Cuatro amigos escucharon ruidos extraños mientras cruzaban el hipódromo de Maroñas después de una fiesta. Los ruidos parecían cascos de caballos que se acercaban y alejaban. Dos amigos regresaron al hipódromo y escucharon relinchos salvajes y cascos al galope. Encontraron a un anciano vigilante que les dijo que los sonidos eran las almas de caballos que habían sido lesionados y ahogados, y que sus almas reiniciaban la carrera eterna cada noche.
La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
Fantasmas de Maroñas: la leyenda del hipódromo de Montevideo
1. LEYENDAS URBANAS DE MONTEVIDEO
LOS FANTASMAS DE MAROÑAS
DIANA ALEXANDRA ACOSTA MÉNDEZ
2. Después de una fiesta, cuatro amigos
regresaron a pie a su casa. Para
acortar camino, decidieron saltar un
muro del hipódromo.
La luna brillaba, pero las sombras de
las instalaciones eran fantasmales y la
niebla se hacía cada vez más espesa,
lo que dificultaba su orientación.
3. De repente, a lo lejos escucharon lo
que parecía ser unos cascos de
caballo. Cada vez se hacía más
fuerte el ruido del galope.
Asustados, advertían en voz alta la
presencia del jinete, pero el ruido
cesaba y comenzaba en otro lado.
4. De repente, escucharon un espantoso
relinchar que les heló la sangre y
corrieron hacia el muro más cercano
para huir del lugar.
Cuando llegaron a casa, se sintieron
avergonzados por su pánico irracional
y pensaron que podría tratarse de la
borrachera de la fiesta.
5. Sin embargo, 3 días después dos de ellos
decidieron volver al hipódromo a la misma
hora para comprobar lo que sucedía allí.
Cruzaron el muro y todo parecía estar en
calma. De repente, regresó el ruido
ensordecedor de relinchos salvajes y
golpeteo de herraduras a un ritmo casi
demoníaco.
6. Enloquecidos del
miedo y ciegos del
terror, corrieron
desesperadamente,
encontrando en su
camino a un anciano,
quien era el vigilante
del lugar. El hombre muy
sereno los
tranquiliza y les
pregunta lo que
sucede.
7. Al escuchar la historia, el anciano les
confiesa que ha escuchado los
sonidos de los animales durante
muchos años.
El anciano les cuenta que lo que han
escuchado son las almas de unos
caballos que fueron gravemente
lesionados en las carreras y ahogados
en una piscina por los peones.
8. En las noches oscuras, las almas de los
equinos reiniciaban la interminable carrera
en la que sus cuerpos habían hallado
finalmente la muerte.