3. Hay obras en las que domina uno de estos rasgos, en un retrato, por ejemplo, se señalan las características que distinguen a una persona de otra: el color de su piel, de su cabello, la forma de sus ojos, de su boca, etc. Se trata de textos descriptivos.
4. Pero el retrato también ofrece rasgos psicológicos o de personalidad, de carácter, así como otros que son de tipo sociocultural (la forma en que alguien se viste, la manera como se relaciona con el entorno, cuál es su condición social, su cultura, el estado de ánimo con el que se le representa, etc.).
5. Por ofrecer las características de un individuo, el retrato es un tipo de texto descriptivo, al igual que otras obras que ofrecen las características de lugares, animales, objetos, seres fantásticos, etc. El retrato puede hacerse utilizando signos verbales escritos o signos iconográficos de tipo figurativo que son por ello signos visuales; pero también mediante signos acústicos o auditivos (el habla, una música, una serie de sonidos). Esto último es particularmente importante en el cine, ejemplo de ello es el “Tema de Lara” o el “Tema de Lucy”, la música con la que identifica a un personaje en una película.
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7. El retrato puede hacerse de un personaje totalmente fantástico, de un animal, de un ser mítico o mitológico, de un personaje real o histórico, de alguna planta o flor, y se puede asumir una perspectiva realista, paródica, idealizada, etc. Esto último dependerá de las características que se destaquen o que se atribuyan en el retrato, al personaje.
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10. Incluso en la caricatura, entendida como la distorsión o exageración de los rasgos de una cara, de un gesto, de una actitud, de una conducta, lo que dominan son los rasgos descriptivos. La exageración de ciertos rasgos, cuando se trata de caricaturas de personajes reales o conocidos, tiene con frecuencia el propósito principal de hacer más reconocible al personaje, aunque no sea el único propósito de la exageración, pues puede también implicar una parodia, una crítica, o simplemente cumplir con un propósito festivo y lúdico.
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12. El retrato, no necesariamente nos ofrece una descripción completa o detallada del personaje, en ocasiones sólo nos muestra una parte del personaje que, sin embargo, debe ser suficiente para reconocerlo. En ocasiones puede ser suficiente para reconocer al personaje mostrar su silueta, parte de su cara, la parte posterior de su cuerpo, sus manos, sus ojos, etc. Cuando mediante una pequeña porción o una porción extensa del cuerpo se representa a una persona, sin que esa porción resulte suficiente o claramente distintiva de la identidad del sujeto, deberemos considerar que se está haciendo una alegoría simbólica, pues un conjunto de signos refieren en forma indirecta y simbólica (convencional para un grupo), al personaje que no es plenamente identificable. Cuando un símbolo no ha sido suficientemente difundido se puede recurrir a signos que aclaren o precisen el significado que se pretende darle.
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14. El grado de objetividad o subjetividad que el retrato posee es independiente de su capacidad descriptiva, lo mismo que el grado de detalle o de información que nos proporciona. Sin embargo, estos elementos, al igual que otros, también significan, producen sentido. La subjetividad no depende del medio, podría pensarse que en las obras plásticas domina la subjetividad, mientras que en la fotografía domina la objetividad, pero no es necesariamente así.
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18. Al igual que el retrato, el paisaje (marino, urbano, rural, incluso fantástico) es un tipo de texto descriptivo, ya que nos ofrece las características que tiene un lugar real o imaginario. Los interiores y exteriores son también tipos de textos descriptivos, en ellos lo más importante es ofrecer las características que tiene un espacio real o virtual, no importa si el lugar se describe sólo en forma parcial o desde una perspectiva subjetiva. Lo mismo ocurre con las imágenes de bodegones y de objetos.
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23. Una imagen sólo es narrativa en la medida en que ilustra o muestra una acción o una serie de acciones como elemento principal al que se subordinan todos los demás elementos descriptivos (personajes, escenario, objetos, etc.). Las acciones suelen ser realizadas por personajes, por ello toda imagen narrativa tiene también un contenido descriptivo y puede o no tener un escenario preciso, es decir, puede también describir un paisaje, un lugar, objetos: un escenario de la acción. En ocasiones dejamos ese escenario como un espacio neutro que el espectador pueden construir a su manera, pero el escenario desempeña un efecto de verosimilitud muy importante, crea un ambiente, un contexto: el “topo” o lugar de la acción.