Generalidades de Anatomía - Ayudantía de Cátedra AHCG .pdf
Representación Neuronal de las Palabras
1. Magíster en Psicopedagogía y Educación Especial
Neurociencias Cognitivas y Necesidades Educativas Específicas
Representación Neuronal de las Palabras
Estudiante: Maryorie Badilla Hernández
Profesor: Roberto Ferreira
Durante la investigación bibliográfica acerca de la representación neuronal de
las palabras se leyó una interrogante que parece pertinente repetir, puesto que, mediante
el desarrollo del presente ensayo se intentará responder. -“¿Qué sucede en nuestro
cerebro cuando escuchamos o leemos una palabra?”, es decir, cómo se representan las
palabras que oímos o leemos en nuestro cerebro. De acuerdo, a los estudios e
investigaciones científicas algunos avalan, por una parte, que existen zonas específicas
modularizadas encargadas del lenguaje, y por otra, que distintas conexiones forman
redes neuronales que llevan a cabo esta función y que no actúan como módulos.
Para entender lo mencionado anteriormente, expondremos rápidamente la teoría de la
modularidad presentada por Fodor en 1983, con el fin de ir comprendiendo el
funcionamiento del lenguaje y, así llegar a la respuesta del cuestionamiento inicial.
En su tesis “The modularity of mind”, Fodor plantea que el cerebro tiene una estructura
basada en módulos encapsulados, los cuales tienen funciones definidas y cuyas
características esenciales son las siguientes:
1. El módulo procesa información de un dominio específico.
2. Estas entradas están dadas por otras partes del sistema nervioso (receptores
sensoriales u otros módulos).
2. 3. El módulo está genéticamente estipulado.
4. La modularidad se asocia con una arquitectura neuronal fija.
5. El módulo trabaja más o menos independientemente, lo cual optimiza su
rapidez y efectividad.
Teniendo como base la modularidad del cerebro, la representación de las palabras
estaría determinada por zonas modulares específicas. Esto pareciera tener sustento en el
sentido de que ya, hace más de un siglo tanto Paul Broca, como Karl Wernicke
mediante la investigación en pacientes con lesiones cerebrales (pacientes afásicos)
descubrieron que existen zonas específicas encargadas del lenguaje (ubicadas en el
hemisferio izquierdo), las cuales están vigentes hasta el día de hoy .
Si bien, dichos descubrimientos se sustentaron en cerebros dañados, actualmente las
neurociencias como otras ciencias afines, se han encargado de investigar el
funcionamiento cerebral y su respectiva actividad no solo en órganos lesionados, sino
que la ciencia les ha permitido efectuarlo, a través, de la observación de cerebros sanos.
Para ello, se utilizan distintas técnicas algunas más invasivas, que otras, como por
ejemplo; la EEG (electroencefalografía), MEG (magnetoencefalografía), ERP
(potenciales evocados relacionados con los eventos), PET (tomografía por emisión
de positrones), NRM (imagen por resonancia magnética), RMF (resonancia
magnética funcional), entre otras, las cuales han permitido observar cabalmente
cuáles son las zonas que se activan al desarrollar distintas actividades cerebrales,
tales como la representación neuronal de las palabras.
3. Pero estas técnicas no solo han permitido observar la activación cerebral, sino que
mediante éstas se ha podido concluir que los procesos del lenguaje parecen estar mucho
más distribuidos de lo pensado. En este sentido las palabras se extenderían
corticalmente como redes neuronales, de acuerdo a su significado. Por ejemplo, al leer
una persona palabras relacionadas con el olor, tales como "vainilla", "cilantro" o
"cebolla", se observa activación en el cortex olfativo primario; y la lectura de palabras
relacionadas con el sabor, tales como "azúcar" o "manjar" activa regiones cerebrales del
gusto. Esta información nos demuestra que la representación de una palabra no está
restringida a una región específica del cerebro, sino que a diferentes áreas, de acuerdo
al significado de la misma.
Mediante lo recién descrito se observa la activación de redes neuronales en distintas
zonas cerebrales dependiendo del tipo de palabra. No obstante, es importante señalar
que ya Donald Hebb (1949) planteaba una teoría la cual explica que "cuando un axón
de la célula A es lo suficientemente cerca para excitar células B y repetidamente o
persistentemente toma parte en la conexión, algunos procesos de crecimiento o cambio
metabólico se lleva a cabo en una o ambas células de tal manera que la eficiencia de A,
como una de las celdas de disparo B, se incrementa ". Parece confuso, pero lo que se
intenta explicar con este autor, es que las neuronas que se activan juntas se conectan,
estableciendo redes neuronales (nodos). Esto quiere decir, que Hebb es de alguna forma
los precursores del modelo conexionista, el cual señala que el cerebro funciona
mediante redes neuronales que se activan en paralelo y, que por lo tanto las palabras se
representarían mediante la activación paralela de una serie de éstas en el cerebro.
Actualmente, basándose en lo anterior Pulvermüler (2003), habla de una “web
4. funcional”, es decir, de un conjunto de neuronas que están fuertemente conectadas entre
sí, las cuales están distribuidas sobre un conjunto específico de áreas corticales, que
trabajan juntas como una unidad funcional y que cuyas partes son mutuamente
dependientes entre sí. De acuerdo a este investigador, las palabras están representadas
neuronalmente por webs funcionales cuya distribución cortical viene determinada por el
contenido de su significado. Esto excluye la idea de un "centro del significado” único.
Por lo tanto, estas webs neuronales que representan a las palabras en el cerebro estarían
ubicadas en las áreas perisilvianas (dominancia del hemisferio izquierdo) y en otras
zonas corticales distantes relacionadas con la información semántica de cada palabra
(bilaterales, ambos hemisferios).
Finalmente, después de hacer un breve recorrido bibliográfico para entender cómo el
cerebro representa las palabras que vemos u oímos, se comprende que la actividad
cerebral, para ejecutar esta función, no se restringe a una sola área o región cerebral,
sino que, más bien la activación de estas redes depende del significado de cada palabra.
No obstante, sí existen áreas específicas del lenguaje (perisilvianas), pero que en
conjunto de otras representan las palabras en nuestros cerebros. Por otra parte,
comprendemos además, que los aportes de las técnicas de neuroimagen y registro,
señaladas durante el desarrollo del documento han sido cruciales para comprender la
actividad cerebral de forma precisa y fehaciente. Así como dar respuesta a nuestra
interrogante inicial -“¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando escuchamos o leemos
una palabra?”.
5. Ahora que ya hemos dilucidado en parte, la forma en que se representan las palabras en
nuestros cerebros, no nos queda más, que seguir esperando los futuros hallazgos al
respecto.
6. Bibliografía
Fodor, J. (1983), The Modularity of Mind: an essay on faculty psychology. Cambridge,
Massachusetts. The Mits Press.
González Álvarez, J. (2007). Texto adaptado y ampliado de: Brain and Language: The
Neural Representation of Words and their Meanings Invited speech (III Conference
ALFAL-NE). Oxford University, Taylor Institution. España. Recuperado de
http://www3.uji.es/~gonzalez/Oxford(texto).pdf
Hebb, D. (1949), La organización de la conducta:. Una teoría neuropsicológica. Nueva
York. Wiley and Sons.
Palacios, S. Y Sánchez, E. (2010), Bases neurológicas y psicopedagógicas del
tratamiento educativo de la diversidad. Madrid. UNED estudios.