1. SIMÓN NARCISO RODRÍGUEZ
PARTICIPANTE:
Contramaestre, Jesús
Febrero, 2011.
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
2. Introducción
Hablar Simón Rodríguez, es hablar de un hombre que se adelanto a los
acontecimientos que vivía Venezuela en la época de la colonia, pero antes
detengámonos a saber un poco de su origen. Nació en Caracas el 28 de Octubre
de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido
histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue
maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.
Hijo expósito, cuyo significado para hoy es referido a “hijo natural”, los expósitos
nacían en el secreto de la familia y se les abandonaba también en secreto,
acompañados generalmente de una nota en la que se indicaba su condición de
blanco para que no perdiera su calidad social.
Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su
infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único
familiar conocido es su hermano Cayetano.
Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a
quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño
Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta
matrimonial.
Simón Rodríguez significa un nombre-símbolo en el proceso de cultural
latinoamericana, especialmente en el ámbito educativo, en tanto es, cronológica y
pedagógicamente, el Primer Maestro de América. Si bien compartió espacios e
ideales con los grandes emancipadores de Nuestra América es, quizás, el más
desconocido, y de su larga y azarosa vida, quizás su etapa chilena sea, a su vez, la
más ignorada.
Sus ideas democráticas y reformistas respecto a la Escuela, escritas ya en 1794 en
Caracas, se irán robusteciendo a través de sus ricas experiencias como caminante
por Jamaica, Estados Unidos y gran parte de Europa.
De hecho, aunque en varios documentos oficiales aparece como expósito, en esos
mismos documentos se le da el título de Don a Simón Rodríguez. De todas
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
3. maneras, esos datos tienen poca importancia a lo que él escribió. Por ejemplo él
dijo: “no soy vaca para tener querencia ni nativo para tener compatriotas, nada me
importa el rincón donde me parió mi madre ni me acuerdo de los muchachos con
quienes jugué el trompo” porque para cuando escribió esto ya la historia le había
enseñado que el momento y la hora de nacimiento son de pura curiosidad, su vida
activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo
admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió
clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los rudimentos de las lenguas española y
latina, aritmética e historia. A los 21 años ya se desempeñaba como maestro en
su ciudad natal, llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales
del año 1792 ascendía a 114, además dentro d e sus discípulos, se encontraba el
niño Simón, con apenas 9 años.
Quizás sea el más revolucionario de los maestros venezolanos. Intentará establecer
las bases programáticas de una educación popular, capaz de promover
conocimientos y virtudes sociales.
Con sólo 23 años presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que
vician la escuela de primeras letras de Caracas y medio de lograr su reforma por un
nuevo establecimiento. En estas reflexiones fluyen sus ideas pedagógicas.
Reflexiones en las cuales no tuvo cabida la discriminación de ningún tipo muy
frecuente en ese momento de la historia nacional. Su carácter de educador lo forma
enfrentándose apasionado contra el racismo imperante y contra los dogmas
impuestos por la iglesia católica a la educación.
Denunció las prerrogativas políticas y sociales que se resistían a los cambios de la
situación colonial, engendradora de los desencajes presentes en el seno de la
sociedad venezolana. Para enfrentar estos desmanes pensó y reflexionó sobre la
idea de ver a la educación como una potencialidad creadora capaz de revertir el
orden establecido: “Para tener República hay que comenzar por hacerlos
republicanos, por formar pueblo, por crear una mentalidad, vamos a formar
ciudadanos de un país en crecimiento, vamos a convertirlos en la gente capaz de
realizar esa República, en la escuela” (Simón Rodríguez).
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
4. Probablemente haya sido el educador quien hablara por primera vez de la profunda
vinculación existente entre la escuela y la sociedad, o lo que es igual, la escuela en
función social. La escuela que establece Rodríguez es aquella que ayude a la gente
a mitigar sus dificultades y mejorar sus condiciones de vida. Una escuela que
permita que el pueblo comience a valerse por si mismo y en la misma medida, serle
útiles a los otros para que la realización particular vaya de la mano con el desarrollo
del país. Creyó con poderosa virulencia en la escuela en donde los maestros
tuviesen una mística profesional y ayudasen a sus discípulos a reconciliarse con el
trabajo de su propia experiencia.
Apuntaba que la educación debe tomar en cuenta que vale más saber que tener. “El
gobierno debe instruir. Debe obligar a adquirir la educación. Es fundamental que se
conceda el tiempo para ir a un plantel. Que cada quien piense en todos para que
todos piensen en él. Era intervencionista de estado en educación” (J. F. Reyes
Baena).
En 1.854 murió en el pueblo peruano de San Nicolás de Amotape, el Maestro Simón
Rodríguez. Nació en Caracas y fue un gran pedagogo, pensador filosófico y escritor
de densas obras de contenido histórico y sociológico, conocedor a fondo de la
Sociedad Hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.
Siempre insistió en buscar soluciones propias para los problemas de
Hispanoamérica concepto que sintetiza en una sola frase: La América Española es
Original! Originales han de ser sus Instituciones! su Gobierno! Originales sus medios
de fundar! uno! Otro! O inventamos o Erramos! Setenta años después sus restos
fueron trasladados a Lima al Panteón de los Próceres en Lima y justo a un siglo de
su fallecimiento fueron devueltos a Caracas, ciudad natal donde reposan en el
Panteón Nacional.
“Los bienhechores de la humanidad no nacen cuando empiezan a ver la luz sino cuando
empiezan a alumbrar ellos”. Ese es un pensamiento también importante de Simón
Rodríguez. Él es un personaje de profunda significación socio histórica en Venezuela.
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5. Ideas que influyeron en la formación de Simón Rodríguez.
Desde el comienzo mismo de la Colonia empezó a formarse progresivamente un
indudable ambiente favorable a la cultura, desde luego proporcionado a recursos y
circunstancias de la época. Ambiente que lenta y gradualmente fue elevando el nivel
espiritual de los colonos hasta incluso capacitados para regir los destinos de sus
distintas nacionalidades, por lo que fue la cultura uno de los estímulos que más
influyeron en la emancipación de las colonias españolas de América. Si bien la
cultura se proyectó desde la propia España, en alto grado su desarrollose debió a
iniciativas, súplicas y esfuerzos de los propios colonos, cuya influencia se observa
en las más variadas manifestaciones que desde los comienzos de la colonización
caracterizan a esta Cultura.
Simón Rodríguez, tuvo también su influencia en el pensamiento ilustrado. Porque la
ilustración pasó de la corriente empírica a la corriente racionalista, eso fue una
herencia de la ilustración. Esa corriente del siglo XVII llegó al siglo XVIII y nutrió al
siglo XVIII, de manera que los ilustrados Voltaire, Juan Jacobo Rousseau, esos
ilustrados estaban llenos de racionalismo y obedecían también a muchas posiciones
empíricas del conocimiento. ¿Estaba Simón Rodríguez libre de ese pensamiento?,
es imposible. Simón Rodríguez también fue influenciado por la ilustración, pero fue
un pensador de avanzada que rebasó ese pensamiento porque Simón Rodríguez
hablaba de aprender con el medio. Si nos ubicamos en la fecha de nacimiento de
Simón Rodríguez año 1700, es fecha donde todos los utópicos franceses nacen en
hacia 1770. Pero, la teoría del socialismo utópico no nace con los utópicos franceses
nace con Tomás Moro en el siglo XVI. Entonces ese pensamiento de la utopía se
desarrolla en la Francia de 1700, 1780, 1790 porque los pensadores utópicos nacen
más o menos en 1770.
Por eso podemos decir que Simón Rodríguez fue un utópico, un socialista utópico. Y
podemos hablar de Simón Rodríguez como el socialista embrionario de Venezuela,
que además le pasó a Bolívar todo.
Toda su vida se caracterizará por seguir apasionadamente su ideal de pensar y
enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras. El
primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por
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6. Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de
amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar
ingresará a la escuela pública de Rodríguez. Este era un maestro que enseñaba
divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo
tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu,
para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si
está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta
gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les
inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.
Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por
antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América,
Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia
de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la
perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus
auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente
cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestima depositarios del buen juicio y de
la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura
singular.
La enseñanza de Rodríguez se cumple en la adolescencia y en los umbrales
mismos de su edad adulta; superados algunos rices de la infancia entre maestro y
discípulo, roces que nunca más recordará El Libertador, la compenetración entre
ambos es intensa y duradera. Por el carácter independiente y rebelde de Rodríguez
se comprende que cale tan hondo en el espíritu del joven. La casualidad pone en
manos de Simón Rodríguez, pedagogo por siempre y fanático de Juan Jacobo
Rousseau, a un niño sano, rico, de alcurnia, inteligente, sin familia, sin padres
siquiera a quienes rendir estrecha cuenta de aquella infancia.
Simón Rodríguez inicia la educación que aconseja Rousseau en su Emilio. Bolívar
es el primer hombre moderno, quizás el único, que haya sido educado para hombre
libre. Rodríguez le hizo cerrar los libros de texto y le abrió el gran libro de la
naturaleza. Le enseña antes que nada a ser fuerte de alma y de cuerpo; y a convivir
con la naturaleza, sin ser víctima de ella. Le enseña a dar grandes caminatas, a
cabalgar días enteros, a nadar, a saltar. Le transmite oralmente cuanto el discípulo
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7. puede asimilar. Y le obliga a leer a los grandes autores clásicos como Plutarco y a
los modernos como Rousseau. A eso se limita. Cada vez más la educación se
concibe como interacción de la escuela con la vida, de la enseñanza con la
sociedad. La educación, el maestro, tiene que hacerse cargo de la realidad local y
nacional, y de sus alumnos como sujetos del proceso educativo, y aprender
a conocer estas realidades para que en su interrelación se transforme y desarrollen.
Los procesos económicos, políticos y sociales actuales, exigen hombres con
mayores capacidades y amplia preparación para la vida, por lo que se requiere dar
solución a estos reclamos objetivos del desarrollo; para ello se necesita una
Educación Técnica y Profesional que asuma sus compromisos actuales con los
cambios educacionales que amerita la revolución de la Republica Bolivariana de
Venezuela.
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8. Ideas y pensamientos de Simón Rodríguez
Rodríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con
calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de
comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal
en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores
como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una
educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse
como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a
aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y
desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe
los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo
valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se
valgan solo de la memoria y por ultimo que se les enseñe a trabajar y a valorar su
trabajo. Y con estas bases se contrita una genuina Educación de Calidad.
Bases para una Educación de Calidad.
1.- Educación para formar personas y auténticos ciudadanos.
2.- Educación que enseñe a aprender
3.- Educación que enseñe a trabajar y a valorar el trabajo y al trabajador.
1.- EDUCACIÓN PARA FORMAR PERSONAS Y AUTÉNTICOS CIUDADANOS.
Esta primera dimensión está orientada a formar y educar para formar persona y
auténticos ciudadanos, con una educación en los valores de la convivencia,
Rodríguez estaba convencido de que era urgente emprender un proyecto educativo
diferente que, pues bajo retórica e principios y proclamas, seguía intacta la vieja
estructura de servidumbre. La independencia no había desmantelado el viejo orden
colonial, para ser eficaz este proyecto educativo tenía que ser propio, original, hecho
en la propia entraña americana.
El fin primordial de la educación es formar ciudadanos y es por eso que todos deben
tener acceso a ella, ya que, como decía Rodríguez "sin educación popular no habrá
verdadera sociedad…". Esta educación debe estar vinculada a la solidaridad que se
expresa en las múltiples y pequeñas dimensiones del vivir y convivir diario.
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9. Para tener personas y auténticos ciudadanos, debemos superar la pobreza y
profundizar la democracia, y esto requiere de un proceso simultáneo.
La democracia se puede construir dependiendo de nuestra actitud, de nuestra
voluntad, de nuestra voluntad de cooperación, de nuestro respeto, de nuestra
responsabilidad, de nuestra solidaridad. Podemos hacer una escuela y una
universidad diferente, de docentes, de administrativos, de representantes y
comunidad que tengan en su horizonte los intereses de la mayoría y la construcción
y vivencia de la genuina democracia.
2.- LA DIMENSIÓN DE UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD ES ENSEÑAR A
APRENDER.
Educar no es transmitir paquetes de información para que los alumnos memoricen,
sino provocar las ganas e aprender, hacer que los alumnos sientan interés de
aprender y que sean capaces de comprender analizar la información que necesitan.
De nada sirve llenarlos de informaciones inútiles que no vayan a se capaces de
comprender y que solo les sirva para memorizar, ya que no queremos convertirlos
en máquinas memorizadotas de conceptos, términos y palabras que con frecuencia
ni siquiera entienden, sino convertirlos en seres que tengan la capacidad y la
habilidad de buscar, comprender y analizar la información y la puedan devolver en
forma personal y coherente. Esto supone desarrollo de las destrezas básicas:
lectura, escritura, expresión oral, escucha, informática, observación, estimación,
cálculo, pensamiento, ubicación en el espacio y en el tiempo, es decir destrezas
lingüísticas, matemáticas, tecnológicas y científicas, tales destrezas los ayudaran a
aprender dentro y fuera del sistema educativo.
3.- LA EDUCACIÓN QUE ENSEÑE TRABAJAR Y A VALORAR EL TRABAJO Y
AL TRABAJADOR.
Era la tercera dimensión que con mayor esfuerzo quería impulsar Rodríguez y
quizás la que le trajo más problemas y dificultades, por parte de la sociedad, ya que
no estaban dispuestos a enviar a sus hijos a escuelas donde se le ponía a trabajar,
de ahí gran parte de los fracasos de Rodríguez, que nunca renunció a su propuesta
educativa, de unir la instrucción académica con el aprendizaje de oficios mecánicos
y agrícolas, es decir la creación de escuelas-talleres. Toda su vida fue promotor de
unir la escuela y el trabajo. Por ello cuando regresa a América en 1823, establece
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10. una escuela en Bogotá (Colombia) donde los estudiantes además de formarse
intelectualmente y aprender a vivir en sociedad, debían aprender un oficio mecánico,
pero la aristocracia de la capital neogranadina no estaba preparada para aceptar las
ideas sobre la educación que busca introducir al trabajo. Escandaloso le debió
resultar el nombre de "Casa de Industria Pública", en vez de escuela o colegio. Así el
proyecto fracasa, como también el que emprendió en Chiquisaca años más tarde.
Rodríguez insistió con renovada pasión en la necesidad de una educación práctica,
útil, que remedie necesidades concretas, en conclusión una educación de calidad.
Hay algunas ideas en esa propuesta que encuentro sumamente interesantes. Una
está relacionada con el tamaño de la escuela y su distribución en la ciudad. Propone
Rodríguez que se creen cuatro escuelas, una en cada feligresía, atendida cada una
por un maestro y tres pasantes. Uno de estos maestros será el Director de la
Escuela. Este Director estará a cargo de los asuntos administrativos y pedagógicos
de las cuatro escuelas, con el fin de lograr en ellas “una perfecta uniformidad,
privando las innovaciones arbitrarias, el partido y la discordia” (Rodríguez, 1794, p.
211 en la edición de la Colección de Libros Revista Bohemia).
Esta idea de Rodríguez de dividir una Escuela en cuatro escuelas pequeñas (de una
sola aula) distribuidas en diferentes partes de la ciudad es apoyada parcialmente por
investigaciones recientes acerca de las ventajas de las escuelas pequeñas. Otra
idea revolucionaria en esta propuesta tiene que ver con la organización de la labor
docente.
Los cuatro maestros y los doce auxiliares se reunirían el último día de todos los
meses en la escuela principal bajo la coordinación del Director. En esa reunión
mensual se discutirían asuntos relacionados con el funcionamiento de las escuelas y
se acordarían los planes de acción para el mes siguiente. Se llevaría un libro de
actas de estas reuniones, el cual se titularía “La Nueva Construcción, Régimen y
Método de las Escuelas”.
Dejemos que el propio Simón Rodríguez nos explique este asunto, el mencionado
libro serviría “para tener un principio seguro en qué fundarse, y una noticia ordenada
de las materias que deban tratarse. Escribiéndose a continuación todos los
descubrimientos, progresos y limitaciones que se vayan haciendo, vendrá a ser ésta
con el tiempo una obra de mucha utilidad para las Escuelas; porque se tendrán a la
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11. vista desde sus principios, y se formará una colección de buenos discursos y
noticias que ilustren a los que hayan de seguir en su gobierno” (Rodríguez, 1794, p.
212 en la edición de la Colección de Libros Revista Bohemia).
Esta idea es realmente revolucionaria. La elaboración del conocimiento pedagógico
se haría de manera sistemática y a partir del estudio y discusión de situaciones
reales por parte de los mismos maestros. Este conocimiento y reporte de prácticas
quedaría registrado por escrito para ser usado por los pasantes y futuros maestros.
Las dos ideas esbozadas anteriormente nos parecen sumamente relevantes para la
construcción de una pedagogía revolucionaria para nuestro tiempo. La primera nos
llevaría a investigar acerca del tamaño de las escuelas, hay evidencias que indican
que las escuelas pequeñas son más ventajosas en especial para los estudiantes de
grupos tradicionalmente marginados que las escuelas grandes. Rodríguez además
señala la ventaja de la cercanía de la escuela a la casa de los niños y niñas.
Esta reflexión nos invita a repensar la propuesta actual de Escuela Bolivariana y de
Liceo Bolivariano, en cuanto a su tamaño. Tal vez sea más conveniente pensar en la
creación de una Escuela integrada por varias escuelas pequeñas al estilo propuesto
por Rodríguez. La segunda nos da una excelente idea tanto para la formación de
nuevos docentes en la práctica como para la sistematización del conocimiento
pedagógico elaborado por los propios docentes a partir de su reflexión en y sobre la
práctica pedagógica en la escuela. Tenemos mucho que aprender de Simón
Rodríguez para el diseño de políticas y prácticas revolucionarias en educación. Para
lograr este aprendizaje se requiere de una lectura radical de sus escritos. Invito a
mis colegas a ir más allá de la consigna “Inventamos o erramos”, la cual dice mucho
y no dice nada. Los invito a estudiar la obra de Simón Rodríguez y extraer de ella
elementos para la elaboración de una pedagogía revolucionaria.
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12. Propulsor de Roles Sociales y Oficios Múltiples.
En este aspecto es, también un personaje inédito en los anales de nuestra historia
pedagógica venezolana. El abanico de roles desempeñados cubre tanto niveles
sociales como oficios prácticos. Según lo bautizara L. Vendel-Heil, pasa por ser el
‘Primer Socialista de América’, lo cual es avalado por la propia auto-confesión de
‘haber asistido a juntas secretas socialistas en Europa’ y por su identificación como
‘amigo de la causa social’. Pero, tal juicio también es afirmado por Lastarria, como
vimos, respaldado por Amuntegui: "Muchos de los socialistas modernos han emitido
ideas cuya prioridad pudiera vindicar el pensador americano" (1896: 228), y
ratificado por Donoso, quien dice que todo "hace de él el primer sostenedor y
propagandista de las ideas socialistas en América" (1936: 44). En el rubro
ocupacional, resulta difícil elaborar un catastro de los diversos quehaceres y oficios
que desempeñara: maestro-Director (en Caracas, Francia, Inglaterra y Rusia
(Idiomas), Bogotá, Chuquisaca, Concepción, Valparaíso, Lima, Túquerres,
Latacunga…); obrero gráfico (Estados Unidos); químico industrial (Europa); geofísico
(Concepción); Periodista (Valparaíso, Lima, Bogotá); Escritor (Perú, Chile); molinero;
abastero; agricultor; fabricante de ladrillos, adobes, velas y utensilios domésticos
variados.
Precursor de la Escuela Activa en América Latina
Sus ideas, basadas en Rousseau, se centraban en: destacar la importancia de la
educación elemental y en grupo, propiciar la apertura de escuelas y centros
(‘orfanatos’) en ambientes naturales, postular la secuencia de áreas específicas de
Aprendizaje (número, forma, palabra) y de la acción práctica (‘aprender trabajando’),
erigiéndose como personalidad con actitudes consonantes, integrado (teoría-praxis)
e integrador en el acto educativo (‘cabeza, corazón y manos’). Preconizaba el cultivo
de la intuición creadora y activa, y el logro de la felicidad cotidiana como meta. No
cabe duda que tales características personales tan homólogas, así como tan
semejantes, e innovadoras ideas, hicieron carne en Simón Rodríguez, y su futuro
dentro del quehacer educativo. Tal vez por ello mismo su esquema, aunque aparece
mucho más radical, en lo social y en lo metodológico, tiene variadas similitudes,
entre ellas, el intento de ‘evitar revoluciones’, la prioridad en la primera enseñanza y
la niñez, la más desvalida.
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
13. En América Latina tuvo y tiene enorme vigencia la llamada Escuela Activa, de J.
Dewey. El conjunto de ideas-fuerza y de principios que sustenta este Educador se
pueden resumir en su concepción de que la Educación debe ser: a) función vital y
social-humanista; b) democrática, laica, estatal, no-discriminatoria y participativa; c)
científica, inductiva y experimental; d) activa, afincada en la experiencia concreta
(‘aprender haciendo’); e) inmanente en sus fines, y f) basada en el profesional
docente. (Bowen, 1996: 163). No cabe duda de que, en su matriz conceptual y en su
intención práctica, esta doctrina ya había sido claramente descrita e implementada
por don Simón en sus culturizantes andanzas por los Andes. Aunque la Historia
Oficial y la galopante ‘modernización educacional’ que se ha impuesto sobre
nuestras naciones, no han rescatado ni asumido tan digno y previsor rol
desempeñado por Don Simón Rodríguez, sí ha habido voces que lo han defendido y
retenido para la memoria colectiva de nuestros pueblos. "Nada más ingenioso, nada
más lógico, nada más atractivo que su método; es en este género otro Pestalozzi,
que tiene como éste la pasión y el genio de la enseñanza" (AMUNÁTEGUI: 235).
"Don Simón era un hábil pedagogo, genial en presentar nuevas ideas que lo hacen
precursor de la Escuela Activa que aún inspira a pesar de más de un siglo de
antigüedad, a la pedagogía contemporánea.
Educación Ciudadana Integral (u holística).
"Piénsese en las cualidades que constituye la Sociabilidad, y se verá que los
hombres deben prepararse al goce de la ciudadanía, con 4 especies de
conocimiento: instrucción social: para hacer una nación prudente; corporal: para
hacerla fuerte; técnica: para hacerla experta; científica: para hacerla pensadora"
(Escritos, II, 1178). La concepción planteada no se queda en lo meramente
individual, como habitualmente predican las tesis holística, sustentadoras del
‘desarrollo personal’, enmarcadas en la ideología egotista y competitiva neo-liberal.
Formación integral, pero hilvanada en el tejido social, teniendo como objetivo central
‘la formación de ciudadanos’, preparados para vivir en una sociedad democrática,
económicamente sustentable y autónoma,
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
14. La Especialización y la Ética Social.
"Instruir no es educar: ni la Instrucción puede ser un equivalente de la Educación,
aunque instruyendo se eduque. En prueba de que con acumular conocimientos,
extraños al arte de vivir, nada se ha hecho para formar la conducta social – véanse
los muchísimos sabios mal criados, que pueblan el país de las ciencias"(Id.: 107).
Junto con antagonizar al método lancasteriano, por considerarlo periférico y ‘un
disparate’, el filósofo educacional ahonda aquí en un tema crítico en nuestros días.
La mera acumulación de conocimientos y de tecnologías, sin un soporte formativo
humanista-social, no garantiza una adecuada conducta ética; el peligro de la
especialización, en el modo de la razón instrumental y tecnocrática, constituye -
cada vez más - uno de los problemas centrales de la formación científica y
profesional en el área de la Educación Superior y de la conducción política de
nuestras Naciones. El ojo avizor del Maestro de América, ‘a través de la noche de
América con su mirada mira’, diría nuestro Pablo Neruda. Sobre tradición, etología y
aprendizaje socio-comunicacional:
"La tradición es utilísima en Ciencias, y de absoluta necesidad en muchas artes. El
único medio de trasmitir la expresión en la música, en el baile, en la representación
teatral, en la oratoria y en la Enseñanza, es la tradición--- no hay demostración, no
hay signo que supla por los modales---el ademán, el gesto, las inflexiones de la voz,
no pueden remitirse. Pero, en costumbres, la tradición es un gran mal..." (Id.: 118);
"la razón de las Instituciones se hallan en su suelo, en la índole de sus gentes, en el
estado de sus costumbres y en el de los conocimientos con que deben contar"
(Escritos. II: 182)".
En la medida en que ‘el hombre es maestro del hombre’, y los logros culturales
aseguran su continuidad en la tierra, la Tradición conservada por las generaciones
anteriores permiten la comunicación verbal y no-verbal, muy particularmente la
principal y humanízate función semiótica que es el Lenguaje, pero también el juego,
las Artes y la Educación. La Etología sostiene la dialéctica inter-relación entre la
programación genética y el aprendizaje, que conlleva a la necesaria preservación de
ciertos rasgos histórico-antropológicos, como los postulados ‘arquetipos’ junguianos,
por ejemplo. "La consecuencia fundamental de la comunicación verbal fue una
inmensa consolidación de la tradición a través de la cantidad de información,
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
15. especialmente con relación a la perpetuación de los conocimientos" (Lorenz1986:
303). La reforma postulada por Don Simón, razonablemente defiende el cuidado y
manutención de tales dimensiones de la ‘mentalidad o memoria colectiva’ pero, en la
dimensión de los comportamientos ideologizados, de las conductas sociales
reproductoras del poder oficializado, de las ‘costumbres’ que atentan contra la
dignidad del hombre y de los pueblos, él está por cambios rotundos y profundos,
auto-percibiéndose "como el primero que propuso en su tiempo, medios seguros de
reformar las costumbres para evitar revoluciones, empezando por la economía
social, con una educación popular". En un plano continental, la ‘diferencialidad’ de
nuestra América fue consignada, desde el inicio, por los cronistas, y luego, por los
criollos primeros, SIMÓN BOLÍVAR y, como vimos, por este nuestro SIMÓN
RODRÍGUEZ, lectores de ‘El espíritu de las leyes’ de Montesquieu. Ambos
coinciden, una vez más, en relevar aspectos propios tales como ‘el carácter, las
costumbres, el suelo, las luces actuales’ que conceden a nuestras Repúblicas, tanto
homogeneidades (‘origen, lengua, costumbres, religión’) como heterogeneidades
(‘climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, características
desemejantes’), como escribiera el Libertador en su ‘Carta de Jamaica’, en 1815.
Ellos insistieron en afirmar lo común e idiosincrático, para construir el ‘espíritu
nacional’ de la Patria
La Objetividad Científica y Práctica:
"Conocer las cosas, para reglar nuestra conducta con ellas, según sus propiedades"
(Id.:180); "Observaciones hechas con conocimiento son RAZONES,y estas deben
buscarse en las calidades y en las propiedades de las cosas…no en pareceres u
opiniones" (id.: 272); "Sobre hechos PROBADOS con resultados CONSTANTES se
establecen TEORÍAS: y toda resolución fundada en teoría, debe reconocerse por
una ley natural: la sociedad está obligada á declararla para que sea positiva". (Id:
284). Este último postulado, escrito como artículo en ‘El Mercurio’ de Valparaíso, en
Febrero de 1840, pudo ser suscrito por el creador del Positivismo, A. Comte, y
señala el alerta epistemológico en que se movía don Simón, pre anunciándonos
nuevamente movimientos: ahora el brote endémico positivista que inundara Chile y
América Latina desde fines del siglo XIX. Sobre Dictadores y sátrapas: "Declarar la
Independencia, ¡ que el país no es ni será jamás, propiedad de una persona, de una
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
16. familia, ni de una jerarquía, que se creen dueños, no sólo del suelo, sino de sus
habitantes" (O.C., I : 385).
Desde que él escribiera este alerta, muchos países han sido propiedad de alguno o
algunos, de jerarquías militares o cúpulas económicas, incluidas las que hoy,
sustentadas en la ideología neo-liberal, en nombre de globalizaciones y
modernizaciones, pretenden desintegrarnos en nuestra identidad psicosocial como
latinoamericanos y, en lo identitario cultural, como pueblos americanos, invadiendo
incluso esa área estratégica, tan bien cautelada, por el viejo Maestro: NUESTRA
EDUCACIÓN.
Pedagogía Crítica:
"Pierden los niños el tiempo / leyendo sin boca y sin sentido / pintando sin mano y
sin dibujo / calculando sin extensión y sin número. La enseñanza se reduce á
fastidiarlos / diciéndoles, á cada instante y por años enteros,/ así---así---así y
siempre así / sin hacerles entender/ por qué ni con qué fin…no ejercitan la facultad
de pensar, y / se les deja o se les hace / viciar la lengua y la mano que son…los
dotes más preciosos del hombre…No hay Interés, donde no se entrevé el fin de la
acción… Lo que no se hace sentir no se entiende, y lo que no se entiende no
interesa…Llamar, captar y fijar / la atención / son las tres partes / del arte de
enseñar, y nó todos los maestros sobresalen en las tres… (esto) va para los Padres
por nacer (=niños, L.R.)" (Escritos, II: 210).
Los principios psicopedagógicos aquí involucrados, atingentes a enfoques tanto
cognitivo-constructivistas como motivacionales, son múltiples y de enorme vigencia
en la educación actual. El rechazo del Maestro al ejercicio meramente memorístico,
mecánico y repetitivo, como método educativo, ha sido posteriormente respaldado
por notables psicólogos contemporáneos, entre ellos: A. Maslow (‘escala de
necesidades, o motivaciones’, 1970), D. Ausubel (‘aprendizaje verbal significativo’,
1989) y J.D. Novak (‘aprender a aprender, en forma compartida, por la vía de los
mapas conceptuales’, 1988). Sólo con la muestra del tecno-lenguaje utilizado en
este notable párrafo (Valparaíso, 1840), consideramos que nuestro criollo Simón
Rodríguez, se consagra como el PRIMER PSICÓLOGO EDUCACIONAL, si nó de
América Latina sí, con toda seguridad, de la nación chilena. Dado su polifacético
bagaje ideológico, ético y práctico, resulta difícil enmarcarlo en o rotularlo a través de
algunos de los modelos psicopedagógicos vigentes en esta década finisecular; sin
embargo, sí podríamos adjetivar su Obra - en tanto visión anticipatoria - con algunas
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
17. de las características más relevantes que los connotan: humanista, sistémica,
comunicacional, interactiva simbólica, dialéctica y crítica. Correlativamente, diríamos
que sus diseños e implementaciones curriculares participaban principalmente de los
enfoques denominados: humanista, cognitivo y crítico. Pero, más allá de esta
dialéctica y sinérgica conjunción, como si no se conformase con tales futuristas
atribuciones, el autor de Sociedades Americanas, somete a la creatividad y a la
crítica toda su Obra, como forma experimental, para los docentes que se inician en
las tareas pedagógicas. En tal sentido, ya no sólo predica una pedagogía CRÍTICA
sino que la practica y la somete a la práctica y evaluación de sus pares, en una
actitud que es, sencillamente, PARADIGMÁTICA.
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
18. Modelo Educativo Propuesto por Simón Rodríguez.
Lo más importante del pensamiento robinsoniano, Lo primero que yo tengo que
robinsoniano
decirte es que hablar de Simón Rodríguez es hablar de una revolución educativa. De
manera que su pensamiento está perfectamente imbricado con lo que es la política
revolucionaria y la política de transformación de la educación venezolana. No es lo
mismo cambiar que transformar porque tú puedes cambiar algunas cosas pero no
tener una profunda transformación de las estructuras y de los cimientos que sostiene
la educación venezolana. Transformar implica además aprender nuevos paradigmas
porque acuérdate que el ser humano aprende también de su entorno.
La teoría socio cultural determina que el aprendizaje se hace fundamentalmente por
la cultura del medio en donde tú te desarrolles. Como principio y fundamento de
acción educadora, este principio absolutamente desconocido en su tiempo: “Instruir
no es educar; ni la instrucción puede ser equivalente de la educación, aunque
instruyendo se eduque”. Y comenta midiendo, tras visión orbital, la consecuencia:
“Enseñen y tendrán quien sepa; eduquen y tendrán quien haga”. El doble rumbo: ¡la
teoría y la práctica! Esta distinción enjuicia directamente el problema de la niñez y la
juventud: instruir es dación de conocimientos, de saberes; mediante información
grabase aquello que se ha ignorado; en contraste, educar implica ir de lleno al
hombre integral, y no sólo al hombre pensante. El individuo poseído de grandes
apetencias germinativas, será ciudadano útil. Instrucción significa dación de
conocimientos; en cambio educación es formación de criterio, enrumbamiento,
conciencia. Al instruir se educa, pero sólo en pequeña parte: la relativa estrictamente
a conocimientos intelectuales.
Hay que partir del razonamiento. “El siguiente principio –dice- es importantísimo en
la educación mental: léalo cada uno con toda la atención que pueda darle: No se
mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no lleve su “porque” al pie: “Haz
esto, porque” y si hay tiempo, empiécese por el “porque”. Acostumbrado el niño a
ver siempre la razón, respaldando las ordenes que recibe, la echa de menos cuando
no la ve, y pregunta por ella diciendo: ¿Por qué? Con hombres que hacen esta
pregunta se puede emprender lo que se quiera, con tal que el porque sea bueno”. Y
hay que ir del razonamiento a la estructuración del carácter “Sólo la educación
impone obligaciones a la voluntad”, expresa el Maestro. ¡Una voluntad recia,
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
19. orientada por certero burilar educativo, da por consecuencia un Simón Bolívar!. Hay
otro principio original, que nadie había formulado todavía: la escuela será obligatoria.
“La sociedad – escribe – debe no solo poner a la disposición de todos la instrucción,
sino dar los medios de adquirirla, tiempo para adquirirla, y “obligar a adquirirla”.
¡Anticipación, con un siglo! . Esa escuela obligatoria ha de “enseñar a raciocinar”.
Exclama entusiasta, ”¡Ideas, ideas primero que letras!”.
Comenta que la infancia y la adolescencia hacen la cuarta parte de la vida; perdida
ésta, o mal empleada, tendrá el que quiera instruirse, que “detenerse en la juventud
a hacer estudios de niño”. Simón Rodríguez desea niños veraces, fieles, comedidos,
agradecidos, generosos y aseados; además, “se les ha de acostumbrar a respetar la
reputación y a cumplir con lo que se promete”.
En el nuevo Sistema Educativo Bolivariano, la escuela contemporánea demanda de
un nuevo enfoque ideológico y conceptual, que resalta la importancia de las
personas que la integran; las escuelas son al fin y al cabo, grupos de personas; o
tienen la preparación suficiente para responder a los retos del mundo actual o su
supervivencia será francamente difícil y evidentemente que la única manera de
lograrlo es con la actualización y formación permanente de los docentes.
Para la solución de este problema se usan tres vías que en la práctica tienen
una alta eficiencia, ellas son: La superación. El trabajo científico metodológico. La
investigación científica
Aunque cada una de ellas por separado tiene un amplio campo de desarrollo
no pueden verse de manera individualizada pues en la práctica se complementan y
existen estrechamente interrelacionadas.
Con independencia de la vía que se asuma será necesario partir del
conocimiento de la situación real o inicial del docente desde el punto de vista
profesional, para ello solo existe un medio: el diagnóstico integral, éste, de seguirse
como se requiere, propicia en primer orden la posibilidad de tener y actualizar
constantemente la caracterización que del docente se tiene, lo que significa sin lugar
a dudas conocer sus necesidades para poder, de conjunto con él, actuar en
dirección de su solución. De este modo el diagnostico significará también la
posibilidad de decidir las rutas, caminos, estrategias a seguir para llegar al estado
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
20. final o deseado que no será otro que estar preparado para conducir el proceso
pedagógico a través de su actividad más importante, la clase.
Simón Rodríguez propuso en sus ideas educativas erradicar la gran exclusión social
que existía en la población colonial, la población marginada de siempre los niños
huérfanos de la guerra (niños de la calle), los indígenas, los pardos, los negros todos
los excluidos socialmente. Quería combatir la ignorancia y la injusticia social a través
de la educación, que es la mejor arma para convertirlos en ciudadanos republicanos.
Con la implantación del Sistema Educativo Bolivariano, donde las Escuelas buscan
formar al educando de manera que la educación y el trabajo sean concebidos como
los instrumentos a través del los cuales se logre los fines pautados en la carta
magna; en especial lo referido al desarrollo del potencial creativo de cualquier ser
humano y en pleno ejercicio de la personalidad, la valoración ética del trabajo y la
participación activa consciente y solidario en nuestro proceso de transformación
social. Teniendo como meta la organización de las comunidades, erradicar la
pobreza, propiciar la descentralización de la población en el territorio nacional,
impulsar una sociedad preactiva y productiva, que nos permita la tan anhelada
independencia económica.
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
21. Pensamientos de Simón Rodríguez
1.- Enseñen y tendrán quien sepa, eduquen y tendrán quien haga.
2.- Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra".
3.- "Entre los que vemos con desdén, hay muchísimos que serían mejores que
nosotros, si hubieran tenido escuela".
4.- "Todos los militares de talento envainan la espada para abrir los libros, desde el
momento en que el enemigo les abandona el campo".
5.- "Sin educación popular no habrá verdadera sociedad".
6.- "El hombre no es ignorante porque es pobre, sino lo contrario".
7.- "Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con
gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte".
8.- "Instruir no es educar; ni la instrucción puede ser un equivalente de la educación,
aunque instruyendo se eduque".
9.- "No hay interés donde no se entrevé el fin de la acción. Lo que no se hace sentir
no se entiende, y lo que no se entiende no interesa. Llamar, captar y fijar la atención,
son las tres partes del arte de enseñar. Y no todos los maestros sobresalen en las
tres".
10.- "El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que
enseña a aprender; no al que manda a aprender, ni al que aconseja que se aprenda.
El maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñando virtualmente
todo lo que se aprende después, porque enseñó a aprender".
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
22. Conclusión.
Resumiendo, podríamos decir que en sus escritos, desde sus valientes ‘reparos’ y
proposiciones de cambio, enunciados en aquella década colonial y finisecular, hasta
sus amistosos Consejos de Latacunga, dados medio siglo después (1851), se
encuentra implícito el andamiaje nuclear que ha sustentado la mayoría de los
Proyectos de Reforma que, endógena o exógenamente, se han implementado en
nuestras naciones indo-americanas. Pilares históricos han sido, respecto a la
Enseñanza Primaria, entre otros, consagrados por don Simón: a) Condición estatal,
pública, social, laica, gratuita y obligatoria; b) Base ineludible del resto de los
aprendizajes sistemáticos posteriores: "Piénsese en las funciones del maestro, en la
Primera Escuela, y se verá que sigue virtualmente enseñando a aprender en las
otras edades…allí empieza la vida de las relaciones con las cosas y con las
personas; luego, la Primera Escuela es la escuela por antonomasia: las demás son
aplicaciones de sus principios, para hacerlos trascendentales" (Escritos, IIII:13); la
semántica aquí contenida es de denso contenido y proyección psicopedagógica; sin
ingresar en la hermenéutica de su temprano enunciado de un ‘virtual enseñar a
aprender’ (que nos introduce de lleno a la ‘psicología educacional’ vigente hoy), y
sólo para limitarnos a Chile, creemos que este párrafo podríamos colocarlo como el
principio sobre el cual enunciaron los suyos nuestros más preclaros educadores: C.
Henríquez, J. Egaña, D.F. Sarmiento, J.A. Núñez, P. Aguirre Cerda o L. Gómez
Catalán; c) Participación comunitaria escolar (‘Nuevo Establecimiento’), incluidos los
Padres (‘relaciones entre los Representantes y la Escuela’), adjudicando al Maestro,
en tanto profesional especialmente formado, moralmente idóneo y suficientemente
rentado, el papel primordial en el proceso, en la metodología y en la dirección
institucional. Para el informal legislador docente: "El título de Maestro no debe darse
sino al que sabe enseñar, esto es, al que enseña a aprender no…al que manda
aprender o indica lo que se ha de aprender, ni…al que aconseja que se aprenda"
(O.C., I : 24). Su meta era sustraer la educación de la hegemonía clerical y de
personas no preparadas, en tan importante misión social, convirtiéndose así en un
propulsor de la ‘profesión docente’, y de sus reivindicaciones gremiales (que tanto lo
diferencia de su coetáneo Pestalozzi). Pero, también, ya planteaba: d) La
importancia de las condiciones materiales y del apoyo logístico para la aplicación de
las innovadoras metodologías prácticas (léase locales aseados y cómodos,
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
23. mobiliario adecuado y funcional, talleres e instrumentos, etc.). Decía:"la enseñanza
no debe alojarse en salitas, ni en cuartejos. Deben construírseles edificios, y surtir
de los instrumentos necesarios las salas" (Escritos, II: 313).
Su visión fue anticipadamente sistémica y dialéctica, al considerar la Educación
como proceso cuya comprensión exige un enfoque histórico-económico, incluyendo
el análisis de variables como las condiciones geo-ecológicas, económicas,
culturales, étnicas, etológicas costumbres), políticas, etc. Desde tal perspectiva es
que tenemos que leer sus textos percibiendo, en consecuencia, una concepción
educativa, que podríamos calificar de: activa, práctica, holística, integral, ética,
cívico-social, liberadora. Al predicar e implementar la no-discriminación en la
Escuela, fundando su doctrina en la libertad, el respeto al individuo y a los valores
sociales (patria, sociedad, productividad, moral) se constituye, además, en precursor
efectivo del ejercicio de los Derechos Humanos en la práctica y cultura escolares en
nuestros sistemas educativos nacionales. Desde su óptica indigenista requería:
"Bien merecen los dueños del país, los que mantienen al Gobierno y la Iglesia con su
dinero y a los particulares con su trabajo, que enseñen a sus hijos a hablar, a escribir,
a llevar cuentas y a tratar con decencia…" (O.C., II: 6).
Por último, Don Simón resulta un nombre primigenio al propiciar la necesidad de
‘conocer al niño y su ambiente’ (principio tan caro a los futuros enfoques activistas) y
de privilegiar el rol formador democrático, en términos cívicos (‘ciudadano’) y
productivos autonomistas (‘industria pública’), pivotes de su postulada Educación
Popular, cuyos principios animan, entre otras, la Teoría Andragógica (Félix Adam, en
Venezuela) o la Pedagogía del oprimido (Paulo Freire, en Chile, El Salvador y
Brasil).
EL PENSAMIENTO DE SIMON RODRIGUEZ
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