La historia tiene varias funciones sociales y teóricas clave. Proporciona explicaciones para comprender el presente y guía la acción futura, aunque sus lecciones no se aplican directamente. También se usa para mantener relaciones de dominación y origina discursos didácticos y literarios. El valor de la historia radica más en el proceso de saber cómo algo llegó a ser y en organizar el pasado en función del presente, que en la veracidad de los hechos narrados.