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MANUAL
DIDÁCTICO
para la
ESCUELA
de PADRES
MANUAL
DIDÁCTICO
para la
ESCUELA
de PADRES
MANUALDIDÁCTICOPARALAESCUELADEPADRES
Temas elaborados por:
Agustín Durán Gervilla
M.ª Dolores Tébar Pérez
Beatriz Ochando Korhonen
M.ª Amparo Martí Chiva
Francisco J. Bueno Cañigral
Gonzalo Pin Arboledas
M.ª Magdalena Cubel Alarcón
M.ª Rosario Genís Giner
AJUNTAMENT DE VALENCIA
CONCEJALÍA DE SANIDAD Y CONSUMO
MANUAL DIDÁCTICO
PARA LA ESCUELA DE PADRES
Escuela padres
MANUAL DIDÁCTICO
PARA LA ESCUELA DE PADRES
Escuela padres
EDITA
Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia
a las Drogodependencias
DIRECCIÓN
Agustín Durán Gervilla
COORDINACIÓN
Francisco J. Bueno Cañigral
AUTORES
Agustín Durán Gervilla
M.ª Dolores Tébar Pérez
Beatriz Ochando Korhonen
M.ª Amparo Martí Chiva
Francisco J. Bueno Cañigral
Gonzalo Pin Arboledas
M.ª Magdalena Cubel Alarcón
M.ª Rosario Genís Giner
DISEÑO E IMPRESIÓN
Gráficas Díaz, S.L. - San Vicente/Alicante
Ediciones anteriores
AYUNTAMIENTO DE VALENCIA
CONCEJALÍA DE SANIDAD Y CONSUMO
Plan Municipal de Drogodependencias (PMD)
1ª Edición: Marzo, 1997
2ª Edición: Marzo, 1999
3ª Edición: Marzo, 2000
4ª Edición: Marzo, 2002
Revisión, actualización y nueva edición
Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias
FEPAD
5ª Edición: Diciembre, 2004-12-29
Copyright del Texto: Los Autores
Copyright de esta Edición: FEPAD
DEPÓSITO LEGAL
V. 1.023-2002
Escuela padres
PRESENTACIÓN
El concepto y las funciones de la familia han estado históricamente en cambio permanente,
adaptándose progresivamente a las nuevas situaciones y retos que la sociedad ha ido plante-
ando en el transcurso de los siglos, como han sido y son los cambios demográficos, económi-
cos, sociales y culturales.
La familia sigue teniendo un gran valor en sí misma y seguirá desempeñando importantes
funciones en la vida de las personas, como institución social que es.
Una de las funciones más importantes es la educadora, como primer agente socializador de
los hijos. Al sistema educativo oficial siempre se le ha pedido que aportara a los niños tres
cosas: conocimientos, actitudes y valores; pero la verdadera función educativa ha residido
siempre en la labor diaria de los padres, debido al comportamiento mimético de los hijos en
el seno de la familia, de cualquiera de las maneras que la concibamos.
Se ha hablado mucho de la paternidad y de la maternidad responsable, sabiendo que el tra-
bajo de los padres con sus hijos es complejo y continuo, a la vez que gratificante, pues en su
evolución personal, los hijos han necesitado y seguirán necesitando de la ayuda, estímulo,
tutela, comprensión y cariño de sus padres.
Esto no es nuevo, pues hace ya veinticinco siglos Sócrates escribió “Nuestra juventud ama el
lujo, tiene malos modales, menosprecia la autoridad y no tiene ningún respeto a los mayores.
Los niños de nuestra época son tiranos, ya no se levantan y esclavizan a su maestro”.
Evidentemente la sociedad ha cambiado mucho, pero en algunos aspectos da la impresión
que haya quedado inmóvil, pues los retos actuales y de futuro tienen similitud con las preo-
cupaciones y desvelos de nuestros antepasados.
Para poder desarrollar adecuadamente sus funciones, los padres necesitan información y for-
mación previa. Los padres tienen que estar permanentemente involucrados en el proceso de
formación de sus hijos y formar significa, criar, educar y adiestrar.
Las actuaciones de ayuda a la familia, siempre redundarán en beneficios globales para la
sociedad. Aquí reside la importancia de este Manual Didáctico para la Escuela de Padres, ya
que en él se abordan todos los temas que los padres deben conocer para desarrollar sus fun-
ciones como tales, aportándoles conocimientos y actitudes positivas ante la vida y el desa-
rrollo de sus hijos.
Desde el proceso de la socialización a través de la familia, la paternidad responsable, el desa-
rrollo evolutivo y psicológico del ser humano, las relaciones interpersonales, hasta la salud y
la familia; este Manual trata en tres partes y once temas, aspectos muy importantes tanto
para los padres como para los hijos, que se desarrollan a través del Programa de Escuela de
Padres.
Manifiesto mi felicitación a los autores de este libro, ya que han sabido plasmar en él sus
conocimientos y amplia experiencia profesional, así como las sugerencias recogidas durante
años en las actividades realizadas en el Plan Municipal de Drogodependencias del Ayunta-
miento de Valencia y mi agradecimiento a todos los profesionales de la Comunidad Valencia-
na que participan en el Programa Escuela de Padres.
Deseo que el Manual Didáctico para la Escuela de Padres sea de gran utilidad para todas las
personas que participan en la Escuela de Padres y que para que todos contribuyamos a poten-
ciar las actividades de educación y promoción de la salud y de prevención de las drogodepen-
dencias, en beneficio del bienestar y la salud de todos los ciudadanos.
Vicente Rambla Momplet
Conseller de Sanidad
Escuela padres
AGRADECIMIENTOS
El programa Escuela de Padres inició su andadura de forma estructurada en el curso escolar
1993/1994, fruto de las opiniones y sugerencias realizadas durante años antes por las madres
y los padres con hijos drogodependientes, que participan en los programas asistenciales del
Dispensario Municipal de Drogodependencias y del esfuerzo conjunto de sus profesionales y
los del Servicio de Sanidad de la Concejalía de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de
Valencia.
Durante estos diez años el Programa Escuela de Padres se ha impartido en 118 Centros Edu-
cativos de la ciudad de Valencia, en 96 el primer nivel y en 22 el segundo nivel. Han partici-
pado 2.376 madres y 671 padres y sus enseñanzas han ayudado a formar a 1.925 hijas y 1.727
hijos.
La familia tienen un papel muy importante en la sociedad y cualquier actividad que les ayude
a formarse para desempeñar de manera adecuada sus funciones de padres es muy importan-
te. Por eso, tras el desarrollo de los primeros cursos del Programa de Escuela de Padres, fue
necesario estructurar y adecuar todos los contenidos de los temas que se exponían y poder
publicar el Manual Didáctico para la Escuela de Padres, del que se han realizado cuatro edi-
ciones en los años 1997, 1999, 2000 y 2002.
Todo esto no hubiera sido posible sin el esfuerzo y la dedicación entusiasta de médicos, psi-
cólogos, pedagogos y maestros, que como autores de los temas del Manual y como docentes
de la Escuela de Padres, han dedicado muchos días de su vida en la importante labor de infor-
mar y formar a madres y padres, como contribución a la prevención de las drogodependen-
cias. Debido a su profesionalidad ha sido posible realizar el Programa Escuela de Padres del
Ayuntamiento de Valencia. A todos ellos mi sincero agradecimiento y felicitación por la buena
labor desarrollada.
Esta es la quinta edición del Manual Didáctico para la Escuela de Padres, que ha sido revisa-
do, actualizado y ampliado, confiando que tanto los profesionales que imparten el Programa
Escuela de Padres, tengan un libro actual y completo, que sirva de guía y fuente de informa-
ción para impartir sus clases, como las madres y padres asistentes a los cursos puedan usar-
lo para ampliar o recordar temas tratados durante el desarrollo de la Escuela de Padres.
Agradezco profundamente a Agustín Durán Gervilla, Psicólogo Clínico y Director de la Escue-
la de Padres del Plan Municipal de Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos (PMD) del
Ayuntamiento de Valencia, el trabajo desarrollado durante estos años, su profesionalidad,
dedicación e interés permanente en seguir avanzando, ampliando y uniendo esfuerzos cada
día en la prevención de las drogodependencias desde el ámbito familiar.
Igualmente felicito a Francisco J. Bueno Cañigral, Jefe de Servicio del Plan Municipal de Dro-
godependencias y Otros Trastornos Adictivos (PMD) del Ayuntamiento de Valencia, por su
capacidad de impulsar y gestionar todas las actividades desarrolladas en material de Preven-
ción Comunitaria, Prevención Familiar, Prevención Escolar y Alternativas de Ocio y Tiempo
Libre.
Agradezco a la Fundación de la Comunidad Valenciana para el Estudio, la Prevención y la
Asistencia a las Drogodependencias (FEPAD), su deferencia e interés en la publicación y difu-
sión del Manual Didáctico para la Escuela de Padres, que a buen seguro contribuirá a pre-
venir las drogodependencias, ya que en esta tarea conjunta debemos estar todos unidos en
beneficio de la sociedad.
Ramón Isidro Sanchis Mangriñán
Concejal de Sanidad y Consumo
Ayuntamiento de Valencia
1.ª parte:
LOS PADRES Y LOS HIJOS
Tema 1.
El proceso de la socialización a través de la
familia/21
1.1. Socialización y culturización.
1.2. Familia: definición y tipos.
1.3. Funciones de la familia.
1.4. El papel de la familia en la socialización de los
hijos.
1.5. Dificultades en la socialización de los hijos.
Bibliografía.
Tema 2.
La paternidad responsable/29
2.1. Aspectos legales de la paternidad.
2.2. Una nueva etapa: la paternidad.
2.2.1. La familia del siglo XXI.
2.2.2. Los hijos del siglo XXI.
2.2.3. El inicio de la paternidad:
de expectativas y temores.
2.3. Qué es ser padre o madre.
2.3.1. Preparándose para la paternidad/
maternidad.
2.3.2. Los buenos padres no nacen, se hacen:
aprender a ser padres.
2.3.3. Ser mejores padres.
2.3.4. El placer de ser padres.
2.4. Qué es ejercer de padres.
2.4.1. Roles tradicionales frente a roles
actuales.
2.4.2. El dilema de toda futura madre:
¿trabajar o no?
2.5. La importancia de la relación padre/madre
para la educación del niño.
Bibliografía.
Tema 3.
Padres preparados: estilos y pautas educativas/57
3.1. Criterios educativos.
3.1.1. Interiorización.
3.1.2. El respeto.
3.1.3. La autoridad y la afectividad
3.2. Pautas educativas.
3.3. Estilos educativos paternos.
3.4. Principios educativos.
3.4.1. Disciplina.
3.4.2. Normas y límites.
3.4.3. Qué hacer después de un mal
comportamiento.
3.5. Técnica de resolución de problemas
Bibliografía.
Tema 4.
Introducción a la escucha activa/83
4.1. Aspectos a tener en cuenta en la escucha
activa.
4.2. El método “nadie pierde” para resolver
problemas.
4.3. Resumen de la escucha activa.
Bibliografía.
Tema 5.
El desarrollo evolutivo y psicológico del ser
humano/93
5.1. El desarrollo desde el punto de vista
psicológico.
5.1.1. Definición de desarrollo.
5.1.2. Etapas de desarrollo.
5.1.3. Determinantes genéticos del desarrollo.
5.1.4. Determinantes ambientales del
desarrollo: crianza.
5.2. La formación del vínculo y el desarrollo del
apego parental.
5.2.1. La formación del vínculo con el no
nacido.
5.2.2. La evolución del vínculo con el recién
nacido.
5.3. El período prenatal.
5.3.1. Desarrollo prenatal.
5.3.2. Capacidades del feto.
5.3.3. Influencias prenatales.
5.4. El parto y el neonato.
5.4.1. El parto.
5.4.2. El neonato. El período de adaptación.
5.4.3. Capacidades del recién nacido:
desarrollo temprano de la percepción.
5.4.4. La individualidad del neonato.
5.5. El niño pequeño: de 0 a 2 años.
5.5.1. Capacidades del lactante: un panorama
general.
5.5.2. De la sensación al conocimiento.
5.5.3. Desarrollo cognoscitivo.
5.5.4. Desarrollo social.
5.6. El niño preescolar: de los 2 a los 6 años.
5.6.1. Desarrollo del lenguaje.
5.6.1.1. Aprendizaje del lenguaje.
5.6.1.2. El inicio en el aprendizaje del
lenguaje.
5.6.2. Desarrollo psicoafectivo y social.
5.6.2.1. Desarrollo somático y psicomotor.
5.6.2.2. Desarrollo social y surgimiento de
la personalidad.
5.6.3. Desarrollo cognitivo.
5.7. El escolar: de los 7 a los 11 años.
5.7.1. Aspectos del desarrollo motor.
5.7.2. Aspectos cognitivos.
5.7.3. Aspectos sociales y emocionales.
5.8. La pubertad.
5.8.1. La pubertad como maduración física y
sexual.
5.8.2. Principales cambios en la pubertad.
5.8.3. Algunas anomalías de la pubertad.
5.8.4. Los cambios psicológicos de la
pubertad.
5.8.4.1. Aceptación de la nueva imagen.
5.8.4.2. La conducta sexual.
5.8.4.3. La emotividad y el mal
comportamiento.
5.8.3.4. El distanciamiento de la familia:
el papel del grupo de amigos.
5.9. La adolescencia
5.9.1. Definición y características de la
adolescencia:
5.9.2. Psicología de la adolescencia.
5.9.3. La maduración de la personalidad en la
adolescencia.
5.9.4. Resumen de los principales cambios en
la adolescencia.
5.9.5. La adolescencia en la sociedad actual.
Bibliografía.
INDICE
a
Tema 6.
La personalidad: desarrollo y componentes/159
6.1. Definición y factores determinantes.
6.2. La personalidad como proceso.
6.3. La personalidad como estructura.
Componentes.
6.3.1. El autoconcepto y la autoestima.
6.3.1.1. Importancia de la familia en el
desarrollo de la autoestima.
6.3.1.2. Lo que pueden hacer los padres
para aumentar la autoestima de sus
hijos.
6.3.2. Valores de la personalidad.
6.3.3. Responsabilidad y constancia.
6.3.4. Autocontrol, disciplina y autodisciplina.
6.3.5. Toma de decisiones.
6.3.6. Tolerancia a la frustración.
6.3.7. Sentimientos y emociones.
6.3.8. Fuerza de voluntad.
6.4. La importancia de la motivación en el
desarrollo de la personalidad.
Bibliografía.
Tema 7.
Las relaciones interpersonales/215
7.1. La importancia de la comunicación.
7.2. La familia y la comunicación:
7.2.1. Qué es la comunicación.
7.2.2. Tipos de comunicación.
7.2.3. Barreras en la comunicación familiar.
7.3. Habilidades en la comunicación familiar.
7.3.1. Principales estilos en la comunicación:
pasivo, agresivo y asertivo.
7.3.2. La asertividad o la autoafirmación
personal.
7.3.3. Los derechos personales.
7.3.4. Las habilidades de autoafirmación.
7.3.5. Beneficios de la asertividad en la
comunicación familiar.
7.4. Características de la comunicación con los
hijos.
7.5. El diálogo padres-hijos en la adolescencia.
7.6. Las peleas familiares
7.6.1. Pelea constructiva / pelea positiva.
7.6.2. Consideraciones a tener en cuenta.
7.6.3. Recursos para solucionar los problemas.
7.7. Los juegos en la familia. La ocupación del ocio
y el tiempo libre.
7.7.1. El juego.
7.7.2. Afición por los videojuegos.
7.7.3. El uso de la televisión.
7.7.4. Orientaciones educativas en torno al
ocio y tiempo libre.
7.8. La participación en la dinámica familiar.
Bibliografía.
2.ª parte:
LOS PADRES Y LA ESCUELA
Tema 8.
La formación y la educación paterna/261
8.1. Los padres como maestros.
8.2. La educación en la familia.
8.3. Educar con el ejemplo: los padres modelos.
8.4. La importancia de la lectura.
8.5. Influencias negativas para el estudio.
8.5.1. La televisión.
8.5.2. Los videojuegos.
8.5.3. Internet.
Bibliografía.
Tema 9.
La ayuda a los hijos en los estudios/279
9.1. Mejorar el rendimiento escolar.
9.2. El problema del fracaso escolar.
9.2.1. Organización del estudio: el hábito.
9.2.2. De la motivación a la automotivación.
9.2.3. El problema de las calificaciones bajas.
9.2.4. La concentración y las técnicas de
estudio.
9.2.5. Algunos problemas de aprendizaje y de
comportamiento.
9.2.6. Actividades extraescolares.
Bibliografía.
Tema 10.
Actitud de los padres hacia la escuela/309
10.1. Colaboración con la escuela.
10.1.1. Relaciones con el profesor y tutor del
hijo.
10.1.2. Solución a la problemática entre el
hijo y la escuela.
10.1.3. Otras relaciones con la escuela.
10.2. Colaboración con el hijo.
10.2.1. Orientación escolar y expectativas
profesionales.
10.2.2. Descubrir la vocación para elegir
estudios superiores.
Bibliografía.
3.ª parte:
LOS PADRES Y LA SALUD
Tema 11.
La salud en la familia/335
11.1. Alimentación saludable.
11.1.1. Hidratos de carbono.
11.1.2. Grasas.
11.1.3. Proteínas.
11.1.4. Agua.
11.1.5. Vitaminas.
11.1.6. Minerales.
11.2. Grupos de alimentos. La pirámide de la
alimentación.
11.3. Alteraciones alimentarias.
11.4. Ejercicio físico y deporte.
11.4.1. Reconocimientos y actividades previas
11.4.2. Ejercicios de precalentamiento.
11.4.3. Ejercicios y deportes.
11.5. Relaciones afectivo – sexuales.
11.6. Evitar los tóxicos.
11.7. El sueño: patrones normales y principales
alteraciones.
11.7.1. El sueño: concepto.
11.7.2. Evolución del sueño de la infancia
hasta la adolescencia. Medidas
preventivas.
11.7.3. El niño que no quiere dormir:
el insomnio infantil.
11.7.4. Las conductas extrañas durante el
sueño.
Bibliografía.
Escuela padres
Escuela padres
Escuela padres
15
15
A Escuela de Padres es un programa for-
mativo-preventivo que realiza el Ayun-
tamiento de Valencia desde la Delega-
ción de Sanidad y Consumo y a través
del Plan Municipal de Drogodependencias desde
el año 1994. Planteado desde el marco de la Edu-
cación para la Salud y desde la prevención ines-
pecífica (a medio y a largo plazo) del problema de
las drogodependencias, contempla como objetivo
informar y formar a los padres para el importan-
te, pero complejo, trabajo de actuar como padres.
Todos estamos de acuerdo en reconocer que la
función de padres es uno de los trabajos más
importante, más comprometido y más gratifican-
te, pero al mismo tiempo más dificil, que pueda
haber; pero también que a los padres no se les
proporciona las herramientas necesarias para
ello. Como señala Thomas Gordon “a los padres se
les culpa, pero no se les educa”. La propuesta del
Programa de Escuela de Padres es, por tanto,
aportar unos conocimientos relacionados con el
papel de padres que les puedan servir para mejo-
rar su trabajo como tales.
El porqué de la Escuela de Padres
En el Plan Municipal de Drogodependencias se ha
contemplado, desde siempre, la importancia de la
intervención con los padres como un elemento
favorecedor del proceso de tratamiento del hijo/a
drogodependiente. La intervención grupal a los
padres abarcó dos niveles de actuaciones: un pri-
mer nivel informativo y un segundo nivel tera-
péutico. Ha sido desde estos grupos donde surgie-
ron las propuestas de los propios padres de recibir
información para su trabajo de padres. Al hablar-
les en los grupos de la importancia que ellos mis-
mos tienen en el proceso de desarrollo de la per-
sonalidad de sus hijos; el cómo desarrollar desde
la infancia componentes de la personalidad que
pueden favorecer la prevención del uso abusivo
de drogas como, por ejemplo: la responsabilidad,
la constancia, la autonomía personal, el autocon-
trol, la toma de decisiones, la tolerancia a la frus-
tración, etc. (y que ahora, en la mayoría de los
casos, es necesario recuperar en el proceso de
tratamiento del sujeto drogodependiente). Y ha
sido en estos grupos donde hemos escuchado
reflexiones y sugerencias como éstas: “esto debe-
ríamos haberlo sabido antes”, o “si en su momen-
to nos hubieran enseñado todo esto...”. Y los
padres tienen razón, no son culpables de esas
carencias formativas en el rol de padres, sino más
bien víctimas de unas circunstancias sociocultu-
rales. Por todo ello, la propuesta desde esta situa-
ción es clara: intentemos decírselo a los padres
en el momento más adecuado. Y ese momento
es cuando van a ser padres o tienen hijos peque-
ños.
A quién se dirige
La Escuela de Padres se dirige, fundamentalmen-
te, a todos aquellos padres que tienen hijos
pequeños y/o adolescentes, o contemplan la posi-
bilidad de tenerlos.
Objetivos
La Escuela de Padres pretende dos objetivos. Uno,
el desarrollo personal de los hijos mediante: a)
ofrecer a los padres la información y conocimien-
tos básicos sobre diferentes temas, con el objetivo
de proporcionarles una mayor capacitación para
ejercer su función, b) facilitar más recursos educa-
tivos y formativos para promover en sus hijos acti-
tudes, valores, habilidades personales y sociales
sanas que les permitan afrontar, de manera res-
ponsable, la realidad de su vida, y c) promover el
intercambio de experiencias entre los padres asis-
tentes. Dos, la prevención de las drogodependen-
cias: un adecuado desarrollo de la personalidad,
unas actitudes y valores sólidos son un buen marco
16
16
de referencia para decidir NO entrar en el mundo
de las drogas.
Para alcanzar los objetivos anteriores se han
planteado los siguientes temas, que se recogen en
este manual:
• El proceso de socialización a través de la fami-
lia.
• La paternidad responsable.
• Padres preparados: estilos y pautas educati-
vas.
• Introducción a la escucha activa.
• El desarrollo evolutivo del ser humano: infan-
cia, pubertad y adolescencia.
• La personalidad: desarrollo y componentes.
• Las relaciones interpersonales.
• La formación y la educación paterna.
• La ayuda a los hijos en los estudios.
• Actitud de los padres hacia la escuela.
• La salud en la familia.
Metodología
Los objetivos propuestos se pretenden alcanzar a
través de la siguiente metodología:
– Se imparte en los Colegios Públicos y Concer-
tados de la ciudad de Valencia.
– A través de las APAS y la Dirección de los Cole-
gios se planifica la realización del curso.
– El curso se imparte en 14 sesiones, de una hora
y media de duración, en calendario escolar y
en horario de tardes propuesto por los padres.
– Se utiliza una encuesta inicial y un cuestiona-
rio de evaluación.
– Se entrega a los asistentes el presente Manual
Didáctico y un Diploma de asistencia.
– El equipo docente está formado por psicólo-
gos/as, médicos/as, pedagogos/as y maes-
tros/as.
A la Escuela de Padres del Ayuntamiento de
Valencia se le concedió el Premio de la Gene-
ralitat Valenciana en materia de Drogodepen-
dencias, modalidad de Prevención en el ámbi-
to familiar, año 1998.
EL MANUAL DIDÁCTICO
Con el objetivo de disponer de un material didác-
tico para impartir los temas del Programa de la
Escuela de Padres se ha elaborado el presente
Manual Didáctico para la Escuela de Padres,
por tanto, este Manual es de uso exclusivo para
las clases de la Escuela de Padres. Pretendemos
también que sirva de manual de consulta para los
padres asistentes al Programa, puesto que se les
entregará gratuitamente al finalizar cada curso.
El «Manual Didáctico» se ha elaborado utilizando
como referente la bibliografía que se cita al final
de cada capítulo. Siendo uno de los objetivos
principales de la Escuela de Padres motivar a los
mismos hacia la formación permanente en estos
temas, este Manual pretende ser un elemento
movilizador de la lectura, por lo que recomenda-
mos a los padres dicha bibliografía como una
forma de ampliar sus conocimientos y como base
para formar su propia biblioteca. Hemos selec-
cionado la bibliografía citada y elaborado los
temas basándonos en los siguientes criterios:
contenidos temáticos básicos, exposición de los
mismos con lenguaje didáctico, combinación de
aspectos teóricos y prácticos y formato visual
ameno. Reconocemos que, seguramente, hay
muchos textos tan interesantes como los recogi-
dos en este Manual, pero también asumimos las
responsabilidad de la selección de los mismos.
Los objetivos que persigue el programa de Escue-
la de Padres son varios, siendo uno de los más
importantes crear en los asistentes la inquietud
17
17
por aprender todo aquello relacionado con la for-
mación de sus hijos, por lo que insistimos que la
bibliografía utilizada para la elaboración de este
manual es un buen material de consulta para su
formación. Nuestro objetivo es desarrollar una
actitud de autoformación permanente.
El Manual consta de once temas. En el tema uno
se aborda la importancia de la socialización de
los hijos, entendida como un proceso de adquisi-
ción de normas, valores y principios que van a ser
la base para su funcionamiento como persona y
que se realiza, fundamentalmente y en primer
lugar, a través de la familia.
En el tema dos se recogen los aspectos relaciona-
dos con la paternidad responsable; la importan-
cia de ser padres: los buenos padres no nacen, se
hacen; la implicación de ambos progenitores en
el proceso de educar y formar a sus hijos: el rol de
padre y el rol de madre; algunas sugerencias para
mejorar la actuación como padres; la diferencia
entre ser y actuar como padres.
El tema tres proporciona a los padres recursos
educativos y formativos para ejercer y actuar a
través de los estilos y pautas educativas. Se insis-
te en la importancia de la interiorización como
base para el aprendizaje y el desarrollo de habili-
dades y hábitos adaptativos.
En el tema cuatro se plantea la importancia de la
comunicación, sus reglas y dificultades. Se intro-
ducen las ideas básicas sobre la Escucha Activa.
Se remite a los padres al libro de Thomas Gordon
«Padres Eficaz y Técnicamente Preparados» para
profundizar sobre uno de los temas más impor-
tantes del Programa de la Escuela de Padres: la
escucha activa a los hijos.
El tema cinco aborda las etapas y los aspectos
evolutivos del ser humano, tanto físicos como
psicológicos; de la importancia y desarrollo del
vínculo y del apego parental. Se hace hincapié en
los períodos básicos: infancia, pubertad y adoles-
cencia.
El tema seis trata de la personalidad como orga-
nización de pautas de comportamiento relativa-
mente estables y que se construyen y desarrollan
a lo largo de nuestra vida. Por tanto la personali-
dad se entiende como una estructura formada
por una serie de elementos como: la autoestima,
la responsabilidad, la constancia, la toma de
decisiones, la autonomía personal, etc., que se
desarrolla a partir de unas características indivi-
duales, con las que nacemos, con unas pautas o
estilos educativos paternos y a través de la impli-
cación de la familia.
El tema siete hace referencia a aspectos de las
relaciones interpersonales como: los estilos de
comunicación (agresivo, pasivo o asertivo); la
espontaneidad y autenticidad en las relaciones
interpersonales: el diálogo entre padres e hijos en
la adolescencia y algunos aspectos que favorecen
o dificultan las relaciones interpersonales.
Los temas ocho, nueve y diez abordan los aspec-
tos de los padres y la escuela. Se hace referencia
a los padres como “maestros” o educadores, apor-
tando sugerencias para actuar como un padre
formativo; de cómo ayudar a los hijos en los estu-
dios para mejorar su rendimiento y de cómo
mejorar la actitud de los padres hacia la escuela.
Finalmente el tema once recoge aspectos infor-
mativos sobre la salud, la alimentación, el depor-
te y el sueño que nos ayuden a mantener una vida
más sana.
Agustín Durán Gervilla
Francisco J. Bueno Cañigral
Escuela padres
1.ª parte
Los padres y los hijos
• LA SOCIALIZACIÓN DE LOS HIJOS
• EL PAPEL DE LA FAMILIA
• LAS ACTITUDES PARENTALES
• LOS ESTILOS EDUCATIVOS
• LOS PROCESOS FORMATIVOS
• LA ESCUCHA ACTIVA
• LAS ETAPAS EVOLUTIVAS
• LA PERSONALIDAD
• LAS RELACIONES PADRES-HIJOS
Escuela padres
Tema 1
El proceso de socialización
a través de la familia
Elaboración:
Agustín Durán Gervilla
María Dolores Tébar Pérez
Beatriz Ochando Korhonen
Este capítulo trata del proceso de conver-
tirnos en personas, seres sociales, y de la
importancia de la familia en ese proceso.
Ustedes los padres son los primeros y más
importantes agentes socializadores de sus
hijos.
Escuela padres
1.1. SOCIALIZACIÓN Y
CULTURIZACIÓN
James W. Varder define la socialización
como “el proceso por el cual los individuos
en su interacción con otros, desarrollan las
maneras de pensar, sentir y actuar que son
esenciales para su participación eficaz en la
sociedad”. Por tanto, la socialización es el pro-
ceso por el que el ser que nace con unas capa-
cidades, unas características biológicas y psi-
cológicas individuales y diferenciadoras se
desarrolla y convierte en un ser social.
Nacemos sujetos y poco a poco nos converti-
mos en personas, a través de la interacción
social (primero con nuestros padres, después
con el resto de agentes sociales, entre ellos la
escuela). La socialización es, pues, un proceso
que dura toda la vida, en el cual las personas
aprenden a convertirse en un miembro de un
grupo social, trátese de una familia o de una
comunidad. En la socialización un individuo
adquiere creencias, actitudes, costumbres,
roles y valores propios de una cultura o de un
grupo social, así como conocimientos e infor-
mación, es decir, saber. Llegar a pertenecer a
un grupo exige aceptar y cumplir las reglas o
normas sociales de ese grupo, ya sea este la
familia, amigos, personas de la misma edad,
etc. Las relaciones con esos agentes socializa-
dores, dependiendo de si son tensas y genera-
doras de ansiedad o tranquilas y seguras, pue-
den determinar la naturaleza y eficacia de lo
que se aprende. La socialización también nos
sirve para saber afrontar situaciones nuevas
que se producen a lo largo de nuestra vida: los
niños nacen en el seno de una familia, los
pequeños van a la escuela, las familias se pue-
den trasladar a otra ciudad, los adolescentes
empiezan a salir con amigos y amigas, la gente
se casa y forma un hogar, las personas mayo-
res se jubilan, los amigos y parientes enferman
y mueren. Una parte importante de la sociali-
zación consiste en adaptarse a los cambios
principales por los que todo ser humano va
pasando a lo largo de su vida.
En ocasiones la socialización de un niño es
fácil y otras veces requiere muchísimo esfuer-
zo, constancia, paciencia, comprensión..., y un
poco de tiempo.
La socialización aporta dos aspectos funda-
mentales para la vida humana:
1. Facilita las bases y estructuras actitudina-
les para la participación adecuada y eficaz
UANDO los padres se plantean tener hijos se proponen amarlos, cuidarlos, alimentar-
los y facilitarles los aprendizajes necesarios para que puedan convertirse en personas,
en seres sociales, responsables, seguros de sí mismos, etc., en una palabra: felices.
La socialización es el proceso por el que el ser humano se convierte en persona y
corresponde el primer trabajo desempeñarlo los padres. Algunos aspectos de este
proceso es lo que vamos a desarrollar en este tema.
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CC
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en la sociedad en la que vive. El sujeto
necesita ser adaptado y adaptarse (en sus
aspectos básicos) a su medio social.
2. Hace posible la sociedad. A través de la
transmisión de valores y principios éticos
de convivencia de generación en genera-
ción se construye y mantiene la socie-
dad.
La cultura son las pautas, normas o guías que
construye y dirige una sociedad y la hace
característica, y se transmite a través de la
socialización. Por tanto la socialización es el
proceso, mientras que la cultura son las nor-
mas, las pautas y los valores que se transmiten
en ese proceso.
Hay dos aspectos necesarios para la transmi-
sión de la cultura y para la socialización:
a) Que el sujeto tenga unas condiciones
psicológicas mínimas para percibir,
comprender, interiorizar y aceptar lo
que se le transmite.
b) Que el sujeto cuente con un ambiente
adecuado, que esté en un contacto co-
municativo, afectivo y normativo favo-
recedor del desarrollo de la socializa-
ción.
La socialización no es una cuestión genética o
biológica exclusivamente, sino también, y fun-
damentalmente, consecuencia de la relación
con el ambiente. Es decir, el sujeto nace y
luego se hace a lo largo de su vida y en fun-
ción de sus relaciones con la familia y con el
ambiente.
La socialización se adquiere a través del
aprendizaje y se transmite a través de las pau-
tas y estilos educativos, siendo la infancia el
período clave para su inicio y adquisición. A lo
largo de este manual iremos viendo todos
estos aspectos.
1.2. FAMILIA: DEFINICIÓN Y TIPOS
DEFINICIÓN
Familia es la unión de personas que compar-
ten un proyecto vital en común, en el que
se generan fuertes sentimientos de pertenen-
cia a dicho grupo, existe un compromiso per-
sonal entre sus miembros y se establecen
intensas relaciones de intimidad, afectividad,
reciprocidad y dependencia.
Inicialmente se trata de dos adultos que con-
cretan intensas relaciones en los planos afec-
tivo, sexual y relacional.
El núcleo familiar se hace más complejo cuan-
do aparecen los hijos, entonces la familia se
convierte en un ámbito en el que la crianza y
socialización de los hijos es desempeñada por
los padres, con independencia del número de
personas implicadas y del tipo de lazo que las
una. Lo más habitual es que en ese núcleo
haya más de un adulto y lo más frecuente es
que ambos adultos sean los progenitores de
los niños a su cargo, pero también hablamos
de familia cuando alguna de esas situaciones
no se dan.
Lo más importante en la familia no es el com-
promiso legal o las relaciones de consanguini-
dad entre sus miembros, sino:
1. La interdependencia, la comunicación y
la afectividad que se da entre los adultos
que la forman.
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2. La relación de vínculo afectivo estable
entre quien cuida y educa, por un lado, y
quien es cuidado y educado, por otro.
3. Esta relación está basada en un compro-
miso personal de largo alcance de los
padres entre sí y de los padres con los
hijos.
Dos criterios en los que se basa la familia son:
uno de orden natural, como la necesidad de
cooperación para sacar adelante a los hijos, y
otro de índole cultural como las creencias
religiosas, filosóficas y las tradiciones transmi-
tidas de generación en generación.
En la familia es fundamental la conducta de
apego que tiene una importante función en
la supervivencia, porque asegura la proximi-
dad y la protección de los padres a los hijos
durante un período prolongado de tiempo en
que la debilidad del nuevo ser requiere de la
asistencia directa y continuada de los adul-
tos.
El papel fundamental de los padres consiste
en asegurar la supervivencia de los hijos y
tambien su integración sociocultural. La fami-
lia constituye en si misma un contexto socio-
cultural a traves del cual llegan a los niños
muchas de las actividades y elementos que
son característicos de esa cultura, logrando así
que la mente infantil se llene de contenidos,
normas y reglas de convivencia que le permita
desarrollarse como ser social.
El tipo de familia en la que nace y se cría un
niño afecta significativamente a las creencias,
valores, expectativas, roles, comportamientos,
e interrelaciones que tendrá a lo largo de su
vida.
TIPOS
La familia es una institución históricamente
cambiante, sólo en el último cuarto de siglo se
han ido acumulando grandes transformacio-
nes demogáficas, sociales y culturales que han
afectado a su configuración. Aquí examinare-
mos tres estilos básicos de familia:
1. Familia nuclear se describe como un
agrupamiento compuesto por el padre, la
madre y los hijos tenidos en común, todos
bajo el mismo techo.
2. La familia extensa incluye al resto de
parientes y a varias generaciones en es-
trecha relación afectiva y de convivencia.
Históricamente podemos hablar de la
existencia de estos dos modelos tradicio-
nales de familia.
3. Familias actuales. Hoy en día debemos
incluir en la definición de familia los nue-
vos elementos que la conforman y sobre
todo la diversifican, como por ejemplo:
• Además de a través del matrimonio se
ha ampliado el concepto de familia a
uniones no matrimoniales o consensua-
das dando lugar a la formación de nue-
vas familias.
• Uno de los progenitores puede faltar,
quedándose entonces el otro solo con
los hijos; tal es el caso de las familias
monoparentales, en las que por muy
diversas razones uno de los progenito-
res (frecuentemente la madre) se hace
cargo en solitario del cuidado de los
hijos.
• Los hijos del matrimonio pueden llegar
por la vía de la adopción, por la vía de
las técnicas de reproducción asistida o
proveniente de otras uniones anterio-
res.
• La madre, ya sea en el contexto de una
familia biparental o monoparental, no
tiene porqué dedicarse en exclusiva al
cuidado de los hijos, sino que puede
desarrollar ya actividades laborales
fuera del hogar.
• El padre no tiene porqué limitarse a ser
un mero generador de recursos para la
subsistencia de la familia, sino que
puede implicarse muy activamente en
el cuidado y la educación de los hijos.
• El número de hijos se ha reducido
drásticamente, hasta el punto de que
en muchas familias hay solamente
uno.
• Algunos núcleos familiares se disuelven
como consecuencia de procesos de
separación y divorcio, siendo frecuente
la posterior unión con una nueva pare-
ja, constituyendo nuevas familias con la
incorporación de los hijos de ambos.
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1.3. FUNCIONES DE LA FAMILIA
La familia desempeña, entre otras, dos fun-
ciones psicológicas esenciales para el ser
humano: la socialización y la construcción del
autoconcepto y la autoestima.
A través de la socialización familiar las perso-
nas se convierten en seres sociales, asumen
las reglas del juego que necesitan para
enfrentar la vida, aprenden a entenderse a sí
mismos y se forman una imagen de lo que son
y del mundo que les rodea.
La familia crea en el niño las bases de su iden-
tidad y le enseña cuáles son las normas de
convivencia que ha de asumir, proporcionán-
dole un sistema de creencias que, aun no sien-
do inmodificable, sí se mantiene, en gran
medida, a lo largo de toda la existencia del
individuo.
Desde esta perspectiva las funciones que debe asumir la familia son:
a) El desarrollo emocional y de la autoestima. La familia es el escenario donde el suje-
to se construye como persona adulta con una determinada autoestima y un sentido de
sí mismo, que le proporciona un cierto nivel de bienestar psicológico para enfrentarse
a la vida cotidiana, a los conflictos y situaciones estresantes. Dicho bienestar está rela-
cionado con la calidad de las relaciones de apego que las personas adultas han tenido
en su niñez. Es, por tanto, a través de la familia desde donde se empieza a formar la
idea que el individuo tiene de sí mismo (autoconcepto) y la valoración de uno mismo
que resulta de dicha idea (autoestima). Así, se define la autoestima como la satisfac-
ción personal del individuo consigo mismo, la eficacia de su propio funcionamiento y
una actitud evaluativa de aprobación que siente hacia sí mismo.
b) La maduración psicológica y el desarrollo de la personalidad. Elementos considera-
dos como herramientas básicas para la vida futura donde se deberá afrontar retos, así
como asumir responsabilidades y compromisos que orientan a los adultos hacia una
vida fructífera, plena de realizaciones y proyectos e integrada en el medio social.
c) La transmisión de valores y de la cultura. Aspectos que hace de puente entre el
pasado (la generación de los abuelos y anteriores) y hacia el futuro (la nueva gene-
ración: los hijos). Los principales elementos de enlace entre las tres generaciones
(abuelos, padres e hijos) son, por una parte, el afecto y, por otra, los valores que
rigen la vida de los miembros de la familia y sirven de inspiración y guía para sus
acciones.
d) El apoyo emocional. Elemento vital para enfrentar diversas vicisitudes por las que pasa
el ser humano. La familia puede ser un “seguro existencial” que permanece siempre a
mano y un elemento de apoyo ante las dificultades surgidas tanto fuera de la familia
como dentro de ella.
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1.4. PAPEL DE LA FAMILIA EN LA
SOCIALIZACIÓN DE LOS HIJOS
Ala familia le corresponde, entre otras, las
siguientes tareas:
- Asegurar la supervivencia de los hijos, su
sano crecimiento y su socialización.
- Aportar a sus hijos un clima de afecto y
apoyo sin los cuales el desarrollo psicoló-
gico sano no resulta posible. El clima de
afecto implica el establecimiento de rela-
ciones de apego, un sentimiento de rela-
ción privilegiada y de compromiso emo-
cional.
- Aportar a los hijos la motivación que haga
de ellos seres con capacidad para relacio-
narse competentemente con su entorno
físico y social, así como para responder a
las demandas y exigencias planteadas por
su adaptación al mundo en que le toca
vivir.
- Enseñar a los hijos aprendizajes y hábitos
de vida saludables.
- Tomar decisiones por ellos hasta tanto no
sean capaces de tomarlas por sí mismos.
1.5. DIFICULTADES EN LA
SOCIALIZACIÓN DE LOS HIJOS
Hay algunos aspectos que pueden dificultar
el proceso de socialización del niño. Entre
ellos destacamos:
• La inseguridad afectiva del niño. Los pro-
blemas afectivos de los padres, las desa-
venencias y enfrentamientos pueden
tener repercusiones psicológicas sobre
cada uno de los miembros de la familia y,
por tanto, sobre el desarrollo psicológico y
social del niño.
• La excesiva protección de los padres. La
sobreprotección a los hijos es para los
padres una manera de expresar su afecto,
su amor, pero también puede ser una
manera de controlar y tranquilizar sus
propios miedos; para los hijos puede
representar, sin embargo, un problema
que les genere inseguridad e indecisión.
• La falta de atención paterna. La falta de
tiempo, dedicación y contacto suficiente
por parte de ambos padres con el hijo
puede producir en este carencias de tipo
social. Los padres deben transmitir a sus
hijos aprendizajes sociales y personales
que se logran mejor a través de la relación
directa, cálida y afectiva de ambos proge-
nitores.
• La disminución de la presencia del padre,
considerada como necesaria para la
correcta socialización tanto de los niños
como de las niñas, podría repercutir nega-
tivamente de manera especial en la socia-
lización de los niños al no gozar de la
identificación del mismo sexo. Las niñas
tendrían ventaja en este sentido, al ser la
madre quien más tiempo dedica a los
hijos.
Por último, el trabajo de la madre fuera de
casa ha implicado una sobrecarga para ella,
pues, en muchos casos, sigue asumiendo prác-
ticamente en solitario el peso de las tareas del
trabajo doméstico y del cuidado de los niños,
lo cual suele producir un estado agobiante en
la mujer repercutiendo negativamente en su
relación de pareja y en la socialización de los
hijos. Por tanto, si se acepta el trabajo de la
madre fuera de la casa, hay que afrontar con
mayor compromiso, por parte del padre, el
equilibrio y la distribución de las tareas
domésticas y buscar soluciones para el cuida-
do y la socialización conjunta de los hijos.
Bibliografía:
Psicosociología de la Familia. Gonzalo Musitu y Pat
Allat. Ed. Albatros. Valencia. 1994.
Desarrollo psicológico. Grace J. Craig. Ed. Prentice
Hall. 1992.
Psicología del desarrollo hoy. Lois Hoffman, Scot
Davis y Elizabeth Hall. Ed. McGraw Hill. Vol. II.
1996.
Socialización familiar. Valores y Autoconceptos. M.
Lila y B. Marchetti. Información
Psicológica núm. 59. Ed. Colegio Oficial de Psicólo-
gos de Valencia.
Las familias monoparentales. J. García de Dios.
Revista Padres y Maestros (P.M.).
Pedagogía familiar. J. M. Quintana. Ed. Narcea.
1993.
Familia y desarrollo humano. M. J. Rodrigo; J. Pala-
cios (coords.). Ed. Psicología y Educación, Alian-
za Editorial. 2003
Tema 2
Paternidad responsable
Elaboración:
Agustín Durán Gervilla
María Dolores Tébar Pérez
Este capítulo trata de la responsabilidad
que el padre y la madre tienen en la edu-
cación y formación de sus hijos.
La educación de sus hijos es cosa, funda-
mentalmente, de ustedes dos.
Escuela padres
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31
2.1. ASPECTOS LEGALES DE LA
PATERNIDAD
Alo largo de este capítulo vamos a hablar
de la paternidad, de cómo trabajar para
llegar a ser unos padres más preparados. En
primer lugar no debemos olvidar que la pater-
nidad conlleva también unos aspectos le-
gales: la patria potestad o el reconocimiento
legal de la paternidad, lo que significa res-
ponsabilidades legales hacia los hijos; así
como derechos del niño que deben ser respe-
tados por todos nosotros. Algunas de estas
responsabilidades de los padres y derechos
del niño son:
- Deberes y facultades de los padres:
- Velar por los hijos.
- Tenerlos en su compañía.
- Alimentarlos, educarlos y procurarles una
formación integral.
- Los derechos del niño
La Convención sobre los derechos del niño, de
las Naciones Unidas (1989), otorga un conjun-
to de derechos al niño. Algunos de ellos con-
viene tener en cuenta:
• El interés del niño por encima de todo.
• Los Estados respetarán las responsabili-
dades, los derechos y los deberes de las
personas encargadas legalmente del
niño.
• Derecho del niño a tener una identidad.
• Libertad de opinión. Derecho de los niños
a ser oídos.
• Libertad de expresión.
• Libertad de pensamiento.
• Obligaciones comunes de los padres en el
interés superior del niño. Los padres tie-
nen obligaciones comunes respecto de la
crianza y desarrollo del niño.
• Salud y bienestar para todos.
• Derecho de la infancia a un nivel adecua-
do de vida para su desarrollo físico, men-
tal, espiritual, moral y social.
• Educación adecuada en interés superior
de la infancia. La educación deberá ir
encaminada:
a) Al desarrollo de la personalidad del
niño, aptitudes y capacidad física y
mental.
b) Al desarrollo del respeto de los dere-
chos humanos.
c) Al respeto a los padres del niño y a su
identidad cultural.
d) A la preparación del menor para una
vida responsable en una sociedad libre,
tolerante, con igualdad.
• Derecho a ser protegidos de las drogas.
STE capítulo trata de la responsabilidad que el padre y la madre tienen en la edu-
cación y formación de sus hijos.
La educación de sus hijos es cosa, fundamentalmente, de ustedes dos.
EE
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2.2. UNA NUEVA ETAPA:
LA PATERNIDAD
El ser humano pasa, en su recorrido como
sujeto, por distintas etapas: niñez, puber-
tad, adolescencia y adultez. En cada una de
ellas juega un papel y tiene unas obligaciones,
así como derechos. En la etapa adulta quizás
se decida a vivir la experiencia de ser
padre/madre, para lo que debe considerar que
esta nueva situación requiere un cambio de
mentalidad y de comportamientos si se plan-
tea abordarla con responsabilidad. El padre o
madre entra en una nueva etapa que va a
marcar el resto de su vida. Abordarla requiere
cambios en su forma de plantearse la vida.
También el trabajo de padres ha sufrido los
cambios producidos por los descubrimientos
de la psicología evolutiva, la pedagogía y los
avances y transformaciones de la sociedad.
Algunos de estos avances ha beneficiado y
mejorado el trabajo educativo de los padres en
su función. Otros, en cambio, no parece que
tanto: basta como muestra la TV e Internet.
Bien utilizados son medios que pueden ayudar
a los hijos en la ampliación de su mundo de
conocimientos, pero mal utilizados pueden
crearles conflictos en los valores y en sus hábi-
tos de vida, así como dificultades en las rela-
ciones con los padres.
2.2.1. La familia del siglo XXI
A pesar que se le atribuye una permanente cri-
sis a la familia esta sigue siendo un núcleo
fuerte, y bien consolidado para abordar al tra-
bajo que le corresponde: la crianza, educación
y formación de los hijos. La familia sigue sien-
do la institución más valorada por los españo-
les.
Actualmente la familia se encuentra con com-
portamientos sociales de riesgo que hace
varias generaciones no se presentaban con la
intensidad que ahora: violencia, intolerancia,
falta de valores, consumismo, drogas, sentido
hedonista de la vida, atribuidos frecuente-
mente a los jóvenes y adolescentes que hace
que los padres se sientan poco o insuficiente-
mente preparados para abordarlos.
El siglo pasado se caracterizó por sus revolu-
ciones científicas y tecnológicas produciendo
cambios a una velocidad nunca antes imagi-
nada. Surgieron nuevas formas de convivencia,
de diversión, modelos innovadores de sociali-
zación y revolucionarios medios de comunica-
ción.
Los cambios siguen su curso imparable y no se
trata de juzgar el tiempo actual bajo el prisma
de que “todo tiempo pasado fue mejor”. El
mundo moderno actual es un lugar que ofrece
muchas ventajas y también muchos retos. Uno
de ellos el de cómo abordar la función de
padres en esta sociedad tan compleja y cam-
biante.
La familia del siglo XXI ha experimentado
cambios en los modelos de familia tales como
las reivindicaciones de la mujer, la opción legal
del divorcio, la búsqueda personal de la felici-
dad, la vida en la ciudad, la competitividad
laboral, las exigencias económicas, los deseos
de realizarse y los problemas derivados del
mundo hedonista actual (uso de drogas para la
búsqueda de placer) influyen en un sentido u
otro en la vida familiar.
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Los niños van creciendo y se van adaptando a
las nuevas condiciones que les plantea su
medio.
2.2.2. Los hijos del siglo XXI
Para el niño del siglo XXI, cualquiera de estas
situaciones es normal y frecuente, bien sea
porque la vive o porque la percibe a través de
sus amigos y conocidos.
Por su parte la vida de un niño del siglo XXI es
el resultado de todos los procesos de cambio
que ha experimentado la sociedad que lo
acoge. Conviene tener en cuenta algunas par-
ticularidades del tiempo actual que puede
incidir en el proceso de desarrollo del niño:
Influencia de la tecnología y de los medios
masivos de comunicación. Las nuevas tecno-
logías han transformado la sociedad en
muchos sentidos y el uso de las mismas que se
haga son de vital importancia para definir si es
útil o perjudicial para el niño. Pensemos que,
gracias a la televisión, a la información vía
satélite o a Internet, conocemos constante-
mente lo que sucede en distintos puntos del
globo y de una forma increíblemente veloz. La
información depende de la interpretación que
se haga de ella y de los recursos que se tengan
para discriminarla y leerla correctamente.
Es preciso comprender que dichos instrumen-
tos (video juegos, TV, Internet, móviles, etc.)
pueden ser de gran provecho y que, utilizán-
dolos racionalmente, se podrá reconocer el
mérito que tienen. En todo caso dependerá de
cómo se utilizan y, especialmente, de las con-
diciones en que se haga. Hay resultados dis-
tintos si el niño accede a ellos cuando está
solo, lo hace con un adulto que lo acompañe,
pasa demasiadas horas frente a ellos, lo hace
de manera pasiva o está investigando activa-
mente un tema en el que le interesa profundi-
zar.
Si se da un uso racionalizado de tales instru-
mentos, se convierten en aliados de la familia
y de la escuela. Resultan herramientas muy
útiles porque pueden incentivar el deseo de
ver, conocer y aprender. Si se da un uso inade-
cuado, sobre todo de la TV y en edades muy
tempranas, puede afectar en el desarrollo
emocional y de la personalidad del niño, así
como en su curriculum académico.
Incorporación de otros valores. Frecuente-
mente se escucha que los niños son bombar-
deados por la publicidad y que están expues-
tos a imágenes y contenidos no aptos para su
edad. Un niño tiende a interiorizar los modelos
de conducta y las situaciones que se les pre-
sentan tanto en su casa, como las que ve en la
televisión. La agresividad y la violencia que ve
en los medios deben ser controladas y aclara-
da por los padres con el objetivo que sienta
rechazo por imágenes en las cuales no se sien-
te la familia representada. Le pueden causar
curiosidad, pero los padres seguirán siendo sus
modelos fundamentales y se identificará con
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sus conductas. Si se educa al niño desarrollan-
do su sentido crítico, es posible que sea una
persona con capacidad de decisión. Tendrá cri-
terio para escoger y analizar la información
que se le presente. Será capaz de cooperar con
otras personas, será solidario y responsable.
Los niños de ahora, por ejemplo, sienten gran
respeto por el medio ambiente y se interesan
por reconocer las diferencias culturales. Son
los tiempos de la diversidad, de la autonomía,
del respeto y de la tolerancia.
2.2.3. El inicio de la paternidad:
de expectativas y temores
Podemos considerar que la paternidad se ini-
cia en los nueve meses del embarazo. Es un
período único repleto de ilusiones, expectati-
vas, preocupaciones, temores y cambios de
todo tipo.
En el período de gestación se inicia la cons-
trucción de la relación afectiva de los padres
con el hijo. Son múltiples las fantasías que se
experimentan alrededor de su nombre, su
aspecto y sus virtudes. A medida que los
padres especulan sobre estos temas, asimilan
progresivamente su nueva condición. Un
momento especial es cuando, gracias a las
ecografías, los protagonistas empiezan a reco-
nocer a ese niño como un nuevo ser. Ver su
primera imagen les ayuda a seguir elaborando
sus deseos y sus expectativas.
Durante el embarazo convive el hijo imagina-
do con el hijo real que se está formando. Es
frecuente, por ejemplo, que la madre perciba
cierta “personalidad del bebé”, dependiendo
del tipo de movimiento que efectúa y de la
interpretación que ella hace. “Es muy tranqui-
lo”, “Le gusta la música”, “Se siente feliz cuan-
do oye a su padre”, etc. Los primeros movi-
mientos aportan la emoción de poder sentirlo
con vida propia, y se inicia la comunicación
entre los futuros padres y el bebé. Se empieza
a “gestar” así el vínculo afectivo.
Es preciso que la familia esté pendiente de las
necesidades de la madre. Que el padre esté
atento, dispuesto a conversar, a colaborar y a
expresar su afecto de manera que madre e hijo
sientan el apoyo emocional que necesitan.
No es fácil para la mujer concebir la separa-
ción física del bebé. Además, el momento del
parto está, generalmente, lleno de expectati-
vas, situaciones. Todos y cada uno de esos
momentos convierten el nacimiento en un ver-
dadero hito que marca la formación de la
familia y la entrada en una nueva condición.
Por fin a llegado el momento de ser padres.
Con el nacimiento se produce el anhelado
encuentro entre el niño imaginado durante 9
meses y el niño real que acaba de llegar. Las
ilusiones y deseos vividos toman ahora la
forma de un niño particular. Este encuentro
entre la realidad y el deseo es parte esencial
de la nueva relación familiar y la manera en
que se asume influirá sobremanera en la feli-
cidad futura del bebé y en su desarrollo como
persona. Cada pareja tiene su forma singular
de vivir esta nueva situación y a partir de aquí
construir su particular familia.
Los primeros meses de vida son una etapa de
adaptación entre el bebé y sus padres. La lac-
tancia, el juego y la crianza son momentos
importantes de esa adaptación afectiva. El día
a día determina el encuentro entre el niño del
deseo y el bebé real que tiene unas necesida-
des particulares. Es a partir de estos momen-
tos cuando se empieza a construirse el víncu-
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lo a través de la relación padres-hijo. El naci-
miento convierte a la mujer y al hombre en
padre y madre, al mismo tiempo que da inicio
a otra etapa de la vida adulta: la vida en
familia.
2.3. QUÉ ES SER PADRE O MADRE
El trabajo de padres es, sin ninguna duda, el más
hermoso, generoso y gratificante, pero al
mismo tiempo el más complejo y sufrido de cuan-
tos haya. Y los padres lo tienen que afrontar con la
preparación que disponen y han aprendido. Algu-
nas ideas les puede ayudar a cumplirlo lo más
satisfactoriamente posible.
2.3.1. Preparándose para la paternidad/
maternidad
Todos los padres desean lo mejor para sus
hijos. Lograrlo no depende solo del trabajo que
ellos hagan como padres sino tambien de
otros muchos factores que les ayudará o difi-
cultará en su función. Pero si preguntamos a
los padres, como dice Wayne W. Dyer, en su
libro La felicidad de nuestros hijos: ¿Qué dese-
as por encima de todo para tus hijos?, se pue-
den recoger algunas de las siguientes respues-
tas:
– Quiero que mis hijos sean felices.
– Quiero que sepan cómo disfrutar de la
vida y apreciar cada día como algo
maravilloso.
– Quiero que se sientan satisfechos e
importantes como personas.
– Quiero que tengan sentimientos positi-
vos sobre sí mismos y sobre la vida.
– Quiero que crezcan sabiendo cómo
enfrentarse a los problemas y, que estos,
no les derroten.
– Quiero que no se sientan deprimidos e
inseguros.
– Quieroquetenganunarraigadosentidodelapaz
interior, que los sustentará en épocas difíciles.
– Quiero que sean sensibles, responsables y
respetuosos con la naturaleza y con la
humanidad.
– Quiero que descubran y ejerciten sus
capacidades, se sientan satisfechos y ten-
gan el estímulo de un propósito en la vida.
– Quiero que se sientan queridos y sean
afectuosos.
– Quiero que gocen de buena salud, tanto
física como mental.
Tratar de lograr todo eso en vuestros hijos es
importantísimo y un reto, pero hay que traba-
jar para conseguirlo. Esa es la función de los
padres: trabajar haciendo de padres. Todas
estas páginas que habéis leído y las siguientes,
tratan de aportaros información y conoci-
mientos para intentar alcanzar esos objetivos.
Por todo ello:
2.3.2. Los buenos padres no nacen, se
hacen: aprender a ser padres
El trabajo más hermoso, admirable y gratificante,
pero también el más complejo y difícil es, sin duda,
el de padres. A pesar de lo que mucha gente cree,
pocas madres y padres saben, sólo por instinto,
cómo actuar y resolver las situaciones con sus
hijos. Aunque los progenitores que han tenido más
experiencia con niños –ya sea por sus hermanos,
sobrinos o por haber hecho de canguros– se sien-
ten algo más “capacitados” con los pequeños,
todos tienen que aprender a actuar como padres
como las muchas cosas que los humanos tenemos
que ir aprendiendo a lo largo de nuestra vida: a
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TENGA EN CUENTA:
• Las madres y los padres que acaban de tener un hijo verán que su amor se desarrolla poco a poco, que
si se implican totalmente irán aumentando su experiencia, pero también que existen momentos de
angustia en los que incluso llegan a desear un regreso a su vida anterior al nacimiento del hijo. Este
“tira y afloja” es una parte natural de la difícil tarea de actuar como padres. Pero es una experiencia
única y gratificante.
• Busquen artículos y libros sobre la paternidad y la educación de los pequeños.
Le puede ser de utilidad el siguiente libro que le recomendamos:
-Padres eficaz y técnicamente preparados, de Thomas Gordón-.
(en el capítulo 4 haremos un resumen-introducción del mismo)
• Así mismo le insistimos en que amplíe sus conocimientos sobre este tema. Para ello puede recurrir a la
bibliografía que, nos ha servido de base para la elaboración del mismo, además de la que Vd. pueda ir
incorporando a su propia biblioteca. Pero su objetivo al leer estos libros no debe ser convertirse en un
padre/madre perfecto/a, ya que eso es algo que no existe. Tampoco debe aspirar a conocer de ante-
mano todas las respuestas sobre el tema de la educación infantil, lo que resultaría imposible. La lec-
tura debe ayudarle a reflexionar y hablar entre ambos progenitores sobre la forma de enfocar ciertos
temas clave, como por ejemplo: la comunicación, la autoestima, la disciplina, las actitudes y los valo-
res, la responsabilidad, etc.
leer, a conducir, a montar en bicicleta o a llevarse
bien con los demás.
En épocas anteriores a nadie se le había ocurrido
sugerir a los padres cómo deberían ocuparse de sus
hijos. Se suponía que cada uno hacía lo “natural”
que consistía en repetir lo que habían hecho sus
padres. Esto era un buen principio para abordar los
nuevos requerimientos que se les presentaban a los
que se iniciaban como padres, aunque en muchos
casos no suficientes como para abordar tan com-
plejo trabajo. Hoy en día la mayoría de padres
empiezan cargados de dudas sobre la manera más
adecuada de educar a los hijos. Estas dudas vienen
de que la mayor parte de nosotros nunca hemos
recibido lecciones sobre el desarrollo infantil, sobre
el desarrollo de la personalidad, la importancia de
la autoestima, de cómo crear y desarrollar hábitos
saludables, etc., ni tampoco de la alimentación,
cambio de pañales, ni de los llantos y vómitos.
Estas dudas también vienen por la falta de una
actitud favorable hacía la lectura de libros y artícu-
los sobre el mundo infantil y lo relacionado con lo
que se conoce como “Escuela de Padres”.
Aquí es cuando aparece la gran importancia que
tiene la confianza en sí mismo a la hora de criar
bien a un niño. La confianza en sí mismo, en lo que
se está haciendo, es una ventaja extraordinaria,
pues hace a los padres sentirse más a gusto, más
seguros en su papel y, por tanto, disfrutar más.
Insistimos en que nadie nace con instinto mater-
nal o paternal. Lo más parecido a ese instinto es lo
que se aprende del modo en que nos trataron
nuestros padres durante la infancia. No hay más
que ver a los niños de tres, cuatro y cinco años
ocupándose de sus muñecos, regañándoles o ala-
bándoles lo mismo que sus padres les alaban o les
regañan a ellos. Veinte años más tarde se compor-
tarán igualmente con sus hijos. Así las actitudes
básicas frente a los futuros hijos se aprenden en
los primeros años de vida. El resto llega con la
paternidad: se aprende a ser padre y madre, sobre
todo, ocupándose de su primer hijo.
De este modo, “ser padre” se aprende día a día. Se
es padre en el actuar como padre. El vínculo con el
niño empieza a forjarse en los contactos diarios
durante los primeros meses: al coger al bebé, al
alimentarlo, al intercambiar miradas y sonrisas con
él, y se va desarrollando a lo largo del tiempo ya
que es un proceso continuo.
Resulta muy positivo que los padres acepten y
hablen sobre los sentimientos de irritación y males-
tar que experimentan al tener a su cargo a una
criatura tan pequeña y difícil de tratar, ya que esta
confesión conjunta les puede ayudar a que desapa-
rezca la tensión, a comprender lo difícil y compleja
de la nueva situación, las carencias que cada uno
pueda tener sobre este tema y a unirse todavía
más.
La comunicación, el diálogo sobre los temas rela-
cionados con su papel de padres, sin intentar
dominar con “su saber” el uno sobre el otro, es un
elemento favorecedor de una dinámica de pareja
armónica. A la comunicación y a la escucha activa
se le da, en todo este manual, una gran importan-
cia por ser el recurso más importante para abordar
y resolver situaciones y conflictos.
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2.3.3. Ser mejores padres
Hoy en día es muy difícil ser padre/madre, sobre
todo un buen padre/madre. Con el aumento de los
cambios sociales y avances tecnológicos que vivi-
mos, las nuevas forma de vida, las aspiraciones
personales que nos planteamos, así como las fami-
lias en las que el padre y la madre trabajan fuera
de casa, el tiempo que queda para los hijos es muy
escaso. Sin embargo, independientemente del
ritmo de trabajo o de la situación vital de cada
miembro de la familia, es posible ser mejor padre
de lo que se es. Siempre hay tiempo para mejorar.
Se puede ser mejor padre, aunque no sea sencillo
conseguirlo, siguiendo unos pocos principios que
hay que poner en práctica a diario. Se los propo-
nemos a continuación:
Principios a tener en cuenta:
• Principio 1: No se empeñe en luchas de poder, en enfrentamientos de los que es probable que nadie
salga victorioso.
• Principio 2: Diga cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan.
• Principio 3: Es importante ser raro. Acepte usted ser raro. No deje que los hijos piensen que son más
raros que sus padres.
• Principio 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que
esté seguro de que le devolverán el favor.
• Principio 5: Hay que tener una autoestima alta. Si los padres no la tienen, sus hijos tampoco.
• Principio 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cotas de exigencia al tratar a
sus hijos.
NO OLVIDE
• No intente ser un padre perfecto que produce un hijo perfecto, ya que la mayor parte de los errores que
usted cometa durante la educación de su hijo quedarán compensados por las cosas buenas que haga.
• No busque continua y angustiosamente claves o líneas directrices que le guíen en la educación de su
hijo. Intente por usted mismo averiguar qué es lo mejor para su hijo o para cada uno de ellos.
• No existe una única forma correcta de ser un buen padre, al igual que ningún experto le podrá decir
exactamente todo y en cada momento lo que tiene que hacer. Es importante que usted como padre
tenga confianza en sí mismo, se forme y adquiera la mayor cantidad posible de conocimientos sobre
su función.
• Pero sí intente mejorar y superarse en su trabajo como padre/madre.
A continuación vamos a desarrollar cada uno de
estos 6 principios:
Principio 1: Luchas de poder
Las luchas de poder y los enfrentamientos, tanto
entre los padres como con los hijos, se producen
cuando alguien cree que ha perdido autoridad y
quiere recuperar la sensación de control, o por una
mala interpretación del sentido de la autoridad.
Las luchas de poder se identifican generalmente
por las siguientes características:
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• Como nadie gana una lucha de poder, el obje-
tivo es no perderla, lo cual hace que las par-
tes sigan enfrentadas indefinidamente.
• En una lucha de poder, ambas partes tienen la
vaga sensación de estar realizando un esfuer-
zo inútil, pero se niegan a abandonar. Desa-
rrollan sentimientos muy negativos el uno
hacia el otro.
• Los padres que están inmersos en una lucha
con sus hijos observan en ellos una caracte-
rística que no les gusta de sí mismos y desean
cambiarla.
• Las luchas de poder y los enfrentamientos
pueden generar resentimiento y rebeldía.
Muchas luchas de poder surgen de la necesidad de
los padres de controlar aspectos que son en reali-
dad atribución de sus hijos. En efecto, pueden pri-
var al niño de toda responsabilidad y autonomía.
Para ser mejor padre, hay que aprender a contro-
lar la necesidad de controlar. A los niños hay que
dejarles hacer muchas cosas que les impedimos
erróneamente, así como hay que aumentar nues-
tro campo de aceptación (este aspecto se aborda
más exhaustivamente en el tema de la Escucha
Activa).
Cómo resolver las luchas de poder.
Sugerencias
• Haga preguntas en lugar de dar órdenes.
• Proporcione a su hijo más de una opción a ele-
gir.
• La persona a quien usted tiene que controlar es
a sí mismo, no a su hijo.
• Cuando todo lo demás falla, ¡a reírse!
Haga preguntas en lugar de dar órdenes.
Los padres que hacen preguntas en lugar de dar
órdenes durante una lucha de poder manifiestan
un buen control emocional, y los niños reacciona-
rán a este tipo de actitud. Cuando se cambian las
reglas, se crea una situación con nuevas posibili-
dades. Crear nuevas posibilidades es la mejor
manera de resolver las luchas de poder.
Algunas preguntas válidas como
comienzo
• “¿Prefieres pelearte conmigo o hacer lo que te
he pedido?”.
• “¿Qué esperas conseguir peleándote conmigo?”.
• “¿Qué debo hacer yo si no haces lo que te he
pedido?”.
• “¿Puedes ayudar a poner la mesa?”.
• “¿Vas a hacerlo antes o después de que discu-
tamos por ello?”.
• “¿Dónde te gustar discutir esto, aquí o en la
cocina?”.
• “Si no haces esto por mí, ¿Qué te gustaría que
yo no hiciera por ti?”.
Proporcione a su hijo más de una opción a elegir.
Los niños no se oponen generalmente a lo que les
piden los padres que hagan (a no ser que sea un
disparate), sino al cómo se le pide, dónde o cuán-
do. Cuando no pueden influir en estos factores,
desobedecen.
Para ser mejor padre hay que dar opciones a los
hijos. Aquí presentamos algunas sugerencias:
• “¿Quieres hacerlo ahora o más tarde?”.
• “¿Cómo piensas hacerlo?”.
• “Si ahora no, ¿cuándo?”.
• “No me importa el tiempo que tardes. ¿Cuándo
vas a hacerlo?”.
• “¿Quieres utilizar la aspiradora o la escoba para
limpiar la habitación?”.
• “¿Vas a poner la mesa después de la escuela o
antes de cenar?”.
• “¿Vas a hacerlo ahora que te lo pido amable-
mente o tengo que empezar a gritar?”.
Empiece por controlarse usted para poder controlar
a su hijo.
Un error que cometen muchos padres es creer que
tienen que controlar, por encima de todo, a sus
hijos. Sin embargo, antes de llevar a cabo este
objetivo es importante saber controlarse uno
mismo. Los padres que no saben controlarse a sí
mismos no pueden controlar a sus hijos.
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Cuando alguien pierde el control las emociones
salen a la superficie, y a veces de forma explosiva.
La persona se puede volver, agresiva, hostil, triste,
etc. Los adultos se comportan como si fueran due-
ños de la situación cuando en realidad no lo son.
Por eso pueden pegar a sus hijos u ofender su inte-
gridad de cualquier otra manera. Actúan como si
mantuviesen el control cuando en realidad ya no
saben qué están haciendo.
Perder el control significa que ya no se ofrecen
opciones. Las que se intentaron no funcionaron. Se
tiene el control cuando se tienen diversas opciones
para solucionar una situación, porque se puede ele-
gir la más adecuada (o más deseable) alternativa.
Los buenos padres procuran pensar en las conse-
cuencias de sus actos antes de llevarlos a cabo.
Son conscientes de las diversas opciones que pue-
den existir en cada situación.
Cuando todo lo demás falla, ¡sonria!
Los buenos padres tienen un gran sentido del
humor. Hay que plantarle cara a la adversidad
riéndose, aunque en ese momento no apetezca. No
hay que tomarse la lucha de poder demasiado en
serio, ya que entonces será más difícil resolverla.
Reírse es sano, pero cuidado no debemos reírnos
de los niños. De lo que debemos reírnos es de la
situación, junto no los niños, cuando ocurre algo
serio. A los niños no les gusta que sus padres se
rían de ellos, pero tampoco es bueno que sus
padres carezcan del sentido del humor y no pue-
dan controlarse. No es un pecado capital reírse en
mitad de una lucha de poder y darla así por zanja-
da. Reírse en estas circunstancias da a entender a
los niños que todavía se está al mando, que se
puede iniciar la lucha y vencer la batalla. Los niños
quieren saber que realmente el padre puede ganar
la batalla. Si no nos reímos, no podrán estar segu-
ros. Pero recuerde, no nos reímos del niño/a sino
de la situación.
Los padres que han aprendido a solucionar las
luchas de poder tienen posibilidades de convertir-
se en unos buenos padres. Enfrentarse a una lucha
de poder de manera inteligente es el primer paso
para convertirse en mejor padre/madre.
Principio 2: Cómo alabar y criticar a los
niños
Lo que se dice importa menos que el estado
emocional de la persona que está siendo critica-
da o alabada. Unas veces la crítica parecerá una
puñalada en el corazón; otras no tendrá ningún
impacto. Lo mismo ocurre con las alabanzas. Un
día pueden sernos imprescindibles y al otro
saber que no son merecidas y pasarlas por alto.
La alabanza es un juicio positivo, la crítica es
un juicio negativo. “No juzgues y no serás juz-
gado”. Juzgar a los demás es un arma de doble
filo porque puede volverse contra nosotros. La
crítica descalificatoria puede ir minando, día a
día, la autoestima de tu hijo/a por cuanto
puede ir construyéndose un concepto de sí
mismo negativo.
A veces es difícil saber cómo reaccionan los
niños ante las críticas y las alabanzas, por lo
que hay que tener cuidado de utilizar las pri-
meras, para que tengan más significado cuando
realmente sea necesario administrarlas. La crí-
tica es, a veces, necesario utilizarla, lo impor-
tante es porque y cuándo emplearla y cómo
darla (critica constructiva). No es lo mismo un
reproche u observación de un comportamiento
o conducta no aceptable, que la rabia y el des-
control que emana de esa conducta. Una vez
realizada la crítica hay que volver a la normali-
dad y no acumular resentimiento.
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Críticas
Es difícil para unos padres no ser a veces críti-
cos, de modo que sería interesante practicar
también lo contrario: alabar al niño. Si se
dicen las cosas agradablemente, de forma
considerada, en el momento adecuado, y por
motivos justificados, los niños perdonarán al
padre aunque éste les juzgue demasiado a
menudo. La alternativa a ser un crítico impe-
nitente es decir cosas agradables de vez en
cuando, sobre todo cuando los niños no se lo
esperan. La clave es no tener una tendencia de
funcionar casi siempre en términos negativos,
“persiguiendo” al hijo/a y recordándole sólo lo
que hace mal o deja de hacer.
Alabanzas
Las alabanzas facilitan del desarrollo de una
buena autoestima o proporcionan experiencias
que dejan huella de un efecto positivo en la
autoestima de un niño. Son unas excelentes
movilizadoras de comportamientos adecuados,
por lo que bien utilizadas es un potente recur-
so educativo. A los niños les gusta recibir elo-
gios, pero también que se les diga la verdad.
Son más efectivas si van dirigidas al niño que
se siente bien y no cuando se siente mal. Las
alabanzas son más efectivas cuando van diri-
gidas a algo de lo que el niño se siente orgu-
lloso que cuando con ellas se pretende alterar
el criterio del niño sobre lo que ha realizado y
él no se siente orgulloso de ello, pero también
aquí hay que utilizarlas aunque el niño no las
recoja del todo. Poco a poco pueden hacer
efecto.
Cuando a un niño le gusta lo que ha hecho, y
el padre alaba su trabajo, demuestra sensibili-
dad hacia los sentimientos de su hijo. Esto
aumenta la credibilidad del padre, aunque
luego haga juicios negativos. Los buenos
padres gozan de mucha credibilidad, no abu-
san de las alabanzas o de las críticas y han
aprendido a coincidir con los sentimientos de
sus hijos. Lo importante es mantener un equi-
librio entre alabar y reprochar, tratando siem-
pre de que la balanza se incline, sin miedo,
hacia las alabanzas. Algunos padres se con-
funden pensando que con una actitud hacia
sus hijos de exigirles, criticarles, reprocharles y
“avisarles constantemente de lo que hacen
mal” van a conseguir buenos resultados en el
aprendizaje y desarrollo de sus hijos. Y a veces
no es así, sino todo lo contrario, consiguen que
sus hijos desarrollen más el resentimiento y la
rebeldía.
Alabanzas y actitud positiva
Decir algo agradable no es necesariamente
una alabanza, pero muestra una actitud posi-
tiva. Es importante a la hora de ser buen padre
comunicar una visión positiva de la vida a los
hijos. Decir cosas agradables tiene muchas
ventajas, por ello le pedimos que tenga en
cuenta lo que aparece a continuación.
Sugerencias
• Se puede decir algo agradable sobre una característica personal favorable del niño para
demostrarle que uno no siempre tiene que hacer algo para merecer elogios.
• Se puede decir algo agradable sobre algo que haya hecho el niño, mostrándole que una buena
actitud es una fuente de sensaciones gratas.
• Se puede decir algo agradable de uno mismo para mostrar que la autoestima positiva es
buena. Se le está diciendo con ello al niño que es posible sentirse bien con uno mismo sin
buscar continuamente la aprobación de los demás.
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Pero lo más importante no es decirlas, sino
sentirlas. No se trata de decir cosas agradables
porque hay que hacerlo, sino que uno siente
las cosas agradables y las dice. Las alabanzas
sentidas suena más verdaderas. Es una actitud
frente a la vida.
Enfatizar las virtudes
Muchas personas no tienen una autoestima
alta porque no son capaces de identificar y
aceptar sus puntos fuertes. La mayoría de no-
sotros tendemos a identificar nuestros defec-
tos, pero no las cualidades. Esto también se
refleja en los hijos.
Una de las cosas más importantes y valiosas
que se puede hacer por un niño es subrayar
sus virtudes por encima de sus defectos.
Decir algo al niño sobre sus virtudes es de las
cosas más agradables que se pueden decir,
sobre todo si no se lo espera.
Aquí disponéis de una lista de virtudes que hay
que buscar en los niños. Cuando las encuen-
tren, háganselo saber en el momento más
inesperado.
Virtudes
Valiente Sincero Ingenioso
Bondadoso Generoso Audaz
Independiente Obediente Simpático
Divertido Formal Comprensivo
Cumplidor Intrépido Alegre
Educado Voluntarioso Cariñoso
Respetuoso Inteligente Solidario
Altruista Amable Creativo
Háblenles a sus hijos de sus años anteriores,
de etapas anteriores a la que están ahora.
Cuéntenles cosas agradables y virtuosas que
hicieron y comprobarán qué experiencia tan
interesante y gratificante para ambos.
Los mejores padres son los que tratan de ver la
virtud en un acto de su hijo que también podría
exigir un castigo. Tener que castigar al niño por
romper una norma o molestar a los demás no
es razón para olvidar la virtud que puede estar
en el origen de su comportamiento.
Principio 3: La importancia de ser
diferente o “raro”
Una razón por la que adultos y niños tienen la
impresión de que no les comprenden es porque
tienen muchas ideas y sensaciones que no
comparten los demás. A veces intentamos
actuar “normalmente” para que los demás no
averigüen que somos diferentes o raros. Tende-
mos a inhibirnos, a frenar nuestra manera de
ser por miedo a lo que los demás puedan pen-
sar.
Algunos niños nacen raros, y otros se convier-
ten en raros debido a su educación. Les ocu-
rren cosas tan extrañas e impredecibles que si
• Se puede decir algo agradable sobre otras personas para mostrar que está bien tener buenos
pensamientos hacia los demás aunque no estén presentes.
• Se puede decir algo agradable sobre cualquier cosa para mostrar que uno se siente bien al
pensar bien de algo o de alguien.
• Se puede decir algo agradable sobre un árbol o una puesta de sol, para mostrar que es bueno
obtener satisfacción de las experiencias cotidianas.
• Se puede decir algo agradable sobre algo o alguien que también posea características que no
nos gustan, para mostrar que la vida no es sólo blanco o negro, y que bueno y malo a menu-
do van unidos.
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Principio 4: Enseñar a los niños a hacer
las cosas por sí mismos
Cuando los padres creen que deben hacerlo
todo por sus hijos tal vez los niños no apren-
dan a ser responsables por sí mismos. Los bue-
nos padres son aquellos que hacen menos
cosas por sus hijos, dejándoles asumir respon-
sabilidades a ellos. Los niños, por ejemplo, tie-
nen que aprender a ser responsables y cons-
tantes desde pequeños, poco a poco. Es una
tarea de los padres del día a día que tienen
que iniciarse desde bien temprano: hay que
enseñar a los niños a desarrollar sus capacida-
des y sus habilidades sociales.
Es difícil saber lo competente que es un niño.
A veces nos movemos en contradicciones y los
tratamos como si fueran incapaces y otras
esperamos que entiendan cosas que apenas
entendemos nosotros.
sus padres también son un poco raros, podrán
soportar mejor su propia rareza.
Con “raro” nos referimos a un padre/madre
que es natural, auténtico, espontáneo, sincero,
abierto. Un padre/madre que de repente hace
lo contrario de lo que espera su hijo, aquel que
sorprende a su hijo con un comportamiento
que éste no había visto antes o que no espe-
raba ver en su padre. Un padre raro es aquel
que no teme parecer tonto a los ojos de su hijo
ni ponerse a su propio nivel y “actuar como un
crío”. Es decir, entendemos por rara a la perso-
na desde su ser único, individual, diferente e
irrepetible y, por consiguiente, distinto a noso-
tros.
Ser raro es otra forma de reforzar los lazos entre
padres e hijos. Los buenos padres establecen
vínculos muy fuertes con sus hijos, aunque para
ello tengan que renunciar al control absoluto.
Los padres raros tienen un alto grado de auto-
aceptación y autoestima que suelen transmitir
a sus hijos. Es más probable que los padres
raros acepten a sus hijos como son, sobre todo
cuando demuestran características diferentes
en campos en los que el niño tiene un interés
o pasión especiales.
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Sugerencias
• Hay que encontrar tiempo para expresar pasión por algún interés en particular. En caso de
que no se tenga ninguno, hay que buscarlo.
• El comportamiento de los padres no debe guiar el futuro del niño tanto como la vida interior,
las intenciones, deseos y sentimientos de los padres.
• Hay que decir o hacer de vez en cuando cosas que el niño no espera. Hay que permitirse ser
“un poco niño” A veces hay que permitirse “romper un poco la etiqueta”.
• Hay que pasar mucho tiempo con los hijos a solas, así es más fácil ser uno mismo sin tener
que adoptar un comportamiento concreto como cuando se está en grupo.
• Hay que hablar con los hijos de cosas que interesan al padre, aunque aquellos parezcan no
entender de qué se está hablando. Hay que mostrarles los sentimientos que se tiene sobre los
propios intereses.
• Hay que defender sus ideas con fuerza, pero no exija que los niños tengan las mismas opi-
niones. No les castigue por tener ideas distintas de las suyas, sólo son ideas: sus ideas.
• No hay que ridiculizar algo que su hijo se toma muy en serio.
• Hay que tener alguna actividad creativa, como el arte, la música, la escritura, etc.; o hobbis
que su hijo le vea desempeñar.
• Hay que dejar que sus hijos vean sus sentimientos. El enfado, el disgusto y la confusión son
emociones a las que su hijo debe aprender a enfrentarse.
• Hay que entender que el proceso de crecimiento es irregular, incoherente y episódico. Ningu-
no de sus hijos tendrá un proceso de desarrollo perfecto, ni nadie. No se preocupe. Cuando el
padre/madre se gusta a sí mismo, los niños también acabarán gustándose antes o después.
Cómo ser un padre/madre raro
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Presuponer que los hijos son capaces no signi-
fica que deban conseguir todo lo que se pro-
ponen. Esto es imposible, pero es muy impor-
tante aprender de los errores. Conviene
recordar que también aprendemos por ensayo
y error. Los padres que crean que sus hijos
pueden aprender de sus propios errores acaba-
rán convenciéndoles, antes o después, lo cual
les será muy útil en su vida de adultos.
Hacer por los niños cosas que ellos son capa-
ces de hacer por sí mismos sin obtener nada a
cambio conduce a la culpa y al resentimiento
Los padres que creen que sus hijos son incompetentes
• No piden a sus hijos que hagan cosas que les facilite desarrollar y ampliar sus posibilidades.
• Cuando los niños intentan cosas nuevas y fallan, no se les concede tiempo para corregirlas o
solucionarlas sin ayuda.
• Los padres se adelantan y ofrecen su ayuda antes de que la pidan sus hijos.
• Los padres no se toman la molestia de enseñar a sus hijos nuevos y más complejos conoci-
mientos. Presuponen que será inútil intentar enseñarles.
• Los padres se vuelven excesivamente protectores cuando advierten pruebas de incompeten-
cia (niños que actúan según sus expectativas) y desarrollan una visión pesimista del futuro
de sus hijos, creyendo que nunca serán capaces de arreglárselas por sí mismos.
• Esta actitud puede generar en los hijos inseguridad, falta de confianza en sí mismo y baja
autoestima.
Los padres que creen que sus hijos son competentes
• No observan a sus hijos esperando que les salga algo mal.
• Cuando cometen errores o fracasan, se interesan más por lo que han podido aprender que por
corregirles.
• Pueden ver cómo se esfuerzan sus hijos sin sentir la necesidad contínua de intervenir.
• No temen al proceso de aprendizaje de su hijo, así que no comunican ansiedad.
• Piden a sus hijos que hagan cosas difíciles pero posibles en su fase actual de desarrollo físi-
co y personal.
• Esta actitud tiende a generar autoconfianza, seguridad y autoestima.
Es difícil determinar el nivel de habilidad de un
niño en cualquier etapa de su desarrollo a
causa de su comportamiento discontinuo y a
veces incomprensible. Además, éste viene
influido por las actitudes paternas, que oscu-
recen la capacidad real del niño.
El resultado es que los niños a los que se les
hace sentirse incompetentes creen que sus
padres dudan de sus aptitudes, lo cual les
lleva a ellos mismos a dudar de su propia
capacidad, lo que puede afectar a su autoes-
tima.
Es importante la actitud que los padres tengan
respecto a sus hijos, puesto que puede deter-
minar la relación que tenga con el hijo e influir
en su desarrollo como persona.
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en una relación. Pedir algo a cambio no signi-
fica que se sea un padre egoísta. Al contrario,
se está mostrando al niño que así funciona el
mundo real.
Ser padre/madre es un papel temporal que se
desempeña durante un período determinado
de la vida. Debemos asegurarnos de que no se
convierta en una tarea permanente y tan
ardua que nos haga olvidar, y nos impida
hacer, el resto de cosas que conforman nues-
tra existencia y nuestros deseos y necesidades.
Principio 5: La autoestima de los padres
es muy importante
Si los padres no tienen una autoestima alta, su
hijo tampoco la tendrá. Pero… ¿Qué es la
autoestima? “La autoestima es la experiencia
de moverse por la vida con un sentimiento de
auto aceptación, confianza y seguridad en sí
mismo, bienestar y satisfacción”.
La autoestima es una experiencia de bienestar
y satisfacción, un estado interior de senti-
mientos positivos y el estado emocional del
cual emerge la seguridad en sí mismo. La
mejor manera de aumentar la autoestima es
buscar más experiencias que produzcan bie-
nestar y satisfacción. Para los padres significa
aumentar la satisfacción que se obtiene de la
labor de padres y de la vida de familia en
general.
Cómo detectar una baja autoestima.
Podrá saber si tiene una baja autoestima como
padre/madre si en general experimenta algu-
nos de los casos de la siguiente lista demasia-
do a menudo:
• Se deprime fácilmente cuando está en
casa, incluso cuando los demás parecen
sentirse bien.
• Evita hacer cosas con toda la familia por
las molestias que conlleva.
• Usted y su esposo/a no están de acuerdo
en temas que conciernen a los niños, así
que evita discutirlas incluso aunque nece-
site hablar de ellos con alguien.
• Está involucrado/a en más luchas de
poder de las que desearía.
• Tiene la impresión de que sus hijos mane-
jan su vida y fantasea con escaparse de su
familia o algo peor.
• A menudo no sabe cómo manejar a los
niños. Cuando intenta solucionar proble-
mas complejos, se siente incompetente.
No quiere que nadie adivine que no sabe
lo que está haciendo.
• Tiene la impresión de que todos los demás
(profesores, médicos, padres, etc.) saben
más sobre cómo educar a los niños que
usted mismo.
• Siempre siente la necesidad de controlar a
sus hijos por miedo a que se le vayan de
las manos.
• Se deprime o enfada cuando los niños le
dicen algo ofensivo, en lugar de mantener
la compostura.
• Desearía un día libre pero parece incapaz
de conseguirlo. Nunca es el momento
adecuado.
• Nadie en la familia parece hacer bien las
cosas y usted se ve obligado a hacer cosas
que desearía que hicieran otros.
• La lista de responsabilidades como
padre/madre se le hace cada vez más
larga, pero usted carece de motivación
para cumplir con su deber. Tiene la impre-
sión de que le están exprimiendo.
Sugerencias para aumentar la autoestima
como padre/madre.
• Pase tiempo a solas con cada uno de sus
hijos siempre que pueda, además de expe-
riencias con todos los miembros de la
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familia juntos. Aumentará su satisfacción
en la vida familiar.
• Pase tiempo todas las semanas a solas
con su esposo/a, sin niños ni otras dis-
tracciones. Es imprescindible disponer y
salvaguardar este tiempo sagrado para
Vdes.
• Permita que la casa esté un poco desorde-
nada durante el día, mientras todos estén
cumpliendo con sus obligaciones, pero
exija que luego participen de la limpieza
por las tardes/noches. Al fin y al cabo, la
casa es de todos.
• Aprenda a planificar para no desaprove-
char las oportunidades satisfactorias por
la aparición de acontecimientos imprevis-
tos. Una buena planificación es impres-
cindible en las familias con poco tiempo
libre.
• Establezca tradiciones familiares cada
semana, mes o año. Esto es especialmen-
te importante si los parientes viven a cier-
ta distancia o si los hijos viven fuera de
casa.
• Si le gusta la música, tenga un casete por-
tátil con auriculares para poder escuchar
“su” música sin molestar a nadie.
• Si no tiene amigos, hágalos. A largo plazo,
no se puede depender de la familia para
satisfacer todas las necesidades sociales.
• Divida sus metas en etapas, para que
avance todos los días en la dirección ade-
cuada.
• Si prefiere no enfrentarse a miembros de
la familia verbalmente, sobre algo que le
molesta, déjeles notas. Las notas se con-
vertirán en una fuente interesante de dis-
cusión.
• Desarrolle su propia lista de cosas que
puede hacer para aumentar su autoesti-
ma.
• Aprenda a decir “no”. Muchos padres no
saben, sobre todo si los niños están exi-
giendo continuamente. Pero no siempre se
les puede dar lo que quieren.
La autoestima está fuertemente potenciada
por los sentimientos de satisfacción que uno
experimenta dentro de la familia.
Principio 6: Aprenda a pedir disculpas
Los padres deben saber admitir los errores y
las ofensas que puedan inflingir a sus hijos, ya
que estos saben perfectamente cuándo sus
padres tienen razón y cuándo se han equivo-
cado. Si los padres no lo reconocen, empeza-
rán a dudar de sus propias percepciones y a
actuar sin confianza en sí mismos, lo que
puede acarrearles bastantes problemas des-
pués.
Negarse a pedir disculpas cuando uno se ha
equivocado refleja una actitud paterna erró-
nea e inmadura. No vale disculparse si se uti-
liza como un truco para suavizar las cosas.
Debe ser un acto sincero y de reconocimiento
que uno no es perfecto.
Disculparse puede enseñar a los hijos muchas
lecciones importantes, al tiempo que ayuda a
mantener con ellos una actitud abierta, since-
ra y realista.
Lo que su hijo puede aprender con su actitud de
pedir disculpas.
• Aprenden que Vd. no tiene por qué tener
siempre razón y que, aunque estén equi-
vocados, siguen siendo buenos padres.
• Aprenden que hay que admitir un error
antes de poder corregirlo, y que corregir
errores es importante.
• Descubren que pedir disculpas es difícil, y
que hay que ser fuerte para hacerlo.
• Ven una muestra de sinceridad, que tal
vez no vean en otra parte.
• Aprenden que una buena familia repara
los perjudiciales sentimientos que se pro-
ducen entre sus miembros.
• Aprenden la virtud de perdonar a los
demás cuando pierdan temporalmente el
control.
• Aprenden que la disculpa es una forma de
reconocer que otra persona es digna de
respeto.
• Aprenden que no es necesario alimentar
rencores porque uno se siente culpable
por algo que ha hecho. Todo el mundo
empieza a odiar a la persona hacia la que
alberga un sentimiento de culpa.
Pedir disculpas a los niños cuando se les ha
46
2.3.4. El placer de ser padres
Cuando pensamos en la paternidad lo hace-
mos sobre todo en términos de obligaciones y
problemas. Esto se debe a que la mayoría de
los padres se creen en el deber de vigilar en
todo momento a sus hijos, su alimentación,
su ropa, sus juguetes, sus tareas, sus moda-
les, etc. O de apartarlos de los peligros del
fuego, de un atropello, de un envenenamien-
to, de caer por la escalera o desde una ven-
tana.
No existe ningún remedio mágico para que los
padres superen su preocupación constante por
la conducta y la seguridad de sus hijos, ya que
en eso consiste actuar como padres. Aunque
no debemos olvidar que el grado de preocupa-
ción varía en cada familia.
Antes de sugerir algunos consejos prácticos,
debemos tener en cuenta lo siguiente:
• El principal factor para que el carácter del
niño se desarrolle bien es su deseo pro-
fundo de crecer para ser como sus padres,
a los que admira y quiere. Cuanto más se
le reprenda, menor será su deseo de imi-
tar. Pero esto no quiere decir que se le
permita portarse mal. Para conseguir que
un niño se comporte adecuadamente
muchas veces basta con evitar la observa-
ción constante de lo que hace, los conse-
jos, las directrices, las prohibiciones y las
riñas automáticas, con frecuencia innece-
sarias.
• El bebé o el niño pequeño sabe instintiva-
mente que debe gozar de una cierta liber-
tad para tomar sus pequeñas decisiones
(jugar con un juguete como le apetezca,
rechazar un alimento, etc.). Siente que no
debe consentir que sus padres le contro-
len demasiado, ni física ni psicológica-
mente, y muchas veces reacciona de la
única manera posible que le queda: rebe-
lándose y/o protestando a su manera.
ofendido o tratado mal es el mejor método
para mostrarles que son dignos de respeto y es
una forma directa y activa de enseñarles a
comportarse.
Los buenos padres tratan a sus hijos con más
respeto que los padres normales, y es proba-
ble que sus hijos consigan más preparación
para desenvolverse en este mundo tan com-
plejo.
Piense en lo que hubiera sentido como hijo si
sus padres hubiesen pedido disculpas por sus
errores u ofensas, en especial por las que
todavía no se les ha perdonado. No cometa el
mismo error con sus hijos.
46
A modo de reflexión
El mundo necesita muchas cosas para convertirse en un lugar cada vez más seguro y respetuo-
so donde vivir y educar a los niños. Necesita paz en el planeta, una distribución más equitati-
va de la riqueza y de los recursos naturales, y más respeto y solidaridad hacia los demás. El
mundo también necesita más padres que eduquen cada vez mejor a sus hijos, para que las
siguientes generaciones estén mejor preparadas que la anterior y así poder convertir este
mundo en un lugar cada vez más habitable.
47
47
El ser padres es una experiencia única que
puede generar, además de una enorme felici-
dad, cierta preocupación e incluso miedo por
si no se sabe abordar adecuadamente. La
excesiva preocupación de los padres aparece
claramente si comparamos el modo de criar el
primer y segundo hijo durante sus primeros
años de vida. Con el primer hijo suele sentirse
abrumado por la atención que despierta. Con
el segundo hijo los padres han aprendido que
un niño es resistente y “duradero”, a pesar de
su pequeñez. Descubren que cada niño tiene
sus peculiaridades, su manera de ser, y, lo más
importante, han aprendido de su primer hijo
que son competentes como padres y que, nor-
malmente, hacen lo que conviene hacer. Esto
les hace confiar en sí mismos y actuar de
forma más relajada con el segundo hijo.
Guías prácticas:
Recuerde junto con su hijo las dichas de su pro-
pia niñez a través de cada nueva experiencia
con él.
Hay tantas cosas que un niño tiene que ir des-
cubriendo que no todas se las podemos com-
partir. Muchas las experimenta por sí y el
mismo. Viéndole podemos rememorar nuestra
propia infancia. Cuando acaricie usted a un
perro delante de su hijo de 18 meses, le verá
primero echarse con precaución hacia atrás,
alargar fascinado la mano para tocarle, sonre-
ír respondiendo a la actitud amistosa del ani-
mal y sentirse orgulloso de su valentía. Com-
parta con su hijo/a experiencias como éstas,
que él/ella tenga la oportunidad de sentirle
cerca, de sentir su apoyo y protección. Es muy
importante para él.
Visite con su hijo parques, zoológicos y museos,
vayan al circo, organice excursiones al campo,
ríos y playas.
No es necesario planear excursiones complica-
das para que el niño quede encantado y para
que los padres disfruten de sus reacciones. A
veces basta con hacerlo de forma natural y
espontánea y utilizar el entorno en le que vive.
El observar a un gusano o a un insecto en el
patio o en el parque puede proporcionar una
gran diversión durante media hora.
Léale a su hijo cuentos en voz alta.
No olvide el sencillo placer, tanto para él como
para usted, de leerle en voz alta. Los cuentos
fascinan a los niños de todas las edades y de
todos los caracteres. Las bibliotecas rebosan
de libros infantiles. Todo lo que tiene que
hacer es acostumbrarse a leer en voz alta. Pero
no olvide que para pasarlo bien con su hijo
Sugerencias
• Reviva junto con su hijo las dichas de su propia niñez a través de compartir cada nueva expe-
riencia para el.
• Visite con su hijo parques, zoológicos y museos, vayan al circo, organice excursiones al
campo, ríos y playas.
• Léale a su hijo cuentos en voz alta.
• Trabaje con su hijo en alguna afición: carpintería, costura, construcción de maquetas, pesca,
pintura, dibujo, cocina, etc.
• Trabaje junto con su hijo en las tareas de la casa.
• Converse con su hijo, escúchele con atención. Descubrirá lo mágico de su mundo.
48
tiene que dejar de lado por el momento otras
obligaciones y dedicarle toda su atención.
Aparque de vez en cuando sus preocupaciones
y dedíquese a su trabajo de padre. Permítale
que le haga preguntas. Repítale una página si
así lo desea o léale todo el libro por segunda
vez. Ese es el camino para que saque del cuen-
to lo que quiere y para que ambos se manten-
gan en armonía.
Trabaje con su hijo en alguna afición: carpinte-
ría, costura, construcción de maquetas, pesca,
pintura, dibujo, cocina, etc.
Compartir una afición puede ser fuente de amis-
tad muy satisfactoria. Es una manera más de ir
construyendo el vínculo afectivo entre Ud. y su
hijo. Pero no caiga en el error de fijarle metas
muy altas, ejercer un control estricto o mostrar-
se excesivamente crítico. Comprenda que su hijo
está aprendiendo y descubriéndose a sí mismo.
Sea comprensivo y tolerante con su “torpeza” y
dificultades y anímele en lo que hace. Lo impor-
tante ahora es el hacer, no el resultado.
Trabaje junto a su hijo en las tareas de la casa.
De este modo, incluso las tareas más rutinarias
pueden ser agradables para padres e hijos.
Pero no olvide que los niños prestan atención
a las cosas únicamente durante un tiempo
limitado, por lo que conviene repetir aquello
que desea que aprenda. Hágale vivir con fre-
cuencia experiencias que puedan enseñarle
comportamientos que quiere que aprenda. Se
podrá esperar más de ellos a medida que
vayan haciéndose mayores.
Converse con su hijo, escúchele con atención.
Descubrirá lo mágico de su mundo.
La conversación entre padres e hijos puede ser
tan placentera como entre dos personas de la
misma edad. El hecho de que no siempre
resulte tan divertida está en que los padres se
dedican con frecuencia a ordenar, dirigir y
reprender, mientras que los hijos se dedican a
pedir y a lamentarse.
El mejor modo de mantener una conversación
agradable es ponerse en sintonía con el otro,
escuchando atentamente y con simpatía,
mirándole a los ojos y reflejando en la cara su
humor, sea cual sea, placentero, indignado o
admirativo. Luego, cuando le llegue el turno
de hablar, haga referencia a sus observacio-
nes, demostrando que reacciona a ellas en
pensamiento y sentimiento y así, escuchando
con empatía, se entreteje una conversación
entre dos personas que sienten que se com-
prenden.
No olvide que uno de los aspectos más agra-
dables de la niñez es la originalidad y sencillez
de las cosas que dicen los niños, especialmen-
te durante los años preescolares. Preste aten-
ción a esos tesoros de perspicacia y no repren-
da a sus hijos por utilizar un lenguaje no
convencional. Recuerde que está empezando a
construir su lenguaje y la comprensión del
mundo que le rodea.
• Un buen método para comunicarse con sus
hijos, que usted puede poner en práctica, es
ver con ellos algunos de los programas
infantiles de la televisión. De esta forma:
– En primer lugar: Se enterará de lo que ven
sus hijos y podrá prohibirles los programas
violentos o inadecuados para su edad.
– En segundo lugar: Encontrarán más fácil
entablar una conversación natural, sin crí-
ticas, sobre los programas y los temas que
se tratan en ellos. Los niños aprovecharán
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Escuela padres
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  • 1. MANUAL DIDÁCTICO para la ESCUELA de PADRES MANUAL DIDÁCTICO para la ESCUELA de PADRES MANUALDIDÁCTICOPARALAESCUELADEPADRES Temas elaborados por: Agustín Durán Gervilla M.ª Dolores Tébar Pérez Beatriz Ochando Korhonen M.ª Amparo Martí Chiva Francisco J. Bueno Cañigral Gonzalo Pin Arboledas M.ª Magdalena Cubel Alarcón M.ª Rosario Genís Giner AJUNTAMENT DE VALENCIA CONCEJALÍA DE SANIDAD Y CONSUMO
  • 2. MANUAL DIDÁCTICO PARA LA ESCUELA DE PADRES
  • 4. MANUAL DIDÁCTICO PARA LA ESCUELA DE PADRES
  • 6. EDITA Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias DIRECCIÓN Agustín Durán Gervilla COORDINACIÓN Francisco J. Bueno Cañigral AUTORES Agustín Durán Gervilla M.ª Dolores Tébar Pérez Beatriz Ochando Korhonen M.ª Amparo Martí Chiva Francisco J. Bueno Cañigral Gonzalo Pin Arboledas M.ª Magdalena Cubel Alarcón M.ª Rosario Genís Giner DISEÑO E IMPRESIÓN Gráficas Díaz, S.L. - San Vicente/Alicante Ediciones anteriores AYUNTAMIENTO DE VALENCIA CONCEJALÍA DE SANIDAD Y CONSUMO Plan Municipal de Drogodependencias (PMD) 1ª Edición: Marzo, 1997 2ª Edición: Marzo, 1999 3ª Edición: Marzo, 2000 4ª Edición: Marzo, 2002 Revisión, actualización y nueva edición Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias FEPAD 5ª Edición: Diciembre, 2004-12-29 Copyright del Texto: Los Autores Copyright de esta Edición: FEPAD DEPÓSITO LEGAL V. 1.023-2002
  • 8. PRESENTACIÓN El concepto y las funciones de la familia han estado históricamente en cambio permanente, adaptándose progresivamente a las nuevas situaciones y retos que la sociedad ha ido plante- ando en el transcurso de los siglos, como han sido y son los cambios demográficos, económi- cos, sociales y culturales. La familia sigue teniendo un gran valor en sí misma y seguirá desempeñando importantes funciones en la vida de las personas, como institución social que es. Una de las funciones más importantes es la educadora, como primer agente socializador de los hijos. Al sistema educativo oficial siempre se le ha pedido que aportara a los niños tres cosas: conocimientos, actitudes y valores; pero la verdadera función educativa ha residido siempre en la labor diaria de los padres, debido al comportamiento mimético de los hijos en el seno de la familia, de cualquiera de las maneras que la concibamos. Se ha hablado mucho de la paternidad y de la maternidad responsable, sabiendo que el tra- bajo de los padres con sus hijos es complejo y continuo, a la vez que gratificante, pues en su evolución personal, los hijos han necesitado y seguirán necesitando de la ayuda, estímulo, tutela, comprensión y cariño de sus padres. Esto no es nuevo, pues hace ya veinticinco siglos Sócrates escribió “Nuestra juventud ama el lujo, tiene malos modales, menosprecia la autoridad y no tiene ningún respeto a los mayores. Los niños de nuestra época son tiranos, ya no se levantan y esclavizan a su maestro”. Evidentemente la sociedad ha cambiado mucho, pero en algunos aspectos da la impresión que haya quedado inmóvil, pues los retos actuales y de futuro tienen similitud con las preo- cupaciones y desvelos de nuestros antepasados. Para poder desarrollar adecuadamente sus funciones, los padres necesitan información y for- mación previa. Los padres tienen que estar permanentemente involucrados en el proceso de formación de sus hijos y formar significa, criar, educar y adiestrar. Las actuaciones de ayuda a la familia, siempre redundarán en beneficios globales para la sociedad. Aquí reside la importancia de este Manual Didáctico para la Escuela de Padres, ya que en él se abordan todos los temas que los padres deben conocer para desarrollar sus fun- ciones como tales, aportándoles conocimientos y actitudes positivas ante la vida y el desa- rrollo de sus hijos. Desde el proceso de la socialización a través de la familia, la paternidad responsable, el desa- rrollo evolutivo y psicológico del ser humano, las relaciones interpersonales, hasta la salud y la familia; este Manual trata en tres partes y once temas, aspectos muy importantes tanto para los padres como para los hijos, que se desarrollan a través del Programa de Escuela de Padres. Manifiesto mi felicitación a los autores de este libro, ya que han sabido plasmar en él sus conocimientos y amplia experiencia profesional, así como las sugerencias recogidas durante años en las actividades realizadas en el Plan Municipal de Drogodependencias del Ayunta- miento de Valencia y mi agradecimiento a todos los profesionales de la Comunidad Valencia- na que participan en el Programa Escuela de Padres. Deseo que el Manual Didáctico para la Escuela de Padres sea de gran utilidad para todas las personas que participan en la Escuela de Padres y que para que todos contribuyamos a poten- ciar las actividades de educación y promoción de la salud y de prevención de las drogodepen- dencias, en beneficio del bienestar y la salud de todos los ciudadanos. Vicente Rambla Momplet Conseller de Sanidad
  • 10. AGRADECIMIENTOS El programa Escuela de Padres inició su andadura de forma estructurada en el curso escolar 1993/1994, fruto de las opiniones y sugerencias realizadas durante años antes por las madres y los padres con hijos drogodependientes, que participan en los programas asistenciales del Dispensario Municipal de Drogodependencias y del esfuerzo conjunto de sus profesionales y los del Servicio de Sanidad de la Concejalía de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de Valencia. Durante estos diez años el Programa Escuela de Padres se ha impartido en 118 Centros Edu- cativos de la ciudad de Valencia, en 96 el primer nivel y en 22 el segundo nivel. Han partici- pado 2.376 madres y 671 padres y sus enseñanzas han ayudado a formar a 1.925 hijas y 1.727 hijos. La familia tienen un papel muy importante en la sociedad y cualquier actividad que les ayude a formarse para desempeñar de manera adecuada sus funciones de padres es muy importan- te. Por eso, tras el desarrollo de los primeros cursos del Programa de Escuela de Padres, fue necesario estructurar y adecuar todos los contenidos de los temas que se exponían y poder publicar el Manual Didáctico para la Escuela de Padres, del que se han realizado cuatro edi- ciones en los años 1997, 1999, 2000 y 2002. Todo esto no hubiera sido posible sin el esfuerzo y la dedicación entusiasta de médicos, psi- cólogos, pedagogos y maestros, que como autores de los temas del Manual y como docentes de la Escuela de Padres, han dedicado muchos días de su vida en la importante labor de infor- mar y formar a madres y padres, como contribución a la prevención de las drogodependen- cias. Debido a su profesionalidad ha sido posible realizar el Programa Escuela de Padres del Ayuntamiento de Valencia. A todos ellos mi sincero agradecimiento y felicitación por la buena labor desarrollada. Esta es la quinta edición del Manual Didáctico para la Escuela de Padres, que ha sido revisa- do, actualizado y ampliado, confiando que tanto los profesionales que imparten el Programa Escuela de Padres, tengan un libro actual y completo, que sirva de guía y fuente de informa- ción para impartir sus clases, como las madres y padres asistentes a los cursos puedan usar- lo para ampliar o recordar temas tratados durante el desarrollo de la Escuela de Padres. Agradezco profundamente a Agustín Durán Gervilla, Psicólogo Clínico y Director de la Escue- la de Padres del Plan Municipal de Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos (PMD) del Ayuntamiento de Valencia, el trabajo desarrollado durante estos años, su profesionalidad, dedicación e interés permanente en seguir avanzando, ampliando y uniendo esfuerzos cada día en la prevención de las drogodependencias desde el ámbito familiar. Igualmente felicito a Francisco J. Bueno Cañigral, Jefe de Servicio del Plan Municipal de Dro- godependencias y Otros Trastornos Adictivos (PMD) del Ayuntamiento de Valencia, por su capacidad de impulsar y gestionar todas las actividades desarrolladas en material de Preven- ción Comunitaria, Prevención Familiar, Prevención Escolar y Alternativas de Ocio y Tiempo Libre. Agradezco a la Fundación de la Comunidad Valenciana para el Estudio, la Prevención y la Asistencia a las Drogodependencias (FEPAD), su deferencia e interés en la publicación y difu- sión del Manual Didáctico para la Escuela de Padres, que a buen seguro contribuirá a pre- venir las drogodependencias, ya que en esta tarea conjunta debemos estar todos unidos en beneficio de la sociedad. Ramón Isidro Sanchis Mangriñán Concejal de Sanidad y Consumo Ayuntamiento de Valencia
  • 11. 1.ª parte: LOS PADRES Y LOS HIJOS Tema 1. El proceso de la socialización a través de la familia/21 1.1. Socialización y culturización. 1.2. Familia: definición y tipos. 1.3. Funciones de la familia. 1.4. El papel de la familia en la socialización de los hijos. 1.5. Dificultades en la socialización de los hijos. Bibliografía. Tema 2. La paternidad responsable/29 2.1. Aspectos legales de la paternidad. 2.2. Una nueva etapa: la paternidad. 2.2.1. La familia del siglo XXI. 2.2.2. Los hijos del siglo XXI. 2.2.3. El inicio de la paternidad: de expectativas y temores. 2.3. Qué es ser padre o madre. 2.3.1. Preparándose para la paternidad/ maternidad. 2.3.2. Los buenos padres no nacen, se hacen: aprender a ser padres. 2.3.3. Ser mejores padres. 2.3.4. El placer de ser padres. 2.4. Qué es ejercer de padres. 2.4.1. Roles tradicionales frente a roles actuales. 2.4.2. El dilema de toda futura madre: ¿trabajar o no? 2.5. La importancia de la relación padre/madre para la educación del niño. Bibliografía. Tema 3. Padres preparados: estilos y pautas educativas/57 3.1. Criterios educativos. 3.1.1. Interiorización. 3.1.2. El respeto. 3.1.3. La autoridad y la afectividad 3.2. Pautas educativas. 3.3. Estilos educativos paternos. 3.4. Principios educativos. 3.4.1. Disciplina. 3.4.2. Normas y límites. 3.4.3. Qué hacer después de un mal comportamiento. 3.5. Técnica de resolución de problemas Bibliografía. Tema 4. Introducción a la escucha activa/83 4.1. Aspectos a tener en cuenta en la escucha activa. 4.2. El método “nadie pierde” para resolver problemas. 4.3. Resumen de la escucha activa. Bibliografía. Tema 5. El desarrollo evolutivo y psicológico del ser humano/93 5.1. El desarrollo desde el punto de vista psicológico. 5.1.1. Definición de desarrollo. 5.1.2. Etapas de desarrollo. 5.1.3. Determinantes genéticos del desarrollo. 5.1.4. Determinantes ambientales del desarrollo: crianza. 5.2. La formación del vínculo y el desarrollo del apego parental. 5.2.1. La formación del vínculo con el no nacido. 5.2.2. La evolución del vínculo con el recién nacido. 5.3. El período prenatal. 5.3.1. Desarrollo prenatal. 5.3.2. Capacidades del feto. 5.3.3. Influencias prenatales. 5.4. El parto y el neonato. 5.4.1. El parto. 5.4.2. El neonato. El período de adaptación. 5.4.3. Capacidades del recién nacido: desarrollo temprano de la percepción. 5.4.4. La individualidad del neonato. 5.5. El niño pequeño: de 0 a 2 años. 5.5.1. Capacidades del lactante: un panorama general. 5.5.2. De la sensación al conocimiento. 5.5.3. Desarrollo cognoscitivo. 5.5.4. Desarrollo social. 5.6. El niño preescolar: de los 2 a los 6 años. 5.6.1. Desarrollo del lenguaje. 5.6.1.1. Aprendizaje del lenguaje. 5.6.1.2. El inicio en el aprendizaje del lenguaje. 5.6.2. Desarrollo psicoafectivo y social. 5.6.2.1. Desarrollo somático y psicomotor. 5.6.2.2. Desarrollo social y surgimiento de la personalidad. 5.6.3. Desarrollo cognitivo. 5.7. El escolar: de los 7 a los 11 años. 5.7.1. Aspectos del desarrollo motor. 5.7.2. Aspectos cognitivos. 5.7.3. Aspectos sociales y emocionales. 5.8. La pubertad. 5.8.1. La pubertad como maduración física y sexual. 5.8.2. Principales cambios en la pubertad. 5.8.3. Algunas anomalías de la pubertad. 5.8.4. Los cambios psicológicos de la pubertad. 5.8.4.1. Aceptación de la nueva imagen. 5.8.4.2. La conducta sexual. 5.8.4.3. La emotividad y el mal comportamiento. 5.8.3.4. El distanciamiento de la familia: el papel del grupo de amigos. 5.9. La adolescencia 5.9.1. Definición y características de la adolescencia: 5.9.2. Psicología de la adolescencia. 5.9.3. La maduración de la personalidad en la adolescencia. 5.9.4. Resumen de los principales cambios en la adolescencia. 5.9.5. La adolescencia en la sociedad actual. Bibliografía. INDICE
  • 12. a Tema 6. La personalidad: desarrollo y componentes/159 6.1. Definición y factores determinantes. 6.2. La personalidad como proceso. 6.3. La personalidad como estructura. Componentes. 6.3.1. El autoconcepto y la autoestima. 6.3.1.1. Importancia de la familia en el desarrollo de la autoestima. 6.3.1.2. Lo que pueden hacer los padres para aumentar la autoestima de sus hijos. 6.3.2. Valores de la personalidad. 6.3.3. Responsabilidad y constancia. 6.3.4. Autocontrol, disciplina y autodisciplina. 6.3.5. Toma de decisiones. 6.3.6. Tolerancia a la frustración. 6.3.7. Sentimientos y emociones. 6.3.8. Fuerza de voluntad. 6.4. La importancia de la motivación en el desarrollo de la personalidad. Bibliografía. Tema 7. Las relaciones interpersonales/215 7.1. La importancia de la comunicación. 7.2. La familia y la comunicación: 7.2.1. Qué es la comunicación. 7.2.2. Tipos de comunicación. 7.2.3. Barreras en la comunicación familiar. 7.3. Habilidades en la comunicación familiar. 7.3.1. Principales estilos en la comunicación: pasivo, agresivo y asertivo. 7.3.2. La asertividad o la autoafirmación personal. 7.3.3. Los derechos personales. 7.3.4. Las habilidades de autoafirmación. 7.3.5. Beneficios de la asertividad en la comunicación familiar. 7.4. Características de la comunicación con los hijos. 7.5. El diálogo padres-hijos en la adolescencia. 7.6. Las peleas familiares 7.6.1. Pelea constructiva / pelea positiva. 7.6.2. Consideraciones a tener en cuenta. 7.6.3. Recursos para solucionar los problemas. 7.7. Los juegos en la familia. La ocupación del ocio y el tiempo libre. 7.7.1. El juego. 7.7.2. Afición por los videojuegos. 7.7.3. El uso de la televisión. 7.7.4. Orientaciones educativas en torno al ocio y tiempo libre. 7.8. La participación en la dinámica familiar. Bibliografía. 2.ª parte: LOS PADRES Y LA ESCUELA Tema 8. La formación y la educación paterna/261 8.1. Los padres como maestros. 8.2. La educación en la familia. 8.3. Educar con el ejemplo: los padres modelos. 8.4. La importancia de la lectura. 8.5. Influencias negativas para el estudio. 8.5.1. La televisión. 8.5.2. Los videojuegos. 8.5.3. Internet. Bibliografía. Tema 9. La ayuda a los hijos en los estudios/279 9.1. Mejorar el rendimiento escolar. 9.2. El problema del fracaso escolar. 9.2.1. Organización del estudio: el hábito. 9.2.2. De la motivación a la automotivación. 9.2.3. El problema de las calificaciones bajas. 9.2.4. La concentración y las técnicas de estudio. 9.2.5. Algunos problemas de aprendizaje y de comportamiento. 9.2.6. Actividades extraescolares. Bibliografía. Tema 10. Actitud de los padres hacia la escuela/309 10.1. Colaboración con la escuela. 10.1.1. Relaciones con el profesor y tutor del hijo. 10.1.2. Solución a la problemática entre el hijo y la escuela. 10.1.3. Otras relaciones con la escuela. 10.2. Colaboración con el hijo. 10.2.1. Orientación escolar y expectativas profesionales. 10.2.2. Descubrir la vocación para elegir estudios superiores. Bibliografía. 3.ª parte: LOS PADRES Y LA SALUD Tema 11. La salud en la familia/335 11.1. Alimentación saludable. 11.1.1. Hidratos de carbono. 11.1.2. Grasas. 11.1.3. Proteínas. 11.1.4. Agua. 11.1.5. Vitaminas. 11.1.6. Minerales. 11.2. Grupos de alimentos. La pirámide de la alimentación. 11.3. Alteraciones alimentarias. 11.4. Ejercicio físico y deporte. 11.4.1. Reconocimientos y actividades previas 11.4.2. Ejercicios de precalentamiento. 11.4.3. Ejercicios y deportes. 11.5. Relaciones afectivo – sexuales. 11.6. Evitar los tóxicos. 11.7. El sueño: patrones normales y principales alteraciones. 11.7.1. El sueño: concepto. 11.7.2. Evolución del sueño de la infancia hasta la adolescencia. Medidas preventivas. 11.7.3. El niño que no quiere dormir: el insomnio infantil. 11.7.4. Las conductas extrañas durante el sueño. Bibliografía.
  • 16. 15 15 A Escuela de Padres es un programa for- mativo-preventivo que realiza el Ayun- tamiento de Valencia desde la Delega- ción de Sanidad y Consumo y a través del Plan Municipal de Drogodependencias desde el año 1994. Planteado desde el marco de la Edu- cación para la Salud y desde la prevención ines- pecífica (a medio y a largo plazo) del problema de las drogodependencias, contempla como objetivo informar y formar a los padres para el importan- te, pero complejo, trabajo de actuar como padres. Todos estamos de acuerdo en reconocer que la función de padres es uno de los trabajos más importante, más comprometido y más gratifican- te, pero al mismo tiempo más dificil, que pueda haber; pero también que a los padres no se les proporciona las herramientas necesarias para ello. Como señala Thomas Gordon “a los padres se les culpa, pero no se les educa”. La propuesta del Programa de Escuela de Padres es, por tanto, aportar unos conocimientos relacionados con el papel de padres que les puedan servir para mejo- rar su trabajo como tales. El porqué de la Escuela de Padres En el Plan Municipal de Drogodependencias se ha contemplado, desde siempre, la importancia de la intervención con los padres como un elemento favorecedor del proceso de tratamiento del hijo/a drogodependiente. La intervención grupal a los padres abarcó dos niveles de actuaciones: un pri- mer nivel informativo y un segundo nivel tera- péutico. Ha sido desde estos grupos donde surgie- ron las propuestas de los propios padres de recibir información para su trabajo de padres. Al hablar- les en los grupos de la importancia que ellos mis- mos tienen en el proceso de desarrollo de la per- sonalidad de sus hijos; el cómo desarrollar desde la infancia componentes de la personalidad que pueden favorecer la prevención del uso abusivo de drogas como, por ejemplo: la responsabilidad, la constancia, la autonomía personal, el autocon- trol, la toma de decisiones, la tolerancia a la frus- tración, etc. (y que ahora, en la mayoría de los casos, es necesario recuperar en el proceso de tratamiento del sujeto drogodependiente). Y ha sido en estos grupos donde hemos escuchado reflexiones y sugerencias como éstas: “esto debe- ríamos haberlo sabido antes”, o “si en su momen- to nos hubieran enseñado todo esto...”. Y los padres tienen razón, no son culpables de esas carencias formativas en el rol de padres, sino más bien víctimas de unas circunstancias sociocultu- rales. Por todo ello, la propuesta desde esta situa- ción es clara: intentemos decírselo a los padres en el momento más adecuado. Y ese momento es cuando van a ser padres o tienen hijos peque- ños. A quién se dirige La Escuela de Padres se dirige, fundamentalmen- te, a todos aquellos padres que tienen hijos pequeños y/o adolescentes, o contemplan la posi- bilidad de tenerlos. Objetivos La Escuela de Padres pretende dos objetivos. Uno, el desarrollo personal de los hijos mediante: a) ofrecer a los padres la información y conocimien- tos básicos sobre diferentes temas, con el objetivo de proporcionarles una mayor capacitación para ejercer su función, b) facilitar más recursos educa- tivos y formativos para promover en sus hijos acti- tudes, valores, habilidades personales y sociales sanas que les permitan afrontar, de manera res- ponsable, la realidad de su vida, y c) promover el intercambio de experiencias entre los padres asis- tentes. Dos, la prevención de las drogodependen- cias: un adecuado desarrollo de la personalidad, unas actitudes y valores sólidos son un buen marco
  • 17. 16 16 de referencia para decidir NO entrar en el mundo de las drogas. Para alcanzar los objetivos anteriores se han planteado los siguientes temas, que se recogen en este manual: • El proceso de socialización a través de la fami- lia. • La paternidad responsable. • Padres preparados: estilos y pautas educati- vas. • Introducción a la escucha activa. • El desarrollo evolutivo del ser humano: infan- cia, pubertad y adolescencia. • La personalidad: desarrollo y componentes. • Las relaciones interpersonales. • La formación y la educación paterna. • La ayuda a los hijos en los estudios. • Actitud de los padres hacia la escuela. • La salud en la familia. Metodología Los objetivos propuestos se pretenden alcanzar a través de la siguiente metodología: – Se imparte en los Colegios Públicos y Concer- tados de la ciudad de Valencia. – A través de las APAS y la Dirección de los Cole- gios se planifica la realización del curso. – El curso se imparte en 14 sesiones, de una hora y media de duración, en calendario escolar y en horario de tardes propuesto por los padres. – Se utiliza una encuesta inicial y un cuestiona- rio de evaluación. – Se entrega a los asistentes el presente Manual Didáctico y un Diploma de asistencia. – El equipo docente está formado por psicólo- gos/as, médicos/as, pedagogos/as y maes- tros/as. A la Escuela de Padres del Ayuntamiento de Valencia se le concedió el Premio de la Gene- ralitat Valenciana en materia de Drogodepen- dencias, modalidad de Prevención en el ámbi- to familiar, año 1998. EL MANUAL DIDÁCTICO Con el objetivo de disponer de un material didác- tico para impartir los temas del Programa de la Escuela de Padres se ha elaborado el presente Manual Didáctico para la Escuela de Padres, por tanto, este Manual es de uso exclusivo para las clases de la Escuela de Padres. Pretendemos también que sirva de manual de consulta para los padres asistentes al Programa, puesto que se les entregará gratuitamente al finalizar cada curso. El «Manual Didáctico» se ha elaborado utilizando como referente la bibliografía que se cita al final de cada capítulo. Siendo uno de los objetivos principales de la Escuela de Padres motivar a los mismos hacia la formación permanente en estos temas, este Manual pretende ser un elemento movilizador de la lectura, por lo que recomenda- mos a los padres dicha bibliografía como una forma de ampliar sus conocimientos y como base para formar su propia biblioteca. Hemos selec- cionado la bibliografía citada y elaborado los temas basándonos en los siguientes criterios: contenidos temáticos básicos, exposición de los mismos con lenguaje didáctico, combinación de aspectos teóricos y prácticos y formato visual ameno. Reconocemos que, seguramente, hay muchos textos tan interesantes como los recogi- dos en este Manual, pero también asumimos las responsabilidad de la selección de los mismos. Los objetivos que persigue el programa de Escue- la de Padres son varios, siendo uno de los más importantes crear en los asistentes la inquietud
  • 18. 17 17 por aprender todo aquello relacionado con la for- mación de sus hijos, por lo que insistimos que la bibliografía utilizada para la elaboración de este manual es un buen material de consulta para su formación. Nuestro objetivo es desarrollar una actitud de autoformación permanente. El Manual consta de once temas. En el tema uno se aborda la importancia de la socialización de los hijos, entendida como un proceso de adquisi- ción de normas, valores y principios que van a ser la base para su funcionamiento como persona y que se realiza, fundamentalmente y en primer lugar, a través de la familia. En el tema dos se recogen los aspectos relaciona- dos con la paternidad responsable; la importan- cia de ser padres: los buenos padres no nacen, se hacen; la implicación de ambos progenitores en el proceso de educar y formar a sus hijos: el rol de padre y el rol de madre; algunas sugerencias para mejorar la actuación como padres; la diferencia entre ser y actuar como padres. El tema tres proporciona a los padres recursos educativos y formativos para ejercer y actuar a través de los estilos y pautas educativas. Se insis- te en la importancia de la interiorización como base para el aprendizaje y el desarrollo de habili- dades y hábitos adaptativos. En el tema cuatro se plantea la importancia de la comunicación, sus reglas y dificultades. Se intro- ducen las ideas básicas sobre la Escucha Activa. Se remite a los padres al libro de Thomas Gordon «Padres Eficaz y Técnicamente Preparados» para profundizar sobre uno de los temas más impor- tantes del Programa de la Escuela de Padres: la escucha activa a los hijos. El tema cinco aborda las etapas y los aspectos evolutivos del ser humano, tanto físicos como psicológicos; de la importancia y desarrollo del vínculo y del apego parental. Se hace hincapié en los períodos básicos: infancia, pubertad y adoles- cencia. El tema seis trata de la personalidad como orga- nización de pautas de comportamiento relativa- mente estables y que se construyen y desarrollan a lo largo de nuestra vida. Por tanto la personali- dad se entiende como una estructura formada por una serie de elementos como: la autoestima, la responsabilidad, la constancia, la toma de decisiones, la autonomía personal, etc., que se desarrolla a partir de unas características indivi- duales, con las que nacemos, con unas pautas o estilos educativos paternos y a través de la impli- cación de la familia. El tema siete hace referencia a aspectos de las relaciones interpersonales como: los estilos de comunicación (agresivo, pasivo o asertivo); la espontaneidad y autenticidad en las relaciones interpersonales: el diálogo entre padres e hijos en la adolescencia y algunos aspectos que favorecen o dificultan las relaciones interpersonales. Los temas ocho, nueve y diez abordan los aspec- tos de los padres y la escuela. Se hace referencia a los padres como “maestros” o educadores, apor- tando sugerencias para actuar como un padre formativo; de cómo ayudar a los hijos en los estu- dios para mejorar su rendimiento y de cómo mejorar la actitud de los padres hacia la escuela. Finalmente el tema once recoge aspectos infor- mativos sobre la salud, la alimentación, el depor- te y el sueño que nos ayuden a mantener una vida más sana. Agustín Durán Gervilla Francisco J. Bueno Cañigral
  • 20. 1.ª parte Los padres y los hijos • LA SOCIALIZACIÓN DE LOS HIJOS • EL PAPEL DE LA FAMILIA • LAS ACTITUDES PARENTALES • LOS ESTILOS EDUCATIVOS • LOS PROCESOS FORMATIVOS • LA ESCUCHA ACTIVA • LAS ETAPAS EVOLUTIVAS • LA PERSONALIDAD • LAS RELACIONES PADRES-HIJOS
  • 22. Tema 1 El proceso de socialización a través de la familia Elaboración: Agustín Durán Gervilla María Dolores Tébar Pérez Beatriz Ochando Korhonen Este capítulo trata del proceso de conver- tirnos en personas, seres sociales, y de la importancia de la familia en ese proceso. Ustedes los padres son los primeros y más importantes agentes socializadores de sus hijos.
  • 24. 1.1. SOCIALIZACIÓN Y CULTURIZACIÓN James W. Varder define la socialización como “el proceso por el cual los individuos en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad”. Por tanto, la socialización es el pro- ceso por el que el ser que nace con unas capa- cidades, unas características biológicas y psi- cológicas individuales y diferenciadoras se desarrolla y convierte en un ser social. Nacemos sujetos y poco a poco nos converti- mos en personas, a través de la interacción social (primero con nuestros padres, después con el resto de agentes sociales, entre ellos la escuela). La socialización es, pues, un proceso que dura toda la vida, en el cual las personas aprenden a convertirse en un miembro de un grupo social, trátese de una familia o de una comunidad. En la socialización un individuo adquiere creencias, actitudes, costumbres, roles y valores propios de una cultura o de un grupo social, así como conocimientos e infor- mación, es decir, saber. Llegar a pertenecer a un grupo exige aceptar y cumplir las reglas o normas sociales de ese grupo, ya sea este la familia, amigos, personas de la misma edad, etc. Las relaciones con esos agentes socializa- dores, dependiendo de si son tensas y genera- doras de ansiedad o tranquilas y seguras, pue- den determinar la naturaleza y eficacia de lo que se aprende. La socialización también nos sirve para saber afrontar situaciones nuevas que se producen a lo largo de nuestra vida: los niños nacen en el seno de una familia, los pequeños van a la escuela, las familias se pue- den trasladar a otra ciudad, los adolescentes empiezan a salir con amigos y amigas, la gente se casa y forma un hogar, las personas mayo- res se jubilan, los amigos y parientes enferman y mueren. Una parte importante de la sociali- zación consiste en adaptarse a los cambios principales por los que todo ser humano va pasando a lo largo de su vida. En ocasiones la socialización de un niño es fácil y otras veces requiere muchísimo esfuer- zo, constancia, paciencia, comprensión..., y un poco de tiempo. La socialización aporta dos aspectos funda- mentales para la vida humana: 1. Facilita las bases y estructuras actitudina- les para la participación adecuada y eficaz UANDO los padres se plantean tener hijos se proponen amarlos, cuidarlos, alimentar- los y facilitarles los aprendizajes necesarios para que puedan convertirse en personas, en seres sociales, responsables, seguros de sí mismos, etc., en una palabra: felices. La socialización es el proceso por el que el ser humano se convierte en persona y corresponde el primer trabajo desempeñarlo los padres. Algunos aspectos de este proceso es lo que vamos a desarrollar en este tema. 23 23 CC
  • 25. 24 24 en la sociedad en la que vive. El sujeto necesita ser adaptado y adaptarse (en sus aspectos básicos) a su medio social. 2. Hace posible la sociedad. A través de la transmisión de valores y principios éticos de convivencia de generación en genera- ción se construye y mantiene la socie- dad. La cultura son las pautas, normas o guías que construye y dirige una sociedad y la hace característica, y se transmite a través de la socialización. Por tanto la socialización es el proceso, mientras que la cultura son las nor- mas, las pautas y los valores que se transmiten en ese proceso. Hay dos aspectos necesarios para la transmi- sión de la cultura y para la socialización: a) Que el sujeto tenga unas condiciones psicológicas mínimas para percibir, comprender, interiorizar y aceptar lo que se le transmite. b) Que el sujeto cuente con un ambiente adecuado, que esté en un contacto co- municativo, afectivo y normativo favo- recedor del desarrollo de la socializa- ción. La socialización no es una cuestión genética o biológica exclusivamente, sino también, y fun- damentalmente, consecuencia de la relación con el ambiente. Es decir, el sujeto nace y luego se hace a lo largo de su vida y en fun- ción de sus relaciones con la familia y con el ambiente. La socialización se adquiere a través del aprendizaje y se transmite a través de las pau- tas y estilos educativos, siendo la infancia el período clave para su inicio y adquisición. A lo largo de este manual iremos viendo todos estos aspectos. 1.2. FAMILIA: DEFINICIÓN Y TIPOS DEFINICIÓN Familia es la unión de personas que compar- ten un proyecto vital en común, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenen- cia a dicho grupo, existe un compromiso per- sonal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, afectividad, reciprocidad y dependencia. Inicialmente se trata de dos adultos que con- cretan intensas relaciones en los planos afec- tivo, sexual y relacional. El núcleo familiar se hace más complejo cuan- do aparecen los hijos, entonces la familia se convierte en un ámbito en el que la crianza y socialización de los hijos es desempeñada por los padres, con independencia del número de personas implicadas y del tipo de lazo que las una. Lo más habitual es que en ese núcleo haya más de un adulto y lo más frecuente es que ambos adultos sean los progenitores de los niños a su cargo, pero también hablamos de familia cuando alguna de esas situaciones no se dan. Lo más importante en la familia no es el com- promiso legal o las relaciones de consanguini- dad entre sus miembros, sino: 1. La interdependencia, la comunicación y la afectividad que se da entre los adultos que la forman.
  • 26. 25 25 2. La relación de vínculo afectivo estable entre quien cuida y educa, por un lado, y quien es cuidado y educado, por otro. 3. Esta relación está basada en un compro- miso personal de largo alcance de los padres entre sí y de los padres con los hijos. Dos criterios en los que se basa la familia son: uno de orden natural, como la necesidad de cooperación para sacar adelante a los hijos, y otro de índole cultural como las creencias religiosas, filosóficas y las tradiciones transmi- tidas de generación en generación. En la familia es fundamental la conducta de apego que tiene una importante función en la supervivencia, porque asegura la proximi- dad y la protección de los padres a los hijos durante un período prolongado de tiempo en que la debilidad del nuevo ser requiere de la asistencia directa y continuada de los adul- tos. El papel fundamental de los padres consiste en asegurar la supervivencia de los hijos y tambien su integración sociocultural. La fami- lia constituye en si misma un contexto socio- cultural a traves del cual llegan a los niños muchas de las actividades y elementos que son característicos de esa cultura, logrando así que la mente infantil se llene de contenidos, normas y reglas de convivencia que le permita desarrollarse como ser social. El tipo de familia en la que nace y se cría un niño afecta significativamente a las creencias, valores, expectativas, roles, comportamientos, e interrelaciones que tendrá a lo largo de su vida. TIPOS La familia es una institución históricamente cambiante, sólo en el último cuarto de siglo se han ido acumulando grandes transformacio- nes demogáficas, sociales y culturales que han afectado a su configuración. Aquí examinare- mos tres estilos básicos de familia: 1. Familia nuclear se describe como un agrupamiento compuesto por el padre, la madre y los hijos tenidos en común, todos bajo el mismo techo. 2. La familia extensa incluye al resto de parientes y a varias generaciones en es- trecha relación afectiva y de convivencia. Históricamente podemos hablar de la existencia de estos dos modelos tradicio- nales de familia. 3. Familias actuales. Hoy en día debemos incluir en la definición de familia los nue- vos elementos que la conforman y sobre todo la diversifican, como por ejemplo: • Además de a través del matrimonio se ha ampliado el concepto de familia a uniones no matrimoniales o consensua- das dando lugar a la formación de nue- vas familias. • Uno de los progenitores puede faltar, quedándose entonces el otro solo con los hijos; tal es el caso de las familias monoparentales, en las que por muy diversas razones uno de los progenito- res (frecuentemente la madre) se hace cargo en solitario del cuidado de los hijos. • Los hijos del matrimonio pueden llegar por la vía de la adopción, por la vía de las técnicas de reproducción asistida o proveniente de otras uniones anterio- res. • La madre, ya sea en el contexto de una familia biparental o monoparental, no tiene porqué dedicarse en exclusiva al cuidado de los hijos, sino que puede desarrollar ya actividades laborales fuera del hogar. • El padre no tiene porqué limitarse a ser un mero generador de recursos para la subsistencia de la familia, sino que puede implicarse muy activamente en el cuidado y la educación de los hijos. • El número de hijos se ha reducido drásticamente, hasta el punto de que en muchas familias hay solamente uno. • Algunos núcleos familiares se disuelven como consecuencia de procesos de separación y divorcio, siendo frecuente la posterior unión con una nueva pare- ja, constituyendo nuevas familias con la incorporación de los hijos de ambos.
  • 27. 26 26 1.3. FUNCIONES DE LA FAMILIA La familia desempeña, entre otras, dos fun- ciones psicológicas esenciales para el ser humano: la socialización y la construcción del autoconcepto y la autoestima. A través de la socialización familiar las perso- nas se convierten en seres sociales, asumen las reglas del juego que necesitan para enfrentar la vida, aprenden a entenderse a sí mismos y se forman una imagen de lo que son y del mundo que les rodea. La familia crea en el niño las bases de su iden- tidad y le enseña cuáles son las normas de convivencia que ha de asumir, proporcionán- dole un sistema de creencias que, aun no sien- do inmodificable, sí se mantiene, en gran medida, a lo largo de toda la existencia del individuo. Desde esta perspectiva las funciones que debe asumir la familia son: a) El desarrollo emocional y de la autoestima. La familia es el escenario donde el suje- to se construye como persona adulta con una determinada autoestima y un sentido de sí mismo, que le proporciona un cierto nivel de bienestar psicológico para enfrentarse a la vida cotidiana, a los conflictos y situaciones estresantes. Dicho bienestar está rela- cionado con la calidad de las relaciones de apego que las personas adultas han tenido en su niñez. Es, por tanto, a través de la familia desde donde se empieza a formar la idea que el individuo tiene de sí mismo (autoconcepto) y la valoración de uno mismo que resulta de dicha idea (autoestima). Así, se define la autoestima como la satisfac- ción personal del individuo consigo mismo, la eficacia de su propio funcionamiento y una actitud evaluativa de aprobación que siente hacia sí mismo. b) La maduración psicológica y el desarrollo de la personalidad. Elementos considera- dos como herramientas básicas para la vida futura donde se deberá afrontar retos, así como asumir responsabilidades y compromisos que orientan a los adultos hacia una vida fructífera, plena de realizaciones y proyectos e integrada en el medio social. c) La transmisión de valores y de la cultura. Aspectos que hace de puente entre el pasado (la generación de los abuelos y anteriores) y hacia el futuro (la nueva gene- ración: los hijos). Los principales elementos de enlace entre las tres generaciones (abuelos, padres e hijos) son, por una parte, el afecto y, por otra, los valores que rigen la vida de los miembros de la familia y sirven de inspiración y guía para sus acciones. d) El apoyo emocional. Elemento vital para enfrentar diversas vicisitudes por las que pasa el ser humano. La familia puede ser un “seguro existencial” que permanece siempre a mano y un elemento de apoyo ante las dificultades surgidas tanto fuera de la familia como dentro de ella.
  • 28. 27 27 1.4. PAPEL DE LA FAMILIA EN LA SOCIALIZACIÓN DE LOS HIJOS Ala familia le corresponde, entre otras, las siguientes tareas: - Asegurar la supervivencia de los hijos, su sano crecimiento y su socialización. - Aportar a sus hijos un clima de afecto y apoyo sin los cuales el desarrollo psicoló- gico sano no resulta posible. El clima de afecto implica el establecimiento de rela- ciones de apego, un sentimiento de rela- ción privilegiada y de compromiso emo- cional. - Aportar a los hijos la motivación que haga de ellos seres con capacidad para relacio- narse competentemente con su entorno físico y social, así como para responder a las demandas y exigencias planteadas por su adaptación al mundo en que le toca vivir. - Enseñar a los hijos aprendizajes y hábitos de vida saludables. - Tomar decisiones por ellos hasta tanto no sean capaces de tomarlas por sí mismos. 1.5. DIFICULTADES EN LA SOCIALIZACIÓN DE LOS HIJOS Hay algunos aspectos que pueden dificultar el proceso de socialización del niño. Entre ellos destacamos: • La inseguridad afectiva del niño. Los pro- blemas afectivos de los padres, las desa- venencias y enfrentamientos pueden tener repercusiones psicológicas sobre cada uno de los miembros de la familia y, por tanto, sobre el desarrollo psicológico y social del niño. • La excesiva protección de los padres. La sobreprotección a los hijos es para los padres una manera de expresar su afecto, su amor, pero también puede ser una manera de controlar y tranquilizar sus propios miedos; para los hijos puede representar, sin embargo, un problema que les genere inseguridad e indecisión. • La falta de atención paterna. La falta de tiempo, dedicación y contacto suficiente por parte de ambos padres con el hijo puede producir en este carencias de tipo social. Los padres deben transmitir a sus hijos aprendizajes sociales y personales que se logran mejor a través de la relación directa, cálida y afectiva de ambos proge- nitores. • La disminución de la presencia del padre, considerada como necesaria para la correcta socialización tanto de los niños como de las niñas, podría repercutir nega- tivamente de manera especial en la socia- lización de los niños al no gozar de la identificación del mismo sexo. Las niñas tendrían ventaja en este sentido, al ser la madre quien más tiempo dedica a los hijos. Por último, el trabajo de la madre fuera de casa ha implicado una sobrecarga para ella, pues, en muchos casos, sigue asumiendo prác- ticamente en solitario el peso de las tareas del trabajo doméstico y del cuidado de los niños, lo cual suele producir un estado agobiante en la mujer repercutiendo negativamente en su
  • 29. relación de pareja y en la socialización de los hijos. Por tanto, si se acepta el trabajo de la madre fuera de la casa, hay que afrontar con mayor compromiso, por parte del padre, el equilibrio y la distribución de las tareas domésticas y buscar soluciones para el cuida- do y la socialización conjunta de los hijos. Bibliografía: Psicosociología de la Familia. Gonzalo Musitu y Pat Allat. Ed. Albatros. Valencia. 1994. Desarrollo psicológico. Grace J. Craig. Ed. Prentice Hall. 1992. Psicología del desarrollo hoy. Lois Hoffman, Scot Davis y Elizabeth Hall. Ed. McGraw Hill. Vol. II. 1996. Socialización familiar. Valores y Autoconceptos. M. Lila y B. Marchetti. Información Psicológica núm. 59. Ed. Colegio Oficial de Psicólo- gos de Valencia. Las familias monoparentales. J. García de Dios. Revista Padres y Maestros (P.M.). Pedagogía familiar. J. M. Quintana. Ed. Narcea. 1993. Familia y desarrollo humano. M. J. Rodrigo; J. Pala- cios (coords.). Ed. Psicología y Educación, Alian- za Editorial. 2003
  • 30. Tema 2 Paternidad responsable Elaboración: Agustín Durán Gervilla María Dolores Tébar Pérez Este capítulo trata de la responsabilidad que el padre y la madre tienen en la edu- cación y formación de sus hijos. La educación de sus hijos es cosa, funda- mentalmente, de ustedes dos.
  • 32. 31 31 2.1. ASPECTOS LEGALES DE LA PATERNIDAD Alo largo de este capítulo vamos a hablar de la paternidad, de cómo trabajar para llegar a ser unos padres más preparados. En primer lugar no debemos olvidar que la pater- nidad conlleva también unos aspectos le- gales: la patria potestad o el reconocimiento legal de la paternidad, lo que significa res- ponsabilidades legales hacia los hijos; así como derechos del niño que deben ser respe- tados por todos nosotros. Algunas de estas responsabilidades de los padres y derechos del niño son: - Deberes y facultades de los padres: - Velar por los hijos. - Tenerlos en su compañía. - Alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral. - Los derechos del niño La Convención sobre los derechos del niño, de las Naciones Unidas (1989), otorga un conjun- to de derechos al niño. Algunos de ellos con- viene tener en cuenta: • El interés del niño por encima de todo. • Los Estados respetarán las responsabili- dades, los derechos y los deberes de las personas encargadas legalmente del niño. • Derecho del niño a tener una identidad. • Libertad de opinión. Derecho de los niños a ser oídos. • Libertad de expresión. • Libertad de pensamiento. • Obligaciones comunes de los padres en el interés superior del niño. Los padres tie- nen obligaciones comunes respecto de la crianza y desarrollo del niño. • Salud y bienestar para todos. • Derecho de la infancia a un nivel adecua- do de vida para su desarrollo físico, men- tal, espiritual, moral y social. • Educación adecuada en interés superior de la infancia. La educación deberá ir encaminada: a) Al desarrollo de la personalidad del niño, aptitudes y capacidad física y mental. b) Al desarrollo del respeto de los dere- chos humanos. c) Al respeto a los padres del niño y a su identidad cultural. d) A la preparación del menor para una vida responsable en una sociedad libre, tolerante, con igualdad. • Derecho a ser protegidos de las drogas. STE capítulo trata de la responsabilidad que el padre y la madre tienen en la edu- cación y formación de sus hijos. La educación de sus hijos es cosa, fundamentalmente, de ustedes dos. EE
  • 33. 32 32 2.2. UNA NUEVA ETAPA: LA PATERNIDAD El ser humano pasa, en su recorrido como sujeto, por distintas etapas: niñez, puber- tad, adolescencia y adultez. En cada una de ellas juega un papel y tiene unas obligaciones, así como derechos. En la etapa adulta quizás se decida a vivir la experiencia de ser padre/madre, para lo que debe considerar que esta nueva situación requiere un cambio de mentalidad y de comportamientos si se plan- tea abordarla con responsabilidad. El padre o madre entra en una nueva etapa que va a marcar el resto de su vida. Abordarla requiere cambios en su forma de plantearse la vida. También el trabajo de padres ha sufrido los cambios producidos por los descubrimientos de la psicología evolutiva, la pedagogía y los avances y transformaciones de la sociedad. Algunos de estos avances ha beneficiado y mejorado el trabajo educativo de los padres en su función. Otros, en cambio, no parece que tanto: basta como muestra la TV e Internet. Bien utilizados son medios que pueden ayudar a los hijos en la ampliación de su mundo de conocimientos, pero mal utilizados pueden crearles conflictos en los valores y en sus hábi- tos de vida, así como dificultades en las rela- ciones con los padres. 2.2.1. La familia del siglo XXI A pesar que se le atribuye una permanente cri- sis a la familia esta sigue siendo un núcleo fuerte, y bien consolidado para abordar al tra- bajo que le corresponde: la crianza, educación y formación de los hijos. La familia sigue sien- do la institución más valorada por los españo- les. Actualmente la familia se encuentra con com- portamientos sociales de riesgo que hace varias generaciones no se presentaban con la intensidad que ahora: violencia, intolerancia, falta de valores, consumismo, drogas, sentido hedonista de la vida, atribuidos frecuente- mente a los jóvenes y adolescentes que hace que los padres se sientan poco o insuficiente- mente preparados para abordarlos. El siglo pasado se caracterizó por sus revolu- ciones científicas y tecnológicas produciendo cambios a una velocidad nunca antes imagi- nada. Surgieron nuevas formas de convivencia, de diversión, modelos innovadores de sociali- zación y revolucionarios medios de comunica- ción. Los cambios siguen su curso imparable y no se trata de juzgar el tiempo actual bajo el prisma de que “todo tiempo pasado fue mejor”. El mundo moderno actual es un lugar que ofrece muchas ventajas y también muchos retos. Uno de ellos el de cómo abordar la función de padres en esta sociedad tan compleja y cam- biante. La familia del siglo XXI ha experimentado cambios en los modelos de familia tales como las reivindicaciones de la mujer, la opción legal del divorcio, la búsqueda personal de la felici- dad, la vida en la ciudad, la competitividad laboral, las exigencias económicas, los deseos de realizarse y los problemas derivados del mundo hedonista actual (uso de drogas para la búsqueda de placer) influyen en un sentido u otro en la vida familiar.
  • 34. 33 33 Los niños van creciendo y se van adaptando a las nuevas condiciones que les plantea su medio. 2.2.2. Los hijos del siglo XXI Para el niño del siglo XXI, cualquiera de estas situaciones es normal y frecuente, bien sea porque la vive o porque la percibe a través de sus amigos y conocidos. Por su parte la vida de un niño del siglo XXI es el resultado de todos los procesos de cambio que ha experimentado la sociedad que lo acoge. Conviene tener en cuenta algunas par- ticularidades del tiempo actual que puede incidir en el proceso de desarrollo del niño: Influencia de la tecnología y de los medios masivos de comunicación. Las nuevas tecno- logías han transformado la sociedad en muchos sentidos y el uso de las mismas que se haga son de vital importancia para definir si es útil o perjudicial para el niño. Pensemos que, gracias a la televisión, a la información vía satélite o a Internet, conocemos constante- mente lo que sucede en distintos puntos del globo y de una forma increíblemente veloz. La información depende de la interpretación que se haga de ella y de los recursos que se tengan para discriminarla y leerla correctamente. Es preciso comprender que dichos instrumen- tos (video juegos, TV, Internet, móviles, etc.) pueden ser de gran provecho y que, utilizán- dolos racionalmente, se podrá reconocer el mérito que tienen. En todo caso dependerá de cómo se utilizan y, especialmente, de las con- diciones en que se haga. Hay resultados dis- tintos si el niño accede a ellos cuando está solo, lo hace con un adulto que lo acompañe, pasa demasiadas horas frente a ellos, lo hace de manera pasiva o está investigando activa- mente un tema en el que le interesa profundi- zar. Si se da un uso racionalizado de tales instru- mentos, se convierten en aliados de la familia y de la escuela. Resultan herramientas muy útiles porque pueden incentivar el deseo de ver, conocer y aprender. Si se da un uso inade- cuado, sobre todo de la TV y en edades muy tempranas, puede afectar en el desarrollo emocional y de la personalidad del niño, así como en su curriculum académico. Incorporación de otros valores. Frecuente- mente se escucha que los niños son bombar- deados por la publicidad y que están expues- tos a imágenes y contenidos no aptos para su edad. Un niño tiende a interiorizar los modelos de conducta y las situaciones que se les pre- sentan tanto en su casa, como las que ve en la televisión. La agresividad y la violencia que ve en los medios deben ser controladas y aclara- da por los padres con el objetivo que sienta rechazo por imágenes en las cuales no se sien- te la familia representada. Le pueden causar curiosidad, pero los padres seguirán siendo sus modelos fundamentales y se identificará con
  • 35. 34 34 sus conductas. Si se educa al niño desarrollan- do su sentido crítico, es posible que sea una persona con capacidad de decisión. Tendrá cri- terio para escoger y analizar la información que se le presente. Será capaz de cooperar con otras personas, será solidario y responsable. Los niños de ahora, por ejemplo, sienten gran respeto por el medio ambiente y se interesan por reconocer las diferencias culturales. Son los tiempos de la diversidad, de la autonomía, del respeto y de la tolerancia. 2.2.3. El inicio de la paternidad: de expectativas y temores Podemos considerar que la paternidad se ini- cia en los nueve meses del embarazo. Es un período único repleto de ilusiones, expectati- vas, preocupaciones, temores y cambios de todo tipo. En el período de gestación se inicia la cons- trucción de la relación afectiva de los padres con el hijo. Son múltiples las fantasías que se experimentan alrededor de su nombre, su aspecto y sus virtudes. A medida que los padres especulan sobre estos temas, asimilan progresivamente su nueva condición. Un momento especial es cuando, gracias a las ecografías, los protagonistas empiezan a reco- nocer a ese niño como un nuevo ser. Ver su primera imagen les ayuda a seguir elaborando sus deseos y sus expectativas. Durante el embarazo convive el hijo imagina- do con el hijo real que se está formando. Es frecuente, por ejemplo, que la madre perciba cierta “personalidad del bebé”, dependiendo del tipo de movimiento que efectúa y de la interpretación que ella hace. “Es muy tranqui- lo”, “Le gusta la música”, “Se siente feliz cuan- do oye a su padre”, etc. Los primeros movi- mientos aportan la emoción de poder sentirlo con vida propia, y se inicia la comunicación entre los futuros padres y el bebé. Se empieza a “gestar” así el vínculo afectivo. Es preciso que la familia esté pendiente de las necesidades de la madre. Que el padre esté atento, dispuesto a conversar, a colaborar y a expresar su afecto de manera que madre e hijo sientan el apoyo emocional que necesitan. No es fácil para la mujer concebir la separa- ción física del bebé. Además, el momento del parto está, generalmente, lleno de expectati- vas, situaciones. Todos y cada uno de esos momentos convierten el nacimiento en un ver- dadero hito que marca la formación de la familia y la entrada en una nueva condición. Por fin a llegado el momento de ser padres. Con el nacimiento se produce el anhelado encuentro entre el niño imaginado durante 9 meses y el niño real que acaba de llegar. Las ilusiones y deseos vividos toman ahora la forma de un niño particular. Este encuentro entre la realidad y el deseo es parte esencial de la nueva relación familiar y la manera en que se asume influirá sobremanera en la feli- cidad futura del bebé y en su desarrollo como persona. Cada pareja tiene su forma singular de vivir esta nueva situación y a partir de aquí construir su particular familia. Los primeros meses de vida son una etapa de adaptación entre el bebé y sus padres. La lac- tancia, el juego y la crianza son momentos importantes de esa adaptación afectiva. El día a día determina el encuentro entre el niño del deseo y el bebé real que tiene unas necesida- des particulares. Es a partir de estos momen- tos cuando se empieza a construirse el víncu-
  • 36. 35 35 lo a través de la relación padres-hijo. El naci- miento convierte a la mujer y al hombre en padre y madre, al mismo tiempo que da inicio a otra etapa de la vida adulta: la vida en familia. 2.3. QUÉ ES SER PADRE O MADRE El trabajo de padres es, sin ninguna duda, el más hermoso, generoso y gratificante, pero al mismo tiempo el más complejo y sufrido de cuan- tos haya. Y los padres lo tienen que afrontar con la preparación que disponen y han aprendido. Algu- nas ideas les puede ayudar a cumplirlo lo más satisfactoriamente posible. 2.3.1. Preparándose para la paternidad/ maternidad Todos los padres desean lo mejor para sus hijos. Lograrlo no depende solo del trabajo que ellos hagan como padres sino tambien de otros muchos factores que les ayudará o difi- cultará en su función. Pero si preguntamos a los padres, como dice Wayne W. Dyer, en su libro La felicidad de nuestros hijos: ¿Qué dese- as por encima de todo para tus hijos?, se pue- den recoger algunas de las siguientes respues- tas: – Quiero que mis hijos sean felices. – Quiero que sepan cómo disfrutar de la vida y apreciar cada día como algo maravilloso. – Quiero que se sientan satisfechos e importantes como personas. – Quiero que tengan sentimientos positi- vos sobre sí mismos y sobre la vida. – Quiero que crezcan sabiendo cómo enfrentarse a los problemas y, que estos, no les derroten. – Quiero que no se sientan deprimidos e inseguros. – Quieroquetenganunarraigadosentidodelapaz interior, que los sustentará en épocas difíciles. – Quiero que sean sensibles, responsables y respetuosos con la naturaleza y con la humanidad. – Quiero que descubran y ejerciten sus capacidades, se sientan satisfechos y ten- gan el estímulo de un propósito en la vida. – Quiero que se sientan queridos y sean afectuosos. – Quiero que gocen de buena salud, tanto física como mental. Tratar de lograr todo eso en vuestros hijos es importantísimo y un reto, pero hay que traba- jar para conseguirlo. Esa es la función de los padres: trabajar haciendo de padres. Todas estas páginas que habéis leído y las siguientes, tratan de aportaros información y conoci- mientos para intentar alcanzar esos objetivos. Por todo ello: 2.3.2. Los buenos padres no nacen, se hacen: aprender a ser padres El trabajo más hermoso, admirable y gratificante, pero también el más complejo y difícil es, sin duda, el de padres. A pesar de lo que mucha gente cree, pocas madres y padres saben, sólo por instinto, cómo actuar y resolver las situaciones con sus hijos. Aunque los progenitores que han tenido más experiencia con niños –ya sea por sus hermanos, sobrinos o por haber hecho de canguros– se sien- ten algo más “capacitados” con los pequeños, todos tienen que aprender a actuar como padres como las muchas cosas que los humanos tenemos que ir aprendiendo a lo largo de nuestra vida: a
  • 37. 36 36 TENGA EN CUENTA: • Las madres y los padres que acaban de tener un hijo verán que su amor se desarrolla poco a poco, que si se implican totalmente irán aumentando su experiencia, pero también que existen momentos de angustia en los que incluso llegan a desear un regreso a su vida anterior al nacimiento del hijo. Este “tira y afloja” es una parte natural de la difícil tarea de actuar como padres. Pero es una experiencia única y gratificante. • Busquen artículos y libros sobre la paternidad y la educación de los pequeños. Le puede ser de utilidad el siguiente libro que le recomendamos: -Padres eficaz y técnicamente preparados, de Thomas Gordón-. (en el capítulo 4 haremos un resumen-introducción del mismo) • Así mismo le insistimos en que amplíe sus conocimientos sobre este tema. Para ello puede recurrir a la bibliografía que, nos ha servido de base para la elaboración del mismo, además de la que Vd. pueda ir incorporando a su propia biblioteca. Pero su objetivo al leer estos libros no debe ser convertirse en un padre/madre perfecto/a, ya que eso es algo que no existe. Tampoco debe aspirar a conocer de ante- mano todas las respuestas sobre el tema de la educación infantil, lo que resultaría imposible. La lec- tura debe ayudarle a reflexionar y hablar entre ambos progenitores sobre la forma de enfocar ciertos temas clave, como por ejemplo: la comunicación, la autoestima, la disciplina, las actitudes y los valo- res, la responsabilidad, etc. leer, a conducir, a montar en bicicleta o a llevarse bien con los demás. En épocas anteriores a nadie se le había ocurrido sugerir a los padres cómo deberían ocuparse de sus hijos. Se suponía que cada uno hacía lo “natural” que consistía en repetir lo que habían hecho sus padres. Esto era un buen principio para abordar los nuevos requerimientos que se les presentaban a los que se iniciaban como padres, aunque en muchos casos no suficientes como para abordar tan com- plejo trabajo. Hoy en día la mayoría de padres empiezan cargados de dudas sobre la manera más adecuada de educar a los hijos. Estas dudas vienen de que la mayor parte de nosotros nunca hemos recibido lecciones sobre el desarrollo infantil, sobre el desarrollo de la personalidad, la importancia de la autoestima, de cómo crear y desarrollar hábitos saludables, etc., ni tampoco de la alimentación, cambio de pañales, ni de los llantos y vómitos. Estas dudas también vienen por la falta de una actitud favorable hacía la lectura de libros y artícu- los sobre el mundo infantil y lo relacionado con lo que se conoce como “Escuela de Padres”. Aquí es cuando aparece la gran importancia que tiene la confianza en sí mismo a la hora de criar bien a un niño. La confianza en sí mismo, en lo que se está haciendo, es una ventaja extraordinaria, pues hace a los padres sentirse más a gusto, más seguros en su papel y, por tanto, disfrutar más. Insistimos en que nadie nace con instinto mater- nal o paternal. Lo más parecido a ese instinto es lo que se aprende del modo en que nos trataron nuestros padres durante la infancia. No hay más que ver a los niños de tres, cuatro y cinco años ocupándose de sus muñecos, regañándoles o ala- bándoles lo mismo que sus padres les alaban o les regañan a ellos. Veinte años más tarde se compor- tarán igualmente con sus hijos. Así las actitudes básicas frente a los futuros hijos se aprenden en los primeros años de vida. El resto llega con la paternidad: se aprende a ser padre y madre, sobre todo, ocupándose de su primer hijo. De este modo, “ser padre” se aprende día a día. Se es padre en el actuar como padre. El vínculo con el niño empieza a forjarse en los contactos diarios durante los primeros meses: al coger al bebé, al alimentarlo, al intercambiar miradas y sonrisas con él, y se va desarrollando a lo largo del tiempo ya que es un proceso continuo. Resulta muy positivo que los padres acepten y hablen sobre los sentimientos de irritación y males- tar que experimentan al tener a su cargo a una criatura tan pequeña y difícil de tratar, ya que esta confesión conjunta les puede ayudar a que desapa- rezca la tensión, a comprender lo difícil y compleja de la nueva situación, las carencias que cada uno pueda tener sobre este tema y a unirse todavía más. La comunicación, el diálogo sobre los temas rela- cionados con su papel de padres, sin intentar dominar con “su saber” el uno sobre el otro, es un elemento favorecedor de una dinámica de pareja armónica. A la comunicación y a la escucha activa se le da, en todo este manual, una gran importan- cia por ser el recurso más importante para abordar y resolver situaciones y conflictos.
  • 38. 37 37 2.3.3. Ser mejores padres Hoy en día es muy difícil ser padre/madre, sobre todo un buen padre/madre. Con el aumento de los cambios sociales y avances tecnológicos que vivi- mos, las nuevas forma de vida, las aspiraciones personales que nos planteamos, así como las fami- lias en las que el padre y la madre trabajan fuera de casa, el tiempo que queda para los hijos es muy escaso. Sin embargo, independientemente del ritmo de trabajo o de la situación vital de cada miembro de la familia, es posible ser mejor padre de lo que se es. Siempre hay tiempo para mejorar. Se puede ser mejor padre, aunque no sea sencillo conseguirlo, siguiendo unos pocos principios que hay que poner en práctica a diario. Se los propo- nemos a continuación: Principios a tener en cuenta: • Principio 1: No se empeñe en luchas de poder, en enfrentamientos de los que es probable que nadie salga victorioso. • Principio 2: Diga cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan. • Principio 3: Es importante ser raro. Acepte usted ser raro. No deje que los hijos piensen que son más raros que sus padres. • Principio 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que esté seguro de que le devolverán el favor. • Principio 5: Hay que tener una autoestima alta. Si los padres no la tienen, sus hijos tampoco. • Principio 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cotas de exigencia al tratar a sus hijos. NO OLVIDE • No intente ser un padre perfecto que produce un hijo perfecto, ya que la mayor parte de los errores que usted cometa durante la educación de su hijo quedarán compensados por las cosas buenas que haga. • No busque continua y angustiosamente claves o líneas directrices que le guíen en la educación de su hijo. Intente por usted mismo averiguar qué es lo mejor para su hijo o para cada uno de ellos. • No existe una única forma correcta de ser un buen padre, al igual que ningún experto le podrá decir exactamente todo y en cada momento lo que tiene que hacer. Es importante que usted como padre tenga confianza en sí mismo, se forme y adquiera la mayor cantidad posible de conocimientos sobre su función. • Pero sí intente mejorar y superarse en su trabajo como padre/madre. A continuación vamos a desarrollar cada uno de estos 6 principios: Principio 1: Luchas de poder Las luchas de poder y los enfrentamientos, tanto entre los padres como con los hijos, se producen cuando alguien cree que ha perdido autoridad y quiere recuperar la sensación de control, o por una mala interpretación del sentido de la autoridad. Las luchas de poder se identifican generalmente por las siguientes características:
  • 39. 38 38 • Como nadie gana una lucha de poder, el obje- tivo es no perderla, lo cual hace que las par- tes sigan enfrentadas indefinidamente. • En una lucha de poder, ambas partes tienen la vaga sensación de estar realizando un esfuer- zo inútil, pero se niegan a abandonar. Desa- rrollan sentimientos muy negativos el uno hacia el otro. • Los padres que están inmersos en una lucha con sus hijos observan en ellos una caracte- rística que no les gusta de sí mismos y desean cambiarla. • Las luchas de poder y los enfrentamientos pueden generar resentimiento y rebeldía. Muchas luchas de poder surgen de la necesidad de los padres de controlar aspectos que son en reali- dad atribución de sus hijos. En efecto, pueden pri- var al niño de toda responsabilidad y autonomía. Para ser mejor padre, hay que aprender a contro- lar la necesidad de controlar. A los niños hay que dejarles hacer muchas cosas que les impedimos erróneamente, así como hay que aumentar nues- tro campo de aceptación (este aspecto se aborda más exhaustivamente en el tema de la Escucha Activa). Cómo resolver las luchas de poder. Sugerencias • Haga preguntas en lugar de dar órdenes. • Proporcione a su hijo más de una opción a ele- gir. • La persona a quien usted tiene que controlar es a sí mismo, no a su hijo. • Cuando todo lo demás falla, ¡a reírse! Haga preguntas en lugar de dar órdenes. Los padres que hacen preguntas en lugar de dar órdenes durante una lucha de poder manifiestan un buen control emocional, y los niños reacciona- rán a este tipo de actitud. Cuando se cambian las reglas, se crea una situación con nuevas posibili- dades. Crear nuevas posibilidades es la mejor manera de resolver las luchas de poder. Algunas preguntas válidas como comienzo • “¿Prefieres pelearte conmigo o hacer lo que te he pedido?”. • “¿Qué esperas conseguir peleándote conmigo?”. • “¿Qué debo hacer yo si no haces lo que te he pedido?”. • “¿Puedes ayudar a poner la mesa?”. • “¿Vas a hacerlo antes o después de que discu- tamos por ello?”. • “¿Dónde te gustar discutir esto, aquí o en la cocina?”. • “Si no haces esto por mí, ¿Qué te gustaría que yo no hiciera por ti?”. Proporcione a su hijo más de una opción a elegir. Los niños no se oponen generalmente a lo que les piden los padres que hagan (a no ser que sea un disparate), sino al cómo se le pide, dónde o cuán- do. Cuando no pueden influir en estos factores, desobedecen. Para ser mejor padre hay que dar opciones a los hijos. Aquí presentamos algunas sugerencias: • “¿Quieres hacerlo ahora o más tarde?”. • “¿Cómo piensas hacerlo?”. • “Si ahora no, ¿cuándo?”. • “No me importa el tiempo que tardes. ¿Cuándo vas a hacerlo?”. • “¿Quieres utilizar la aspiradora o la escoba para limpiar la habitación?”. • “¿Vas a poner la mesa después de la escuela o antes de cenar?”. • “¿Vas a hacerlo ahora que te lo pido amable- mente o tengo que empezar a gritar?”. Empiece por controlarse usted para poder controlar a su hijo. Un error que cometen muchos padres es creer que tienen que controlar, por encima de todo, a sus hijos. Sin embargo, antes de llevar a cabo este objetivo es importante saber controlarse uno mismo. Los padres que no saben controlarse a sí mismos no pueden controlar a sus hijos.
  • 40. 39 39 Cuando alguien pierde el control las emociones salen a la superficie, y a veces de forma explosiva. La persona se puede volver, agresiva, hostil, triste, etc. Los adultos se comportan como si fueran due- ños de la situación cuando en realidad no lo son. Por eso pueden pegar a sus hijos u ofender su inte- gridad de cualquier otra manera. Actúan como si mantuviesen el control cuando en realidad ya no saben qué están haciendo. Perder el control significa que ya no se ofrecen opciones. Las que se intentaron no funcionaron. Se tiene el control cuando se tienen diversas opciones para solucionar una situación, porque se puede ele- gir la más adecuada (o más deseable) alternativa. Los buenos padres procuran pensar en las conse- cuencias de sus actos antes de llevarlos a cabo. Son conscientes de las diversas opciones que pue- den existir en cada situación. Cuando todo lo demás falla, ¡sonria! Los buenos padres tienen un gran sentido del humor. Hay que plantarle cara a la adversidad riéndose, aunque en ese momento no apetezca. No hay que tomarse la lucha de poder demasiado en serio, ya que entonces será más difícil resolverla. Reírse es sano, pero cuidado no debemos reírnos de los niños. De lo que debemos reírnos es de la situación, junto no los niños, cuando ocurre algo serio. A los niños no les gusta que sus padres se rían de ellos, pero tampoco es bueno que sus padres carezcan del sentido del humor y no pue- dan controlarse. No es un pecado capital reírse en mitad de una lucha de poder y darla así por zanja- da. Reírse en estas circunstancias da a entender a los niños que todavía se está al mando, que se puede iniciar la lucha y vencer la batalla. Los niños quieren saber que realmente el padre puede ganar la batalla. Si no nos reímos, no podrán estar segu- ros. Pero recuerde, no nos reímos del niño/a sino de la situación. Los padres que han aprendido a solucionar las luchas de poder tienen posibilidades de convertir- se en unos buenos padres. Enfrentarse a una lucha de poder de manera inteligente es el primer paso para convertirse en mejor padre/madre. Principio 2: Cómo alabar y criticar a los niños Lo que se dice importa menos que el estado emocional de la persona que está siendo critica- da o alabada. Unas veces la crítica parecerá una puñalada en el corazón; otras no tendrá ningún impacto. Lo mismo ocurre con las alabanzas. Un día pueden sernos imprescindibles y al otro saber que no son merecidas y pasarlas por alto. La alabanza es un juicio positivo, la crítica es un juicio negativo. “No juzgues y no serás juz- gado”. Juzgar a los demás es un arma de doble filo porque puede volverse contra nosotros. La crítica descalificatoria puede ir minando, día a día, la autoestima de tu hijo/a por cuanto puede ir construyéndose un concepto de sí mismo negativo. A veces es difícil saber cómo reaccionan los niños ante las críticas y las alabanzas, por lo que hay que tener cuidado de utilizar las pri- meras, para que tengan más significado cuando realmente sea necesario administrarlas. La crí- tica es, a veces, necesario utilizarla, lo impor- tante es porque y cuándo emplearla y cómo darla (critica constructiva). No es lo mismo un reproche u observación de un comportamiento o conducta no aceptable, que la rabia y el des- control que emana de esa conducta. Una vez realizada la crítica hay que volver a la normali- dad y no acumular resentimiento.
  • 41. 40 40 Críticas Es difícil para unos padres no ser a veces críti- cos, de modo que sería interesante practicar también lo contrario: alabar al niño. Si se dicen las cosas agradablemente, de forma considerada, en el momento adecuado, y por motivos justificados, los niños perdonarán al padre aunque éste les juzgue demasiado a menudo. La alternativa a ser un crítico impe- nitente es decir cosas agradables de vez en cuando, sobre todo cuando los niños no se lo esperan. La clave es no tener una tendencia de funcionar casi siempre en términos negativos, “persiguiendo” al hijo/a y recordándole sólo lo que hace mal o deja de hacer. Alabanzas Las alabanzas facilitan del desarrollo de una buena autoestima o proporcionan experiencias que dejan huella de un efecto positivo en la autoestima de un niño. Son unas excelentes movilizadoras de comportamientos adecuados, por lo que bien utilizadas es un potente recur- so educativo. A los niños les gusta recibir elo- gios, pero también que se les diga la verdad. Son más efectivas si van dirigidas al niño que se siente bien y no cuando se siente mal. Las alabanzas son más efectivas cuando van diri- gidas a algo de lo que el niño se siente orgu- lloso que cuando con ellas se pretende alterar el criterio del niño sobre lo que ha realizado y él no se siente orgulloso de ello, pero también aquí hay que utilizarlas aunque el niño no las recoja del todo. Poco a poco pueden hacer efecto. Cuando a un niño le gusta lo que ha hecho, y el padre alaba su trabajo, demuestra sensibili- dad hacia los sentimientos de su hijo. Esto aumenta la credibilidad del padre, aunque luego haga juicios negativos. Los buenos padres gozan de mucha credibilidad, no abu- san de las alabanzas o de las críticas y han aprendido a coincidir con los sentimientos de sus hijos. Lo importante es mantener un equi- librio entre alabar y reprochar, tratando siem- pre de que la balanza se incline, sin miedo, hacia las alabanzas. Algunos padres se con- funden pensando que con una actitud hacia sus hijos de exigirles, criticarles, reprocharles y “avisarles constantemente de lo que hacen mal” van a conseguir buenos resultados en el aprendizaje y desarrollo de sus hijos. Y a veces no es así, sino todo lo contrario, consiguen que sus hijos desarrollen más el resentimiento y la rebeldía. Alabanzas y actitud positiva Decir algo agradable no es necesariamente una alabanza, pero muestra una actitud posi- tiva. Es importante a la hora de ser buen padre comunicar una visión positiva de la vida a los hijos. Decir cosas agradables tiene muchas ventajas, por ello le pedimos que tenga en cuenta lo que aparece a continuación. Sugerencias • Se puede decir algo agradable sobre una característica personal favorable del niño para demostrarle que uno no siempre tiene que hacer algo para merecer elogios. • Se puede decir algo agradable sobre algo que haya hecho el niño, mostrándole que una buena actitud es una fuente de sensaciones gratas. • Se puede decir algo agradable de uno mismo para mostrar que la autoestima positiva es buena. Se le está diciendo con ello al niño que es posible sentirse bien con uno mismo sin buscar continuamente la aprobación de los demás.
  • 42. 41 41 Pero lo más importante no es decirlas, sino sentirlas. No se trata de decir cosas agradables porque hay que hacerlo, sino que uno siente las cosas agradables y las dice. Las alabanzas sentidas suena más verdaderas. Es una actitud frente a la vida. Enfatizar las virtudes Muchas personas no tienen una autoestima alta porque no son capaces de identificar y aceptar sus puntos fuertes. La mayoría de no- sotros tendemos a identificar nuestros defec- tos, pero no las cualidades. Esto también se refleja en los hijos. Una de las cosas más importantes y valiosas que se puede hacer por un niño es subrayar sus virtudes por encima de sus defectos. Decir algo al niño sobre sus virtudes es de las cosas más agradables que se pueden decir, sobre todo si no se lo espera. Aquí disponéis de una lista de virtudes que hay que buscar en los niños. Cuando las encuen- tren, háganselo saber en el momento más inesperado. Virtudes Valiente Sincero Ingenioso Bondadoso Generoso Audaz Independiente Obediente Simpático Divertido Formal Comprensivo Cumplidor Intrépido Alegre Educado Voluntarioso Cariñoso Respetuoso Inteligente Solidario Altruista Amable Creativo Háblenles a sus hijos de sus años anteriores, de etapas anteriores a la que están ahora. Cuéntenles cosas agradables y virtuosas que hicieron y comprobarán qué experiencia tan interesante y gratificante para ambos. Los mejores padres son los que tratan de ver la virtud en un acto de su hijo que también podría exigir un castigo. Tener que castigar al niño por romper una norma o molestar a los demás no es razón para olvidar la virtud que puede estar en el origen de su comportamiento. Principio 3: La importancia de ser diferente o “raro” Una razón por la que adultos y niños tienen la impresión de que no les comprenden es porque tienen muchas ideas y sensaciones que no comparten los demás. A veces intentamos actuar “normalmente” para que los demás no averigüen que somos diferentes o raros. Tende- mos a inhibirnos, a frenar nuestra manera de ser por miedo a lo que los demás puedan pen- sar. Algunos niños nacen raros, y otros se convier- ten en raros debido a su educación. Les ocu- rren cosas tan extrañas e impredecibles que si • Se puede decir algo agradable sobre otras personas para mostrar que está bien tener buenos pensamientos hacia los demás aunque no estén presentes. • Se puede decir algo agradable sobre cualquier cosa para mostrar que uno se siente bien al pensar bien de algo o de alguien. • Se puede decir algo agradable sobre un árbol o una puesta de sol, para mostrar que es bueno obtener satisfacción de las experiencias cotidianas. • Se puede decir algo agradable sobre algo o alguien que también posea características que no nos gustan, para mostrar que la vida no es sólo blanco o negro, y que bueno y malo a menu- do van unidos.
  • 43. 42 Principio 4: Enseñar a los niños a hacer las cosas por sí mismos Cuando los padres creen que deben hacerlo todo por sus hijos tal vez los niños no apren- dan a ser responsables por sí mismos. Los bue- nos padres son aquellos que hacen menos cosas por sus hijos, dejándoles asumir respon- sabilidades a ellos. Los niños, por ejemplo, tie- nen que aprender a ser responsables y cons- tantes desde pequeños, poco a poco. Es una tarea de los padres del día a día que tienen que iniciarse desde bien temprano: hay que enseñar a los niños a desarrollar sus capacida- des y sus habilidades sociales. Es difícil saber lo competente que es un niño. A veces nos movemos en contradicciones y los tratamos como si fueran incapaces y otras esperamos que entiendan cosas que apenas entendemos nosotros. sus padres también son un poco raros, podrán soportar mejor su propia rareza. Con “raro” nos referimos a un padre/madre que es natural, auténtico, espontáneo, sincero, abierto. Un padre/madre que de repente hace lo contrario de lo que espera su hijo, aquel que sorprende a su hijo con un comportamiento que éste no había visto antes o que no espe- raba ver en su padre. Un padre raro es aquel que no teme parecer tonto a los ojos de su hijo ni ponerse a su propio nivel y “actuar como un crío”. Es decir, entendemos por rara a la perso- na desde su ser único, individual, diferente e irrepetible y, por consiguiente, distinto a noso- tros. Ser raro es otra forma de reforzar los lazos entre padres e hijos. Los buenos padres establecen vínculos muy fuertes con sus hijos, aunque para ello tengan que renunciar al control absoluto. Los padres raros tienen un alto grado de auto- aceptación y autoestima que suelen transmitir a sus hijos. Es más probable que los padres raros acepten a sus hijos como son, sobre todo cuando demuestran características diferentes en campos en los que el niño tiene un interés o pasión especiales. 42 Sugerencias • Hay que encontrar tiempo para expresar pasión por algún interés en particular. En caso de que no se tenga ninguno, hay que buscarlo. • El comportamiento de los padres no debe guiar el futuro del niño tanto como la vida interior, las intenciones, deseos y sentimientos de los padres. • Hay que decir o hacer de vez en cuando cosas que el niño no espera. Hay que permitirse ser “un poco niño” A veces hay que permitirse “romper un poco la etiqueta”. • Hay que pasar mucho tiempo con los hijos a solas, así es más fácil ser uno mismo sin tener que adoptar un comportamiento concreto como cuando se está en grupo. • Hay que hablar con los hijos de cosas que interesan al padre, aunque aquellos parezcan no entender de qué se está hablando. Hay que mostrarles los sentimientos que se tiene sobre los propios intereses. • Hay que defender sus ideas con fuerza, pero no exija que los niños tengan las mismas opi- niones. No les castigue por tener ideas distintas de las suyas, sólo son ideas: sus ideas. • No hay que ridiculizar algo que su hijo se toma muy en serio. • Hay que tener alguna actividad creativa, como el arte, la música, la escritura, etc.; o hobbis que su hijo le vea desempeñar. • Hay que dejar que sus hijos vean sus sentimientos. El enfado, el disgusto y la confusión son emociones a las que su hijo debe aprender a enfrentarse. • Hay que entender que el proceso de crecimiento es irregular, incoherente y episódico. Ningu- no de sus hijos tendrá un proceso de desarrollo perfecto, ni nadie. No se preocupe. Cuando el padre/madre se gusta a sí mismo, los niños también acabarán gustándose antes o después. Cómo ser un padre/madre raro
  • 44. 43 43 Presuponer que los hijos son capaces no signi- fica que deban conseguir todo lo que se pro- ponen. Esto es imposible, pero es muy impor- tante aprender de los errores. Conviene recordar que también aprendemos por ensayo y error. Los padres que crean que sus hijos pueden aprender de sus propios errores acaba- rán convenciéndoles, antes o después, lo cual les será muy útil en su vida de adultos. Hacer por los niños cosas que ellos son capa- ces de hacer por sí mismos sin obtener nada a cambio conduce a la culpa y al resentimiento Los padres que creen que sus hijos son incompetentes • No piden a sus hijos que hagan cosas que les facilite desarrollar y ampliar sus posibilidades. • Cuando los niños intentan cosas nuevas y fallan, no se les concede tiempo para corregirlas o solucionarlas sin ayuda. • Los padres se adelantan y ofrecen su ayuda antes de que la pidan sus hijos. • Los padres no se toman la molestia de enseñar a sus hijos nuevos y más complejos conoci- mientos. Presuponen que será inútil intentar enseñarles. • Los padres se vuelven excesivamente protectores cuando advierten pruebas de incompeten- cia (niños que actúan según sus expectativas) y desarrollan una visión pesimista del futuro de sus hijos, creyendo que nunca serán capaces de arreglárselas por sí mismos. • Esta actitud puede generar en los hijos inseguridad, falta de confianza en sí mismo y baja autoestima. Los padres que creen que sus hijos son competentes • No observan a sus hijos esperando que les salga algo mal. • Cuando cometen errores o fracasan, se interesan más por lo que han podido aprender que por corregirles. • Pueden ver cómo se esfuerzan sus hijos sin sentir la necesidad contínua de intervenir. • No temen al proceso de aprendizaje de su hijo, así que no comunican ansiedad. • Piden a sus hijos que hagan cosas difíciles pero posibles en su fase actual de desarrollo físi- co y personal. • Esta actitud tiende a generar autoconfianza, seguridad y autoestima. Es difícil determinar el nivel de habilidad de un niño en cualquier etapa de su desarrollo a causa de su comportamiento discontinuo y a veces incomprensible. Además, éste viene influido por las actitudes paternas, que oscu- recen la capacidad real del niño. El resultado es que los niños a los que se les hace sentirse incompetentes creen que sus padres dudan de sus aptitudes, lo cual les lleva a ellos mismos a dudar de su propia capacidad, lo que puede afectar a su autoes- tima. Es importante la actitud que los padres tengan respecto a sus hijos, puesto que puede deter- minar la relación que tenga con el hijo e influir en su desarrollo como persona.
  • 45. 44 en una relación. Pedir algo a cambio no signi- fica que se sea un padre egoísta. Al contrario, se está mostrando al niño que así funciona el mundo real. Ser padre/madre es un papel temporal que se desempeña durante un período determinado de la vida. Debemos asegurarnos de que no se convierta en una tarea permanente y tan ardua que nos haga olvidar, y nos impida hacer, el resto de cosas que conforman nues- tra existencia y nuestros deseos y necesidades. Principio 5: La autoestima de los padres es muy importante Si los padres no tienen una autoestima alta, su hijo tampoco la tendrá. Pero… ¿Qué es la autoestima? “La autoestima es la experiencia de moverse por la vida con un sentimiento de auto aceptación, confianza y seguridad en sí mismo, bienestar y satisfacción”. La autoestima es una experiencia de bienestar y satisfacción, un estado interior de senti- mientos positivos y el estado emocional del cual emerge la seguridad en sí mismo. La mejor manera de aumentar la autoestima es buscar más experiencias que produzcan bie- nestar y satisfacción. Para los padres significa aumentar la satisfacción que se obtiene de la labor de padres y de la vida de familia en general. Cómo detectar una baja autoestima. Podrá saber si tiene una baja autoestima como padre/madre si en general experimenta algu- nos de los casos de la siguiente lista demasia- do a menudo: • Se deprime fácilmente cuando está en casa, incluso cuando los demás parecen sentirse bien. • Evita hacer cosas con toda la familia por las molestias que conlleva. • Usted y su esposo/a no están de acuerdo en temas que conciernen a los niños, así que evita discutirlas incluso aunque nece- site hablar de ellos con alguien. • Está involucrado/a en más luchas de poder de las que desearía. • Tiene la impresión de que sus hijos mane- jan su vida y fantasea con escaparse de su familia o algo peor. • A menudo no sabe cómo manejar a los niños. Cuando intenta solucionar proble- mas complejos, se siente incompetente. No quiere que nadie adivine que no sabe lo que está haciendo. • Tiene la impresión de que todos los demás (profesores, médicos, padres, etc.) saben más sobre cómo educar a los niños que usted mismo. • Siempre siente la necesidad de controlar a sus hijos por miedo a que se le vayan de las manos. • Se deprime o enfada cuando los niños le dicen algo ofensivo, en lugar de mantener la compostura. • Desearía un día libre pero parece incapaz de conseguirlo. Nunca es el momento adecuado. • Nadie en la familia parece hacer bien las cosas y usted se ve obligado a hacer cosas que desearía que hicieran otros. • La lista de responsabilidades como padre/madre se le hace cada vez más larga, pero usted carece de motivación para cumplir con su deber. Tiene la impre- sión de que le están exprimiendo. Sugerencias para aumentar la autoestima como padre/madre. • Pase tiempo a solas con cada uno de sus hijos siempre que pueda, además de expe- riencias con todos los miembros de la 44
  • 46. 45 45 familia juntos. Aumentará su satisfacción en la vida familiar. • Pase tiempo todas las semanas a solas con su esposo/a, sin niños ni otras dis- tracciones. Es imprescindible disponer y salvaguardar este tiempo sagrado para Vdes. • Permita que la casa esté un poco desorde- nada durante el día, mientras todos estén cumpliendo con sus obligaciones, pero exija que luego participen de la limpieza por las tardes/noches. Al fin y al cabo, la casa es de todos. • Aprenda a planificar para no desaprove- char las oportunidades satisfactorias por la aparición de acontecimientos imprevis- tos. Una buena planificación es impres- cindible en las familias con poco tiempo libre. • Establezca tradiciones familiares cada semana, mes o año. Esto es especialmen- te importante si los parientes viven a cier- ta distancia o si los hijos viven fuera de casa. • Si le gusta la música, tenga un casete por- tátil con auriculares para poder escuchar “su” música sin molestar a nadie. • Si no tiene amigos, hágalos. A largo plazo, no se puede depender de la familia para satisfacer todas las necesidades sociales. • Divida sus metas en etapas, para que avance todos los días en la dirección ade- cuada. • Si prefiere no enfrentarse a miembros de la familia verbalmente, sobre algo que le molesta, déjeles notas. Las notas se con- vertirán en una fuente interesante de dis- cusión. • Desarrolle su propia lista de cosas que puede hacer para aumentar su autoesti- ma. • Aprenda a decir “no”. Muchos padres no saben, sobre todo si los niños están exi- giendo continuamente. Pero no siempre se les puede dar lo que quieren. La autoestima está fuertemente potenciada por los sentimientos de satisfacción que uno experimenta dentro de la familia. Principio 6: Aprenda a pedir disculpas Los padres deben saber admitir los errores y las ofensas que puedan inflingir a sus hijos, ya que estos saben perfectamente cuándo sus padres tienen razón y cuándo se han equivo- cado. Si los padres no lo reconocen, empeza- rán a dudar de sus propias percepciones y a actuar sin confianza en sí mismos, lo que puede acarrearles bastantes problemas des- pués. Negarse a pedir disculpas cuando uno se ha equivocado refleja una actitud paterna erró- nea e inmadura. No vale disculparse si se uti- liza como un truco para suavizar las cosas. Debe ser un acto sincero y de reconocimiento que uno no es perfecto. Disculparse puede enseñar a los hijos muchas lecciones importantes, al tiempo que ayuda a mantener con ellos una actitud abierta, since- ra y realista. Lo que su hijo puede aprender con su actitud de pedir disculpas. • Aprenden que Vd. no tiene por qué tener siempre razón y que, aunque estén equi- vocados, siguen siendo buenos padres. • Aprenden que hay que admitir un error antes de poder corregirlo, y que corregir errores es importante. • Descubren que pedir disculpas es difícil, y que hay que ser fuerte para hacerlo. • Ven una muestra de sinceridad, que tal vez no vean en otra parte. • Aprenden que una buena familia repara los perjudiciales sentimientos que se pro- ducen entre sus miembros. • Aprenden la virtud de perdonar a los demás cuando pierdan temporalmente el control. • Aprenden que la disculpa es una forma de reconocer que otra persona es digna de respeto. • Aprenden que no es necesario alimentar rencores porque uno se siente culpable por algo que ha hecho. Todo el mundo empieza a odiar a la persona hacia la que alberga un sentimiento de culpa. Pedir disculpas a los niños cuando se les ha
  • 47. 46 2.3.4. El placer de ser padres Cuando pensamos en la paternidad lo hace- mos sobre todo en términos de obligaciones y problemas. Esto se debe a que la mayoría de los padres se creen en el deber de vigilar en todo momento a sus hijos, su alimentación, su ropa, sus juguetes, sus tareas, sus moda- les, etc. O de apartarlos de los peligros del fuego, de un atropello, de un envenenamien- to, de caer por la escalera o desde una ven- tana. No existe ningún remedio mágico para que los padres superen su preocupación constante por la conducta y la seguridad de sus hijos, ya que en eso consiste actuar como padres. Aunque no debemos olvidar que el grado de preocupa- ción varía en cada familia. Antes de sugerir algunos consejos prácticos, debemos tener en cuenta lo siguiente: • El principal factor para que el carácter del niño se desarrolle bien es su deseo pro- fundo de crecer para ser como sus padres, a los que admira y quiere. Cuanto más se le reprenda, menor será su deseo de imi- tar. Pero esto no quiere decir que se le permita portarse mal. Para conseguir que un niño se comporte adecuadamente muchas veces basta con evitar la observa- ción constante de lo que hace, los conse- jos, las directrices, las prohibiciones y las riñas automáticas, con frecuencia innece- sarias. • El bebé o el niño pequeño sabe instintiva- mente que debe gozar de una cierta liber- tad para tomar sus pequeñas decisiones (jugar con un juguete como le apetezca, rechazar un alimento, etc.). Siente que no debe consentir que sus padres le contro- len demasiado, ni física ni psicológica- mente, y muchas veces reacciona de la única manera posible que le queda: rebe- lándose y/o protestando a su manera. ofendido o tratado mal es el mejor método para mostrarles que son dignos de respeto y es una forma directa y activa de enseñarles a comportarse. Los buenos padres tratan a sus hijos con más respeto que los padres normales, y es proba- ble que sus hijos consigan más preparación para desenvolverse en este mundo tan com- plejo. Piense en lo que hubiera sentido como hijo si sus padres hubiesen pedido disculpas por sus errores u ofensas, en especial por las que todavía no se les ha perdonado. No cometa el mismo error con sus hijos. 46 A modo de reflexión El mundo necesita muchas cosas para convertirse en un lugar cada vez más seguro y respetuo- so donde vivir y educar a los niños. Necesita paz en el planeta, una distribución más equitati- va de la riqueza y de los recursos naturales, y más respeto y solidaridad hacia los demás. El mundo también necesita más padres que eduquen cada vez mejor a sus hijos, para que las siguientes generaciones estén mejor preparadas que la anterior y así poder convertir este mundo en un lugar cada vez más habitable.
  • 48. 47 47 El ser padres es una experiencia única que puede generar, además de una enorme felici- dad, cierta preocupación e incluso miedo por si no se sabe abordar adecuadamente. La excesiva preocupación de los padres aparece claramente si comparamos el modo de criar el primer y segundo hijo durante sus primeros años de vida. Con el primer hijo suele sentirse abrumado por la atención que despierta. Con el segundo hijo los padres han aprendido que un niño es resistente y “duradero”, a pesar de su pequeñez. Descubren que cada niño tiene sus peculiaridades, su manera de ser, y, lo más importante, han aprendido de su primer hijo que son competentes como padres y que, nor- malmente, hacen lo que conviene hacer. Esto les hace confiar en sí mismos y actuar de forma más relajada con el segundo hijo. Guías prácticas: Recuerde junto con su hijo las dichas de su pro- pia niñez a través de cada nueva experiencia con él. Hay tantas cosas que un niño tiene que ir des- cubriendo que no todas se las podemos com- partir. Muchas las experimenta por sí y el mismo. Viéndole podemos rememorar nuestra propia infancia. Cuando acaricie usted a un perro delante de su hijo de 18 meses, le verá primero echarse con precaución hacia atrás, alargar fascinado la mano para tocarle, sonre- ír respondiendo a la actitud amistosa del ani- mal y sentirse orgulloso de su valentía. Com- parta con su hijo/a experiencias como éstas, que él/ella tenga la oportunidad de sentirle cerca, de sentir su apoyo y protección. Es muy importante para él. Visite con su hijo parques, zoológicos y museos, vayan al circo, organice excursiones al campo, ríos y playas. No es necesario planear excursiones complica- das para que el niño quede encantado y para que los padres disfruten de sus reacciones. A veces basta con hacerlo de forma natural y espontánea y utilizar el entorno en le que vive. El observar a un gusano o a un insecto en el patio o en el parque puede proporcionar una gran diversión durante media hora. Léale a su hijo cuentos en voz alta. No olvide el sencillo placer, tanto para él como para usted, de leerle en voz alta. Los cuentos fascinan a los niños de todas las edades y de todos los caracteres. Las bibliotecas rebosan de libros infantiles. Todo lo que tiene que hacer es acostumbrarse a leer en voz alta. Pero no olvide que para pasarlo bien con su hijo Sugerencias • Reviva junto con su hijo las dichas de su propia niñez a través de compartir cada nueva expe- riencia para el. • Visite con su hijo parques, zoológicos y museos, vayan al circo, organice excursiones al campo, ríos y playas. • Léale a su hijo cuentos en voz alta. • Trabaje con su hijo en alguna afición: carpintería, costura, construcción de maquetas, pesca, pintura, dibujo, cocina, etc. • Trabaje junto con su hijo en las tareas de la casa. • Converse con su hijo, escúchele con atención. Descubrirá lo mágico de su mundo.
  • 49. 48 tiene que dejar de lado por el momento otras obligaciones y dedicarle toda su atención. Aparque de vez en cuando sus preocupaciones y dedíquese a su trabajo de padre. Permítale que le haga preguntas. Repítale una página si así lo desea o léale todo el libro por segunda vez. Ese es el camino para que saque del cuen- to lo que quiere y para que ambos se manten- gan en armonía. Trabaje con su hijo en alguna afición: carpinte- ría, costura, construcción de maquetas, pesca, pintura, dibujo, cocina, etc. Compartir una afición puede ser fuente de amis- tad muy satisfactoria. Es una manera más de ir construyendo el vínculo afectivo entre Ud. y su hijo. Pero no caiga en el error de fijarle metas muy altas, ejercer un control estricto o mostrar- se excesivamente crítico. Comprenda que su hijo está aprendiendo y descubriéndose a sí mismo. Sea comprensivo y tolerante con su “torpeza” y dificultades y anímele en lo que hace. Lo impor- tante ahora es el hacer, no el resultado. Trabaje junto a su hijo en las tareas de la casa. De este modo, incluso las tareas más rutinarias pueden ser agradables para padres e hijos. Pero no olvide que los niños prestan atención a las cosas únicamente durante un tiempo limitado, por lo que conviene repetir aquello que desea que aprenda. Hágale vivir con fre- cuencia experiencias que puedan enseñarle comportamientos que quiere que aprenda. Se podrá esperar más de ellos a medida que vayan haciéndose mayores. Converse con su hijo, escúchele con atención. Descubrirá lo mágico de su mundo. La conversación entre padres e hijos puede ser tan placentera como entre dos personas de la misma edad. El hecho de que no siempre resulte tan divertida está en que los padres se dedican con frecuencia a ordenar, dirigir y reprender, mientras que los hijos se dedican a pedir y a lamentarse. El mejor modo de mantener una conversación agradable es ponerse en sintonía con el otro, escuchando atentamente y con simpatía, mirándole a los ojos y reflejando en la cara su humor, sea cual sea, placentero, indignado o admirativo. Luego, cuando le llegue el turno de hablar, haga referencia a sus observacio- nes, demostrando que reacciona a ellas en pensamiento y sentimiento y así, escuchando con empatía, se entreteje una conversación entre dos personas que sienten que se com- prenden. No olvide que uno de los aspectos más agra- dables de la niñez es la originalidad y sencillez de las cosas que dicen los niños, especialmen- te durante los años preescolares. Preste aten- ción a esos tesoros de perspicacia y no repren- da a sus hijos por utilizar un lenguaje no convencional. Recuerde que está empezando a construir su lenguaje y la comprensión del mundo que le rodea. • Un buen método para comunicarse con sus hijos, que usted puede poner en práctica, es ver con ellos algunos de los programas infantiles de la televisión. De esta forma: – En primer lugar: Se enterará de lo que ven sus hijos y podrá prohibirles los programas violentos o inadecuados para su edad. – En segundo lugar: Encontrarán más fácil entablar una conversación natural, sin crí- ticas, sobre los programas y los temas que se tratan en ellos. Los niños aprovecharán 48