GUIA DE CIRCUNFERENCIA Y ELIPSE UNDÉCIMO 2024.pdf
Maria montessori
1. MARIA MONTESSORI: Lectura “Ideas generales sobre mi método”
“La infancia me ha mostrado que la humanidad es una”
Todos los niños hablan a la misma edad, no importando su raza ni sus
circunstancias o las de sus familias; caminan, cambian dientes, etc... En
ciertos periodos determinados de su vida. En otros aspectos también,
especialmente en el campo psicológico, son similares emocionándose de la
misma manera.
Los niños son los constructores de los hombres que edificarán, tomando del
entorno, el lenguaje, la religión y las peculiaridades no sólo de la raza, no
sólo de la nación, sino también del barrio en donde se desarrollan. El niño es
el ciudadano olvidado, y si alguna vez, los hombres de Estado y los
pedagogos llegasen a comprender la extraordinaria fuerza que late en la
infancia por lo bueno o por lo malo, siento que le darían prioridad por
encima de cualquier otra cosa. Todos los problemas de la humanidad
dependen del hombre, y si no se le presta atención durante su construcción,
los problemas nunca serán resueltos. Al hombre se le debe cuidar su
desarrollo desde el inicio de su vida, cuando los grandes poderes de la
naturaleza están trabajando. Sólo entonces podremos tener esperanzas de
idear una mejor comprensión internacional”.
El fragmento citado anteriormente de María Montessori, constata que su
preocupación siempre estuvo destinada a mejorar la sociedad humana, por lo
que ella consideraba vital atender a los “olvidados por la sociedad”, los niños; y
propuso una interesante, útil y factible metodología para atenderlos de manera
correcta.
Método María Montessori – Bases.
Su método se basa en satisfacer las necesidades inherentes al niño.
Montessori afirmaba que el niño tiene una personalidad libre, y que hasta la
fecha, la escuela lo que hacía era aprisionarle en vez de darle una respuesta
educativa favorable para su desarrollo. Partía de la base de que la “edad de la
formación” es la más importante de la vida, y que en consecuencia la educación
de los más pequeños es de vital importancia dado que es el futuro de la sociedad.
Para comenzar a educar a los niños, proponía que lo primero es adaptar el
ambiente a la personalidad de ellos. Con ello quería decir que el escenario ideal
sería un aula en el que el niño pueda desenvolverse alejado de una excesiva
vigilancia impuesta por los adultos, y donde prime el amor.
2. Crear un ambiente que invite al niño a actuar, a multiplicar sus esfuerzos, con
objetos adecuados a su edad, que capten su atención y que le ayuden a aprender.
Es decir, crear lo que ella llamaba “el mundo del niño”, en el cual existan los
estímulos adecuados para desarrollar hasta su máximo exponente, de manera
natural, los procesos de enseñanza-aprendizaje de los más pequeños, y que le
lleven a adquirir verdadera habilidad.
Consideraba que el niño debe ser ayudado a expresarse y a actuar, pero sin que
el adulto actúe en su lugar, a no ser que la necesidad de ello fuera irremediable.
Afirmaba que cada vez que un niño recibe ayuda de un adulto sin que sea
necesario, dicha intervención obstaculizaba su expansión, de tal manera que
aunque el acto en sí parezca insignificante, se detiene o desvía algún detalle del
desenvolvimiento del infante.
Ante esta situación, lo que Montessori planteó es que los adultos no
disminuyeran la intensidad de los cuidados que dispensan a los pequeños, sino
que los elevaran a otra categoría, en el sentido de que ayudar a los niños en
cuanto les sea posible hacer.
Por ejemplo, en vez de vestirlos nosotros mismos, ayudarles a vestirse, en lugar
de llevarles la comida a la boca, enseñarles a que coman por sí mismos lo mejor
posible, y así sucesivamente. Con este método se deja abierta al niño la puerta
de la expansión, mostrando el pequeño tanto una actividad sorprendente como
una capacidad de perfección de sus propias acciones.
De esta manera, al no ser el niño sustituido por el adulto sino al ser él mismo
quien actúa, lo correcto es proporcionarle un ambiente adecuado en proporción:
sillitas, pequeña mesa para comer, lavabo minúsculo, cama a su altura, ropa
sencilla de abrochar, objetos para que lave (platitos, vasitos) de tamaño pequeño,
y demás objetos/materiales de su ambiente a tamaño en su escala.
Con esta adecuación del ambiente Montessori defendía que los niños podían
desplegar una actividad correcta y ordenada.
Es decir, Montessori propuso dos cambios prioritarios en cuanto a la acción
educativa de los más pequeños: la solicitud del adulto y el ambiente, y trasladar
estos cambios al ámbito de la escuela, de tal forma que se transforme tanto el
ambiente del aula como la práctica educativa de los maestros. Con ello, los
niños podrán obrar de manera más libre y los maestros ayudarán a los niños a
que aprendan a actuar sin ellos.
3. Cambios en el ambiente – Método Montessori.
En la práctica de su método, María Montessori erradicó el banco ya que
consideraba que el niño no debía mantenerse inmóvil ante las lecciones de los
maestros.
Transformó las clases en verdaderas “casas del niño”, equipadas con muebles a
su altura, materiales ligeros y de pequeñas dimensiones para que los pudieran
manejar y transportar con facilidad, y juguetes más simples, para que los niños
puedan elaborarlos a su gusto, de tal manera que se estimula su imaginación y
los niños se entusiasman.
Puso mesas y sillas en miniatura, sin estar fijas en el suelo para poder cambiarlas
si la situación lo requiere, y así dirigir la actividad infantil a usar todo el mobiliario
y recursos disponibles en el aula, y que ellos mismos vuelvan luego a colocarlos
en su lugar, ordenarlos y limpiarlos. Esta actividad les causa placer y además les
procura adquirir una habilidad precoz.
En estas “casas de niños”, ellos, al tener disponibles tantos y sencillos objetos, con
los que pueden llevar a cabo labores series como preparar la mesa o lavar los
utensilios de cocina, los niños se hallan en un núcleo de vida feliz. Al estársele
permitido usar las cosas, los niños llegan a perfeccionar sus actitudes y
habilidades de modo que aprenden a moverse sin tirar las cosas, a transportar
objetos sin que se rompan, a lavarse las manos sin mojarse la ropa o a comer sin
mancharse.
Montessori apostaba por que el niño no sólo se mueve continuamente, sino que
su aprendizaje también es continuo. Por ello la necesidad de una actividad
psíquico-práctica. Pero teniendo en cuenta que el modo de aprender de los niños
no es igual que el de los adultos, en vez de que los maestros sean quien guíen a
los alumnos a usar determinadas cosas, sean los pequeños quienes decidan que
objeto escoger para utilizarlo según su edad (períodos sensitivos).
Con el método Montessori, los maestros aprenden un nuevo arte, en el que en
vez de imponer y forzar conocimientos en la mente del niño, lo guía en su
ambiente, en el cual las cosas corresponden a las necesidades propias de su edad.
Con esta metodología se consigue que vayan de la mano tanto el ejercicio motriz
como el intelectual, siendo los niños quienes eligen por instinto materiales para
ejercitarse, lo cual les conduce al desenvolvimiento mental.