1. El golpe del 55
Historia Social Argentina Alejandra 5 F. Rodríguez
Volviendo al golpe de Estado del 16 de septiembre de 1955, que derroca a Perón,
podemos señalar que contó con el apoyo de un amplio frente político, en el que
confluyeron conservadores, radicales, socialistas, demócratas cristianos y grupos
nacionalistas, así como sectores de la burguesía industrial y rural, las Fuerzas Armadas
y la Iglesia. Esta dictadura se extendió hasta 1958, y fue llamada por sus protagonistas:
“Revolución Libertadora”, pues declamaba que venía a liberar al país de la “tiranía” de
Perón. El nuevo gobierno, encabezado por el general Eduardo Lonardi, se presentó
como provisional y decidido a “restaurar el orden constitucional”.
En esta coalición antiperonista convergían entonces, - y en el marco de la “guerra fría”-
la lucha contra el comunismo, y las banderas de la democracia liberal.
Durante los meses siguientes, Lonardi, intentó emprender una política de conciliación
en la que no hubiera “ni vencedores ni vencidos”, una suerte de peronismo sin Perón
que rearticulara la alianza de militares nacionalistas con dirigentes sindicales y evitara el
desplazamiento de los trabajadores al comunismo. Pero la mayoría de los integrantes de
la “libertadora” que se consideraban perjudicados por la política económica y social
mercado internista y redistribucionista, buscaba como primer objetivo: la
“desperonización” del país. Según Daniel James, tras esa hostilidad hacia los
denominados “enemigos de la libertad” se encubría, por lo general, un profundo odio
social y ansias de desquite clasista.
Finalmente Lonardi renuncia y asume Aramburu, permaneciendo Rojas en la
vicepresidencia. A partir de allí, la proscripción y persecución a los seguidores del
peronismo se endurece. En este marco en 1956 se produce un levantamiento cívico
militar contra la dictadura, encabezado por un grupo de militares retirados. El mismo
será desarticulado y tendrá como consecuencia decenas de personas fusiladas por el
gobierno. (posiblemente hallan escuchado hablar de los fusilamientos del basural de
José León Suarez o de la referencia a ellos en el libro de Rodolfo Walsh Operación
Masacre).
Entonces, repetimos, el arco político que se había abroquelado contra el peronismo, se
desgaja: dentro de las FFAA hay sectores que plantean políticas “duras” respecto al
peronismo, otros que no.
Los grupos de izquierda se apartan rápidamente del frente antiperonista. La política
represiva del gobierno militar lleva a muchos jóvenes militantes a replantearse el
significado de la experiencia peronista y a resaltar desde entonces su carácter obrerista.
Desde el otro extremo, algunos viejos nacionalistas de derecha optaron por acercarse al
movimiento proscripto en función del recuerdo de su carácter nacionalista y su
postulado de armonía social.
La Unión Cívica Radical, su vez se divide. Mientras un sector se identificaba con el
gobierno de la “Libertadora”, otro, presidido por Arturo Frondizi, impulsaba un
acercamiento al peronismo y recordaba que el verdadero adversario del radicalismo era
la “oligarquía”.
En este contexto político, el gobierno militar llama a elecciones y una controversia
respecto de la metodología de la designación de la futura candidatura presidencial
dividió a la UCR. Así, a comienzos de 1957 se conformaron la Unión Cívica Radical
del Pueblo (UCRP) y la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) liderada por
Frondizi.
En 1957, se convoca una Convención Constituyente para derogar la Constitución del 49
y actualizar el texto de 1853. El voto en blanco, impulsado por Perón desde el exilio,
gana. En segundo lugar se ubicó la UCRP y cerca de ella la UCRI. Los votos en blanco
2. constituyeron el 24,3 % del total, la UCRP obtuvo el 24,2 %; la UCRI un 21, 2%.
Allí se hizo evidente que quien se asegurara el apoyo de Perón tendría el triunfo
asegurado. Ese fue el camino que tomó Frondizi, quien negoció con el líder proscripto,
su apoyo electoral a cambio del levantamiento de las proscripciones y la normalización
de la CGT, entre otros puntos