Este documento ofrece consejos para los jugadores que se unen a un nuevo equipo de fútbol juvenil. Recomienda pasar desapercibido al principio, escuchar más que hablar, y concentrarse en el talento deportivo en lugar de intentar socializar demasiado. También advierte sobre posible intimidación por parte de compañeros veteranos y la importancia de seguir los códigos no escritos de cada equipo.
Mi primer día en fuerzas básicas: consejos básicos para los chicos que llegan a su primer día de entrenamiento
1. Mi primer día en Fuerzas Básicas.-
Consejos prácticos para sobrevivir en tu nuevo equipo.
Armando Anaya, DT Femexfut
Algunos chicos han tenido la fortuna de ser vistos por un reclutador y llegar a un club profesional. Han llegado muy bien preparados a la prueba, antes que una buena técnica o disciplina táctica vienen cargando consigo un cofre lleno de ilusiones y de una autoestima en lo más alto.
Los inconvenientes aparecen. Ganarse un lugar en el vestidor, esperar sitio para la ducha, no saber qué decir a los compañeros en caso de conflicto (algunos te dicen que desde al primer conato de bullyng no te dejes porque el que se deja desde a la primera, será agarrado de “puerquito” una y otra vez, otros te dicen que los ignores, son parte de tu paso por aquel lugar y que cada quien tiene el lugar que “Dios quiere”).
2. Ahora lo complicado no sólo es llegar y mantenerse como dirían los clásicos, hoy en día lo difícil es ganarse un lugar de respeto y admiración dentro del club al que ingresas. Ocupar un lugar respetable y no ser visto como “del montón”.
El derecho de piso. Muchas veces el pago es más elevado por parte de los “compañeros” que por el entrenador. Aplica lo mismo en novatadas. Comienzan a aparecer aunque no lo pretendas “compañeros” que no les gusta tu presencia, te ven como una amenaza o simplemente están haciendo lo mismo que a ellos les hicieron los veteranos cuando llegaron y reproducen el ritual del “pez grande se come al chico” o la ley del más viejo. Evolucionismo puro aplicado al fútbol.
Dicen algunos especialistas que no hay cosa más intimidatoria para los compañeros, que un jugador nuevo que desde un principio busca hacerse notar por sobre el resto. Zapatos relucientes en el entrenamiento, cadenas de oro aunque no estén permitidas, guantes o suéteres de portero de importación, son sólo algunos ejemplos de un chico que estaría comenzando con el pie equivocado su primer día de entrenamiento en Fuerzas Básicas.
A ningún jovencito le dicen los visores o entrenadores cómo debe comportarse en la primera semana de entrenamiento frente a los jugadores ya veteranos o que repiten temporada. Lo aconsejable según los expertos es tratar de pasar desapercibidos por sus compañeros, pero dar un mensaje de inteligencia, retención y actitud positiva a los entrenadores acompañado con la suficiente pizca de carácter. Escuchar mucho y hablar poco casi siempre funciona en ambientes a veces tan hostiles como tu primer entrenamiento.
Si el entrenador cuestiona podrá ser un mensaje de arrogancia “arrebatarle” la palabra al más experimentado.
3. Muchos jovencitos se ponen más nerviosos por el simple hecho de no saberse ningún nombre de sus “compañeros” ni de sus entrenadores. La primera semana da lo mismo a menos que durante algún ejercicio te veas en la necesidad de hablar y pedirla por su nombre a los de tu equipo.
Todos los equipos tienen sus propios códigos no escritos incluso desde pequeñas edades. Como jugador de recién ingreso será determinante distinguir lo que dice el reglamento y lo que en la práctica se hace una norma a seguir.
¿A qué hora me debo salir terminado? Muchos toman sus cosas y se van de inmediato, lo cual posiblemente te haga más invisible de lo que ya estás. Esperarse al último y tratar de incluirse en un grupo donde eres el intruso tampoco tendrá buenos resultados. Lo mejor es esperar a que un par de chicos se vayan y después despedirse y salir sin mostrar temor o inseguridad,
Recuerda que estás ahí por tu talento y no debes echar a perder esa oportunidad por exagerar en hacer socialidad, en vez de ocuparte por lo principal.