Esta tesis estudia cómo las comunidades dependientes generan confianza hacia las
compañías mineras a partir de la evaluación de su desempeño social y económico.
Se toman como antecedentes de la confianza la capacidad, benevolencia e integridad
de las empresas, operacionalizados en siete dimensiones de su desempeño. Los
resultados muestran que todos los elementos predicen la confianza, aunque se le da
mayor peso a la integridad de las compañías. Además, las capacidades pierden poder
Generación de confianza en comunidades: El caso de Pozo Almonte
1. PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Facultad de Ciencias Sociales
Instituto de Sociología
¿CÓMO LAS COMUNIDADES
CONFÍAN?:
Generación de confianza hacia compañías mineras en
el Norte Grande de Chile
POR
FRANCISCO JAVIER OLIVOS RAVÉ
Tesis presentada al Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad
Católica de Chile, para optar al grado de magíster en sociología
Profesor guía:
MATÍAS A. BARGSTED
Comisión Informante
CAROLINA FLORES
MARÍA SOLEDAD ORTÚZAR
MATÍAS BARGSTED
Marzo, 2013
Santiago, Chile
3. TABLA DE CONTENIDO
INDICE DE TABLAS ............................................................................................................. ii
INDICE DE FIGURAS........................................................................................................... iii
RESUMEN ............................................................................................................................. iv
ABSTRACT............................................................................................................................. v
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................... 1
CAPÍTULO 1: MARCO TEÓRICO ........................................................................................ 4
1.1.- Teoría de stakeholders y justicia.................................................................................. 4
1.2.- Comunidad y construcción de juicios de confiabilidad ............................................... 8
1.3.- Desempeño económico y social como antecedentes de la confianza en un esquema de
dependencia........................................................................................................................ 12
1.4.- Juicios de confianza y la moderación del lente subjetivo .......................................... 16
CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA ......................................................................................... 22
2.1.- “Mundo de las viñetas” .............................................................................................. 22
2.2.- “Mundo Real” ............................................................................................................ 26
2.3.- El caso de Pozo Almonte ........................................................................................... 29
2.4.- Modelos ..................................................................................................................... 33
CAPÍTULO 3: RESULTADOS ............................................................................................. 37
CAPÍTULO 4: DISCUSIÓN ................................................................................................. 51
4.1.- Desempeño Social y Económico como antecedentes de confianza ........................... 51
4.2.- Racionalidad y significación del diálogo ................................................................... 54
4.3.- Complejidades del efecto lente .................................................................................. 56
4.4.- ¿El proceso de confianza como "barrera" de la injusticia? ........................................ 58
4.5.- Limitaciones y proyecciones de estudio .................................................................... 60
CONCLUSIÓN Y PREGUNTAS PARA EL DEBATE ....................................................... 62
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................... 65
ANEXOS ............................................................................................................................... 70
i
4. INDICE DE TABLAS
TABLA 2.1a.- Descripción de variables independientes contenidas en la
25
descripción de la unidad ficticia.
TABLA 2.1b.- Modelo de viñeta. 25
TABLA 2.2- Análisis descriptivo de variables sociodemográficas de la muestra. 27
TABLA 2.3- Estadísticos descriptivos para variable dependiente y variables
28
moderadoras continuas.
TABLA 2.4- Distribución PIB de la región de Tarapacá por actividad económica. 32
TABLA 3.1- Análisis de regresión multinivel para las dimensiones de las viñetas
38
sobre el juicio de confianza en empresas mineras.
TABLA 3.2- Análisis de modelos multinivel para efectos interacción entre
41
desempeño social y desempeño económico de la compañía.
TABLA 3.3- Análisis de modelos multinivel para efectos interacción entre
44
dimensiones de benevolencia e integridad del desempeño social.
TABLA 3.4- Modelos multinivel para efectos interacción entre desempeño y
48
“efecto lente”.
TABLA 1 del Anexo- Intercorrelación entre dimensiones de las viñetas 72
TABLA 2 del Anexo- Comparación entre estimación de modelo con efectos fijos
y modelo multinivel 72
TABLA 3 del Anexo- Comparación de modelos con variables categóricas versus
continuas. 73
ii
5. INDICE DE FIGURAS
Figura 2.1- Mapas esquemáticos del distrito urbano de Pozo Almonte. 30
Figura 2.2- Vista de la planta Cala-Cala de Cosayach desde la comunidad. 31
Figura 3.1- Coeficientes de regresión e intervalos de confianza para dimensiones 39
de las viñetas.
Figura 3.2- Efectos marginales promedios de ingresos por filantropía (IC 90%). 42
Figura 3.3- Efectos marginales promedios de diálogo por competencia (IC 95%). 43
Figura 3.4- Efectos marginales promedios de hipernormas por poder subjetivo 47
(IC 95%).
Figura 3.5- Efectos marginales promedios de ingresos por similaridad (IC 95%). 49
iii
6. RESUMEN
La confianza ha sido destacada por la teoría de stakeholders como un atributo de las
relaciones comunitarias que hacen más improbable la ocurrencia de actos, por parte de las
empresas, que vulneren el principio de justicia. De la misma forma, la confianza es un
constructo que permite a las empresas atraer capital humano y obtener licencias sociales para
operar con legitimidad. En este contexto, esta investigación busca comprender el proceso a
través del cual las comunidades dependientes y “de lugar” generan confianza hacia
compañías extractivas. Particularmente, el efecto del desempeño social y económico de las
compañías mineras en el proceso.
Como punto de partida se toman los modelos de generación de confianza desde otros
stakeholders, que, sin embargo, no se han ampliado hacia las comunidades. Así, se recogen
los tres grandes antecedentes de la confianza hacia las empresas: la capacidad, benevolencia
e integridad, los que son parte del desempeño económico y social de una compañía.
Para lograr estos objetivos se realiza un estudio de caso en base a encuestas factoriales
aplicadas a una muestra representativa de habitantes de la comunidad de Pozo Almonte en el
norte Chile, dado que sus características particulares la convierten en una comunidad
dependiente y “de lugar”.
Los resultados muestran que todos los elementos del desempeño social de las empresas
mineras predicen el juicio de confianza de la comunidad. Sin embargo, las personas le
entregan mayor peso a la integridad de las compañías (respeto a las tradiciones y normas
legales). Por otra parte, en ausencia de benevolencia e integridad las capacidades de la
empresa (utilidades y competencias) pierden poder predictivo sobre el juicio de confianza
que los habitantes de Pozo Almonte elaboran hacia las empresas. Asimismo, se evidencia
que existen ciertas características de las personas que moderan la evaluación del desempeño
como la propensión a la confianza, sentido de pertenencia y una actitud positiva hacia el
liberalismo económico.
Por lo tanto, la confianza es construida a partir de la evaluación social y económica de las
empresas. Sin embargo, estos antecedentes se combinan de una forma particular y las
características de los individuos explicarían variaciones en la elaboración de los juicios. En
este sentido, el respeto al contrato social es el primer paso en la construcción de confianza
hacia las empresas mineras a partir de su desempeño, siendo el principal antecedente que
hace improbable la injusticia en las relaciones comunitarias.
iv
7. ABSTRACT
The trust has been highlight to stakeholders theory like a communitarian relationship
attribute that do more unlikely acts, by companies, that infringe the fairness principle. In the
same way, the trust is a construct that allows to the companies to attract human capital and
obtain social licenses to work with legitimacy. In this context, this investigation seeks to
understand the process through which the dependent and communities “of place” generate
trust towards extractive companies. Particularly, the effects of social and economic
performance of the mining companies in the trust process.
The starting point are the models of trust generation from the others stakeholders that,
however, it did not have been widespread toward the communities. Thus, it includes,
according to literature, the three great antecedents of trust: capacity, benevolence and
integrity, which are part of the economic and social performance of a company.
To achieve this objectives was did a case study in base to factorial surveys applied to
representative sample of Pozo Almonte community population in the North of Chile, because
its features it converted in a dependent and “of place” community.
The results suggest that all the elements of economic and social performance explain the
trust judgment of community. However, the people grant more weight to the integrity of
companies (respect of traditions and national laws). Moreover, in the absence of benevolence
and integrity the capacities of mining companies (utilities and competences) lost predictive
power above trust judgments that Pozo Almonte’s habitants generate. Likewise, exist some
features of the persons that moderate the performance evaluation like the propensity trust,
sense of belonging and the positive attitude toward the economic liberalism.
Therefore, the trust is built as from the social and economic evaluation of companies.
However, these antecedents are mixed in a particular form and the habitants’ features explain
variations in the elaboration of judgments. In this sense, the respect to the social contract is
the first step in the construction of trust toward mining companies from its performance and
is the main antecedent that do unlikely the unfairness in the communitarian relationship.
v
8. INTRODUCCIÓN
Las economías de los países latinoamericanos han estado históricamente vinculadas a la
industria extractiva generando tanto desarrollo como conflictos. Para el caso chileno la
economía cíclicamente ha descansado sobre algún mineral como lo fue en algún momento el
oro, la plata, el salitre, hoy el cobre y en el futuro tal vez el litio. La relevancia de la minería
es tal que no es un tópico que se reduce a lo meramente económico, sino que permea la
salud, el trabajo, la educación, la cultura, el medioambiente, etc. Y obliga a que las ciencias
sociales se hagan cargo desde su punto de vista de la relación minería y sociedad.
En este sentido, la relevancia de las relaciones comunitarias para la industria extractiva, y en
especial para la minería, se hace cada vez más notoria en un escenario en donde la mirada
sobre las compañías se ha descentrado y ha obligado a tener en consideración los intereses de
los múltiples grupos, personas o instituciones afectados y que afectan a las empresas,
llamados también stakeholders.
Esta relevancia de las comunidades para las empresas se visibiliza tanto en la movilización
ciudadana que cuestiona las “licencias sociales” que permiten operar con legitimidad, como
en la atracción de capital humano, en el logro de los objetivos económicos de la compañía,
su sustentabilidad en el tiempo y la estabilidad de sus operaciones, entre otros aspectos.
Desde el otro lado de la distinción, para las comunidades las relaciones con las empresas
permiten, entre otras cosas, potenciar el desarrollo local, mayores y mejores puestos de
trabajos y la construcción colectiva de la sustentabilidad.
En esta investigación, nos focalizamos en un elemento central de las relaciones entre las
empresas y las comunidades: la confianza. Para esto se utiliza como herramienta analítica la
teoría de stakeholders. Este constructo ha sido destacado por teóricos de la teoría de
stakeholders como un atributo de las relaciones comunitarias que hace más improbable los
actos que vulnerarían, por parte de las empresas, el principio de justicia y la situación de
dependencia de algunas comunidades (Greenwood y van Buren III, 2010).
Sin embargo, no existe evidencia que muestre cuáles son los mecanismos que permiten la
construcción de confianza de las comunidades que dependen de las compañías extractivas, ni
cómo las propias características de los individuos moderan la elaboración de juicios de
confianza a partir de la evaluación del desempeño de las compañías. De la misma forma, la
importancia que la minería tiene en Chile y Latinoamérica sugiere la necesidad de
1
9. profundizar en la comprensión de este fenómeno y en la generación de herramientas que
permitan optimizar el trade off entre empresa y comunidad en contextos de subdesarrollo. En
este marco, esta investigación busca comprender el proceso mediante el cual las
comunidades dependientes y “de lugar” generan confianza hacia las empresas extractivas.
Como punto de partida se toman los modelos de generación de confianza desarrollados en
otros stakeholders como proveedores, trabajadores o clientes (eg. Mayer et al 1995; Gefen et
al, 2003), pero que no han sido ampliados hacia las comunidades. Así, se recogen los tres
grandes antecedentes de la confianza hacia las empresas presentes en la literatura: la
capacidad, benevolencia e integridad. Estos antecedentes son operacionalizados aquí en siete
aspectos fundamentales del desempeño económico y social de una compañía: generación de
utilidades, las competencias, la contratación, el diálogo, la filantropía, el respeto a las
micronormas y a las hipernomas. Esto no tan solo permite comprender cómo cada uno de
estos elementos inciden en una mayor o menor confianza, sino que también cómo
interactúan la dimensión social y económica del desempeño de las compañías mineras y la
moderación de ciertas características de los individuos.
Para lograr estos objetivos se realiza un estudio de caso en base a encuestas factoriales en la
comunidad de Pozo Almonte , capital de la Provincia del Tamarugal en la Primera Región de
Chile, dado que sus características particulares la convierten en una comunidad dependiente
y “de lugar” producto de su relación asimétrica y cercanía a operaciones mineras. En este
caso, Pozo Almonte se encuentra en una zona en donde operan una cantidad significativa de
compañías de distinta índole (Cerro Colorado, Cala-Cala, Collahuasi, entre otras), además,
su historia y desarrollo han estado ligados a la industria minera.
Empleamos encuestas factoriales que permiten alcanzar un elevado nivel tanto de validez
externa de un survey convencional, como de validez interna propia de un estudio
experimental. Esto último aporta en un aspecto distintivo a la mirada que hasta ahora se la ha
dado a la investigación en la generación de confianza hacia las empresas y que no se debe
agotar en la descripción y asociación entre variables. Además, las encuestas factoriales
presentan por naturaleza una estructura anidada en donde 1400 casos corresponden a viñetas
o descripciones hipotéticas de compañías mineras agrupadas con 140 clusters que
corresponden a una muestra representativa de habitantes del distrito censal de Pozo Almonte.
La evidencia sugiere que tanto el desempeño social y económico predicen el juicio de
confianza. Sin embargo, los miembros de la comunidad otorgan un mayor peso a las
2
10. características del desempeño social, y el desempeño económico pierde sentido en un
escenario en donde el desempeño social de las compañías mineras es débil. Asimismo, una
confianza que se construye a partir de una reputación en base a los antecedentes de respeto al
contrato social y benevolencia se transforma en un constructo efectivo que hace improbable
la injusticia hacia las comunidades dependiente y que, por lo tanto, debería ser fomentada a
través de un mayor respeto por las tradiciones de la comunidad y las normas legales
establecidas por el Estado. Esto adquiere máxima relevancia en el panorama actual de
movilización de comunidades en los más diversos rubros (energético, ganadero, minero, etc.)
y que exigen dar respuesta a preguntas como las que aquí son planteadas.
A continuación se presenta la literatura sobre construcción de confianza hacia las empresas
y el desempeño de las empresas como antecedentes de este constructo en un esquema de
dependencia. Luego, se presenta la metodología de estudio en donde se describe brevemente
el método de las encuestas factoriales, el caso de estudio y los modelos aplicados para el
análisis. Asimismo, en el cuarto capítulo da cuenta del análisis de los resultados multinivel
antecediendo, en el capítulo final, a la discusión y conclusión a la luz de lo planteado por la
teoría de stakeholders acerca de construcción de confianza y su rol en las relaciones
comunitarias.
3
11. CAPÍTULO 1: MARCO TEÓRICO
La industria minera es el sector de la economía más avanzado en responsabilidad social
empresarial en el país, sin embargo no existe un marco institucional suficiente en el país que
garantice compensaciones de daños a largo plazo y que resguarde la vulnerabilidad de las
comunidades cercanas a operaciones mineras. Si bien se ha avanzado en aspectos tales como,
por ejemplo, en la incorporación de un enfoque de derechos humanos en las empresas, se
recomienda en el Informe de Derechos Humanos que “el Estado considere adoptar un marco
legal para la incorporación de la responsabilidad de las empresas nacionales e
internacionales de respetar los derechos humanos consagrados en la Carta Internacional de
Derechos Humanos” (Universidad Diego Portales (UDP), 2010:447). Así, se hace
imprescindible que las ciencias sociales pongan a disposición su conocimiento para generar
más y mejores herramientas para la compatibilización de generación de valor en el mercado
y generación de valor para la sociedad civil.
En este sentido, los avances en comprender desde las ciencias sociales la relación entre
empresa y sociedad o, específicamente, entre compañías mineras y comunidades, entrega
elementos para avanzar hacia el desarrollo de empresas cada vez más socialmente
responsables y que generen valor compartido tanto en Chile como en Latinoamérica.
1.1.- Teoría de stakeholders y justicia
Nuestro punto de partida es la teoría de stakeholders, teoría proveniente de los negocios
éticos y del management y que implica la consideración del entorno de la empresa en sus
decisiones desde un punto de vista estratégico, normativo y/o político. Esta teoría ha tomado
centralidad en la literatura sobre negocios y sociedad, y es parte del vocabulario usual del
mundo empresarial.
En la definición clásica un stakeholder es “cualquier grupo o individuo que puede afectar o
es afectado por el logro de los objetivos de la firma” (Freeman, 1984:25) y esto implica
consideraciones acerca de cómo las compañías se deben relacionar con estos grupos de
interés. En este sentido, el trabajo de Phillips (1997) acerca del principio de fairness acentúa
4
12. un debate en torno a las obligaciones morales involucradas en la relación organización-
stakeholders dado que la teoría de Freeman, según el autor, sería insuficiente en brindar un
fundamento normativo a la consideración de los intereses múltiples en el contexto
económico. El estudio y las propuestas en esta área entregan lecciones a las compañías en el
sector minero, particularmente en la forma en que se relacionan con las comunidades, en
tanto stakeholders que afectan y son afectados por las compañías.
A esta insuficiencia normativa de la teoría de stakeholders en un esquema organizacional
colectivo Phillips agrega el principio de fairness:
“Siempre que una persona o grupo de personas acepta voluntariamente los
beneficios de un esquema mutuamente benéfico de cooperación que requiere
sacrificio o contribución de parte de los participantes y existe la posibilidad de
free-riding, se crean obligaciones de fairness entre los participantes en el
esquema cooperativo en proporción a los beneficios aceptados” (1997: 57).1
Así, se genera una obligación y una expectativa de actuar de forma justa en la relación
cooperativa en donde las partes han invertido algún recurso. No obstante el aporte que
realiza Phillips, el argumento de Banerjee (2000) obliga a tomar una distancia crítica de lo
desarrollado hasta el momento en los aspectos normativos de la teoría de stakeholders
porque fallaría en reconocer diferentes realidades que son irreductibles a un único lente de la
teoría.
Del mismo modo, van Buren III (2001) señala que existen situaciones específicas que
implican la reformulación del principio de fairness dado que también sería insuficiente para
aportar las bases que permitan entregar soluciones a los actos de injusticia en la relación de
las organizaciones con determinados grupos de interés.
Cabe la necesidad, por lo tanto, de hacer referencia al sentido que se le entrega aquí a lo que
se entiende por “lo justo”. El principio de justicia en juego remite a la noción de justicia
como equidad de Ralws (2006). En su teoría de la justicia existen dos principios
fundamentales: primero, las personas deben tener igualdad de derechos para acceder al
1
En teoría económica un free-rider es aquel sujeto u organización que utilizan más recursos de los que
les corresponde en un sistema colectivo de cooperación o comparten menor cantidad de los costos de
producción de los que debería asumir.
5
13. esquema más amplio de libertades básicas iguales, y que a su vez debe ser compatible con el
derecho de los demás actores; y un segundo principio sobre la forma de resolver las
desigualdades económicas y sociales que a su vez se subdivide en otros dos principios
donde, por un lado, deben ser resueltas en beneficio de los miembros menos aventajados de
la sociedad y, por otro, los cargos y puestos deben estar abiertos para todos bajo condiciones
de igualdad de oportunidades.
La crítica de van Buren (2001) ante la irreductibilidad de la teoría nace de la respuesta que
entregan Mitchell et al (1997) a la pregunta de quiénes pueden ser considerados
stakeholders. Esto se genera a partir de una tipología que combina las características de
poder, legitimidad y urgencia, y permite a la empresa asignar prioridad a los distintos grupos
de interés. Personas, grupos o instituciones que no tengan ninguno de estos tres atributos no
son considerados como stakeholders o solo lo podrían ser en el futuro adquiriendo alguna de
estas tres características.
En esta tipología se entiende la noción de poder en base a la definición clásica de Dahl
(1957) que lo conceptualiza como una relación entre actores sociales en la cual uno de los
actores “A” puede hacer que otro actor “B” hago algo que no haría de otra forma. Por otra
parte, los autores comprenden la legitimidad a partir de la noción de Schuman que la
entiende como “la percepción o presunción generalizada de que las acciones de una entidad
son deseables, correctas o apropiadas dentro de un sistema socialmente estructurado de
normas, valores, creencias y definiciones” (citado en Mitchell et al, 1997:866). Y,
finalmente, la urgencia es definida por los autores como el grado de prontitud en el cual las
demandas de los stakeholders deben ser atendidas.
En este contexto, el elemento crítico para van Buren III (2001) es el poder, dado que existen
ciertos stakeholders que poseen la urgencia y legitimidad, pero no el poder para influir sobre
la empresa como sí ella lo puede hacer sobre ellos. De acuerdo a la tipología de Mitchell et al
(1997), estos grupos de interés son llamados stakeholders dependientes e incluyen grupos de
interés tales como residentes locales, animales, comunidades indígenas, entre otros, y deben
ser protegidos por otros grupos con mayor poder o por los valores organizacionales propios
de la compañía. Así, una situación de desequilibrio de poder, generaría una situación de
amenaza al principio de justicia a partir de la visión rawlsiana dado que podría producirse
una vulneración de los derechos básicos de aquel que no dispone de poder y un aumento de
las desigualdades económicas y sociales en detrimentos de los miembros menos aventajados
de la sociedad como lo pueden ser los stakeholders dependientes.
6
14. Esta situación implica nuevos desafíos éticos a la gobernanza corporativa, porque obliga,
siguiendo a van Buren III (2001), a replantear el principio de fairness. En particular la
deficiencia estaría en que la obligación de fairness se crea en un esquema colectivo de
cooperación en donde determinados stakeholders no tienen el poder para actuar como free-
riding y aumentan las probabilidades de ser perjudicados en el esquema colectivo de
cooperación.
Ahora la discusión pasa a ser cómo poder mitigar o imposibilitar el daño que las compañías
mineras le podrían causar a stakeholders con bajo poder, como lo podrían ser pequeñas
comunidades indígenas que no pueden oponerse a la construcción de una planta de
operaciones para la extracción de algún recurso natural.
En un artículo reciente Greenwood y van Buren III (2010) argumentan que esto plantea
desafíos al stakeholder en desequilibrio de poder en el manejo de su vulnerabilidad. Los
autores proponen que el acto de confiar es una solución al problema de la obligación de
fairness porque se fundamenta en una confiabilidad construida en base a la percepción del
comportamiento del depositario u objeto de la confianza, en este caso la compañía. Sin
embargo, no es la confianza en sí misma la que se transforma en solución a las
probabilidades de injusticia, sino que sus antecedentes. Esto porque la confiabilidad se
construye según Mayer et al (1995) en base a la benevolencia, integridad y capacidad. Por lo
tanto, la reputación que genera confiabilidad, construida en conductas previas de la
organización, debería indicar (aunque no garantizar) una mitigación del riesgo involucrado
en la confianza hacia la organización dado que se acompaña por el supuesto de una conducta
moralmente correcta (Greenwood y van Buren III, 2010). En un sentido similar señalan
algunos autores que la confianza reduciría la tendencia hacia el oportunismo (Singh y
Sirdeshmukh, 2000) y la posibilidad de que las empresas tomen ventaja de la otra parte
(Wicks et al, 1999; Zaher et al, 1998).
¿Cómo se construye esta confianza? ¿Cuáles serían los elementos centrales del desempeño
de una compañía para generar confianza hacia ella? Y en último término ¿qué aspectos
deben fomentarse para que se construya confianza de las comunidades hacia las empresas?
Como exponen Mayer, Schoorman y Davis (1995), la confianza es un constructo relacional
que variaría entre las personas y, por lo tanto, preguntarse sobre la construcción de juicios de
confianza en la relación entre un tipo específico de stakeholder dependiente y una empresa
entrega luces sobre la aplicabilidad de modelos generales de construcción de confianza en
organizaciones.
7
15. Por otra parte, evaluar si realmente la confianza se construye en la evaluación de aspectos
que permitirían reducir la probabilidad de actuar injustamente, permitirá reconocer si la
confianza constituye una herramienta para poder dar solución al desequilibrio de poder entre
las pequeñas comunidades y las compañías mineras.
1.2.- Comunidad y construcción de juicios de confiabilidad
Los estudios tanto conceptuales como empíricos de confianza en un esquema económico se
han distribuido principalmente entre aquellos referentes a las relaciones business-to-business
(e.g., Chua et al, 2008; Mayer y Davis, 1999) y los referentes a las relaciones business-to-
consumer (Sirdeshmukh et al, 2002; Gefen et al, 2003; Ganesan, 1994). Sin embargo, la
literatura sobre la confianza en la relación business-to-communities es escaza y más aún del
tipo empírico.
Siguiendo a Gefen et al (2003) entenderemos la confianza como la expectativa de que otro,
escogido para confiar, no actuará de forma oportunista tomando ventaja de la situación. En
este sentido, como señala Luhmann (1996), la confianza es la forma más efectiva de
reducción de complejidad del mundo futuro y debe comprenderse como un resultado de un
proceso que culminará en la toma de riesgo. Así, la confianza y la desconfianza deben partir
de la extrapolación de la experiencia cuya precondición es la familiaridad.
En este proceso se genera una distinción entre confianza (trust) y confiabilidad
(trustworthiness) importante para los objetivos de esta investigación. Para Blois (1999) la
confiabilidad corresponde a una cualidad desplegada por una de las partes y que engendraría
la posibilidad de atribuir confianza. Greenwood y van Bureen III (2010) argumentan que es
una virtud que se le entrega a un individuo o a un colectivo, en nuestro caso a una
organización. Por lo tanto, como se verá más adelante, el modelo de Mayer et al (1995) parte
de la evaluación de la confiabilidad compuesta de la capacidad, benevolencia e integridad y
que conduciría a la confianza.
8
16. De acuerdo a Caldwell y Hansen (2010) los beneficios de la confiabilidad son múltiples y
permitirían la creación de valor para la organización2. No obstante, al análisis se mantiene en
un límite intra-organizacional, soslayando los beneficios que podría generar la confiabilidad
extra-organizacional y en particular en la relación business-to-communities. Podríamos
señalar beneficios tales como la obtención de licencias para operar de las compañías, la
posibilidad de proponer metas para el bien común o una mayor y mejor atracción de capital
humano, entre otros.
Sin embargo, la relación del proceso de generación de confianza con stakeholders en
desequilibrio, como pequeñas comunidades dependientes, obliga a hacer algunas precisiones
en virtud del contexto particular en el que se desarrolla. En la teoría de stakeholders, la
pregunta de qué es y qué no es un stakeholders, también puede ser aplicada a qué es y qué no
es una comunidad. Por una parte, existen concepciones amplias en donde prácticamente
cualquier grupo humano podría ser una comunidad, como la de Arlikatti, y otros que la
definen como “un cuerpo unificado de individuos o personas viviendo en el mismo lugar
bajo las mismas leyes” (2007:384). Sin embargo, en esta concepción todo grupo humano
podría ser una comunidad. Por otra lado, la Intregative Social Contract Theory define
comunidad como “un grupo de personas autodefinido y autocircunscrito que interactúan en
el contexto de tareas compartidas, valores o metas y que son capaces de establecer normas de
conductas éticas para sí mismos” (Donaldson y Dunfee, 1994:273). Esta definición más
estrecha nos entrega una herramienta heurística que hace posible llevar a la práctica una
teoría sobre generación de confianza en comunidades dependientes.
De acuerdo a Donaldson y Dunfee (1994) las comunidades tienen la libertad de especificar el
contrato macro-social general de la sociedad en un contrato micro-social para la interacción
económica de y con la comunidad, en donde se definen normas particulares de acuerdo a sus
valores, costumbres y forma de vida, siempre y cuando no contradigan las “hipernormas” del
contrato del nivel macrosocial. En este contexto, al preguntarse sobre cómo las comunidades
dependientes construyen confianza hay que tener en consideración que generan un contrato
social específico haciendo necesario evaluar la aplicabilidad de un modelo general de
2
Mayor compromiso de los trabajadores, más conductas extra-rol, relaciones interpersonales más
cercanas entre líderes y trabajadores, visión más favorables hacia las políticas de recursos humanos y
un contrato social más fuerte entre los trabajadores y la organización. De la misma forma, Fukuyama
(1996) reconoce que la confianza permitiría reducir los costos de transacción y flexibilizarían las
organizaciones, pero manteniéndose en un horizonte intra-organizacional.
9
17. elaboración de confianza como el de Mayer et al (1995) en una situación de dependencia de
acuerdo a la tipología de Mitchell et al (1997).
Sin embargo, para la definición del objeto de esta investigación es necesario agregar otra
conceptualización desarrollada por la teoría de stakeholder que nos permitirá definir los
límites de lo que consideraremos una comunidad. Esta hace referencia a las “comunidades de
lugar”3definidas por su proximidad geográfica a las operaciones de las empresas y una
relación face-to-face con los trabajadores, representantes o la misma marca corporativa
(Dunham et al, 2006), como lo podría ser un poblado de campesinos en las inmediaciones de
una hidroeléctrica o una ciudad cercana a una planta nuclear. Los mismos autores lo
relacionan con la tipología de Mitchell et al (1997) y explican que una “comunidad de lugar”
posee indudablemente legitimidad y que se producirían variaciones entre el grado de
urgencia y su poder dependiendo de una variedad de factores.
En cuanto a la naturaleza del concepto de confianza utilizado, existe acuerdo en la literatura
en considerar la confianza como un constructo multidimensional, principalmente por la
heterogeneidad de sus antecedentes (e.g., Clark et al, 2010; Sirdeshmukh et al, 2002; Jeffries
y Reed, 2000; Mayer et al, 1994). En este último sentido es amplia la evidencia empírica que
ha corroborado la idea de poder distinguir los antecedentes de la confianza en distintas
dimensiones: confianza basada en la institución4 (e.g., McKnight et al, 2006; Pavlou, 2002),
confianza basada en la afectividad (e.g., McAllister, 1995; Clark et al, 2010) o confianza
basada en la cognición (e.g. McAllister, 1995; Clark et al, 2010). Si bien es cierto, en el
“mundo real” es difícil reconocer un elemento puramente afectivo, puramente cognitivo o
puramente institucional, son herramientas analíticas y heurísticas útiles para comprender el
proceso de formación de juicios de confianza. Así, la distinción principal se realiza a partir
de las bases que desarrollan la confianza y que permitirían hablar de una confianza
multidimensional.
A partir del trabajo de McAllister (1995) la literatura desarrolló la distinción básica entre la
confianza con base afectiva y la confianza con base cognitiva, y su evidencia corrobora la
3
Dunham et al (2006) reconocen además de las comunidades de lugar otros tres tipos: comunidad de
interés, grupos virtuales y comunidades de práctica. La tipología se genera a partir de las
características de localización geográfica, interacción e identidad.
4
La distinción analítica entre confianza basada en la cognición y basada en la afectividad es clara y
es la más importante para esta investigación. Sin embargo, es necesario definir lo que la literatura ha
definido como confianza basada en la institución. Esta refiere, según Pavlou (2002) a la confianza que
se construye en base a los recursos estructurales o institucionales de una organización como el
monitoreo, la acreditación o la seguridad de la transacción. Esta dimensión no aplica al caso de la
industria extractiva, sino que más bien a industria del sector secundario y terciario.
10
18. posibilidad de distinguir ambos constructos en las relaciones interpersonales dentro de la
empresa. La literatura ha seguido utilizando esta distinción y mostrando evidencia de la
plausibilidad de trabajar con estos dos constructos analíticos de forma diferenciada (e.g.
Holste y Field, 2010; Ng y Chua, 2006; Johnson y Grayson, 2005). Sin embargo, la
conceptualización “cognición” y “afectividad” no parece ser clara y se opta en esta
investigación por la distinción entre desempeño económico (DE en las hipótesis) y
desempeño social (DS en las hipótesis) de la empresa. En donde el desempeño económico se
comprende como el desempeño de la empresa en cuanto la generación de utilidades y
competencias para el logro de los objetivos económicos. Por otro lado, el desempeño social
involucraría a las capacidades y actos de la empresa que tienen en consideración los intereses
de sus stakeholders y que va más allá de sus propios objetivos económicos. En este sentido,
tendríamos una confianza basada en el desempeño económico de la empresa y una confianza
basada en el desempeño social.
Desde otro punto de vista, el modelo de Mayer et al (1995) plantea las características
percibidas del depositario de la confianza como claramente diferenciables en benevolencia
(hacer el bien para quien confía más allá de los propios intereses), integridad (percepción de
que el depositario de confianza adhiere a los principios que el confiador considera
aceptables) y capacidad (habilidades, competencias e influencia en un dominio específico).
Para Zajonc (1980) el afecto, o lo que llamamos desempeño social, implica la consideración
de la identidad del otro, por lo tanto, sería la benevolencia o el querer hacer el bien para el
otro el elemento que reuniría la afectividad. Del mismo modo, la integridad es un elemento
que toma en consideración los principios a los que adhiere el stakeholder y que por lo tanto
también involucraría la capacidad de ir más allá del sí mismo de la empresa, entrando en el
plano de la afectividad y el desempeño social.
Asimismo, Caldwell y Hansen (2010) argumentan que tanto la integridad como la
benevolencia corresponderían a antecedentes afectivos de la confianza, a diferencia de la
capacidad que reuniría el elemento cognitivo. McAllister (1995) define los elementos
cognitivos como los construidos en base a creencias individuales sobre la fiabilidad
(reliability), desempeño y rendimiento, o lo que puede ser mejor entendido como desempeño
económico, y los afectivos como los construidos en el cuidado interpersonal reciproco y la
consideración de la identidad del otro señalado por Zajonc (1980) y que en esta investigación
se entiende como desempeño social.
11
19. 1.3.- Desempeño económico y social como antecedentes de la confianza en un esquema
de dependencia
Además de poder identificar dos constructos diferenciables, la tradición psicosocial reconoce
una relación compleja entre los afectos y la cognición la que es resumida en Social Cognition
por Fiske y Taylor (1984). Señalan los autores que por un lado la literatura propone que el
pensamiento precede al sentimiento, de tal forma que no pueden existir respuestas afectivas
sin la mediación de la cognición.
Asimismo, un segundo punto de vista sugiere que el afecto opera independientemente de la
cognición lo que permitiría utilizarlos como constructos separados que generan como
resultado el juicio de confianza (JC en hipótesis). Por ejemplo, Chua, Ingram y Morris
(2008) en su artículo “From the head and the heart”, muestran que en las redes
profesionales la confianza basada en la cognición es predicha positivamente por los recursos
económicos, asesoramiento y orientación profesional. En contraste, la basada en la
afectividad se asocia de forma negativa con los recursos económicos. Esto indicaría que los
dos constructos podrían operar como variables ortogonalmente relacionadas.
Por otro lado, los hallazgos de McAllister (1995) referenciados más arriba muestran que la
confianza interpersonal dentro de las organizaciones puede dividirse en una confianza basada
en el afecto y una confianza basada en la cognición. Pese a esto, solo los elementos
afectivos (frecuencia de interacción y conducta ciudadana) predicen la confianza, aunque
reconoce que la ausencia de efecto de elementos cognitivos (credenciales educacionales,
desempeño, y similitud étnico-cultural) puede estar explicada por no haber incluido aspectos
reputacionales. En contraste, Gefen et al (2003) utiliza como antecedentes de la confianza el
cálculo, la disponibilidad de estructuras que aseguran la transacción, la normalidad de su
actuar y la familiaridad. El único sin un efecto significativo es la familiaridad, por lo tanto,
se elabora un juicio de confiabilidad en base a los elementos ligados al desempeño
económico e institucional.
A pesar de esto, existe abundante evidencia que muestra una relación predictiva tanto de la
percepción de los elementos cognitivos como de los afectivos del desempeño del depositario
de la confianza sobre los juicios de confiabilidad. Segovia et al (2008) muestran que la
12
20. capacidad y la benevolencia se asocian positivamente a la confianza de las personas en
instituciones políticas. En el contexto específico de la industria del retail y de transporte
aéreo Sirdeshmukh, Singh y Sabol (2002) concluyen que tanto la percepción de la
competencia operacional5 como la benevolencia de los empleados de primera línea se
relacionan positivamente con el juicio de confianza del consumidor. Sin embargo, al analizar
lo que ocurre sobre la percepción de competencia y benevolencia de las políticas generales
de las empresas, esta relación se vuelve más difusa, siendo predictiva la benevolencia solo en
el negocio de las aerolíneas y la competencia en el retail. De la misma forma, la evidencia de
Pivato et al (2008) indica que el desempeño social corporativo es un predictor significativo
de la confianza para los consumidores en la industria de los alimentos orgánicos.
Igualmente, si se piensa en la tipología de Mitchell et al (1997), el proceso de generación de
juicios de confianza estaría sujeto a distintos contextos en donde se conjugan el poder, la
legitimidad y la urgencia. Este esfuerzo taxonómico ha sido criticado por sus pretensiones
universalistas y la ambigüedad de la noción de “legitimidad” que estaría en manos del
discurso de quién tiene el poder de definir lo legítimo y lo no legítimo (Banerjee, 2000).
Si se entiende una comunidad dependiente y de lugar como un stakeholder con legitimidad,
urgencia, pero bajo poder, esto puede definir de distintas formas la relación entre las
empresas mineras y las comunidades adyacentes a las operaciones. Por ejemplo, Calvano
(2007) argumenta que la inequidad de poder es una fuente potencial de conflicto entre ambas
partes o para Clark et al (2010), la relación de dependencia llevaría a que la confianza
construida de la comunidad hacia la empresa adquiera características particulares en cuanto a
sus antecedentes. En Clark et al (2010) se muestra que la capacidad, la benevolencia y la
integridad efectivamente predicen el juicio de confianza. Pero, además su evidencia indica
que la benevolencia sería un predictor más importante en relaciones de alta dependencia que
en relaciones de baja dependencia. Esto se vincula estrechamente con la tercera relación
afectividad-cognición expuesta por Fiske y Taylor (1984), en donde la primera antecede a la
segunda. En este sentido, el llamado “efecto Linville” explica que a menor complejidad de la
información, existen mayores probabilidades de que las respuestas cognitivas sean producto
de la afectividad (Linville, 1982). Por lo tanto, si pensamos en una comunidad que maneja
baja información o una estructura de conocimiento poco compleja, esta podría emitir sus
juicios de confianza principalmente en base al desempeño social y no en los aspectos
5
Los antecedentes de competencia pueden ser homologables a la categoría de capacidad del modelo
de Mayer et al (1995).
13
21. relacionados al desempeño económico. En consecuencia, la afectividad podría provocar el
juicio como reacción cognitiva.
La evidencia es similar si realizamos una aproximación a las dimensiones de la
benevolencia, considerando manifestaciones de ella en el comportamiento de las empresas
como lo es la filantropía, la contratación de trabajadores miembros de la comunidad o el
diálogo. En un estudio de caso, Newenham-Kahindi (2010) muestra cómo una compañía
minera construye confianza con sus comunidades locales en Tanzania en base a distintos
elementos del manejo de las relaciones comunitarias. Al relacionarse esta empresa de forma
transaccional en donde la comunicación es unidireccional, se produce una confianza de
naturaleza limitada, no obstante, cuando la relación compañía-comunidad cambia hacia una
relación en base al diálogo, la participación, la “construcción de puentes” con las
comunidades y, en definitiva, la consideración de las comunidades, la confianza se fortalece
y adquiere un carácter relacional.
En el mismo sentido, Jahansoozi (2007) aporta evidencia a partir del caso de las relaciones
comunitarias de Sundre Pretoleum Operators Group en Alberta, Canadá, sobre la capacidad
del diálogo y la transparencia de las empresas de petróleo para construir y reconstruir
confianza. El argumento central es que reconstruir confianza requiere de transparencia
“como una necesaria ‘evidencia’ pública de que la organización está haciendo lo que dice
hacer” (2007:400) y por otra parte, la narrativa de los miembros de la comunidad sugiere que
la despreocupación por el desarrollo económico de la comunidad genera una insatisfacción
creciente y desconfianza hacia la compañía. Así, la benevolencia o la consideración de la
identidad del otro, manifestada por ejemplo en el diálogo con los stakeholders dependientes
como base para la transparencia y rendición de cuentas, posibilitarían la construcción de
confianza hacia las empresas de acuerdo a la evidencia.
En cuanto a las capacidades, los estudios en el área de manejo de recursos naturales y el
riesgo muestran un peso importante de la evaluación de las competencias de las instituciones
públicas y privadas en la generación de juicios de confianza (Winter et al, 2004), lo que
sugiere un efecto positivo del balance financiero de las empresas y sus competencias para el
logro de objetivos como indicadores de capacidades sobre el juicio de confianza.
Por otra parte, el esquema de dependencia se vuelve crítico a la luz del principio de fairness
ya expuesto. Según Ng y Chua (2006) la confianza generaría resultados distintos
dependiendo de si se basa en el desempeño social o en el desempeño económico producto de
14
22. que esta última podría reducir la cooperación dada la posibilidad de free-riding. Incluso, este
efecto es más fuerte cuando estamos ante un grupo de individuos que cree que está en frente
de un grupo con más poder que ellos. Así, un stakeholder dependiente desarrollaría su
confianza principalmente en base a elementos del desempeño social. Si esto es así, la idea de
que la confianza es una solución al desequilibrio de poder (Greenwood y van Buren, 2010;
Zaheer et al, 1998; Wicks et al, 1999) se especificaría señalando que la confianza basada en
el desempeño social es lo que permitiría una reducción de las posibilidades de oportunismo
por parte de la empresa. Bajo este argumento teórico se sugiere la siguiente hipótesis:
Hipótesis 1a: Tanto el DE como el DS son predictores significativos del JC
Hipótesis 1b: El DS será mejor predictor de los juicios de confianza que el
DE en una situación de dependencia.
En un escenario de incertidumbre, según Ng y Chua (2006), es esencial la comparación de
los recursos que posee cada parte de la relación. Por un lado, al evaluar el comportamiento y
generar expectativas sobre el actuar futuro de en quien se confía, la observación de sus
recursos y competencia será crítico, pero, por otro, la percepción del desempeño afectivo
puede moderar la expectativa que se puede tener de la utilización de esos recursos. De tal
forma que, el efecto de los recursos sobre la confianza podría ser mayor para quienes tienen
una evaluación positiva del desempeño afectivo, en comparación a que quienes no lo tienen.
Esto indicaría que los antecedentes sociales y económicos estarían interactuando entre sí:
Hipótesis 2: En presencia de un mayor desempeño social se refuerza el
efecto del desempeño económico.
Pero la interacción no tan sólo se puede producir entre las dimensiones relacionadas con el
desempeño económico y social, sino que también entre las características dentro de una
misma dimensión. Esto es de importancia a la luz del principio de fairness y la confianza
15
23. como herramienta para la reducción de probabilidades de abuso de la vulnerabilidad. Esto se
observa en que si la empresa sólo actúa de forma benevolente y no con integridad, las
probabilidades de injusticia aumentarían, porque la preocupación por el otro se manifestaría
en retribuciones filantrópicas, diálogo con la comunidad o dar trabajo, pero no se sustentaría
en un respeto a las normas legales. Por lo tanto, para que la confianza se transforme en una
efectiva herramienta para la obligatoriedad del principio de fairness, debe ocurrir que:
Hipótesis 3: El efecto de los elementos del desempeño social
correspondientes a la benevolencia (filantropía, diálogo e integridad) no
tienen un efecto significativo sobre el juicio de confianza si no existe
integridad (respeto a las micronormas y respeto a las hipernomas).
1.4.- Juicios de confianza y la moderación del lente subjetivo
Hasta ahora se ha discutido cómo el desempeño de las empresas constituye un antecedente
del juicio de confianza que se emite hacia ella, pero es necesario precisar ahora que esta
evaluación es indisociable de las características propias de quien elabora el juicio de
confianza. En este sentido, de acuerdo a Caldwell y Hansen (2010), la conducta de la
organización es mediatizada por los “lentes” de los individuos y generan una confiabilidad
percibida que finalmente se traduce en una decisión de confianza.
El “modelo lente” de la tradición psicosocial plantea, según Fiske y Taylor (1984), que la
percepción final de un objeto se basa en un complejo de cuatro componentes: las
características del objeto, el contexto en el cual el objeto es percibido, la forma en que se
percibe y las características de quien percibe. El mismo Modelo Integrado de Confianza
Organizacional de Mayer et al (1995) considera las disposiciones hacia la confianza de
quien confía como mediadoras entre el desempeño de la empresa y el juicio. Al respecto,
Gill et al (2005) muestran que en esquemas de alta información sobre el potencial
depositario de la confianza existe una correlación entre la disposición a confiar y la intención
de confianza en comparación a escenarios donde la información es ambigua. En este sentido,
si la comunidad dependiente dispone de información para elaborar sus juicios de confianza,
16
24. como en esta investigación a partir de la metodología utilizada en donde se les entrega la
información a los sujetos para que decidan, la propensión de confianza debería actuar como
moderadora entre el desempeño de la empresa y el juicio que sobre ella se emite, de tal
forma que mientras mayor sea la propensión a confiar el efecto del desempeño será mayor.
Hipótesis 4: La propensión a la confianza modera el efecto del desempeño
social y económico sobre el juicio de confianza. De tal forma que a mayor
propensión a la confianza mayor es el poder predictivo de las variables
independientes.
Esto entrega aún más fuerza al argumento de la posibilidad de especificar el modelo de
acuerdo a un esquema de cooperación particular, como la dependencia, pero que a la vez
estaría mediatizado por las actitudes y creencias de los propios individuos que elaboran los
juicios de confianza. Asimismo, el juicio que los miembros de la comunidad emiten hacia las
empresas variaría dependiendo del vínculo que ellos tienen con su comunidad. Al respecto,
la evidencia etnográfica de Walklate (1998) sugiere que la relevancia del vínculo con la
comunidad y la posición estructural que en ella tienen las personas mediatizaría ciertas
actitudes basadas en la confianza como la “seguridad ontológica”. En su argumento, la
posición del individuo explicaría para esta persona en quién podría confiar, cómo podría
confiar y cuánto podría confiar. Así, personas que son parte de la comunidad y que han
desarrollado un vínculo más estrecho con el colectivo generarán respuestas de confianza más
sólidas y perdurables que personas que no tienen esa relación con la comunidad.
Efectivamente, la evidencia de varios autores sugieren que la confianza se construye y
desarrolla en el tiempo porque el tiempo implica una mayor inversión de las partes y permite
predecir de mejor forma el comportamiento futuro (Anderson y Weitz, 1989). En contraste,
la hipótesis del efecto del tiempo en la generación de confianza no es apoyada por la
evidencia presentada por Doney y Cannon (1997) para el caso particular de la relación
empresa-proveedores. En este sentido, es importante testear el efecto del tiempo en el
proceso de construcción de confianza para el caso de la relación entre empresas y
comunidad. Al respecto, se podría pensar que personas que han logrado desarrollar un
vínculo más profundo y de pertenencia con la comunidad deberían tener mayor
17
25. consideración por aquellos elementos del desempeño de las empresas que benefician
directamente a los miembros del grupo, como lo serían los aspectos de benevolencia en el
desempeño social. Por lo tanto se plantea la hipótesis de que:
Hipótesis 5: Las características de benevolencia del desempeño social de la
empresa tienen un efecto positivo mayor sobre el juicio de confianza para
individuos con sentimiento de pertenencia hacia la comunidad.
Por otra parte, existe una discusión acerca de la relevancia de la similitud entre quien confía
y quien es depositario de la confianza para el proceso de formación de confianza. En efecto,
se discute para distintos stakeholders como la similitud y diferencia entre las partes de la
relación se transforma en un elemento mediador en el desarrollo de confianza y la influencia
que esta última tiene sobre conductas específicas del consumidor, del proveedor, del
trabajador, entre otros. Al respecto, la evidencia aportada por Doney y Cannon (1997)
sugiere que el proceso de generación de confianza entre empresas y proveedores es facilitado
por la similitud de intereses entre las partes. Al respecto, McAllister (1995) discute el efecto
de la similitud cultural y étnica en la construcción de juicios de confianza con base cognitiva
como él llama a los elementos del desempeño de la empresa relacionados a las competencias
y capacidades para lograr objetivos. Sin embargo, su evidencia no apoya la existencia de una
relación. Al contrario de esto, es amplia la evidencia que sustenta la llamada Salient Value
Similarity Theory (SVS), que de acuerdo a Siegrist et al (2002) plantea dos componentes
claves: primero, las personas comprenden de forma individual el significado de los valores
en una situación específica y cada situación podría tener un valor diferente. Y, segundo, las
personas realizarían una comparación de sus propios valores con los de las personas cuya
confiabilidad está siendo juzgada. La similaridad se construye en episodios secundarios en
donde entra en juego la representación que se tiene de la otra persona, el carácter y el estado
emocional (Siegrist et al, 2002). Así, estos elementos son conjugados con aquellos de la
etapa primaria que se relacionan con las acciones y el discurso del otro.
En este sentido, la evidencia aportada por los autores indicaría que mientras mayor es la
similaridad de valores entre quien juzga y quién es juzgado, la confianza también será mayor
(Siegrist et al, 2002). Sin embargo, el efecto no sólo debería ser directo sobre el juicio de
18
26. confianza, sino que también podría definir ciertas actitudes de las personas hacia las
compañías y mediar en la elaboración de los juicios de confianza. En el caso particular de las
organizaciones, se juzgaría la similaridad con aquellos que toman las decisiones más
importantes en las empresas y que generalmente definen la estrategia de relacionamiento
comunitario: los gerentes. Se plantea que si los individuos de la comunidad sienten un mayor
grado de similitud con los gerentes, deberían estar más abiertos a considerar el desempeño de
la empresa al momento de elaborar juicios de confianza.
Hipótesis 6: Aquellos miembros de la comunidad que tienen un mayor
grado de similaridad con los gerentes presentan un mayor efecto del
desempeño económico y desempeño social de la compañía sobre los
juicios de confianza.
Por otra parte, el rol de la ideología y la posición política, tradicionalmente asociados a los
cálculos de decisiones electorales (Dalton, 1996), puede ser extrapolado a una forma de ver
el mundo y utilizados para explicar la generación de los juicios de la opinión pública en su
más amplio sentido y de confianza en específico. La importancia de la ideología política de
los stakeholders como un lente para explicar la generación de confianza no ha sido discutida
ni trabajada empíricamente en la literatura. En sociedades con una fuerte división de clases,
los temas económicos son factores más importantes en las preferencias (Dalton, 1996) y aún
más en sociedades en estado de alto grado de polarización, en donde existen importantes
diferencias de opinión de acuerdo a una máxima teórica de acuerdo a la definición de
Dimaggio et al (1996), en este caso la ideología política.
De acuerdo a lo argumentado por Dalton (1996), los conservadores económicos en la
derecha promueven la iniciativa individual, favorecen un rol restringido del gobierno, una
mayor tolerancia a las inequidades del sistema económico y social, además de una actitud
más proclive hacia los intereses del sector relacionado a los negocios. En cambio, las
personas con tendencias más socialistas de izquierda rechazan la inequidad social y ven
favorablemente una mayor participación del gobierno como agente para dar soluciones
políticas a esta problemática.
19
27. Si Dalton (1996) señala que las personas utilizan su identidad política para evaluar los
estímulos políticos y guiar su conducta política, se podría decir que en un esquema de
transacciones económicas y relaciones stakeholder-organización, los sujetos utilizan esta
misma identidad política para elaborar los juicios de confiabilidad y guiar su decisión de
confianza. En este sentido, las personas proclives al liberalismo económico tendrán una
tendencia a entregar mayor peso a los elementos de capacidad de la empresa en la generación
de confianza en comparación a las personas menos proclives. Asimismo, para estas últimas,
las características de benevolencia a integridad tendrán un mayor poder predictivo que para
los sujetos de derecha y proclives al liberalismo económico, dado que representarían
elementos redistributivos, de equidad social y control al liberalismo empresarial.
Hipótesis 7a: El efecto del desempeño económico es mayor para las
personas más proclives al liberalismo económico.
Hipótesis 7b: El efecto del desempeño social es mayor para las personas
menos proclives al liberalismo.
Finalmente, la literatura no ha discutido un elemento que puede ser importante al momento
de discutir cómo los stakeholders dependientes generan confianza hacia las empresas y que
correspondería a la conciencia de poder que tienen los propios individuos miembros de la
comunidad. Un individuo que se sabe con un alto poder en términos de redes y horizonte de
posibilidades puede evaluar de forma distinta a las empresas que una persona con un bajo
poder. Es posible pensar que un alto poder subjetivo debería llevar a desestimar la integridad
de las empresas como un predictor de confianza, porque no requieren del resguardo de las
leyes para el cumplimento de expectativas dado que esa función lo cumple su poder. Por otra
parte, tampoco necesitarían de la benevolencia de las compañías para confiar, porque su
sensación de mayor poder no la hace necesaria dado que pueden obtener de forma autónoma
los recursos de la contratación y la filantropía. En este sentido se propone la hipótesis:
Hipótesis 8: Personas con un mayor poder subjetivo presentan un menor
efecto de la integridad y benevolencia sobre el juicio de confianza.
20
28. En resumen, este contexto teórico entrega el panorama para dar respuesta a las siguientes
preguntas de investigación:
1.- ¿Cómo los miembros de comunidades dependientes y de lugar
elaboran los juicios de confianza hacia las compañías mineras?
2.- ¿Cómo inciden los distintos aspectos del desempeño social y
económico de las compañías mineras en los juicios que sobre ellas
elaboran las comunidades?
3.- ¿Cuál es la interacción que se produce entre los elementos del
desempeño social y económico? Y en particular ¿Qué efecto tiene el
desempeño económico sobre los juicios de confianza en escenarios de
bajo desempeño social?
4.- ¿Cómo interactúan entre sí las dimensiones del desempeño social?
¿Qué efecto tienen los componentes del benevolencia en escenarios de
deficiente integridad?
5.- ¿Cómo medían las características personales de los miembros de la
comunidad en el proceso de generación de confianza hacia empresas
mineras?
A continuación se presenta la metodología utilizada para dar respuesta a los objetivos de
investigación, seguido de los resultados y su discusión.
21
29. CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA
El objetivo de esta investigación es comprender cómo los miembros de una comunidad
dependiente y de lugar elaboran los juicios hacia las empresas mineras a partir de la
evaluación de su desempeño social y económico. Para lograr esto se aplica el método de
encuestas factoriales6 (Rossi y Anderson, 1984; Jasso, 2006) que permite develar la “caja
negra” de los juicios normativos, permitiéndonos reconocer cómo estos son elaborados por
las personas.
Esta metodología puede ser clasificada como experimental de acuerdo a la definición de un
diseño factorial (Shadish et al, 2002): un experimento sin grupo de control, en donde
tenemos dos o más variables independientes que son combinadas factorialmente y aplicadas
como tratamiento a cada unidad o grupo. La importancia de esto es que permitirá atribuir
causalidad entre los antecedentes del desempeño de la organización y el juicio de confianza.
En la encuesta factorial se presentan una serie de viñetas que describen una unidad ficticia,
en este caso empresas mineras hipotéticas, en términos de su desempeño, y se pregunta a los
respondientes el nivel de confianza hacia esa compañía hipotética. Las siguientes secciones
describen el diseño, recolección y análisis de los datos, además de una descripción del caso
de estudio para mostrar su importancia como modelo paradigmático para la pregunta teórica
de esta investigación.
Para medir cómo las propias características de los individuos moderan la elaboración del
juicio de confianza, se combina la encuesta factorial con preguntas convencionales de
encuesta sobre actitudes y creencias generales de los individuos.
2.1.- “Mundo de las viñetas”
El primer paso en la construcción de las viñetas, de acuerdo a Jasso (2006), es la selección de
las características que se incorporarán para describir a la unidad ficticia y corresponderían a
6
Este método es ampliamente utilizado en Estados Unidos y Alemania desde mediados de los años
80. Sin embargo, existe solo un antecedente de su aplicación en población hispanohablante de países
en subdesarrollo (Castillo, 2010).
22
30. las variables independientes de nuestros modelos. Estas variables son llamadas
“dimensiones” y se obtienen de la literatura de generación de confianza hacia las empresas y
las agrupamos en dos conjuntos de variables que representan, por un lado, el desempeño
económico y, por otro, el desempeño social de las compañías mineras (unidad ficticia), y
reúnen a su vez los antecedentes de la confianza propuestos por Mayer et al (1995). Las
utilidades y competencias corresponden tanto al desempeño económico como a los
antecedentes de capacidades en la terminología de Mayer et al (1995). Asimismo, la
contratación, filantropía, diálogo, respeto a las micro e hipernormas refieren al desempeño
social, y a su vez las tres primeras a antecedentes de benevolencia y las siguientes a la
integridad.
En cada viñeta, las dimensiones pueden tomar distintos valores o categorías que son
llamados “niveles”. En este caso se incluyen variables ordinales con dos, tres, cuatro y seis
niveles. Por ejemplo, la contratación varía en seis niveles que van de 15% a 90% de
contratación de trabajadores miembros de la comunidad en la compañía y el respeto a las
micronormas puede tomar los valores de un débil o fuerte respeto a las tradiciones de la
comunidad.
A partir de la evaluación de cada una de las viñetas, los sujetos deben responder la pregunta
acerca del nivel de confianza que tienen en la compañía que se describe. Esta pregunta es
llamada “rating task” y en este caso corresponde en términos estrictos a una variable ordinal
que toma valores de 1 a 7, lo que permite en términos prácticos trabajarla como una variable
continua. Se utiliza el “rating task” como la variable dependiente.
En el conjunto de tablas 1 se resume la descripción de cada una de las variables y se presenta
un modelo de viñeta presentado a los respondientes.
Una vez diseñada la viñeta (dimensiones, niveles y rating task), y siguiendo el protocolo
propuesto por Jasso (2006), es necesario seleccionar una muestra aleatoria de viñetas a partir
de las posibles combinaciones. Así, es necesario realizar un producto cartesiano de todas las
dimensiones para obtener el número posible de viñetas: 3x3x6x4x3x2x2 = 2592. El
siguiente paso es eliminar los casos lógicamente imposibles, pero que en nuestras posibles
combinaciones esto no sucede. Luego, del universo posible de viñetas se extraen
aleatoriamente 200 unidades, las que se dividen en 20 conjuntos de 10 viñetas cada uno, los
23
31. que son llamados “deck”. Cada uno de los individuos deberá responder aleatoriamente uno
de estos decks en su encuesta7.
Es necesario agregar que las encuestas factoriales revisten un grado importante de
complejidad, inherente a la misma complejidad de hacer frente a la evaluación y juicios que
los seres humanos realizan. En 25 años de desarrollo de investigación utilizando esta
metodología, las encuestas factoriales se han aplicado principalmente a población general,
seguido de grupos de estudiantes (Wallander, 2009). La decisión de a quién aplicar el
instrumento, además de tener bases sustantivas, plantea decisiones prácticas y
cuestionamientos a la consistencia y aplicabilidad de las encuestas factoriales en
determinados tipos de muestras. En este caso, el número de viñetas y dimensiones incluidas
en la encuesta está dada por la evidencia presentada por Sauer et al (2011), que sugiere que
en la aplicación de encuestas factoriales a población general se debe reducir las viñetas a una
cantidad cercana de 10 descripciones y 5 dimensiones para evitar problemas de consistencia
y fatiga, sobre todo en los sectores de la población de mayor edad y menor nivel
educacional. Se opta finalmente por 7 dimensiones para no obviar características que son
importantes para nuestra teoría.
7
Atzmüller y Steinar (2010) advierten que para obtener una muestra balanceada cada uno de estos
decks debe ser respondido el mismo número de veces. Es decir que, por ejemplo, tanto el deck 5 como
el deck 14 deberían ser respondidos un total de 5 veces. Sin embargo, producto de la complejidad de
la aplicación de la encuesta, los deck no fueron respondidos el mismo número de veces oscilando
entre 5 veces y 9 veces, lo que genera naturalmente un desbalance, pero que se controla con la
utilización de modelos multinivel.
24
32. TABLA 2.1a-Variables independientes contenidas en la descripción de la unidad ficticia.
Dimensión de Mayer et al Dimensiones Definición Niveles
desempeño (1995) de viñeta
Capacidad de generar Bajos,
Utilidades
utilidades. medios, altos.
Económico Capacidades Bajas,
Competencias Capacidad de lograr sus medianas,
objetivos económicos. altas.
15%, 30%,
Contratación Contratación de miembros de 45%, 60%,
la comunidad. 75% y 90%.
No dona,
pocos,
Benevolencia Filantropía
Donación de recursos a obras bastantes,
sociales para la comunidad. muchos.
Frecuencia de espacios de Nunca, a
Diálogo comunicación entre la veces,
empresa y la comunidad. siempre.
Social
Respeto por las normas del
contrato social establecidas
Micronormas por la propia comunidad en la Débil, fuerte.
forma de tradiciones y
Integridad costumbres.
Respeto a las normas del
contrato social más amplio y Deficiente,
Hipernormas
que deben ser seguidas por la sobresaliente.
sociedad en su conjunto.
TABLA 2.1b- Modelo de viñeta.
Descripción de la compañía (unidad ficticia):
La primera minera obtuvo medianos ingresos en el último año y ha sido catalogada como una
empresa con medianas capacidades para lograr sus objetivos económicos. Del total de
trabajadores contratados en el último año por la empresa un 60% corresponde a habitantes de
Pozo Almonte. La compañía siempre realiza asambleas participativas abiertas a la comunidad y
dona anualmente muchos millones de pesos a obras sociales en beneficio de la comuna. La
minera ha demostrado tener un fuerte respeto por las tradiciones de la comunidad y se la ha
catalogado como deficiente en el cumplimiento de las normas legales.
Rating Task:
¿Cuánto confía en esta empresa minera? (Valores de 1 a 7)
Para testear el posible efecto que podría producir el orden de las dimensiones en las viñetas y
el subrayado de los niveles se realizó un pretest en 30 estudiantes universitarios en la ciudad
25
33. de Santiago. Los resultados muestran que no existen diferencias estadísticamente
significativas entre los efectos de las dimensiones para los casos con el orden 1 y el orden 2
de las dimensiones, ni entre los niveles subrayados y sin subrayar. Esto se realizó porque no
existe evidencia empírica que evalúe los posibles sesgos que estas diferencias pueden
inducir.
2.2.- “Mundo Real”
La aplicación de la encuesta se realizó en los meses de junio y julio del 2012 en el distrito
urbano de Pozo Almonte en la primera región de Chile. Se utiliza esta comunidad como un
caso paradigmático para el problema de estudio y será descrito en profundidad en este
capítulo. En la comuna se seleccionó aleatoriamente una muestra representativa de manzanas
y viviendas dentro de las cuales se buscó a sujetos por cuotas. Se obtuvo un total de 140
respondientes, los cuales respondieron un total de 1400 viñetas.
Por la naturaleza del diseño las encuestas factoriales presentan una estructura jerárquica, en
donde las unidades de nivel 1 corresponde a cada una de las viñetas8 y los individuos a las
unidades de agrupación, posibilitando un análisis multinivel que se explicará en la sección de
modelos de este capítulo. Una vez sistematizados los datos se eliminaron los respondientes
2007 y 2027 para evitar la correlación intraclase por dejar viñetas sin responder. La base
final con la que se trabaja contiene 1380 viñetas en 138 respondientes.
En la tabla 2 se incluye una descripción de la muestra de respondientes a partir del sexo,
tramo de edad y nivel educacional.
Dado que uno de los objetivos de esta investigación es comprender cómo las características
de los individuos moderan la elaboración de juicios de confianza, se incluyen variables a
nivel de los sujetos con preguntas convencionales de encuestas.
Las hipótesis incluyen una serie de variables moderadoras y de control que representan las
características de los respondientes que elaboran los juicios de confianza: propensión a la
8
Uno de los beneficios de esta metodología es poder obtener un gran número de casos a partir de un
reducido número de aplicaciones, posibilitando una mejor inferencia estadística y abaratando los
costos del proceso de investigación.
26
34. confianza, similaridad, inclinación hacia el liberalismo económico, poder subjetivo, imagen
comunitaria de la industria minera y pertenencia.
La propensión a la confianza se construye a partir de una adaptación de la escala propuesta
por Mayer y Davis (1999) al contexto del caso de estudio. La escala presenta un alfa de
Cronbach de 0,53 y fue construida a partir de tres preguntas Likert de la escala original
sugeridas por el análisis de componentes principales.
TABLA 2.2- Análisis descriptivo de variables sociodemográficas de la
muestra.
Porcentaje N
Sexo Hombre
49,28% 68
Mujer 50,72% 70
Total 100% 138
Tramo de edad
18-30 42,75% 59
31-45 28,26% 39
46-60 28,99% 40
Total 100% 138
Nivel Sin educación, básica completa o
educacional 10,14% 14
incompleta
57,25% 79
Media completa o incompleta
32,61% 45
Superior completa o incompleta
Total 100% 138
La escala de Similaridad es propuesta por Siegrist et al (2000) y se adapta a la similaridad
percibida de los miembros de la comunidad hacia los gerentes de las compañías mineras. La
escala sumativa se compone de cinco preguntas de diferencial semántico (se integran las
diferencia de valores, objetivos, pensamiento, actuación y opinión) y presenta un alpha de
Cronbach de 0,61.
Se construye un índice de Liberalismo económico utilizando preguntas de la World Survey
Value adaptadas al contexto de estudio. El ítem está compuesto por seis preguntas sobre
equidad de ingreso, propiedad privada, trabajo y competencia. Si bien el alpha de Cronbach
27
35. presenta niveles bajos de fiabilidad (0,41), se opta por mantener la escala en su integridad
porque no presenta variaciones significativas al eliminar variables en su composición y es
necesario mantener una medición de este tipo para el análisis.
El índice de Poder subjetivo mide la percepción de capacidades y recursos. Se construye a
través de la medida propuesta por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2004)
a partir de la integración de cinco preguntas que miden capacidades personales,
disponibilidad de recursos y redes de apoyo. El análisis de fiabilidad presenta un alpha de
Cronbach de 0,58.
Para medir la pertenencia a la comunidad se utiliza como proxy la variable dummy de haber
nacido en la primera región del país. La pregunta no se enfoca en los nacidos en Pozo
Almonte porque los partos se realizan frecuentemente en la capital regional de Tarapacá. La
variable no se presenta sesgada en la muestra siendo un 44% los nacidos en la región y un
55% los nacidos fuera de la región de Tarapacá.
TABLA 2.3- Estadísticos descriptivos para variable dependiente y variables moderadoras
continuas.
Variable Media Desviación estándar Valor mínimo Valor máximo
Confianza 3,92 1,73 1 7
Propensión a la confianza 6,07 2,10 3 15
Similaridad 17,39 8,51 5 41
Liberalismo económico 30,77 6,74 12 51
Poder subjetivo 13,03 2,24 7 18
Se incluyen como variables de control la edad, el nivel educacional y el deck respondido por
los encuestados. Tanto la edad y el nivel educacional de los encuestados buscan controlar
por el efecto que pueden producir en el procesamiento cognitivo de las viñetas. Por otro lado,
cada deck o conjunto único de diez viñetas fue respondido al menos por cinco respondientes
y dado que esto puede generar correlación intraclase, se incluye el deck respondido como
variable de control.
28
36. Uno de los riesgos importantes en el diseño de las encuestas factoriales es el efecto orden, en
donde el orden de las dimensiones y de las viñetas en cada deck pueden explicar los
resultados. Para evitar esto, sería necesario aleatorizar las dimensiones de cada viñeta, pero
es imposible producto de los problemas de redacción que se producirían en el texto. Por otro
lado, en la aplicación de encuestas por ordenador es posible aleatorizar el orden en que se le
presenta cada viñeta a los respondientes, sin embargo en encuestas aplicadas en papel esto no
es plausible, porque hubiese implicado para este caso generar 140 cuestionarios diferentes.
De esta forma, es necesario reconocer que no es posible evitar en esta aproximación un
posible efecto orden.
2.3.- El caso de Pozo Almonte
Pozo Almonte es una comunidad de la primera región de Chile que se ubica a 1.072 m.s.n.m.
en las cercanías de la intersección entre la carretera Panamericana que une a los países del
hemisferio occidental del continente latinoamericano y el acceso a la capital regional. La
comunidad entrega un escenario único para estudiar la generación de juicios de confianza en
contextos de dependencia. La elección se basa tanto en criterios prácticos como teóricos.
Siguiendo la terminología de Dunham et al (2006), Pozo Almonte se transforma en una
comunidad de lugar producto de su proximidad a diversas operaciones mineras (ver imagen
2). A la salida de la ciudad se encuentra, por ejemplo, la planta Cala-Cala de la compañía
minera no metálica Cosayach y en las noches desde diversos puntos de la ciudad se observan
iluminadas las operaciones de Cerro Colorado. Por otra parte, en la aplicación de la encuesta,
las narrativas de los respondientes refieren permanentemente a la proximidad con las
operaciones de esta empresa, en particular a la forma en cómo el ruido y las partículas de las
detonaciones generan impacto sobre el poblado.
29
37. Figura 2.1- Mapa de Pozo Almonte.
Fuente: ArcGIS.
Por otra parte, desde sus orígenes la historia de Pozo Almonte ha estado ligada a la industria
minera. Fue creada oficialmente el 30 de diciembre de 1927, pero desde antes había ocupado
un lugar estratégico prestando servicios a las oficinas salitreras y hoy ocupa una posición
privilegiado en la conectividad de la industria minera en el norte de Chile. Si bien no existe
una historia oficial y publicada sobre la comuna, en la aplicación de instrumentos las
narrativas demuestran que el desarrollo de la comuna ha estado vinculado a los aportes de
compañías mineras. Al respecto, Juvenal (jubilado, 69 años) relata que minera La Cascada
en los años 70 construyó el primer alcantarillado, el estanque de agua potable para abastecer
a las casas y el primer estadio que hoy ha sido remodelado por la compañía minera Doña
Inés Collahuasi.
De la misma forma, Pozo Almonte se ubica en la región de Tarapacá, que es una de las zonas
del país en donde la industria del cobre tiene mayor participación en el producto interno
bruto regional. Como se observa en los datos de la tabla 4, el aporte de la minería en el
periodo presentado duplica a la industria que la secunda en aporte al producto interno bruto.
30
38. Asimismo, la industria minera por sí sola representa el 36% del Producto Interno Bruto de la
región.
En relación a su condición de stakeholder, el distrito de Pozo Almonte puede ser catalogado
como un stakeholder dependiente dado que, en general, los promedios de ingreso y años de
escolaridad se encuentran bajo la media nacional9. De la misma forma, no existen centros
políticos que permitan influir de forma importante en la industria del cobre mediante el
lobby, aunque no se debe dejar de reconocer, el poder potencial que significa que el poblado
se encuentre emplazado en la carretera Panamericana, lo que podría significar un mecanismo
de presión significativo si los habitantes decidieran bloquearla.
Figura 2.2- Vista de la plata Cala-Cala de Cosayach desde la comunidad.
Fuente: Foto propia.
9
Según el Instituto Nacional de Estadísticas en un reporte de la Biblioteca del Congreso Nacional
(2008) se señala que los habitantes de Pozo Almonte tienen en promedio 9,5 años de escolaridad en
comparación a los 10,1 de la media nacional. El mismo reporte declara que los ingresos autónomos
($561.302) y los subsidios monetarios ($5.912) son inferiores en comparación al promedio del país
($613.206 y $7.269 respectivamente).
31
39. En un contexto más amplio, Chile constituye un escenario ideal para evaluar disposiciones
hacia la empresa privada porque la industria extractiva ha estado ligada históricamente a su
desarrollo. Además, posee ciertas características sociopolíticas que le dan relevancia a la
discusión sobre las actitudes de las personas hacia la empresa privada. Particularmente la
llamada Revolución Capitalista (Gárate, 2012), que significó que Chile se convirtiera en el
primer país en instaurar el modelo económico liberal, acompañado de una coyuntura política
determinada por el régimen militar de gobierno y que significó la privatización de empresas
que hasta el momento eran propiedad del “Estado empresario”. Este proceso de privatización
tuvo, según Gaete, dos objetivos políticos claros:
“Lograr tanto el apoyo de los empresarios con el objeto de afianzar el modelo
económico como el respaldo necesario para ganar el referéndum (plebiscito) de
1988. El segundo aspecto se refiere al desmantelamiento del ‘Estado
Empresario’, con el objeto de disminuir la influencia de cualquier futuro
gobierno o coalición política sobre la marcha de la economía, dejando esta
responsabilidad únicamente en manos del empresariado” (2012:312).
TABLA 2.4- Distribución PIB de la región de Tarapacá por actividad
económica.
ACTIVIDAD 2003 2004 2005 2006
Agropecuario-Silvícola 11.295 13.047 12.433 11.820
Pesca 47.243 75.402 57.261 60.113
Minería 673.527 758.507 693.369 748.110
Industria Manufacturera 137.580 151.306 158.795 162.393
Electricidad, Gas y Agua 32.496 32.540 32.040 41.411
Construcción 180.991 103.127 91.888 81.197
Comercio, Restaurantes y Hoteles 266.050 268.979 300.683 347.860
Transporte y Comunicaciones 145.748 153.284 165.389 167.443
Servicios Financieros y Empresariales1 93.856 99.154 107.801 114.430
Propiedad de Vivienda 71.910 73.940 76.549 79.199
Servicios Personales2 150.064 156.431 162.433 168.526
Administración Pública 118.168 122.063 127.193 133.883
Menos: Imputaciones bancarias -18.906 -20.259 -23.546 -24.861
Producto Interno Bruto 1.910.022 1.987.521 1.962.288 2.091.524
Fuente: Banco Central.
1
Incluye Servicios financieros, seguros, arriendo de inmuebles y servicios prestados a
empresas.
2
Incluye educación y salud, pública y privada y otros servicios.
32
40. Así, estas reformas económicas pasaron a representar la herencia del régimen militar, y
definirían las ideas pro-empresa privada o anti-empresa una vez retornada la democracia
desde marzo de 1989.
Finalmente, el distrito se concentra en un espacio físico reducido por lo que facilitó la
recolección de datos y facilita la noción de comunidad auto-contenida o autónoma.
2.4.- Modelos
El modelo de análisis de la encuesta factorial se realiza en dos niveles: nivel del individuo y
nivel de las viñetas. En este sentido, se entregan las condiciones para la utilización de
modelos multinivel ampliamente utilizados en investigaciones educacionales, en donde los
estudiantes presentan un sistema jerárquico “natural” y esto, según Hox et al (1991), por
definición también ocurre en las encuestas factoriales.
Para el caso de nuestro estudio los modelos multinivel presentan dos ecuaciones en donde,
por un lado, se modela el efecto de la viñeta en los individuos y, por otro, el efecto de las
características de los respondientes entre ellos.
Para cada miembro de la comunidad de Pozo Almonte encuestado se tiene una ecuación de
regresión particular:
33
41. (1)
Donde,
= juicio de confianza para viñeta j por respondente i
efecto de la característica de la viñeta j y respondente i
= coeficiente de regresión para el respondiente i
= error aleatorio,
Para,
1, …, k respondientes,
1, …, ni viñetas para respondiente i,
1, …, p variables de viñeta,
De esta forma, los juicios de confianza (respuestas) de los miembros de la comunidad son
predichas al nivel de los respondientes por el desempeño de las empresas descrito en las
características de las viñetas.
Asimismo, para cada uno de los coeficientes de regresión presentes en la ecuación (1) existe
un modelo entre los respondientes:
34
42. (2)
Donde,
= coeficiente de regresión para el respondiente por característica m de la viñeta y
respondente i,
= valores de las características de los respondientes por respondiente i,
= coeficiente de regresión que describe los efectos de las características de los
respondentes en ,
= error aleatorio.
La ecuación (2) puede ser incluida en el primer modelo remplazando:
(3)
[∑ ∑ ] [∑ ]
Raudenbush y Bryk (2002) advierten que este tipo de modelos no se pueden asumir como
modelos ordinary least squares (OLS), porque entre sus supuestos se exige que los errores
sean independientes, normalmente distribuidos y varianza constante.
En cuanto a la multicolinealidad, el diseño de las encuestas factoriales permite que, al menos
en el nivel 1, no exista colinealidad entre las dimensiones de las viñetas dado que han sido
generadas previamente a partir de su combinación ortogonal (ver Tabla 1 en anexo). Según
Shieh y Fouladi (2003), las consecuencias de la multicolinealidad han sido poco estudiadas
por las investigaciones sobre modelos multinivel y lo existente ha demostrado que puede (1)
provocar distorsiones en los signos de los predictores, (2) reducir la significancia de los
35
43. parámetros o (3) que los parámetros estimados para cada variable difieran sustancialmente.
Así, la reducción de la colinealidad ha sido destacada como una de las principales ventajas
de trabajar en el “mundo de las viñetas” (Rossi y Anderson, 1984; Sniderman y Grob, 1996;
Jasso, 2006), dado que es complejo evitarla en el “mundo real”, y que para este caso ha sido
evitada dada la combinación aleatoria de las variables independientes representadas por las
dimensiones de las viñetas.
Asimismo, uno de los riesgos más importantes en las encuestas factoriales es la correlación
interna. La mayoría de los estudios no discute (Wallander, 2009) la posibilidad de que no
exista independencia estocástica. Sin embargo, la utilización de modelos multinivel
posibilita que los errores sean aleatorios con respecto a las dimensiones de las viñetas y que
la correlación no afecte la estimación del coeficiente de regresión de las características de las
compañías hipotéticas en las viñetas10, producto de la descomposición de la varianza no
explicada. Además de la ventaja de los modelos jerárquicos en este sentido, se procede a
utilizar el “double-check”, en donde cada deck es respondido por al menos 5 miembros de la
comunidad.
En cuanto al manejo de las variables, se opta por trabajar como modelos de variables
independientes continuas. Si bien es cierto todas las variables son categóricas, su ordinalidad
permite que su interpretación tenga sentido en términos continuos, a excepción de la
pertenencia a la comunidad que es trabajada como una variable dummy. Likelihood-ratio test
para comparar la diferencia en el ajuste de utilizar las dimensiones de las viñetas no presenta
evidencia que establezca un mejor ajuste de un modelo sobre otro, lo que posibilita utilizar
un modelo con variables continuas como equivalente (p=0,03). En tanto las medidas de
información bayesianan information criterion (BIC) y Akaike’s information criterion (AIC)
presentan evidencia que sugiere la utilización de modelos con variables continuas producto
de su mayor parsimonia en comparación al modelo de variables categóricas (ver Tabla 3 en
anexo). La principal razón de utilizar modelos que asumen variables continuas es que
facilitará la comunicación de resultados y la interpretación de los efectos interacción.
10
Otra de las estrategias recomendadas para evitar la correlación interna son los modelos de efectos
fijos, en donde cada respondiente es representado por una variable dummy en el modelo. Se puede
observar en la Tabla 2 del anexo que los resultados con esta estrategia son consistentes para los
efectos principales estimados con el modelo jerárquico multinivel.
36
44. CAPÍTULO 3: RESULTADOS
Como se ha expuesto, en lo que sigue se presenta la estimación de los modelos multinivel
para explicar el proceso de generación de confianza hacia las empresas mineras. LR-test en
el modelo nulo es significativo (p=179.07), a favor de la utilización de modelos multinivel
en comparación a un modelo OLS.
En el modelo 1 de la Tabla 3.1, se muestra que en conjunto las variables que refieren al
desempeño económico y social de la compañía, o dimensiones de las viñetas, corresponden
al 76% de la varianza explicada, lo que demuestra su importancia en la elaboración de los
juicios de confianza. Así, un cuarto de la varianza explicada correspondería a las
características de nivel 2 o, como se ha llamado, al “efecto lente” (ρ=0.29), que se estudiará
en profundidad más adelante como proceso moderador en la generación de confianza.
Asimismo, se observa en el modelo nulo que la comunidad de Pozo Almonte presenta en
promedio 3.9 puntos en la escala de confianza hacia las empresas mineras, lo que destaca si
lo comparamos con las mediciones a nivel nacional que tienden hacia los niveles de menor
confianza al preguntar sobre la confianza en la empresa privada (Centro de Estudios
Públicos, 2012).
Por otra parte, en el modelo 2 de la Tabla 3.1 se sugiere que todas las dimensiones del
desempeño económico y social de las compañías mineras influyen de forma positiva sobre el
juicio de confianza que las personas elaboran sobre las empresas (hipótesis 1a). Todas las
variables son estadísticamente significativas a un nivel de confianza de 99% (p<0.01),
excepto los ingresos generados por la empresa en el último año que es estadísticamente
significativo desde 95% (p<0.05) de confianza. Esta evidencia es consistente con lo
planteado por la teoría, donde los miembros de la comunidad elaborarían los juicios de
confianza teniendo en consideración tanto elementos del desempeño económico como del
desempeño social. En otras palabras, una mayor benevolencia, capacidad e integridad de las
compañías permite que las personas confíen más en ellas. Por ejemplo, si la empresa dona
mayor cantidad de dinero a obras sociales en beneficio de la comunidad, manteniendo lo
demás constante, las personas tendrían una mayor confianza (β = 0.712) hacia las empresas
mineras. De la misma forma, en el caso de las capacidades o desempeño económico, una
mayor cantidad de ingresos en el último año explica en promedio un aumento (β = 0.227) en
el juicio de confianza hacia las compañías.
37