1. La relación entre la empresa y la
sociedad
Para las cuentas nacionales, una empresa es una
unidad institucional, en otras palabras, un agente
económico independiente que dispone de poder de
decisión, cuyo objetivo es producir bienes y
servicios para el mercado. La palabra "mercado" es
muy importante, pues significa que los productos se
venden en el mercado a precios económicamente
significativos. Uno de los criterios utilizado por
los contables nacionales a fin de determinar si una
empresa vende sus productos a un precio
económicamente significativo es ver si el valor de
sus ventas es equivalente a más del 50% de sus
costos de producción.
Una sociedad es una forma de empresa que tiene una
identidad legal separada de sus propietarios. Esta
separación da a los propietarios de la empresa la
importante ventaja de que, en el caso de fracaso, su
responsabilidad hacia los acreedores de la empresa,
está limitada a las cantidades que han invertido en
el negocio y no se extiende a su bienes personales
(excepto en el caso de un delito, como malversación
de fondos, pero esa es otra historia). En el caso de
empresas no constituidas en sociedad, no hay
distinción jurídica entre la empresa y sus
propietarios, y estos son personalmente responsables
de todas las deudas en caso de fracaso empresarial.