1. Ciego por un champú de perros
Es curioso el tema de mi post: “ciego por un champú para perros”. Lo que
es seguro es que no quede ciego por ello =D. Les cuento, la aventura
comenzó cuando decidí darle su baño a Ada (mi pitbull), esto porque
llega un punto donde expiden ciertos olores característicos que nos
indican que necesitan un baño urgente. ¿Lo han notado? Es como oler
una bolsa de cheetos con churrumais ¡de verdad!
Cuando llego a ese punto de que era necesario el baño para mi perra,
¡Manos a la obra! Preparé mi arsenal: correa, agua tibia, cubeta, toalla
2. vieja y cham...FUCK!!!. En ese momento pensé que el champú para
humanos serviría y notaba una ligera alegría de Ada porque se salvó de
un baño. Nunca paso eso para su desgracia. Decidí no utilizar el champú
de humanos e ir a comprar un champú especial para perros, ya que he
leído en varios lugares, que su piel y sobre todo su pelaje es delicado con
algunos productos específicos para humanos.
De regreso del super con este champú, estaba todo listo para el gran
baño de mi pequeño monstruo. La técnica de bañar a un perro es muy
fácil (en teoría), consiste en sujetarlo con una correa, de preferencia de
nylon, ya que demás materiales como piel se pueden despintar o
desgastar fácilmente. Empezar por mojar al perro, parte por parte, para
después aplicarle el champú.
Al lavar al perro, hay que tener cuidado de mantener el agua lejos de
sus oídos y ojos, tanto como nos sea posible. Yo procuro usar sólo un
paño húmedo en esta área y poner el mínimo de champú para perro
posible.
Entonces, imaginen la escena, yo dándole tremendo baño a Ada, con
bastante cuidado y enjabonando cada parte de su cuerpo, en pocas
palabras un perro lleno de jabón. Es entonces cuando la alineación de
los planetas y el cosmos te juegan la gran pasada, y tu amigo canino
como es típico de su especie se dispone a realizar el acto que más goza
en esta vida. ¡Sacudirse! Sí, pero llena de jabón ¬¬. Y con mi rosto casi
pegado a su cuerpo porque le estoy lavando las patas traseras.
Creo que este punto, usted lector se imagina levemente el porqué del
título “ciego por un champú de perros”. La escena por demás cómica se la
deben preguntar a Ada. Un tipo con la cara llena de jabón y ciego,
buscando una toalla limpia por todo el suelo. Les describiría el ardor tan
bonito que se siente y de lo ridículo que es la escena. Pero eso se lo dejo
cuando mi perra tenga su propio blog.
Por cierto, Ada recibió su baño, yo sobreviví y no quede ciego.