Las Leyes de Reforma en México se elaboraron en el siglo XIX para abordar problemas como el poder de la iglesia católica y la aristocracia. La Ley Juárez dio más poder al ejecutivo y estableció la separación iglesia-estado. La Ley Lerdo confiscó tierras de la iglesia y de corporaciones para distribuirlas a campesinos. Finalmente, la Ley Iglesias eliminó los fueros del clero y sometió a los obispos a leyes civiles.