2. ¿Para que sirven los alimentos?
• Para suministrar la energía necesaria a las
células del cuerpo y ejercer las funciones de
materia prima para el crecimiento, la
restauración y el mantenimiento de los tejidos y
órganos vitales. Las diferentes sustancias que
cumplen estas funciones se denominan
nutrientes. Ya que los carbohidratos y las grasas
constituyen la fuente energética principal, el
valor de cualquier clase de alimento depende
primordialmente de su contenido de estos dos
nutrientes
3. ¿Por qué tenemos esa sensación
de hambre?
• La sensación de hambre, o bien, de
haberse excedido en la comida, sirve para
asegurar que se ha ingerido la cantidad de
alimento adecuada para cubrir las
necesidades energéticas individuales. No
obstante, el cuerpo humano también
dispone de otras fuentes de energía
adicionales, almacenadas y acumuladas
en forma de glucógeno y grasas.
4. Producción de energía
• Cualquier tipo de actividad requiere una cierta energía.
El cuerpo debe ser capaz de convertir los alimentos en
un almacén de energía disponible en cualquier
momento. Esta compleja cadena de acontecimientos se
inicia con el proceso de la digestión en el estómago y el
intestino, donde se liberan los nutrientes, tales como la
glucosa, los ácidos grasos y los aminoácidos. A este
aumento de glucosa en la sangre, a consecuencia de la
ingestión de carbohidratos, el cuerpo responde con una
liberación de insulina por parte del páncreas. Esta
hormona estimula la absorción de glucosa por parte de
la célula. No obstante, una gran parte de esta glucosa
no es necesaria, al menos de inmediato, de modo que la
energía se acumula.
5. Intoxicación alimentaria
• Se presenta al ingerir
alimentos contaminados al
organismo. consecuente a la
exposición a sustancias
tóxicas vehiculizadas por los
alimentos tanto sólidos como
líquidos. La intoxicación ocurre
tras la ingestión de alimentos
que están contaminados con
sustancias orgánicas o
inorgánicas perjudiciales para
el organismo, tales como:
venenos, toxinas, agentes
biológicos patógenos, metales
pesados, etc.
9. La obesidad
• La obesidad es la enfermedad
crónica de origen multifactorial
prevenible que se caracteriza por
acumulación excesiva de grasa o
hipertrofia general del tejido
adiposo en el cuerpo. La presencia
de factores de riesgo y enfermedad
asociados con la obesidad también
son usados para establecer un
diagnóstico clínico. La
coronariopatía, la diabetes tipo 2 y
la apnea del sueño son factores de
riesgo que constituyen un peligro
para la vida que podría indicar un
tratamiento clínico para la
obesidad. Hábito tabáquico,
hipertensión, edad e historia
familiar son otros factores de riesgo
que podrían indicar tratamiento,
10. La anorexia nerviosa
• La anorexia o anorexia nerviosa
(ANA) es, junto con la bulimia un
conjunto de enfermedades
mentales y uno de los principales
trastornos alimenticios, también
llamados Trastornos psicogénicos
de la Alimentación (TFA). Lo que
distingue a la anorexia nerviosa
es el rechazo de la comida por
parte del enfermo y el miedo
obsesivo a engordar, que puede
conducirle a un estado de
inanición. Es decir, una situación
de gran debilidad ocasionada por
una ingesta insuficiente de
nutrientes esenciales. En casos
graves puede desarrollar
desnutrición, hambre, amenorrea
y extenuación
11. Vigorexia
• La vigorexia es un trastorno
en el cual una persona
constantemente se preocupa
por parecer demasiado
pequeña y débil. Aquellos con
vigorexia sufren el problema
opuesto de alguien con
necesidad de tratamiento de la
anorexia. Las personas con
este trastorno no son débiles o
subdesarrollados, en absoluto,
por lo general tiene gran masa
muscular. Esta enfermedad es
más común en los hombres.
12. Megarexia
Este trastorno alimentario,
la megarexia, es el lado
opuesto a la anorexia:
personas
peligrosamente obesas
que frente al espejo se
ven delgadas y sanas.
Las grasas, el 'fast food'
o los postres son su pan
de cada día. No son
capaces de percibir su
exceso de peso,
encuentran su físico
agradable, se atiborran a
las grasas y dulces
13. Bulimia
Son incapaces de dominar los
impulsos que les llevan a
comer, pero el sentimiento de
culpa y vergüenza tras ingerir
muchos alimentos les lleva a
una purga (vómitos
autoinducidos), regímenes
rigurosos o ejercicio excesivo
para contrarrestar los efectos
de las abundantes comidas.
Los bulímicos tienen cerca de 15
episodios de atracones y
vómitos por semana y, en
general, su peso es normal,
por lo que resulta difícil
detectar la enfermedad.