3. UNAINCUPLIMIENTO
EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»:¿HAY QUE FIARSE DETÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO.
TITUBEAR COMO LOS POLITICOS?
• Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue el primero en
pensar una forma de poder que se forja por medio
del desconcierto y la confusión de una época. Para
él, las crisis profundas que siembran la discordia y
generan oposiciones destructivas son el motor de
la historia. Las crisis invitan a la acumulación de
poder, pero en ciertas circunstancias también
pueden provocar su caída. Aquí convergen la
teoría del poder de Maquiavelo y la teoría de la
sociedad del riesgo global: a la vista de inminente
catástrofe se abren posibilidades (Maquiavelo
denomina a las posibilidades históricas
occasione), que el varón hábil (uomo virtuoso) o la
mujer hábil pueden aprovechar. Eso exactamente
es lo que ha hecho Angela Merkel: ha
aprovechado la ocasión que se le ha ofrecido y ha
remodelado las relaciones de poder en Europa. En
lo que sigue se analizará con más detenimiento
cómo lo ha conseguido.
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4. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO.
Pero antes debemos señalar que la confusión que en la actualidad vivimos a consecuencia de la crisis de
Europa y del euro es considerablemente mayor que el desorden que Maquiavelo presenció en la
transición del siglo XV al XVI cuando compuso su obra El príncipe. Como el sabido, Maquiavelo concibió
este manual cínico-realista, dedicado a Lorenzo II de Medici, soberano de Florencia, para describir cómo
un príncipe puede conseguir y concentrar el máximo poder. En la Unión Europea, en cambio, con
arreglo a su arquitectura política, hay muchos príncipes, y por ello ningún soberano. A fin de cuentas, la
Unión Europea no es un Gran Estado con un solo Gobierno, un Parlamento, un pueblo y una
Constitución.Su existencia política se basa más bien en la deseada complejidad de las relaciones de
poder y en la deseada complejidad de las relaciones de poder y en la convivencia, en concreto, de
instituciones europeas y Gobiernos estado-nacionales, Parlamentos etcétera. De lo que se sigue que la
pregunta de en quién reside la soberanía no puede recibir en principio una respuesta sencilla porque
hay que equilibrar y negociar el poder una y otra vez y caso por caso .
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5. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO.
• Pero antes debemos señalar que la confusión que en
la actualidad vivimos a consecuencia de la crisis de
Europa y del euro es considerablemente mayor que
el desorden que Maquiavelo presenció en la
transición del siglo XV al XVI cuando compuso su
obra El príncipe. Como el sabido, Maquiavelo
concibió este manual cínico-realista, dedicado a
Lorenzo II de Medici, soberano de Florencia, para
describir cómo un príncipe puede conseguir y
concentrar el máximo poder. En la Unión Europea,
en cambio, con arreglo a su arquitectura política, hay
muchos príncipes, y por ello ningún soberano. A fin
de cuentas, la Unión Europea no es un Gran Estado
con un solo Gobierno, un Parlamento, un pueblo y
una Constitución. Su existencia política se basa más
bien en la deseada complejidad de las relaciones de
poder y en la deseada complejidad de las relaciones
de poder y en la convivencia, en concreto, de
instituciones europeas y Gobiernos estado-
nacionales, Parlamentos etcétera. De lo que se sigue
que la pregunta de en quién reside la soberanía no
puede recibir en principio una respuesta sencilla
porque hay que equilibrar y negociar el poder una y
otra vez y caso por caso.
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6. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
Ante la falta de nitidez de base de esta doble
existencia europea y estado-nacional, se suma
ahora la confusión que resulta de que una
doble crisis tambalee los fundamentos de la
Unión Europea: algunos Estados miembro, a
consecuencia de sus deudas, están al borde de
la quiebra; a su vez, las deudas amenazan al
euro y con ello a los miembros de la eurozona y,
a la postre, también a la Unión Europea en su
conjunto. En torno a si el virus de la deuda
infectará a todos los países, a si es imperativa
una respuesta solidaria («Si cae el euro, cae
Europa») o si la responsabilidad recae en cada
uno de los Estados y, sobre todo, en torno a
quién tiene el poder para tomar decisiones
vinculantes que afectan a todos estallan
autodestructivos conflictos que posiblemente
aceleran aún más la inminente desintegración.
La alarmante novedad no radica en que
semejantes conflictos conmocionen a la Unión
Europea
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7. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• De hecho, la Unión Europea es por
principio y desde siempre una suerte
de abreviatura de conflictos y crisis.
La falta de nitidez de la doble
soberanía, como si se tratara de un
móvil en continuo movimiento,
genera perpetuamente esta clase de
conflictos. Lo propiamente nuevo de
la situación actual radica en que las
estrategias conocidas con las que en
el pasado se evitaban, moderaban o
zanjaban los conflictos han dejado de
funcionar en las crisis de la moneda y
al hilo de las disputas en torno a la
pregunta de cómo hay que superarla.
Y la Unión Europea corre así el peligro
de romperse; a esto se debe el caos
que en nuestros días invita a la
redistribución del poder.
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8. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• Muchos ven en Angela Merkel a la reina de Europa a la que nadie ha coronado. Cuando uno se pregunta
cómo ha conseguido exactamente la canciller alemana su poder, tenemos que remitirnos a un rasgo
característico de su conducta: su tendencia a la inacción, al todavía no, al más adelante; esto es, a titubear.
En la crisis de Europa, Merkel ha titubeado desde el principio, y sigue titubeando. Primero no quería
colocar la tragedia de la deuda griega en la agenda política europea. Después se negaba a salvar a Grecia,
y más adelante, cuando había que ayudar a España y a Italia, se opuso. Lo que para Angela Merkel está en
juego de forma preponderante no es salvar a países que atraviesan una crisis de deuda, lo que ella le
interesa por encima de todo es ganar elecciones en Alemania. Y para ello, como escribe Der Spiegel, tiene
que «proteger el dinero alemán para mantener la competitividad de Alemania en los mercados mundiales
y, de paso, llegado el caso, salvar a Europa». También ella practica una política interior europea que está al
servicio, por encima de todo, del poder nacional La canciller alemana se distingue por una segunda
cualidad: una flexibilidad que bien le merece el calificativo de maquiavélica. El príncipe —asegura
Maquiavelo— ha de mantener su palabra política de ayer si hoy le proporciona algún beneficio. Si
trasladamos esta afirmación a la situación actual, la máxima rezaría: uno puede hacer hoy exactamente lo
contrario de lo que anunció ayer si eso incrementa las probabilidades de ganar en las próximas elecciones.
Merkel abogó durante mucho tiempo por la prolongación del plazo de vencimiento de las centrales
nucleares alemanas asumiendo sin inmutarse su posible salida de Europa. Tras la catástrofe de Fukushima
optó por el abandono de la energía nuclear y la entrada en Europa. Desde entonces demuestra ser una
verdadera maestra en la «salvación last minute». Hoy dice: « ¿Eurobonos? ¡Por encima de mi cadáver!».
Mañana hará que el ministro de Finanzas Schaäuble busque un rodeo-salida (créditos directos del Banco
Central Europeo a los bancos y Estados colapsados que solo en el peor de los casos tendrían que pagarse
con el dinero de los contribuyentes alemanes).
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9. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• La afinidad política entre Merkel y Maquiavelo —lo que me gustaría llamar el modelo «Merkiavelo»—
radica en cuatro aspectos recíprocamente complementarios:
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
Primero. Alemania es el país más rico y
económicamente más poderoso de la Unión Europa. A
consecuencia de la crisis financiera todos los países
endeudados dependen de la disposición de los
alemanes a avalar los créditos necesarios. Pero todo
esto es una trivialidad desde el punto de vista de la
teoría del poder y no sirve para definir el
maquiavelismo merkeliano. Este consiste en que
Merkel no toma partido en el acalorado conflicto que
enfrenta a los arquitectos de Europa y a los ortodoxos
del Estado-nación; mejor dicho, abre la puerta a estas
dos alternativas opuestas. Ni se solidariza con los
europeístas (tanto en el interior como en el exterior)
que reclaman a Alemania que dé por fin su
aprobación vinculante, ni apoya a la fracción de los
euroescépticos, que negarían cualquier tipo de ayuda.
Merkel condiciona —y en esto radica su toque
maquiavélico— la disposición de Alemania a conceder
crédito a la disposición de los países endeudados a
cumplir con las condiciones de la política de
estabilidad alemana. Este es el primer principio de
Merkiavelo: en lo tocante a las ayudas para los países
endeudados, su posición no es ni un claro sí ni un
claro no, sino un jein [‘sí pero no’] que pone en
marcha el juego del poder.
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• Segundo: ¿Cómo puede sostenerse esta paradójica posición en la praxis política? Lo que aquí se necesita, en
opinión de Maquiavelo, es virtù, esto es, habilidad, energía política e iniciativa. Llegamos así a una segunda clave
del asunto: el poder de Merkiavelo se basa precisamente en la falta de iniciativa, en el no hacer, en titubear. En el
arte de titubear con cálculo, en la mezcla de indiferencia, rechazo y compromiso hacia Europa se halla el origen de
la posición de poder alcanzada por Alemania en la Europa asolada por la crisis.
• Titubear como táctica de adiestramiento: este es el método de Merkiavelo. El medio coercitivo no es la agresiva
invasión del dinero alemán, sino todo lo contrario; su inminente retirada, el aplazamiento y escamoteo de los
créditos. Si Alemania niega su consentimiento la ruina de los países endeudados está asegurada. Con lo que solo
hay algo peor que ser aplastado por el dinero alemán: no ser aplastado por el dinero alemán.
• Angela Merkel ha perfeccionado con el transcurrir del tiempo esta forma de mando involuntario que se legitima
proclamando las alabanzas del ahorro. Algo aparentemente apolítico, a saber, la inacción, ha transformado el
escenario europeo de poder. El expediente impulsa y oculta a la vez el ascenso de Alemania al puesto de potencia
hegemónica en Europa. Esta es la treta que Merkel domina, y el guión, en efecto, podría proceder de la pluma de
Maquiavelo.
• El nuevo poder alemán en Europa no se basa como en el pasado en la violencia como ultima ratio. A Alemania no
le hace falta recurrir a las armas para obligar a otros países a someterse a su voluntad. De ahí que sea absurdo
hablar del «Cuarto Reich». Esta es la razón por la que el poder fundado en la economía es también mucho más
móvil: no necesita invadir y pese a ello está en todas partes. Su fuerza coercitiva no procede de la lógica de la
guerra sino de lo lógica del riesgo, exactamente de inminente quiebra económica. La estrategia del rehusar —del
no hacer, no invertir, no proporcionar crédito y financiación—, este «no» multiusos es la principal palanca de
poder económico de Alemania en la Europa del riesgo financiero.
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• Tercero: De este modo se logra lo aparentemente imposible:
compatibilizar la competitividad electoral nacional con el papel de
arquitecto europeo. Lo cual significa también que todas las
medidas para salvar al euro y a la Unión Europea han de aprobar
primero el examen de la política interior, esto es, responder a la
pregunta de si son útiles a los intereses de Alemania y a la carrera
política de Merkel. Ahora bien, cuanto más críticos con Europa se
vuelven los alemanes, cuanto más cercados se sienten por países
generadores de deuda ansiosos por meter la mano en su bolsillo,
tanto más difícil resulta el spagat. Una «Europa alemana» es el
triunfo que Merkiavelo pone sobre el tapete para responder a
este problema y ganar la baza tanto aquí como allí. En el ámbito
de la política interior, la canciller apacigua a los alemanes que
temen por sus pensiones, sus casa, su milagro económico
defendiendo con rigor protestante la política del no dosificado y
erigiéndose en maestra de Europa. En el ámbito exterior asume la
«responsabilidad europea» manteniendo unidos a los países del
euro con una política del mal menor. Su oferta reza: mejor un
euro alemán que ningún euro.
• Así las cosas, Merkel muestra ser una aplicada discípula de
Maquiavelo en un segundo sentido. « ¿Qué es mejor, ser amado o
ser temido?», se pregunta Maquiavelo en El príncipe. «Debería
ser una cosa y otra, pero como es difícil tener las dos cosas a la
vez, es mucho más seguro ser temido, en caso de que una de las
dos cosas falte.» Angela Merkel hace un uso digamos selectivo de
esta máxima: en el exterior deben temerla, en casa deben amarla;
quizás precisamente porque enseña al extranjero a temerla.
Brutal neoliberalismo de puertas afuera, consenso con tintes
socialdemócratas de puertas adentro; esta es la fórmula del éxito
con la que Merkiavelo amplía cada vez más su poder y el de la
Europa alemana 12
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
Cuarto: Merkel quiere dictar a sus socios, ordenarles
más bien, lo que en Alemania se considera la fórmula
mágica para la economía y la política. El imperativo
alemán reza: ¡ahorra! Ahorro al servicio de la
estabilidad. Pero en la realidad la política de ahorro de
la célebre ama de casa usaba pronto equivale a una
dramática reducción de los recursos destinados a
pensiones, educación, investigación, infraestructuras,
etcétera. Nos enfrentamos pues a un neoliberalismo
despiadado que ahora también ha sido introducido en
la Constitución europea en forma de pacto fiscal,
pasando de puntillas por delante de la (débil) opinión
pública europea.
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• Estos cuatro componentes del «merkiavelismo» —la compatibilización entre ortodoxia
estado-nacional y arquitectura europea, al arte de titubear como estrategia de
aleccionamiento, el primado de la competitividad electoral nacional y la cultura
alemana de la estabilidad— se refuerzan mutuamente y definen las entrañas del poder
de la Europa alemana. Y también para la necessità maquiavélica, esto es, la situación de
emergencia histórica a la que el príncipe tiene que saber reaccionar, se encuentra un
paralelo en Merkel: el «buen hegemón» Alemania (Thomas Schmid) se ve obligado a
anteponer lo dictado por el peligro a lo prohibido por la leyes. Según Merkiavelo, para
extender y hacer vinculante en toda Europa la política de ahorro alemana pueden
relajarse o infringirse las normas democráticas. De donde se siguen un gran número de
consecuencias y preguntas.
• La jerarquía de poder que surge de la relación de democracias nacionales no está
legitimada democráticamente sino que resulta de sus correspondientes puestos en el
mercado mundial. Las decisiones que aquí se toman no necesitan legitimación en igual
medida. No se llega a ellas por la vía de la votación democrática sino que resultan del
poder económico. En el terreno de la política exterior, no necesitan ser refrendadas, sí
en cambio en la política interior. No dar a los países endeudados del Sur dinero de los
alemanes es altamente legítimo y políticamente oportuno en Alemania
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• Pero ¿cómo es posible que el juego de poder del jein
que el Gobierno alemán pone en marcha para
sostener al euro y salvar a la Unión Europea se
traduzca en un mayor poder de Alemania en Europa?
Desde el punto de vista de los arquitectos de Europa
es en principio válido el hecho de que la ampliación
política ofrece a los Estados miembro —pero solo a
ellos— nuevas oportunidades de poder. Los Estados
miembro tienen voz y voto en el espacio europeo,
tienen el derecho de tomar parte en las decisiones,
pueden influir sobre el rumbo de la política europea.
A su vez, pueden contar con la ayuda de la fuerza de
la Unión Europea para solucionar los problemas de
un país ya se trate de criminalidad, catástrofes
naturales, una agricultura en crisis o la inminente
quiebra del Estado.
• Pero ahora, a consecuencia de la crisis del euro, el
juego de suma positiva de la cooperación se ha
convertido en un juego de suma cero y algunos de
sus participantes tienen que aceptar enormes
pérdidas de poder. Se muestra que la cooperación
puede adoptar dos formas muy distintas: puede
basarse en el reconocimiento mutuo o en la
dependencia jerárquica. Y quienes abogan por la
cooperación ocultan a menudo tras la oferta de
reconocimiento sus propios intereses de control y
dominación.
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16. UNA EUROPA ALEMANA
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
• En una fórmula más expresiva: de momento parece que solo
los Estados ricos y ya de por sí poderosos pueden esperar un
incremento de poder mediante la cooperación, mientras que a
los Estados endeudados no les queda sino el fundado temor de
vivir bajo el dictado de «socios» mejor posicionados y de las
reglas que estos les prescriban y cuanto más grandes sean los
Estados que queden atrapados, más crecerá el poder de la
Alemania del jein en Europa.
• Paralelamente, está clara que el ascenso de Alemania al puesto
de potencia líder en la «Europa alemana» no es el resultado de
un plan maestro elaborado en secreto con perfidia. Ocurrió —
al menos al principio— de forma involuntaria,
inintencionadamente; fue el resultado de la crisis financiera y
de la anticipación de la catástrofe. Más adelante, sin embargo
—al menos eso cabe suponer a la vista del desarrollo de los
acontecimientos—, comenzó un estadio de planificación más
consciente. La canciller percibió en la crisis su occasione, el
momento propicio. Con una combinación de fortuna y
maquiavélica virtù logró aprovechar la oportunidad histórica y
sacar de ella provecho tanto en política interior como exterior.
Entretanto, se ha formado un frente opositor integrado por los
que opinan que esta europeización impulsada tan rápidamente
no respeta los derechos del Parlamento alemán e infringe por
ello la Constitución. Pero Merkel ha conseguido
instrumentalizar hábilmente también a estos bastiones de la
resistencia invitándolos a participar en su política del
adiestramiento a través del titubeo. Una vez más, gana
doblemente: más poder en Europa y más popularidad en el
interior, con el consiguiente favor de los votantes alemanes. 16
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
Pero puede ser que el método de Merkiavelo esté
llegando a su límite. La política de ahorro alemana no
ha surtido hasta ahora ningún efecto positivo, al
contrario: la crisis de deuda se cierne ahora también
sobre España, Italia, pronto quizás también sobre
Francia. Los pobres son aún más pobres, la clase
media corre el riesgo de entrar en decadencia, y sigue
sin vislumbrarse ninguna luz al final del túnel.
También en este caso el poder podría conducir a la
creación de contrapoder, y Angela Merkel ha perdido
a un importante aliado con la salida de Nicolás
Sarkozy. Desde el traspaso de poder a François
Hollande se constata un desplazamiento de acentos.
Los representantes de los países deudores podrían
aliarse con los arquitectos de Europa en Bruselas y
Fráncfort para buscar una alternativa a la política de
ahorro de Merkel (y de Philipp Rösler, no lo
olvidamos), a menudo populista, orientada a la escena
política alemana e impulsada por el miedo a la
inflación y a revisar la función del Banco Central
Europeo inspirándose en la política de crecimiento del
banco emisor norteamericano.
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No obstante, no puede descartarse un
escenario completamente distinto: Angela
Merkiavelo, la europea titubeante, de la
espalda, si la cosa se pone fea, a la coalición
con el euroescéptico FDP y, para salvar al
euro, forma un Gobierno de transición con
el SPD, para presentarse en 2013 tanto en el
interior como en el exterior como la
salvadora de Europa en la campaña
electoral. Hasta podría salvar el euro con el
apoyo del proeuropeo SPD y los vedes en
contra de los euroescépticos del FDP la CSU
y parte del CDU —esto es, en un cambio de
coalición sin cambio de Gobierno—. Habla a
favor de cualquiera de estas dos alternativas
que sin duda Merkel no está interesada en
pasar a la historia como la canciller del
fracaso.
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«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE ADIESTRAMIENTO
Este texto es la transcripción del capitulo”
«MERKIAVELO»: TITUBEAR COMO TÁCTICA DE
ADIESTRAMIENTO.del libro UNA EUROPA
ALEMANA de Ulrich Beck.
Pontevedra, 17 de Abril de 2013
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