Este documento discute la relación entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo. Explica que la inteligencia emocional reconoce el papel importante de las emociones en la psicología individual y la capacidad de superar crisis emocionales. También señala que aunque la inteligencia emocional puede ayudar a resolver problemas, el éxito requiere perseverancia y estado emocional. Además, la inteligencia emocional se puede desarrollar y fortalecer a través de las relaciones, y no es innata. Final
1. UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL
LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL
MAGISTERIO
EXTENSIÓN NUEVA ESPARTA
La Inteligencia Emocional Y Su Relación Con El
Aprendizaje Significativo
Facilitadora: Participante:
Nayleet Beltrám Ana Narváez
Felipe Velásquez
Vicente Velásquez
Porlamar, Julio 2012.
2. La Inteligencia Emocional Y Su Relación Con El Aprendizaje Significativo
La Inteligencia Emocional, reconoce el papel tan importante que ejercen nuestras
emociones con respecto a las funciones de carácter psicológico del individuo, sobre
todo cuando este logra superar una crisis sentimental, un fracaso o la perdida de un
ser querido, en todas estas situaciones se enfatiza la parte emocional que puede traer
como consecuencia factores positivos o negativos; aunado a esto cada persona tiene
la potestad de accionar decisivamente tanto en su éxito como en el fracaso que
obtenga de sus metas propuestas.
Daniel Goleman, es uno de los psicólogos mas afanados en conocer sobre la
inteligencia y su influencia en el aprendizaje escolar y las interacciones familiares y
sociales, él concluye que la inteligencia emocional en sí, no garantiza el mejor
desempeño ante las dificultades que se le presenten y que no en todos los casos es
indispensable para solventar las mismas.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto podemos decir, que la inteligencia
emocional puede contribuir de una manera u otra a la solución de alguna
problemática, sin embargo para el éxito de cualquier objetivo tenemos que tener en
cuenta el valor de la perseverancia y estados emocionales que poseemos para
solventar una situación de manera significativa, ya que muchas veces cuando nos
encontramos en una situación de conflicto o riesgo actuamos por impulsos y luego es
que razonamos nuestro comportamiento. Cabe destacar que la inteligencia emocional
no es una condición innata, sino que es concebida y que es posible desarrollar y
fortalecer a través de nuestras relaciones con el entorno, por lo que es algo que no
esta predefinido.
La inteligencia emocional, tal y como lo señala Goleman, es la capacidad de
reconocer los sentimientos propios y los de los demás, para así manejar bien las
3. emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean. La inteligencia
emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los
sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el
trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud
empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
La habilidad para manejar emociones de forma apropiada se puede y se debe
desarrollar desde los primeros años de vida ya que las emociones se expresan desde el
mismo nacimiento es por eso que un niño que es amado, acariciado, será un niño con
seguridad en sí mismo. En cuanto a la educación esta no solo contempla los aspectos
intelectuales y el rendimiento escolar, si no que actualmente se está haciendo énfasis
en el desarrollo de las habilidades emocionales y la autoestima misma que se tiene
como persona, vale decir la educación de los sentimientos, la valoración que se da
uno mismos como ser pensante y racional. Actualmente los tiempos en que vivimos
necesitamos cada día más de la inteligencia emocional, en los tiempos en que vivimos
se necesita ser emocionalmente inteligente. En ciertas ocasiones a veces es mejor
saber callar ante una persona que se encuentra ofuscada y no conceder una
acumulación de razones para hacerla entender que está equivocada, hay que también
saber administrar en muchas ocasiones esas emociones sin reprimirlas evitando crear
angustias y represiones posteriores.