2. 2«Hoy mi queja
todavía es amarga,
y me esfuerzo por no
gemir.
3Si tan solo supiera
dónde encontrar a
Dios,
iría a su tribunal.
4Expondría mi
caso
y presentaría mis
argumentos.
5Luego escucharía
su respuesta
y entendería lo que
me dijera.
3. Seguridad
“Cuando se pone a prueba la seguridad
que tenemos en Dios”
No hay respuesta que desespere más que el
silencio.
Después de tanta queja, después de tanto
lloro, después de tanta amargura, pareciera
que Dios esta haciendo fiesta distraído y
riéndose con alguien más, mientras el pobre
Job esta tirado en el suelo desgarrando su
vida en todos los abatimientos y mostrando
su dolor incontenible a través de cada
palabra puntiaguda que atraviesan el pesar
de cualquier oyente, que se identifican con la
compunción del pobre hombre.
En este sentimiento Job tienen tantas
contradicciones que ni siquiera se toma la
ligereza para explicar bien, por qué cree que
Dios no lo está escuchando
4. Quiero repetirlo. No hay respuesta que desespere más, que el silencio.
Y lo repito porque Dios es un experto para esto, Dios guarda silencio,
mientras nosotros nos revolcamos en nuestro sufrimiento. Dios guarda
silencio mientras nosotros lloramos y mostramos nuestro dolor, ese que en
ocasiones creemos que a nadie le importa, o que pasa desapercibido incluso
para quienes escuchan y ven las lagrimas. Dios guarda silencio incluso
cuando la sensación más terrible para el hombre que es la muerte, se siente
cerca, sea que se viva personalmente, o por alguien muy cercano.
Por qué el silencio de Dios?
Es más. Realmente está guardando silencio?
Cuando una situación difícil grita más fuerte que cualquier voz, es muy
difícil escuchar a Dios.
Las angustias tienen una voz muy fuerte, opacan cualquier voz de
esperanza, el desconsuelo y la amargura son gemidos que ocupan toda
nuestra escucha, por esta razón, Dios guarda silencio, porque sabe
perfectamente, que en esa situación, no se oirá nada más que el ruido de
las cuitas y desdichas resonando como tambores gigantescos con el
embate que llega hasta el cielo.
5. Job en una acción baldía y sin fundamento dice: “Si supiera dónde encontrar a Dios”. Y
quisiera resaltar algo que dice versículos después.
De manera poética y retórica, dice que lo ha buscado en norte, sur, este y oeste, y en todas
partes está oculto, escondido o simplemente no quiere aparecer. Digo que quiero resaltar,
porque quiero dejarles en el corazón, uno de los salmos más bonitos escritos por David.
No solo como respuesta a Job, sino a cada uno de nosotros, que tal vez estamos peleando y
preguntando “DONDE ESTA DIOS”… para respondernos… esta cerca… dentro nuestro.
6. SALMO 139
1 Oh Señor, has examinado mi corazón
y sabes todo acerca de mí.
2Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;
conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos.
3Me ves cuando viajo
y cuando descanso en casa.
Sabes todo lo que hago.
4Sabes lo que voy a decir
incluso antes de que lo diga, Señor.
5Vas delante y detrás de mí.
Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
6Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí,
¡es tan elevado que no puedo entenderlo!
7¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu!
¡Jamás podría huir de tu presencia!
8Si subo al cielo, allí estás tú;
si desciendo a la tumba, allí estás tú.
9Si cabalgo sobre las alas de la mañana,
si habito junto a los océanos más lejanos,
10aun allí me guiará tu mano
y me sostendrá tu fuerza.
11Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara,
y a la luz que me rodea, que se convierta en noche;
12pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti.
Para ti, la noche es tan brillante como el día.
La oscuridad y la luz son lo mismo para ti.
13Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo
y me entretejiste en el vientre de mi madre.
14¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.
15Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto,
mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz.
16Me viste antes de que naciera.
Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.
Cada momento fue diseñado
antes de que un solo día pasara.
17Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios.
¡No se pueden enumerar!
18Ni siquiera puedo contarlos;
¡suman más que los granos de la arena!
Y cuando despierto,
¡todavía estás conmigo!
7. La pregunta no debería ser, Dónde
puedo encontrar a Dios… sino, dónde
me puedo esconder de Dios???
http://www.youtube.com/watch?v=3MY4EEkDiQg