1. HITOS DE LA PROFECÍA APOCALÍPTICA
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Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis
de que ya os lo había dicho. (JN. 16: 4)
2. No tenemos nada que temer del futuro
amenos que olvidemos la forma como
Dios nos ha conducido en el pasado.
4. IMPRESIONANTE CAÍDA DE ESTRELLAS
Una impresionante caída de estrellas tuvo lugar en los EE.UU. nunca antes se había
contemplado un fenómeno de las proporciones como las que ocurrieron, despertando el
asombro y el terror en toda la población.
13 de noviembre de 1833 – 13 de noviembre
de 2011
5. Y las estrellas del
cielo cayeron sobre
la tierra, como la
higuera deja caer
sus higos cuando
es sacudida por un
fuerte viento. (Apoc.
6: 13)
6. En un día como hoy, 13 de noviembre del año 1833, se recuerda uno
de los fenómenos astronómicos más impresionante del cual se
tenga registro alguno.
Una tupida e incesante lluvia de meteoritos iluminó por un
prolongado espacio de tiempo el firmamento de los EE.UU. el
fenómeno que se inicio a las dos de la madrugada se prolongó hasta
cerca del amanecer y el cual fue visto en toda América del Norte.
7.
8. El fenómeno astronómico provocó el asombro en algunos, quienes
contemplaban maravillados el inusual acontecimiento estelar,
mientras que en otros, el hecho despertó el miedo y el terror, el cual
les hacía presagiar la inminente llegada del fin del mundo y del día del
juicio final.
9. En 1833, dos años después de haber
principiado Miller a presentar en
público las pruebas de la próxima
venida de Cristo, apareció la última de
las señales que habían sido
anunciadas por el Salvador como
precursoras de su segundo
advenimiento. Jesús había dicho:
"Las estrellas caerán del cielo." (S.
Mateo 24: 29.) Y Juan, al recibir la
visión de las escenas que anunciarían
el día de Dios, declara en el
Apocalipsis: "Las estrellas del cielo
cayeron sobre la tierra, como la
higuera echa sus higos cuando es
movida de gran viento." (Apocalipsis
6: 13.)
10. Esta profecía se cumplió de modo sorprendente
y pasmoso con la gran lluvia meteórica del 13 de
noviembre de 1833. Fue éste el más dilatado y
admirable espectáculo de estrellas fugaces que
se haya registrado, pues "¡sobre todos los
Estados Unidos el firmamento entero estuvo
entonces, durante horas seguidas, en
conmoción ígnea! No ha ocurrido jamás en este
país, desde el tiempo de los primeros colonos,
un fenómeno celestial que despertara tan grande
admiración entre unos, ni tanto terror ni alarma
entre otros." "Su sublimidad y terrible belleza
quedan aún grabadas en el recuerdo de
muchos.... Jamás cayó lluvia más tupida que ésa
en que cayeron los meteoros hacia la tierra; al
este, al oeste, al norte y al sur era lo mismo.
11.
12. En una palabra, todo el cielo
parecía en conmoción. . . . El
espectáculo, tal como está
descrito en el diario del profesor
Silliman, fue visto por toda la
América del Norte.... Desde las
dos de la madrugada hasta la
plena claridad del día, en un
firmamento perfectamente sereno
y sin nubes, todo el cielo estuvo
constantemente surcado por una
lluvia incesante de cuerpos que
brillaban de modo deslumbrador."
-R. M. Devens, American
Progress; or, The Great Events of
the Greatest Century, cap. 28,
párrs. 1 - 5.
13. "En verdad, ninguna lengua podría describir el esplendor de tan hermoso
espectáculo; . . . nadie que no lo haya presenciado puede formarse exacta
idea de su esplendor. Parecía que todas las estrellas del cielo se hubiesen
reunido en un punto cerca del cénit, y que fuesen lanzadas de allí, con la
velocidad del rayo, en todas las direcciones del horizonte; y sin embargo no
se agotaban: con toda rapidez seguíanse por miles unas tras otras, como si
hubiesen sido creadas para el caso." -F. Reed, en el Christian Advocate and
Journal, 13 de dic. de 1833. "Es imposible contemplar una imagen más exacta
de la higuera que deja caer sus higos cuando es sacudida por un gran 382
viento." -"The Old Countryman," en el Evening Advertiser de Portland, 26 de
nov. de 1833.
14. En el Journal of Commerce de
Nueva York del 14 de noviembre
se publicó un largo artículo
referente a este maravilloso
fenómeno y en él se leía la
siguiente declaración: "Supongo
que ningún filósofo ni erudito ha
referido o registrado jamás un
suceso como el de ayer por la
mañana. Hace mil ochocientos
años un profeta lo predijo con
toda exactitud, si entendemos
que las estrellas que cayeron
eran estrellas errantes o fugaces,
. . . que es el único sentido
verdadero y literal."
15. Así se realizó la última de las
señales de su venida acerca de
las cuales Jesús había dicho a
sus discípulos: "Cuando viereis
todas estas cosas, sabed que está
cercano, a las puertas." (S. Mateo
24: 33.) Después de estas señales,
Juan vio que el gran
acontecimiento que debía seguir
consistía en que el cielo
desaparecía como un libro
cuando es arrollado,
mientras que la tierra era sacudida, las montañas y las islas eran
movidas de sus lugares, y los impíos, aterrorizados, trataban de
esconderse de la presencia del Hijo del hombre. (Apocalipsis 6: 12 - 17.)
16. Muchos de los que
presenciaron la caída de las
estrellas la consideraron
como un anuncio del juicio
venidero -"como un signo
precursor espantoso, un
presagio misericordioso, de
aquel grande y terrible día."-
"The Old Countryman," en el
Evening Advertiser de
Portland, 26 de nov. de 1833.
Así fue dirigida la atención del pueblo hacia el cumplimiento de la
profecía, y muchos fueron inducidos a hacer caso del aviso del
segundo advenimiento. (CS. Cap. 19 Una profecía significativa. Pág.
380, 381, 382)
17. Han transcurrido cerca de
178 años de aquel
impresionante fenómeno
cósmico, que sumado al
terremoto de Lisboa, pasa
a convertirse en el evento
de turno de la época y el
cual revela el fiel
cumplimiento de la
profecía apocalíptica.
Bajo la apertura del sexto sello del libro de Apocalipsis, este
fenómeno es considerado como uno de los eventos ya cumplidos
que revela el contenido del sexto sello como señales precursoras
de acontecimientos de mayor importancia y gravedad.
18.
19. Estos eventos profetizados por
Cristo desde el monte de los Olivos,
(Mat. 24: 29) anunciaban claramente
el día final, convirtiéndose en
señales de carácter astronómicas
que anunciaban la segunda venida
de Jesús. (v. 3, 30) Sin embargo, la
segunda venida de Cristo no se
produjo de forma inmediata según lo
anunciaba el Señor sino que esta se
ha visto prolongada en el tiempo.
Esto indica que el contexto de estos
acontecimientos estaba en torno al
gran acontecimiento que se
aproximaba que era el fin de los 2300
días proféticos de Daniel.
20.
21. Estas señales acompañaron la
predicación del mensaje del
primer ángel y confirmaban para
los creyentes de ese tiempo y
según la interpretación que se
había dado a los 2300 días que
Jesús vendría al fin de ese
período profético. Sin embargo, y
tras pasar la amarga fecha del 22
de octubre de 1844 y Cristo no
vino según se esperaba, estas
señales vuelven a cobrar ahora
un significado para nuestros
días.
23. No podemos descartar el hecho
que estos eventos tengan un
segundo cumplimiento y esta
vez, anunciando en su debido
tiempo y momento esperado, la
segunda venida de Cristo,
recordemos que antes que Cristo
venga todo estará trastornado en
la naturaleza y Jesús dijo que
habrá terror y grandes señales
del cielo (Luc. 21: 11)
y que a través de acontecimientos insólitos en la naturaleza Dios
despertaría en hombres y mujeres un sentido real del peligro que se
vive y del inminente fin del tiempo de gracia.
24. Nuevamente veremos en el cielo de nuestro tiempo eventos
extraordinarios que despertarán el asombro maravilloso y el terror
angustiante de cientos de miles seremos humanos a través de toda
la tierra cuando veamos fenómenos de esta envergadura a una
intensidad y amenaza tal, que nos harán despertar y sacudir de
nuestro letargo infernal.
25. En el curso rutinario de la vida,
en el trajín diario y cómodo, y
para otros, absortos en los
negocios de este mundo, de un
momento a otro y sin mediar
ningún previo aviso, la
naturaleza se manifestará de
un modo sorprendente y
abrumador,
no solo veremos acontecimientos de carácter estelar o cósmico sino
que en la tierra, veremos eventos terroríficos que someterán a los
hombres y los llevarán a tomar decisiones radicales que traerán
sobre la tierra un nuevo orden mundial.
26. Entonces habrá señales en
el sol, en la luna y las
estrellas, y en la tierra
angustia de las gentes,
confundidas a causa del
bramido del mar y de las
olas; desfalleciendo los
hombres por el temor y la
expectación de las cosas
que sobrevendrán en la
tierra; porque las potencias
de los cielos serán
conmovidas. (Luc. 21: 25-
26)
27. ¿Pero qué tipo de señales en el cielo llegarán a despertar el terror en
la gente? ¿De qué evento estaríamos hablando aquí? Para el futuro
que nos espera se nos revela que sucederán acontecimientos
amenazantes de carácter destructivos que provendrán del exterior del
planeta, los cuales estarán en la escala de catástrofes que llegarán a
sembrar la devastación, la muerte, el terror y la desesperación entre
miles de personal.
28. En la mañana del viernes
pasado, justamente
antes de despertar, se
me presentó una escena
sumamente
impresionante. Tuve la
sensación de que
despertaba del sueño en
un lugar que no era mi
casa.
Desde las ventanas veía una terrible conflagración. Grandes bolas
de fuego caían sobre las casas, y de ellas salían dardos
encendidos que volaban en todas direcciones.
29. Era imposible apagar los incendios que se producían, y muchos
lugares estaban siendo destruidos. El terror de la gente era
indescriptible. Desperté después de cierto tiempo y descubrí que
estaba en mi hogar.-Ev 25-26 (1906).
30. Una escena muy impresionante pasó ante mí en visiones nocturnas. Vi
una inmensa bola de fuego que caía en medio de un grupo de
hermosas casas que fueron destruidas instantáneamente. Oí a alguien
decir: "Sabíamos que los juicios de Dios visitarían la tierra, mas no
pensábamos que vendrían tan pronto". Otros dijeron en tono de
reproche: "Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no dijisteis
nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!-3JT 296 (1909). (EUD. Cap. 2 Señales
del pronto regreso de Cristo. Pág. 14, 15)
31. ¿Qué son estas inmensas bolas de fuego? ¿Qué significa que
de ellas salían dardos encendidos que volaban en todas
direcciones? Es sorprendente la visión que se nos relata en
estos pasajes y la cual se cumplirá en nuestros días.
32. Las citas anteriores señalan bolas de fuego, es decir, que el
fenómeno está expresado en plural, no era una bola de fuego,
sino varias bolas de fuego y esto está confirmado por el hecho
adicional que señala que muchos lugares estaban siendo
destruidos.
33. Por otro lado y al parecer, estas bolas de fuego caen en lugares
urbanos, en las ciudades, donde hay casas, Grandes bolas de
fuego caían sobre las casas, y el resultado inmediato era la
destrucción total, Era imposible apagar los incendios que se
producían, incendios que son imposibles de apagar revela no es
cualquier evento sino algo masivo y a gran escala, como manzanas
y poblaciones cuyo fragor de las llamas no obedecen al esfuerzo
humano en su afán de apagarlas.
34. También se nos revela, y muchos lugares estaban siendo
destruidos, lo cual indica que estas bolas de fuego caen en forma
dispersa en varios lugares, aparte de ser varias o muchas, este dato
arroja una evidencia de su procedencia. Si caen en varios lugares y
sobre las casas indicaría que provienen desde arriba. (Caen sobre
las casa)
35. Por otro lado, un acontecimiento de esta naturaleza tendría
lugar solo bajo una lluvia de meteoritos devastadores que al
hacer impacto sobre la tierra estos explosarían, y de ellas
salían dardos encendidos que volaban en todas direcciones,
el tamaño de estos meteoritos no sería el equivalente a lo que
se conoce hoy en día como el de un asesino global, No, sino
mas bien, del tamaño suficiente como para destruir una
población, una manzana o cuadra y quizás hasta el de destruir
una ciudad completa.
36. Las probabilidades que un evento así acontezca es muy alto, y
según esta profecía sí acontecerá y de la manera más catastrófica,
cayendo sobre las casas. La pregunta que no debemos de
hacernos es si acontecerá, sino más bien ¿Cuándo?
37. Vivimos en medio de una época en que este tipo de acontecimiento se
ha vuelto famoso, dos películas, impacto profundo y Armagedón han
llevado a la humanidad al límite de la destrucción masiva, sin
embargo, Apocalipsis nos revela que la tierra no será destruida por un
asesino global (meteorito) o algún otro evento catastrófico, no,
aunque los acontecimientos futuros serán terribles no se llegará a ese
tipo de destrucción masiva mientras la iglesia permanezca en la tierra.
38.
39. Pero pensar en el solo hecho que un evento
como este tenga lugar es ya de por sí terrorífico
y angustiante para toda persona. La reacción
que se profetiza entre la gente para cuando este
acontecimiento tenga lugar es muy terrible y
preocupante.
El terror de la gente era indescriptible. Oí a
alguien decir: "Sabíamos que los juicios de
Dios visitarían la tierra, mas no pensábamos
que vendrían tan pronto".
40. Se habla de un terror indescriptible que caerá sobre la gente,
solo un evento de tal naturaleza puede despertar un terror como
este, lo que prueba a su vez, que el fenómeno no se parece a
nada que el hombre conozca o haya visto sobre el planeta, solo
un evento proveniente del espacio exterior infundiría un miedo y
terror como ese, y habrá terror y grandes señales del cielo. (Luc.
21: 11)
41. También se nos revela que es un evento no esperado "Sabíamos
que los juicios de Dios visitarían la tierra, mas no pensábamos que
vendrían tan pronto". En otras palabras, irrumpe de pronto, se
produce en el trascurso ordinario y común del quehacer humano,
aunque se tenía una noción de los juicios divinos, sin embargo, se
pensó que sería para mucho, mucho más adelante, años o siglos
según es el pensar popular de hoy en día y entre algunos que
militan en las filas del pueblo remanente.
42. Mientras el mundo habla de
grandes avances y progresos,
mientras las naciones buscan
la tan anhelada paz y
seguridad, mientras los seres
humanos viven en los
placeres, el dinero, los
grandes planes para el futuro,
entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina, como
los dolores a la mujer en
cinta, y no escaparán. (1ª Tes.
5: 3)
43. También se nos revela que algunos de esta multitud apuntan y
acusan a algunos sobre estos acontecimientos. Otros dijeron en
tono de reproche: "Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no
dijisteis nada? ¡Nosotros no lo sabíamos! Este reproche es hecho
al pueblo remanente que teniendo la verdad para el tiempo del fin
no fue entregada como corresponde, se ocultó parte de esta
verdad y de las advertencias hechas por la palabra de Dios, para
seguir con el pensamiento popular y la amistad con el mundo,
aquí vemos claramente como se le ha bajado el perfil a la verdad
de los acontecimientos venideros del tiempo del fin.
44. Desde los púlpitos de las
iglesias, de donde debería de
escucharse la voz de Dios para
este tiempo solemne se
escuchan mensajes de paz y de
seguridad, mensajes espurios y
horizontales, faranduleros y
amigos del mundo que llevan a
los hombres y mujeres a pensar y
desear más esta tierra que el
reino de Dios, cuando la verdad
es otra, cuando el mensaje de la
Biblia y de la profecía
apocalíptica es de una gran
advertencia y un llamado a velad.
45. La reacción de esta gente es indescriptible, perdida y desesperada,
revela en su clamor y reproche angustiante al pueblo de Dios, que
este nunca le advirtió que sucederían acontecimientos semejantes
sobre la tierra, revela que los mensajes para el último tiempo fueron
ocultados y dejados de predicar, se le bajo el perfil a los graves
eventos que tendrían lugar, el pueblo de Dios conociendo esto lo
oculto ¿Para qué? ¿Para no alarmar, para no asustar? ¿Y de qué
sirve esto ahora o en ese momento? Ya es demasiado tarde y sobre
las vestiduras de los predicadores del tiempo del fin cae la sangre
de esta gente. "Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no
dijisteis nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!
46. Hoy en día, poco a poco está desapareciendo la voz de la profecía
desde los pulpitos de nuestras iglesias, los solemnes mensajes
contenidos en el libro de Apocalipsis han dejado de escucharse, el
argumento esgrimido y defendido por todos aquellos que tienen la
responsabilidad de comunicarlo al pueblo del tiempo del fin es que
no debemos de provocar alarma, histeria colectiva, fanatismo, no hay
que asustar a la gente, como que si dejando de predicar esta verdad
los acontecimientos futuros se detendrán por sí solos, como que
Dios está al servicio de todos aquellos que se unen con el mundo en
su mensaje de paz y de seguridad.
47. Cuando los acontecimientos predichos por la palabra de Dios
comiencen a suceder sobre la tierra ¿de qué valdrá en aquel
terrible momento todo lo argumentado y usado para ocultar la
verdad? Podemos ver claramente como se repetirán una vez
más los eventos del pasado, cuando Dios a través de sus
profetas enviaba mensajes de advertencia al pueblo y los
mismos líderes y el propio pueblo rechazaban la amonestación
acusando al mensajero de poseer un mensaje falso y alarmista.
(ver. Jer. 26: 1-24; 19: 1-15; 20: 1-18; Amós. 6: 1-14; 7: 1-17)
Mientras que por otro lado, recibían con aplauso y gran
acogida los falsos mensajes que les hablaban de paz y de
seguridad para sus días y de los cuales Dios nunca había
enviado. (Jer. 28: 1-17)
48. Pronto seremos testigos de acontecimientos impresionantes de
los cuales nunca antes hemos visto o vivido, serán
acontecimientos solemnes para un tiempo solemne, se nos hace
la advertencia antes que suceda para estar preparados y no
aferrados a las cosas de este mundo para cuando sean
destruidas.
49. La caída de estrellas del 13
de noviembre de 1833,
produjo asombro y
admiración pero también
despertó el terror y la
angustia en otros, sin
embargo, los eventos que
se producirán en los
últimos días provenientes
desde el espacio exterior,
cuando las potestades del
cielo sean conmovidas
(Mat. 24: 29)
serán esta vez catastróficos sobre la tierra, donde el terror de los
hombres y mujeres no se igualará a ningún evento del pasado.
50. ¿Estamos preparados
para lo que viene sobre
la tierra? ¿Estamos
preparados para lo que
pronto irrumpirá sobre
la tierra con sorpresa
abrumadora? ¿Creemos
que estamos viviendo
en los últimos días?
El Señor nos ha revelado lo que ha de acontecer, si ponemos
atención a los eventos finales no seremos sorprendidos cuando
aquello comience a suceder.