2. Es un trastorno de tipo neurobiológico que afecta al 5%
de la población en edad escolar.
Aparecen síntomas de desatención, hiperactividad e
impulsividad, que se presentan con mayor intensidad y
frecuencia de lo esperado para su edad; y el desarrollo
infiere en forma negativa en el aprendizaje y
comportamiento.
También se presentan acompañado por otros
trastornos, como trastornos del estado de
ánimo, dislexia, dificultades en la lectura y
escritura, conductas agresivas, entre otros.
3. Tipo desatento: no puede enfocarse ni mantenerse concentrado en
una tarea o actividad; no siguen instrucciones para juegos, no pueden
organizar sus tareas, pierden cosas constantemente, se distraen
fácilmente.
Tipo hiperactivo impulsivo: es una persona muy activa, actúa sin
pensar. Es la señal más visible del TDAH, ya que está siempre en
movimiento: están inquietos, se levantan de la silla cuando no deben,
corren para todos lados, tienen dificultades para jugar tranquilos,
hablan demasiado e interrumpen a los que están hablando, dicen las
respuestas antes que se completen las preguntas.
Tipo combinado: la conducta es inatenta, impulsiva y demasiado
activa; se presentan problemas en poner atención, con hiperactividad
y en controlar sus impulsos. Esto puede causar que tengan
verdaderos problemas en el hogar, en la escuela y con amigos. Como
resultado, se sienten ansiosos, inseguros y deprimidos.
4. Algunas de las causas puede ser el nacimiento
prematuro, fumar o experimentar estrés durante el
embarazo, estar expuesto a sustancias alcohólicas en el
útero y las lesiones cerebrales traumáticas también
contribuyen a este desarrollo.
Otras de las causas es que puede ser genético, por
factores hereditarios.
Puede ser también un retardo en la maduración por
falta de estimulación apropiada para el desarrollo.
5. Tratamiento psicológico: está dirigido a padres, profesores y
niños; brinda información sobre el TDAH, estrategias de
manejo de la conducta, para mejorar la relación hijo/alumno y
para aumentar el autocontrol del niño.
Tratamiento farmacológico: reduce los síntomas básicos del
trastorno (inatención, sobreactividad motora e impulsiva). Es
de larga duración (años), en la mayoría de los casos desarrolla
la intelectualidad y mejora la interacción familiar y social. Pero
en algunos casos no es efectivo.
Los profesores pueden ayudar registrando posibles mejoras y
efectos secundarios, como dolor de cabeza, irritación, náuseas.
• Tratamiento psicopedagógico: mejora las habilidades
académicas del niño mientras estudia y hace la tarea. Instaura
un hábito de estudio.
7. Comportamiento del niño
Comportamiento del niño activo
hiperactivo
Está sano y vital Tiene problemas de tipo
Si algo le interesa presta neurobiológico
atención Dificultades para prestar atención
Se distrae cuando algo no lo Se distrae fácilmente con cosas
sin importancia
motiva
Problemas de ansiedad
Es alegre y divertido
Es agresivo cuando no consigue
Hace travesuras sin violencia lo que quiere
Se relacione bien socialmente Su comportamiento social es
indiscreto
8. Los docentes deben aprender e informarse sobre éste
trastorno, saber e investigar cuáles tareas son difíciles, por
ejemplo, algunos presentan dificultades al comenzar la
actividad y otros para finalizarla; por eso necesitan
diferente ayudas.
Deben guiarlos en sus tareas físicas, dejándolo que haga las
actividades de pie o en el pizarrón.
Proponer descansos regulares y un plan educacional
adaptado a sus necesidades.
Compartir información a la escuela y al hogar, es
importante que documenten todo para ayudar al
profesional ya que éstos lo ven en una entrevista corta, y
muchas veces se culpa a la maestra y a la escuela, por eso
sería indispensable para el diagnóstico y el tratamiento
correcto del niño.
Estar dispuesto a probar nuevas maneras de hacer las cosas
para lograr el éxito.
9. En este trabajo, traté de mostrar que detrás de un niño con
hiperactividad, hay una madre con funcionamiento mental
hiperactivo y en ambos se entiende la hiperactividad como una falta
de capacidad para contener y procesar la ansiedad, utilizando la
acción como un mecanismo expulsivo de la angustia.
Por eso, nosotros como docentes, debemos en primer lugar conocer
este trastorno, para poder trabajar con los chicos integrándolos en el
aula, para que no se sientan diferentes y aislados.
Desde ya sabemos que no vamos a resolver sus problemas, pero sí
podemos ayudarlos a mejoren cada día y se esfuercen más para
adquirir los conocimientos básicos, los cuáles le serán útiles en su
vida.