, Caballo tres y seis cagliaresi. Moneda* de cobre* acuñada en el Ref.: Mateu (1946: Voz cagliarese); Amandry reino de Nápoles desde 1472, bajo (2001: Voces cagliarese; Sardaigne) el reinado de Fernando I de Aragón, hasta la proclamación de la República Caja de cambista napolitana, en 1648. Denominada así Estuche portátil, generalmente de ma- por presentar un caballo en el rever- dera*, que contiene una balanza* y un so*. Carlos V emitió la pieza de tres juego de pesas dinerales*, de latón* o caballos*. bronce*, correspondientes a las princi- Ref.: Mateu (1946: Voz caballo); Amandry (2001: pales monedas* en circulación*. Utiliza- Voz cavallo) do por cambistas y comerciantes desde la Edad Moderna, su uso se populari- Cacao zó a finales del siglo XVII y principios V. Semilla de cacao del siglo XVIII. La prensa automática* y la acuñación industrial* trajeron consi-
  • 40. go la fabricación de monedas con un Canto peso exacto y con cantos* que evita- Borde exterior y lateral que delimita ban el cercén, lo que paulatinamente las dos caras* de la moneda* o de la fue haciendo innecesaria su utilización medalla*. A veces lleva decoraciones o a partir de la segunda mitad del siglo leyendas*, generalmente para evitar li- XIX. Desde inicios del siglo XVI, el maduras y cercenes; inicialmente estos centro más importante de producción motivos se grabaron mediante la cerri- de estas cajas fue la ciudad alemana lla*, desde 1833 mediante la virola* par- de Colonia. tida, integrada en la prensa de volante*, [Figs. 240 y 253] y, a partir del siglo XX, mediante la vi- Ref.: Gil Farrés (1976: 70; 1993: 68); Ramos rola cerrada. (2003) V.a. Moneda cercenada Ref.: Beltrán (1950: 52); Morales y Salazar (1986: Caja de pesas 11); Cooper (1988: 101-106, 170-173, 193-199) Estuche portátil, generalmente de made- ra*, que contiene un juego de pesas*. Canto dentado Ref.: Ramos (2003) V. Canto serrado Calco Canto epigráfico Unidad de la moneda* de bronce* en Canto* que presenta una inscripción*. el mundo griego. El término chalkous, Ref.: Gil Farrés (1993: 19) “cobre*, bronce”, se utilizó primero como un nombre genérico para las mo- Canto estriado nedas de bronce, en la época de su in- Canto* decorado con estrías paralelas. troducción en el sistema monetario, y 44 acabó siendo adoptado como denomi- Canto liso nación de valor*. Tiene como múltiplos* Canto* sin decoración. el dicalco*, el tricalco* y el tetracalco*, Ref.: Gil Farrés (1993: 18-19) y como divisores*, el hemicalco* y el leptón (2)*. Canto redondeado Ref.: Meurice (1985: 41); Melville Jones (1986: Canto* levemente convexo a conse- Voz chalkos); Carradice y Price (1988: 93); Aman- cuencia de la forma almendroide de los dry (2001: Voz chalque) cospeles*. Es característico de las mo- nedas* antiguas. Calderilla Ref.: Gil Farrés (1993: 18-19) Nombre popular con el que se designa a la moneda* española de poco valor, Canto resaltado en particular en los siglos XIX y XX. Canto* con un resalte, llamado listel*, Ref.: Mateu (1946: Voz calderilla); Morales y Sa- que permite apilar las piezas sin daño lazar (1986: 11); VV.AA. (1991: 221); Gil Farrés (1993: 55) para los tipos*. Es propio de las mone- das* contemporáneas. Campo Ref.: Gil Farrés (1993: 19) Superficie del anverso* o del reverso* de la moneda* o de la medalla* no ocu- Canto serrado pada por los tipos* y las leyendas*. Canto* en forma de dientes de sierra, a [Fig. 245] veces también llamado dentado. Ref.: Morales y Salazar (1986: 11); VV.AA. (1988: 290) Ref.: Beltrán (1950: 61-62); Gil Farrés (1993: 19)
  • 41. Cañón en miniatura bajo otros reyes. Las piezas más antiguas Diferentes tipos de cañones en mi- con este nombre son de plata* y fueron niatura fueron utilizados como dine- acuñadas en el siglo XIII en Nápoles. ro (1)* desde finales del siglo XIX y También circularon piezas de dos, me- durante parte del XX en los sultanatos dio, un tercio y un cuarto de carlino. de Brunéi, Sabah y Sarawak, en la isla [Fig. 144] de Borneo. Están realizados en bron- Ref.: Mateu (1946: Voz carlín); Amandry (2001: Voces carlin; carlino) ce* y su longitud oscila entre los 15 y 20 cm, aproximadamente. Representan cañones de tipo europeo y algunos Cartón están decorados con símbolos*, como Conjunto de varias hojas superpues- por ejemplo un corazón, emblema de tas de pasta de papel* que, en estado la Compañía Británica de las Indias húmedo, se adhieren unas a otras por Orientales. Fueron empleados tanto comprensión y se secan después por para el tráfico comercial como para evaporación. También puede estar rea- pagos matrimoniales o multas. Muchos lizado directamente con pasta de papel fueron fabricados durante la Segunda o con hojas encoladas de papel viejo. Guerra Mundial. En Numismática*, el cartón se emplea con fines diversos como, por ejemplo, Ref.: Einzig (1956: 90-91); Quiggin (1963: 257- 258, 261); Dinero exótico (2001: 55); Esto es di- para fabricar bandejas* de almacena- nero (2001: 84, fig. 64; 165, nº 94) miento o, en momentos de penuria, para emitir moneda de necesidad*. Caparazón de tortuga Ref.: Esto es dinero (2001: 87; 167, nº 118-119); Cubierta dura que protege el tronco de Kroustallis (2008: Voz cartón) estos animales. En Nueva Guinea, con este material se realizan unos grandes Casa de moneda 45 brazaletes* denominados navoí*, un V. Ceca tipo de dinero tradicional*. Ref.: Esto es dinero (2001: 87; 167, nº 118-119); Cash Kroustallis (2008: Voz caparazón de tortuga) Nombre genérico, en inglés, de las mo- nedas* de forma redonda con agujero Cara central cuadrado de China y de sus imi- Cada una de las superficies de una mo- taciones* de Vietnam, Corea y Japón. El neda*, medalla* u objeto monetiforme término francés sapèque tiene el mismo en general. significado. [Figs. 188 y 244] Cara de fantasma Ref.: Amandry (2001: Voces cash; sapèque) V. Yibi Castellano Carlín Nombre que reciben las doblas (2)* de V. Carlino Enrique IV de Castilla (1454-1474), con un castillo en el anverso* y un león en Carlino el reverso*. Del italiano carlo, nombre dado a nume- [Fig. 100] rosas monedas* acuñadas por soberanos Ref.: Mateu (1946: Voz castellano) llamados Carlos en diferentes épocas y lugares, aunque especialmente en Italia, Caurí así como a piezas similares emitidas ya Las conchas*, en particular las de las es-
  • 42. pecies Cypraea annulus y, sobre todo, cluso, bronce*, llamados estos últimos Cypraea moneta, conocidas con el nom- yibi* o “cara de fantasma”. bre de caurís, se encuentran entre los ob- Ref.: A History of Chinese Currency (1983: 1); jetos que han sido más apreciados para Thierry (1993: 59-60); Amandry (2001: Voces cau- su uso como dinero (1)* y que han go- ris; nez de fourmi); Esto es dinero (2001: 43-44, fig. 29; 159, nº 44) zado de mayor difusión en el mundo. La principal concentración de estos molus- cos se da en el archipiélago de las Mal- Cavallo divas, en el extremo suroeste de la India, V. Caballo pero existen también bancos importan- tes en el de las Laquedivas, en el mar Ceca de Arabia, así como en distintos puntos Lugar de producción, taller o edificio de África oriental. Desde estos centros, donde se fabrica la moneda* y, por ex- los caurís fueron exportados durante si- tensión, la ciudad donde se acuña mo- glos a diversos lugares de Asia y África. neda. El término deriva del árabe sikka, En el noroeste de Pakistán su empleo se “cuño* o derecho de acuñación (2)* remonta al primer milenio a.C., y en la de moneda”, utilizado en documentos India, a pesar de ser un país fuertemente medievales. En la Edad Moderna es monetizado, continuaron desempeñan- sustituido por la expresión “Casa de do un importante papel incluso hasta el moneda”, aunque a partir del siglo XIX siglo XVIII. En China, los caurís fueron la vuelve a ser empleado en los tratados y base del sistema dinerario hasta la apa- estudios de Numismática*. rición de la moneda* y convivieron con Ref.: Mateu (1946: 28); Cooper (1988: 33-38, ésta hasta aproximadamente 200 a.C. En 109-121, 211-221); VV.AA. (1988: 290); Gil Farrés (1993: 35-37); Alfaro (1996: 44) el occidente del continente africano se 46 sabe que los caurís circularon como di- nero, al menos, desde finales de la Edad Cédula Media, y que, en los siglos XVII y XVIII, Nombre de los primeros billetes* de fueron usados como uno de los principa- banco españoles, emitidos por el Banco les instrumentos de pago en el comercio Nacional de San Carlos en 1783 y 1798. de esclavos. Algunos ejemplares presen- Las cédulas fueron realizadas por estam- tan el dorso cortado, con el fin de po- pación en hueco* sólo del anverso*, con der ensartarlos y facilitar su contabilidad un color y dibujo de orla* diferente para y transporte, característica que suelen cada valor; el texto era igual para todos, mostrar los más antiguos. En ocasiones, variando sólo la numeración y las firmas*, los caurís pueden aparecer citados con el manuscritas. Tuvieron un éxito reducido y nombre de “porcelanas”. fueron objeto frecuente de falsificación*. Ref.: Ruiz y Alentorn (1974: 24-26); VV.AA. (1979: Ref.: Quiggin (1963: 25-36); Gómez-Tabanera 7-11); Tortella (1994: 32-38) (1973-74: 28-29); Mitchiner (1978: 681); Moreno Feliú (1991: 36-52); Dinero exótico (2001: 40); Esto es dinero (2001: 43-46, fig. 28) Ceitil Moneda* portuguesa de cobre*, acuñada Caurí (imitación) a partir de la conquista de Ceuta, en 1415, En la antigua China, la demanda de para facilitar las transacciones con el norte caurís* creció hasta tal punto que se de África. Su nombre deriva del de la ciu- fabricaron imitaciones* de las conchas* dad, siendo ceutí el término castellano. de Cypraea moneta en los más diversos Ref.: Mateu (1946: Voz ceitil); Amandry (2001: materiales: hueso*, jade*, piedra* e, in- Voz ceitil)
  • 43. Celada centésima parte de la unidad mone- V. Barbuda taria*. Ref.: Mateu (1946: Voz centésimo); Amandry Cent (2001: Voz centesimo) V. Céntimo Céntimo Centavo Moneda fraccionaria* contemporá- Moneda fraccionaria* contemporánea, nea de diversos países. Equivale a la equivalente a la centésima parte de la centésima parte de las unidades mo- unidad monetaria* vigente en diversos netarias*, entre ellas el dólar*, la libra países, la mayoría americanos. Tiene (3)*, el franco*, la peseta* y el euro*. múltiplos* de dos, cinco, diez, veinte, En España, en el sistema de la pese- cuarenta y cincuenta centavos. Durante ta, tuvo múltiplos* de dos, cinco, diez, ciertos períodos, fue la unidad moneta- quince, veinte, veinticinco y cincuenta ria en Argentina, Brasil y Angola. céntimos. Anteriormente, en el siglo Ref.: Mateu (1946: Voz centavo); Amandry (2001: XIX, con las reformas sucesivas del sis- Voz centavo) tema monetario realizadas en época de Isabel II, hubo céntimos de escudo* y Centén céntimos de real*. V. Cien escudos Ref.: Mateu (1946: Voz céntimo); Amandry (2001: Voces centime; centimo) Centenionalis Uno de los nombres que aparecen cita- Céntimo de escudo dos en las fuentes escritas (centeniona- Moneda* española de cobre*, centési- lis nummus, centenionalis communis) ma parte del escudo (3)* de Isabel II, para las monedas* romanas de vellón* vigente entre 1864 y 1868. Tuvo múl- 47 del Bajo Imperio, sin que se sepa con tiplos* de dos y medio, cinco, diez, seguridad a qué piezas de las conoci- veinte y cuarenta céntimos de escudo, das en la actualidad corresponden. Para y divisores* de medio céntimo de es- centenionalis hay varias propuestas, cudo* y veinticinco milésimas de es- entre ellas que sea sinónimo de pe- cudo*. cunia maiorina*, que se refiera a las Ref.: Mateu (1946: Voz céntimo de escudo) piezas acuñadas en el último período del reinado de Constantino (a partir de Céntimo de euro 318), o que responda a distintos valores Moneda fraccionaria* de la Unión Eu- de la segunda mitad del siglo IV. Dado ropea, el Principado de Mónaco, la Re- que las denominaciones podían perma- pública de San Marino y el Estado de necer en uso durante mucho tiempo, es la Ciudad del Vaticano, en vigor desde posible que un mismo nombre se apli- el 1 de enero de 1999, equivalente a la cara a diferentes monedas en distintos centésima parte del euro*. momentos. Ref.: RIC (VIII: 60; X: 18-19); Carson (1990: Céntimo de real 239-140); Amandry (2001: Voces centenionalis; maiorina) Moneda* castellana de cobre*, centésima parte del real (2)* de Isabel II, vigente en- Centésimo tre 1848 y 1864. Tuvo múltiplos* de cinco, Moneda fraccionaria* contemporánea diez y veinticinco céntimos de real. de diversos países, equivalente a la Ref.: Mateu (1946: Voz céntimo de real)