El principal motivo para almacenar los excedentes de forraje en épocas de buena producción, es tener disponibilidad en las temporadas donde la oferta de forraje es menor, especialmente durante la sequía.
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Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
1. Manual de cómo elaborar
Un heno de buena calidad
Gilberto Alonso Murcia Contreras
2.
3. Gilberto Alonso Murcia Contreras
Ing. Agrícola, PhD. Mecanización y Maquinaria Agrícola
Bogotá D. C., Colombia, enero de 2013
Manual de cómo elaborar
Un heno de buena calidad
5. 3
Contenido
Introducción.................................................................................................... 5
Establecimiento de forrajes y renovación de la pradera..................................... 8
Propiedades físicas de los suelos......................................................................... 12
Preparación de los suelos para el establecimiento de forrajes................................... 15
Maquinaria para la preparación de suelos............................................................ 16
Maquinaria para la renovación de praderas........................................................... 17
Desbrozadoras.................................................................................................. 17
Renovador de praderas....................................................................................... 17
Establecimiento de los cultivos forrajeros............................................................. 18
Aplicación de fertilizantes y correctivos................................................................ 19
Control de plagas y enfermedades........................................................................20
Cosecha y acondicionamiento de los forrajes........................................................ 20
Hilerado removido y secado de los forrajes........................................................... 22
Enfardado del heno........................................................................................... 24
Almacenamiento del heno................................................................................. 27
Conclusiones................................................................................................. 29
Bibliografía....................................................................................................30
Páginas web recomendadas............................................................................ 31
6.
7. 5
Manual de cómo elaborar
Un heno de buena calidad
Gilberto Alonso Murcia Contreras*
Introducción
En Colombia, la producción animal con rumiantes está en función de la disponibi-
lidad de forraje, asociada a las condiciones del suelo, al medio ambiente y al manejo
que le proporcione el ganadero. Los forrajes son la fuente de nutrientes más econó-
mica para el ganado y su disponibilidad se caracteriza por épocas de abundancia,
que, por lo habitual, coinciden con las lluvias, y de escasez, durante la de sequía;
estos ciclos conllevan al sobrepastoreo, a la reducción en la producción de carne y
leche, a la pérdida de peso en el ganado, al retraso en el crecimiento y, en general, al
incremento en los costos de producción y a un menor ingreso.
Por esta razón, los ganaderos productores, tanto de carne como de leche, se han
visto obligados a buscar nuevas y mejores alternativas de forrajes verdes o deshidra-
tados como el heno de diferentes especies de pastos (kikuyo, pangola y angleton),
utilizados en la elaboración de materia seca. En algunas circunstancias, estos ele-
mentos son traídos de lugares muy distantes a altos costos, principalmente por el
transporte. Por lo tanto, algunas empresas ganaderas han optado por producir heno
de kikuyo u otras gramíneas en sus predios y así conservarlo almacenado de manera
constante, para las épocas críticas (sequías e inundaciones), con el fin de mantener
una buena dieta para los animalesy, por ende, la producción, reproducción y produc-
tividad del hato ganadero.
El principal motivo para almacenar los excedentes de forraje en épocas de buena
producción, es tener disponibilidad en las temporadas donde la oferta de forraje es
menor, especialmente durante la sequía. Por consiguiente, la producción y el alma-
cenamiento de forrajes con el fin de utilizarlos en los períodos críticos es esencial, ya
que reducen los costos asociados a la compra de concentrados o peletizados para el
sostenimiento de los animales e incrementan la utilidad. Las deficiencias de forrajes
son adversas para la ganadería pues generan inconvenientes en la producción, la
reproducción y, en consecuencia, en el retorno económico. A través de programas de
conservación de forrajes se cuenta con una herramienta sencilla para almacenarlos
a bajo costo y conservar su calidad. Todas estas razones hacen que la producción de
* e-mail: gilbertomurcia@hotmail.com
8. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
6
heno sea una de las mejores y más utilizadas alternativas para la suplementación de
forraje seco en las ganaderías del mundo y se constituye en una herramienta funda-
mental para los productores y ganaderos de todo el país.
El heno es el alimento resultante de la deshidratación del forraje verde por me-
dios artificiales o naturales, hasta bajar su contenido de humedad al 15% o 20%, lo
cual permite almacenarlo durante algún tiempo en condiciones adecuadas.
El objetivo de la elaboración del heno es bajar la humedad, minimizar la actividad
celular y la de los microorganismos existentes para mantener la calidad del forraje.
El heno es la fuente más económica de nutrientes para los animales, con excepción
del pastoreo directo, y se emplea como complemento alimenticio en las épocas de
escasez de pasto.
La oferta de forraje está asociada de manera directa a las condiciones ambien-
tales de la región, al manejo dado a las praderas por el ganadero y, principalmente,
a las condiciones del suelo, debido a que en épocas de lluvia se comprime por el
pisoteo del ganado, lo que restringe el sistema radicular de las plantas y afecta la
producción de forraje. Durante el verano, las praderas se mantienen sin agua y su
crecimiento se ve afectado por la falta de humedad en el suelo y la compactación del
mismo que impide la penetración de las raíces.
El suelo es una mezcla de partículas sólidas, como arcilla, arena, limos y materia
orgánica, cuya proporción y organización determinan sus características fundamen-
tales como la textura, la estructura, el contenido de nutrientes, la estabilidad, la
aireación, la capacidad de retención de humedad, entre otras. Desde el punto de
vista agrícola, una proporción ideal del volumen corresponde a 50% de minerales,
25% de aire y 25% de agua. Además, está conformado por una serie de capas que di-
fieren en cuanto a su composición física y química; la primera, corresponde al suelo
que se labra para establecer las praderas forrajeras. En él encontramos, de manera
casi generalizada, que la principal limitante que se observa es la formación de una
capa compacta a pocos centímetros, causada básicamente por el pisoteo del ganado
y el mal uso de las máquinas e implementos agrícolas; y que se presenta con mayor
frecuencia en suelos de textura media a pesada, de topografía plana y condiciones
climáticas con periodos marcados de lluvia y de sequía.
Las capas compactadas pueden originar problemas como reducción de la profun-
didad efectiva para el desarrollo radicular, con disminución del área con nutrientes
disponibles y de la capacidad de almacenamiento de agua, limitación del movimiento
de esta, disminución de la aireación del suelo en épocas húmedas, baja respuesta de
la pradera a la aplicación de fertilizantes, entre otras. Estas limitantes pueden ser re-
ducidas o eliminadas si se sustituyen los sistemas convencionales de preparación de
suelos por sistemas conservacionistas que minimicen la erosión y la degradación, con
lo que se mejora la capacidad de almacenamiento y conservación del agua en el suelo.
9. 7
Para aplicar las técnicas adecuadas de un manejo conservacionista es impres-
cindible conocer las características físicas y químicas del suelo, la pradera que se va
a establecer o a renovar, para de esta manera, seleccionar las labores a realizar y el
tipo de máquinas e implementos a emplear en las actividades apropiadas según el
tipo de suelo. Los implementos que se van a utilizar dependen de la condición del
suelo, de la profundidad de trabajo, de la pradera a establecer, etcétera.
Junto a la maquinaria que se ha diseñado para contribuir al objetivo de recupe-
rar los suelos degradados en la agricultura y a las técnicas conservacionistas, se ha
venido manifestando, de forma paralela, el interés por recuperar y conservar las pra-
deras dedicadas a la ganadería, que han mostrado una disminución en la capacidad
productiva a causa de la pérdida de las propiedades físicas, en especial por la com-
pactación de los suelos, ya sea por el pisoteo continuo del ganado o por el mal uso
de la maquinaria agrícola. Es por ello que alrededor de este tema se han diseñado,
entre otros, equipos de renovación de praderas, además de una amplia gama de
maquinaria para el manejo y conservación de forrajes como las correspondientes al
silo, heno y henolaje, para asegurar alimento suficiente para los bovinos.
Para superar estas limitantes se requieren estrategias que conduzcan a la disponi-
bilidad de forraje abundante de buena calidad, en forma permanente y a bajo costo.
Existen forrajes adaptados a las diferentes zonas agroecológicas, sin embargo, se
requiere de adecuadas prácticas de preparación de suelos y siembra cuando se trata
de establecimiento de forrajes y de renovación de las praderas cuando se encuen-
tran degradadas y se quiere mejorar la producción, corte, hilerado, secado, acondi-
cionamiento y empaquetado del forraje con el objeto de elaborar un heno de buena
calidad para suministrar alimento al ganado bovino.
10. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
8
Establecimiento de forrajes y
renovación de la pradera
El objetivo principal, tanto para el establecimiento como la renovación de una
pradera, es mejorar las condiciones físicas del suelo, con el fin de promover un am-
biente favorable para el crecimiento y desarrollo vigoroso de las especies forrajeras.
En este sentido, esta labor está asociada con la aplicación de prácticas agronómicas,
tales como laboreo o mecanización, fertilización, control de malezas y siembra de
especies forrajeras para aumentar la población y producción de estas, que, depen-
diendo del estado de degradación y del sistema de producción, se pueden utilizar
una o la combinación de varias prácticas. Existen diferentes niveles de degradación
de las praderas y de ello depende el tratamiento de recuperación y su costo. Cuando
el proceso de degradación no es demasiado avanzado, se pueden aplicar prácticas
para recuperar su capacidad productiva; sin embargo, cuando se trata de un nuevo
establecimiento, o cuando el estado de degradación de la pradera es severo, la op-
ción más viable, en términos de costos y eficacia del proceso, es la preparación del
terreno y el establecimiento de nuevos forrajes.
Foto 1. Pradera nativa degradada
JuanRafaelRestrepo-Fedegán
11. 9
Dentro de otras consideraciones, sobre el establecimiento de especies forrajeras
para elconsumo animal, Mila (2004) hace referencia a la importancia de cuestionar las
razones por las cuales se decide implantar nuevas especies forrajeras, lo que implica
el cambio de vegetación y asumir altos costos y riesgos, o si, por el contrario, sería
mejor la rehabilitación de la pradera existente. En caso de decidir establecer el nuevo
forraje, es necesario conocer datos básicos como las condiciones climáticas del área
de influencia de la finca, el relieve, las características físico-químicas y biológicas del
suelo, la maquinaria disponible y las plagas, enfermedades y plantas nocivas más fre-
cuentes. Con esta información se puede realizar un plan apropiado de manejo a partir
de los requerimientos del forraje, como lo son las labores de labranza, las enmiendasy
fertilización, la siembra, el control sanitario y el primer uso de la pradera.
Sin embargo, es importante considerar que el suelo debe brindar condiciones
físicas, químicas y biológicas óptimas para el desarrollo del sistema radicular de las
plantas y el transporte de los nutrientes, por ende, las operaciones de mecanización
son indispensables en el proceso de establecimiento o renovación de praderas, de-
pendiendo del grado de compactación del suelo, del tipo de pradera a establecer o
renovar y de su estado productivo. Según Lozano (2004), la intervención mecánica
para renovar praderas degradadas se puede desarrollar mediante varias operacio-
Foto 2. Suelos compactados
ArchivoCipav
12. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
10
nes. Aunque se han usado rastras de discos y otros implementos tradicionales para
la renovación, algunos implementos que no invierten el perfil del suelo y que están
basados en herramientas verticales o rotativas, consiguen mejores resultados.
La secuencia de actividades a realizar para el establecimiento y renovación de
praderas, que involucran el uso de maquinaria es la siguiente:
• Caracterizar física y químicamente los suelos, para definir el sistema de prepara-
ción y la respectiva fertilización.
• Determinar el tipo y la profundidad a la cual se presenta la compactación, para
decidir la profundidad de laboreo, el implemento a utilizar y el grado de prepara-
ción del suelo, pues esto depende de sus características físicas, de la profundi-
dad de trabajo y de la topografía del terreno.
• Remover los excesos de vegetación es muy importante para un exitoso estableci-
miento o renovación de la pradera, entre los cuales es frecuente la presencia de
malezas arbustivas o arbóreas, además de forraje demasiado maduro y de alta
densidad que dificultan las operaciones de labranza, esto se puede lograr con
sobrepastoreo, es decir, con altas cargas de animales que remuevan el exceso de
pasto, o mediante máquinas desbrozadoras o cortamalezas.
• Romper las capas endurecidas con implementos como el renovador de praderas,
en función de los niveles y profundi-
dad de la compactación, si se trata
de renovación.
• Para el establecimiento de prade-
ras, el rompimiento de estas capas
sin invertir el suelo se puede realizar
con implementos como los arados
de cincel rígido o vibratorio a una ve-
locidad adecuada de desplazamien-
to. La rastra de discos mejora las
condiciones del suelo para el esta-
blecimiento de la semilla o cuando
la compactación es superficial.
• En zonas de ladera, es recomendable
el uso de equipos de tracción animal
comoaradodebueyes,elmotocultor,
entre otros. En todos los casos, para
la mecanización, el suelo debe estar
en condiciones de friabilidad, es de-
cir, que se desmenuce fácilmente. Foto 3. Renovador de praderas
JuanFernandoCardona-Fedegán
13. 11
Foto 4. Pradera recién sembrada
JuanRafaelRestrepo-Fedegán
Foto 5. Pradera establecida
AlejandroCadavidL.-Fedegán
• Fertilizar según las recomen-
daciones.
• Se han diseñado equipos
para la renovación de prade-
ras, los cuales pueden cortar
el suelo/cespedón, romper la
capa compactada para airear
el suelo y aplicar abonos y se-
millas para resiembra.
• Para el establecimiento de
forrajes, se cuenta con ade-
cuada oferta de sembradoras
abonadoras.
• El proceso de establecimiento o renovación de praderas culmina con la siembra
del nuevo material o intersiembra. La siembra se debe hacer inmediatamente
después de la labranza.
• Aplicar riego si el suelo no tiene suficiente humedad y si se dispone de agua.
14. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
12
Propiedades físicas de los suelos
El suelo es el resultado de interacciones dinámicas tanto de componentes orgáni-
cos como inorgánicos, cuya función más importante es la de constituir el medio para
el desarrollo de las plantas. El comportamiento mecánico de la fase sólida determina
las propiedades físicas del suelo, las cuales, en asocio con las características quí-
micas, generan la habilidad de producir cosechas, dependiendo de los nutrientes
presentes en el suelo. Las características físicas, son, en muchos casos, las determi-
nantes con la producción de la pradera, y algunas asociadas a la estructura, han sido
llamadas la clave de la productividad del suelo; no obstante, no hay que desconocer
que existe una estrecha relación entre las propiedades químicas y físicas del suelo.
Algunas de las características físicas fundamentales y derivadas más importantes,
que se recomienda evaluar en los primeros 30 centímetros de profundidad para de-
finir los sistemas de preparación de suelos, son las siguientes:
Estabilidad estructural. La estructura del suelo hace referencia a la agregación
de partículas primarias en partículas compuestas y agregadas, las cuales se separan
por superficies de ruptura; igualmente, se evalúa de manera cuantitativa a través de
la estabilidad, la cual se define como la resistencia de los agregados del suelo a des-
integrarse por la acción del agua y el manipuleo, la mecanización agrícola, el pisoteo
del ganado, entre otros, lo que permite conocer el grado de agregación del suelo,
el cual es una característica que cambia con el tipo de labranza y los sistemas de
cultivo empleados. Mientras mayor sea la estabilidad, mayor será la resistencia de
un suelo a la erosión, y se considera estructuralmente degradado cuando la mayoría
de los agregados son menores o iguales a 0,5 mm de diámetro. Los resultados del
análisis de la estabilidad estructural permiten definir tanto el sistema de labranza
o preparación de los suelos para el establecimiento de una nueva pradera, como la
renovación de la pradera degradada.
Textura. Esta propiedad física expresa la distribución porcentual de arena, limo y
arcilla presentes en un suelo. La importancia de esta propiedad radica en la compo-
sición física del suelo; en la cantidad de agua que puede almacenar; en la facilidad
para retener y suministrar agua, nutrientes y aire a las plantas; en la posibilidad para
drenar; en la dificultad para el laboreo; en la clasificación de las tierras con fines de
riego y drenaje; y en la resistencia a la erosión y en la conservación de los suelos,
según Montenegro y Malagón (1990), de ahí, que se considere la textura como factor
básico de la productividad.
Densidad aparente. La densidad aparente de un suelo es la que resulta de la re-
lación masa/volumen de una muestra, incluyendo la porción mineral y orgánica, del
aire y del agua que ocupan los poros que existen entre partículas. La densidad apa-
rente varía en función de la textura y del contenido de materia orgánica.Sin embargo,
la alteración de las propiedades físicas del suelo como consecuencia de los sistemas
de labranza y del pisoteo del ganado, sobre todo en condiciones de alta humedad,
15. 13
Foto 6. Texturas de suelo
JuanFernandoCardona-Fedegán
pueden originar el aumento de la densidad aparente del suelo, lo que da como re-
sultado mayor resistencia a la penetración de las raíces (compactación), reducción
de la porosidad, especialmente de los macro poros, y restricción del movimiento del
agua y del aire en el suelo.
Distribución de la porosidad. La porosidad del suelo corresponde al porcentaje
de poros existentes con relación al volumen total, la cual depende del contenido de
materia orgánica, la textura y la estructura, el laboreo o manejo del suelo y la com-
pactación. La porosidad total es la responsable de la circulación y almacenamiento
de agua y del intercambio gaseoso, indispensables para el buen desarrollo de las
praderas, y representa la suma de los porcentajes de poros de diferentes tamaños.
Los macro poros son los responsables del drenaje del suelo y de la capacidad de ai-
reación, el cual define el suministro de oxígeno a las plantas e intercambio gaseoso
con el medio ambiente y favorece, en ciertas condiciones, la formación de un exten-
so sistema radical que facilita la absorción de nutrientes y agua para las plantas. Los
meso poros son considerados como los más importantes, debido a la conducción
capilar del agua, es decir, que contienen el líquido que es fácilmente tomado por
las raíces de la planta. En los micro poros predomina la retención de la humedad en
el suelo y los fenómenos capilares, por lo cual, esta agua no es aprovechada por la
planta de una manera sencilla. Entre otros aspectos, la porosidad total del suelo y
16. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
14
su distribución, se ve afectada por eventos como la inundación o el encharcamiento,
principalmente el depósito de sedimentos; por el bajo contenido de materia orgáni-
ca; por la labranza convencional de los suelos y por el pisoteo del ganado sobre todo
en suelos húmedos, debido a que se rompe (degrada) su estructura.
Resistencia a la penetración (compactación). Es la fuerza que el suelo opone a un
instrumento de prueba, siendo su valor un índice integrado de la compactación, de
la humedad, la textura, el contenido de materia orgánica y su estructura. El índice de
cono nos permite establecer la existencia de capas compactadas y la profundidad
a la que se encuentran. Investigadores como Forsythe y Amézquita han realizado
trabajos tendientes a clasificar la compactación de los suelos en función de la limita-
ción al desarrollo de las raíces, con lo que han encontrado que valores superiores a
1,3 MPa no son aceptables para un adecuado desarrollo de las raíces.
Por último, mediante los resultados de la caracterización física de los suelos se
definirá el sistema de labranza o de la preparación de los suelos para el estableci-
miento o renovación de la pradera. Entretanto, a través de los resultados de la ca-
racterización química de los suelos se definirá el tipo y cantidad tanto de correctivos
como de fertilizantes a aplicar al suelo para el establecimiento o renovación de la
pradera para la producción de heno.
Foto 7. Calicata para observar características del suelo
AndresZuluagaS.-Fedegán
17. 15
Preparación de los suelos para el establecimiento de forrajes
Cuando se trata de establecimiento de praderas, se pueden emplear los siguien-
tes tipos de labranza:
Labranza convencional. Incluye la preparación del suelo con las operaciones tra-
dicionales que comprende, habitualmente, las actividades de corta malezas, arada,
ya sea con arado de discos (no recomendable) o de cincel rígido, rastrilladas, pulida
y siembra, por lo general con sembradora o voleadora.
Labranza mínima. Más que un sistema de labranza tiene como principio reducir
la energía, disminuir la compactación en función del menor número de pases de
tractor, conservar la humedad, controlar la erosión y, finalmente, reducir los costos.
Se caracteriza por disminuir el número de labores al suprimir algunas prácticas e
integrar equipos.
Siembra directa. Consiste en la siembra mecanizada, de manera directa sobre
el rastrojo, el pasto o los residuos de la cosecha anterior. Para la siembra directa,
el suelo no debe presentar restricciones físicas ni químicas. Mediante este sistema
se controla o reduce la erosión, se mejora la humedad del suelo —al disminuir las
Foto 8. Arado de cincel.
JuanFernandoCardona-Fedegán
18. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
16
Foto 9. Rastra de discos usada para el establecimiento
GilbertoAlonsoMurcia
necesidades de riego—, se mengua el uso de maquinaria agrícola, se pierde com-
pactación en función del menor número de pases, ahorro de tiempo —lo que permite
cultivar más área—, y se rebajan los costos. La siembra directa se hace usualmente
con una máquina especializada para tal fin, que tiene la característica de abrir un
pequeño surco en el cual se deposita la semilla.
Maquinaria para la preparación de suelos
La oferta de subsoladores muestra equipos muy similares que suplen los reque-
rimientos del mercado, es decir, una herramienta versátil que puede penetrar hasta
50 centímetros, con lo que se mejora el drenaje interno, se descompacta y airea el
suelo con poca disturbación y se fomenta el aumento y la mayor profundidad de
penetración de las raíces. Los arados de cincel rígido cumplen la misma función que
los subsoladores aunque a menor profundidad, usados para romper capas compac-
tadas, como el pie de arado producido por años de uso de implementos a la misma
profundidad. Se recomienda su uso en suelo con poca cobertura vegetal y en condi-
ciones de friabilidad, esto es, con un contenido de humedad en el suelo que permita
desmenuzarlo con facilidad.
Otro implemento utilizado en la preparación de los suelos para el establecimiento
de los forrajes son las rastras de discos, caracterizadas por tener dos cuerpos de dis-
cos dispuestos simétricamente respecto a la línea de tracción. Cada cuerpo puede
llevar de 8 a 20 o más discos que miden por lo general 24 pulgadas, dependiendo de
la potencia disponible en el tractor. Las rastras de discos se usan, en principio, para
reducir el tamaño de los terrones después de la cincelada o subsolada, incorporar
fertilizantes y semillas, controlar las malezas y mantener los potreros. Los pulidores
—que son rastras con discos de diámetro más pequeño, pueden ser de 20 pulgadas
y el número de discos puede estar entre 20 y 80, según el modelo, con ancho de
19. 17
operación hasta de 7,3 metros—, tiene como función reducir el tamaño de los terro-
nes, sobre todo cuando la semilla a establecer es muy pequeña, y su uso debe ser
optimizado para evitar daños en la estructura del suelo.
Maquinaria para la renovación de praderas-Desbrozadoras
La desbrozadora de la foto 10 es una máquina accionada por la toma de fuerza
del tractor, provista de cuchillas de corte graduables. La operación con esta máquina
consiste en destruir el colchón de material vegetal y dejar en el suelo una capa de
fragmentos pequeños de la vegetación. Estos residuos protegen el suelo y le aportan
nutrientes; sin embargo, cuando se encuentran en altas cantidades, obstaculizan el
trabajo de la sembradora para depositar en forma apropiada la semilla en el suelo.
La industria brasilera de maquinaria agrícola ha desarrollado esta herramienta con un
tamaño que oscila desde 1,2 a 4,6 metros de ancho para cualquier tipo de vegetación.
En el mercado nacional existen varios modelos de desbrozadoras, cuyo diseño
posee los mismos principios técnicos de los equipos comercializados en el ámbito
internacional.
Renovador de praderas
Por lo general, el renovador de praderas de la foto 11 está formado por un arado de
cinceles, provisto de unos discos cortadores colocados delante de los cinceles que
permiten que estos penetren el suelo sin levantar el césped. Existen variaciones de
este modelo y algunos poseen una tolva para la aplicación simultánea de correctivos y
fertilizantes. Este equipo es apto para eliminar la capa compacta del suelo sin desper-
diciar los restos de cultivos o cobertura sobre el suelo. Normalmente la distancia entre
brazos esvariable y la profundidad puede llegar a los 40 centímetros, mientras que los
anchos de operación pueden alcanzar los 4,40 metros. Por otra parte, se tienen mode-
Foto 10. Desbrozadora
GilbertoAlonsoMurcia
20. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
18
los con ruedas limitadoras de profundidad y mediante accionamiento hidráulico. Con
frecuencia, estos equipos son aptos para realizar labranza mínima al suelo y pueden
ser provistos de rollo desterronador que se adapta a todo tipo de terreno.
En el ámbito nacional, las máquinas e implementos agrícolas ofrecidos para la
renovación de praderas tienen los mismos principios que los comercializados inter-
nacionalmente. Se tiene también el rotovator con cuchillas planas, cuya función es
cortar residuos y el suelo para airearlo, con mínimo movimiento, además para tapar
semillas pequeñas de pasto, usado, en especial, en las zonas ganaderas de Antio-
quia, la Sabana de Bogotá y los valles de Ubaté y Chiquinquirá. Su uso debe ser en
condiciones de friabilidad del suelo, esto es, con un contenido de humedad adecua-
do que permita desmenuzarlo con facilidad, para evitar daños físicos al suelo.
Establecimiento de los cultivos forrajeros
El proceso de establecimiento del cultivo forrajero o renovación de la pradera cul-
mina con la siembra del nuevo material o se intersiembran a través de la máquina
presentada en la foto 12. La siembra se debe hacer inmediatamente después de la
labranza y más aun si se trata de leguminosas. En función del tamaño de la semilla
a establecer, se puede usar una sembradora fertilizadora de grano fino y, en casos
específicos, kits para pastos acoplados a estas sembradoras de grano fino.
Enlarenovacióndepraderas,laintersiembratieneporobjetoplantarnuevosmateriales
forrajeros, depositar la cantidad de semilla recomendada de manera uniforme en todo el
Foto 11. Renovador de praderas
GilbertoAlonsoMurcia
21. 19
Foto 12. Sembradora de grano fino
GilbertoAlonsoMurcia
terreno y mantener intacto el resto de la pradera vegetal. El equipo utilizado para esta labor
es una sembradora de grano fino que permite la dosificación y colocación de la semilla de
manera uniforme y a una profundidad adecuada. Por lo general, estos equipos constan de
una tolva para semilla y fertilizante, un pequeño disco para romper el césped, dos discos
en ángulo o un cincel pequeño para abrir el microsurco donde se deposita la semilla y, al-
gunos, poseen un mecanismo para el tapado de la semilla.
Aplicación de fertilizantes y correctivos
Para el manejo y mantenimiento de la productividad de las praderas y de la pro-
ducción de forrajes, es necesaria la distribución de fertilizantes y correctivos, con
cierta periodicidad, según los resultados de los análisis químicos de los suelos.
Cuando se va a establecer una pradera, el reparto de correctivos como la cal agrícola,
se puede realizar antes o durante la labranza, con el fin de incorporarlo al suelo y
manejar posibles problemas de acidez en una capa entre los 0 y 20 centímetros. Esta
distribución se puede realizar con encaladores o voleadores, que depositan el co-
rrectivo en la superficie. De igual manera, una vez realizada la labranza en el proceso
de establecimiento de la pradera, durante la siembra, es posible realizar la distribu-
ción e incorporación de fertilizantes en el suelo. Para praderas establecidas, existe
la posibilidad de incorporar el producto en conjunto con labores de escarificación
para manejar problemas de compactación del suelo, lo que se puede realizar con
el uso del renovador de praderas. Si el suelo no presenta problemas de compacta-
ción, se puede optar por realizar la distribución superficial. En cualquier situación,
es conveniente que se realice al inicio o intermedio de los periodos lluviosos, pues
esto garantiza un mejor aprovechamiento de los nutrientes por parte de la pradera.
22. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
20
Control de plagas y enfermedades
Las pérdidas económicas y el daño al medio ambiente en las zonas pecuarias por
el mal uso de plaguicidas se deben, en parte, al estado de los equipos y su nivel de
obsolescencia, pues no se les realiza mantenimiento preventivo, por eso presentan un
funcionamiento deficiente, como es el caso de la bomba, el manómetro y el sistema de
agitación. Otros factores que se observan son la utilización de boquillas inadecuadas,
desgastadas o de diferentes tipos en la misma barra de pulverización, así como la au-
senciadefiltrosymanómetro,que,ajuiciodelproductorodeloperario,nohacenfalta.
Desdeelpuntodevistadelalabor,esnecesarioconsiderarlasnormasdeseguridad
del operario (ropa adecuada y manipulación de los productos siguiendo las recomen-
daciones del fabricante), junto con los conceptos técnicos como la cantidad y calidad
del agua de aplicación, altura de la barra de pulverización, regulación de la presión,
velocidad de trabajo y condiciones climáticas, especialmente viento y temperatura.
Una aplicación adecuada de un producto garantiza mejor protección de la pradera
o delcultivo forrajero, mayor controlde malezas, menor desgaste de equiposyahorro
de tiempo como en mano de obra y combustibles, lo que se traduce en reducción de
costos de operación y producción. Por ejemplo, dosis bajas en la aplicación causan
un control deficiente, lo que acarrea que luego se necesite una aplicación adicional
y se terminan aumentando los costos de producción. Por otra parte, dosis superiores
a las recomendadas pueden causar daños severos al cultivo y se incrementa la posi-
bilidad de residuos tóxicos en los suelos, agua y materiales agropecuarios, además
de incurrir en pérdidas económicas, debido al alto costo de los plaguicidas. Por esto,
de manera general, se deben tener en cuenta los siguientes factores:
• Ajustar de manera correcta el equipo de aspersión para descargar el producto
en forma uniforme y en la dosis requerida, con boquillas adecuadas, agitación
uniforme y barra de pulverización paralela al suelo.
• Verificar la calidad del agua de aplicación (pH, dureza y partículas en suspensión).
• Controlar la presión de operación de la aspersora.
• Revisar que la velocidad de operación sea constante y adecuada a las condicio-
nes del terreno.
• Confirmar la cantidad de mezcla (agua y producto) que se necesita para la aplicación.
Cosecha y acondicionamiento de los forrajes
El proceso de henificación de un forraje verde termina cuando se convierte en un
producto seco que puede ser transportado y almacenado en forma fácil y segura sin
riesgo de deterioro, con mínimas pérdidas tanto de materia seca como de nutrientes;
también se basa en la reducción del contenido de humedad del forraje en el momen-
to de la cosecha, el cual puede estar alrededor del 70% al 90% a valores próximos de
23. 21
15% a 20%, e incluso menos, algo en apariencia simple; sin embargo, depende de
las condiciones climáticas, sobre todo en el momento de la cosecha del forraje, de la
capacidad técnica y del buen criterio por parte del agricultor.
Las tecnologías aplicadas a las pasturas naturales, como el kikuyo, y a los cultivos
establecidos, específicamente para la producción y conservación de forrajes, se pue-
den emplear con sistemas mecanizados, siempre y cuando los campos establecidos
para tal fin se encuentren adecuados, de tal manera que se faciliten las operaciones
asociadas a la henificación, y donde el clima, en el momento de la cosecha, sea fa-
vorable, sobre todo durante días secos, según la FAO (2003 y 2011).
Las diferentes alternativas para la producción de heno de buena calidad varían
dependiendo del cultivo y del manejo dado durante el desarrollo, de las condiciones
climáticas durante la cosecha y de la tecnología y equipos usados para la cosecha y
el manejo del forraje; sin embargo, las principales operaciones son, en general, simi-
lares: corte y acondicionamiento artificial para un rápido secado [el cual es realizado
por una máquina segadora (foto 13)]; removido y esparcido del forraje cortado para
permitir un secado uniforme del material y reducir el peligro de desarrollo de mohos
y fermentación; hilerado del forraje cortado para su posterior manejo y recolección,
el cual es realizado con una máquina hileradora; conformación de los fardos o rollos
de heno, actividad realizada a través de una máquina enfardadora; y, finalmente,
transporte y almacenamiento.
Hay dos factores muy importantes que determinan el momento de realizar un
heno de buena calidad: las condiciones climáticas en el momento del corte, acondi-
cionamiento, hilerado y enfardado y el estado de madurez del cultivo. Por lo general,
el momento está predeterminado por la disponibilidad potencial de forraje y la pro-
Foto 13. Segadora de forraje
JuanFernandoCardona-Fedegán
24. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
22
babilidad de un tiempo adecuado para hacer heno. Todas las diferentes etapas de
la henificación deberán estar orientadas a obtener un producto de la mejor calidad
posible, pero el estado de madurez del cultivo es el principal factor determinante de
la calidad final del heno. La buena condición del forraje disminuye a medida que ad-
quiere la madurez, en especial después de la floración; el forraje tierno con muchas
hojas es más difícil de manejar que el maduro y, además, su rendimiento es menor
debido al mayor contenido de humedad. Por lo tanto, es necesario llegar a un punto
de equilibrio entre rendimiento y calidad y, habitualmente, el corte a mediados de la
floración dará un producto razonable.
La época de cosecha depende de la disponibilidad de forraje adecuado y de las
condiciones climáticas. Además, también juegan un papel importante el resto de las
actividades de la finca, la disponibilidad de mano de obra y maquinaria en condicio-
nes adecuadas de operación. El objetivo es siempre obtener heno de alta calidad y
hacerlo coincidir con una época adecuada para su producción.
El momento del día para realizar las operaciones también depende del estado del
clima, pero si el día amanece favorable es conveniente segar lo más temprano posible.
Si por el contrario, el cultivo se encuentra húmedo debido a la lluvia o al rocío es con-
veniente esperar el tiempo suficiente hasta que el trozo superior de las plantas se oree
ya que la parte verde en la planta se seca antes que el material cortado.
Todas las actividades correspondientes al proceso de henificación deben ser rea-
lizadas de manera oportuna, empezando por el corte inicial, el removido o voltea-
do, el hilerado y, para terminar, el enfardado, de lo contrario, la calidad del heno se
deteriorará. Es necesario tener en cuenta que esta es una tarea continua desde el
momento del corte del forraje hasta su almacenamiento seguro cuando está seco.
La cantidad segada a diario debe estar en correspondencia con la mano de obra
y maquinaria disponible y en condiciones adecuadas de funcionamiento para las
operaciones siguientes. El corte debe ser organizado de tal manera que se minimice
el tiempo vacío de la máquina segadora para facilitar las operaciones subsiguientes.
Cualquier máquina que se use para voltear el material cortado o para hilerarlo debe
seguir los pasos de la segadora en la misma dirección de trabajo. Si se acondiciona
el heno, esto debería ocurrir inmediatamente después del corte, ya que es el primer
movimiento de los materiales para su aireación y para acelerar el secado.
Hilerado removido y secado de los forrajes
Al inicio de las actividades correspondientes al proceso de henificación, la pérdi-
da de humedad en el forraje es rápida, sobre todo de las hojas, ya que los estomas
se abren, mientras que la humedad dentro de los tallos necesita más tiempo para
salir de los mismos. En los forrajes más comunes es preciso algún tipo de acondicio-
namiento, justamente en el instante en que se realiza el corte, si es que se espera un
secado uniforme en un tiempo moderado, pues su demora o rapidez está en función
25. 23
de algunos factores climáticos como la radiación solar, el viento y el contenido de
humedad del aire.
El secado debe ser hecho lo más rápido posible para minimizar las pérdidas y
la calidad del forraje. En el momento del corte del material, el forraje contiene en-
tre 70% y 90% de humedad, la que debe ser reducida en el menor tiempo posible
a valores próximos entre 15% a 20% para que el heno pueda ser empaquetado y
almacenado de forma segura. Sin embargo, el contenido de humedad en el heno
para un almacenamiento seguro depende de algunos factores: el método de alma-
cenamiento, las condiciones climáticas locales, el tamaño de los fardos o rollos, el
lugar donde se almacena el heno y la naturaleza del cultivo. Como principio general,
se recomienda un máximo de 25% de contenido de humedad para el heno largo y de
20% para el heno corto.
Dentro del proceso de henificación, una vez cortado o segado el forraje, este per-
manece en el campo, el cual, con la ayuda de un rastrillo manual o mecánico o hile-
rador accionado por el tractor, es hilerado, como se observa en la foto 14. Después
que se ha secado sobre la superficie del suelo, puede ser necesario un secado pos-
terior en el rollo o en el fardo. El método de cosecha usado debe estar en función de
la velocidad y la cantidad total de secado que es posible esperar en el campo o en
la hilera. La calidad del heno puede ser estimada, de tal manera que retorciendo un
manojo de forraje, se debe sentir crocante y con un aspecto brillante. El heno blan-
queado indica que ha sido mal preparado y, por lo tanto, sus características no son
las mejores.
Foto 14. Hileradora esparcidora de forraje
JuanFernandoCardona-Fedegán
26. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
24
Las condiciones más favorables para el secado están en la parte superior del forraje
segado donde la radiación y la circulación del aire están en los máximos niveles. Los re-
querimientos para el secado del forraje son una fuente de energía y un gradiente de vapor
de agua decreciente de la superficie del forraje al aire del ambiente; sin embargo, varían
dentro de la masa de materialcortado, desarrollándose un microclima que limita la pérdida
de agua. A medida que avanza el secado, el gradiente de humedad dentro de la masa de
material cortado aumenta porque la densidad se reduce a medida que se pierde agua y, de
este modo, penetra más radiación solar y el flujo del aire mejora.
El secado natural del forraje cortado al sol y al viento es aún el medio más común
y económico para conservar forrajes; no obstante, métodos artificiales de secado
se usan de manera ocasional en los sistemas mecanizados modernos. El heno es el
mejor alimento conservado por los agricultores ya que, en la mayoría de los climas,
puede ser hecho con poco equipo y costos limitados, aunque se requiere mano de
obra adecuada. El heno se puede hacer con equipos sencillos y una vez que ha sido
correctamente preparado es fácil de transportar, almacenar y alimentar el ganado,
con mínimo desperdicio. Considerando que el heno es un forraje conservado y apro-
piado para los ganaderos de pocos recursos, su producción se debería fomentar en
zonas donde las condiciones climáticas y económicas sean adecuadas; además, se
puede comercializar en fardos o rollos de manera sencilla.
El secado de los forrajes, al igual que otros métodos de conservación, reduce la
digestibilidad y la absorción, en relación con el tiempo que está en el campo expues-
to al secado. Estas últimas se pueden disminuir por medio del secado en el establo
o el artificial a altas temperaturas; estas tecnologías modernas están bien desarro-
lladas, pero la mayor parte del forraje aún se seca en el campo. En los trópicos, los
pastos que se secan en la planta son, en muchos casos, el forraje más económico
para la estación seca.
Los problemas de la henificación varían de acuerdo al forraje y a las condiciones
climáticas prevalentes en el momento de la cosecha; por ejemplo, en condiciones
frías y húmedas el principal problema es la velocidad del secado ya que para evitar
el deterioro del forraje es necesario que pierda humedad tan pronto como las con-
diciones lo permitan; en contraste, en condiciones cálidas y secas, los problemas
más comunes son la caída de las partes más finas de la planta a causa de un secado
excesivamente rápido o el blanqueado del forraje por la luz solar con la consecuente
pérdida de caroteno y vitaminas.
Enfardado del heno
En el proceso mecanizado de henificación de media y alta presión, el objetivo
principal es recoger de la hilera el forraje para compactarlo en pacas de medio a alto
peso específico, con la máquina enfardadora de la foto 15. En la producción meca-
nizada de heno, el enfardado más común es hecho por máquinas accionadas por el
27. 25
tractor que recogen el forraje ya cortado y seco; de esta manera es posible realizar
dos tipos de fardos (pacas) dependiendo de las necesidades y disponibilidad de
maquinaria: el tipo estándar de forma de un prisma rectangular que puede pesar
entre 15 y 25 kilos o más, según la compactación o la densidad ajustada del fardo y
el contenido de humedad, de dimensiones pequeñas con la facilidad de manipularlo
manualmente. Estos fardos son prácticos para manejar y proporcionan comida sufi-
ciente para cuatro a diez vacas lecheras, además de ser útiles cuando es necesario
suministrar pequeñas raciones de heno a las vacas a alguna distancia del depósito
en instalaciones no adaptadas al manejo mecanizado. Otro tipo de fardos correspon-
de a los grandes, de forma cilíndrica que pueden llegar a pesar 500 kilos y su manejo
es mecanizado, usando un cargador frontal en el tractor.
Hay dos tipos de enfardadoras estándar; la mayoría corresponde al tipo de “ca-
beza de carnero cortadora” en la cual el elemento de vaivén que comprime el forraje
recibe ese nombre y tiene una cuchilla para cortar el forraje al final de cada golpe.
Si la cuchilla está bien colocada y en condiciones adecuadas de mantenimiento, se
formarán núcleos de forraje que después pueden ser fácilmente separados. La den-
sidad del fardo puede ser ajustada por medio de la regulación de las láminas elás-
ticas. En la mayoría de las enfardadoras, el largo del fardo puede ser ajustado a una
medida entre 1,5 y 2 veces el ancho del fardo, aunque existe oferta de máquinas que
los hacen de diferentes tamaños y pesos.
Foto 15. Máquina enfardadora recogiendo el forraje
JuanFernandoCardona-Fedegán
28. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
26
tener fardos bien hechos. Si la alimentación no es uniforme, el fardo se curvará des-
de el lado más denso y las ataduras o amarres se pueden soltar. Además, la enfarda-
dora y la atadora necesitan un buen mantenimiento en la temporada de descanso.
La máquina debe ser ajustada de acuerdo al tipo de heno y a su contenido de
humedad, el cual varía según la hora del día y su posición en el campo, por lo que
es importante la atención continua del operador del tractor. El heno húmedo pro-
duce fardos pesados que pueden romper las ataduras si son demasiado densos o
grandes. Por el contrario, un heno liviano con muchos tallos produce fardos livianos
con ataduras flojas. Los fardos deben ser examinados respecto a su contenido de
humedad y a su forma a medida que dejan la cámara de compresión. Los que tengan
alto contenido de humedad deberán ser más livianos que los fardos más secos. Sin
embargo, el contenido de humedad del forraje en el momento de realizar la opera-
ción de enfardado debe ser la adecuada para evitar daño en el heno, especialmente
en regiones de trópico alto como la Sabana de Bogotá.
Foto 16. Máquina enfardadora arrojando las pacas de heno
JuanFernandoCardona-Fedegán
El levantador o alimentador de una enfardadora debe ser lo suficientemente an-
cho como para trabajar en un cultivo denso y tomar un corte de forraje de al menos
1,5 metros de ancho. En el proceso de enfardado, el mejor trabajo es hecho por una
máquina que combine dientes levantadores estrechos, una rueda levantadora de flo-
tación libre y una guía con resortes. El flujo del forraje a la cámara de enfardado debe
estar libre de obstáculos y las enfardadoras deben ser de fácil ajuste si se desea ob-
29. 27
Foto 17. Recolección de las pacas Foto 18. Almacenamiento del heno
JuanFernandoCardona-Fedegán
Almacenamiento del heno
Finalmente, las actividades correspondientes a la mecanización del cargue y ma-
nejo de los fardos son la agrupación en el campo; el cargue que es un medio de
trasporte que, por lo general, se hace en un remolque; y el descargue y el apilado en
el lugar de almacenamiento. En este proceso, lo adecuado sería que una vez el fardo
salga de la enfardadora sea transportado al depósito o sitio de almacenamiento;
sin embargo, esto no ocurre todo el tiempo, y, por consiguiente, es necesario hacer
pequeñas pilas de fardos en el campo protegidas bajo un cubrimiento plástico para
preservarlos de las inclemencias del tiempo como la lluvia, mientras se pierde el
calor de la oxidación y algo de humedad; no obstante, estas coberturas de plástico
deben ser retiradas a intervalos para disipar el agua de condensación. De cualquier
manera, antes que dejar los fardos en el campo es mejor almacenarlo en condiciones
protegidas como establos o galpones que tengan una base seca y que permitan una
ventilación adecuada. JuanFernandoCardona-Fedegán
El objetivo de un buen almacenamiento del heno es el de mantenerlo seco y con-
servado durante largos períodos si está bien hecho y correctamente almacenado; en
cambio, se puede deteriorar de manera rápida e incluso perderse en malas condi-
ciones de almacenamiento; por ejemplo, cuando el material tiene alto contenido de
humedad, sobre todo en unidades de heno muy grandes.
30. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
28
2
1
4
35
6Alimentación
Segado o corte
del follaje
Hilerado y
volteado
para secado
al sol
Enfardado
Recolección
Almacenamiento
Proceso de
henificación
Fotos:JuanFernandoCardona-Fedegán
En la gráfica 1, se ilustra un resumen del proceso de henificación.
Gráfica 1. Proceso de henificación
31. 29
Conclusiones
El heno es un alimento conservado para disponer en épocas del año donde la
oferta de forraje es menor, en especial en la época de sequía; se puede elaborar co-
rrectamente con equipos sencillos; además de ser un buen alimento para el ganado,
es fácil de transportar y almacenar, con mínimo desperdicio. Considerando que el
heno es un forraje conservado y apropiado para los ganaderos de pocos recursos,
su producción se debería fomentar en zonas donde las condiciones climáticas y eco-
nómicas son adecuadas. Por lo tanto, producir y almacenar forrajes para las épocas
críticas es muy importante, en especial para reducir los costos de producción aso-
ciados a la compra de concentrados para el sostenimiento de los animales. Con la
producción de heno se busca bajar los costos e incrementar la utilidad. Además, el
heno se comercializa en fardos o rollos de manera sencilla.
32. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad
30
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