2. La convivencia es una forma de relacionarnos entre
nosotros, que debemos escoger desde muy jóvenes.
Para la convivencia positiva es necesario el respeto, el
amor, el perdón, entre otros, debemos tolerar las
costumbres de otras personas.
El ser humano tiene dos necesidades sociales básicas:
la necesidad de una relación íntima y estrecha con un
padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de
una comunidad cercana e interesada por él. Los seres
humanos son fundamentalmente animales grupales y su
bienestar es mucho mayor cuando éste se encuentra en
un ambiente armónico, en el cual se vive en estrecha
comunión.
3. Las normas de convivencia sirven,
justamente para convivir en una sociedad
civilizada, donde cada individuo es libre
de hacer, siempre y cuando no entorpezca
la libertad del prójimo. Y una de las reglas
principales de esto es saber que "los
derechos de cada individuo, terminan
donde comienzan los del otro". Ejemplos
puede haber millones, pero lo importante
de convivir es esto. Espero te sirva.
4. EL RESPETO:El respeto: Cuando establecemos cualquier tipo de comunicación con
otra persona, la primera premisa es aceptar la dignidad de esta persona como tal,
sin prejuicios ni discriminaciones, y entender que puedan tener pensamientos y
opiniones distintos a los nuestros. Esto no implica que no podamos discutir o
combatir estas opiniones, pero siempre respetando a la persona.
- La afabilidad: Entendiendo ésta como una actitud positiva en nuestra relación con
los demás. Un ambiente de cordialidad facilitará nuestras relaciones con los demás
pero si nuestra actitud es recelosa o indiferente, difícilmente nos llevará a una
convivencia satisfactoria.
- La inteligencia: En las relaciones sociales, las buenas intenciones no son siempre
suficientes. Cuantas veces hemos visto a personas que tienen el dudoso don de la
impertinencia y molestan continuamente sin ser conscientes de ello. Para tratar con
inteligencia a los demás, es importante saber escuchar e intentar conocer a la otra
persona y, en caso contrario, saber callar en determinados momentos. Una persona
socialmente inteligente sabe estar y comportarse con personas muy diversas, social
y culturalmente, aunque haya tenido quizá menos formación en la infancia.
- La educación: Es una de las bases de una buena convivencia, y la podemos
considerar como un compendio de los puntos anteriores.
6. Cuando nos ponemos a reflexionar sobre nuestra vida lo primero con lo que nos topamos es que somos un YO, una
persona que se encuentra en el mundo y que nuestra vida consiste en interactuar con todas las cosas y personas que
podemos hallar en él.
La esencia del hombre es el resultado del conjunto de relaciones sociales concretas que se han mantenido a lo largo
de la vida. El tipo de trato que tengamos con las personas y que ellas tengan con nosotros determina nuestro modo
de ser, nuestra personalidad.
Si estas relaciones han sido favorables porque han satisfecho nuestras necesidades básicas, tales como aceptación,
afecto, respeto, auto-estima, etc. Y se han proporcionado las condiciones adecuadas al desarrollo, entonces la
personalidad crecerá y se estará en disposición de asimilar los valores y las normas de las sociedad. Si la sociedad le
dice SI a un individuo, éste en reciprocidad, responderá con un SI. A este proceso básico de formación de la
personalidad se le llama Socialización.
Pero si al contrario, se han vivido relaciones negativas, entonces se desarrollará anormalmente y como consecuencia
el sujeto responderá con un resentido NO. Esta actitud se manifiesta por una conducta antisocial, porque no se ah
desarrollado normalmente el proceso de socialización.
El aprendizaje de una convivencia afectuosa, amable y respetuosa es esencial para llevar a cabo una vida plena y
feliz.
El hombre manifiesta el trato adecuado cuando exhibe las siguientes características:
Es capaz de integrar lo mío con lo tuyo en la síntesis concordante del nosotros.
Tiene una actitud afectiva positiva hacia los demás.
Desempeña los roles que la sociedad establece
Tiene una motivación social de interés por los demás.
Tiende a cooperar y trabajar en colaboración con los demás.
Una persona se forma mediante la cantidad y calidad de las relaciones sociales que haya tenido en su medio y es
probable que obtenga un mejor desarrollo cuando establece relaciones amistosas, coopera y colabora con los grupos
y personas en que convive.
Generalmente los fracasos en las relaciones humanas constituyen la razón principal de la perdida de la salud mental,
es por eso que es tan importante aprender a convivir en armonía con el mundo y con la sociedad que nos rodea. Es
de ahí de donde debemos aprender el amor a nosotros, que incluye al yo y a los otros.
7. Pero si al contrario, se han vivido relaciones negativas, entonces se desarrollará
anormalmente y como consecuencia el sujeto responderá con un resentido NO. Esta
actitud se manifiesta por una conducta antisocial, porque no se ah desarrollado
normalmente el proceso de socialización.
El aprendizaje de una convivencia afectuosa, amable y respetuosa es esencial para
llevar a cabo una vida plena y feliz.
El hombre manifiesta el trato adecuado cuando exhibe las siguientes características:
Es capaz de integrar lo mío con lo tuyo en la síntesis concordante del nosotros.
Tiene una actitud afectiva positiva hacia los demás.
Desempeña los roles que la sociedad establece
Tiene una motivación social de interés por los demás.
Tiende a cooperar y trabajar en colaboración con los demás.
Una persona se forma mediante la cantidad y calidad de las relaciones sociales que
haya tenido en su medio y es probable que obtenga un mejor desarrollo cuando
establece relaciones amistosas, coopera y colabora con los grupos y personas en que
convive.
Generalmente los fracasos en las relaciones humanas constituyen la razón principal de
la perdida de la salud mental, es por eso que es tan importante aprender a convivir en
armonía con el mundo y con la sociedad que nos rodea. Es de ahí de donde debemos
aprender el amor a nosotros, que incluye al yo y a los otros.
8. La convivencia es, en realidad, un ejercicio de
resolución de conflictos, un proceso creativo y
respetuoso que intenta prevenir su aparición o
evitar la
escalada cuando Éstos ya han surgido. Para
afrontar
una y otra situación, el autor analiza las
características
y limitaciones de tres modelos de actuación: el
punitivo-sancionador, el relacional y el
integrado.
9. El problema de la convivencia o de la disciplina en
los centros educativos representa tal vez una de las
manifestaciones ms crudas de las disfunciones de
los sistemas escolares actuales. Su relevancia se evidencia en la preocupación, cada
vez mayor, por parte
de las comunidades educativas, acerca del incremento de los conflictos de
convivencia y su expresión a
través de la violencia, especialmente en los centros de
Secundaria. A esto sigue la toma de conciencia respecto a la posibilidad de que los
centros ya no sean
espacios preferentes de encuentro fructífero entre los
jóvenes. Si uno de los fines ms importantes de las
instituciones educativas es la socialización, y los conflictos y las diferencias entre las
personas forman
parte de nuestras relaciones sociales, el sistema educativo debe asumir que ese
proceso de socialización
incluya el hacer frente a los conflictos de convivencia.
La construcción de una cultura de convivencia pacífica en los centros es un reto
educativo complejo, ya
que indefectiblemente tendrá· que ir unida a la vivencia de valores democráticos,
como los de justicia, tolerancia y no-violencia.