El documento discute cómo los humanos a veces lastiman a los animales sin razón, como matando focas en Japón o usando animales en experimentos que les causan sufrimiento. Sin embargo, también reconoce que no todos los humanos son malos y que algunos luchan por los derechos de los animales al ponerse en su lugar. Concluye que todos, humanos y animales, merecen respeto y que se necesita un mundo nuevo donde quepan todos y donde haya belleza para todos.