La dinastía Tudor gobernó Inglaterra desde 1485 hasta 1603 y se caracterizó por las disputas dinásticas, la creación de la Iglesia Anglicana y los matrimonios problemáticos de Enrique VIII. Enrique VIII tuvo seis esposas y rompió con la Iglesia Católica para crear la Iglesia Anglicana luego de que el Papa se negara a anular su matrimonio con Catalina de Aragón. Sus hijas María y Isabel alternaron entre restaurar el catolicismo y el protestantismo en Inglaterra antes