ACERTIJO DE POSICIÓN DE CORREDORES EN LA OLIMPIADA. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Violencia
1. Violencia
La raíz de la palabra violencia es la combinación de dos palabras en latín:
“vis”(fuerza) y el participio “latus”, de la palabra “fero” (acarrear, llevar), “acarrear
fuerza hacia”, violencia significa “fuerza intensa”.
La violencia (del latín violentia) es un comportamiento deliberado, que provoca, o
puede provocar, daños físicos o psicológicos a otros seres, y se asocia, aunque no
necesariamente, con la agresión física, ya que también puede ser psicológica o
emocional, a través de amenazas u ofensas. Algunas formas de violencia son
sancionadas por la ley o por la sociedad, otras son crímenes. Distintas sociedades
aplican diversos estándares en cuanto a las formas de violencia que son o no son
aceptadas. Por norma general, se considera violenta a la persona irrazonable, que
se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese, y caiga quien caiga.
Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía.
Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si
se impone por la fuerza.
Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psíquico y el
abuso sexual. Sus causas pueden variar, las cuales dependen de diferentes
condiciones, como las situaciones graves e insoportables en la vida del individuo,
la falta de responsabilidad por parte de los padres, la presión del grupo al que
pertenece el individuo (lo cual es muy común en las escuelas) y el resultado de no
poder distinguir entre la realidad y la fantasía, entre otras muchas causas.
Tipos
Violencia
Habitualmente este tipo de violencia no se produce de forma aislada, sino que sigue un
patrón constante en el tiempo. Los principales sujetos pasivos son las mujeres, niños y
personas dependientes. Lo que todas las formas de violencia familiar tienen en común es
que constituyen un abuso de poder y de confianza. Dada la complejidad y variedad del
fenómeno, es muy difícil conocer sus dimensiones globales.
Cabe añadir que la Dogmática considera de forma unánime que el término violencia se
refiere tanto a violencia física como psicológica, considerándose igualmente tanto las
lesiones físicas como las psicológicas.3
Violencia psicológica
La violencia psicológica, conocida también como violencia emocional, es una forma de
maltrato, por lo que se encuentra en una de las categorías dentro de la violencia doméstica.
2. La intención que trae consigo la violencia psicológica es humillar, hacer sentir mal e
insegura a una persona, deteriorando su propio valor. Difiere del maltrato físico ya que éste
es sutil y es mucho más difícil de percibirlo o detectarlo. Se manifiesta a través de palabras
hirientes, descalificaciones, humillaciones, gritos e insultos. Éste trastorno puede tener
bases en la infancia de las personas cuando se llevan a cabo la falta de atención por parte de
los padres o familiares, y la violencia intrafamiliar.
Violencia familiar
La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios miembros de la
familia contra otro u otros miembros de la familia. La violencia contra la infancia, la
violencia contra la mujer y la violencia contra las personas dependientes y los ancianos son
las violencias más frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre se ejerce por el más
fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo en ocasiones razones
psicológicas (véase síndrome de Estocolmo) las que impiden a la víctima defenderse.La
mayor parte de los agresores son personas mucho mas fuertes que a las que se les agrede.
El síndrome de la abuela esclava es otra forma de maltrato frecuente en el siglo XXI,
descrito sobre todo en países hispanoamericanos, que afecta a mujeres adultas con gran
carga familiar, voluntariamente aceptada durante muchos años, pero que al avanzar la edad
se torna excesiva. Si la mujer no expresa claramente su agotamiento (o lo oculta), y sus
hijos no lo aprecian y le ponen remedio, la sobrecarga inadecuada provoca o agrava
diversas enfermedades comunes: hipertensión arterial, diabetes, cefaleas, depresión,
ansiedad y artritis. Estas manifestaciones no curan adecuadamente si no se reduce
apropiadamente la sobrecarga excesiva. Ocasionalmente puede provocar suicidios, activos
o pasivos4
Los niños que suelen estar presentes durante la violencia y los que presencian pueden sufrir
problemas emocionales y de comportamiento. Los investigadores indican que la violencia
en la familia a los niños le afecta en tres maneras: en la salud, educación y el uso de
violencia en su propia vida. Se ha comprobado que los niños que presencia la violencia
manifiestan un grado mayor de depresión, ansiedad, síntomas de trauma y problema de
temperamentos.5
La violencia de género
Es el tipo de violencia física o psicológica ejercida contra mujeres de todo tipo de edades.
Sin embargo, debido a la amplitud que abarcan las distintas formas de violencia y a que no
todos los estudios se enfocan en las definiciones, identidades y relaciones de género, no
toda la violencia contra la mujer puede identificarse como violencia de género, ya que por
definición, el término hace referencia a aquel tipo de violencia que socava sus raíces en las
relaciones y definiciones de género dominantes existentes en una sociedad, por lo que es
habitual que exista cierta confusión al respecto.
3. Violencia en el noviazgo
La violencia en las relaciones de noviazgo se definen como todo ataque intencional de
tipo sexual, físico o psíquico, de un miembro de la pareja contra el otro en una relación de
noviazgo1 con el objeto de controlar o dominar a la persona.2
Una relación con estas características suele denominarse noviazgo violento.
Esta temática se inscribe dentro de la violencia en las relaciones de pareja pero se limita
típicamente a parejas no convivientes, sin hijos en común, no unidas por lazos económicos
o institucionales, generalmente adolescentes o adultos jóvenes. En el caso de parejas
heterosexuales, se inscribe dentro de la violencia de género y especialmente de violencia
contra la mujer.
El concepto se ha forjado como temática de estudio específica por ser un precursor de la
violencia en el contexto de un matrimonio.3 4 Esto es, estudiando los orígenes de la
violencia en parejas casadas, en general mucho más grave y evidente, se llega a la
conclusión de que ésta proviene de una violencia más sutil e invisibilizada en la época de
noviazgo. Los esfuerzos de los especialistas orientados hacia la prevención de la violencia
doméstica se orientan, en parte, hacia la detección de las primeras señales de violencia que
se manifiestan en esta primera época de vida de la pareja.
Otra razón para darle importancia al tema es que es en la adolescencia cuando se aprenden
las pautas de interacción que luego se extienden a la edad adulta.5 De aquí que si un
adolescente solo vive relaciones violentas, las naturalizará y serán las únicas que tendrá en
toda su vida.
Formas de maltrato
La formas de maltrato se pueden clasificarse en cinco categorías, siendo estas, de la más
frecuente a la menos frecuente: Psicológica, Emocional, Física, Económica y Sexual.11
Psicológico
Son acciones orientadas a controlar, restringir los movimientos o vigilar a la otra persona;
aislarla socialmente; desvalorizarla, denigrarla, humillarla o hacerla sentir mal consigo
misma; hacer que otros se pongan en su contra, acusarla falsamente o culparla por
circunstancias negativas; obligarla a ir en contra de la ley o de sus creencias morales y/o
religiosas; destruir su confianza en sí misma o en la pareja. Las conductas más frecuentes
son: «Llamar varias veces al día para averiguar que está haciendo el otro», «Controlar su
tiempo o sus actividades cotidianas», «Imponer el punto de vista» y «Acusar injustamente
de ser infiel».
Emocional
4. Son actos de naturaleza verbal o no verbal que generan intencionalmente en la víctima
ansiedad, temor o miedo, tal como las intimidaciones y las amenazas. Incluye las amenazas
o los actos de violencia dirigidos a un familiar o a un conocido de la víctima, a sus bienes o
hacia el agresor mismo, realizados con el mismo fin. Las conductas más frecuentes son:
«Llegar borracho(a) a la casa a hacer escándalo», «Rompier o destruir algún bien personal
del otro», «Amenazar con tener una relación con otra persona» y «Amenazar con hacerse
daño a sí mismo(a), si el otro no hacía algo que él (ella) dijo».
Físico
Son actos sobre el cuerpo de la persona, que produce daño o dolor sobre la misma (golpes,
patadas, cachetadas, pellizcos, intento de estrangulamiento, etc.). Las conductas más
frecuentes son: «Apretar fuerte con intención de lastimar» «Golpear con una parte del
cuerpo (con el puño, un pie, etc)» «Arrojar algún objeto en un momento de conflicto»
Económico
Cuando se fuerza a la otra persona a depender económicamente del agresor, no dejándola
trabajar o por otros medios; ejercer control sobre los recursos financieros de la víctima o
explotarla económicamente. La conducta más frecuente es: «No permitirle trabajar o
estudiar u obligar a abandonar un trabajo o unos estudios que venía realizando».
Sexual
Son actos obligados, no consentidos por la víctima, orientados a satisfacer necesidades o
deseos sexuales del victimario. Las conductas más frecuentes son: «Forzar a tener
relaciones sexuales» y «Obligar a tener comportamientos sexuales que no le gradaban o con
los que no se sentía a gusto».
Violencia simbólica
Violencia simbólica es un concepto creado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la
década de los 70, que en ciencias sociales se utiliza para describir las formas de violencia
no ejercidas directamente mediante la fuerza física, sino a través de la imposición por parte
de los sujetos dominantes a los sujetos dominados de una visión del mundo, de los roles
sociales, de las categorías cognitivas y de las estructuras mentales.
Constituye por tanto una violencia dulce, invisible, que viene ejercida con el consenso y el
desconocimiento de quien la padece, y que esconde las relaciones de fuerza que están
debajo de la relación en la que se configura.
Según la psicopedagoga clínica Laura Gutman, la violencia simbólica puede ser mucho más
letal de lo que en principio nos podemos imaginar. Las diversas formas de violencia
simbólica tienen la dificultad de ser primero identificadas como violencia ya que no se
notan, no se saben, no se presuponen. Así pueden mantenerse mucho más tiempo en acción
5. sin ser descubiertas. En cambio, la violencia activa es más fácil de identificar y puede ser
tratada a tiempo.
Este concepto, posteriormente clave en su obra teórica, viene formulado por Bourdieu en
sus estudios sobre la sociedad Cabilia (en: la dominacion masculina) y el sistema educativo
francés (en: los herederos: los estudiantes y la cultura). Estas dos investigaciones
proporcionan los dos ejemplos clásicos de violencia simbólica que el sociólogo propone: La
imposición arbitraria de un arbitrio cultural y la reproducción del dominio masculino sobre
las mujeres mediante la naturalización de las diferencias entre géneros.
La violencia simbólica esta estrechamente ligada a otros conceptos de Bourdieu como
habitus, el proceso a través del cual se desarrolla la reproducción cultural y la naturalización de
determinados comportamientos y valores.
incorporación el proceso por el que las relaciones simbólicas repercuten en efectos directos sobre el
cuerpo de los sujetos sociales.
Bourdieu nos habla de cómo naturalizamos e interiorizamos las relaciones de poder,
convirtiéndolas así en evidentes e incuestionables, incluso para los sometidos. De esta
manera aparece lo que Bourdieu llama violencia simbólica, la cual no sólo está socialmente
construida sino que también nos determina los límites dentro de los cuales es posible
percibir y pensar.
Tenemos que tener en cuenta que el poder simbólico sólo se ejerce con la colaboración de
quienes lo padecen porque contribuyen a establecerlo como tal. Según Foucault, no
podemos hablar de relación de poder sin que exista una posibilidad de resistencia. El
subordinado no puede ser reducido a una total pasividad sino que tiene la opción de buscar
otras formas de responder al poder tanto individuales como colectivas.
Como advierte Bourdieu (1999), la violencia simbólica no es menos importante, real y
efectiva que una violencia activa ya que no se trata de una violencia “espiritual” sino que
también posee efectos reales sobre la persona.
Violencia escolar
Se entiende por violencia escolar la acción u omisión intencionadamente dañina ejercida
entre miembros de la comunidad educativa (alumnos, profesores, padres, personal
subalterno) y que se produce bien dentro de los espacios físicos que le son propios a esta
(instalaciones escolares), bien en otros espacios directamente relacionados con lo escolar
(alrededores de la escuela o lugares donde se desarrollan actividades extraescolares).
Una forma característica y extrema de violencia escolar producida entre alumnos es el
acoso escolar (en inglés, bullying).
Factores de riesgo
6. Los estudios científicos señalan como principales factores de riesgo en la vida de los
miembros de la comunidad educativa a la hora de posibilitar la violencia escolar los
siguientes:
La exclusión social o el sentimiento de exclusión;
La ausencia de límites en el comportamiento social;
La exposición continuada a la violencia reflejada en los medios de comunicación;
La integración en bandas que hacen uso de la violencia como forma de
comportamiento habitual;
La facilidad para disponer de armas;
La justificación de la violencia en la sociedad o en el ámbito social al que
pertenezca la persona.
Problemas familiares como causa de violencia (Separación, violencia intrafamiliar)
Tipos de violencia
tringulogaltung.
La violencia, según Galtung, es como un iceberg, de modo que la parte visible es mucho
más pequeña que la que no se ve. De acuerdo con el autor, existirían tres tipos de violencia:
1. La violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde
a actos de violencia.
2. La violencia estructural, (la peor de las tres), que se centra en el conjunto de
estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades y se concreta,
precisamente, en la negación de las necesidades.
3. La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se
concreta en actitudes. Educar en el conflicto supone actuar en los tres tipos de
violencia.
A menudo, las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de violencia
estructural y/o justificadas por la violencia cultural: muchas situaciones son consecuencia
de un abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido, o de una situación de injusticia
7. social (de un reparto de recursos insuficiente, de una gran desigualdad en la renta de las
personas, dificultad de acceso a los servicios sociales y a la red sanitaria, etc.), y reciben el
espaldarazo de discursos que justifican estas violencias.
tringulo galtung violencias.
Violencia cultural
Esta forma de la violencia hace referencia a aspectos de la cultura que la legitiman a través
del arte, la religión, la ciencia, el derecho, etc.
De los tres tipos de violencia (directa, estructural y cultural) la directa es clara y visible, por
lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia
cultural y la violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más
factores, detectar su origen, prevención y remedio es más complicado.
Hacia los años 90 surge, de la mano de Galtung, una nueva aproximación a la violencia al
crearse el concepto de violencia cultural, que la define como una violencia, simbólica, que
“se expresa desde infinidad de medios (simbolismos, religión, ideología, lenguaje, arte,
ciencia, leyes, medios de comunicación, educación, etc.), y que cumple la función de
legitimar la violencia directa y estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de
quienes la sufren, y ofrece justificaciones para que los seres humanos, a diferencia del resto
de especies, se destruyan mutuamente y sean recompensados incluso por hacerlo”.2 Así, por
ejemplo, se puede aceptar la violencia en defensa de la fe o en defensa de la religión.
En el panorama sobre el tema de la violencia, la violencia estructural aportó una nueva
visión, más dinámica, más procesual, más amplia, de la violencia de la que había hasta
entonces. Pero aún quedaban incertidumbres por resolver: ¿por qué optaban las personas
por el uso de la violencia aún cuando sus posibilidades de lograr una victoria que les
beneficiase eran muy escasas, teniendo en cuenta que el poder siempre puede hacer uso de
una violencia mayor, más planificada e incluso legalizada? ¿Por qué no se usan,
habitualmente, fórmulas diferentes a la violencia? Las respuestas a estas preguntas vinieron
del entorno cultural en el que todo ser humano se desarrolla y se educa. Estamos educados
en una cultura de violencia, donde no se nos enseña, ni se nos permite demasiado, a ver
alternativas a la violencia. Porque en las escuelas y los demás medios de transmisión y
reproducción de la cultura nos han enseñado la historia como una sucesión de guerras;
porque estamos acostumbrados a que los conflictos se reprimen por la incuestionable
autoridad paterna, o por la autoridad del macho sobre la hembra, o por las leyes nacionales
o internacionales; porque los medios de comunicación de masas nos venden como la única
vía de solución de los conflictos internacionales el uso de los ejércitos, etc. Es decir,
8. vivimos inmersos en una violencia constante, la cual se manifiesta a diario, en todos los
ámbitos y a todos los niveles.
La violencia cultural se utiliza para lograr la aprobación de posturas fanáticas en lo
religioso, en lo económico, en las relaciones de género, en las relaciones con la naturaleza,
etc. Se basa en un amplísimo entramado de valores que asumimos continuamente desde
pequeños y que luego se refuerzan con las normas legales de la sociedad para inculcarnos
una cultura opresiva porque es acrítica y delegadora y porque nos prepara para la
colaboración pasiva y/o activa con estructuras injustas e insolidarias. Por tanto, el problema
es que luchar contra este tipo de violencia es muy complicado, puesto que nuestra sociedad
cultural nos acerca a la idea profunda de la visión negativa de los conflictos, de nuestra
visión simple, miedosa e impuesta de la paz, con lo que encontrar alternativas a la manera
de vivir y de actuar queda reducido y poco.
Este concepto, no por ello este tipo de violencia, es relativamente nuevo. Por eso, con el
paso del tiempo se han reconocido las grandísimas implicaciones que tiene la violencia
cultural, incluso para resituarlo al lado, en igualdad de condiciones, con los otros tipos de
violencia (directa y estructural).
Como ejemplos de violencia cultural encontramos: el de una religión que justifique la
realización de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al
Estado para ejercer la violencia. Otro ejemplo, son las ideas y los conceptos que sirven para
justificar la violencia, la injusticia y la pobreza que se representa a través de las actitudes de
"los ricos" que asumen la situación como normal y continúan haciendo su vida como si
nada ocurriera.
Violencia directa
La violencia directa, física y/o verbal, es visible en forma de conductas, responde a actos de
violencia y se concreta en comportamientos. Es la que realiza un emisor o actor
intencionado (en concreto, una persona), y quien la sufre es un ser vivo dañado o herido
física o mentalmente.
Entendiendo la violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, nos referimos a
un abuso de autoridad cuando alguien cree tener poder sobre otro, acto que sucede
generalmente en las relaciones asimétricas. Si bien lo más visible de la violencia directa es
la violencia física, manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo
(hematomas y traumatismos), no por ello es la única que se practica, puesto que toda acción
destructiva contra la naturaleza también debe de entenderse como violencia directa.
La acción humana no surge de la nada, tiene sus raíces; dos de ellas son indicativas para
entender el punto en el que nos encontramos, donde la violencia forma parte de nuestra
cotidianidad. La primera es la cultura de violencia (heroica, patriótica, patriarcal, etc.), y la
segunda se refiere a la estructura violenta en sí misma, por ser demasiado represiva,
explotadora o alienante, demasiado estricta o permisiva para la comodidad del pueblo.
9. La violencia directa tiene como principal característica diferenciadora que es una violencia
visible en lo que se refiere a muchos de sus efectos; básicamente los efectos materiales. Sin
embargo, también es cierto que algunos efectos aparecen más o menos invisibles (odios,
traumas psicológicos, sufrimientos, relaciones internacionales injustas, adicción a una
cultura violenta, concepciones culturales como la de «enemigo», etc.) y, aunque son igual
de graves, no se suelen considerar tan importancia como los efectos materiales.
De violencia directa podemos diferenciar tres tipos, dependiendo contra quien atente:
Toda aquella acción agresiva o destructiva contra la naturaleza (daños contra la
biodiversidad, contaminación de espacios naturales, etc.).
Contra las personas (violaciones, asesinatos, robos, violencia de género, violencia
en la familia, violencia verbal y/o psicológica, etc.),
Contra la colectividad (daños materiales contra edificios, infraestructuras, guerras,
etc.).
Aunque seria muy común pensar que la violencia directa es la peor de todas las violencias,
puesto que es la más conocida, no es cierto ya que esta es visible, por tanto más fácil de
identificar y de actuar contra ella. También, este tipo de violencia es la manifestación de
algo, y no el origen. Es precisamente en los orígenes donde se deben buscar las causas y
atacar para derrocarlas. La violencia directa no mata tantas personas como las otras dos
(cultural y estructural).
Según Galtung, la violencia directa es un concepto muy relacionado con dos concepciones
erróneas: la identificación de la violencia con la ausencia de paz (donde no hay paz, hay
violencia) y con la concepción del conflicto humano, social o natural como algo totalmente
negativo. Por tanto, como respuesta a estas ideas y manera de entender la violencia se han
desarrollado una serie de mecanismos represivos y punitivos para regular legalmente las
situaciones de violencia que se dan a diario, en la vida, en las relaciones sociales y/o
internacionales. De este modo han surgido legislaciones, leyes, ejércitos, policía, cárceles,
etc. para hacer cumplir la legalidad estrictamente.
Esto nos vuelve a acercar a la idea anteriormente comentada de que todo sistema asume
como obvio, instaurado e inevitable la existencia cotidiana de los conflictos. Galtung en
plantea que así no se avanza en la forma de encarar los conflictos, ya que la represión sigue
transmitiendo sólo una visión negativa del conflicto [cita requerida].
Existen numerosos ejemplos de violencia directa, por ejemplo: un militar apaleando a una
persona, el enfrentamiento entre un policía y un manifestante, una persona asesinada, un
chico enfrentándose con piedras a un militar, una mujer violada.
Violencia estructural
La violencia estructural esta originada por todo un conjunto de estructuras, tanto físicas
como organizativas, que no permiten la satisfacción de las necesidades. Esta es la peor de
las tres violencias (cultural, directa y estructural), porque es el origen, es la que más mata y
10. como es muy complicado distinguirla es difícil luchar contra ella. Si en un conflicto,
sistemáticamente, una parte sale ganando a costa de la otra, esto no es un conflicto sino que
es violencia estructural. Por tanto, nos encontramos ante un grave problema.
Para poder responder a cuestiones como, por ejemplo, que es lo que ha ocurrido para que
estalle una guerra en un país que hasta entonces habíamos creído pacífico, a inicios de la
década de los años 70’ del siglo XX, Galtung3 y otros desarrollaron el concepto de
violencia estructural, concepto que avanza a una visión de violencia más dinámica y más
invisible definiéndolo así: “aquello que provoca que las realizaciones efectivas, somáticas y
mentales, de los seres humanos estén por debajo de sus realizaciones potenciales”.
El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que se produce
un daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar,
identidad o libertad) como resultado de los procesos de estratificación social, por tanto, no
hay la necesidad de violencia directa. El término violencia estructural remite a la existencia
de un conflicto entre dos o más grupos sociales (normalmente caracterizados en términos
de género, etnia, clase nacionalidad, edad u otros) en el que el reparto, acceso o posibilidad
de uso de los recursos es resuelto sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en
perjuicio de las demás, debido a los mecanismos de estratificación social.
La importancia y utilidad del término violencia estructural se encuentra en el
reconocimiento de la existencia de conflicto en el uso de los recursos materiales y sociales
y como tal, es útil para entender y relacionarlo con manifestaciones de violencia directa
(cuando alguno de los grupos quiere cambiar o reforzar su posición en la situación
conflictiva por la vía de la fuerza) o de violencia cultural (legitimizaciones de las otras dos
formas de violencia, como, por ejemplo, el racismo, sexismo, clasismo o eurocentrismo).
La violencia estructural sería un tipo de violencia indirecta, es decir, las acciones que
provocan el hambre en el mundo, por ejemplo, no están diseñadas y realizadas directamente
con ese fin, sino que son derivaciones indirectas de la política económica capitalista y del
injusto reparto de la riqueza. Esto provocaría que las causas que producen la violencia
estructural no sean visibles con evidencia en algunos casos o en un análisis poco profundo
y, por consiguiente que sea más difícil y complicado enfrentarse a este tipo de violencia.
Por el contrario, la violencia directa, al ser la más visible de todas permite con mayor
facilidad afrontarse a ella.
La V. Estructural se manifiesta cuando no hay un emisor o una persona concreta que haya
efectuado el acto de violencia sino que es una estructura y se concreta en la negación de
necesidades. También puede decirse que esta violencia es la suma total de todos los
choques incrustados en las estructuras sociales y mundiales, cementados y solidificados, de
tal forma que los resultados injustos y desiguales son casi inalterables.
La violencia estructural se subdivide en interna y externa:
La interna emana de la estructura de la personalidad de cada uno.
La externa proviene de la propia estructura social, ya sea entre seres humanos o
sociedades. De acuerdo con Galtung, las dos principales formas de violencia
11. estructural externa, a partir de la política y la economía, son: represión y
explotación. Ambas actúan sobre el cuerpo y la mente, y aunque no sea consuelo
para las víctimas, no necesariamente son intencionadas.
Por otro lado, también se han descrito dos tipos de violencia estructural, la vertical y la
horizontal:
Vertical: “es la represión política, la explotación económica o la alienación cultural,
que violan las necesidades de libertad, bienestar e identidad, respectivamente”.
Horizontal: “separa a la gente que quiere vivir junta, o junta a la gente que quiere
vivir separada. Viola la necesidad de identidad”.
Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre,
miseria, enfermedad o incluso muerte, a la población. Son ejemplos los sistemas cuyos
estados o países no aportan las necesidades básicas a su población. Está representada por
las numerosas situaciones de injusticia que se observan: mientras unos/as comen y beben en
abundancia, otros/as revuelven en la basura, no tienen qué comer, piden limosna, etc. Otros
ejemplos claros de Violencia Estructural los encontramos en el Apartheid, en el hambre
mundial, en la obligatoriedad del servicio militar, las dictaduras militares o en el sistema
económico y jurídico internacional que empobrece continuamente a los países del Sur, en
beneficio de los del Norte.
Conflictos vs violencia
Los conflictos son situaciones de disputa en los que hay contraposición de intereses,
necesidades y valores. No debemos confundir conflicto con violencia puesto que hay
conflictos que pueden resolverse sin el uso de la violencia, aunque no es posible que haya
violencia sin conflicto (pero esto no quiere decir que el conflicto puede ser más o menos
real para todo aquel que es objeto de la violencia). La violencia es un fenómeno social, que
se aprende y por tanto también se debería poder desaprender. Por tanto, no se debe
pretender eliminar los conflictos, puesto que estos son positivos en tanto que son
oportunidades de transformación; se debe luchar a favor del no uso de la violencia para
resolverlos.
Los conflictos, entendidos erróneamente como algo negativo, son connaturales a las
relaciones humanas y positivos en tanto que implican un cambios. Bien gestionados,
pueden ser una excelente herramienta pedagógica. Ahora bien, esto implica un trabajo,
tanto de enseñar como de aprender a gestionar los conflictos. El problema con el conflicto
empieza cuando las necesidades de dos o más personas/grupos son antagónicas, puesto que
esto genera una crisis, difícil de resolver. Por eso, hay que poder abordar el conflicto antes
de que llegue a la crisis.
Necesidad → Problema → Crisis
12. La violencia, puede ser entendida como el uso o amenaza de uso de la fuerza o de potencia,
abierta u oculta, con la finalidad de obtener de uno o varios individuos algo que no
consienten libremente de hacerles algún tipo de mal (físico, psíquico o moral).
Conceptos y tipos de violencia
El término de Violencia y su raíz etimológica nos remite al concepto de “Fuerza”.
Corsi (1994) define a la Violencia, en sus múltiples manifestaciones, como una forma de
ejercer el poder mediante el empleo de la fuerza (física, psicológica, económica, política) e
implica la existencia de un “arriba” y un “abajo”, reales o simbólicos, que asumen roles
complementarios: padre - hijo, hombre - mujer, maestro - alumno, patrón - empleado,
joven- viejo.
Tipos de violencia
Violencia física.- Acto de agresión intencional, repetitivos, en el que se utilice alguna parte
del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia para sujetar, inmovilizar o causar daño a la
integridad física de su contraparte, encaminado hacia su sometimiento y control.
Se puede expresar a través de:
Sujeción (control)
Lesiones con puño, mano o pie
Lesiones con objetos
Golpes
Ingestión forzada de drogas o bebidas alcohólicas
Mutilaciones y deformaciones
Quemaduras con líquidos o cigarros
Privación de alimentos
Sobrealimentación
Descuido físico
Violencia psicológica.- Se liga a patrones de conducta que consisten en omisiones y
actos repetitivos, cuyas formas de expresión pueden ser prohibiciones, coacciones,
condicionamientos, intimidaciones, amenazas, actitudes devaluatorias, de abandono y que
provoquen en quien las recibe, deterioro, disminución o afectación de la estructura de su
personalidad.
Algunas expresiones de maltrato psico emocional son:
Aislamiento
Controlar a través del miedo gritar indiferencia
Humillar
Pobre o nula estimulación emocional
13. Rechazo
Irrespetar los sentimientos
Negligencia
Abandono
Violencia sexual.- Está ligada a un patrón de conducta consistente en omisiones y
actos repetitivos, que pueden expresarse a través de: negar la satisfacción de las
necesidades sexo-afectivas, la inducción a la realización de prácticas sexuales no deseadas
o que generen dolor, practicar la celotipia para el control, manipulación o dominio de la
pareja y que generen daño.
Comprenden actos como:
Manoseos
Hostigamiento sexual
Violación
Forzar a ver o presenciar actos con carga sexual
Violencia económica
Se expresa en patrones de conducta vinculadas a controlar a alguien haciéndola
económicamente dependiente. Incluye el control y manejo del dinero, las propiedades y, en
general, de todos los recursos de la familia. En la mayoría de los casos por lo general se da
por parte del hombre.
Algunas manifestaciones de este tipo de violencia son:
Hacer que la persona receptora de violencia tenga que dar explicaciones cada vez que
necesite dinero, ya sea para uso de la familia o del suyo propio.
Dar menos dinero necesario, a pesar de contar con liquidez
Inventar que no hay dinero para gastos que la persona considera importantes.
Gastar sin consultar con la mujer cuando el hombre quiera algo o considera que es
importante.
Disponer del dinero de la persona afectada (sueldo, herencia, etc.)
Que el hombre tenga a su nombre las propiedades derivadas del matrimonio.
Privar de vestimenta, comida, transporte o refugio.