1. SABER PENSAR LA VOCACIÓN INTELECTUAL La vocación intelectual es mas que una profesión, es una motivación. El intelectual aporta en la construcción del universo. La vida intelectual es autoconocimiento y comunión con la realidad. La vida intelectual genera disciplina y forma en la personalidad. La vida intelectual no es un trabajo es una oportunidad de ser. La vida intelectual no se puede limitar a cultivar un saber. La vida intelectual debe ir siempre en busca de la verdad. El intelectual contempla la realidad, se maravilla de su entorno y se pregunta. El intelectual es filosofo porque se pregunta por el ser y la esencia de todo. INTRODUCCIÓN A LA VIDA INTELECTUAL Hay que dedicarse por completo al estudio. La dedicación al ejercicio intelectual es una vocación. PRIMERA PARTE: actitudes fundamentales de la vocación intelectual. Para ser un gran intelectual hay que aprender a pensar. Hay que tener una disposición del espíritu. El intelectual es crítico y argumentativo. El intelectual es libre, responsable y pensante.
2. RETOS DE LA VIDA INTELECTUAL Responsabilidad, tenacidad, vigilancia, trabajo, dedicación y aplicación. Requiere silencio, soledad, concentración. Hay que tener amor a la verdad y a la belleza. Se pretende transformar objetivamente la realidad. Con el estudio el ser humano se realiza objetiva y subjetivamente. Hay que poner el corazón y las ganas de superarse. ACTITUD REALISTA Y CREATIVA La vida intelectual exige realismo. Quien estudia modifica su manera de pensar y de expresarse y de actuar. Lo que has recibido gratis dadlo gratis. No es que nos falte tiempo, es cómo lo estamos utilizando. La cuestión no es el tiempo sino las prioridades. Los extremos son siempre peligrosos. El estudio es enemigo de la pereza, de la rigidez, de la desnaturalidad, de la irresponsabilidad.
3. SEGUNDA PARTE: aprender a pensar ¿cuál es el origen del pensamiento? Las plantas, los animales y el hombre sienten en menor y mayor medida. El pensamiento es la manera de dominar la realidad, de aprehender. Todo ser humano por naturaleza piensa. Hay que aprender a pensar. Hay que pasar de lo primitivo a lo cultural. Quien aprende a pensar es quien sabe preguntar. Hay preguntas fundamentales que exigen respuestas inmediatas. Quien aprende a pensar es un conocedor de la alteridad, de la sociabilidad. Quien sabe pensar aprende a leer la realidad con objetividad. Para aprender a pensar es necesaria la MOTIVACIÓN. El activismo, la rutina y la monotonía nos atrofian la capacidad de pensar. El superficial no piensa, solamente hace, nunca profundiza ni cuestiona. La decisión de pensar nace de la motivación y del interés. La percepción es el motor del pensamiento. Motivación: utilidad y gratuidad. El intelectual le apasiona estudiar, leer y pensar. Para pensar y ser un gran intelectual hay que tener un espacio y ambiente adecuado. Tres actitudes a la hora de pensar: ¿Qué dice la realidad? Distancia. ¿Qué me dice la realidad? Proximidad. ¿Qué me hace decir la realidad? Comunicación. Pensar es un arte. Porque tiene una pedagogía. Saber pensar es un ir y venir del todo a las partes, y de las partes al todo. Las ciencias que ayudan a pensar: filosofía, literatura y humanidades. La filosofía nos educa para distinción. Hay que cultivar la cultura del estudio y de la lectura. Leer y estudiar es un hábito que se construye.